La Central Historia
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Precisamente las dos escuelas de La Central llevan los nombres de Luis Piagio y Mohamed
Dib El Musri en honor a estos vecinos emprendedores.
"Acá, las cosas que tenemos se han ido consiguiendo gracias al esfuerzo de la gente.
Estamos a 18 kilómetros de la ciudad de Rivadavia y no ha sido fácil conseguir los servicios
básicos", dice Francisco D'Angelo (27). Destaca que lo mejor que tiene La Central "es su
gente y la tranquilidad en la que todavía vivimos".
En 1952 llegó el agua potable y la electricidad lo hizo siete años después. Hoy el tanque de
agua del pueblo es operado por Francisco D'Angelo. "Tenemos unos 450 usuarios y también
le llevamos el agua en camión a mucha otra gente", cuenta el hombre que se siente
orgulloso del lugar: "Vivimos como nos enseñaron nuestros padres, amando la viña y los
cultivos y eso es lo que intentamos dejar a nuestros hijos".
El club social está frente a una plaza descolorida y también hay cerca de allí una pequeña
capilla, -con campanario y todo- que fue levantada con el aporte de los vecinos hace ya
medio siglo, en 1957. "Lo más lindo de La Central es la capilla", dice Olga Ambrosini y cuenta
que le gustaría que el pueblo tuvierae un salón social, "donde poder juntarnos algunas
amigas y señoras".
La escuela primaria Luis Piagio tiene una matrícula de 260 alumnos. Muchos de ellos
recorren más de cuatro kilómetros para ir a clases y 15% de los chicos arranca el ciclo
escolar unos 20 días después que sus compañeros; son aquellos que ayudan a sus padres en
la cosecha.
"Los chicos de las escuelas rurales son muy especiales. Acá no tenemos problemas de
conducta y todavía se mantiene el respeto por el docente", cuenta Alberto Palma, director
del establecimiento desde hace 15 años. El salón de la escuela, además de espacio para
recreos y actos escolares, sirve en más de una ocasión para fiestas de cumpleaños o
casamientos, dice María Páez, docente del 7º grado.
A la hora de hablar de las cosas que le faltan a La Central hay pedidos para todos los
gustos.
Están quienes sueñan con la (improbable) construcción de un hospital "porque el que está en
Rivadavia lo tenemos a más de 20 kilómetros"; mientras otros buscan obras menos
utópicas,
como las cloacas o el arreglo del carril Mirador.
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