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Rodrigo Echeverri Restrepo

Independiente
roer42@gmail.com

VOLUMEN 4 - NÚMERO 1 - 2019 - PP. 189-211


Recibido: 25 de diciembre de 2018 -
Aprobado: 09 de mayo de 2019.

REFLEXIÓN

Las ciencias forestales y la gestión de la biodiversidad: apuntes históricos para


una reivindicación

Forest science and biodiversity management: historical notes of vindication

RESUMEN
En este artículo se hace un recuento de los aportes de la ingeniería forestal al conocimiento y conser-
vación de la biodiversidad mediante el análisis de trabajos en temas forestales de manejo sostenible,
suelos, fauna y flora, mejoramiento genético y dendrocronología, además de contribuciones al cono-
cimiento y zonificación del territorio. La reseña se centra en los aportes de las universidades desde las
ciencias forestales desde principios del siglo pasado, y evidencia los aportes al conocimiento y gestión
de la biodiversidad desde su práctica. Los primeros profesionales forestales formados en Colombia son
de los inicios de la década de los 60 y, desde ese entonces, han aportado algunos estudios tempranos
de ecología y geografía botánica realizados en el país. En las últimas décadas el quehacer universitario
aborda temas novedosos y complejos que arrojan información de alta calidad sobre el origen, dinámica
y circunstancias biofísicas de los bosques naturales y plantaciones de árboles.

Palabras clave: Aprovechamiento forestal. Biodiversidad forestal. Ecología forestal. Gestión de biodi-
versidad forestal. Ingeniería forestal. Instituciones y políticas forestales.
Las ciencias forestales y la gestión de la biodiversidad: Echeverri-Restrepo
Apuntes históricos para una reivindicación

resumen ABSTRACT
palabras clave
In this essay, I present a historic overview of the contributions of forest engineering
abstract to the knowledge and management of biodiversity in Colombia, based on the analysis
of publications related to sustainable forestry, forest soils, fauna and flora associated
key words
with forests, forest genetic improvement, dendrochronology, and land use planning
introducción and management. Focused on contributions from forest sciences at universities since
the beginning of the last century, it was found that evidently the forest sector has
desarrollo done important contributions to the knowledge and management of biodiversity. The
conclusiones y
first professionals in the field educated in Colombia appeared in the early sixties, and
recomendaciones since then have produced studies of botanical ecology and geography for Colombia.
Currently, university work has approached novel and complex subjects that give
referencias high-quality information about the origin, dynamics, and biophysical circumstances
sobre el autor of natural forests and tree plantations.

Keywords: Afforestation. Forest biodiversity management. Forest ecology. Forest


engineering. Forest institutions and policies. Forest production. Forestry.

INTRODUCCIÓN
La situación de la ingeniería forestal en Colombia no deja de ser paradójica. Los
ingenieros forestales, después de ser pioneros en la gestión de los recursos foresta-
les en el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente
(Inderena), creado en 1968 y disuelto en 1993 con la creación del Ministerio del
Medio Ambiente y del Sistema Nacional Ambiental (Sina), fueron desacreditados.
Se afianzó la percepción que se trata de profesionales adictos a las especies exóticas,
incluso se sugirió que eran profesionales con escasa preparación académica. Estos
son prejuicios sin fundamento. Tal como se presenta en este trabajo, la ingeniería
forestal ha jugado un papel importante en estudios ecológicos desde los años 50 y
60, y ha hecho significativos aportes al conocimiento y gestión de la biodiversidad.
En el presente trabajo, presento los hitos de mi experiencia como ingeniero forestal,
enfrentado a diversos contextos cambiantes, en una profesión que resulta importante
reivindicar, entre otras razones, para reforzar la rezagada conservación a través del
uso sostenible de los recursos biológicos.

DESARROLLO

Los estudios universitarios de la ciencia forestales

Las primeras carreras de ingeniería forestal se crearon en Colombia a principios de


la década de los 50 en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional
de Colombia en Medellín (Unal-Medellín) y en la Universidad Distrital en Bogotá.
En la Nacional, los estudiantes compartieron los dos primeros años lectivos con
los de agronomía, en la Distrital de Bogotá, con los de Ingeniería Electrónica. Los

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resumen
estudios universitarios de temas forestales ya se habían iniciado hacia 1916, cuando
palabras clave
la Gobernación de Antioquia reglamentó la Escuela de Agricultura Tropical y Vete-
rinaria, actualmente Facultad de Ciencias Agrarias de la Unal-Medellín, cuyo plan abstract
de estudios incluía la asignatura silvicultura, que se veía en el primero y segundo
key words
año, y estaba orientada a la reforestación, la conservación y el aprovechamiento de
los bosques, además del estudio de las principales maderas industriales e industrias introducción
que se pueden desarrollar (Vásquez y Pérez, 2015).
desarrollo

En 1945, durante el Primer Congreso Forestal Nacional en Bogotá, se planteó la ne- conclusiones y
cesidad de darle a los estudios forestales su debida atención y se solicitó la creación recomendaciones
de programas profesionales en ciencias forestales (Suescum y Peláez, 2009). En este
referencias
contexto se decide crear la carrera de Ingeniería Forestal en la Facultad Nacional de
Agronomía pues una facultad se identificaba con una carrera. Para la segunda carrera sobre el autor
se optó por la figura de un instituto, que compartía el profesorado, los laboratorios,
las aulas, la biblioteca y las áreas de prácticas, lo mismo que la dirección y adminis-
tración (Vásquez y Pérez, 2015). Mas tarde se consolidó la Facultad de Ingeniería
forestal como tal.

La carrera de Ingeniería Forestal en la Universidad Distrital se creó el 6 de agosto


de 1950 en la entonces Universidad Municipal de Bogotá. El presbítero Daniel de
Caicedo fue el primer rector y quien inició la formación tecnológica en carreras de
tres años en radiotécnica, topografía y ciencias forestales. Se convocaron cerca de 30
bachilleres, que iniciaron sus estudios en 1951, de los cuales 23 terminaron en 1953.
Entre ellos, siete obtuvieron el grado de licenciado en Ciencias Forestales y Botáni-
cas, equivalentes a los actuales tecnólogos. A partir de 1960, esta universidad contó
con una Facultad de Ingeniería Forestal, cuyo primer decano fue el ingeniero forestal
austriaco Alfred Kotschwar que, basado en currículos europeos, dio inició un plan de
estudios de cinco años para la formación de ingenieros forestales. Los Ferrocarriles
Nacionales cedieron extensos bosques en el Cararé-Opón (Clavijo, 2009) donde se
desarrollaron, con el apoyo del gobierno alemán, ensayos de manejo sostenible de
bosques y reforestación con especies de la zona, principalmente caracolí (Anacardiun
excelsum), en los años 60 y 70.

La Universidad del Tolima creó una Facultad de Ingeniería Forestal en 1961 y en el


siguiente año adoptó su plan de estudios, siguiendo las recomendaciones del “Primer
Seminario de la Enseñanza de la Ingeniería Agronómica, la Medicina Veterinaria y
Zootecnia y la Ingeniería Forestal”, realizado en Ibagué en 1962, cuyos estudios e
investigaciones se orientaban al manejo de bosques y la conservación de suelos y
aguas, de acuerdo con los problemas en materia forestal del Tolima. El primer deca-
no y buena parte de sus docentes venían de la Universidad Distrital (Vargas, 2009).

Aunque en Colombia existen otras instituciones dedicadas a la enseñanza de la edu-


cación forestal, las tres mencionadas son la piedra fundacional de esta disciplina.

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Apuntes históricos para una reivindicación

resumen Además de ellas, en este momento la Universidad Industrial de Santander (UIS)


ofrece un programa de Ingeniería Forestal en su sede de Málaga (Santander) –que
palabras clave
en los 80 inició como una técnica a principios de los 90 se transformó en el actual
abstract programa–, al cual tienen acceso los bachilleres y los tecnólogos forestales a quienes
les interese optar por el título de ingeniero. Otros programas se desarrollaron a partir
key words
de los años 90 e inicios del siglo XXI en varias universidades públicas y privadas
introducción de Colombia, como la Universidad del Cauca (Popayán), que ofrece desde 2003 un
programa de Ingeniería Forestal y el Colegio Integrado del Oriente de Caldas IES-CI-
desarrollo NOC en Pensilvania (Caldas), el cual ofrece desde 1985 un programa de técnicas
conclusiones y
forestales (Hoyos, 2009).
recomendaciones
Primeros empresarios y entidades que hicieron cultivos de árboles
referencias

sobre el autor Las primeras empresas reforestadoras nacieron al final de la primera mitad del siglo
pasado como iniciativas de empresarios particulares; entre ellos Pedro Nel Ospina
Vásquez, hijo del general y expresidente, y Alfonso Dávila Ortiz. Este último trabajó
el cedro (Cedrela sp.) y la caoba (Swietenia macrophylla), además de utilizar teca
(Tectona grandis) a lo largo de los cercos. También plantó pequeños lotes con iguá
(Pseudosamanea guachapele), canalete o nogal cafetero (Cordia alliodora), caracolí
(Anacardium excelsum) y abarco (Cariniana pyriformis); utilizó el balso (Ochroma
logopus) para darle sombrío a las plantaciones de cedro y caoba y tras notar el buen
desarrollo de la teca plantada a lo largo de los cercos, reforestó varios lotes con esta
especie (Dávila, 2007). Desde 1949, Pedro Nel Ospina Vásquez inició reforestaciones
con teca y abarco en Ayapel (Córdoba), además de cultivos de café con sombrío de
nogal cafetero en Antioquia (Berrío, 2007). Cada uno de ellos, en forma independien-
te, importó teca de Trinidad y Tobago entre 1948 y 1949, donde la habían introducido
desde 1913, probablemente de Tenasseim (Birmania o Myanmar) (Echeverri, 1976).
Ospina Vásquez trajo semillas y Dávila Ortiz importó pseudoestacas.

Las plantaciones con fines protectores se iniciaron a finales del siglo XIX con pinos
(Pinus spp.) y cipreses (Cupressus spp.) en los Cerros Orientales de Bogotá, donde
la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) reforestó en los años
20 y del siglo pasado (Delsa, 1980). A finales del siglo XIX los Cerros Orientales
estaban deforestados, a pesar de ser fuentes del acueducto y abarcar las agua los ríos
San Francisco y San Cristóbal y las de las quebradas Arzobispo, Las Delicias y La
Vieja. En respuesta a esta situación, en 1899 se comenzaron a hacer trabajos de refo-
restación con pinos y cipreses, y desde entonces ha habido debates relacionados con
la reforestación frente al crecimiento espontáneo de vegetación y sobre las especies
a utilizar, pues se estaban empleando sobre todo cipreses y eucaliptos (Eucalyptus
spp.), y en menores cantidades acacias (Acacia spp.) y urapanes (Fraxinus chinensis).
En 1922, la EAAB estimó que llevaba plantados 437600 árboles, principalmente co-
níferas y eucaliptos, además de varias especies de chusque (Chusquea spp.) (Delsa,
1980). En 1924, se suspenden estas plantaciones, porque llegan a la conclusión que
lo más adecuado es dejar crecer espontáneamente la vegetación natural, luego de que

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el Municipio, hoy el Distrito Capital, hubiera comprado la gran mayoría de predios resumen
en donde se hicieron las plantaciones. En esta decisión influyeron los puntos de vista
palabras clave
del Hermano Apolinar María y del geólogo Ricardo Lleras Codazzi.
abstract
En la década de los 40 se realizaron reforestaciones protectoras en las cuencas del
key words
embalse de Piedras Blancas (Medellín) (Bustos y Vanegas, 1975), así como en las
del río Blanco (Manizales), Otún (Pereira) y en las inmediaciones del embalse del introducción
Neusa (Cundinamarca). Se utilizaron sobre todo pinos, cipreses, eucaliptos y acacias.
En las áreas de influencia de estos lugares se plantaron árboles en los linderos de las desarrollo

fincas. También se establecieron pequeños rodales con buenos resultados, lo que dio conclusiones y
lugar al establecimiento de bosques en las tierras frías y templadas, por particulares, recomendaciones
normalmente en altitudes superiores a los 1700 metros, al igual que en la quebrada
referencias
Piedras Blancas (Medellín), por parte del acueducto.
sobre el autor
En la década de los 60 se incrementaron las plantaciones privadas con fines comer-
ciales, que el gobierno apoyó con créditos, viveros de fomento y corporaciones con
objetivos centrados en reforestación. Hacia 1975 se consideraba que los particulares
habían tomado la iniciativa en las plantaciones forestales con fines comerciales, mien-
tras que el Estado se ocupaba de reforestaciones protectoras, con excepción de 3.000
hectáreas de plantaciones con fines comerciales en Ayapel (Córdoba), San Benito
(Sucre) y el Llanito y Sabana de Torres (Santander) (Bustos y Vanegas, 1975). Tam-
bién en los 60 el Acueducto de Bucaramanga hizo extensas plantaciones con especies
nativas en la cuenca del río Tona, bajo la dirección del ingeniero forestal Marcelino
Valderrama, uno de los primeros egresados del Instituto Forestal de la Universidad
Nacional. El eucalipto (Eucalyptus globulus) fue traído a Colombia por Manuel Mu-
rillo Toro en 1868 y lo plantó en Ubaté (Cundinamarca). Los cipreses ya formaban
parte de los árboles ornamentales de las viejas haciendas caucanas (Berrío, 2007).

La intervención gubernamental en las reservas forestales

En la década de los 50 y hasta finales de los 60 los ingenieros forestales encuentran


oportunidades laborales en el Ministerio de Agricultura (que regulaba la explotación
de bosques naturales), al igual que en la Corporación del Valle del Magdalena y el
Sinú (CVM), que administraba los recursos naturales y estructuraba un programa
para su utilización sostenible de su jurisdicción –cuenca del río Magdalena al norte
del río Negro, ríos Nechí y Cauca, al norte del paralelo 7, y los territorios de los
departamentos del Atlántico, Bolívar, Córdoba y Magdalena–.

En el Ministerio de Agricultura los ingenieros forestales competían con los agró-


nomos y abogados por las posiciones relacionadas con bosques, desde las cuales se
tramitaban permisos de explotación forestal entre 10 y 20 empresas madereras que
comenzaban a gestionar sus concesiones en los manglares del Caribe,y en los baldíos
de la costa del Pacífico, el Atrato y Urabá, donde las comunidades afrocolombianas e
indígenas eran invisibles y quienes tratadas como grupos de colonos por las empresas

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resumen madereras. Las solicitudes para concesiones forestales debían estar acompañadas por
un plan de aprovechamiento y utilización de los bosques, firmado por un profesional
palabras clave
forestal competente. Otras resoluciones de la misma época obligaban a los made-
abstract reros a contratar ingenieros forestales para sus operaciones de extracción maderera
(Guauque, 2009).
key words

introducción Paralelamente la CVM sentaba las bases para la administración pública de los bosques
y otras áreas silvestres mediante un conjunto de acciones que incluía un sistema de
desarrollo control y vigilancia de la explotación forestal y piscícola, ensayos de aclimatación
conclusiones y
de especies y pequeñas reforestaciones en el Medio y Bajo Magdalena, además de
recomendaciones las cuencas de los ríos Gaira y Manzanares en el macizo de la Sierra Nevada de
Santa Marta. En los límites de los departamentos de Bolívar y Antioquia se realizó
referencias el inventario de los bosques de la serranía de San Lucas, como primer paso para un
sobre el autor proyecto para su aprovechamiento maderero e industrial (Ramírez, 2009).

Por el Decreto 2420 de 1968, se creó el Instituto de Desarrollo de los Recursos


Naturales Renovables (Inderena), con las funciones que desempeñaba la División
de Recursos Naturales del Ministerio de Agricultura y la CVM, en especial la re-
glamentación, administración, conservación y fomento de los recursos naturales del
país. En cuanto al aprovechamiento de bosques naturales, asumió el otorgamiento
y supervisión de las concesiones, licencias y permisos forestales y movilización de
productos forestales. Con el Decreto 133 de 1976 se reestructura el sector agrope-
cuario y denomina al Inderena como Instituto Nacional de los Recursos Naturales
Renovables y del Ambiente, al que se le asignaron las funciones de protección del
medio ambiente y la administración, conservación y manejo de los recursos naturales
renovables en el territorio nacional (Guauque, 2009).

El Inderena le dio énfasis a los planes de ordenación forestal y otorgó 7 permisos


sobre 299.357 hectáreas, con plazos entre 10 y 35 años, que se sumaban a los 24 que
provenían del Ministerio de Agricultura. No obstante, estos planes eran nominales y
reinaba la anarquía en el aprovechamiento de maderas, las cuales eran extraídas de
cualquier parte, además de la ilegalidad en su transporte y comercialización, esto im-
plicaba poco o nulo beneficio que la actividad dejaba a los pobladores que dependían
del uso de los recursos forestales para apenas subsistir, constituyendo un escenario
de baja gobernabilidad forestal (Ramírez, 2009; Orozco, 2009).

La División de Parques Nacionales y Vida Silvestre del Inderena se hizo responsable


de los parques que habían sido declarados por de la CVM (Tayrona e Isla de Sala-
manca) y de dos áreas protegidas (Reserva Biológica de La Macarena a cargo de
la Universidad Nacional, y el Parque Nacional Cueva de los Gúacharos, creado en
1960), además del Parque Nacional de Puracé, que desde 1961 había sido declarado
Parque Regional Natural del Departamento del Cauca y estaba a cargo de la Univer-
sidad del Cauca. En esta transferencia institucional de áreas protegidas se olvidaron
del Parque Nacional del Río León, a cargo de la Universidad Nacional, con el que se

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pretendió proteger los últimos reductos de los antes extensos cativales, de interés de resumen
las empresas madereras, siendo además campo de prácticas del Instituto Forestal de
palabras clave
la Universidad Nacional. En 1970 se creó el Territorio Fáunico el Tuparro (Vichada),
actualmente Parque Nacional Natural; el Parque Nacional Natural Las Orquídeas –en abstract
marzo de 1973–, ubicado en los límites de Antioquia y el Medio Atrato chocoano; el
key words
Parque Nacional Natural Los Katíos –en agosto de 1974–, localizado en los límites de
Colombia y Panamá –apoyado por el gobierno de Estados Unidos, al que le interesaba introducción
como barrera natural para la expansión de la fiebre aftosa–. Otras áreas protegidas
de la época fueron el Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos –en 1977-, ubicado desarrollo

en el litoral del Caribe en La Guajira, ya en ese entonces amenazado por la explota- conclusiones y
ción de los bosques que rodean el área protegida (Guauque, 2009). El papel de los recomendaciones
ingenieros forestales en esta fase de creación de áreas protegidas fue fundamental.
referencias

En 1974 se creó la Corporación Nacional de Investigación y Fomento Forestal (Co- sobre el autor
nif) como un esfuerzo de las empresas madereras y el sector público para cumplir
con las obligaciones derivadas de la explotación forestal. Originalmente, se quiso
financiar con la tasa de reposición e investigación que pagaban los concesionarios y
permisionarios forestales para ejecutar programas de desarrollo social, investigación
y reforestación en las áreas forestales otorgadas para aprovechamiento. El Conif
también se haría cargo de la obligación de recuperar los volúmenes aprovechados
para dar cumplimiento al compromiso de manejar el bosque o reforestar, contraído
por las empresas en los contratos de otorgamiento de permisos de aprovechamiento.
Esta entidad ha impulsado investigaciones en áreas de manejo sostenible del bosque
natural y plantaciones, así como proyectos para el uso y manejo de los recursos fo-
restales, los cuales han dado como resultado innumerables publicaciones, artículos
científicos y cursos del alto nivel que se convierten hoy en su más valioso aporte al
país. A pesar de sus obligaciones relativas a la recuperación de los bosques utilizados,
no cumplió con la misión ya que por razones legales fue imposible transmitirle los
pagos de la tasa para ello pagada por los beneficiaros de permisos de aprovechamiento
(Ramírez, 2009).

Manejo forestal sostenible

Para el manejo forestal sostenible se requiere conocer el crecimiento del bosque o de


la plantación de árboles. A mediados de los años 80 ya se habían generado herramien-
tas conceptuales y metodológicas en el ámbito académico para darles fundamentación
a los planes de ordenación o manejo, e iniciado las investigaciones, modelando el
crecimiento de bosques y plantaciones.

La participación de los ingenieros forestales en los bosques naturales se había redu-


cido a unos planes de ordenación o de manejo institucionalmente instituidos. Los
crecimientos y rendimientos se establecían según las necesidades del cliente, se
desconocían las prácticas de explotación forestal de las comunidades relacionadas
con el bosque y se ignoraba la colonización espontánea. Dichos planes realmente

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resumen servían para obtener salvoconductos para la movilización de la madera extraída, que
eran obtenidos muchas veces en lugares diferentes a los licenciados. Se estimó así
palabras clave
que el 76 % de la madera utilizada en los múltiples procesos de producción provenía
abstract de bosques naturales no manejados (USAID, 2009).
key words
Paralelamente, las universidades, en sus programas de Ingeniería Forestal, avanza-
introducción ban en el desarrollo de elementos para el manejo de bosques tropicales en proyectos
como el del Carare-Opón en el Magdalena Medio –para la producción de polines de
desarrollo ferrocarril, liderado por la Universidad Distrital con la cooperación del gobierno ale-
conclusiones y
mán–, las investigaciones del Centro Forestal Tropical del Bajo Calima –ubicado en
recomendaciones el delta del río San Juan, a cargo de la Universidad del Tolima– y el Proyecto Guandal
–ubicado en los bosques comerciales inundables del litoral del Pacífico nariñense
referencias (del Valle 1997), ejecutado por la Universidad Nacional apoyada por Corponariño y
sobre el autor el Reino de los Países Bajos–.

El Proyecto Carare-Opón se desarrolló en 124000 hectáreas –ubicadas entre la cor-


dillera Oriental y los ríos Magdalena, Opón y Guayabito–, cedidas a Universidad
Distrital Francisco José de Caldas por los Ferrocarriles Nacionales en 1966, para que
transformara la selva en un bosque manejado que los abasteciera de traviesas para
sus vías. Fue apoyado por el Gobierno nacional con un aporte anual de poco más de
un millón de pesos y apoyado por el gobierno alemán. El proyecto, además de ser
un campo de prácticas para los programas de Ingeniería Forestal de las tres univer-
sidades, se proponía transformar el bosque tropical heterogéneo en uno industrial
homogéneo con mayor presencia de especies maderables comerciales, complemen-
tado con reforestación con especies de la zona, principalmente abarco (Cariniana
pyriformis), unido a procesos de transformación de la madera (Guauque, 2009b).

Para el manejo sostenible de los bosques inundables del delta del río Patía se estruc-
turó el Proyecto Guandal a partir del reconocimiento de las prácticas de explotación
forestal persistente de las comunidades afrocolombianas del litoral de Pacífico en
Cauca y Nariño (del Valle 1996; del Valle y Restrepo, 1996). Se origina por la asesoría
que la Universidad Nacional dio a la Cooperativa Triplex El Cóndor, propiedad de
los antiguos trabajadores de la empresa Maderas y Chapas de Nariño, la cual quebró,
a raíz de lo cual quedó de propiedad de los trabajadores en 1983 como pago de las
deudas con ellos contraídas por salarios y prestaciones sociales. La Unal-Medellín
decidió colaborar con los nuevos propietarios (del Valle, 1994). Estas asesorías pu-
sieron en contacto al grupo de profesores y estudiantes de la Unal con los bosques
de guandal (bosques mixtos en humedales forestales), lo que los llevó a comprender
una dimensión hasta ese momento esquiva y formalmente desconocida, tanto en las
ciencias sociales como naturales de Colombia, esto es, unos bosques que persistían a
pesar de haber sido explotados durante varias décadas y seguían produciendo ingresos
a la economía local, contribuyendo con un altísimo porcentaje de madera al consumo
nacional. También se dieron cuenta de la existencia de un campesinado silvicultor
que se debatía en una gran miseria, dadas las relaciones económicas de explotación

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que allí prevalecían. Estos hechos permitieron plantear que allí podrían construirse resumen
las bases del aprovechamiento sostenible por parte de las comunidades de los bosques
palabras clave
naturales del delta del río Patía, para lo que iniciaron estudios tendientes a conocer
la dinámica y la estructura de estos bosques. En marzo de 1984 se establecieron las abstract
primeras parcelas permanentes, que se medían anualmente y se iban ampliando a otros
key words
sitios, pero los recursos personales de los docentes y de la Universidad resultaban
insuficientes por lo que buscaron cooperación internacional, la cual finalmente se introducción
concretó en un apoyo económico del Reino de los Países Bajos a través del Plan de
Acción Forestal para Colombia (PAFC), que dio lugar a una primera fase del Proyecto desarrollo

Guandal, ejecutada entre 1992 y 1994 (del Valle, 1994). conclusiones y


recomendaciones
El Proyecto Guandal estudió integralmente, con datos de parcelas comenzadas a
referencias
instalar en 1984, los bosques de guandal y sus interrelaciones con las comunidades
afrocolombianas e indígenas que los han utilizado por décadas, buscando funda- sobre el autor
mentar el aprovechamiento persistente que localmente se hacía, reconocido por los
investigadores universitarios. que identificaron a las comunidades como silviculto-
res empíricos. En este campo, se ocuparon del estudio de su riqueza y diversidad,
estructura horizontal y vertical, crecimiento de bosques explotados y sus respuestas
a entresacas, ingreso y mortalidad de especies en bosques de segundo crecimiento y
propagación vegetativa del sajo (Campnosperma panamensis) y el cuángare (Otova
parvifolia), entre otros temas. Respecto a su manejo, por análisis multivariado deter-
minaron los volúmenes de los principales tipos de bosque y la posibilidad de corta
anual para un aprovechamiento persistente, exploraron las potencialidades del manejo
por entresacas y plantearon alternativas de manejo de bosques explotados. También
abordaron temas de aprovechamiento e industria forestal, la caracterización etnobo-
tánica de los bosques y áreas cultivadas, así como de las prácticas agroforestales, la
evaluación económica del aprovechamiento forestal y su reseña histórica. Sobre lo
anterior se publicaron 76 artículos, relacionados en una bibliografía preparada por
del Valle (1994) al final de la primera fase del proyecto. Sería interesante averiguar
qué tanto se ha utilizado esta información en los planes de manejo de territorios
colectivos y resguardos indígenas, cuyos líderes recibieron copia de ellas por parte
de la Universidad.

Desde hace más de 20 años se han desarrollado modelos matemáticos sobre el creci-
miento de bosques tropicales. Con la información colectada en el Proyecto Guandal se
han hecho estimaciones del crecimiento diamétrico por medio de modelos no lineales
en los bosques de guandal (del Valle, 1997); León-Peláez y Giraldo (2000) evalua-
ron en el departamento de Antioquia el crecimiento diamétrico del roble (Quercus
humboldtii) y calcularon su tasa de incremento; Lozano et al. (2012) presentaron los
resultados de las mediciones realizadas en el Tolima al caracolí (Anacardium excel-
sum) en 4 mediciones diamétricas sucesivas, entre los años 2008-2010 –calcularon
la tasa de incremento diamétrico por medio de modelos no lineales y el tiempo que
requiere la especie para lograr el diámetro asintótico mediante modelos no lineales.

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resumen El Conif, mediante un convenio para el fortalecimiento institucional para el orde-


namiento sostenible de plantaciones forestales en Colombia –con el Ministerio del
palabras clave
Medio Ambiente y el apoyo de la Organización Internacional de Maderas Tropica-
abstract les (OIMT)–, desarrolló el software Silvo para la administración del Certificado de
Incentivo Forestal (CIF), que realiza la descripción de los procesos relacionados
key words
con la asignación del certificado a los reforestadores, que es un reconocimiento en
introducción dinero que hace el Gobierno para cubrir parte de los gastos de establecimiento y
mantenimiento. Este instrumento considera que el bosque plantado que beneficia al
desarrollo propietario, con sus productos comerciales, también beneficia a la sociedad en gene-
conclusiones y
ral con funciones ambientales como regulación hídrica, recuperación de suelos y el
recomendaciones manejo del paisaje bajo los criterios de conectividad, conservación y mejoramiento
de hábitats (Vélez y Ortiz, 1999; Vélez, 2009). Con estos desarrollos otras entidades
referencias pueden proyectar los resultados de prácticas de establecimiento y su rendimiento.
sobre el autor Como modelo de simulación, esta herramienta facilita la elaboración de los planes
de establecimiento y manejo forestal en las solicitudes del CIF. En el futuro, cuando
se cuente con información biológica más precisa, los planes forestales serían parte
integrante del Silvo (Vélez y Ortiz, 1999). La información biológica que estos autores
reclamaban se comenzó a recolectar desde principios del presente siglo. Hoy se han
replicado y precisado los modelos de crecimiento desarrollados desde los 80, los
cuales deben haber apoyado la formulación de planes de manejo de grandes núcleos
de plantaciones forestales como los de Smurfit Kappa Colombia, Pizano, Refocosta,
Proyectos Forestales, Propal y Tablemac. Hay trabajos terminados y en curso que
comprenden la mayor parte de las especies de interés para las reforestaciones comer-
ciales, cuya referencia supera los alcances de este documento.

Suelos forestales y ciclos de nutrientes

Los suelos sobre los que crecen los bosques son parte de ellos y los ingenieros fores-
tales les han dedicado parte de sus estudios. Los suelos sustentan a los bosques y en
conjunto son dos partes del mismo sistema. El término suelo forestal comprende la
porción de la superficie de la tierra formada por material mineral y orgánico, pene-
trada por cantidades variables de agua y aire, que sirve de medio para la mantención
de la vegetación forestal, y es el resultado de procesos pedogenéticos sustentados en
la descomposición de la hojarasca forestal que aporta materia orgánica, en la acción
de las raíces de los árboles que penetran el suelo mejorando la infiltración de agua
y oxígeno y en organismos específicos que dependen de la presencia de especies
forestales y que proporcionan agua y nutrientes a los árboles, en unas condiciones
de temperatura superficial regulada por la vegetación misma, como es el caso de las
micorrizas (Vásquez, 2001). Cuando se reforestan pastizales con suelos degradados
por el pastoreo –generalmente compactados y con erosión hídrica superficial modera-
da– se inicia también un proceso de reconversión de los suelos a su carácter de suelo
forestal. Investigaciones recientes han encontrado que las plantaciones mejoran las
condiciones físicas y biológicas de los suelos de los antiguos pastizales pero que su
compactación persiste (Vásquez, 2017). Las micorrizas, ampliamente utilizadas en la

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agricultura, fueron señaladas en Colombia por la ingeniería forestal desde la década resumen
de los 60 con ensayos de aclimatación de especies (principalmente con coníferas),
palabras clave
con mejores resultados si infectaban los suelos con hongos micorrizógenos, que se
utilizan como fertilizantes en cultivos y plantaciones. Aunque en la mayor parte de abstract
los casos el suelo contiene propágulos micorrizógenos nativos, la inoculación es
key words
recomendable para introducir cepas eficientes y competitivas (Vásquez, 2001).
introducción
Desde la década del 70 Gonzalo de las Salas, inicialmente con el apoyo y orientación
del Dr. Henio von Christen, estudió las relaciones suelo-clima-vegetación en la des- desarrollo

cripción estática y dinámica de ecosistemas forestales, en la valoración de la materia conclusiones y


orgánica del suelo y en los ciclos de elementos químicos. Con estos análisis valora recomendaciones
ecosistemas forestales de América tropical y el papel del suelo como componente
referencias
del sistemas de producción agrícola de baja tecnología y de la agricultura migratoria
y de la ladera, al igual que el suelo bajo producción pastoril y agrosilvopastoril y el sobre el autor
manejo de cuencas hidrográficas (de las Salas, 1987).

Castellanos y León (2010) estudiaron durante un año la producción de hojarasca, el


retorno y la reabsorción de nutrientes en plantaciones de acacia (Acacia mangium)
establecidas en suelos degradados por minería aurífera en la región del Bajo Cauca
colombiano. Concluyroen que esta especie tiene un gran potencial en la recuperación
de suelos degradados mediante el restablecimiento de los procesos biogeoquímicos
–poco estudiados en los bosques naturales a pesar de ser ciclos actores principales
en el sostenimiento de bosques enormes en condiciones edáficas críticas por la ofer-
ta de nutrientes, anegamiento o salinidad. Hay numerosos trabajos que analizan el
papel de los suelos en la biodiversidad de bosques amazónicos de (Duivenvoorden
y Lips, 1995) y el reciclaje de nutrientes en los bosques de guandal del río Patía (del
Valle, 2003). La mención de los estudios de los suelos desde la óptica de las ciencias
forestales deja claro que su aproximación es muy distinta a la de la agronomía, que
trata los suelos con fertilización y enmiendas. Los forestales también las utilizan pero
únicamente en las primeras etapas del establecimiento de plantaciones forestales,
principalmente cuando se hacen en suelos cuyo uso anterior se dedicaba a pastos y
habían sido compactados por el pisoteo del ganado, que es el caso de muchísimas,
casi todas, las áreas que se reforestan en la zona andina colombiana.

La fauna y la flora
La fauna y la flora son otros componentes integrantes del bosque. Las aves e insectos
juegan destacado papel en la polinización y dispersión de semillas y en los procesos
de descomposición de la hojarasca y otros residuos vegetales que hacen parte de los
ciclos biogeoquímicos. Los árboles proporcionan a la fauna y flora silvestres hábitats
adecuados y proveen productos útiles para los habitantes del bosque y los empresa-
rios. Esto explica la presencia de la asignatura “Fauna silvestre” en los currículos de
pregrado de Ingeniería Forestal, además de investigaciones sobre estos temas desde
los orígenes de la carrera.

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Apuntes históricos para una reivindicación

resumen En la década de los 60 la tesis de grado en ingeniería forestal de Humberto Álvarez


y Óscar Escobar, orientados por el biólogo José Ignacio Borrero en ese entonces
palabras clave
profesor de Fauna Silvestre en el pregrado de ingeniería forestal, fue sobre vegeta-
abstract ción y avifauna en el fallido Parque Nacional del Río León. Esta investigación fue
el primer paso de Humberto Álvarez en el amplio campo de la ornitología, a la que
key words
ha dedicado su vida. Esa tesis es un registro de la vegetación y fauna de los cativales
introducción que no se pudieron conservar.

desarrollo En la década de los 70 y los inicios de los 80, los temas de fauna y flora silvestre
conclusiones y
fueron relegados. A mediados de los 80, Norman Alzate Cano (Azate, 1987) –en
recomendaciones su tesis de pregrado de ingeniería forestal estudió la relación mutualista entre los
guacharos (Steatornis caripensis) y el comino (Aniba perutilis)– encontró que el
referencias guácharo, ave nocturna que se alimenta de frutos, ubica olfativamente los frutos del
sobre el autor comino, los cuales pela e ingiere enteros, digiere el pericarpio comestible y regurgita
la semilla intacta en los suelos de sus rutas nocturnas y en las cuevas donde pasa el
día –en cuyo piso se van acumulando las semillas–,que ofrecen un suelo muy rico
por la descomposición de residuos orgánicos y la actividad de diversos organismos
como cucarachas y escarabajos, además de otros invertebrados que prosperan en el
suelo, todo esto produce la formación de humus sobre el cual geminan centenares
de semillas de comino. Demuestra Alzate que es posible que el proceso contenga
factores que disminuyan la latencia de las semillas.

En la década de los 90 se llevaron a cabo estudios sobre el impacto de las plantaciones


forestales en la biodiversidad del nogal cafetero (Cordia alliodora) (Vélez, 1994),
bosques de roble (Quercus humboldtii) (León, 2007), rastrojos altos, rastrojos bajos
y de pátula (Pinus patula) (Vélez, 1997), ubicadas en el centro de Antioquia. Este
ultimo autor el mayor número de especies e individuos en el robledal, mientras que
los menores correspondieron a la plantación forestal y los valores intermedios a los
rastrojos altos y bajos, en ese orden.

Hoyos (2007) hizo una revisión de los trabajos que han evaluado el impacto en la
biodiversidad y el suelo de las plantaciones con especies exóticas: Moreno (1997),
Jaramillo (1991), Murcia (1997), Cavalier y Tobler (1998), Cavalier y Santos (1999).
Estas investigaciones se centraron en plantaciones establecidas en los 60 para protec-
ción de cuencas hidrográficas, la mayoría de ellas posteriormente abandonadas. En-
contró que no había hechos contundentes que permitieran afirmar que las plantaciones
de coníferas tuvieran un efecto negativo en las propiedades químicas de los suelos,
especialmente en su grado de acidez, ni presentaran diferencias significativas con los
suelos de los bosques naturales. Con respecto a la diversidad de especies vegetales
los resultados son coherentes con los de Gladys Vélez (1997). Respecto al efecto de
las plantaciones en el ciclo del agua no encontraron diferencias significativas con el
ciclo en los bosques naturales.

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En 2012 Carlos Esteban Lara Vásquez, investigador de Departamento de Ciencias resumen


Forestales de la Universidad Nacional en Medellín, descubrió una nueva especie de
palabras clave
ave –trabajando en un equipo que incluyó a Andrés Cuervo (Universidad Estatal de
Lousiana, EE. UU.), Sandra Valderrama (Universidad de Wakato, Nueva Zelandia), abstract
Daniel Cadena (Universidad de los Andes) y Diego Calderón (Colombia-Birding)–,
key words
se trata del cucarachero paisa (Thryophilus sernai). Esta ave ocupa los últimos re-
lictos de bosque seco tropical en el cañón del río Cauca en el tramo de Ituango a introducción
La Pintada y su alimentación comprende grillos, cucarrones, chinches, mariposas y
orugas (Ruiz, 2012). desarrollo

conclusiones y
La identificación de las distintas especies arbóreas que componen un bosque es un recomendaciones
asunto crucial en un levantamiento forestal, para lo cual Holdridge y Tosi durante
referencias
esta década desarrollaron una metodología para la identificación de especies arbóreas
con base en características macro, y distinguibles en el árbol en pie –como la forma y sobre el autor
posición de las hojas, los exudados del tronco y de las hojas, el color tamaño y forma
de las hojas y flores, entre otras–. Esta metodología llegó a Colombia con César Pérez
(q.e.p.d), que la introdujo a la Unal-Medellín, y Jiménez Zaa, que la presentó en la
Universidad Distrital. En este momento la dendrología se afianzó y contribuyó, en
mayor medida, a la caracterización florística de los tipos de bosque del mapa elabo-
rado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac). Estos aportes y la formación
de toda una pléyade de dendrólogos (León Morales, Enrique Acero, y ahora los más
recientes William Ariza y Lyndon Carvajal) se le debe a Gilberto Mahecha, quien es
un ingeniero forestal de origen campesino que aprendió a reconocer los árboles con
su abuelo a quien acompañaba en sus recorridos por la cuenca del río Negro desde
el Magdalena hasta los páramos.

Mejoramiento genético forestal

El primer paso, fundamental, para tener plantaciones forestales altamente productivas


es la selección correcta de las especies, desde el punto de vista ecológico y económi-
co, para lo cual los programas de mejoramiento genético son un valioso apoyo para
aumentar su productividad y adaptabilidad, al igual que la conservación a largo plazo
de la diversidad genética existente. El mejoramiento genético forestal es la aplicación
de los principios básicos de la genética a las especies de interés. Permiten elevar
los rendimientos y la resistencia a factores adversos, contribuyen a la ampliación y
conservación de la base genética de las especies trabajadas. Para iniciar cualquier
programa de mejoramiento genético es necesario conocer previamente la magnitud
y distribución de la variabilidad genética disponible (Sotolongo et al., s.f.). Estos son
importantes aportes de la ingeniería forestal a la conservación de la biodiversidad,
en tanto que buscan mantener las características fenotípicas seleccionadas, para lo
que se establecen huertos semilleros y rodales semilleros, también se localizan áreas
naturales que comprendan una amplia gama de características de la especie de in-
terés. Detrás de un rodal o huerto semillero hay un, relativamente largo, proceso de

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resumen investigación que inicia con la selección de árboles semilleros que, cuando se trata de
semillas para plantaciones industriales, contengan individuos maduros que ya hayan
palabras clave
producido semillas y sean dominantes, es decir, que su copa sobresalga con relación
abstract de los árboles a su alrededor, con fuste recto, sin ramificaciones bajas y con copas
compactas, pequeñas y bien provistas de follaje. No deben seleccionarse árboles
key words
con huellas de ataques de hongos o insectos. De esta manera se obtienen mejoras
introducción genéticas de la descendencia de los árboles seleccionados, si estos forman parte de
rodales con buena proporción de árboles superiores (Vásquez, 2001).
desarrollo

conclusiones y
En 1973 la regional Antioquia del Inderena, con la colaboración de Cartón de Co-
recomendaciones lombia, sentó las bases de programas de mejoramiento genético de ciprés (Cupressus
sp.) y de pátula (Pinus patula). Su primer paso fue la inspección, por parte de los
referencias expertos, de las plantaciones potencialmente productoras de semillas de alta calidad,
sobre el autor en árboles en edades entre 15 y 25 años, para seleccionar 35 “candidatos” de ciprés
y 20 de pátula significativamente superiores. Se recolectó en cada uno de ellos la
semilla para los ensayos de progenie de polinización abierta, estableciendo una red
de parcelas en diferentes condiciones edafoclimáticas de Antioquia y el viejo Caldas,
además de yemas para su propagación vegetativa para los bancos clónales, ubicados
en Piedras Blancas y en el municipio de Caldas (Antioquia). En 1980 se establecieron
dos huertos semilleros clonales, uno en un vivero de la Secretaria de Agricultura de
Antioquia en Rionegro y otro en Popayán (Cauca). El de Antioquia fue talado y el
de Popayán ha logrado sobrevivir a los cambios en la institucionalidad. Sin embargo,
los programas de investigación fueron abandonados, con lo que se ignoró lo estra-
tégico del abastecimiento de semilla mejorada y no se tuvo en cuenta el detrimento
económico de cuantiosas inversiones abandonadas.

De los rodales semilleros se obtiene, además, información sobre su potencial gené-


tico, el cual puede ser mejorado considerablemente y probado a través de otros pro-
cesos de mejoramiento más avanzados. El rodal semillero es el paso previo al huerto
semillero que Zobel y Talbert (1958), citado por Vásquez (2011), definen “(…) como
una plantación de árboles, mejorados genéticamente con aislamiento para reducir
al máximo la polinización desde fuentes genéticamente inferiores y con un manejo
intensivo para producir frecuentes y abundantes cosechas de fácil recolección”. La
técnica utilizada en Colombia para el establecimiento de huertos semilleros ha sido
la propagación vegetativa de los mejores individuos (Vásquez, 2001).

La empresa Smurfit Kappa Colombia incluyó en su programa de investigaciones


la genética de las especies, su fisiología, su capacidad de propagarse tanto sexual
como asexualmente y su nivel de tolerancia a las plagas y enfermedades, así como a
las condiciones adversas que se puedan presentar. Estas investigaciones las llevó a
cabo con la colaboración de diferentes entidades como Camcore, la Universidad de
Carolina del Norte y en la Universidad de Florida (Estados Unidos). Como resultado
se dispone de información técnica sobre los avances en selección y adaptación de
especies, producción de semillas mejoradas, técnicas de producción de plántulas,

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métodos de establecimiento y mantenimiento de plantaciones, programas de manejo resumen


y control de plagas forestales y técnicas de extracción. Como resultado de lo anterior
palabras clave
esta empresa dispone de paquetes tecnológicos para cultivos de árboles con Pinus
kesiya, P. tecunumanii y P. maximinoi, Eucaliptus grandis y E. urophyla. Igualmente, abstract
ha desarrollado un programa de protección fitosanitaria de plantaciones comerciales
key words
forestales basado en el manejo integrado de plagas y enfermedades, cuyo control es
obligatorio por razones prácticas y económicas, haciendo una utilización marginal introducción
del control químico.
desarrollo

Pizano S. A. desarrolló un huerto semillero clonal de ceiba roja (Pochota quinata) conclusiones y
y otro de Gmelina arborea y, al igual que Refocosta ha incorporado dentro de sus recomendaciones
estrategias de desarrollo programas de mejoramiento genético para aumentar la pro-
referencias
ductividad por unidad de área. La Corporación Nacional de Investigación y Fomento
Forestal (Conif inició un programa de investigación en semillas con mayor demanda sobre el autor
en proyectos de reforestación comercial, para lo que estableció cuatro huertos semi-
lleros con teca (Tectona grandis), aliso (Alnus acuminata), roble (Tabebuia rosea) y
nogal (Cordia alliodora), de los que se espera obtener producción de semillas en el
mediano plazo (4-6 años), aunque el huerto de roble ya inició procesos de fructifi-
cación. Estos huertos se han establecido en conjunto con empresas pertenecientes a
la Cooperativa Colombiana de Mejoramiento Genético Forestal (Comfore), organi-
zación sin ánimo de lucro creada en 1998, basada en el trabajo asociativo, que tiene
como fin garantizar el suministro y producción de material vegetal que garantice la
conservación de los recursos genéticos forestales del país (Trujillo, s. f.). Estudios
similares del crecimiento del nogal cafetero (Cordia alliodora) fueron llevados a
cabo por Escobar y León (1979) en medio de cafetales.

La dendrocronología

Los anillos de crecimiento de los árboles son bandas de células producidas por el
cambium vascular de algunas plantas leñosas durante un período. La dendrocrono-
logía utiliza la información contenida en los anillos de crecimiento para inferir las
condiciones ambientales a lo largo del tiempo en que se han desarrollado la planta.
La información ambiental (precipitaciones, temperaturas, inundaciones) se puede
obtener del ancho de los anillos, también por la densidad de la madera a lo largo del
año, su densidad de poros y el contenido de isótopos (Jiménez, 2011). También per-
mite reconstruir el crecimiento de los árboles, dato indispensable para los planes de
manejo forestal sostenible, que tradicionalmente se obtiene en parcelas permanentes
que aportan información sobre el crecimiento de los árboles tras muchos años de
costosas mediciones, casi nunca con resolución anual y durante solo una fracción de
la vida de los árboles. Es una hipótesis ampliamente aceptada que los anillos de los
árboles tropicales y su anualidad tienen un componente genético muy importante;
no obstante, el ambiente ejerce influencia en su ancho, densidad y porosidad (Ri-
vera, 2013). El nogal cafetero (Cordia alliodora) fue la primera especie arbórea de
América tropical, cuyos anillos de crecimiento fueron estudiados en 1954 por César

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Apuntes históricos para una reivindicación

resumen Pérez Figueroa en su tesis de grado en Turrialba (Costa Rica), uno de los primeros
docentes del Instituto Forestal de la Universidad Nacional, quien supuso acertada-
palabras clave
mente que eran anuales.
abstract
En la Unal-Medellín, el grupo de investigación Bosques y cambio climático, es
key words
dirigido por el profesor Jorge Ignacio del Valle, que inicialmente estudió los anillos
introducción anuales de dos especies. La primera fue el abarco de los alrededores de Riosucio en
el Bajo Atrato (Aramburo, 1985) y la Albizia sp de la ribera del río Porce al norte de
desarrollo Medellín en dirección al río Magdalena. Los estudios del abarco han arrojado infor-
conclusiones y
mación sobre el clima en la cuenca del Atrato en los últimos 150 años, aporte muy
recomendaciones importante si se tiene en cuenta que los registros meteorológicos en esta zona llegan
a poco más de 20 años. También han explorado el potencial de la dendroclimato-
referencias logía para el estudio del clima del pasado en regiones tropicales mediante estudios
sobre el autor realizados en tres ecosistemas contrastantes de Colombia, en los que demuestran la
presencia de anillos de crecimiento en cada uno de ellos, así:

• La densidad de los anillos de crecimiento de Rhizophora mangle en la bahía de


Cispatá (Córdoba) se relaciona con la precipitación (Ramírez et al., 2010).

• El ancho de los anillos de crecimiento de Parkinsonia praecox y Capparis odo-


ratissima en la media Guajira da cuenta de la precipitación, la temperatura del
aire y la temperatura superficial del mar (Ramírez y Del Valle, 2011). El ancho
de los anillos de crecimiento de Prioria copaifera da testimonio de las alturas
limnimétricas del río Atrato.

Estos resultados demuestran la aplicabilidad y el potencial de la dendroclimatología


en regiones tropicales (Herrera y Del Valle, 2011; Del Valle et al., 2012).

La dendrocronología ofrece grandes posibilidades a los principales desafíos de las


ciencias forestales en Colombia, como muy bien lo expresa la ingeniera forestal Ca-
rolina Rivera (2013), quien señala que las funciones respuesta son una herramienta
muy poderosa para estudiar la ecología de las especies pues permiten determinar el
grado de asociación existente entre diversas variables ambientales instrumentales,
al determinar en muy corto plazo la respuesta de los árboles tropicales a diversas
expresiones de la temperatura (máxima, media, mínima), la precipitación, el brillo y
radiación solar, entre otras variables, año por año y mes por mes. Además, permite
dilucidar en qué medida el cambio climático actual es solo de origen antrópico o si
existen también causas naturales, y si, efectivamente, el aumento de las concentra-
ciones de CO2 acelera la dinámica de los bosques tropicales. También hace posible
estudiar, a bajo costo y en corto tiempo, el efecto de la dinámica de claros en las
selvas tropicales mediante los anillos de crecimiento de los árboles tropicales (Baker
et al., 2005; Brienen et al., 2005).

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La datación de cronosecuencias, mediante los anillos de los árboles para el estudio resumen
de la sucesión en los bosques tropicales, ha demostrado ser una herramienta muy
palabras clave
eficaz (Brienen et al., 2009). Es difícil predecir el clima dadas sus fluctuaciones,
además, para identificar sus tendencias se requiere determinar, con anterioridad, su abstract
comportamiento pasado, por lo que las reconstrucciones con registros proxy son es-
key words
pecialmente necesarias en el trópico, en tanto que los registros instrumentales son de
corta duración y baja resolución espacial. Esto limita la identificación de señales de introducción
cambio climático, particularmente de los eventos de frecuencia media y baja y de las
tendencias que determinen si las variables climáticas aumentan o se reducen a largo desarrollo

plazo por efecto del cambio climático global (Bradley, 1999). De todos los registros conclusiones y
proxy, los anillos de los árboles son los más empleados debido a su abundancia y bajo recomendaciones
costo para muestrearlos, también por la sensibilidad de los anillos de crecimiento de
referencias
los arboles tropicales a eventos de media y baja frecuencia (Jenkins, 2009; Cook et
al., 2010), lo que seguramente estimulará en el futuro su empleo más generalizado. sobre el autor

Cartografía ecológica y zonificación ambiental del territorio

El manejo de bosques implica la consideración de extensos territorios, por lo que la


fotointerpretación y la cartografía son incluidos en los currículos de los pregrados,
conjuntamente con la Ecología, como ciencia que explica dónde están los seres vi-
vos y por qué están ahí enfoque rector de las cátedras de ecología del profesor César
Pérez Figueroa. Estas herramientas han sido utilizadas desde los años 60 para el
manejo de cuencas hidrográficas y para la elaboración de inventarios forestales, con
zonificaciones en distintas escalas, tareas que generaron habilidades que convirtieron
a los ingenieros forestales en protagonistas en la caracterización del territorio para
propuestas de desarrollo y, paralelamente, en la interpretación de imágenes de sen-
sores remotos y la estructuración de bases de datos georeferenciadas.

El sistema de clasificación basado en zonas de vida contempla regiones latitudinales


dentro de las cuales se identifican pisos altitudinales que comprenden varias zonas
de vida, diferenciadas por rangos de precipitación media anual. Las zonas de vida se
subdividen en asociaciones vegetales, las cuales, conjuntamente con los usos de la
tierra, son las unidades primarias del sistema de clasificación; vale la pena mencionar
que en cada una de ellas la vegetación tiene una fisonomía particular y distintos usos
de la tierra, lo que permite su identificación en el terreno por la lectura del paisaje,
justamente lo que hacía el profesor César Pérez en sus prácticas de campo.

En 1961 Luis Sigifredo Espinal hizo un mapa de zonas de vida del departamento
de Antioquia (Espinal, s.f.) como tesis de grado, para lo que contó con la ayuda y
asistencia de los doctores Leslie R. Holdridge, Joseph Tosi Jr. y César Pérez, además
de tomar parte ocasionalmente los doctores Elmo Montenegro, Mario Cárdenas y
Oswaldo Vivanco. Con base en recorridos terrestres por todo el departamento, y con
la poca información meteorológica de que se disponía en ese entonces, se delimitaron

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Apuntes históricos para una reivindicación

resumen las zonas de vida, cuya descripción incluía listas de los árboles que se ubicaban en
ellas. Con un formato similar, se elaboró en 1963 el mapa de zonas de vida de Co-
palabras clave
lombia a escala 1:1.000.000 –precisado y ampliado a escala 1:500.000 en 1999–, que
abstract diferencia 19 zonas de vida y varias transiciones, que vienen a ser los macroclimas
de Colombia (Espinal y Montenegro 1963). Fue un avance importante si se tiene en
key words
cuenta que esa época se hablaba de clima cálido, templado y frío, en áreas húmedas
introducción o secas, además de los páramos y nevados. Este mapa ha sido referencia para los
ingenieros forestales en lo relativo al clima pero no se conocen trabajos que lleguen
desarrollo a asociaciones vegetales y etapas de la sucesión, a excepción de los llevados a cabo
conclusiones y
por César Pérez en las cuencas de los ríos Gaira y Manzanares en el macizo de la
recomendaciones Sierra Nevada de Santa Marta, en la cuenca alta del río Lebrija, en la escarpa de la
meseta de Bucaramanga, en la zona inundada por el embalse Peñol-Guatapé y en el
referencias área de influencia de la Hidroeléctrica de San Carlos. En estos trabajos se llegaba a
sobre el autor una gran cantidad de pequeñas unidades cartográficas intrincadamente asociadas, las
cuales son de baja utilidad en procesos de planificación territorial.

La teoría ecológica del paisaje propuso metodologías para la cartografía de unidades


de paisaje, cuyos factores formadores son el clima, la geología superficial, la fisio-
grafía, la vegetación y el uso de la tierra, para mencionar los principales. Con base
en esta metodología, el Instituto Geográfico “Agustín Codazzi” realizó un mapa de
unidades de paisaje del Urabá chocoano y el Bajo Atrato (Echeverri et al., 1995),
utilizando imágenes de radar tomadas con ese propósito, con base en las cuales se
fundamentan en bases de datos georeferenciadas cuyas unidades primarias son la uni-
dades de paisaje delimitadas. Este trabajo se hizo como ilustración de una propuesta
metodológica para el mismo mapa –pero de la totalidad de la región biogeográfica
del Pacífico, área comprendida por las imágenes de radar–, elaborado haciendo a un
lado la propuesta metodológica arriba referida. Para la formulación de su plan de
manejo de los Cerros Orientales de Bogotá Rodrigo Echeverri hizo una zonificación
ecológica en los años 2001-2002, en virtud de un convenio de cooperación interins-
titucional CAR-Dama-Ministerio del Medio Ambiente, la cual estaba constituida
por bases de datos georeferenciadas, territorialmente referidos a unidades de paisaje,
que daban lugar a la producción de una serie de mapas temáticos que sustentaban las
propuestas de manejo.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Con este breve recuento, que está lejos de ser exhaustivo, se hace evidente que la
práctica de la Ingeniería Forestal conlleva importantes aportes al conocimiento y con-
servación de la biodiversidad. En algunos campos como los de la genética, los suelos
y la funcionalidad de los ecosistemas y la zonificación del territorios y el enfoque
social del manejo de los recursos naturales renovables–, los aportes fueron pioneros
en el mundo académico y docente de Colombia. Desde esta disciplina también se
fundamentó el desarrollo temprano de la institucionalidad y normativa forestal.

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Apuntes históricos para una reivindicación

Es importante destacar que desde el principio el enfoque fue hacia el uso sostenible resumen
de los recursos y los espacios forestales, aunque también se hicieron aportes a los
palabras clave
programas de áreas protegidas que excluyen el uso directo de los recursos naturales.
Con el tiempo, los enfoques basados en el uso de los recursos biológicos pasaron a un abstract
segundo plano en las políticas nacionales de gestión de la biodiversidad, por lo que
key words
la recuperación de la memoria histórica permitiría retomar algunos de estos avances
iniciales y reforzar los objetivos, que permanecen vigentes. Hoy la gobernanza fo- introducción
restal no solo es un reto sectorial, sino territorial.
desarrollo

Para el presente trabajo se consultaron numerosas publicaciones, la totalidad de las conclusiones y


cuales se referencian a continuación, aunque no es un trabajo de revisión de literatura, recomendaciones
por lo que no incluye toda la información relevante. Queda clara la documentación de
referencias
los temas de conocimiento, uso y conservación de la biodiversidad, que se comple-
menta en las instituciones y por profesionales del sector forestal. Por su calidad cien- sobre el autor
tífica, debería ser recogida en los sistemas de información y repositorios nacionales
de la biodiversidad, como el que gestiona el Instituto Humboldt. No hay razón para
continuar con un divorcio entre las disciplinas de la Ingeniería Forestal y aquellas
de la Biología, Ecología y Sociología, especialmente cuando el uso sostenible de los
recursos biológicos, en este caso los forestales, está retrasado y sigue vigente en el
país, en al marco del Convenio de Diversidad Biológica.

REFERENCIAS
Alzate, N. (1987). La influencia del guácharo (Steatornis caripensis) en la germinación de
varias especies forestales y en la regeneración del comino (Aniba perutilis Hemsley) en
la región de Río Claro (Antioquia). (Trabajo de grado). Medellín, Colombia: Universidad
Nacional de Colombia.
USAID (2009). Apoyo de USAID al sector forestal colombiano. En Leguízamo, A. (Ed.).
Historia y aportes de la ingeniería forestal. Volumen I. Pp. 270-276. Bogotá: Asociación
Colombiana de Ingenieros Forestales. Recuperado de https://repository.agrosavia.co/
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desarrollo

SOBRE EL AUTOR conclusiones y


recomendaciones
Rodrigo Echeverri Restrepo referencias

Ingeniero forestal de la Sede Medellín de la Universidad Nacional, graduado en sobre el autor


1967. Estudió estadística y procesamiento de datos en North Caroline State Uni-
versity (Raleight), en 1971-72. Trabajó con el Dr. César Pérez Figueroa, uno de los
prioneros del enfoque ecológico en la ingeniería forestal de Colombia, entre 1968
y 1969 en el estudio ecológico de la cuenca alta del río Lebrija (Santander) y en el
estudio ecológico de la escarpa de la meseta de Bucaramanga. En 1970 formó parte
del equipo de la Universidad Nacional que estudió el área que fue inundada por el
embalse Peñol-Guatapé, el cual apoyó con una fotointerpretación de usos de la tie-
rra. Posteriormente, entre los años 1973 y 1978, fue asesor Opsa del Ministerio de
Agricultura en el tema de bosques, director de Parques Nacionales en el Inderena y
coordinador del proyecto de ecodesarrollo de la Sierra Nevada de Santa Marta y la
Ciénaga Grande de Santa Marta. En las últimas décadas ha sido consultor en temas
de territorio y recursos naturales en entidades públicas como el Instituto Geográfico
Agustín Codazzi, el Ideam y la Gobernación de Antioquia (Idea), donde ha hecho
contribuciones a temas que han sido publicados.

Citación sugerida
Echeverri-Restrepo, R. (2019). Las ciencias forestales y la gestión de la biodiversidad: apuntes his-
tóricos para una reivindicación. Biodiversidad en la Práctica, 4(1), 189-211.

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