Robert Braidwood
Robert Braidwood
Robert Braidwood
La teoría del oasis. Sostiene que las comunidades de finales del Pleistoceno
(epipaleolíticas y mesolíticas) se vieron obligadas a recluirse en las zonas más fértiles con
abundancia de agua, ante el deterioro ambiental que produjo la desecación del cambio
climático del Holoceno. Estas zonas fértiles eran los «oasis» de refugio donde pudieron
establecerse, iniciar un modelo de vida sedentaria e iniciar las prácticas agrícolas y
ganaderas. Este modelo conduciría. un par de milenios después la civilización urbana en esos
mismos escenarios.
A este proceso lo denominó Childe _revolución neolítica o primera revolución sigmficando así la
importancia del cambio cultural que condujo a la segunda revolución. o -revolución urbana. en
Mesopotamia.
Sin embargo a partir de 1950 se empiezan a desarrollar diversos proyectos arqueológicos en
tierras del próximo Oriente asiático. especialmente en Jordania, Palestina, Siria, Turquía, Iralq e
Irán (coincidentes en buena medida con otros en México, China y la India) Entre ellos el proyecto
de Qalat Djarmo (vertiente de los montes Zagros, al norte de lraq) dirigido por Robcrt
Braidwood, tuvo especial relevancia, ya que. tras casi una década de excavaciones
arqueológicas y los datos obtenidos de otros yacimientos de Oriente Próximo, se pudo llegar a
la conclusión de que en las vertientes de los Zagros en Iraq e Irán, en el este de Anatolia y
los territorios de Levante en Siria y Palestina, las comunidades mesolíticas habían iniciado
el cultivo de cereales y la cría de ganado doméstico en fechas muy tempranas y fuera de
los territorios considerados como “oasis” cultuales.
La teoría del área nuclear (R. Braidwood. 1967). Se apoya en evidencias arqueológicas y
dice que el origen del Neolítico aconteció en las áreas ecológicamente favorables en las
que existían previamente en estado salvaje las especies vegetales y animales que fueron
domesticadas. Esos lugares estarían en las tierras altas del este de Anatolia y en las
vertientes montañosas de los montes Taurus y Zagros en tierras del norte de Iraq (las
zonas altas del Creciente Fértil) a las que se denomina área nuclear. Allí se inició un proceso
al que Bmidwood denominó de agricultura incipiente. La teoría se apoya en unas premisas
ecológicas y tecnológicas ya que requiere. como condición previa. un medio ambiente favorable
en el que existan las especies luego domesticadas, asi como un adecuado nivel de desarrollo
cultural.
La terminología que utiliza para designar las frases del Neolitico en el próximo Oriente fue
propuesta por R. Braidwood, considerando cuatro fases en el desarrollo del proceso. desde el
Natufiense hasta la plena economía de producción:
Fase 3. Primeros ensayos de cultivo y domesti cación. Pre Potery Neolithic A (PPNA): Neolítico
precerámico A.
Fase 4. Primeros agricultores y ganaderos. Pre Potery Neolithic B (PPNB): Neolítico Precerámico
B
Fernandez
Hasta la década de 1930 se suponía que la agricultura y el pastoreo eran un sistema
intrínsecamente superior a la caza-recolección, y que el paso de una a otra había sido el
resultado lógico de una evolución basada en el progreso permanente. El primero que ideó una
explicación sobre la forma concreta en que se pudo haber dado ese paso fue el prestigioso
arqueólogo británico Vere Gordon Childe, quien en 1936 propuso su «teoría del oasis» sobre el
origen del Neolítico, supusieron que el comienzo del Holoceno coincidió con una época de
gran sequía en el norte de África y el Próximo Oriente, que llevó a concentrarse en los pocos
oasis existentes al conjunto de la población humana y animal superviviente de los
alrededores. Esa proximidad hizo que poco a poco los animales perdieran el miedo a los
humanos, y llevó a éstos a intervenir sobre aquéllos, eliminando a los menos dóciles y
alimentando y dando de beber artificialmente a los que quedaban, hasta que alcanzaron la
categoría de domésticos y comenzaron a reproducirse enteramente en cautividad. Para los
vegetales la teoría funciona peor pero es igualmente plausible, siempre con el principio de que la
proximidad lleva al conocimiento y familiaridad, y de éstas se habría pasado a la intervención y
manipulación. El problema para ésta en apariencia plausible teoría es que no se ha podido
demostrar la existencia de períodos áridos significativos en las regiones citadas, sino que más
bien parece que ocurrió lo contrario como vimos antes.
Es curioso que bastantes años después de abandonada la teoría de Childe, los datos de una
región concreta, Egipto, parezcan sugerir que en algunas zonas pudo haber sucedido algo
parecido a lo que postulaba. En el árido desierto sur-occidental de esa nación norteafricana,
concretamente en los oasis de Bir Kiseiba y Nabta Playa, un equipo norteamericano-polaco
descubrió restos de bóvido de unos 10.000 años de antigüedad (ca. 8.000 a.C.), en apariencia
salvaje (los huesos no se distinguen de otros casos de Bos primi genius) pero acompañados por
huesos de sólo unos pocos animales más (liebre, gacela) que indican un clima tan árido que la
presencia de esos bue yes sólo es explicable si «alguien» les ayudó a superar el trauma
climático, por ejemplo dándoles agua de los pozos cuyos restos han sido registrados en
las excavaciones de los yacimientos. Descubrimientos más recientes en el norte de Sudán
parecen apoyar lo adecuado de esta propuesta, al principio muy discutida. Aunque ya vimos que
el Sáhara fue un ecosistema más húmedo de lo actual durante una gran parte del Holoceno, los
hallazgos egipcios corresponden a un pequeño episodio árido al comienzo del período, cuando
reducidos grupos de cazadores se quedaron aislados lejos del Nilo en valles que aún
conservaban algo de humedad, siendo su respuesta más adecuada el control de los animales
salvajes. Como ya veremos, es posible que de esta región provenga una gran parte, si no todos,
de los bóvidos domésticos de tipo europeo (Bos taurus) hoy presentes en África.
Otra postura teórica que también suponía que la agricultura era algo enteramente deseable y que
si no se había alcanzado antes era porque el ser humano todavía no estaba preparado para ello
fue la propuesta por el norteamericano Robert Braidwood en los años cuarenta y cincuenta. La
diferencia con Childe es que ahora se planteó la que podía ser la región que más favoreció aquel
«descubrimiento» y se montó una gran expedición científica para poner la hipótesis a prueba.
Dentro del Próximo Oriente, Braidwood advirtió que las primeras colinas de los montes Zagros
en el Kurdistán iraquí cumplían esa función, pues allí se daban los antecesores silvestres
de especies tan importantes como el trigo, cebada, oveja y cabra. Acompañado de científicos
naturalistas para analizar los datos biológicos en las excavaciones, encontró efectivamente la
prueba de que allí había existido una de las zonas nucleares de origen de la agricultura y
domesticación en un momento climáticamente adecuado durante el VII milenio a.C.
Liverani