Hiperadrecorticismo
Hiperadrecorticismo
Hiperadrecorticismo
Bogotá, Colombia
2014
i
UNIVERSIDAD DE LA SALLE
14082115
Director:
Bogotá, Colombia
2014
ii
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION ..............................................................................................................................vi
HIPOTESIS .......................................................................................................................................ix
METODOLOGIA............................................................................................................................. 29
IMPACTO E INDICADORES........................................................................................................ 45
REFERENCIAS .............................................................................................................................. 46
iii
LISTA DE TABLAS
iv
LISTA DE FIGURAS
Figura 2. Consultorio……………………………………………………………………………..29
Figura 3. Hospital…………………………………………………………………………………29
Figura 8. Diagnósticos.…………………………………………………………………………..32
Figura 12. Ecografía Glándula Adrenal Derecha y Riñón Derecho del Paciente………….38
v
INTRODUCCION
Por otro lado la relación con el propietario se ve afectada ya que en la mayoría de los
casos, los motivos de consulta no son por alguna alteración especifica sino porque su
comportamiento ha cambiado.
vii
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECIFICOS
viii
HIPOTESIS
ix
1
MARCO TEORICO
Las glándulas adrenales hacen parte del sistema endocrino, estas se constituyen de dos
órganos bilateralmente simétricos localizados craneomedial a cada riñón, estos se compone
de dos porciones: corteza y medula cada uno de origen embrionario diferente (medula:
neurectodermo y corteza: celómico mesodérmico) (Cunningham, 1999). La corteza rodea
completamente la medula y consta de 3 zonas: la parte más externa la zona glomerulada, la
medial es la zona fasciculada y la interna la reticular.
La ACTH una vez liberada en la circulación sistémica causa la secreción de cortisol lo que
genera un incremento en sus concentraciones casi inmediata.
Cualquiera que sea la vía de depuración de las hormonas adrenocorticales, la vida media de
estas es de 60 minutos. El hígado es el órgano más importante para la modificación de
hormonas como estas, ya que resulta esencial para su conjugación con sulfatos y
glucurónicos, de este modo se reduce su potencia biológica y los hace hidrosolubles para
que puedan pasar por la orina (Cunningham, 1999).
Los glucocorticoides cumplen con diversas funciones, una de las más importantes es el
control del metabolismo y en especial la estimulación de la gluconeogénesis hepática, la cual
consiste en la conversión de aminoácidos en carbohidratos, esto resulta en un aumento en el
glucógeno hepático y por ende una tendencia a aumentar la glucosa en sangre (Dukes,
2004). Dichos efectos se observan principalmente en animales que presentan una secreción
excesiva de glucocorticoides o una deficiencia de insulina. Sin embargo, a pesar que estos
tienen efectos similares sobre el metabolismo del glucógeno hepático, sus efectos sobre la
utilización periférica de la glucosa son diferentes, los glucocorticoides inhiben la absorción de
la glucosa en tejidos periféricos en especial en células de los músculos y tejido adiposo
(Cunningham, 1999).
Los glucocorticoides juegan un papel importante en la diuresis del agua, estos inhiben la
actividad de la vasopresina a nivel del túbulo distal y además incrementan la velocidad de
filtración glomerular (Dukes, 2004).
- Efectos clínicos
1.2. DEFINICION
Puede ser espontaneo o iatrogénico, el espontaneo se asocia con una inapropiada secreción
de ACTH por parte de la pituitaria (hiperadrenocorticismo pituitario dependiente PDH) o con
un desorden adrenal primario (hiperadrenocorticismo adrenal dependiente) (Nelson, 2003)
(Figura 1).
La iatrogénica se refiere a aquellos animales que han recibido por un tiempo prolongado
glucocorticoides. Recientemente se habla también de una secreción ectópica de ACTH
(Melián, 2008), la cual se refiere a un exceso de secreción de esta hormona por tumores no
pituitario benigno o maligno como por ejemplo carcinomas pulmonares. Sin embargo este
tipo es reportado hasta el momento solo en humanos (Feldman, 2007).
4
A su vez se produce una falla del mecanismo del retroalimentación negativo del cortisol
sobre la ACTH, sin embargo la secreción episódica de esta resulta en concentraciones
fluctuantes de cortisol que en muchas ocasiones puede encontrarse dentro de los rangos
normales (Schaer, 2010).
a. Adenoma hipofisiario:
b. Hiperplasia hipofisiaria:
Es una causa poco frecuente y no se conoce exactamente su causa, cerca del 15% de los
perros con hiperadrenocorticismo no presentan neoplasia en la hipófisis y el origen de la
enfermedad se relaciona es a una alteración del mecanismo de retroalimentación del cortisol,
es decir una falla primaria de la respuesta de retroalimentación negativa (Schaer, 2010).
Algunos autores sospechan una sobreproducción de CRH del hipotálamo, lo cual puede
causar una hiperplasia difusa de las células productoras de ACTH al interior de la pituitaria
anterior.
a. Adenocarcinoma hipofisiario:
Los tumores pituitario malignos son raros. En cuanto al punto de vista clínico, hay dos
características importantes de los tumores que determinan el manejo de la enfermedad.
Estos son la localización y el tamaño ya que determina la eficacia del tratamiento y
pronostico del paciente (Melian, 2008).
Alrededor del 85% de los tumores hipofisiarios se originan en la pars distalis, donde la
secreción de la ACTH se encuentra regulada por la CRH, mientras que el 15 a 25% restante
de tumores se originan de la pars intermedia donde la secreción de ACTH está regulada
neuronalmente por medio de una inhibición dopaminérgica (Castillo, 2011). Los tumores que
se encuentren en esta última parte son más fáciles de manejar ya que se puede modificar la
secreción de ACTH por medio de medicamentos que regulen la concentración de dopamina
(Melián, 2008).
Dichos tumores actúan de forma autónoma, por ende la producción de cortisol no depende
de las concentraciones de ACTH. La producción excesiva de cortisol en estos casos lleva a
cabo la disminución crónica de los niveles de ACTH provocando una atrofia del tejido
adrenocortical normal. Lo que genera que la glándula contralateral y el tejido adrenocortical
normal de la glándula afectada disminuyan de tamaño. Es importante si el tumor es removido
de manera quirúrgica como parte del posoperatorio el animal no será capaz de secretar la
cantidad suficiente de glucocorticoides (Brown, 2007).
- Hiperadrenocorticismo iatrogénico
- Otras causas
1.4. EPIDEMIOLOGIA
HIPERADRENOCORTICISMO HIPERADRENOCORTICISMO
HIPOFISIARIO ADRENAL
Teckel Bóxer
Beagle Labrador
Maltes Beagle
Chihuahua
Shih-Tzu
Scottish Terrier
Lhasa Apso
Boston Terrier
La polidipsia se define como una ingesta excesiva de agua la cual excede 100 ml/kg día y la
poliuria: se define como una producción excesiva de orina que supera 50 ml/kg día.
Estos dos signos clínicos se presentan en casi todos los casos de hiperadrenocorticismo (85
a 97%) (Feldman, 2007), excesiva sed, nocturia, orinar en sitios inusuales generalmente es
notado por los dueños (Hoskins, 2002). La poliuria, al parecer se relaciona con una falla del
metabolismo de la hormona antidiurética (ADH) debido a una disminución de la secreción o
de la acción de la ADH en los túbulos renales, sin embargo también puede estar relacionado
con un aumento de la filtración glomerular. La polidipsia aparece en consecuencia de la
poliuria.
Cerca del 10% de los perros con síndrome de Cushing desarrollan diabetes mellitus, y en
estos pacientes dichos signos se agravan (Ramsey, 2009). Otra causa de estos signos se
asocia a un macroadenoma pituitario que afecta la secreción de ADH (Melian, 2008).
- Polifagia
- Distención Abdominal
Una apariencia de “barril” es muy común en el hiperadrenocorticismo que puede ser tan
gradual que incluso el dueño puede fallar en reconocerlo. La distención abdominal es
asociada a la redistribución de grasa abdominal, el sobre crecimiento del hígado y la
debilidad o perdida de tono de los músculos abdominales (Nelson, 2003).
- Debilidad y Letargia
- Miotonía
- Jadeo
- Signos Dermatológicos
Por lo general las heridas que sanan pueden presentar dehiscencia e incluso viejas
cicatrices pueden empezar a romperse. La piel puede presentar descamación y comedones
sobretodo alrededor de los pezones. En algunos casos se puede presenciar
hiperpigmentación generalizada sin embargo esto último es raro (Greco, 2007).
Cerca del 5% de los casos pueden presentar calcinosis cutis (Cerundolo, 2010), es un
hallazgo frecuente en las biopsias de piel, sin embargo la evidencia no es común. Las zonas
donde más se presenta la calcinosis cutis son el cuello, la axila, abdomen ventral y áreas
inguinales. Usualmente aparece como una elevación firme blanca o cremosa que presenta
alrededor un anillo eritematoso las grandes placas tienden a quebrarse, lo que genera
infecciones secundarias. La patogénesis exacta es desconocida. La mineralización de tejidos
blandos puede verse en otros sitios como las paredes bronquiales y riñones por medio de un
examen radiográfico (Morgan, 1997).
La piel particularmente en la parte ventral del abdomen se vuelve inelástica y delgada debido
a la atrofia de la dermis y disminución de tejido subcutáneo. La elasticidad puede ser
asociada clínicamente testeando la piel interdigital (Melián, 2008).
En perros normales el retorno cutáneo será suave y continuo, en el caso de uno con
hiperadrenocorticismo esta permanecerá tensa se pueden presentar estrías como resultado
de la inelasticidad, las venas abdominales son prominentes y fácilmente vistas a través de la
piel.
11
Perras enteras con hiperadrenocorticismo dejan de ciclar. El largo del Anestro puede indicar
la duración de la enfermedad. En el macho entero sus testículos se vuelven flácidos y
friables. El anestro y la atrofia testicular ocurren gracias al efecto de la retroalimentación
negativa que causa las altas concentraciones de cortisol en la pituitaria, lo que suprime la
secreción de hormonas gonadotropinas (Greco, 2007).
- Hipertensión Sistémica
- Signos Neurológicos
Otras teorías se han propuesto como por ejemplo Cabrera en el 2012, quien reporta que
estudios realizados en humanos y ratas, los macroadenomas comprimen el quiasma óptico
lo que produce ceguera, sin embargo esta no parece ser la causa de la ceguera en perros,
esta se asocia más a las alteraciones de la vascularización y metabólicas que producen el
hiperadrenocorticismo. La presencia de un corticotrofinoma va a causar una alteración de las
rutas metabólicas de los lípidos y los carbohidratos, lo que genera a su vez cambios en el
flujo sanguíneo causando ceguera debido a un daño en la retina (Cabrera, 2012).
Más comúnmente puede haber presentación de signos neurológicos al inicio del tratamiento
del hiperadrenocorticismo pituitario dependiente con mitotano o trilostano. Esto se asocia a
que el tratamiento suprime la retroalimentación negativa sobre el cortisol lo que permite un
desarrollo más rápido de los tumores pituitarios (Reine, 2007).
- Hemograma
Una neutrofilia de moderada a marcada y una monocitosis pueden estar presentes como
resultado de una disminución de la migración capilar y una diapédesis acompañado de un
incremento en la liberación de la medula ósea (Schaer, 2010). Todo esto debido a la
hipercortisolemia crónica, sin embargo no es especifico de la enfermedad (Peterson, 2007).
- Bioquímica
Fosfatasa alcalina (FA): la elevación de esta enzima (>1000 U/l según Schaer (2010) o de 5
a 40 veces mayor que la medida normal según Feldman (2007)) es el marcador más
sensible de hiperadrenocorticismo en perros, aparece en el 90% de los casos. Como una
secuela de la acumulación de glucógeno en el hígado que compromete el tracto biliar, se
incrementa la producción de FA, este incremento es responsable en parte del incremento de
la misma en suero. Por otro lado, hay una inducción glucocorticoide de una isoenzima
hepática específica de la FA, por lo cual solo se encuentra en animales con enfermedades
relacionadas con esteroides (Feldman 2007).
Sin embargo, se debe tener en cuenta que se puede relacionar a otras enfermedades como
enfermedad hepática, diabetes mellitus entre otras. Un marcado incremento de la isoenzima
de FA raramente se aprecia en gatos con hiperadrenocorticismo debido a que ellos no
poseen una isoenzima esteroidea inducida y tienen la habilidad de eliminar del suero el
exceso de FA (Hoskins, 2002).
Glucosa: puede verse cerca del valor normal alto (100 a 150 mg/dl) en la mayoría de los
perros, esto se debe a que los glucocorticoides favorecen la gluconeogénesis y producen
una resistencia de la acción de insulina, por ende los perros con hiperadrenocorticismo
requieren niveles de insulina elevados para mantener la normoglicemia. Este proceso puede
llevar a un agotamiento de los islotes pancreáticos y en consecuencia cerca del 10% de los
casos desarrollan una diabetes mellitus con hiperglucemia y glucosuria.
Esta enfermedad muestra alta morbilidad debida a que está asociada a alteraciones
metabólicas, en casos de hipercortisolemia las rutas metabólicas mencionadas
anteriormente se encuentran más activas. Por un lado la insulina ejerce una inadecuada
acción inhibitoria sobre la gluconeogénesis, el metabolismo lipídico y la gliceroneogenesis y
su acción sobre músculos y tejido adiposo también se encuentra alterada (Cabrera, 2012).
Urea: La urea en sangre usualmente se encuentra por debajo de los valores normales
debido a la continua pérdida urinaria asociada con la diuresis inducida por los
glucocorticoides (poliuria y polidipsia). Se puede presenciar concentraciones bajas hasta en
un 30% de los casos, sin embargo no es específico de esta enfermedad (Morgan, 1997).
Ácidos biliares: la medición de ácidos biliares es una ayuda para medir la función hepática y
diferenciar enfermedades hepáticas primarias o enfermedades extra hepáticas. Los perros
con hiperadrenocorticismo a pesar de tener hepatomegalia y elevación de las enzimas,
mantienen un funcionamiento hepático normal por lo que sus niveles de ácidos biliares
permanecen normales o ligeramente aumentados (Melián, 2008).
Homeostasis del calcio: los glucocorticoides favorecen la excreción renal de calcio y para
compensar estas pérdidas los perros con síndrome de Cushing necesitan concentraciones
elevadas de paratohormona (PTH). Los pacientes suelen mantener concentraciones de
calcio en sangre normales, sin embargo presentan concentraciones de PTH elevadas. A su
vez esta excreción de calcio por la orina predispone a la formación de cálculos vesicales y a
mantener niveles altos de PTH de forma crónica que a su vez, predispone al desarrollo de
osteopenia (Melián, 2008).
- Análisis de Orina
Glucosa: La glucosuria está presente en el 10% de los casos con diabetes mellitus.
Proteinuria: Las infecciones del tracto urinario son comunes y ocurren en el 50% de los
casos de hiperadrenocorticismo, lo que puede asociarse a infecciones del Tracto urinario, a
las lesiones glomerulares que inducen los glucocorticoides o por la hipertensión sistémica.
La infección del tracto urinario también puede asociarse en parte por la distensión crónica de
la vejiga urinaria, a pesar de esto muchos de ellos no presentan células inflamatorias en el
sedimento ni signos clínicos debido a los efectos antiinflamatorios del exceso de
glucocorticoides circulantes, por ende se recomienda hacer un cultivo de orina (Feldman,
2007).
En el siguiente cuadro se podrán apreciar los diagnósticos diferenciales según los signos
clínicos y hallazgos de laboratorio, a su vez, se pueden considerar dichas enfermedades
como complicaciones del hiperadrenocorticismo (Mooney, 2009) (Ramsey, 2006) (Tabla 2 y
3).
↑ Glucosa X
↑ Colesterol X x
Hepatomegalia X X
Infección del TU X
Alopecia x
Ganancia de Peso x
Adaptado de: Feldman (2007)
1.7. DIAGNOSTICO
1.7.1. Imagenología
- Radiografía
La examinación radiográfica del tórax y el abdomen es recomendada en todos los casos que
se sospeche o ya se haya probado la presencia de hiperadrenocorticismo, a pesar de que
los diagnósticos positivos se obtienen en muy pocos casos donde se puede detectar el
agrandamiento de las glándulas adrenales el número y la frecuencia de los cambios
radiológicos consistentes con hiperadrenocorticismo pueden proveer una ayuda útil en el
diagnostico final (Melián, 2008), en adición a esto las imágenes radiográficas pueden revelar
una serie de enfermedades significativas
16
Radiografía Abdominal:
Aumento de tamaño del hígado: la hepatomegalia es uno de los hallazgos más consistentes,
puede ir de leve a severa, los bordes del lóbulo ventral pueden variar de forma entre bordes
redondeados hasta bordes puntudos. La hepatomegalia junto con el abdomen pendulante
son los hallazgos radiográficos más consistentes en gatos con hiperadrenocorticismo.
Buen contraste radiográfico: permite una fácil identificación de las estructuras abdominales
debido a los grandes depósitos de grasa intrabdominal
Calculo cístico o renal: usualmente está asociado con una infección del tracto urinario.
Radiografía Torácica:
Sin embargo en algunos casos las radiografías pueden no revelar ninguna anormalidad
(Feldman, 2007).
- Ultrasonografía
Ha sido utilizada para examinar las glándulas adrenales, es un reto para el ecógrafo
distinguir entre una glándula adrenal normal y una hiperplastica, debido a que el diagnostico
de una hiperplasia es subjetivo. La medición del grosor de las dimensiones ventrodorsales
de la glándula adrenal ha mostrado ser más sensible que el largo o el ancho de la glándula.
Un grosor mayor de 7.5 mm de la glándula adrenal izquierda sugiere una hiperplasia adrenal,
si ambas glándulas se encuentran de un tamaño similar y una forma similar en perros o
gatos con hiperadrenocorticismo esto confirma que la enfermedad es de origen pituitario
(Ettinger, 2005).
- Resonancia Magnética
Han demostrado ser una ayuda diagnostica en el hallazgo de tumores adrenales, hiperplasia
adrenal y grandes tumores pituitarios (Cerundolo, 2010), sin embargo esta técnica es muy
cara (Schaer, 2010).
- Test de Detección
Los dos test de detección más comúnmente utilizados son el test de estimulación de ACTH y
el test de supresión con bajas dosis de dexametasona. El test de estimulación de ACTH es
más rápido y requiere menos venopunción, sin embargo puede ser menos sensible que el
test de bajas dosis con dexametasona. Este test es la única forma de identificar un paciente
con hiperadrenocorticismo iatrogénico y provee información para comparaciones pos
tratamiento (Cook, 2008).
Es importante tener en cuenta que pueden presentar falsos positivos o falsos negativos
(Kintzer, 2003), por lo cual se deben hacer en pacientes que presenten los signos clínicos
característicos para evitarlos. En la práctica ocasionalmente vemos perros que su historia
18
Interpretación:
- Test de supresión con bajas dosis de dexametasona: es más confiable que el test de
estimulación con ACTH para la confirmación de la enfermedad debido a que los
19
4. Tomar una tercera muestra para evaluar la concentración de cortisol a las 8 horas
Interpretación:
Una concentración de cortisol que exceda los 40 nmol/l (1.5 µg/dl) a las 8 horas es un
diagnostico positivo de hiperadrenocorticismo, este identifica de manera confiable
todos los perros con hiperadrenocorticismo adrenal dependiente y el 90% de los
perros con PDH (Peterson, 2007).
- Evaluación del radio cortisol: creatinina: es una prueba de orina la cual puede ser una
prueba simple y valiosa sin embargo tiene una muy baja especificidad (Behrend,
2013).
Interpretación:
El radio de referencia para un perro normal es <10x106 cuando este valor está por
encima del rango se puede presumir hiperadrenocorticismo sin embargo este radio
también se puede alterar en perros que no tenga enfermedad adrenal, por lo tanto es
una prueba muy sensible para detectar la enfermedad pero no es especifica (Ettinger,
2005).
- Test de Diferenciación
- Test de supresión con altas dosis de dexametasona: era el más utilizado para
diferenciar la causa del hiperadrenocorticismo, sin embargo es menos exacto que la
ultrasonografía abdominal o la medición de la concentración de ACTH en plasma,
este test está indicado en casos donde el diagnostico de hiperadrenocorticismo se ha
establecido por un test de detección pero no se ha diferenciado si es de origen
adrenal dependiente o pituitario dependiente. La alta dosis de dexametasona inhibe
21
1.8. MANEJO
La terapia medica controla los signos clínicos del hiperadrenocorticismo sin embargo no cura
la enfermedad, son tratamientos de por vida y el paciente debe seguir constantes chequeos,
todas las opciones tienen efectos secundarios o limitaciones por lo tanto se le debe proveer
al cliente con información detallada de cada una de ellas antes de iniciar la terapia (Ramsey,
2005). Debido a experiencias negativas algunos veterinarios se reúsan a recomendar
cualquier clase de tratamiento en perros con hiperadrenocorticismo, a pesar de que ningún
estudio ha documentado una mejora en la longevidad de los pacientes debido a la terapia la
calidad de vida del paciente si ha demostrado una mejora sustancial si se controlan los
síntomas de la enfermedad (Reine, 2007).
Los costos diarios de medicación pueden ser mayores con el trilostano pero los gastos en
monitoreo pueden ser menores (Cook, 2003).
Se debe tener en cuenta que el mitotano presenta efectos citotoxicos directos sobre el tejido
neoplásico adrenal independientemente de su habilidad para controlar la producción de
cortisol efectivamente (Cook, 2003).
El mitotano es administrado de forma oral con la comida en una dosis de 50 mg/kg día
(Cook, 2007), no se recomienda un tratamiento con glucocorticoides sin embargo si el perro
está siendo tratado en casa se le debe entregar al dueño una pequeña cantidad de
prednisolona en tabletas (Schaer, 2010). Esta terapia debe ser continuada hasta que
cualquiera de los siguientes cambios sea observado:
2. El perro toma mayor tiempo para consumir su alimento que antes o para de comer
por completo
son raramente serios por lo tanto en caso de presentarse es una noticia temprana para
retirar el medicamento (Brown, 2007).
La mayoría de los perros con PDH requieren entre 7 y 14 días de tratamiento con un
promedio de 10 días antes de que el consumo de agua caiga por debajo de los 60 ml/kg/día,
si el perro no está polidipsico ni polifagico el tratamiento debe continuar hasta que el conteo
linfocitico este por encima de 1.0x109 cells/l o la cuenta de eosinófilos esté por encima de
0.3x109 cells/l, sin embargo el mejor método para evaluar el tratamiento es utilizando un test
de estimulación con ACTH en un caso de adecuado tratamiento la concentración de cortisol
basal y la de estimulada con ACTH debe ser menor de 120 nmol/l (<4.3 µg/dl), si la
concentración de cortisol excede 200 nmol/l (7.2 µg/dl) con la estimulación con ACTH se
debe realizar un periodo más largo del tratamiento con mitotano hasta que las
concentraciones de cortisol sean adecuadamente suprimidas.
Algunos perros responden en 2 o 3 días, mientras que otros requieren más de 60 días con
tratamiento. Es importante enfatizar que cada perro debe ser tratado de manera individual
(Feldman, 2007).
En casos bien controlados pueden dormir algunas horas después de la dosis semanal, por
eso se recomienda que el medicamento sea administrado en horas de la tarde. Signos de
mayor depresión o debilidad requieren una reevaluación y una posible reducción en la dosis
de mantenimiento. Una falla en controlar la polidipsia puede requerir el incremento en la
dosis de mitotano (Cerundolo, 2010).
El trilostano fue previamente licenciado en USA para personas con desordenes adrenales,
pero fue removida voluntariamente del mercado en 1994. Un trabajo hecho a finales de 1900
demostró la eficacia del trilostano en el manejo de la enfermedad adrenal en caninos y desde
entonces se considera el medicamento de mayor elección para la terapia de esta
enfermedad (Melián, 2008).
Monitoreo: Seguido de la introducción de la terapia con trilostano los pacientes deben ser
reexaminados con un test de estimulación con ACTH 7 a 14 días después y repetido
nuevamente 30 a 90 días después.
Si las concentraciones de cortisol post aplicación de ACTH son menores a 20 nmol/l (<0.7
µg/dl) el trilostano debe ser suspendido por 5 a 7 días y reiniciado a una dosis más baja, si
son mayores a 120 nmol/l (4.3 µg/dl) la dosis del trilostano debe ser incrementada y si se
encuentra entre los 20 y 120 nmol/l (0.7 a 4.3 µg/dl) el paciente está bien controlado
clínicamente y la dosis debe mantenerse sin cambios.
Puede que los signos clínicos del paciente aparecen poco o no controlados y pueden haber
casos en que el trilostano tenga que ser administrado 2 veces al día (Reine, 2007). Un perro
pequeño puede tener una concentración de cortisol post estimulación con ACTH con rangos
normales, sin embargo pueden presentar todavía signos clínicos, en este caso la dosis debe
ser dividida y suministrada 2 veces al día. Un reporte reciente indica que la rutina 2 veces al
25
día presenta un control aceptable del hiperadrenocorticismo con una menor dosis total
(Cook, 2007).
Otros autores como Brown y Cook afirman que el ajuste de dosis se basa en el estado
clínico del paciente y las concentraciones de cortisol post estimulo ACTH. Si encuentra entre
1.5 y 5.5 µg/dl indica que hay un control óptimo de la enfermedad, si las concentraciones se
encuentran menores a 0,7 µg/dl se debe retirar el uso de trilostano hasta que aparezcan
nuevamente los signos clínicos. Si las concentraciones de cortisol se encuentran entre 0,7 y
1,5 µg/dl se debe suspender la terapia por 48 horas y reiniciarla con el 50% menos de la
dosis. Si el paciente no presenta un adecuado control de la enfermedad se recomienda un
incremento de la dosis en un 50 a 100% de la dosis y se debe reevaluar con el test de
estimulación de ACTH dos semanas después del reajuste de la dosis, luego cada 3 a 6
meses (Brown, 2007) (Cook, 2003).
Respuesta a la terapia: Más del 85% de los perros han demostrado mejoría clínica como
bioquímica después de un mes de terapia con trilostano con mejora sustanciales en las
concentraciones de cortisol post ACTH, los tiempos de supervivencia de los pacientes van
entre los 662 a 930 días (Schaer, 2010), comparado con aquellos que reciben mitotano
quienes presentan un tiempo de supervivencia de 708 días (Ramsey, 2005).
Efectos adversos: Los reportes indican que el trilostano en general es seguro y efectivo, sin
embargo pueden ocurrir complicaciones el más común es la hipocortisolemia transitoria la
cual se manifiesta con anorexia y letargia se debe realizar un test electrolítico en suero para
reevaluar la dosis junto con un test de estimulación con ACTH. Cuando el paciente empiece
a comer nuevamente y mejore su estado de actividad se debe rebajar en un 50% la dosis
(Brown, 2007).
Efectos adversos menores tales como letargia leve, diarrea o disminución del apetito pueden
ocurrir después de iniciar la terapia y por lo general son transitorios y responden a una
reducción en la dosis. Si ocurren efectos adversos más severos como vómito, diarrea severa
o hemorrágica o depresión severa, el trilostano debe ser detenido y se debe realizar una
terapia con prednisolona (Schaer, 2010).
Raramente el trilostano ha sido asociado a necrosis aguda de las glándulas adrenales, sin
embargo se ha reportado como causa de muerte de algunos pocos pacientes (Melián, 2008),
el mecanismo para que esto ocurra no está entendido ya que el medicamento no se
contempla como citotóxico, es posible que la completa disminución en la síntesis de la
hormona esteroidea de alguna manera sea injuriosa para el metabolismo celular, este raro
evento no se relaciona con la dosis, pues esto puede ocurrir cuando la terapia se inicia o
26
después de varios meses. Es esencial identificar este síndrome de manera rápida e iniciar un
tratamiento apropiado (fluidoterapia, glucocorticoides y mineralocorticoides). Esta
complicación es permanente e irreversible y requiere una suplementación de por vida tanto
de mineralocorticoides como glucocorticoides (Cook, 2003).
- L-deprenil:
- Ketoconazol:
Tiene un efecto inhibitorio reversible sobre la síntesis de glucocorticoides, mientras que tiene
mínimos efectos sobre la producción de mineralocorticoides, ha sido utilizado efectivamente
para controlar el hiperadrenocorticismo en perros pero no es efectivo en gatos, sin embargo
el ketoconazol no es uniformemente eficaz en perros, entre 1/3 y ½ de los perros tratados
no responden al tratamiento (Ramsey, 2006).
- Adrenalebilectomia bilateral:
Se ha empleado de manera exitosa pero envuelve un riesgo de poner un animal con sistema
inmune comprometido y pobre cicatrización a un procedimiento quirúrgico difícil, la
adrenalebilectomia bilateral aparece como el método más exitoso para tratar el
hiperadrenocorticismo felino. Los pacientes tratados con esta técnica requieren un
tratamiento de por vida para el hipoadrenocorticismo (Nelson, 2003).
- Hipofisectomía:
Los perros diagnosticados con ADH tienen un mejor pronóstico si el tumor puede ser
removido quirúrgicamente, sin embargo la terapia con mitotano o trilostano también son
indicadas.
Adrenalectomía unilateral:
Mitotano:
Es efectivo y relativamente seguro en perros con ADH, los perros con tumor adrenal tienden
a ser más resistentes al mitotano que aquellos con PDH, generalmente perros con
hiperadrenocorticismo adrenal dependiente requieren altas dosis de inducción (50 75
mg/kg/día) y un mayor periodo de inducción (>14 días) que perros con PDH.
Se debe realizar un monitoreo continuo del tratamiento por medio del test de estimulación
con ACTH para asegurarse que está controlando el hiperadrenocorticismo, las dosis de
28
Los efectos adversos son similares a los del tratamiento para PDH. Aquellos perros que
requieren mayores dosis son más propensos a sufrir de efectos adversos. El tumor adrenal y
la masa metastásica por lo general se reducen de tamaño debido al efecto citotóxico del
mitotano, pero en otros casos el tumor continuara creciendo sin importar el aumento de la
dosis de mitotano. La edad media de supervivencia es de 11 meses con un rango entre
pocas semanas y más de 5 años (Feldman, 2007).
Trilostano:
También es efectivo y relativamente seguro en perros con ADH, la dosis del trilostano se
ajusta dependiendo de cada caso específico, es importante realizar un seguimiento con el
test de estimulación de ACTH. Generalmente se debe incrementar la dosis a medida que el
tumor crece. Se presentan tiempos de supervivencia similares a aquellos con la terapia de
mitotano (Ramsey, 2005).
29
METODOLOGIA
2. DESCRIPCIÓN DE ACTIVIDADES
- Consulta Externa
De las consultas, su mayoría fueron caninos (517) y en menor proporción felinos (380).
Dicho en porcentaje, tenemos que un 57,6% fueron consultas de caninos y un 42,3% fueron
consultas en felinos.
Clasificándolas según el sistema o área afectada, de las 897 consultas y controles: 428
fueron digestivas (47.7%), 196 respiratorias (21.8%), 93 sistémicas (10.3%), 90
dermatológicas (10%), 52 metabólicas (5.7%) y 38 por trauma (4.2%) (Figura 6).
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En lo que involucra al tema de este informe se tomara en cuenta el motivo de consulta de las
anomalias metabolicas. Los mas frecuentes fueron PD/PU (63%), seguidas por letargia
(25%), alopecia (5%) y polifagia (7%) (figura 7). Una vez diagnosticadas se encontro que de
estos motivos de consulta 33 casos fueron piometra, 12 hipotiroidismo, 4 diabetes mellitus y
3 fueron hiperadrenocorticismo (figura 8).
Figura 8. Diagnósticos
- Cirugía
Todo paciente que llegaba a cirugía era sometido a exámenes pre quirúrgicos para verificar
que se encontrara en estado óptimo para recibir anestesia. La persona que se encontrara de
turno la noche anterior era el encargado de adecuar el quirófano y preparar el instrumental.
El día de la cirugía según el personal disponible se dividía los cargos de segundo cirujano,
anestesia y volante. Posteriormente todo el grupo de cirugía se encargaba de la evolución y
recuperación del paciente, según el tipo de intervención, características del paciente y su
recuperación se decidía el tiempo de hospitalización del paciente.
31,9%
55%
4,2%
4,2%
T. BLANDOS ORTOPEDIA OJO PROFILAXIS EXTRACCION P. DENTALES
- Imagenología
Los tipos de servicio de Imagenología que presta la clínica son de rayos x y endoscopia, sin
embargo por medio de otros profesionales externos a la clínica se programaban ecografías,
ecocardiografías y electrocardiogramas.
TIPOS DE IMAGENOLOGÍA
4,7%
4,7%
7,1%
23,8% 59,5%
- Hospitalización
TRAUMA
POSTQUIRURGICO
ONCOLOGIA
RENAL
SISTEMICO
DIGESTIVO
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
3. CASO CLINICO
- Reseña
Llega a la clínica veterinaria Caninorte el 24 de octubre del 2013 un paciente canino, raza
criollo de 12 años de edad llamado Takeshi con un peso de 40 kg procedente de la ciudad
de Bogotá.
- Anamnesis
- Motivo de Consulta
- Examen clínico
FC 125 L/m
FR 25 R/m
TLLC <2”
T° 38.2° C
MUCOSAS ROSADAS
7. Sarro y halitosis
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- Pruebas diagnósticas
Como pruebas diagnósticas se realizó: cuadro hemático, bioquímica (ALP, ALT, colesterol,
creatinia), ecografía, examen supresión a bajas dosis con dexametasona, perfil tiroideo (T4
libre y TSH).
Cuadro hemático:
Linfocitos % 12 30 % 15,8
Monocitos% 2 9 % 3,9
Granulocitos % 60 83 % 80,3
MCV 62 72 fl 70,5
MHC 20 25 Pg 21,1
HCT % 37 54 % 33,6
MPV 7 12 Fl 7,3
PDW 15,6
PCT % % 108
Bioquímica:
Ecografía:
Figura 12. Ecografía Glándula Adrenal Derecha y Riñón Derecho del Paciente
Perfil tiroideo:
- Manejo
A partir de los resultados emitidos por las pruebas diagnósticas, se decide empezar con el
tratamiento para el hiperadrenocorticismo.
Además se manejo tiroxina a 20 µg/dl en este caso una tableta de tiroxina de 0,8 mg una vez
al día por tiempo indefinido.
- Evolución
El paciente mostro mejoría los siguientes días, la propietaria reportaba que había mejorado
su condición, se encontraba más activo, el día 7 de diciembre el paciente se encontraba con
un peso de 37,6 kg. A pesar de esto, solo fue programado el control de hipotiroidismo, el cual
arrojo:
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Sin embargo por la descripción del propietario y su preocupación con la actitud del paciente
según Fidalgo (2003) se podría sospechar en primera instancia de alguna enfermedad
endocrina como hipotiroidismo e hiperadrenocorticismo, esta ultima como consecuencia del
aumento de cortisol en sangre ya que contribuye a la atrofia muscular debido al catabolismo
proteico, por ende a medida que la enfermedad avanza, se reduce la actividad y tolerancia al
ejercicio. Por otro lado, algunos signos como la incapacidad a levantarse que presentaba el
animal eran compatibles con enfermedad articular, hernia discal o cauda equina por lo que
en mi opinión se debió sugerir una radiografía como primera opción para descartarla.
Una vez realizadas las pruebas se empiezan a sospechar de más enfermedades debido a
sus altos niveles de enzimas hepáticas. Según Schaer, dentro de los diagnósticos
diferenciales del hiperadrenocorticismo se encuentra la enfermedad hepática lo que era muy
compatible debido a los resultados de ALT (264 U/l) y ALP (678 U/l).
En cuanto a la Fosfatasa Alcalina, los resultados del paciente fueron de 678 U/l, un perro
normal maneja ALP hasta 164 U/l, según lo reportado por Hoskins, la elevación de esta
enzima generalmente se encuentra por encima de los 1000 U/l. sin embargo a pesar de no
tener un aumento tan alto, los resultados deben ser considerados. Otros autores reportan un
aumento de esta enzima de 5 a 20 veces dependiendo del paciente (Peterson, 2007).
Con respecto a la ALT cuyo valor estuvo muy incrementado (264 U/l), el aumento se debe a
una hepatopatía esteroidea debida al acumulo de glucógeno y una dilatación de los
hepatocitos (Behrend, 2013), además coincide con el hallazgo ecográfico de un aumento de
tamaño del hígado.
En este caso era recomendable llevar a cabo otra serie de exámenes como la biopsia
hepática o medir acidos biliares para descartar enfermedades primarias del hígado ya que
en hiperadrenocorticismo estos no se deben ver afectados (Melián, 2008).
Por otro lado, teniendo en cuenta los resultados de ecografía y la prueba de supresión con
dexametasona se podrían confirmar que el paciente tenía síndrome de Cushing. En cuanto a
la prueba de supresión con dexametasona, esta se trata de una prueba de detección mas no
de diferenciación es decir que confirma la enfermedad pero no establece confiablemente el
origen de esta (pituitario o adrenal dependiente) como afirma Schaer (2010): Este test junto
con el de ACTH no son confiables para diferenciar un hiperadrenocorticismo pituitario
dependiente a uno adrenal dependiente, sin embargo si hay una concentración de plasma
determinada entre las 2 y 6 horas después de la inyección de la dexametasona <49nmol/l
pero a las 8 horas la muestra escapa de la supresión de cortisol se diagnostica como
pituitario dependiente. Mientras que si hay una supresión a cualquier hora dentro de las 8
horas es adrenal dependiente (Melian, 2008).
Según otros autores esta interpretación varia, como por ejemplo Nelson (2003) quien
expresa que concentraciones de cortisol a las 0 y 4 horas no se requieren para el diagnóstico
de hiperadrenocorticismo pero pueden ser de gran valor para realizar el diagnóstico
diferencial, la supresión de la concentración de cortisol a menos de 30nmol/l (<1.1 µg/dl) a
las 4 horas y luego un escape a la supresión a las 8 horas sugiere un hiperadrenocorticismo
pituitario dependiente. Dicho esto Takeshi presentaba según algunos autores un escape de
la supresión (cortisol: 46 nmol/l a las 8 horas) por lo cual se sospecharía del origen pituitario
dependiente, aun así ya teniendo la ecografía se podría descartar este origen, pero sería
recomendable realizar un test de medición de ACTH en plasma para confirmar el origen.
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Según la ecografía, donde se muestra una hipertrofia de una de las glándulas adrenales
(glándula adrenal izquierda 9,9 mm), sugiere que es adrenal dependiente, ya que un grosor
mayor de 7.5 mm de la glándula adrenal izquierda sugiere una hiperplasia adrenal, mientras
que si ambas glándulas se encuentran de un tamaño similar y una forma similar en perros o
gatos con hiperadrenocorticismo esto confirma que la enfermedad es de origen pituitario
(Schaer, 2010), es importante considerar que el hallazgo de hiperplasia es subjetivo de cada
veterinario que realice la ecografía sin embargo en este caso se encuentra una diferencia
amplia entre las dos glándulas.
En cuanto al manejo del paciente con trilostano, a pesar de ser un medicamento seguro es
importante realizar un monitoreo adecuado para controlar las dosis y así evitar problemas
futuros en el animal, es importante estar seguros frente al origen de la enfermedad para
manejar las dosis adecuadas. En este caso se manejó una misma dosis durante todo el
tiempo y no se realizaron exámenes de control que son muy importantes para reajustar la
dosis y no generar complicaciones en el animal, ya que así haya mostrado una mejoría en
poco tiempo a largo plazo se podrían generar complicaciones o desbalances severos. Es
importante resaltar que el control no se pudo llevar a cabo de la mejor manera debido a
causas externas a la clínica.
Por otro lado se estaba manejando además tiroxina, que en este caso no se sabía si los
resultados arrojados en el control eran debido al trilostano y por ende al control del cortisol o
como tal a la tiroxina.
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IMPACTO E INDICADORES
Es por esto que las preguntas que se puedan hacer en el momento de la consulta pueden
tornar una importancia vital para el proceso de diagnóstico y antes de tratar a un paciente
con síndrome de Cushing es indispensable confirmar el diagnóstico y evaluar la relevancia
de otra enfermedad que padezca (Mooney, 2009).
Es importante aclarar al propietario las opciones de tratamiento que hay, cuales son las
expectativas de vida o el pronóstico, enfatizando en que ninguno es ideal, que puede mejorar
la calidad de vida del animal sin embargo no garantiza la cura como tal.
Como se ve en este caso, el monitoreo y control de la evolución del paciente no fue el mejor,
ya que en el control solo se realizó la prueba de hipotiroidismo y no se verifico las
concentraciones de cortisol para el reajuste de la dosis lo cual considero vital para esta
enfermedad ya que son medicamentos de mucho cuidado que pueden generar peores
alteraciones en los pacientes.
REFERENCIAS
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hyperadrenocorticism: relationship with glucose, cortisol and triglyceride concentration and
with ophthalmic blood flow. Research in Veterinary Science, 92, 387-392.
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