Sentencia C-296-19
Sentencia C-296-19
Sentencia C-296-19
Magistrada ponente:
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO.
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
III. LA DEMANDA
Por lo anterior, señala que la distinción entre parientes consanguíneos y civiles que
determina la norma:
“en lo que se refiere a los familiares más cercanos, es decir, en primer grado,
no es válido que el Legislador establezca tratamientos diferenciales que
resulten favorables solamente para los familiares que tienen un vínculo de
sangre y excluyan a los que tienen por origen adopción.”6
IV. INTERVENCIONES
4 Folio 4.
5 MP Marco Gerardo Monroy Cabra.
6 Folio 5.
7 Folios 66 a 69.
9
En ese sentido, resaltó que le asiste razón al accionante, ya que no hay una
justificación razonable para limitar el deber de los parientes civiles, respecto de los
parientes consanguíneos, en cuanto a suministrar al pariente con discapacidad
mental la protección señalada en el artículo 6° de la Ley 1306 de 2009.
Además, advirtió que el artículo 25 de la Ley establece que los parientes civiles y
consanguíneos, sin orden de preferencia, tienen el deber de provocar una medida
de restablecimiento de derechos como la interdicción. De este modo, cuestionó el
hecho de que no se hiciera ninguna distinción respecto a esta medida pero que sí se
realizara sobre las demás medidas de protección.
Por otro lado, afirmó que el fragmento acusado no supera un juicio integrado de
igualdad porque: i) el deber de proveer condiciones básicas de subsistencia y de
procurar el mejoramiento de las condiciones de vida de la persona en condición de
discapacidad mental se predica tanto de los parientes sanguíneos como de los
civiles; ii) desde el punto de vista jurídico se genera un tratamiento desigual a
quienes según lo ordenado por la Constitución han de tratarse como iguales; y iii)
no se evidencian razones justificadas para una diferenciación en el nivel del
cumplimiento de este deber por unos u otros. En ese sentido, resaltó que, dado que
la Constitución señala que los hijos consanguíneos son iguales a los civiles y que la
legislación vigente establece que los hijos adoptivos se integran plenamente a la
familia adoptante, no existe razón suficiente para limitar el alcance del deber de los
parientes civiles respecto de los consanguíneos.
En primer lugar, advirtió que el artículo 13 de la Carta Política establece que nadie
puede ser discriminado por su origen familiar. Seguidamente, afirmó que el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre
Derechos Humanos establecen que es obligación de los Estados parte garantizar el
ejercicio pleno de derechos a todas las personas. En tercer lugar, destacó que el
artículo 42 Superior indica que los hijos adoptados tienen los mismos derechos y
deberes que todos los demás. Adicionalmente, resaltó que el artículo 64 del Código
de Infancia y Adolescencia señala que los efectos jurídicos de la adopción se
extienden en todas las líneas y grados. Por último, hizo referencia a las sentencias
C-105 de 1994, C-595 de 1996, C-404 de 2013 y C-451 de 2016, mediante las
cuales la Corte Constitucional ha establecido que el Estado debe proteger a la
8 Folios 125 a 127.
10
Por lo tanto, resaltó que la distinción entre los parientes civiles y consanguíneos
que establece el artículo 6° de la Ley 1306 de 2009 “tiene como fin garantizar el
cuidado de estas personas, por parte de quienes se consideran como parientes
allegados, de manera que, puede concluirse que la norma persigue un fin válido a
la luz de la Constitución”11.
También señaló que, por tratarse de personas con discapacidad mental, este asunto
reviste una enorme importancia, ya que no solo se trata del deber de cuidado a
favor de una persona discapacitada, sino que también debe considerarse la
importancia de proteger los vínculos familiares que se han constituido a partir de la
adopción.
Así las cosas, afirmó que “la preferencia de los parientes consanguíneos a los
parientes civiles en la protección de las personas con discapacidad mental, no
resulta idónea para proteger de forma efectiva los derechos de esta población.”12
Argumentó que en muchos casos en el entorno de la familia civil se han
consolidado lazos de apego y protección idóneos para promover el desarrollo y
ejercicio de derechos de las personas con discapacidad. Por lo tanto, señaló que es
necesario evaluar las circunstancias que rodean cada caso concreto y tomar en
consideración el grado de discapacidad de las personas para garantizar que su
participación sea lo más activa posible.
En tercer lugar, recalcó que en la Sentencia C-892 de 2012 este Tribunal estableció
que no resulta constitucionalmente admisible establecer tratos diferenciados para
los miembros de “las familias originadas de la adopción, frente a aquellas
constituidas a partir de nexos de consanguinidad”17. Por lo tanto, advirtió que la
expresión demandada establece una distinción arbitraria entre los parientes
consanguíneos y los civiles respecto a la obligación de cuidar a sus familiares con
discapacidad mental. De esta manera, afirmó que la diferenciación prevista en el
fragmento acusado no tiene ningún fundamento objetivo, ya que de acuerdo con la
Carta Política y el ordenamiento jurídico vigente, ambos tipos de parentesco se
encuentran en un plano de igualdad.
Instituciones universitarias
En primer lugar, afirmó que el trato diferencial que establece la norma entre
parientes consanguíneos y civiles frente a la protección de personas con
discapacidad mental es inconstitucional. De este modo, sostuvo que tanto del
14 Folio 139.
15 “ARTICULO 50. PARENTESCO CIVIL. Parentesco civil es el que resulta de la adopción, mediante la cual la
ley estima que el adoptante, su mujer y el adoptivo se encuentran entre sí, respectivamente, en las relaciones de
padre, de madre, de hijo. Este parentesco no pasa de las respectivas personas.”
16 El interviniente precisó lo siguiente respecto a la sentencia C-336 de 2016: “Este artículo [50 del código civil] fue
objeto de demanda de inconstitucionalidad la cual obtuvo como resultado la sentencia C-336 (M.P. Alejandro
Linares Cantillo) en la que se resolvió: INHIBIRSE de proferir pronunciamiento de fondo respecto del artículo 50
del Código Civil, por cuanto dicha disposición fue derogada orgánicamente por el Código de Infancia y
Adolescencia, configurándose la carencia actual de objeto.” Folio. 139.
17 Folio 143.
18 Folios 35 a 37.
13
En ese sentido, resaltó que esta Corporación ha adoptado un criterio amplio sobre
el concepto de familia y las figuras que la constituyen. En relación con lo anterior,
citó la Sentencia C-1287 de 2001 y recalcó que esta afirma que “las familias con
vínculos civiles, es decir, aquellas que se generan a través de instrumentos de la
adopción, se ubican en pie de igualdad respecto a la familia constituida a partir
del matrimonio o la unión libre entre compañeros permanentes.” 20 Por último,
indicó que el origen familiar no puede ser un criterio para establecer un trato
desigual de conformidad con el artículo 13 de la Carta Política.
Por otro lado, señaló que según la Sentencia C-046 de 2017 el Legislador no puede
expedir normas que consagren un trato diferenciado en cuanto a derechos y
deberes entre las personas por razón de su origen familiar. De esta manera, a su
juicio, la declaratoria de inexequibilidad reconocería el derecho a la unidad
familiar, el cual implica la protección estatal a los vínculos estrechos de
convivencia y solidaridad dentro de una estructura familiar que permite la garantía
de otros derechos fundamentales.
Por último, advirtió que la norma promueve un trato diferencial injustificado entre
parientes civiles y consanguíneos, “a pesar que la ley y la jurisprudencia ha (sic)
equiparado la naturaleza y el alcance de los dos tipos de filiación”.21
19 Folio 35.
20 Folio 35.
21 Folio 36.
22 Folios 38 a 49.
14
Por otro lado, argumentó que el artículo 42 de la Carta Política establece que la
familia se constituye por vínculos civiles o naturales y que dicho reconocimiento
se hace en condiciones de igualdad. En ese sentido, afirmó que la Corte
Constitucional ha adoptado un concepto amplio, plural e inclusivo de familia que
no se limita a los vínculos de consanguinidad. De este modo, resaltó que del
reconocimiento constitucional de la familia como una noción plural se deriva el
deber estatal de proteger todas sus formas en un plano de igualdad.
Este ámbito de protección contiene el principio de unidad familiar que implica que
las autoridades tienen un deber general de abstenerse de adoptar medidas
23 Folio 41.
15
7. Universidad de la Sabana27
24 Folio 44.
25 Folio 47.
26 Folio 48.
27 Folios 50 a 51. Folios 50 a 51. El señor Hernán Alejandro Olano García precisó que esta intervención fue
presentada a título personal, debido a su condición de miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia.
28 Folio 51.
29 Folio 51.
16
8. Universidad de Antioquia30
En suma, concluyó que no hay lugar para establecer diferencias entre las personas
que tienen un parentesco por consanguinidad y uno civil, de manera que solicitó
que la norma sea declarada exequible en los siguientes términos: “b) El cónyuge o
compañero o compañera permanente y los demás familiares en orden de
proximidad, prefiriendo los ascendientes y colaterales mayores y los parientes
consanguíneos y los civiles.”34
30 Folios 53-56.
31 Folio 53.
32 Ibidem.
33 Folio 54.
34 Ibídem.
17
Ahora bien, respecto a la demanda, señaló que es importante tener en cuenta que el
artículo 1º de la Ley 1306 de 2009 dispone que la directriz interpretativa de las
normas es la protección de las personas con discapacidad. En ese sentido, afirmó
que la acusación del demandante se reduce a una mera interpretación de la
disposición, ya que el Legislador no afirma que los parientes consanguíneos sean
más capaces que los civiles para salvaguardar a las personas con discapacidad
mental. De este modo, advirtió que una interpretación sistemática y finalista del
precepto lleva a la conclusión de que primen los intereses de la persona con
discapacidad.
35 Folios 81 a 88.
36 Folio 88.
18
Además, afirmó que el penúltimo inciso del artículo 6° de la Ley 1306 de 2009
indica que el Juez de Familia puede determinar quién es el responsable de la
persona en discapacidad. Por lo tanto, el cuidado deberá otorgarse “a quien para el
momento tenga mayor ventaja en relación con las demás personas en el orden de
preferencia, es decir, el juez o autoridad que deba tomar la decisión relacionada
con las personas con discapacidad deberá adoptarla garantizando la protección
efectiva y el bienestar de estos”37. De este modo, el aparte demandado se limita a
ser una guía para el Juez de Familia a fin de lograr la protección constitucional de
esta población.
En primer lugar, señaló que “el juicio se realiza en relación con el deber de
cuidado que asiste a los familiares de la persona en situación de discapacidad
mental, teniendo como sujetos comparables a los parientes consanguíneos y a los
civiles”39. El Ministerio Público concluyó que los sujetos del análisis son
comparables, ya que la jurisprudencia constitucional ha determinado que la familia
que surge por vínculos civiles se encuentra en pie de igualdad con la que se origina
mediante lazos de consanguinidad.
En segundo lugar, advirtió que, a pesar de que los derechos y obligaciones que
surgen del parentesco civil están en un plano de igualdad respecto a los que
emergen de los lazos consanguíneos, la norma acusada establece una regla de
preferencia que se traduce en un trato desigual entre sujetos comparables. Por lo
tanto, afirmó que el objeto de la Ley 1306 de 2009 es la protección e inclusión de
las personas con discapacidad mental. En ese sentido,
“el examen no versa sobre una medida que favorece a los familiares que
tienen un vínculo de sangre, sobre quienes tienen un vínculo originado por
adopción, ya que la norma que se estudia tiene como sujetos de protección a
las personas en situación de discapacidad. Se trata, en cambio, de una
disposición que contempla la forma en que se determina al sujeto que, de
manera preferencial, debe cumplir con la función de protección.”40
37 Folio 87.
38 Folios 145 a 150.
39 Folio 147.
40 Folio 149.
19
Por lo tanto, dedujo que el aparte demandado tendría aplicación cuando una
persona objeto de protección tiene parientes civiles y consanguíneos.
Competencia
41 Ibídem.
42 Folio 150.
20
El ICBF señaló que en la Sentencia C-336 de 201644 este Tribunal examinó una
demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 50 del Código Civil (CC). En
esa ocasión, la Corte resolvió “INHIBIRSE de proferir un pronunciamiento de
fondo respecto del artículo 50 del Código Civil, por cuanto dicha disposición fue
derogada orgánicamente por el Código de la Infancia y la Adolescencia,
configurándose la carencia actual de objeto.” En efecto, la Corte consideró que
este artículo había sido derogado por normas posteriores como la Ley 5ª de 1975,
el Código del Menor y el Código de la Infancia y la Adolescencia. Lo anterior,
debido a que estos preceptos eliminaron cualquier trato discriminatorio respecto a
los hijos adoptivos y sus adoptantes, al extender el vínculo filial a todas las líneas y
grados, consanguíneos y afines.
Una posible interpretación de la norma podría ser que el fragmento acusado fue
derogado orgánicamente, pues actualmente el artículo 64 del Código de la Infancia
y la Adolescencia regula integralmente la materia. Ciertamente, esta disposición
establece que, por la adopción, el adoptivo deja de pertenecer a su familia y se
extingue todo parentesco de consanguinidad. Por lo tanto, se vaciaría de contenido
la distinción entre parientes consanguíneos y civiles para definir quién ejercerá la
protección de una persona en situación de discapacidad.
7. Los artículos 71 y 72 del Código Civil, así como la Ley 153 de 1887, fijan tres
clases de derogaciones: expresa, tácita y orgánica. El artículo 71 del Código Civil
establece que una derogación expresa ocurre en el momento en que “la nueva ley
dice expresamente que deroga la antigua”, asimismo, este afirma que existe
derogación tácita cuando “la nueva ley contiene disposiciones que no pueden
conciliarse con las de la ley anterior”. Por otro lado, el artículo 72 de este mismo
Código ahonda en el concepto de derogación tácita al especificar que “[l]a
derogación tácita deja vigente en las leyes anteriores, aunque versen sobre la
misma materia, todo aquello que no pugna con las disposiciones de la nueva ley”.
Finalmente, el artículo 3º de la Ley 153 de 1887 introduce la derogación orgánica
de la siguiente manera: “Estímase insubsistente una disposición legal (…) por
existir una ley nueva que regula íntegramente la materia a que la anterior
disposición se refería”.
Por otro lado, afirmó que la derogatoria tácita supone un cambio de legislación
que implica una incompatibilidad entre lo regulado en una ley anterior y una
nueva, de manera que es necesario interpretar ambas leyes para establecer cuál es
la que rige la materia, o si la derogación es total o parcial.
Por último, precisó que la derogatoria orgánica sucede cuando una nueva ley
regula integralmente una materia que otra normativa regulaba. No obstante, sobre
este punto es importante resaltar que la jurisprudencia ha señalado que determinar
si una materia está o no enteramente regulada por la ley posterior, “depende de la
intención revelada por el legislador de abarcar con la nueva disposición o
disposiciones toda una materia, aunque en realidad no haya incompatibilidad
alguna entre éstas y las de la ley anterior. 47”
13. El literal acusado hace parte de una norma que dispone lo siguiente:
Por lo tanto, el inciso parcialmente demandado hace una distinción entre los
parientes consanguíneos y los civiles en el que indica un orden para establecer
obligaciones de protección de la persona con discapacidad mental y esa escala
prefiere a los primeros sobre los segundos. El parentesco civil se definía en el
artículo 50 del Código Civil en estos términos:
14. La Sentencia C-336 de 201655 estudió una demanda contra esta norma en la
que se le acusó de vulnerar el artículo 13 de la Constitución por generar una
discriminación por origen familiar. En esa ocasión, los solicitantes argumentaron
que este artículo hacía una distinción que afectaba únicamente a los hijos
adoptados, ya que establecía que este tipo de parentesco se extendía solamente
hasta los padres adoptantes. De este modo, sostuvieron que el parentesco civil
debía extenderse a todas las líneas y grados tal y como sucede con los hijos
consanguíneos.
En primer lugar, señaló que el artículo 279 de la Ley 5° de 1975 distinguió entre
adopción simple y plena y se definieron los efectos del vínculo del parentesco. La
primera se refería a que el parentesco entre el hijo adoptivo y su nueva familia se
extendía únicamente hasta los padres. Por su parte, la segunda hacía referencia a
que el parentesco entre el adoptivo y el adoptante se extendía en todas las líneas y
grados a los consanguíneos, adoptivos o afines a estos. En segundo lugar, advirtió
que el artículo 100 del Código del Menor (Decreto-Ley 2737 de 1989) extendió el
vínculo del hijo adoptivo y eliminó la distinción entre adopción simple y plena, de
manera que el vínculo entre el adoptivo y el adoptante siempre se extendía a todas
las líneas y grados. Por último, resaltó que actualmente el parentesco civil se rige
por el artículo 64 del Código de la Infancia y la Adolescencia (Ley 1098 de 2006),
el cual prevé que “[l]a adopción genera parentesco civil entre el adoptivo y el
adoptante, el cual se extiende en todas las líneas y grados a los consanguíneos,
adoptivos o afines a estos”.
15. A raíz de este recuento normativo, la Corte consideró que el artículo 50 del
Código Civil había sido derogado orgánicamente por normas posteriores, tales
como la Ley 5ª de 1975, el Código del Menor y el Código de la Infancia y la
Adolescencia, en tanto que regularon de manera distinta la materia que
previamente había dispuesto el Código Civil. Efectivamente, estas eliminaron
cualquier trato discriminatorio respecto a los hijos adoptivos y sus adoptantes, al
extender el vínculo filial a todas las líneas y grados consanguíneos y afines. En
consecuencia, resolvió declararse inhibida de proferir un pronunciamiento de
fondo respecto del artículo 50 del Código Civil, por cuanto dicha disposición había
sido derogada orgánicamente por el Código de la Infancia y la Adolescencia, en
razón de una regulación integral del asunto por una norma posterior.56
16. A raíz de esta decisión, una posible interpretación del literal b) del artículo 6°
de la Ley 1306 de 2009 es que el aparte acusado ya ha sido derogado
orgánicamente, pues actualmente el artículo 64 del Código de la Infancia y la
Adolescencia regula integralmente la materia. Por lo tanto, también se vaciaría de
contenido la distinción entre parientes consanguíneos y civiles para definir sobre
quién recae la función de protección de una persona en situación de discapacidad.
Es imperativo que esta Corte defina si esa hipótesis se ha configurado.
17. Para la Sala, el fragmento acusado del literal b) del artículo 6º de la Ley 1306
de 2009 se encuentra vigente por las siguientes razones: i) la Sentencia C-331 de
2016 no configura el fenómeno de la cosa juzgada por tratarse de un fallo
inhibitorio y porque debía estudiar una norma diferente a la que ahora se encuentra
bajo examen, No obstante, es un precedente relevante en su análisis normativo de
la vigencia del artículo 50 del Código Civil; por otra parte; ii) de acuerdo con un
estudio de vigencia de leyes en el tiempo es claro que el CIA no podía derogar la
56 La parte resolutiva de la sentencia fue dice lo siguiente: “INHIBIRSE de proferir un pronunciamiento de fondo
respecto del artículo 50 del Código Civil, por cuanto dicha disposición fue derogada orgánicamente por el Código
de la Infancia y la Adolescencia, configurándose la carencia actual de objeto.”
26
18. De acuerdo con los argumentos presentados por el demandante, por los
intervinientes y por el Ministerio Público, la Corte Constitucional debe determinar
lo siguiente: ¿La expresión “los parientes consanguíneos a los civiles” contenida
en el literal b) del artículo 6° de la Ley 1306 de 2009 viola el derecho a la igualdad
y, en particular, la prohibición de discriminación en razón del origen familiar al
establecer un orden escalonado a favor de los parientes consanguíneos sobre los
civiles para ejercer la función de protección para las personas en situación de
discapacidad mental?
En este mismo sentido, el Comité sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad ha establecido que, en ejercicio del derecho a la igualdad, deben
respetarse sus derechos, voluntad y preferencias. En este sentido, este Comité ha
afirmado que
28. Desde un punto de vista legal, la Ley 1306 de 2009, de la cual es parte el
fragmento demandado, derogó el régimen de guardas del Código Civil, lo cual
adecuó esta materia al nuevo modelo social de discapacidad 78. Esta Ley introdujo
varias modificaciones al régimen del Código Civil que incorporan principios
contemporáneos, y adaptan la legislación a la Constitución y a las convenciones
internacionales sobre personas con discapacidad adoptadas por Colombia. De este
modo, mediante la citada Ley se realizan los deberes en cabeza del Estado
“que sugieren una protección reforzada por su parte, están orientados a: (i)
adelantar políticas de previsión, rehabilitación e integración social para los
disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos a quienes deberá prestarse la
atención especializada que requieran (Art. 47 C.P.); (ii) garantizarles un
derecho al trabajo acorde con sus condiciones de salud y (iii) erradicar el
Por lo tanto, esta norma fue concebida por el Legislador como una herramienta de
protección que promueve la autonomía de las personas que tengan cualquier tipo
de discapacidad mental.
30. El artículo 13 de la Constitución establece que todas las personas nacen libres e
iguales ante la ley, de manera que recibirán la misma protección y trato de las
autoridades. Así mismo, señala que todas las personas "gozarán de los mismos
derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de
sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o
filosófica” (negrilla fuera del texto). De este modo, dentro de las distinciones
arbitrarias, el origen familiar como criterio para establecer un trato desigual está
expresamente prohibido por la Constitución.
Por su parte, el artículo 42 de la Carta Política señala que “los hijos habidos en el
matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados naturalmente o con asistencia
científica, tienen iguales derechos y deberes”. Por lo tanto, no es posible predicar
efectos civiles disímiles para el parentesco consanguíneo y el parentesco civil, ya
que por mandato constitucional todos los hijos, sin importar cuál sea el origen de
su parentesco, gozan de los mismos derechos y están sometidos a los mismos
deberes y obligaciones.
Por su parte, el artículo 47 del Código Civil establece que el parentesco por
afinidad
“existe entre una persona que está o ha estado casada y los consanguíneos
legítimos de su marido o mujer. La línea o grado de afinidad legítima de
una persona con un consanguíneo de su marido o mujer, se califica por la
línea o grado de consanguinidad legítima de dicho marido o mujer con el
dicho consanguíneo. Así un varón está en primer grado de afinidad
legítima, en la línea recta, con los hijos habidos por su mujer en anterior
matrimonio; en segundo grado de afinidad legítima, en la línea transversal,
con los hermanos legítimos de su mujer.”
De este modo, esta relación familiar se genera entre las personas que tienen
vínculos matrimoniales o uniones maritales de hecho, y se extiende hasta los
parientes consanguíneos de sus respectivas parejas.
“La igualdad que propugna la Carta entre las uniones familiares surgidas
de vínculos naturales y la conformada por vínculos jurídicos, abarca no
sólo al núcleo familiar como tal, sino también a cada uno de los miembros
que lo componen, puesto que estas disposiciones guardan íntima relación
con el artículo 13 superior, que prescribe: "Todas las personas nacen libres
e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las
autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades
sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o
familiar, lengua religión, opinión política o filosófica (...)” 83 (Negrilla fuera
del texto).
81 Ver entre otras: C-004 de 1998. M.P. Jorge Arango Mejía, T-329 de 1995. M.P. José Gregorio Hernández, T-488
de 1999 M.P. Martha Victoria Sáchica, T-183 de 2001. M.P. Alfredo Beltrán Sierra, C-243 de 2001, M.P. Rodrigo
Escobar Gil, T-641 de 2001 M.P. Jaime Córdoba Triviño, T-966 de 2001. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
82 Sentencia C-109 de 1995, MP Alejandro Martínez Caballero.
83 Sentencia C-1033 de 2002, MP Jaime Córdoba Triviño.
35
El derecho que asiste a todo menor de edad a tener una familia es la condición para
que este pueda desarrollarse de manera integral y armónica y, en consecuencia,
pueda gozar de sus demás derechos fundamentales. Por lo tanto, la jurisprudencia
constitucional ha determinado que cuando un niño no tiene una familia que lo asista
“es el Estado quien debe ejercer la defensa de sus derechos al igual que su
cuidado y protección”88.
De este modo, la adopción es la institución jurídica que puede garantizar a los niños
y niñas el derecho a tener una familia y no ser separado de ella 89. En ese sentido,
esta Corporación ha afirmado que la adopción “persigue el objetivo primordial de
garantizar al menor que no puede ser cuidado por sus propios padres, el derecho a
integrar de manera permanente e irreversible un núcleo familiar.”90 Además, la
adopción es la institución que busca, precisamente, proteger el derecho
fundamental a la filiación. Por consiguiente, la adopción hace del parentesco civil
el mecanismo mediante el cual una persona en estado de abandono materializa su
derecho a tener una familia y desarrollarse en medio de un ambiente armonioso.
37. Esta institución pretende suplir las relaciones de filiación de un menor de edad
que se encuentra en la condición jurídica de adoptabilidad, esto es, en una situación
de ser integrado a un nuevo entorno familiar en el que se restablezcan los lazos
rotos y, sobre todo, se le brinden las condiciones para su plena y adecuada
formación. De esta forma, los procesos de adopción están principalmente
orientados a garantizar a los menores de edad una familia en la que puedan
asegurar un desarrollo integral y armónico.
En concordancia con ello, el artículo 2º traza como objetivo principal el de fijar las
normas sustantivas y procesales “para la protección integral de los niños, las
niñas y los adolescentes, garantizar el ejercicio de sus derechos y libertades
consagrados en los instrumentos internacionales de Derechos Humanos, en la
Constitución Política y en las leyes, así como su restablecimiento”92.
Además, el artículo 6º del Código recoge el principio del interés superior de los
niños, niñas y adolescentes como parámetro de interpretación y aplicación de las
normas93, y en su artículo 8º lo define como “el imperativo que obliga a todas las
personas a garantizar la satisfacción integral y simultánea de todos sus Derechos
Humanos, que son universales, prevalentes e interdependientes”94.
39. Ahora bien, como se ha visto a lo largo de esta sentencia, de conformidad con
el artículo 64 los efectos jurídicos que conlleva la adopción son exactamente
iguales a los del parentesco consanguíneo. Por lo tanto, el parentesco civil no solo
es una institución mediante la cual se materializa el derecho fundamental a la
filiación de los menores de edad, sino que también se protege a la familia como
núcleo fundamental de la sociedad, entendida como una comunidad que decide
vivir en común y en donde están los afectos. Por lo tanto, la adopción es una
medida de protección que busca materializar los derechos fundamentales de los
niños y niñas a i) la filiación; y ii) tener una familia y a no ser separado de ella, sin
importar el origen el vínculo por el cual fue originada.
92 “ARTÍCULO 2.- Objeto. El presente código tiene por objeto establecer normas sustantivas y procesales para la
protección integral de los niños, las niñas y los adolescentes, garantizar el ejercicio de sus derechos y libertades
consagrados en los instrumentos internacionales de Derechos Humanos, en la Constitución Política y en las leyes,
así como su restablecimiento. Dicha garantía y protección será obligación de la familia, la sociedad y el Estado”.
93 “ARTÍCULO 6.- Reglas de interpretación y aplicación. Las normas contenidas en la Constitución Política y en
los tratados o convenios internacionales de Derechos Humanos ratificados por Colombia, en especial la
Convención sobre los Derechos del Niño, harán parte integral de este Código, y servirán de guía para su
interpretación y aplicación. En todo caso, se aplicará siempre la norma más favorable al interés superior del niño,
niña o adolescente. // La enunciación de los derechos y garantías contenidos en dichas normas, no debe entenderse
como negación de otras que, siendo inherentes al niño, niña o adolescente, no figuren expresamente en ellas”.
94 “ARTÍCULO 8.- Interés superior de los niños, las niñas y los adolescentes. Se entiende por interés superior del
niño, niña y adolescente, el imperativo que obliga a todas las personas a garantizar la satisfacción integral y
simultánea de todos sus Derechos Humanos, que son universales, prevalentes e interdependientes”.
38
41. Si bien la mayoría de los intervinientes solicitaron que la norma fuera declarada
inexequible, dos de ellos pidieron su exequibilidad condicionada. Por un lado, la
Universidad de Antioquia consideró que en la expresión demandada “los parientes
consanguíneos a los civiles” solo es necesario cambiar la preposición “a” por la
conjunción “y”, de forma que se elimine la diferenciación entre ambos tipos de
parentesco. Por otro lado, la Universidad del Rosario también solicitó declarar la
exequibilidad condicionada de la expresión demandada, de manera que esta fuera
interpretada de conformidad con las demás normas del ordenamiento jurídico que
protegen los derechos de las personas con discapacidad, y en concordancia con lo
establecido íntegramente en los artículos 1° y 6° de la Ley 1306 de 2009.
El escrutinio débil o suave se usa como regla general, debido a que existe prima
facie una presunción de constitucional de las normas expedidas por el Legislador.
El test está dirigido a verificar que la actividad legislativa se ejerza dentro del
marco de razonabilidad y que, por ende, no se adopten decisiones arbitrarias y/o
caprichosas96. Para que una norma sea declarada constitucional con esta intensidad
del test, basta con que el trato diferente que se examina sea una medida
potencialmente adecuada para alcanzar un propósito que no esté prohibido por el
ordenamiento jurídico.
por la magnitud del problema que el legislador busca resolver y el medio debe ser
adecuado, es decir efectivamente conducente para alcanzar dicho fin.
En ese tipo de casos el fin que busca la medida analizada debe ser no sólo legítimo
e importante sino imperioso, no basta que el medio sea adecuado y
efectivamente conducente, sino que debe ser necesario, es decir, no puede ser
reemplazado por un medio alternativo menos lesivo. Finalmente, este es el único
de los juicios en el que necesariamente debe adelantarse el análisis de
proporcionalidad en sentido estricto, por lo tanto, requiere que los beneficios de
adoptar la medida sean claramente superiores a la afectación que ella implica
sobre otros principios y valores constitucionales99.
De acuerdo con este método, la Corte procede a hacer el análisis del fragmento
acusado.
43. En primer lugar, debe afirmarse que en este asunto los supuestos de hecho son
susceptibles de contraste y sí se comparan sujetos de la misma naturaleza. En
efecto, la comparación se presenta entre dos tipos de parentesco, el
consanguíneo y el civil, a los que el ordenamiento jurídico atribuye derechos y
deberes, en general, y en el caso del cuidado de personas en situación de
discapacidad mental, en particular.
44. En segundo lugar, debe señalarse que en este caso el apartado demandado
genera un trato desigual entre sujetos que son iguales porque los dos tipos de
parentesco tienen las mismas consecuencias jurídicas, tal como se explicó
previamente, y sólo se mantiene la distinción para ciertos propósitos específicos,
por ejemplo, el impedimento matrimonial entre los parientes consanguíneos más
cercanos. Sin embargo, el artículo 6° de la Ley 1306 de 2009 determina quién debe
ejercer de manera preferencial la protección de un sujeto con discapacidad mental.
De este modo, a pesar de que los parientes consanguíneos y civiles se encuentren
en un plano de igualdad, la norma establece que los primeros tienen prelación
97 La Corte Constitucional, en numerosas sentencias, ha considerado que los criterios señalados por el artículo 13 de
la Constitución (sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica) son también
criterios sospechosos de discriminación (ver, entre otras sentencias, SU-617/14 MP Luis Guillermo Guerrero Pérez;
C-577/11 MP Gabriel Eduardo Mendoza Martelo o C-075/07 Rodrigo Escobar Gil).
98 Sentencia C-112 de 2000, MP Alejandro Martínez Caballero.
99 Sentencias C-063 de 2018 MP Gloria Stella Ortiz Delgado y C-659 de 2016 MP Aquiles Arrieta.
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sobre los segundos para ejercer la función de protección de sus familiares con
discapacidad mental.
46. Una vez establecido el grado de intensidad del test, esta Sala debe verificar cuál
es el objetivo que busca la medida y constatar si, además de ser legítimo e
importante, es imperioso. De acuerdo con el texto de la norma, la finalidad de la
medida es establecer un orden escalonado para ejercer el cuidado de un sujeto
en situación de discapacidad mental. Particularmente, el aparte demandado
establece lo siguiente:
En ese sentido, un orden escalonado fijo que prefiere a los parientes consanguíneos
sobre los civiles en el cuidado de las personas con discapacidad mental puede ir
directamente en contra de sus intereses. Ciertamente, la disposición obvia la
100 El artículo 13 de la Constitución establece lo siguiente “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley,
recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión,
opinión política o filosófica.” (Negrilla no original)
101 Congreso de la República de Colombia, Gaceta del Congreso No. 480 de 2007.
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diversidad de situaciones en las que una persona con discapacidad mental tenga
que ser forzada a estar bajo el cuidado de parientes consanguíneos con los que no
tiene ninguna relación debido a que su familia, entendida como una comunidad que
decide vivir en común y en donde están los afectos, fue conformada de manera
civil.
Integración normativa
ordinarias que no son objeto de control previo u oficioso, pese a que contra las
mismas no se hubiere dirigido demanda alguna.
Cuestión final
Con base en estos argumentos, esta Sala insiste en la conclusión según la cual el
aparte demandado viola el artículo 13 de la Constitución y, en consecuencia, debe
ser declarado inexequible.
Conclusiones
55. Antes de realizar un estudio de fondo sobre la norma, esta Sala examinó la
posibilidad de que esta hubiera sido derogada de manera orgánica de conformidad
con la Sentencia C-336 de 2016. De este modo, concluyó que, si bien la
mencionada providencia es un precedente relevante para el asunto en discusión, no
configura el fenómeno de la cosa juzgada constitucional, debido a que se trata de
un fallo inhibitorio y se ocupa de un problema jurídico distinto, sin embargo, hace
un estudio normativo relevante para el caso. Por otra parte, señaló que, de
conformidad con un análisis temporal de la vigencia de las leyes, el Código de
Infancia y Adolescencia no podía derogar lo establecido en la Ley 1306 de 2009,
pues es una normativa anterior a la norma que se analiza en este caso. Por último,
advirtió que el Legislador quiso mantener la distinción entre parientes
consanguíneos y civiles, y que esta tiene una relevancia dentro del ordenamiento
jurídico en la medida en que le asigna consecuencias al parentesco consanguíneo
del adoptado en ciertos casos.
56. En el análisis de fondo del apartado, la Corte estableció que debía adelantar un
juicio integrado de igualdad de carácter estricto, debido a que se trataba de una
disposición acusada de violar el artículo 13 de la Constitución con base en un
criterio sospechoso enunciado explícitamente en la Carta: la discriminación por
origen familiar.
DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional de la República de Colombia,
administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,
RESUELVE
Expediente: D-12674
Magistrada ponente:
Gloria Stella Ortiz Delgado
Fecha ut supra,