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Historia Abierta

“Mesopotamia”
Hace ya muchos años que la Historiografía viene interesándose por las mujeres
como objeto de estudio. Esta atención ha sido progresiva y desigual. Por ejemplo,
los primeros trabajos tenían como base el marco histórico tradicional, claramente
androcéntrico, en el que directamente se colocaba a las mujeres objeto de las
investigaciones. Poco a poco, se fue creando un marco metodológico propio para el
estudio de las mujeres en la Historia. Esta tendencia fue sobre todo iniciada desde
mediados del siglo XX por varias escuelas de pensamiento feminista, tanto en
Estados Unidos como en Francia. No obstante, estos cambios en la percepción de
la Historia de las mujeres no han afectado a todas las épocas y zonas estudiadas.
En cuanto a las disciplinas de nueva creación, cuyo recorrido comenzó a mediados
del siglo XIX, este proceso fue incluso más lento. Es el caso concreto de los
estudios sobre el Antiguo Oriente, sobre todo conocidos por sus denominaciones
tradicionales: la Egiptología y la Asiriología. En estas disciplinas la Historia de las
mujeres suscitó interés real solamente a partir de los años setenta del siglo XX. Por
su parte, con anterioridad a estas fechas, la falta de especialistas en nuestro país
conllevó la inevitable consecuencia de que los pocos trabajos publicados sobre el
tema no se difundieran lo suficiente entre el público interesado.
Hoy en día, los estudios sobre la Historia de las mujeres en el Antiguo Oriente
–en Egipto, Mesopotamia, Siria, etc.– se han multiplicado exponencialmente. Existen
listados bibliográficos especializados que recogen cientos de entradas publicadas en
los últimos años, lo que indica el interés académico que suscita el tema. Además,
en España ya existe un buen número de especialistas –sumerólogos, asiriólogos,
egiptólogos…– cuyo principal foco de atención es, precisamente, el papel que las
mujeres desempeñaron en dichas sociedades históricas.
Esta buena salud de la disciplina debe ser motivo de celebración. Es así una buena
ocasión para exponer, de manera breve y sencilla, algunos de los temas que más
interesan a los investigadores, y que muestran las posibilidades que, sobre el tema
de la Historia de las mujeres, ofrecen las fuentes orientales antiguas.
Historia Abierta 14 Septiembre 2016

Mujeres y derecho
en la antigua Mesopotamia
Josué J. Justel
Universidad de Alcalá

E sta contribución se centra no en las reinas y prin-


cesas sino en las “mujeres reales” –aquellas que
participaban en los actos de la vida cotidiana–,
y, además, su principal foco de atención son los tex-
tos jurídicos. Como es bien conocido, en el derecho
de fuentes (documentos privados y códigos legales),
y realizar reflexiones serias acerca de la capacidad ju-
rídica real de las mujeres. En general, en la sociedad
próximo-oriental, las mujeres solían intervenir en los
actos jurídicos en menos ocasiones que los hombres, y
romano las mujeres sufrían serias limitaciones en su a veces en desigualdad de condiciones. Sin embargo,
capacidad de realizar actos jurídicos. Esta fue tam- este fenómeno no significa que tuvieran menor capa-
bién, en esencia, la conclusión a la que llegaron los cidad jurídica de iure. La desigualdad entre mujeres
primeros análisis de las fuentes cuneiformes, que se y hombres en el Próximo Oriente Antiguo no estaría,
basaban principalmente en los datos aportados por las por tanto, fundamentada sobre criterios jurídicos sino
recopilaciones legislativas (e. g. Código de Hammura- más bien sobre criterios morales. Esta conclusión es
bi). No obstante, cuando los investigadores empezaron evidente si tenemos en cuenta que se han recuperado
a tener a su disposición un buen número de textos de documentos jurídicos, de todas las épocas y zonas del
naturaleza privada, esta idea cambió. De esta mane- Próximo Oriente Antiguo, en los que aparecen mujeres
ra, se pudieron establecer paralelos entre ambos tipos participando de manera activa.

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Septiembre 2016 15 Historia Abierta

Otro aspecto que se ha discutido es la variación de compra” fue formulada a principios del siglo XX, pero
esta capacidad de obrar que han experimentado las ya ha sido sobradamente descartada; no se debería ver,
mujeres a lo largo de los tres milenios de historia del por tanto, a la novia como una propiedad por la que se
Próximo Oriente Antiguo (véase el artículo de A. Gar- cobraba un precio, sino que este habría sido una espe-
cia-Ventura). El debate es difícilmente superable porque cie de compensación que se le daba a su familia por la
la naturaleza de las fuentes es muy diferente entre unos pérdida de un miembro.
periodos y otros, e incluso dentro del mismo periodo Cuando tenía lugar un matrimonio, la novia pasaba
dependiendo de zonas. Baste destacar que, en general, a residir en casa de la familia del novio (patrilocalidad).
parece apreciarse una progresiva pérdida en la capaci- No obstante, a veces esa tendencia variaba intenciona-
dad de obrar de las mujeres conforme pasaba el tiempo. damente, dando lugar al fenómeno de la matrilocali-
De ello dan cuenta varios estudios, el más representati- dad, atestiguada en varias zonas y épocas del Próximo
vo de los cuales compara las fuentes del antiguo reino Oriente Antiguo. En la documentación del Bronce Final
de Ugarit (Siria, en la costa frente a Chipre), datables en el norte de Siria e Iraq es especialmente recurrente
en los siglos XIII-XII a. C., con las del Antiguo Testamen- el siguiente método para establecer un matrimonio de
to. De esta manera, se demostraba que las mujeres del tipo matrilocal: el padre o la madre (generalmente viu-
Bronce Final poseían una mejor situación social que las da) de la novia adoptaban a un hombre y le entregaban
de la Palestina del primer milenio a. C. a una de sus hijas en matrimonio. Con ello, se lograba
que el novio pasase a vivir en casa de su suegro, puesto
que en realidad era también su padre (adoptivo), y que
MUJERES Y MATRIMONIOS
el patrimonio (la dote) permaneciese allí.
En los matrimonios próximo-orientales, como en gene- La dote suponía la entrega de una serie de propie-
ral en toda la Antigüedad, las mujeres eran entregadas dades –generalmente bienes muebles– a la novia por
por un pariente o un tutor varón –generalmente su pa- parte de su familia, con ocasión del matrimonio. En tér-
dre– como esposa a otro hombre, e iba a vivir a la casa minos generales, la dote era gestionada por el marido,
de este. Su padre le entregaba la dote, mientras que
el padre del novio transfería una donación nupcial a
su familia. En este proceso ellas no solían tener ningún
margen de actuación jurídica.
Sin embargo, varios casos de la práctica jurídica pri-
vada nos muestran que, a veces, las mujeres sí desem-
peñaban un papel activo. Por un lado, una mujer podía
intervenir en la gestión del matrimonio de otra mujer
de su familia, generalmente una hija. Lo más común
es que se indicara que tanto el padre como la madre,
conjuntamente, gestionaban el matrimonio de la novia.
En otros casos el matrimonio era gestionado por el/los
hermano(s) y la madre de la novia. A veces la madre era
la única que aparece mencionada en dicho papel, lo
que está atestiguado sobre todo en varios documentos
del segundo y primer milenio a.C. No se menciona, en
estos casos, a ningún familiar varón de la novia, con lo
que generalmente se ha concluido que ésta no tenía
padre o tutor varón. Por otro lado, era posible que una
mujer gestionase directamente su propio matrimonio.
Esta situación es absolutamente inusual, pero no des-
conocida en la documentación cuneiforme, y se daba
esencialmente en el caso de mujeres que habían que-
dado viudas, o poseían un estatus especial, como en el
caso de ciertas sacerdotisas.
La asunción de que la novia no tenía ninguna capa-
cidad jurídica en su matrimonio hizo que la historio-
grafía estableciese un paralelismo entre el matrimonio
y la compraventa: el comprador-novio pagaría al ven-
dedor-padre de la novia un precio por el objeto de la
transacción (la novia). Esta teoría del “matrimonio por Código de Hammurabi, originalmente erigido en Sippar, s. XVIII a. C.

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Historia Abierta 16

pero nominalmente pertenecía a la mujer y debía pasar


siempre a su descendencia. La dote era, en último tér-
mino, una medida de seguridad jurídico-económica: en
caso de divorcio sin herederos, la dote volvía a casa de
la mujer, siempre que esta también lo hiciera. Sin em-
bargo, durante el primer milenio a. C. –especialmente
en época persa– se observa un cambio de tendencia: la
dote ya no era entregada a la novia por su familia, sino
al novio “junto con” la novia. Esta variación, eviden-
temente, anularía la posibilidad de cualquier posible
gestión de la dote por parte de la mujer.
La poliginia no era un fenómeno frecuente en Me-
sopotamia. Conviene destacar el caso de las nadîtû,
un colectivo de religiosas consagradas a diferentes
deidades en el sur de Mesopotamia durante el Bron-
ce Medio (ca. ss. XX-XVI a. C.). A algunas de estas
mujeres les estaba permitido casarse pero, en general,
no el concebir. Por tanto, era necesario que su marido
tomase otra esposa, con la que tendría descendencia.
Las situaciones que se podían plantear eran diversas: The Babylonian Marriage Market, óleo por Edwin Long (1875).

las dos mujeres podían ser hermanas (generalmente


una adoptaba “como hermana” a la otra); la primera unos bienes al deudor con la promesa de devolución,
podía adoptar como hija a la segunda; la segunda po- a veces garantizándose esta última mediante la cons-
día ser esclava de la primera o, simplemente, podían titución de una prenda o garantía, que podía ser una
no tener ninguna relación entre ellas. Era habitual que propiedad o una persona. Existen numerosos casos de
la primera esposa, por tanto, gestionase el nuevo ma- mujeres en cada una de estas situaciones, pero es es-
trimonio de su marido, lo que tiene lugar también en pecialmente interesante la siguiente circunstancia: era
otras épocas, y no solo entre religiosas. En algunos de habitual que el deudor, generalmente un hombre, en-
estos casos se dice explícitamente que la descendencia tregase al acreedor una mujer como garantía. La re-
que obtuviese la esposa secundaría sería legalmente lación de esta mujer con el deudor podía variar, pero
reconocida también (o de manera exclusiva) para la la mayor parte de los casos se trataba de su propia
esposa principal. A veces la esposa secundaria debía esposa; en otras ocasiones podía tratarse de su hija,
prestar servicios a la principal, e incluso se podía hacer y también tenemos casos en los que era la hermana.
alusión al derecho de la primera a vender a la segun- A veces las fuentes nos ofrecen casos de mujeres
da. Se trataba por tanto de una situación de “biginia” que mostraron una inusitada iniciativa jurídica en las
en la que, al menos la esposa principal, mostraba una operaciones económicas. Por ejemplo, en la ciudad de
iniciativa y capacidad jurídicas. Borsippa, durante la época persa desarrolló su activi-
dad una mujer llamada Insabtu, procedente de una
importante familia. Aunque no parece haberse tratado
TRANSACCIONES ECONÓMICAS
de una mujer de negocios, sí llevó a cabo diferentes
Una buena parte de la documentación cuneiforme tie- transacciones económicas, siempre de manera autóno-
ne naturaleza económica, sea de tipo administrativo ma. Conocemos que en el momento de la redacción de
o jurídico. Entre esta última destacan los contratos de algunos de estos contratos Insabtu todavía no se había
compraventa, de intercambio de propiedades, de al- casado, mientras que en otros sí y, a pesar de ello,
quiler, de préstamos, etc. La mayoría de los roles acti- actuó de manera autónoma (como parece haber sido
vos eran asumidos por hombres; sin embargo, en to- la regla general, al menos en el sur de Mesopotamia
das las épocas encontramos también mujeres en varias durante el primer milenio a. C.). Incluso sabemos que,
circunstancias. Por una parte, las mujeres intervinien- en alguno de los préstamos que concertó, su propio
tes estaban a veces acompañadas de otras personas esposo se estableció como avalista de la devolución.
(por ejemplo su marido, hermanos, hijos, etc.) al com- Es interesante comprobar que en los documentos que
prar, vender o alquilar ciertas propiedades. Por otra, registran las actividades de Insabtu se dan dos situa-
una mujer podía realizar estas operaciones de manera ciones: cuando todavía no se había casado, entre los
autónoma, sin necesitar la intervención de un familiar. testigos del acto se encontraban familiares directos;
Un tipo especial de transacción económica era la mientras tanto, una vez casada, ya no aparecían estos
concertación de un préstamo: el acreedor entregaba familiares entre los testigos.

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Igualmente, a veces se suscitaban litigios sobre pro-


piedades en los que una o más mujeres eran denun-
ciadas. En algunas ocasiones estas denuncias estaban
también originadas por los bienes procedentes de una
dote. Otras veces parece que las propiedades procedían
de otros. Algunos de estos bienes eran inmuebles y, por
tanto, de cierto valor económico.
En varias ocasiones encontramos que el motivo esta-
ba relacionado con muestras de violencia: por ejemplo,
encontramos que una mujer denunció a varias personas
porque la habían pegado. Un ejemplo imprescindible
procede de la ciudad de Larsa, en el primer milenio a. C.:
de acuerdo con la reconstrucción de los hechos, la mujer
Rishaya era una viuda que vivía sola con sus esclavos;
después de reclamar y recibir una serie de propiedades
que se le debían, ese mismo día fue atacada en su propia
casa por un hombre, que le robó varios bienes y retuvo
a sus esclavos. Rishaya decidió reclamar ante el tribunal,
quien falló a su favor.
Un segundo ejemplo, redactado durante el Bronce
Medio (ss. XX-XVI a. C.), presenta el caso contrario: la
mujer es la acusada. En él se da cuenta de que tres
LITIGIOS
hombres habían asesinado a otro. Según parece, la mu-
Un litigio es una disputa legal entre varias partes acer- jer del fallecido podría haber conocido este hecho, pero
ca de un derecho o una obligación. En este fenómeno mantuvo silencio al respecto y no lo denunció, quizás
solían aparecer varias partes: el demandante, el de- por miedo a represalias contra ella y sus hijos. La asam-
mandado, y la propiedad o el objeto sobre el que versa blea encargada de juzgar el caso tomó este silencio
el derecho o la obligación que se suscita. En las fuen- como prueba de que la esposa tenía conocimiento de
tes cuneiformes encontramos mujeres actuando en la intención de los asesinos y, por tanto, podría haber
cada una de estas situaciones. El caso de las mujeres sido cómplice. Finalmente, se dispuso que todas estas
objeto de litigio, y que constituye los casos más nume- personas fueran ejecutadas como castigo, incluyendo a
rosos, evidentemente no refleja en ningún momento la viuda del asesinado.
un papel activo de las mujeres envueltas, puesto que Por último, en varias ocasiones se observa que, en
generalmente se refiere a esclavas. Más interesante es un proceso de tipo penal, un hombre es condenado,
sin duda el caso de mujeres que demandan o son de- dándosele la posibilidad de que su pena fuera aplicada
mandadas, actuaciones que están atestiguadas desde a otra persona, por ejemplo a una mujer. En un caso
el comienzo del registro histórico, en las cuales pare- procedente de Emar (Siria), un hombre decidió que fue-
cen poder haber actuado con total autonomía. ra su hermana quien asumiese su condena por robo; en
Las razones por las que se suscitaban estos litigios otro, de época neoasiria, se permitió al condenado a
eran diversas; en general, era por propiedades físicas. muerte conmutar su pena siempre que entregase a una
En ocasiones se observa que a la mujer no se le había mujer concreta a cambio, y esa mujer no parece haber
entregado la dote, o que alguien había tomado una sido una esclava.
parte de la dote que no debía. La mujer en cuestión
tenía la capacidad de iniciar un litigio, y solía deman- MUJERES Y ESCLAVITUD
dar a un familiar, generalmente a un hermano, cu-
ñado o a los tíos. Igualmente una mujer podía iniciar La esclavitud es un fenómeno en el que una persona está
un litigio porque entendía que ciertas propiedades le sometida a otra desde el punto de vista jurídico y social;
pertenecían, aunque no formasen parte de su dote. básicamente, a los esclavos se les aplicaba generalmente
En estos casos igualmente se podía dar que la mujer el derecho de propiedad y no el derecho de familia. En
denunciase a un familiar (un conocido caso del archivo el sistema legal del Próximo Oriente Antiguo, las esclavas
de Emar nos muestra que una mujer denunció a su estaban, por lo general, sujetas a las mismas reglas que
hijo adoptivo por haberse apropiado de sus bienes), los esclavos varones, sobre todo en lo que se refería al
o a otras personas que habían sustraído sus bienes acceso a dicho estatus. Sin embargo, existían una serie
(un caso de Nuzi, donde una mujer denunció a dos de premisas, en lo que concernía a la sexualidad y la ca-
ladrones). pacidad reproductiva, exclusivas de las esclavas.

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Tradicionalmente se ha venido indicando que las muje- pecialmente conocido durante el primer milenio a. C. En el
res, en general, eran hechas esclavas a causa de las deudas sur de Mesopotamia. Algunos documentos, procedentes
de un familiar varón. En efecto, es habitual el fenómeno de Babilonia, nos muestran que una conocida familia se
en el que la familia se encontraba en perentorias nece- lucraba mediante el empleo de sus esclavas como pros-
sidades económicas y el marido entregaba a su esposa titutas. No se debe olvidar tampoco que, al margen del
como esclava de otra persona, generalmente de uno de debate sobre la prostitución sagrada en la Antigüedad, al
sus acreedores. Igualmente, se podía dar el caso de que menos en los templos de la época neobabilónica había es-
niñas de corta edad fueran hechas esclavas a causa de las clavas que podían ser hechas prostitutas.
deudas de sus padres, fenómeno especialmente frecuente
durante el primer milenio a.C. Sin embargo, estos estudios MUJERES Y HERENCIA
dejaban de lado la evidente capacidad de las mujeres por
contraer deudas, por encontrarse en difíciles situaciones La herencia es el conjunto de propiedades, derechos y obli-
económicas y en definitiva para convertirse en esclavas gaciones que una persona transmite, tras su muerte, a sus
por propia iniciativa. Este último fenómeno, aunque no legatarios. La situación más habitual era que el padre de la
habitual, está atestiguado en casi todas las épocas del familia –en muchas menos ocasiones la madre– establecie-
Próximo Oriente Antiguo. se la entrega de las propiedades a los hijos varones. Secun-
Lo más destacable en este apartado es que el propieta- dariamente, en circunstancias especiales, se podía seña-
rio de la esclava poseía autoridad sobre su vida sexual. En lar que alguna hija heredase. A veces, el padre de familia
primer lugar se encuentra el fenómeno del concubinato o establecía que, tras su muerte, las propiedades del hogar
matrimonio con una esclava. De acuerdo con la legislación debían ser gestionadas por su viuda. Todas las situaciones
paleobabilónica, un hombre podía tomar como concubina descritas presentan a mujeres en diferentes circunstancias
a su esclava, pero si llegaba a tener descendencia con ella, jurídicas.
debía ser manumitida cuando el propietario muriese. En En primer lugar se encuentra la posibilidad de que
el sur de Mesopotamia durante el Bronce Medio se ates- una mujer actuase como testadora, es decir, que esta-
tigua, como se ha visto más arriba, que había religiosas a bleciese su testamento por escrito. Esta situación no
las que no les estaba permitido concebir descendencia, y es frecuente, y tiene lugar sobre todo con mujeres que
se decidía que el marido tomase a una esclava como con- poseían un estatus especial, por ejemplo en el caso de
cubina; de esta manera la descendencia concebida por la las religiosas nadîtû arriba mencionadas. Otro caso re-
esclava pasaba a ser legalmente del marido y de la esposa, señable tiene lugar en el sur de Mesopotamia durante
no de la esclava. el primer milenio a. C.: una mujer llamada Hubbusitu
En relación con la explotación sexual de las esclavas dispuso que, tras su muerte, la mitad de la dote que
hay que destacar su le entregó su padre fuera para su hijo y, la otra mitad,
utilización como pros- para su propio marido. Además se insistía en el hecho
titutas. Dado que solía de que esta dote, hasta el momento en que muriera, le
estar prohibido que pertenecía exclusivamente a ella misma. Se alude tam-
un hombre tomase bién a que el testamento de Hubbusitu anteriormen-
a una esclava como te redactado quedaba sin vigencia. Vemos, por tanto,
concubina cuando que Hubbusitu era completamente capaz de establecer
su esposa legal había libremente y modificar su propio testamento, incluso
tenido descendencia, cuando su marido estaba vivo.
era habitual que una Más común, sin duda, es el caso de mujeres que se
vez esta última había veían beneficiadas por las disposiciones testamentarias de
concebido, la pareja un familiar, generalmente un hombre, fuera este su mari-
enviara a la esclava a do, padre, hermano, tío, etc.
ejercer en un prostí- Generalmente, la viuda no heredaba propiedades en las
bulo. Se trata de un disposiciones testamentarias. Los testamentos realizados
fenómeno que es es- por sus maridos les afectaban de otra manera, a saber: las
protegían económica y jurídicamente frente a las posibles
actuaciones de familiares y otras personas. Por ejemplo, en
Ejemplo de contrato matrimo-
nial datable en el s. V a. C. y muchos testamentos se incluyen cláusulas que prohibían a
procedente de alguna localidad los herederos abandonar a su madre. Una vez que moría
cercana a Borsippa. La novia
procedía previsiblemente de su marido, la viuda tenía derecho a retener y gestionar
una familia judía que fue obli- parcialmente la dote que había aportado con ocasión de
gada a desplazarse a la región
con ocasión de la conquista
su matrimonio. Además, el testador podía añadir otros
babilónica de Judea. regalos para contribuir al buen mantenimiento de su viu-

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Septiembre 2016 19 Historia Abierta

testamento, mediante la cual el testador confería a una


mujer (fuera su esposa, hija, madre o hermana) cierto
estatus especial.
Las consecuencias de este acto dependían de la rela-
ción de la mujer con el testador. Respecto a la esposa y
a la madre, el testador declaraba que la mujer en cues-
tión sería “padre y madre” del hogar. Por medio de este
mecanismo parece haberse conseguido que la viuda
gestionase las propiedades familiares con total autono-
mía, que los familiares del difunto no pudiesen reclamar
dichos bienes, y que los hijos no pudieran repartirse la
herencia antes de que su madre muriese.
Respecto a la hija con este estatus, el testador solía
declarar que la había establecido como mujer y hombre,
o simplemente que era un hijo varón. El propósito de
esta concesión de estatus era el de proporcionar a la hija
los mismos derechos y obligaciones que tenían los hijos
varones —generalmente porque en la familia no existía
ninguno—. En esencia, se posibilitaba a la hija el here-
dar tras la muerte de su padre, así como el gestionar el
culto a los antepasados, una prerrogativa que estaba
habitualmente reservada al primogénito.
Este fenómeno, desconocido en otros ámbitos de la
Representación de una sacerdotisa, s. XXIV a. C., archivo de Mari (Siria).
Antigüedad, sí tiene paralelos entre los pueblos primi-
tivos actuales de África, así como en las sociedades se-
da, categoría que en cada época podía recibir diferentes
minómadas y rurales europeas. El mecanismo descrito
denominaciones. Muchas veces estas entregas tomaban
deja claro que, al menos en algunas épocas y zonas del
la forma de donaciones inter vivos, aunque solo tomaban
Próximo Oriente Antiguo, se contemplaba claramente
efecto definitivo una vez moría el testador; en otras oca-
la diferencia entre el sexo –un parámetro biológico– y
siones se deja claro que la esposa podía disfrutar de in-
el género –un parámetro social, cultural y, en este caso,
mediato de estas propiedades. Además, el marido podía
jurídico–.
establecer, en su propio testamento, que la esposa tuviese
un estatus jurídico masculino, tema que se estudia en el
siguiente apartado.
BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA
Por su parte, las hijas recibían, ciertamente, una heren-
Barberon, L., Les religieuses et le culte de Marduk dans le royaume de
cia de su padre, pero solía ser en forma de dote: los hijos Babylone, París 2012.
varones recibían su herencia cuando moría su padre, las Ben-Barak, Z., Inheritance by Daughters in Israel and the Ancient Near
hijas lo hacían en forma de dote cuando se casaban –y, East: A Social, Legal and Ideological Revolution, Haifa 2006.
además, la cuantía de la misma era menor a lo que reci- Chavalas, M. W. (ed.), Women in the Ancient Near East: A Sourcebook,
bían sus hermanos–. No obstante, había casos especiales Nueva York 2013.
en los que la hija debía ser la heredera. Se trataba sobre Démare-Lafont, S., Femmes, droit et justice dans l’Antiquité orientale:
contribution à l’étude du droit penal au Proche-Orient ancien, Gotinga
todo de aquellas familias en las que no se habían con-
y Friburgo 1999.
cebido hijos varones. La solución a la falta de herederos Fleishman, J., Father-Daughter Relations in Biblical Law, Bethesda 2011.
varones pasaba, como se ha visto, por casar a la hija con Justel, J. J., La posición jurídica de la mujer en Siria durante el Bronce
un hombre previamente adoptado y hacerlos herederos a Final, Zaragoza 2008.
los dos. Existía otra solución: conceder a la hija (o las hijas) –M ujeres y derecho en el Próximo Oriente Antiguo. La presencia de mu-
un estatus jurídico masculino. jeres en los textos jurídicos cuneiformes del segundo y primer milenios
a. C., Zaragoza 2014.
Lesko, B. (ed.), Women’s Earliest Records from Ancient Egypt and Western
MUJERES CON ESTATUS JURÍDICO MASCULINO Asia, Atlanta 1989.
El fenómeno de la concesión de este estatus jurídico está Marsman, H. J., Women in Ugarit and Israel: Their Social and Religious
Position in the Context of the Ancient Near East, Leiden & Boston 2003.
atestiguado hasta el momento en un testamento asirio
Matthews, V. H. et al. (eds.), Gender and Law in the Hebrew Bible and the
hallado en Kaniš (s. XIX a. C.), tres procedentes de Nuzi Ancient Near East, Sheffield 1998.
(norte de Iraq) y en una cuarentena provenientes de los Westbrook, R., Property and the Family in Biblical Law, Sheffield 1991.
archivos sirios del siglo XIII a. C. (Emar y Ekalte). Se trata – (ed.), A History of Ancient Near Eastern Law, Leiden & Boston 2003.
de una ficción jurídica, habitualmente contenida en un

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Historia Abierta 20 Septiembre 2016

Vidas de mujeres
en la antigua Mesopotamia
Agnès García-Ventura
“Sapienza”, Università degli Studi di Roma

y relieves– que nos han llegado de la antigua Mesopo-


tamia. Y es que, en efecto, el hallazgo y el estudio di-
recto de las fuentes primarias procedentes del Próximo
Oriente Antiguo han permitido dejar atrás los estereo-
tipos que, en buena parte alimentados por los relatos
de Heródoto y del Antiguo Testamento, poblaban un
imaginario colectivo en el que las mujeres de Babilonia
(y por extensión todas las del Próximo Oriente) se visua-
lizaban ligeras de ropa o desnudas, lánguidas y ociosas,
en harenes más propios del imperio otomano que de la
tierra entre dos ríos a finales del tercer milenio a. C. en
los tiempos de gobernantes como Gudea de Lagash o
Sargón de Akkad.
El trabajo, realizado a partir de estas fuentes durante
el último siglo y medio y en particular desde los años 60
del siglo pasado, cuando la investigación feminista puso
sobre la mesa la necesidad de “buscar mujeres” en la
historia, ha permitido atisbar la variedad de situaciones
y realidades que vivieron las mujeres hace más de 4000
años. A continuación se presentan algunas instantáneas
de estas realidades, a través de las que mostramos cuán
diversas fueron las vidas de las mujeres que habitaron la
antigua Mesopotamia entre mediados del tercer milenio
y principios del segundo milenio a.C.

LAS MUJERES DE LAS ÉLITES


Las gentes de las élites suelen ostentar el poder econó-
Joyas (ca. 2500 a. C.) encontradas en la tumba de la dama Puabi (PG
1237), en el cementerio real de Ur. Inanna en Nippur. mico, político y religioso, y por ello son siempre las más
presentes en las fuentes, puesto que tienen el acceso
mayoritario a los medios necesarios para producir tex-

R
icas y pobres, reinas y esclavas, madres e hijas, tos, imágenes y vestigios duraderos. Además, son estas
cantantes y bailarinas, tejedoras e hilanderas, élites las que tienen el interés y la necesidad de dejar
emprendedoras, asalariadas y un largo etcétera constancia de algunas de sus actividades, de sus aspira-
de mujeres diversas y poliédricas. Todas ellas se atesti- ciones y de sus tradiciones, a menudo con la pretensión
guan en las fuentes escritas en cuneiforme sobre tabli- de que estas se perpetúen y pasen a la posteridad. Por
llas de barro, en los restos materiales que la arqueología todo ello, no es de extrañar que nos haya llegado más
saca a la luz y en las imágenes –tales como esculturas información de sacerdotisas, reinas, princesas y otras

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Septiembre 2016 21 Historia Abierta

mujeres vinculadas a las “grandes organizaciones” (es heduana”. Se trata de un objeto circular,
decir, a los palacios y a los templos). Veamos a conti- de alabastro, procedente de Ur, en el
nuación algunos ejemplos de estas mujeres tal y como que hay una inscripción de Enheduana
se plasman en diferentes tipos de fuentes. y la imagen de una mujer ofreciendo
Uno de los testimonios más antiguos y más especta- una libación que se suele inter-
culares por la riqueza y excepcionalidad del hallazgo es pretar como su propio retrato.
el de las llamadas “tumbas reales” del cementerio de Mucho se ha discutido sobre
Ur, fechadas a mediados del tercer milenio a. C. Aunque la posibilidad de la vinculación
no está claro que podamos hablar de realeza, sí se pue- real y directa de Enheduana
de confirmar que se trata de una elite que se enterró, con estos hallazgos, y cierto es
con mucho fasto, acompañada de grandes números de que no podemos tener la segu-
personas (¿sirvientes?), animales, joyas, instrumentos ridad de que fuera ella quien
musicales y todo tipo de bienes de lujo en 16 de las compuso los himnos (de los que
1850 tumbas excavadas por Sir Leonard Woolley en la solo disponemos de copias de unos
ciudad de Ur (actual Tell el-Muqayyar) en los años 20 del 500 años posteriores a la época en
siglo pasado. De entre estas 16 tumbas, destaca la de la que vivió), ni de que fuera ella
la dama Puabi, que contenía joyas de oro y lapislázuli y quien directamente encargó el
también copas metálicas (presentes en diferentes can- disco y su inscripción. No obstan-
tidades en todas las sepulturas de mujeres del mismo te, como ha observado Brigitte
recinto) que pudieron utilizarse para la preparación y Lion en su estudio sobre la rela-
para el servicio de cerveza. Estos hallazgos arrojan luz ción entre alfabetización y géne-
sobre el estatus de las mujeres de clase alta como Pua- ro en la antigua Mesopotamia,
bi, sobre las materias primas disponibles, sobre el gusto lo importante no es determinar
estético, y sobre la vinculación de las mujeres a ciertas si fue Enheduana la autora, sino
actividades, como la producción y la distribución de la el hecho de que se mantuviera la
cerveza, uno de los alimentos básicos de la antigua tie- tradición de asociarla a la escritura,
rra entre dos ríos. sin que resultara extraño asociar
De las mismas cronologías, en los templos de ciuda- a una mujer con esta actividad y
des como Nippur o Eshnunna (actual Tell Asmar) se han con este conocimiento. Esto nos
encontrado algunas de las más antiguas estatuas me- permite confirmar que algunas Estatua de mujer orante (ca.
sopotámicas, fechadas mayoritariamente entre el 2750 mujeres tuvieron acceso a la es- 2600-2500 a. C.), hallada en el
templo de Inanna en Nippur.
y el 2500 a. C. Estas representan a hombres (en mayor critura y pudieron encargar ins-
cantidad) y mujeres como orantes, y eran encargadas cripciones y representaciones
por las personas de las élites para asegurar su presencia de sí mismas, igual como podían hacerlo los hombres
constante ante las divinidades. Se trataba, pues, de una de su mismo estatus.
presencia virtual que sustituía su presencia física cuan- En este mismo sentido, es destacable también que
do estas no estaban en persona rezando en los tem- nos hayan llegado los nombres de algunas mujeres es-
plos. El análisis de las estatuas aporta información sobre cribas en conjuntos de textos de inicios del segundo
códigos sociales y estéticos (peinados, indumentaria, milenio a. C., como los procedentes de los recintos en
joyería), y permite constatar que, aunque en distintas los que vivían las sacerdotisas o mujeres consagradas
proporciones, tanto hombres como mujeres se relacio- en Sippar (actual Tell Abu Habbah), y los de los archivos
naban directamente con las divinidades, puesto la re- del Palacio de Mari (actual Tell Hariri) que trataban con
presentación como orantes no es exclusiva de uno de personal femenino. Aunque estas mujeres escribas se
los dos sexos. atestiguan, como vemos, en contextos exclusivamente
También en relación con los templos hay que mencio- femeninos, su formación y los textos que generaban
nar a las sacerdotisas (sg. lukur en sumerio, nadîtum en (sobre todo textos legales y administrativos) son equi-
lengua acadia), mujeres de las élites que se consagraban valentes a los que produjeron sus colegas de profesión
a una divinidad. Uno de los más antiguos y famosos hombres.
testimonios de una de estas sacerdotisas es el de Enhe- Además de nombres de mujeres escribas, también
duana, hija del rey Sargón de Akkad. A Enheduana (ca. nos han llegado los nombres de varias reinas, princesas
2300 a. C.) se le atribuye la autoría de varias compo- y consortes así como, en algunos casos, documentos
siciones literarias, por lo que a menudo se alude a ella administrativos que dan cuenta de la gestión, por parte
como la primera “autora” o “poetisa” de la historia. Por de estas mujeres, de algunos sectores económicos de-
otra parte, como testimonio de su vida contamos con pendientes del palacio. Una de estas mujeres fue Shul-
una pieza excepcional, conocida como el “disco de En- gi-simti, consorte del rei Shulgi (que reinó a finales del

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Historia Abierta 22 Septiembre 2016

tercer milenio a. C.), cuyas gestiones relacionadas con debían producir o quién supervisaba el trabajo. En algu-
entregas y recibos de ganado, principalmente ovino y nas ocasiones incluso contamos con alguna pista que nos
bovino, se pueden seguir gracias al hallazgo de un con- puede ayudar a discernir la procedencia geográfica de esta
junto de unos 500 textos, procedentes de Drehem (ac- mano de obra. En estas listas hay tanto hombres como
tual Puzriš-Dagan), conocido como “el archivo de Shul- mujeres y nos aportan información acerca de la mano de
gi-simti”. Estos textos recogen la actividad de un centro obra que, anacrónicamente, podríamos denominar asala-
de gestión de ganado destinado, principalmente, a las riada, es decir la que trabajaba por cuenta ajena, a menu-
ofrendas a las divinidades, y el hecho de que el nom- do como personal dependiente de templos y de palacios.
bre de Shulgi-simti se asocie al mismo muestra como Las mujeres que se registran en estas listas trabajaron en
las mujeres, igual que los hombres, también pudieron sectores diversos: hay escribas, nodrizas, plañideras, teje-
ocupar el más alto escalafón en el control de los nego- doras, hilanderas, molineras, músicas o taberneras, entre
cios palaciales. Si este control era real o simbólico, si se otras. Además, estas mujeres ostentaron responsabilida-
trataba de una atribución directa o más bien honorífica, des y cargos también diversos. Y es que, aunque los car-
como sucede hoy en día con algunos miembros de los gos de supervisión fueron mayoritariamente ocupados por
consejos de dirección de algunas empresas, es algo que hombres (ugula en sumerio), tenemos también eviden-
no se puede determinar, aunque de nuevo, como se cias de mujeres que desempeñaron su labor como tales.
apuntaba al hablar de Enheduana, lo que es interesante Este fue el caso de Ummi-tabat (en Nippur), o Ashtaqqar
es que no se considere extraño atribuir a una mujer ca- y Kun-Simat (en Garshana), supervisoras asociadas todas
pacidad ejecutiva y directiva en relación con la gestión ellas al sector textil. Sus nombres, claramente femeninos,
de los bienes y de la producción del palacio, al igual que aparecen asociados en los textos y en los sellos a “capa-
se atribuyen estas capacidades y funciones a hombres taz/capataza de la tejeduría”. Además de la presencia de
de su mismo estatus social. supervisoras en el sector textil, en el que la mayoría de la
mano de obra era femenina, también aparecen mujeres
ASALARIADAS Y EMPRENDEDORAS trabajando en un sector que a menudo se considera mas-
culino, como sería el de la construcción. Así, en los textos
Pese a que las fuentes nos ofrecen sobre todo informa-
de Garshana, se registran mujeres trabajando en el trans-
ción acerca de las mujeres de las clases altas, contamos
porte de ladrillos siendo, algunas de ellas, las responsables
con una no despreciable cantidad de datos, principal-
de controlar este transporte, identificadas de nuevo con el
mente procedentes de las fuentes escritas, sobre muje-
mismo término sumerio (ugula) que se traduce indistinta-
res de otros sectores sociales. Así, podemos reconstruir
mente como “capataz” o “capataza”.
parte de sus vidas como mujeres trabajadoras… Eran
Pasemos ahora a ocuparnos brevemente de las mujeres
mujeres que trabajaban por cuenta ajena o mujeres que
que, de nuevo anacrónicamente, podríamos denominar
controlaban su propio negocio, como veremos a conti-
emprendedoras. Se trata de mujeres activas en negocios
nuación.
familiares dirigiendo la producción y, en algunos casos,
Afortunadamente, contamos con una gran cantidad
controlando también la contabilidad. Para ello, veamos el
de documentación administrativa, escrita en lengua su-
ejemplo del comercio entre las ciudades de Assur (al norte
meria, del periodo conocido como Tercera Dinastía de Ur
de la antigua Mesopotamia) y Kanesh (actual Kültepe, en
(ca. 2100-2000 a. C.), con listas de mano de obra muy
la antigua Anatolia) a principios del segundo milenio a.
abundantes. Estas contienen datos como el nombre de las
C. Este comercio, controlado por grupos familiares, estuvo
personas que integraban un
muy posiblemente financiado por templos y palacios, pero
equipo de trabajo, la re-
no directamente o exclusivamente controlado por los mis-
tribución que recibían
mos, por lo que suele citarse como ejemplo de la iniciativa
por este trabajo, la
económica privada, frente a la institucional, en la antigua
tarea que llevaban
Mesopotamia. Estas familias se organizaban del siguiente
a cabo, en cuánto
modo: el marido (y los hijos de cierta edad) se trasladaba
tiempo debían
a Anatolia comerciando con tejidos que su esposa (y las
realizar lo que
hijas), que permanecía en Assur, le enviaba. La situación
se les encarga-
descrita generó una abundante correspondencia, escrita
ba, cuál era la
en lengua acadia, que hoy es una valiosa fuente para re-
cantidad (a ve-
construir parcialmente las vidas de las personas activas en
ces también la
estos negocios.
calidad) de lo que
Una de las mujeres implicadas en este tipo de negocio
fue Lamassi, de la que nos han llegado varias de las car-
Disco de Enheduana (ca. tas que mandó a su marido. En algunas de las mismas,
2350-2300 a. C.), hallado en el
templo de Ningal, en Ur. Lamassi se centra en asuntos familiares. En una, por ejem-

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Septiembre 2016 23 Historia Abierta

tación, parto, amamantamiento), bien sea con las que sue-


len realizar de manera mayoritaria o exclusiva las mujeres
pese a que no haya un factor biológico decisivo. Dentro
de este segundo supuesto se encontraría, por ejemplo, la
molienda como actividad básica para la preparación de la
comida (que se incluiría dentro de lo que desde la arqueo-
logía se ha denominado “tareas de mantenimiento”), así
como también las prácticas sociales relacionadas con la
muerte.
De buena parte de estas actividades relacionadas con el
ciclo de la vida tenemos testimonio gracias a la correspon-
dencia y, sobre todo, gracias a los textos administrativos.
Esto se debe a que muchas de estas actividades fueron
llevadas a cabo por las mujeres no solo como trabajo que
podríamos denominar reproductivo, sino también como
trabajo productivo, es decir, trabajo que hicieron a cambio
de recibir una retribución en forma de cereales y ocasio-
nalmente de lana, vestidos, dátiles o pescado, entre otros.
Como ejemplo del protagonismo de las mujeres en el
trabajo productivo relacionado con la muerte, veamos el
caso de los funerales por la muerte de Baranamtara, es-
posa de Urukagina, rey de Lagash a mediados del tercer
milenio a. C. De estos funerales dan cuenta algunos textos
administrativos procedentes de Girsu (actual Telloh). En
uno de estos textos se cuentan 300 mujeres convocadas
como plañideras, lo que sin duda muestra la fastuosidad
del evento. De estas 300 mujeres, 72 se describen como
“cantantes de lamentos” (es decir plañideras profesiona-
Texto administrativo (ca. 2100-2000 a. C.) procedente de Umma en el
que se aprecia el sobre o envoltorio de arcilla muy bien conservado, y en
les), 70 como las “esposas de los viejos” y las 172 restan-
el que se ven, también, las inscripciones de los sellos y algunas figuras tes con el término genérico para trabajadora de bajo ran-
antropomorfas. go (GEME2 en sumerio), es decir, mujeres que trabajaban
para el templo o para el palacio llevando a cabo varias
plo, se queja del hecho de que su marido desatienda sus tareas, a menudo relacionadas con el tejido y con la mo-
obligaciones como padre. En otras, en cambio, despacha lienda, y que se contrataban como si fueran “extras”
particulares relacionados con el negocio en sí, tales como para la ocasión.
la calidad de las telas o las dificultades que a veces tiene
para contratar el transporte de las mismas de Assur a Ka-
nesh. Los textos, pues, atestiguan el rol de Lamassi como Dibujo de uno de los sellos de Zamena (ca. 2250 a. C.) encontrados en
emprendedora, que controlaba todo lo relacionado con Urkesh.
la gestión del negocio con sede en
Assur, y también su rol como espo-
sa y madre, que se ocupaba de los
miembros de la familia que perma-
necían en dicha ciudad.

EL CICLO DE LA VIDA
Las mujeres, por su “capacidad de
ser dos” (como se ha definido des-
de el feminismo de la diferencia),
suelen tener una relación muy di-
recta con todas las tareas que se re-
lacionan con el ciclo de la vida, bien
sea con aquellas que dependen de
un factor puramente biológico (ges-

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Historia Abierta 24 Septiembre 2016

tigua Mesopotamia. Estos sellos, que se usaban a modo


de firma cuando se hacían rodar sobre las tablillas de
arcilla todavía frescas, identificaban a su propietario o
propietaria. En ellos, las mujeres presentes son de nuevo
las de las élites o las relacionadas con las mismas, como
la nodriza Zamena. A finales del tercer milenio a. C. la
cantidad de mujeres representadas en los sellos es muy
elevada, sobre todo en las escenas de banquete (en las
que puede haber hombres, mujeres o ambos) y en las
escenas de presentación —en las que se retrata a una
divinidad sentada en un trono, ante la que se presenta
quien posee el sello, y a veces con una persona inter-
mediaria entre ambas, a menudo también una mujer—.
Sin embargo, el número de mujeres representadas en
este soporte (y en otros como la escultura) disminuye
con el paso del tiempo, en especial durante la prime-
ra mitad del segundo milenio a. C. Esto ha llevado a
pensar que las mujeres perdieron estatus y en general
visibilidad en la sociedad mesopotámica con el paso del
tiempo; una interesante hipótesis de trabajo que, sin
embargo, no se puede todavía confirmar. Y es que, en
efecto, las fuentes, aunque abundantes, son también
fragmentarias y su hallazgo es fortuito, de modo que
Texto administrativo (ca. 2100-2000 a. C.) de Garshana en cuya línea 4 podría tratarse también de una ausencia de fuentes a
del reverso se lee “Ashtaqqar, capataza de la tejeduría”. nuestra disposición más que de una desaparición de las
mujeres de ciertas fuentes. ¿Se trata pues de escasez
Otro ejemplo de trabajo productivo retribuido relacio- debida al azar en los hallazgos, de un testigo de la pér-
nado con el ciclo de la vida es el de las nodrizas. Con dida de estatus de las mujeres o quizás debemos buscar
una ocupación vinculada siempre a la alta sociedad, las otras explicaciones? Estas son, sin duda, preguntas inte-
nodrizas vienen identificadas con el término para “ma- resantes para las que esperamos que las futuras inves-
dre” (ummum en acadio) en algunos documentos, como tigaciones puedan proponer posibles respuestas, para
por ejemplo en algunas de las cartas de principios del seguir dotando de complejidad nuestro conocimiento
segundo milenio a. C. procedentes del palacio de Mari. acerca de las vidas de las mujeres en la Antigüedad.
En una de ellas, la princesa Ahâssunu pide a su padre,
Yasmah-Addu, rey de Mari, que tenga en cuenta la avan-
zada edad de su nodriza y que, en lugar de despedirla
porque ya no puede trabajar, recuerde que es como una BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA
madre para ella y que, precisamente por su edad, hay
que asegurarle que podrá tener cobijo y ser mantenida Budin, Stephanie Lynn / Jean Macintosh Turfa (eds.), Women in Anti-
en el palacio. Este ejemplo muestra que entre las nodri- quity: Real Women across the Ancient World. London / New York 2016.
zas y las princesas a menudo se establecían vínculos de Chavalas, Mark W., Women in the Ancient Near East. A Sourcebook.
por vida, y que las princesas se preocupaban de asegurar London / New York 2014.
el bienestar de sus nodrizas. Un ejemplo visual de esta Durand, Jean-Marie, Les documents épistolaires du palais de Mari, vol.
familiaridad y de este vínculo lo tenemos en el modo en 3, París 2000.
que la nodriza Zamena se representa en varios sellos ha- Lion, Brigitte, “Literacy and Gender”, en Karen Radner / Eleanor Rob-
llados en Urkesh (actual Tell-Mozan), fechados hacia el son (eds.), The Oxford Handbook of Cuneiform Culture, Oxford 2011,
2250 a. C. En ellos se ve a Zamena interactuando con 90-116.
la familia real. Por la cantidad de sellos hallados y por Michel, Cécile. Correspondance des marchands de Kaniš, París 2001.
las inscripciones de algunos de ellos se podría inferir que Parpola, Simo / Robert M. Whiting (eds.), Sex and Gender in the Ancient
Zamena tuvo una estrecha relación con la reina de aquel Near East, Helsinki 2002.
entonces, Uqnitum y, por consiguiente, cierto poder de Pinnock, Frances, Semiramide e le sue sorelle. Immagini di donne ne-
influencia en la corte. ll’antica Mesopotamia, Milán 2006.
Este ejemplo, además, pone de relieve la importancia Pollock, Susan. Ancient Mesopotamia. The Eden that Never Was, Cam-
de los sellos cilíndricos como otra de las fuentes que nos bridge 1999.
permiten acercarnos a las vidas de las mujeres de la an-

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Septiembre 2016 25 Historia Abierta

La historia antigua
del Próximo Oriente a través del cine
Ricardo Colmenero Martínez
Universidad de Alcalá

E
n menor medida que la historia antigua de Egipto, En los primeros años del séptimo arte destacó el film
Grecia y Roma, las civilizaciones milenarias que se Intolerancia (1916), gran obra maestra dirigida por Da-
desarrollaron en Mesopotamia y el Cercano Orien- vid W. Griffith, en uno de cuyos episodios se recreó la
te Asiático han tenido algunas aproximaciones cinema- Babilonia que fue atacada y conquistada por los persas
tográficas en diversos momentos de la historia del cine. del rey Ciro II el Grande. En esta presentación de la vida
En raras ocasiones han tenido estos films una intención babilónica comenzó a vislumbrarse una de las primeras
política o de denuncia social, primando el sentido del características de las películas que intentaron acercar
espectáculo, el negocio y el entretenimiento, aunque al espectador al mundo de las grandes culturas anti-
quizá se puede estudiar un poco su propaganda reli- guas: la monumentalidad. Efectivamente, si algo des-
giosa. tacó en el film fue la majestuosidad, la grandiosidad,

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Historia Abierta 26 Septiembre 2016

las enormes proporciones de las murallas, los jardines


colgantes y los palacios babilónicos del rey Baltasar, de-
mostrando la preocupación del director por presentar
cómo un mundo aparentemente sólido con sus grandes
construcciones, fue destruido por la guerra y la invasión
de un pueblo más belicoso en el 539 antes de Cristo.
La murallas alcanzaron los 100 metros de altura y fue-
ron movilizados 16.000 figurantes para las escenas de
la invasión persa. La película fue un intento de profun-
dización en el montaje alterno y en la técnica de “la
persecución y el rescate” en el último minuto: eran las
marcas de fábrica del cine de Griffith y le habían dado
tan buen resultado en anteriores producciones.
Los gastos fueron tan colosales como la imagen his-
tórica que pretendieron desplegar en las salas de cine y
la respuesta del público no los compensó; de tal manera
que, a partir de esta película, los historiadores del cine
consideraran que finalizó la
independencia total de los
directores, pues fueron las
grandes productoras de Ho- neraciones: realizar superproducciones ambientadas en
llywood quienes controla- la Antigüedad, caracterizadas por los grandes medios,
ron la producción cinema- escenarios, actores y actrices famosos y un metraje de
tográfica y el star-system larga duración.
por completo. Su mensaje Ambientada en una colorista tierra de Israel del año
pacifista provocó que In- 1000 antes de Cristo, el argumento –inspirado en los
tolerancia fuera prohibida textos bíblicos (Jueces, 13-16)– se centró en la vida de
durante años en una Eu- Sansón, un héroe hebreo que, tras intentar contraer ma-
ropa lastrada por la Gran trimonio con una filistea, en contra de los deseos de su
Guerra. A partir de en- familia, acaudilla la rebelión de los suyos contra el po-
tonces, la interpretación der de la civilización opresora. Tan solo la hermana de
de la antigüedad del su antigua prometida, Dalila, logra facilitar su captura y
Próximo Oriente Asiático tortura pero, finalmente, se arrepiente y ayuda a Sansón
quedó unida a algunos a concluir su venganza, derrumbando el templo filisteo
films menores de temá- con el sharán de Gaza y su corte, inmolándose juntos.
tica bíblica como El arca Dirigida por Cecil B. de Mille, un director consagrado,
de Noé (1929, M. Curtiz) fue llevada a la gran pantalla con una duración de 131
y Lot en Sodoma (1933, Watson y Weber). minutos, mezclando tanto las referencias históricas y bí-
Pero fue Sansón y Dalila (1949) quien marcó toda una blicas con el erotismo más sutil, mixtura que manejó ad-
época. Como ya advirtió David Serrano, la nueva pros- mirablemente su creador. Si los elefantes de escayola ha-
peridad estadounidense surgida tras la Segunda Guerra bían sido el animal más emblemático de la Babilonia de
Mundial (1939-1945) tuvo, entre otros muchísimos, un Intolerancia, la caza de leones de Sansón y Dalila intentó
efecto masivo sobre la cultura del ocio con la exten- acercarse a los famosos relieves asirios sobre el mismo
sión de la televisión y su entrada imparable en los ho- tema, sin conseguirlo. Ganadora de dos Oscar –Vestuario
gares, crecimiento incontestable que fue percibido por y Dirección Artística– ambas en la categoría de color, el
las productoras cinematográficas como una amenaza al film logró otras tres nominaciones en las categorías de
dominio de las salas de cine, hasta entonces líderes de Fotografía, Banda Sonora y Efectos Especiales. A partir
la difusión audiovisual masiva. La reacción consistió en de estos momentos, el Cercano Oriente quedó -más que
recurrir a fórmulas que en el pasado habían granjeado nunca- en la mente de los espectadores de cine asociado,
los mayores éxitos a la industria, entre las que ocupaba sobre todo, a la historia antigua de Israel y los textos bí-
un lugar preferente el cine ambientado en la Antigüe- blicos, como quedó patente en otras producciones como
dad. Sansón y Dalila no tuvo una calidad espectacular, David y Betsabe (King Vidor, 1951) o Salomón y la reina
pero su buena acogida entre el público –era la primera de Saba (King Vidor, 1959).
película en color del género– catapultó un proyecto que Esta apuesta cinematográfica desembocó en el fa-
revolucionaría la visión del mundo antiguo de futuras ge- moso género del peplum, que no solo debe asociarse

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Septiembre 2016 27 Historia Abierta

a films ambientados en las Entre la tradición y la búsqueda de nuevas inter-


civilizaciones griegas y roma- pretaciones el film Rey David (1984) quiso ser el inicio
nas, surgiendo films produ- de una nueva etapa en la representación del Próximo
cidos por empresas italianas Oriente Asiático. Dirigido por Bruce Beresford, el di-
y coproducciones america- rector artístico intentó documentarse mucho más en
no-europeas como David y las antiguas representaciones artísticas de las civiliza-
Goliat (1960), Esther y el rey ciones mesopotámicas, y sus esfuerzos se aprecian
(1960) o Los jueces de la Bi- en el vestuario, las armas, las
blia (1966). La década de los reconstrucciones de ciuda-
años setenta conoció ya la des y personajes. A pesar de
crisis y decadencia del pe- tratarse, nuevamente, de un
plum, filmado tanto en esce- personaje bíblico, el guión
narios mediterráneos como intentó evitar la apologética
americanos. religiosa centrándose en las
En algunos de estos films, luchas por la independencia
la total falta de respeto a la y la construcción del esta-
historia llegó a sus límites do monárquico en Israel.
como La cortigiana de Ba- En muy pocas críticas se
bilonia (1954), estrenada en apreció la posibilidad de
países de habla hispana como Se- que el film defendiera, en
míramis, esclava y reina. La ausen- realidad, el derecho de
cia absoluta de cualquier intento los israelitas del siglo XX
de aproximación a esta soberana a tener su propio Estado
mítica de Asiria fue compensada independiente, compa-
con el éxito de su reclamo eró- rando a los invasores del
tico, lo que motivó su continua- siglo X antes de Cristo
ción en Yo Semíramis (1963). En con las potencias árabes
estas películas se intentó -con partidarias de la causa palestina.
menos presupuesto- conjugar el Sin embargo, este camino no tuvo continuadores: no
exotismo oriental con la erotis- se realizaron aproximaciones cinematográficas de cali-
mo inspirado en el mito de la reina devora hom- dad a las culturas de los sumerios, los acadios, los asirios
bres, que había también impulsado algunos films sobre o babilonios en los siguientes años. El cine bíblico, más o
otra figura cercana: Cleopatra. En estos, sin embargo, menos ortodoxo, fue el único ambientado en el mundo
el protagonista principal no fue un héroe musculoso antiguo que no sufrió los duros altibajos de este género
sino una mujer, regente de Babilonia, que se enamo- histórico en las últimas décadas del siglo XX. La tenden-
raba de rebeldes políticos a los que trata de ayudar a cia a reducir los presupuestos de estos films originaron la
conseguir sus objetivos. En el siglo IX antes de Cristo, aparición de producciones televisivas similares a los pe-
Semíramis –famosa por la apócrifa autoría de los jardi- plums de baja dotación económica de los años sesenta.
nes colgantes– fue consorte del rey asirio Shamsi-Adad Tan solo Alejandro Magno (2004, Oliver Stone) vol-
V, siendo regente a su muerte de su hijo Adad-Nirari III. vió a provocar una nueva etapa en la historia del cine
ambientado en el mundo antiguo. Aunque el protago-
nismo se lo llevaron los macedonios y
griegos, resultó imprescindible presentar
una recreación del mundo mesopotámi-
co, al conquistar el rey de Macedonia
todo el fabuloso Imperio persa. De ahí la
minuciosa reconstrucción del armamen-
to persa, de los carros de guerra, de la
ciudad de Babilonia y sus habitantes.
Algunos críticos subrayaron que fren-
te a la imagen de grandeza, cultura y
valores positivos de los invasores, los
persas se presentaban asociados a la de-
cadencia, revalorizándose de esa mane-
ra los intentos de unión entre ambas ci-

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Historia Abierta 28 Septiembre 2016

Bibliografía
David Serrano Lozano, “Cine y Antigüedad:
pasado y presente en la pequeña y gran
pantalla”, Historia autónoma, 1 (2012), pp.
37-52.
Jon Solomon, Peplum: el mundo antiguo
en el cine, Madrid, Alianza, 2002.
Antonio Duplá y Ana Iriarte (eds.), El cine y
el mundo antiguo, Bilbao, UPV, 1990.
Rafael de España, Peplum. La antigüedad en el cine, Madrid,
Glénat, 1997.

vilizaciones –Occidente y Oriente– que Alejandro, según


su imagen más positiva, intentó promover. ¿Fue el film
una justificación de la intervención norteamericana en
el Medio Oriente tras los atentados terroristas del 11-S?
Hubo denuncias en ese sentido, pero resultó difícil man-
tenerlas ante la postura crítica contra la política exterior
de Estados Unidos que ha mantenido generalmente el
director Oliver Stone. n

n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n

ALBERTO BÁRCENA PÉREZ, La guerra de


la Vendée. Una cruzada en la revolución,
Madrid, Ediciones San Román, 2016. estaban impregnados de Despo-
tismo Ilustrado y, por consiguien-
En 1793 estalló la guerra civil en Francia al conocerse te, incapaces de comprender las
la ejecución del rey Luis XVI. En la Vendée, en Norman- razones de un levantamiento en
día, en Bretaña y en otras zonas, campesinos, noble- defensa de la Iglesia y de la fe
za rural y sacerdotes refractarios se alzaron contra el católicas. Así, se produjo la pa-
Gobierno revolucionario, alzando la bandera blanca, radoja de que la rebelión con-
católica y monárquica, frente a la tricolor; usando ro- trarrevolucionaria del Oeste de
sarios e insignias bordadas del Sagrado Corazón de Je- Francia recibió el único apoyo
sús frente a las escarapelas revolucionarias. ¿Cómo era de Gran Bretaña, un reino pro-
posible que gente pobre se alzara contra la Revolución testante y parlamentario, vio-
que les iba, teóricamente, a salvar y mejorar su vida? lentamente hostil a Roma y a
Este libro desvela al lector la respuesta. todo lo que recordara al Papa-
Las causas de este conflicto civil fueron muchas pero do, pero que había acogido a miles
un factor común indudable fue la defensa de la reli- de sacerdotes franceses.
gión católica sin Constitución Civil del Clero y sin prohi- Sin ayuda exterior, la insurrección interior fue domina-
biciones revolucionarias. Precisamente, la defensa que da, utilizando métodos brutales cercanos al genocidio,
hicieron de la religión les acarreó el desprecio de sus y la sociedad francesa se dividió profundamente por
adversarios. A los ojos de los revolucionarios no existía un río de sangre.
un detalle más revelador de la inferioridad racial que Sólo en la zona de la Vendée, 117.000 católicos mu-
el fanatismo religioso. Los “fanáticos”, por lo tanto, rieron -de una población estimada en 815.000- como
debían ser asesinados. En Angers y Nantes la acusación consecuencia de la represión jacobina. La mayor parte
de “fanático” fue suficiente para condenar a muerte a de ellos fueron víctimas del sistema de despoblamien-
mujeres y niños, para los cual, simplemente, se escribía to, defendido como medida política para acabar con
al margen de su nombre una F (para fusilar). los vendeanos. 10.300 casas de las 53.273 fueron des-
Para otros movimientos contrarrevolucionarios ¿quié- truidas. Hasta el líder más izquierdista del momento,
nes eran estos nuevos cruzados? Para algunos monár- Gracchus Babeuf, denunció estos hechos como un “po-
quicos, su abierta y constante defensa de la religión pulicidio” incalificable.
católica hacía que los revolucionarios moderados no se ¿Qué dirán los actuales defensores en España de la he-
unieran a ellos, pese a su rivalidad con los jacobinos. rencia política jacobina? Sería oportuno que leyeran
La mayoría de los soberanos y de los políticos europeos este libro.

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