O'Connell - 1984 - La Argentina en La Depresion
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LA ARGENTINAEN LA DEPRESION:
LOS PROBLEMASDE UNA ECONOMIAABIERTA
ARTURO O'CONNELL*
12 Para conocer la participacion de las importaciones en el PBI vease CEPAL (1959), cuadro
24, pag. 26. En 1925/29 era de 24,8 por ciento, un poco menos que en 1900-04, donde era de 26,1.
Las importaciones, de 1925 a 1929, constituian el 13,3 por ciento del consumo. En el mismo perio-
do, los bienes intermedios de importacion representaban el 8 por ciento del PBI y la maquinaria y
equipo el 35,3 de la inversion interna. Vease CEPAL (1959) cuadro 25, pag. 27.
El caracter esencial de algunas importaciones para el nivel de la actividad interna se demostro
durante la Primera Guerra Mundial. La escasez de productos importados en ese perlodo llev6oa una
fuerte disminucion del 20 por ciento del PBI desde 1913 hasta 1917. Sin embargo, parte de la dismi-
nucion se debio a una menor actividad en la construccion debida a dificultades financieras. Vease
DIAZ ALEJANDRO, op. cit., apendice estadistico, cuadro 19, con los datos de PBI por sector a costo
de factores. Esta depresion fue mucho mas grave que la de principios de la decada del '30.
13 Vease Jorge FODOR y Arturo O'CONNELL: "Argentina y la economia atlantica en la pri-
mera mitad del siglo XX", en Desarrollo Economico, vol. 13, N? 49, abril-junio 1973. La posicion
de la Argentina era bastante peculiar entre los productores primarios de aquellos anos. La mayoria
de los demas paises latinoamericanos, por ejemplo, tenian un excedente de exportaciones con los
Estados Unidos y un excedente de importaciones con Gran Bretafia. En ese sentido constituian una
ayuda para los problemas de balanza de pagos de los britanicos.
tina podia ser gravemente afectada por el deficit de dolares de Gran Bre-
tafia y su necesidad de encontrar mercados para los productos de sus tradi-
cionales y declinantes industrias de exportacion.
Como consecuencia de lo anterior, la politica economica solo gozaba de
una muy limitada autonomia para atacar el ciclo economico argentino.
En una situacion de balanza de pagos como la descrita y dado que la deman-
da por importaciones presentaba una altisima elasticidad-ingreso,los intentos
de reflotar la demanda interna por medio de medidas fiscales y/o moneta-
rias podian llevar facilmente a una crisis en los pagos extemos. De todos
modos, con un sistema monetario e impositivo tan elemental como el des-
crito, directamente, se carecia de algunos de los instrumentos imprescindi-
bles para encararuna politica tal.
Por otra parte, el caracter esencial de la mayoria de las importaciones
hacia todavia mas dificil restringiresta fuente de demanda de divisas durante
la fase descendente del ciclo. En cuanto al otro "drenaje" de divisas, es
decir, el servicio del capital externo, debe subrayarse que no solo represen-
taba una cantidad bastante fija sin relacion con las dificultades en la balanza
de pagos. El incumplimiento en tal servicio o la retencion de ganancias de
las firmas extranjeras podia encontrar serios obstaculos ya que el acreedor
principal del pais, o sea Gran Bretania,era a la vez su cliente m/asimportante
al que siempre le quedaba abierta, por lo tanto, la posibilidad de represalias
muy obvias14.
2. La depresion
2.1. El exodo de capitales de 1928
En el afio 1928 las exportaciones aumentaron mas y las importaciones
menos que en el ano previo. Ademas, hubo una marcada disminucion en los
emprestitos p(ublicos, lo que l1evo,a pesar de fuertes inversiones privadas, a
una reduccion del ingreso total de capitales. Las importaciones de oro
fueron tan altas como las del afnoanterior, pero se concentraron, fundamen-
talmente, en la primera parte de 1928. De hecho, durante el segundo semes-
tre se produjo una exportacion neta de oro. Ocurria que el auge de Wall
Street, asi como una nueva politica deflacionaria del Federal Reserve System,
estaban drenando fondos desde la Argentina. Aun durante los primeros
meses del afio 1929, cuando las exportaciones estaban en su pico estacional
(debido a la cosecha), las exportaciones de oro continuaron. No hubo
emprestitos p(ublicos durante 1929 y, en cambio, la inversion extranjera
privada cayo marcadamente.
Las importaciones continuaron aumentando durante 1929, si bien a un
ritmo inferior si se lo compara con el del bienio 1926-28. A todo esto, se
agrega que hubo un exodo significativo de fondos con propositos especula-
tivos. Ademas, debido a la caida de los precios de exportacion, los valores
de exportacion se redujeron en mas del 10 por ciento. En consecuencia, las
importaciones del oro del bienio 1927-28, por valor de unos 400 millones
de pesos, quedaron completamente neutralizadas por los egresos de fines
de 1928 y 1929. En diciembre de 1929, finalmente, el gobierno enfrentado
con esta salida del oro tomo la decision de suspender la convertibilidad.
Entretanto, el credito interno se iba expandiendo a pesar de la declina-
cion de las reservas. A partir de junio de 1928 se hizo uso intensivo de las
reservas bancarias, de modo que los prestamos aumentaron un 14,7 por
ciento entre setiembre de 1928 y diciembre de 1929. A rafz de ello, en el
mismo perfodo, los porcentajes de encaje cayeron, en promedio, de 24,7 a
12,3. El origen de esta expansion puede encontrarse en la politica activa
15 El Banco de la Nacion Argentina, creado por el gobierno despues de la crisis de 1890, tenia
-en el bienio 1926-28- el 45 por ciento de todos los dep6sitos y el 42 de todos los prestamos del
sistema bancario. Vease Revista Econ6mica (nueva serie), vol. I, N? 1, 1937, pag. 39.
En esta descripcion del ciclo de fines de la decada del '20 me he guiado, fundamentalmente,
por el analisis publicado en este niumero y algunos anteriores de la Revista Econ6mica.
20 Un anailisis de estos distintos factores puede consultarse en Mandelbaum, op. cit., y Paul
HEVESY, World wheat Planning and Planning in General, Londres, 1940. Vease tambien SOCIETE
DES NATIONS: La crise agricole, Ginebra, 1931.
La principal variacion en la produccion durante la guerra se habia producido en Norteamerica,
dado que las dificultades de transporte habian hecho menos atractiva la expansion de la produccion
en la Argentina y Australia.
21 Vease MANDELBAUM, op. cit., figura 11, pag. 118. Un analisis del proteccionismo agricola
previo a 1930 puede consultarse en Arturo O'CONNELL: "Free Trade in One (Primary Producing)
Country; The Case of Argentina in the 1920's", Documento de Trabajo, Instituto Torcuato Di Tella,
Buenos Aires, 1983.
22 El maiz se cotizaba a 9,21 pesos el quintal en 1925 y a 8,53 pesos por quintal en 1928.
Vease Revista Econ6mica, vol. 3, N? 1, 1930, y tambien abril-junio de 1934 la version inglesa "The
downward trend in agricultural and pastoral prices". Para la "guerra de las carnes" vease SMITH,
op. cit.
del credito. Las tierras destinadas a invernada cayeron en esos mismos afnos
de 382 a 293 pesos por hectarea23.
La caida de los precios agricolas y de otros relacionados directamente
con ellos en la Argentina, solidaria con tendencias mundiales, es, pues, previa
al aino 1929, que normalmente se toma como punto de partida de la Depre-
sion. Ademas, la Argentina se enfrentaba,crecientemente, no solo con una
inestabilidad acentuada de precios para sus productos de exportacion, sino
con una declinacion paulatina en el mercado internacional para alimentos de
zonas templadas.
26 Las cifras de volumenes de exportacion pueden consultarse tambien en BALBOA, op. cit.
Sobre la experiencia de la produccion agraria durante la Depresion, una buena fuente argentina es la
Revista Economica (nueva serie), vol. 1, N?s 2 y 3, "Tendencias de la produccion agropecuaria".
27 Las companias de ferrocarriles ingleses emitieron 245 y 68 millones de pesos en obligaciones,
en 1930 y 1931, respectivamente. Tambien en 1930, bancos ingleses y norteamericanos extendieron
pr6stamos de corto plazo que debieron pagarse en 1931. Vease Revista Economica (nueva serie),
vol. 1, N? 1, para las cifras de balanza de pagos. Para el servicio de la deuda vease BALBOA, op. cit.
28 Vease BALBOA, op. cit., y CEPAL (1959), vol. 1, cuadro XIV, pag. 115, para las cifras sobre
capacidad de importacion.
29 Vease DIAZ ALEJANDRO, op. cit., cuadro 1.6, para la estructura del PBI a precios de
1937, y el apendice estadistico, cuadros 33 y 19, respectivamente, para los datos de produccion rural
y del PBI a costo de factores afio a afno.
de 1932. Por lo tanto, las tasas de interes real para productores no rurales
distaban mucho de ser bajas, si bien la depreciacion del peso, al inflar sus
precios (principalmente en 1930/31) contribuyo a aliviar su situacion. Pero
con aquella caida de los precios agropecuarios es facil imaginarse lo que
significo el peso de la deuda para los productores rurales. Las dificultades de
los terratenientes tambien fueron considerables (solo el 35 por ciento de las
tierras pampeanas estaban en manos de sus productores), ya que la mayor
parte de los arrendamientos se pactaba en dinero efectivo y estos se vieron
reducidos entre 30 y 40 por ciento. En tanto que las hipotecas no solo
mantenian su valor nominal sino que pagaban las altas tasas ya mencionadas.
De manera simultanea, los precios de la tierra rural disminuyeron entre 30 y
50 por ciento, dependiendo de la region. Las propiedades urbanas, asi como
los alquileres, fueron afectados de un modo similar34.
Existen datos, aunque algo incompletos, de que las firmas de exporta-
cion monopolicas tuvieron gran exito en transferir el descenso de los precios
externos hacia los productores. Por ejemplo, mientras que las tasas de
ganancias para las sociedades anonimas en su conjunto disminuyeron en
promedio de 8,4 por ciento en 1928 a 1,8 en 1932, las de los frigorificos
subieron de 6,7 a 8,3 por ciento en el mismo periodo. Firmas de exportacion
de cereales como Bunge & Born o de Ridder estaban arrojando, en 1932,
tasas de ganancias de 10,9 y 8,8 por ciento, respectivamente. Cabe destacar
que, hasta este ano, los bancos tambien lograron mantener con exito sus
niveles de ganancias35.
Sobre la base de nuestros datos sobre disminucion del ingreso nacional
entre el quinquenio previo a la Depresion y el primero de la Depresion, se
puede estimar que el sector rural debio soportar casi solo la carga de los
ajustes frente a los sectores urbanos, a pesar de una sustancial depreciacion
del peso. De hecho, el poder adquisitivo de la produccion rural cay6 en el
mismo periodo mas del 25 por ciento. Dado que el sector rural era casi la
tercera parte del PBI, esta disminucion se traduce en mas del 8 por ciento del
ingreso nacional, lo cual asciende a casi 9/10 de la cifra que hemos dado de
caida del ingreso nacional. La informacion que se posee solo alcanzaria para
formular conjeturas excesivamente aventuradas en lo que se refiere a la
distribucion de la caida de ingresos rurales entre peones, chacareros y estan-
cieros, terratenientes rentistas y acreedores36.
De acuerdo con lo anterior, los ingresos urbanos deberian haber, practi-
camente, mantenido su valor total. No parece que se hayan producido
grandes cambios en su distribucion en sueldos y ganancias. La informacion
34 Las cifras sobre tasas de interes se obtuvieron de Revista Economica, varios nfumeros;las de
propiedad de la tierra se tomaron del Censo Agrario de 1937. Para precios de la tierra vease SOCIE-
DAD RURAL ARGENTINA, op. cit., y para los terrenos urbanos y alquileres vease Revista Econ6-
mica, vol. 1 (nueva serie), N? 2, pag. 73.
35 Las cifras de tasas de ganancia pueden consultarse en Revista Econ6mica, varios niumeros.
Los bancos mantuvieron mairgenesbastante altos entre tasas de interes activas y pasivas, de modo que
sus tasas de ganancia acusan una sorprendente estabilidad hasta 1931, esto es, se ubicaron por encima
de 7 por ciento.
36 Para los datos sobre produccion rural vease CEPAL (1959), cuadro 20, pag. 23, y para los
precios mayoristas relativos, Revista Econ6omica,varios niumeros.
sobre sueldos nominales es escasa, pero la que existe muestra que, en prome-
dio, la disminucion durante el primer quinquenio de la Depresion es similar a
la del costo de vida, es decir un 20 por ciento. Por lo tanto, los sueldos reales
habrian mantenido sus niveles anteriores a la Depresion. Lamentablemente,
no se ha podido encontrar informacion sistematica sobre el desempleo. Si
este hubiese aumentado significativamente, como sostienen algunos sobre la
base de pruebas algo precarias, implicaria que, en el total, se habria pro-
ducido una redistribucion del ingreso a favor de las gananciasen los sectores
urbanos37.
Un dato importante, en la linea de razonamiento que trata de llegar a
una estimacion de los cambios que se produjeron en los niveles de vida de
distintos sectores sociales, es el crecimiento de la poblacion. La poblacion
crecio casi un 13 por ciento entre 1925-29 y 1930-34. Por lo tanto, el
ingreso nacional bruto per capita cayo en el mismo periodo alrededor de
un 20 por ciento38.
2.3.4. La recuperacion
En la Argentina, al igual que en otros paises agrarios como los de la
cuenca del Danubio, el crecimiento industrial estimulado por una caida en
las importaciones -provocado a su vez por la situacion de la balanza de
pagos- jug6 sin duda un cierto rol en la recuperacion economica. Sin embar-
go, como veremos, en nuestro caso, por lo menos, la tasa global de creci-
miento de la industria en la decada del '30 no fue excepcionalmente alta.
En realidad, ademiasde los efectos de algunas medidas de politica eco-
nomica, la principal fuerza motriz de la recuperacion fue, una vez mas, el
impacto externo. En esta ocasion, se trato de un aumento de los precios de
exportacion en medio del mismo periodo de la Depresion39.
Los precios de exportacion crecen repentinamente, un 43 por ciento
en el periodo 1933-34 y, despues de un anio de estabilidad casi completa,
aumentan, nuevamente, un 21 por ciento en 1935-36 y un 22 en 1936-37.
Durante la misma epoca, los terminos del intercambio para la Argentina
mejoraron, primero, un 17 por ciento, luego se estabilizaron y aumentaron
otra vez 24 y 11 por ciento, respectivamente, en los afnossiguientes. En 1937
los terminos del intercambio para la Argentina habian vuelto al nivel de 1928
y, por lo tanto, al de 1913, el mas alto por muchas decadas40.
El motivo de tal aumento de precios, a pesar de la depresion agrariay la
situacion basica, bastante critica, de los mercados mundiales para cereales y
37 Para las cifras de salarios y costo de vida, v6ase LEAGUE OF NATIONS: Statistical Year-
book, 1940, Ginebra, 1941, cuadros 16 y 97.
38 Vease CEPAL (1959), cuadro 11, pag. 15, para los datos de poblacion.
39 Incluso aquellos que estaban interesados prima facie en atribuirse la responsabilidad de la
recuperacion gracias a la politica economica aplicada, tuvieron la gran honestidad de aseverar que la
razon principal de la recuperacion estaba en el aumento de los precios mundiales para los productos
de exportacion argentinos; vease Revista Economica (serie II), vol. I, N? 1, pag. 1.
40 Vease BALBOA, op. cit., para las cifras de precios de exportacion e importacion en dolares
estadounidenses.
came, fue una sequia prolongada, que comenzo en 1933 y que duro, ininte-
rrumpidamente, por cuatro cosechas en las regiones productoras de granos
de los Estados Unidos y Canada, extendiendose tambien en 1934 y 1935
a Australia. Durante tres afnosconsecutivos, los Estados Unidos se convier-
ten en importadores netos de trigo y maiz. Los precios del trigo, en el afio
comercial cerealista de 1936-37, fueron, en promedio, 80 por ciento mas
altos que el bajo nivel de 1933-34 y alcanzaron el mismo nivel que en el
anfio1928-29. Es que la caida de la produccion, debida a la perdida de cose-
chas, permitio que se restableciera un equilibrio pasajero entre la oferta y la
demanda41.
Los vol(umenes de exportacion, al igual que en la fase ascendente, no
muestran cambios significativos, a diferencia de lo que parece haber suce-
dido en otras economias latinoamericanas. Pero, debido al aumento de los
precios, los valores de exportacion se incrementaron en 128 por ciento
entre 1932 y 1937 y un promedio de 33 por ciento entre el quinquenio
1930-34 y 1935-3942.
Asf como los precios de exportacion, reaparece tambien, el otro factor
externo de inestabilidad. En los anios 1934 a 1936, el capital privado, esti-
mulado por la recuperacion, fluye una vez mas hacia el pais, pero al ser de
corto plazo vuelve a abandonar la Argentina en la segunda mitad de 1937,
cuando finaliza la fase ascendente del ciclo43.
El cambio positivo en la balanza de pagos permitio un volumen mucho
mayor de importaciones e incluso alguna repatriacion de la deuda. En el
periodo 1930-34 a 1935-39 la capacidad de importacion aumento un 49 por
ciento. En cuanto a las importaciones, que habian acusado una reduc-
cion drastica durante la fase descendente del ciclo, volvieron a expandir-
se en un 74 por ciento desde su nivel mas bajo en 1932 hasta el nuevo pico
de 193744.
Impelida por estas fuerzas externas, la actividad economica comienza
su tendencia ascendente a partir de 1933. Entre 1930-34 y 1935-39 el PBI
(a precios constantes) aumento un 17,4 por ciento. Ademas, los terminos
del intercambio habian, ahora, vuelto a ser favorables para la Argentina y,
con el aumento del PBI, la carga representada por el servicio del capital
externo se vefa, tambien, reducida. Debido a todos estos factores, el ingreso
41 Vease Revista Econ6mica (nueva serie), vol. 1, N?s 2 y 3, para un analisis de estos anios en
el mercado del trigo y del maiz. Las sequias en Norteamerica y en Australia permitieron a la Argen-
tina expandir su produccion y sus exportaciones por encima de las cuotas establecidas durante el
Acuerdo Internacional del Trigo, firmado en 1933. Este acuerdo preveia una reduccion del 15 por
ciento en areas cultivadas de Estados Unidos y Canadta,a la vez que mantenia los vol'umenes de expor-
tacion para la Argentina y Australia. Los paises importadores se comprometian a no fomentar su pro-
duccion interna. Vease MANDELBAUM, op. cit., cap. XI sobre el Acuerdo Internacional del Trigo.
Se dice en nuestro pals que "Dios es argentino" y este episodio parece confirmarlo.
42 Vease BALBOA, op. cit., para las cifras de volumenes y valores de exportacion.
43 Vease Revista Econ6mica (nueva serie), vol. 1, N? 1, para un analisis de estos movimientos.
44 Vease BALBOA, op. cit., para las cifras sobre volumenes de importacion. Ademas de la
repatriacion de la deuda, como movimientos compensatorios hubo una consolidacion de saldos blo-
queados hacia fines de 1933 y a comienzos de 1934. Las cifras de capacidad de importacion se saca-
ron de CEPAL (1959), vol. 1, cuadro XIV, pig. 115.
45 Vease CEPAL (1959), vol. I, cuadros 11, pigs. 15 y 28, y pig. 29, donde figuran las cifras
sobre el producto bruto interno, efectos de los terminos del intercambio, remesas al exterior y pobla-
cion.
46 Las cifras de precios mayoristas y tasas de interes son de Revista Econ6mica, varios numeros.
La ley de moratoria hipotecaria se sancion6 en 1933.
2.3.5. Recaida
Cuando hacia mediados de 1937 llegaron noticias de una promisoria
cosecha en Norteamerica, los precios de los cereales en el mercado mundial
47 Las cifras de precios mayoristas y terminos del intercambio externo se tomaron de las fuen-
tes ya mencionadas. Como el indice de precios mayoristas del Banco de la Nacion Argentina comienza
en 1926, hemos tornado 4 afnoscomo base, en lugar de 5.
48 Las fuentes para la estimacion son las mismas que para el periodo 1930-34; vease nota 36.
49 Para la informacion sobre arrendamientos rurales y precios de las tierras, vease Revista
Econ6mica (nueva serie), vol. I, N? 2 y SOCIEDAD RURAL ARGENTINA, op. cit.
90 Vease tambien Revista Econ6mica, mismo numero.
51 Las cifras de sueldos nominales y costo de la vida provienen de la misma fuente que en la
nota 37. Las cifras de distribucion del ingreso nacional son de DIAZ ALEJANDRO, op. cit., apendice
estadistico, cuadro 3, pag..398; la misma fuente, cuadro 30, pag. 428, para los datos sobre empleo
por sector.
parece indicar que tales ideas influyeron mas alla de las meras determinacio-
nes externas 4.
Las dificultades de pagos externos parecian constituir el area mas pro-
blematica para encarar. Iniciaremos, pues, una revista de algunos de los
principales elementos de la politica economica, examinando el regimen
de cambios y medidas concomitantes.
El regimen de cambios transito desde la inconvertibilidad (diciembre
de 1929) hasta la instauracion del control de cambios en etapas sucesivas,
la primera de las cuales empieza en setiembre de 1931. La segunda etapa,
que comienza en noviembre de 1933, involucraba un permiso previo de
cambio que, despues de noviembre de 1938, se hizo obligatorio para todas
las importaciones. Ademas, en noviembre de 1933 se establecen dos merca-
dos de cambio, uno oficial y otro libre; y dentro del oficial se crea un margen
entre tipos "vendedor" y "comprador". En un comienzo, el mercado libre,
por el lado de las compras, era para importaciones no cubiertas por el permi-
so previo y para las remesas de capital hacia el exterior. Las entradas de
divisas en este mercado provenian de las exportaciones no tradicionales, la
importacion de capitales, las ganancias por fletes, los gastos de los turistas y
otros item de menor importancia. En agosto de 1939 se elimino el mercado
libre para transacciones de mercaderias.
Al producirse, en noviembre de 1933, ese desdoblamiento, se procla-
m6 que el mercado no controlado constituia el primer paso hacia la liberali-
zacion total de los cambios extranjeros. Ademas, su funcionamiento podia
impedir un potencial aumento de las importaciones ya que incluia un meca-
nismo autorregulador por medio de la depreciacion del peso argentino. Vere-
mos, despues, como se lo utiliz6, tambien a los fines de una politica comer-
cial bilateral.
Las autoridades a cargo del control de cambios fijaron prioridades para
la adjudicacion de divisas siguiendo dos criterios distintos. En primer lugar,
el servicio de la deuda p(ublica, las importaciones basicas y las remesas de
ganancias de los servicios p(ublicos pertenecientes a empresas extranjeras,
en ese orden, tenian prioridad frente a otras demandas y se desalentaba la
fuga de capitales. Al comenzar el control de cambios, se impuso a las gran-
des firmas cerealeras la entrega obligatoria de sus tenencias de divisas, ya que
se descubrio que habian estado implicadas en una gran retencion especula-
tiva de sus ingresos por exportaciones55. En segundo lugar, una vez iniciada
la politica de tratamiento preferencial para los distintos clientes de la Argen-
tina, las autoridades adjudicaban las divisas de acuerdo con el pais que debia
recibir el pago.
Se ha sostenido que el control de cambios fue la manera mas efectiva
de reducir las importaciones y por lo tanto una herramienta fundamental
54 "El per(odo del crecimiento hacia afuera... hab{a influido profundamente sobre las ideas".
Vease UNITED NATIONS: Economic Report for Latin America, 1949, Mexico, 1950, pag. 93. La
seccion sobre Argentina de este informe l1eva, sin duda, la autorla de Raul Prebisch.
55 Para este episodio, vease SALERA, op. cit., pigs. 54 y 59.
56 "...los permisos de divisas, ademis de ser un instrumento para la restriccion de las impor-
taciones, tambien se convirtieron en un instrumento selectivo y, sobre la base de la experiencia, se
puede afirmar que esta ultima funcion fue a menudo mis importante que la primera"; vease BCRA:
Memoria Anual, 1941, pag. 12.
57 En marzo de 1931 y antes de introducirse el control de cambios, se intent6 estabilizar el peso
durante el pico de la estaci6n exportadora por medio de la intervencion del Banco de la Nacion. El
peso se habia depreciado hasta ese momento en mis del 20 por ciento. Tal intento no tuvo 6xito,
pero se utiliz6 fundamentalmente para remitir al extranjero los saldos que se habian acumulado a la
espera de obtener un tipo de cambio mis favorable. Cuando se introdujo el control de cambios, tuvo
bastante exito debido a la entrega obligatoria de divisas que se impuso a las firmas cerealeras. El peso
comenzo a revaluarse, pero frente al clamor de los intereses exportadores, la comision de cambios
tomo6 la decisi6n de fijarlo en 3,8864 pesos por d6olarhasta marzo de 1933, fecha en que al devaluarse
el d6olarse fij6 su valor, en francos franceses, a razon de 15,47 pesos por 100 francos.
Los esfuerzos para lograr una estabilizaci6n antes de la instauraci6n del control de cambios
se basaron, primero, en prestamos obtenidos de bancos norteamericanos y britanicos (1930) y mas
tarde, en la exportaci6n de oro (1931-32).
64 El tipo de cambio especial para los ferrocarriles ingleses fue de 15,75 pesos por libra en lugar
de los casi 17. Vease SALERA, op. cit., pags. 135-136. La estimacion del tipo de cambio real se basa
sobre el fndice global de precios mayoristas y no sobre los niveles de tarifas de los ferrocarriles, como
hubiese sido de desear. El 10 de diciembre de 1936 el tipo vendedor oficial de la libra se redujo a
16 pesos.
66 Menos del 50 por ciento de las importaciones de los Estados Unidos recibian el cambio
oficial. En el caso de los textiles, otro caso importante fue el del Japon. Vease SALERA, op. cit.,
pags. 111-122 y 228-241. Para todos los paises, exceptuando a Gran Bretafia, la participacion del
mercado oficial en las divisas adjudicadas en relacion a las importaciones fue de solo 69 por ciento,
en el periodo mayo de 1933 a diciembre de 1935. (Estos datos incluyen paises con tratamiento de
"Nacion mais favorecida" en el mercado de cambios, como consecuencia de tratados bilaterales).
La Argentina firmo acuerdos bilaterales de intercambio con Belgica (1934), los paises Bajos (1934),
Suiza (1934), Alemania (1934), Espania(1934), Italia (1937) y algunos otros paises europeos. Hacia
1937, el 55 por ciento de todas las importaciones de la Argentina provenia de dichos paises. Ademas
de estos acuerdos, se concluyeron otros tratados incondicionales de "Nacion mas favorecida" en el
ambito de los aranceles aduaneros, con los mismos paises y tambien con Brasil (1933 y 1935), Chile
(1933 y 1938) y Uruguay (1935). Vease ibid., pag. 87-88, y US TARIFF COMMISSION: A series
of reports on Economic Controls and Commercial Policy in the American Republics, Argentina,
1948.
69 Vease J. Henry RICHARDSON: British Economic Foreign Policy, Londres, 1936, pag. 106.
En 1933, justo antes de la Conferencia Economica Mundial, se firmaron tratados de comercio de
este tipo con Dinamarca y otros paises escandinavos, asi como con Alemania, ademas de la Argentina.
Todos ellos implicaban compromisos sobre las compras de carbon de Gran Bretafnay la reduccion de
aranceles aduaneros para textiles; ibid., pags. 104-114. Los acuerdos sobre pagos se firmaron con
Alemania, Hungria, Italia, Rumania y Yugoslavia, ademas de la Argentina, Brasil y Uruguay. Vease
TASCA, op. cit., cap. IX. En el caso de Alemania, la prioridad que se otorgaba a la transferencia de
deudas financieras era tan evidente que preveia posibles reducciones en la compra de productos in-
gleses por Alemania, para dar lugar a dichas transferencias. En cuanto a la iniciativa del sistema bila-
teral, podemos, tambien, citar a una fuente argentina: "El sistema de comercio bilateral se impuso
por la fuerza de las circunstancias y no fue adoptado por libre eleccion", en UNITED NATIONS,
Economic Report for Latin America, op. cit., pag. 193.
7 Ibid., pig. 104. La misma fuente agrega mas adelante: "Es muy natural que la Argentina
tratara de promover ciertas industrias, tal como la de textiles... Tambien es natural que aquellos paises
que exportan los bienes que la Argentina trata de producir y que ademas son importantes comprado-
res de productos argentinos, sigan queriendo exportar dichos bienes..."
El acuerdo anglo-argentino incluia varios otros aspectos, el primero de los cuales era relevante
para las exportaciones argentinas a Gran Bretahia.Se obtuvieron cuotas minimas para la carne, aunque
a niveles menores que los acostumbrados en el pasado, y tambien consolidaciones arancelarias para
otros productos. El segundo aspecto es el que se relaciona con el "tratamiento favorable" del capital
britanico en la Argentina que justific6 ciertas decisiones como el tipo de cambio especial para los ferro-
carriles. Un tercer aspecto se relacionaba con la organizaci6n del comercio de carnes. Tambien se
tomaron en cuenta los saldos bloqueados. La consolidaci6n de estos saldos por encima de un cierto
tamafio fue parte del acuerdo, asi como una estipulacion de pago de los de menor tamafio por medio
del producto de las exportaciones del aio. El financiamiento de los saldos en libras se hizo al 4 por
ciento de interes, 5 afios de gracia y 15 anos de amortizacion al cambio de 43d. por peso (para las
primeras 13.526.400 libras) y 42d. por peso (para las restantes 1.293.000 libras). Hubo una emision
adicional de bonos en terminos similares por valor de 100.316.545 francos suizos y una de letras de
Tesoreria -al 2 por ciento- a ser amortizadas en 15 afnos a la par, al cambio de 1,1350 pesos por
dolar. El financiamiento britanico ascendia al 58 por ciento de todas estas refinanciaciones y, como
hemos visto, fue una practica generalizada de la diplomacia economica de Gran Bretahiael financiar
los saldos bloqueados. El financiamiento de los saldos en dolares no se hizo a cambio de concesion
alguna por parte de la Argentina. A pesar de estos dos hechos, algunos autores han insistido en pre-
sentar la consolidacion de fondos britanicos como una importante concesion que habria obtenido la
Argentina, la cual de por si hubiera justificado plenamente la firma del Acuerdo. Los datos de la finan-
ciaci6n se pueden consultar en Revista Econ6mica, enero-abril de 1934, pag. 60. Para una evaluaci6n
mas global del Acuerdo Anglo-Argentino de 1933 se puede consultar, FODOR y O'CONNELL. op. cit.
71
Vease DIAZ ALEJANDRO, op. cit., cuadro 13, en el apendice estadistico y 2 16. pag. 97.
La Depresion se puede considerar, por una parte, como un caso mas, tal
vez anormalmente grave, del ciclo economico argentino. Pero, por otra parte,
como ya se subrayo con respecto al futuro de las exportaciones argentinas,la
Depresion acelero el advenimiento de una nueva fase en la division interna-
cional del trabajo y acarreo con ella toda una etapa en la que las transaccio-
nes internacionales perdieron importancia.
La Argentina, en tanto economia abierta, tuvo que soportar, por lo tan-
to, sin atenuantes el impacto de la crisis y, por si fuera poco, encarar, adem(as,
ciertos cambios basicos para adaptarse a este nuevo orden intemacional.
En este sentido, la primera victima de la Depresion fue el mismo ritmo
de crecimiento. Como ya se ha visto, aquel crecimiento, que en la fase
previa habia llevado a la Argentina a un alto rango en la economia mun-
dial, fue mas lento durante la Depresion. Por de pronto, en terminos per
capita, el crecimiento fue negativo, esto es, hubo una caida de casi el 7 por
ciento en el ingreso promedio per capita entre los quinquenios de 1925-29 y
1935-3972.
En segundo lugar, a raiz de la retraccion general del comercio y el
advenimiento de una nueva division internacional del trabajo en el sector
agrario, las exportaciones perdieron parte de su importancia. La relacion
entre exportaciones y PBI cayo desde su nivel de 23,8 en los afios 1925-29 a
19,1 por ciento en el quinquenio 1935-39. Para el sector rural pampeano la
demanda externa termino representando un 58 por ciento del total, en
comparacion con el 67 anterior. En el sector rural en su totalidad, la deman-
da interna ascendia al 57 por ciento del total, comparado con el 49 de antes
de la Depresion 73.
Otra manera de visualizar como la economia argentina se iba cerrando
en su aspecto comercial es la reduccion de los coeficientes de importacion.
En proporcion al PBI, las importaciones bajaron del 25 al 15 por ciento. La
72 Las cifras son de CEPAL (1959), vol. 1, cuadros 11, pag. 15 y 28, pag. 29.
73 Iblid., cuadro 16, pags. 18 y 20, pag. 23.
engorde de ganado mas refinado, dado que las cuotas de exportacion mantu-
vieron el mercado de carne refrigerada pero redujeron apreciablemente el de
la carne congelada. Las indicaciones de este cambio pueden comprobarse en
el rapido aumento de 'areascultivadas con centeno, el forraje de invierno por
excelencia en las zonas de invernada.
Una consecuencia de este desplazamiento relativo de la agriculturahacia
el engorde extensivo del ganado es la expulsion de la mano de obra. Es
imaginable que la contribucion de esta mano de obra desplazada hacia las
actividades industriales y de la construccion haya sido importante para llenar
la brecha dejada por la merma en las migraciones internacionales.
El crecimiento de la actividad manufacturerafue mayor que el del PBI,
por cierto, al igual que en el periodo previo a 1930, pero no fue excepcio-
nalmente alto para la mayoria de los rubros. Comparando 1927-29 con
1941-43, el PBI crecio a una velocidad de 1,8 por ciento anual, mientras que
el PBI industrial lo hizo a una tasa del 3,4 anual, es decir, 1,9 veces mas que
el PBI (en tanto esta elasticidad fue de alrededor de 1,2 en los primeros 30
anfosdel siglo). Por lo tanto, su participacion en el PBI aumento (de 18 por
ciento en 1929 a 20,9 en 1939). No solo el crecimiento industrial disto
mucho de ser espectacular, tanto en terminos absolutos como relativos, sino
que su participacion en el nuevo capital creado durante el periodo 1925-29 a
1940-44 fue solo 5,8 por ciento, es decir, menos que su participacion en el
capital total existente durante el primer quinquenio79.
En realidad, el crecimiento industrial fue muy desparejo. Para muchos
rubros fue negativo o bien infimo. Dos de los sectores de mayor crecimiento
aumentaron su produccion sobre la base de plantas fabriles que habian sido
instaladas gracias a decisiones tomadas antes de la Depresion. Estos sectores
fueron el de refinerias de petroleo (12,6 por ciento anual) y el de articulos
de goma (39 por ciento anual). La evolucion del sector de mas rapido creci-
miento es, en realidad, un espejismo estadistico; nos referimos a la maquina-
ria y artefactos electricos, que crecio a una tasa de mas del 40 por ciento
porque era casi inexistente antes de 1929 (su participacion en la produccion
industrial en 1937-39 era, todavia, apenas del 1 por ciento). En cuanto al
sector textil, es cierto que paso por una etapa de crecimiento bastante
rapida, como lo verifica la experiencia casi universal de los paises agrarios
durante dichos afios (la produccion textil crecio cerca del 10 por ciento
anual). Pero si se observan las cifras de la participacion de las importaciones
en el consumo aparente para este sector, junto con el de confecciones, se
descubre que no habia habido, literalmente, ninguna sustitucion de impor-
taciones hasta el fin de la decada. Este resultado no nos toma completamente
de sorpresa si recordamos las dificultades involucradasen el otorgamiento de
mayor proteccion a una industria en la cual Gran Bretafia tenia grandes
intereses de exportacion. La sustitucion de importaciones en el sector textil
es, en realidad, mas bien un fenomeno del periodo de la guerra80.
79 Ibid., cuadros 2.3, p/ag. 71, y 2.4, pag. 72, y CEPAL (1959), vol. 1, cuadro XV, pag. 116.
La construccion de caminos se llevo la parte del leon de la nueva inversion.
80 Ibid., cuadros 4.6, pag. 222, y 4.14, pag. 232.
5. Conclusion
RESUMEN
1928 y como un paso mas en una crisis de afnos 1934-37, lo que redundo en que los
los mercados agricolas mas permanente, terminos del intercambio de la Argentina
que se inicia hacia 1925 con la recupera- alcanzaran en 1937 su mayor nivel desde
cion de los niveles productivos en Europa. 1913. Es por ello que se considera de
Dicha crisis, que apuntaba a una nueva fase menor importancia la contribucion de la
en la division internacional del trabajo, politica economica interna. Se examina
reclamaba un mayor enfasis en la indus- aqui, sin embargo, la politica de los aitos
trializacion. de la Depresi6n para mostrar su autonomia
limitada con respecto tanto a la vulnerabi-
La recuperacion de la Depresi6n, finan- lidad de la economia como a las estrategias
ciada esta principalmente por las transfe- especificas de Gran Bretana durante esos
rencias de ingresos de los sectores rurales a anos. Tambien el crecimiento, tanto el glo-
los urbanos, se debio a la sequia en Norte- bal como el de las manufacturas, se muestra
america, que genero una aguda recupera- retrasado en comparacion con el ocurrido
cion de los precios de los granos en los en otros paises del mundo en desarrollo.
SUMMARY
The Argentine economy by the late 1930's Depression being in this sense just
1920's showed a high degree of instability one more acute instance of a well-known
as a consequence of its external vulnera- phenomenon. The 1920's are shown as
bility. Being quite an open economy shifts also having been quite unstable. Moreo-
in terms of trade or in capital movements ver the beginnings of the Depression are
induced sharp oscillations in domestic traced to mid-1928 and ascribed to the
economic activity. Specialization in ex- Wall Street boom rather than to the-
ports of temperate-zone foodstuffs left later-crash. Collapse of prices of Argentine
the country in a difficult position as chro- exports again is surveyed as having begun
nic oversupply conditions developed in by mid-1928 and being a further step in a
markets for such products particularly more permanent crisis of agriculturai
after.the First World War. Additionally markets which starts not later than 1925
dependence on imports and the rigidity of with the recovery of European output
service of foreign capital-which owned a levels. Such a crisis was pointing to a new
substantial portion of the nation's physi- phase in the international division of
cal assets-made for a dangerous balance of labour calling for more emphasis in in-
payments situation in which fresh capital dustry.
was necessary every year just to pay ser-
Recovery from the Depression which
vice on sums already invested in the coun- was mainly paid by income transfers from
try in spite of sizeable positive trade balan- the rural to the urban sectors was due to
ces. Moreover monopoly positions in the drought in Northamerica generating a sharp
economy of the country through domestic recovery in prices for grains in the years
and transnational firms contributed to ins- 1934-37 terms of trade for Argentina as
tability. Through a rather extreme trian- a consequence having achieved in 1937
gular structure of foreign trade and pay- its highest level after 1913. Consequently
ments Argentina was particularly vulne- the contribution of economic policy was
rable to the health of the British economy minor. Economic policy during the De-
and open to pressures from British inte- pression years is nevertheless examined to
rests as the most important creditor was show its limited autonomy both vis a vis
simultaneously the most important custo- the overall vulnerability of the economy
mer, in fact almost the only customer for and the specific strategies of Great Britain
Argentine high-quality meat. during those years.
In this paper, those main aspects of the Growth both aggregate and in rmanufac-
Argentine economy in the interwar period tures is shown to have lagged behind
are examined to show that slumps were that of other countries in the developing
not exceptional in such circunstances the world.