Cancionerodeolmeda PDF
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INTRODUCCION
Pero no sólo aparecían éstas, que sin duda pasaron a las colecciones
de cantos populares por ser a la vez bellas y cantables, sino también otras
muchas cuya belleza musical igualaba y superaba a la de aquellas que los
antologistas habían escogido como más fáciles de cantar. Aquella primera
lectura del Cancionero popular de Burgos ya me reveló su excepcional valor
musical y documental, porque en las melodías recogidas por Olmeda al final.
del siglo pasado aparecen las sonoridades radicales de la música de las tie
rras castellanas. Recopilado en una época muy temprana y por un músico
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de excepcional intuición, el cancionero burgalés contiene una de las mues
tras más valiosas de la música de tradición oral recogidas en e1 cuadrante
Noroeste de la Península Ibérica. El arcaísmo de una buena parte de las me
lodías que contiene y la rara y sorprendente belleza que se aprecia en ellas,
que sólo se descubre mediante una lectura reposada y atenta, son, sin gé
nero de duda, alguno de los valores más grandes de este cancionero. De
ahí su importancia excepcional. Y de ahí que la primera reedición hecha por
la Diputación Provincial de Burgos en el año 1975 se agotase rápidamente,
pues era un libro largamente esperado.
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lodías para ser adaptadas al género de música de salón, en el que estaba
de moda por entonces el tema popular con acompañamiento pianístico, ha
cen de las colecciones citadas y de otras muchas que aparecieron por aquellas
fechas un género muy poco fiable desde el punto de vista documental. La
diferencia entre estas colecciones y el cancionero recopilado por Olmeda
salta a la vista inmediatamente. Olmeda recorre directamente los pueblos bur
galeses, de los que da referencia, y allí recoge las melodías de labios de
esos cantores «nativos» que son depositarios de la herencia musical tradi
cional adquirida por tradición oral y practicada a diario en cada momento de
la vida y en cada época del año. El músico burgalés es uno de los primeros
folkloristas que no se valen de intermediarios que les proporcionen cancio
nes, sino que las toma por sí mismo de la fuente viva de la tradición oral.
En ese sentido el Cancionero popular de Burgos es una obra que se adelan
ta a todas las que se habían hecho hasta el momento en España. Ni siquiera
puede comparársele en este aspecto el Cancionero musical popular espa
ñol de Felipe Pedrell, recopilado en gran parte con la colaboración de terce
ras personas que aportaron materiales, y que en realidad, más que español,
es un cancionero periférico en el que apenas está presente la música tradi
cional de «tierra adentro:., de cuya riqueza musical es un testimonio clarísi
mo el cancionero recopilado por Olmeda.
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Una obra pionera de etnomusicología
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ricas, a las que se reconocía casi la exclusiva de representar la tradición mu
sical popular española. La obra de Olmeda fue un testimonio evidente de
que las cosas no eran así. El cancionero de Olmeda dejó bien claro que las
tierras del centro de la Península tenían una tradición musical tan rica, varia
da y original en sonoridades, como podía serlo la de las que ya se conocían,
aparte de un arcaísmo muy sugerente para ser tenido en cuenta por las co
rrientes nacionalistas que por entonces llegaban a España, como el mismo
Olmeda apunta.
( •) No se editó en Seria, sino en Nueva York, en 1941. bajo el título cFolk Music and Poetry of
Spain and Portugal,. También agotada desde hace décadas, esta obra está a punto de ser reeditada
en España. Más vale tarde que nunca.
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libro accesible de cantos populares castellanos, porque la única otra colec
ción (el Cancionero de Burgos, de Olmeda, publicado hace treinta años) ha-.
ce mucho que desapareció del mercado y es un hecho que hay gran
necesidad de una nueva edición de ella». Como sabemos, tuvieron que pa
sar todavía otros treinta años más para que la obra de Olmeda fuese reedita
da. Que esta reedición era largamente esperada, lo manifiesta el hecho de
que se agotase rápidamente. Por ello no podemos menos de felicitarnos de
que esta segunda se haya llevado a cabo: después de veinte años, ya se
estaba echando de nuevo en falta.
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que es la fotocopia, imprescindible cuando no hay modo de hacer uso de
ejemplares editados. Por ello, como profesional del estudio y de la enseñan
za de la música de tradición oral, no puedo menos de felicitarme, junto con
todos los estudiosos del folklore musical español, por esta nueva reedición,
espléndidamente presentada, del cancionero de Federico Olmeda, llevada
a cabo con el patrocinio de la Diputación Provincial de Burgos.
Conclusión
Yo soy uno de ellos, que además ha recibido el honor de haber sido invi
tado por la Diputación Provincial de Burgos a escribir esta página previa, co
mo pequeño pórtico a esta gran obra que es el Cancionero popular de Burgos,
de Federico Olmeda.
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