Mesopotamia PDF
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“Mesopotamia”
Hace ya muchos años que la Historiografía viene interesándose por las mujeres
como objeto de estudio. Esta atención ha sido progresiva y desigual. Por ejemplo,
los primeros trabajos tenían como base el marco histórico tradicional, claramente
androcéntrico, en el que directamente se colocaba a las mujeres objeto de las
investigaciones. Poco a poco, se fue creando un marco metodológico propio para el
estudio de las mujeres en la Historia. Esta tendencia fue sobre todo iniciada desde
mediados del siglo XX por varias escuelas de pensamiento feminista, tanto en
Estados Unidos como en Francia. No obstante, estos cambios en la percepción de
la Historia de las mujeres no han afectado a todas las épocas y zonas estudiadas.
En cuanto a las disciplinas de nueva creación, cuyo recorrido comenzó a mediados
del siglo XIX, este proceso fue incluso más lento. Es el caso concreto de los
estudios sobre el Antiguo Oriente, sobre todo conocidos por sus denominaciones
tradicionales: la Egiptología y la Asiriología. En estas disciplinas la Historia de las
mujeres suscitó interés real solamente a partir de los años setenta del siglo XX. Por
su parte, con anterioridad a estas fechas, la falta de especialistas en nuestro país
conllevó la inevitable consecuencia de que los pocos trabajos publicados sobre el
tema no se difundieran lo suficiente entre el público interesado.
Hoy en día, los estudios sobre la Historia de las mujeres en el Antiguo Oriente
–en Egipto, Mesopotamia, Siria, etc.– se han multiplicado exponencialmente. Existen
listados bibliográficos especializados que recogen cientos de entradas publicadas en
los últimos años, lo que indica el interés académico que suscita el tema. Además,
en España ya existe un buen número de especialistas –sumerólogos, asiriólogos,
egiptólogos…– cuyo principal foco de atención es, precisamente, el papel que las
mujeres desempeñaron en dichas sociedades históricas.
Esta buena salud de la disciplina debe ser motivo de celebración. Es así una buena
ocasión para exponer, de manera breve y sencilla, algunos de los temas que más
interesan a los investigadores, y que muestran las posibilidades que, sobre el tema
de la Historia de las mujeres, ofrecen las fuentes orientales antiguas.
Historia Abierta 14 Septiembre 2016
Mujeres y derecho
en la antigua Mesopotamia
Josué J. Justel
Universidad de Alcalá
Otro aspecto que se ha discutido es la variación de compra” fue formulada a principios del siglo XX, pero
esta capacidad de obrar que han experimentado las ya ha sido sobradamente descartada; no se debería ver,
mujeres a lo largo de los tres milenios de historia del por tanto, a la novia como una propiedad por la que se
Próximo Oriente Antiguo (véase el artículo de A. Gar- cobraba un precio, sino que este habría sido una espe-
cia-Ventura). El debate es difícilmente superable porque cie de compensación que se le daba a su familia por la
la naturaleza de las fuentes es muy diferente entre unos pérdida de un miembro.
periodos y otros, e incluso dentro del mismo periodo Cuando tenía lugar un matrimonio, la novia pasaba
dependiendo de zonas. Baste destacar que, en general, a residir en casa de la familia del novio (patrilocalidad).
parece apreciarse una progresiva pérdida en la capaci- No obstante, a veces esa tendencia variaba intenciona-
dad de obrar de las mujeres conforme pasaba el tiempo. damente, dando lugar al fenómeno de la matrilocali-
De ello dan cuenta varios estudios, el más representati- dad, atestiguada en varias zonas y épocas del Próximo
vo de los cuales compara las fuentes del antiguo reino Oriente Antiguo. En la documentación del Bronce Final
de Ugarit (Siria, en la costa frente a Chipre), datables en el norte de Siria e Iraq es especialmente recurrente
en los siglos XIII-XII a. C., con las del Antiguo Testamen- el siguiente método para establecer un matrimonio de
to. De esta manera, se demostraba que las mujeres del tipo matrilocal: el padre o la madre (generalmente viu-
Bronce Final poseían una mejor situación social que las da) de la novia adoptaban a un hombre y le entregaban
de la Palestina del primer milenio a. C. a una de sus hijas en matrimonio. Con ello, se lograba
que el novio pasase a vivir en casa de su suegro, puesto
que en realidad era también su padre (adoptivo), y que
MUJERES Y MATRIMONIOS
el patrimonio (la dote) permaneciese allí.
En los matrimonios próximo-orientales, como en gene- La dote suponía la entrega de una serie de propie-
ral en toda la Antigüedad, las mujeres eran entregadas dades –generalmente bienes muebles– a la novia por
por un pariente o un tutor varón –generalmente su pa- parte de su familia, con ocasión del matrimonio. En tér-
dre– como esposa a otro hombre, e iba a vivir a la casa minos generales, la dote era gestionada por el marido,
de este. Su padre le entregaba la dote, mientras que
el padre del novio transfería una donación nupcial a
su familia. En este proceso ellas no solían tener ningún
margen de actuación jurídica.
Sin embargo, varios casos de la práctica jurídica pri-
vada nos muestran que, a veces, las mujeres sí desem-
peñaban un papel activo. Por un lado, una mujer podía
intervenir en la gestión del matrimonio de otra mujer
de su familia, generalmente una hija. Lo más común
es que se indicara que tanto el padre como la madre,
conjuntamente, gestionaban el matrimonio de la novia.
En otros casos el matrimonio era gestionado por el/los
hermano(s) y la madre de la novia. A veces la madre era
la única que aparece mencionada en dicho papel, lo
que está atestiguado sobre todo en varios documentos
del segundo y primer milenio a.C. No se menciona, en
estos casos, a ningún familiar varón de la novia, con lo
que generalmente se ha concluido que ésta no tenía
padre o tutor varón. Por otro lado, era posible que una
mujer gestionase directamente su propio matrimonio.
Esta situación es absolutamente inusual, pero no des-
conocida en la documentación cuneiforme, y se daba
esencialmente en el caso de mujeres que habían que-
dado viudas, o poseían un estatus especial, como en el
caso de ciertas sacerdotisas.
La asunción de que la novia no tenía ninguna capa-
cidad jurídica en su matrimonio hizo que la historio-
grafía estableciese un paralelismo entre el matrimonio
y la compraventa: el comprador-novio pagaría al ven-
dedor-padre de la novia un precio por el objeto de la
transacción (la novia). Esta teoría del “matrimonio por Código de Hammurabi, originalmente erigido en Sippar, s. XVIII a. C.
Tradicionalmente se ha venido indicando que las muje- pecialmente conocido durante el primer milenio a. C. En el
res, en general, eran hechas esclavas a causa de las deudas sur de Mesopotamia. Algunos documentos, procedentes
de un familiar varón. En efecto, es habitual el fenómeno de Babilonia, nos muestran que una conocida familia se
en el que la familia se encontraba en perentorias nece- lucraba mediante el empleo de sus esclavas como pros-
sidades económicas y el marido entregaba a su esposa titutas. No se debe olvidar tampoco que, al margen del
como esclava de otra persona, generalmente de uno de debate sobre la prostitución sagrada en la Antigüedad, al
sus acreedores. Igualmente, se podía dar el caso de que menos en los templos de la época neobabilónica había es-
niñas de corta edad fueran hechas esclavas a causa de las clavas que podían ser hechas prostitutas.
deudas de sus padres, fenómeno especialmente frecuente
durante el primer milenio a.C. Sin embargo, estos estudios MUJERES Y HERENCIA
dejaban de lado la evidente capacidad de las mujeres por
contraer deudas, por encontrarse en difíciles situaciones La herencia es el conjunto de propiedades, derechos y obli-
económicas y en definitiva para convertirse en esclavas gaciones que una persona transmite, tras su muerte, a sus
por propia iniciativa. Este último fenómeno, aunque no legatarios. La situación más habitual era que el padre de la
habitual, está atestiguado en casi todas las épocas del familia –en muchas menos ocasiones la madre– establecie-
Próximo Oriente Antiguo. se la entrega de las propiedades a los hijos varones. Secun-
Lo más destacable en este apartado es que el propieta- dariamente, en circunstancias especiales, se podía seña-
rio de la esclava poseía autoridad sobre su vida sexual. En lar que alguna hija heredase. A veces, el padre de familia
primer lugar se encuentra el fenómeno del concubinato o establecía que, tras su muerte, las propiedades del hogar
matrimonio con una esclava. De acuerdo con la legislación debían ser gestionadas por su viuda. Todas las situaciones
paleobabilónica, un hombre podía tomar como concubina descritas presentan a mujeres en diferentes circunstancias
a su esclava, pero si llegaba a tener descendencia con ella, jurídicas.
debía ser manumitida cuando el propietario muriese. En En primer lugar se encuentra la posibilidad de que
el sur de Mesopotamia durante el Bronce Medio se ates- una mujer actuase como testadora, es decir, que esta-
tigua, como se ha visto más arriba, que había religiosas a bleciese su testamento por escrito. Esta situación no
las que no les estaba permitido concebir descendencia, y es frecuente, y tiene lugar sobre todo con mujeres que
se decidía que el marido tomase a una esclava como con- poseían un estatus especial, por ejemplo en el caso de
cubina; de esta manera la descendencia concebida por la las religiosas nadîtû arriba mencionadas. Otro caso re-
esclava pasaba a ser legalmente del marido y de la esposa, señable tiene lugar en el sur de Mesopotamia durante
no de la esclava. el primer milenio a. C.: una mujer llamada Hubbusitu
En relación con la explotación sexual de las esclavas dispuso que, tras su muerte, la mitad de la dote que
hay que destacar su le entregó su padre fuera para su hijo y, la otra mitad,
utilización como pros- para su propio marido. Además se insistía en el hecho
titutas. Dado que solía de que esta dote, hasta el momento en que muriera, le
estar prohibido que pertenecía exclusivamente a ella misma. Se alude tam-
un hombre tomase bién a que el testamento de Hubbusitu anteriormen-
a una esclava como te redactado quedaba sin vigencia. Vemos, por tanto,
concubina cuando que Hubbusitu era completamente capaz de establecer
su esposa legal había libremente y modificar su propio testamento, incluso
tenido descendencia, cuando su marido estaba vivo.
era habitual que una Más común, sin duda, es el caso de mujeres que se
vez esta última había veían beneficiadas por las disposiciones testamentarias de
concebido, la pareja un familiar, generalmente un hombre, fuera este su mari-
enviara a la esclava a do, padre, hermano, tío, etc.
ejercer en un prostí- Generalmente, la viuda no heredaba propiedades en las
bulo. Se trata de un disposiciones testamentarias. Los testamentos realizados
fenómeno que es es- por sus maridos les afectaban de otra manera, a saber: las
protegían económica y jurídicamente frente a las posibles
actuaciones de familiares y otras personas. Por ejemplo, en
Ejemplo de contrato matrimo-
nial datable en el s. V a. C. y muchos testamentos se incluyen cláusulas que prohibían a
procedente de alguna localidad los herederos abandonar a su madre. Una vez que moría
cercana a Borsippa. La novia
procedía previsiblemente de su marido, la viuda tenía derecho a retener y gestionar
una familia judía que fue obli- parcialmente la dote que había aportado con ocasión de
gada a desplazarse a la región
con ocasión de la conquista
su matrimonio. Además, el testador podía añadir otros
babilónica de Judea. regalos para contribuir al buen mantenimiento de su viu-
Vidas de mujeres
en la antigua Mesopotamia
Agnès García-Ventura
“Sapienza”, Università degli Studi di Roma
R
icas y pobres, reinas y esclavas, madres e hijas, tos, imágenes y vestigios duraderos. Además, son estas
cantantes y bailarinas, tejedoras e hilanderas, élites las que tienen el interés y la necesidad de dejar
emprendedoras, asalariadas y un largo etcétera constancia de algunas de sus actividades, de sus aspira-
de mujeres diversas y poliédricas. Todas ellas se atesti- ciones y de sus tradiciones, a menudo con la pretensión
guan en las fuentes escritas en cuneiforme sobre tabli- de que estas se perpetúen y pasen a la posteridad. Por
llas de barro, en los restos materiales que la arqueología todo ello, no es de extrañar que nos haya llegado más
saca a la luz y en las imágenes –tales como esculturas información de sacerdotisas, reinas, princesas y otras
mujeres vinculadas a las “grandes organizaciones” (es heduana”. Se trata de un objeto circular,
decir, a los palacios y a los templos). Veamos a conti- de alabastro, procedente de Ur, en el
nuación algunos ejemplos de estas mujeres tal y como que hay una inscripción de Enheduana
se plasman en diferentes tipos de fuentes. y la imagen de una mujer ofreciendo
Uno de los testimonios más antiguos y más especta- una libación que se suele inter-
culares por la riqueza y excepcionalidad del hallazgo es pretar como su propio retrato.
el de las llamadas “tumbas reales” del cementerio de Mucho se ha discutido sobre
Ur, fechadas a mediados del tercer milenio a. C. Aunque la posibilidad de la vinculación
no está claro que podamos hablar de realeza, sí se pue- real y directa de Enheduana
de confirmar que se trata de una elite que se enterró, con estos hallazgos, y cierto es
con mucho fasto, acompañada de grandes números de que no podemos tener la segu-
personas (¿sirvientes?), animales, joyas, instrumentos ridad de que fuera ella quien
musicales y todo tipo de bienes de lujo en 16 de las compuso los himnos (de los que
1850 tumbas excavadas por Sir Leonard Woolley en la solo disponemos de copias de unos
ciudad de Ur (actual Tell el-Muqayyar) en los años 20 del 500 años posteriores a la época en
siglo pasado. De entre estas 16 tumbas, destaca la de la que vivió), ni de que fuera ella
la dama Puabi, que contenía joyas de oro y lapislázuli y quien directamente encargó el
también copas metálicas (presentes en diferentes can- disco y su inscripción. No obstan-
tidades en todas las sepulturas de mujeres del mismo te, como ha observado Brigitte
recinto) que pudieron utilizarse para la preparación y Lion en su estudio sobre la rela-
para el servicio de cerveza. Estos hallazgos arrojan luz ción entre alfabetización y géne-
sobre el estatus de las mujeres de clase alta como Pua- ro en la antigua Mesopotamia,
bi, sobre las materias primas disponibles, sobre el gusto lo importante no es determinar
estético, y sobre la vinculación de las mujeres a ciertas si fue Enheduana la autora, sino
actividades, como la producción y la distribución de la el hecho de que se mantuviera la
cerveza, uno de los alimentos básicos de la antigua tie- tradición de asociarla a la escritura,
rra entre dos ríos. sin que resultara extraño asociar
De las mismas cronologías, en los templos de ciuda- a una mujer con esta actividad y
des como Nippur o Eshnunna (actual Tell Asmar) se han con este conocimiento. Esto nos
encontrado algunas de las más antiguas estatuas me- permite confirmar que algunas Estatua de mujer orante (ca.
sopotámicas, fechadas mayoritariamente entre el 2750 mujeres tuvieron acceso a la es- 2600-2500 a. C.), hallada en el
templo de Inanna en Nippur.
y el 2500 a. C. Estas representan a hombres (en mayor critura y pudieron encargar ins-
cantidad) y mujeres como orantes, y eran encargadas cripciones y representaciones
por las personas de las élites para asegurar su presencia de sí mismas, igual como podían hacerlo los hombres
constante ante las divinidades. Se trataba, pues, de una de su mismo estatus.
presencia virtual que sustituía su presencia física cuan- En este mismo sentido, es destacable también que
do estas no estaban en persona rezando en los tem- nos hayan llegado los nombres de algunas mujeres es-
plos. El análisis de las estatuas aporta información sobre cribas en conjuntos de textos de inicios del segundo
códigos sociales y estéticos (peinados, indumentaria, milenio a. C., como los procedentes de los recintos en
joyería), y permite constatar que, aunque en distintas los que vivían las sacerdotisas o mujeres consagradas
proporciones, tanto hombres como mujeres se relacio- en Sippar (actual Tell Abu Habbah), y los de los archivos
naban directamente con las divinidades, puesto la re- del Palacio de Mari (actual Tell Hariri) que trataban con
presentación como orantes no es exclusiva de uno de personal femenino. Aunque estas mujeres escribas se
los dos sexos. atestiguan, como vemos, en contextos exclusivamente
También en relación con los templos hay que mencio- femeninos, su formación y los textos que generaban
nar a las sacerdotisas (sg. lukur en sumerio, nadîtum en (sobre todo textos legales y administrativos) son equi-
lengua acadia), mujeres de las élites que se consagraban valentes a los que produjeron sus colegas de profesión
a una divinidad. Uno de los más antiguos y famosos hombres.
testimonios de una de estas sacerdotisas es el de Enhe- Además de nombres de mujeres escribas, también
duana, hija del rey Sargón de Akkad. A Enheduana (ca. nos han llegado los nombres de varias reinas, princesas
2300 a. C.) se le atribuye la autoría de varias compo- y consortes así como, en algunos casos, documentos
siciones literarias, por lo que a menudo se alude a ella administrativos que dan cuenta de la gestión, por parte
como la primera “autora” o “poetisa” de la historia. Por de estas mujeres, de algunos sectores económicos de-
otra parte, como testimonio de su vida contamos con pendientes del palacio. Una de estas mujeres fue Shul-
una pieza excepcional, conocida como el “disco de En- gi-simti, consorte del rei Shulgi (que reinó a finales del
tercer milenio a. C.), cuyas gestiones relacionadas con debían producir o quién supervisaba el trabajo. En algu-
entregas y recibos de ganado, principalmente ovino y nas ocasiones incluso contamos con alguna pista que nos
bovino, se pueden seguir gracias al hallazgo de un con- puede ayudar a discernir la procedencia geográfica de esta
junto de unos 500 textos, procedentes de Drehem (ac- mano de obra. En estas listas hay tanto hombres como
tual Puzriš-Dagan), conocido como “el archivo de Shul- mujeres y nos aportan información acerca de la mano de
gi-simti”. Estos textos recogen la actividad de un centro obra que, anacrónicamente, podríamos denominar asala-
de gestión de ganado destinado, principalmente, a las riada, es decir la que trabajaba por cuenta ajena, a menu-
ofrendas a las divinidades, y el hecho de que el nom- do como personal dependiente de templos y de palacios.
bre de Shulgi-simti se asocie al mismo muestra como Las mujeres que se registran en estas listas trabajaron en
las mujeres, igual que los hombres, también pudieron sectores diversos: hay escribas, nodrizas, plañideras, teje-
ocupar el más alto escalafón en el control de los nego- doras, hilanderas, molineras, músicas o taberneras, entre
cios palaciales. Si este control era real o simbólico, si se otras. Además, estas mujeres ostentaron responsabilida-
trataba de una atribución directa o más bien honorífica, des y cargos también diversos. Y es que, aunque los car-
como sucede hoy en día con algunos miembros de los gos de supervisión fueron mayoritariamente ocupados por
consejos de dirección de algunas empresas, es algo que hombres (ugula en sumerio), tenemos también eviden-
no se puede determinar, aunque de nuevo, como se cias de mujeres que desempeñaron su labor como tales.
apuntaba al hablar de Enheduana, lo que es interesante Este fue el caso de Ummi-tabat (en Nippur), o Ashtaqqar
es que no se considere extraño atribuir a una mujer ca- y Kun-Simat (en Garshana), supervisoras asociadas todas
pacidad ejecutiva y directiva en relación con la gestión ellas al sector textil. Sus nombres, claramente femeninos,
de los bienes y de la producción del palacio, al igual que aparecen asociados en los textos y en los sellos a “capa-
se atribuyen estas capacidades y funciones a hombres taz/capataza de la tejeduría”. Además de la presencia de
de su mismo estatus social. supervisoras en el sector textil, en el que la mayoría de la
mano de obra era femenina, también aparecen mujeres
ASALARIADAS Y EMPRENDEDORAS trabajando en un sector que a menudo se considera mas-
culino, como sería el de la construcción. Así, en los textos
Pese a que las fuentes nos ofrecen sobre todo informa-
de Garshana, se registran mujeres trabajando en el trans-
ción acerca de las mujeres de las clases altas, contamos
porte de ladrillos siendo, algunas de ellas, las responsables
con una no despreciable cantidad de datos, principal-
de controlar este transporte, identificadas de nuevo con el
mente procedentes de las fuentes escritas, sobre muje-
mismo término sumerio (ugula) que se traduce indistinta-
res de otros sectores sociales. Así, podemos reconstruir
mente como “capataz” o “capataza”.
parte de sus vidas como mujeres trabajadoras… Eran
Pasemos ahora a ocuparnos brevemente de las mujeres
mujeres que trabajaban por cuenta ajena o mujeres que
que, de nuevo anacrónicamente, podríamos denominar
controlaban su propio negocio, como veremos a conti-
emprendedoras. Se trata de mujeres activas en negocios
nuación.
familiares dirigiendo la producción y, en algunos casos,
Afortunadamente, contamos con una gran cantidad
controlando también la contabilidad. Para ello, veamos el
de documentación administrativa, escrita en lengua su-
ejemplo del comercio entre las ciudades de Assur (al norte
meria, del periodo conocido como Tercera Dinastía de Ur
de la antigua Mesopotamia) y Kanesh (actual Kültepe, en
(ca. 2100-2000 a. C.), con listas de mano de obra muy
la antigua Anatolia) a principios del segundo milenio a.
abundantes. Estas contienen datos como el nombre de las
C. Este comercio, controlado por grupos familiares, estuvo
personas que integraban un
muy posiblemente financiado por templos y palacios, pero
equipo de trabajo, la re-
no directamente o exclusivamente controlado por los mis-
tribución que recibían
mos, por lo que suele citarse como ejemplo de la iniciativa
por este trabajo, la
económica privada, frente a la institucional, en la antigua
tarea que llevaban
Mesopotamia. Estas familias se organizaban del siguiente
a cabo, en cuánto
modo: el marido (y los hijos de cierta edad) se trasladaba
tiempo debían
a Anatolia comerciando con tejidos que su esposa (y las
realizar lo que
hijas), que permanecía en Assur, le enviaba. La situación
se les encarga-
descrita generó una abundante correspondencia, escrita
ba, cuál era la
en lengua acadia, que hoy es una valiosa fuente para re-
cantidad (a ve-
construir parcialmente las vidas de las personas activas en
ces también la
estos negocios.
calidad) de lo que
Una de las mujeres implicadas en este tipo de negocio
fue Lamassi, de la que nos han llegado varias de las car-
Disco de Enheduana (ca. tas que mandó a su marido. En algunas de las mismas,
2350-2300 a. C.), hallado en el
templo de Ningal, en Ur. Lamassi se centra en asuntos familiares. En una, por ejem-
EL CICLO DE LA VIDA
Las mujeres, por su “capacidad de
ser dos” (como se ha definido des-
de el feminismo de la diferencia),
suelen tener una relación muy di-
recta con todas las tareas que se re-
lacionan con el ciclo de la vida, bien
sea con aquellas que dependen de
un factor puramente biológico (ges-
La historia antigua
del Próximo Oriente a través del cine
Ricardo Colmenero Martínez
Universidad de Alcalá
E
n menor medida que la historia antigua de Egipto, En los primeros años del séptimo arte destacó el film
Grecia y Roma, las civilizaciones milenarias que se Intolerancia (1916), gran obra maestra dirigida por Da-
desarrollaron en Mesopotamia y el Cercano Orien- vid W. Griffith, en uno de cuyos episodios se recreó la
te Asiático han tenido algunas aproximaciones cinema- Babilonia que fue atacada y conquistada por los persas
tográficas en diversos momentos de la historia del cine. del rey Ciro II el Grande. En esta presentación de la vida
En raras ocasiones han tenido estos films una intención babilónica comenzó a vislumbrarse una de las primeras
política o de denuncia social, primando el sentido del características de las películas que intentaron acercar
espectáculo, el negocio y el entretenimiento, aunque al espectador al mundo de las grandes culturas anti-
quizá se puede estudiar un poco su propaganda reli- guas: la monumentalidad. Efectivamente, si algo des-
giosa. tacó en el film fue la majestuosidad, la grandiosidad,
Bibliografía
David Serrano Lozano, “Cine y Antigüedad:
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