Amor Agape
Amor Agape
Amor Agape
La palabra griega ágape a menudo se traduce como "amor" afecto en el Nuevo Testamento.
¿En qué se diferencia el “amor ágape” de otros tipos de amor? La esencia del amor ágape es la
buena voluntad, la benevolencia y el deleite voluntario en el objeto del amor. En concreto,
podemos determinar que emana del vocablo griego “agápe”, que se usaba
para referirse a aquel amor de tipo incondicional en el que a la persona en
cuestión sólo le importa lo que es el bienestar del individuo al que ama. El
amor ágape implica fidelidad, compromiso y un acto de voluntad. Se distingue de los otros
tipos de amor por su elevada naturaleza moral y su carácter fuerte. El amor ágape está
bellamente descrito en 1 Corintios 13.
4
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece;
5
no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
6
no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad.
7
todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8
el amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia
acabará.
Ágape: Este es un amor total, abnegado, dador, que ni demanda ni necesita ser correspondido por
la otra persona, por el ser amado. Es un amor desinteresado: dar sin esperar recibir nada a
cambio. Es incondicional. ¡Este amor abnegado es la solución divina para los matrimonios
compuestos por seres humanos imperfectos!
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Fuera del Nuevo Testamento, la palabra ágape se usa en una variedad de contextos, pero en el
Nuevo Testamento adquiere un significado distinto. Agape se usa para describir el amor que es
de y de Dios, cuya naturaleza misma es el amor mismo: "Dios es amor" (1 Juan 4: 8) 8 El que
no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.. Dios no ama simplemente; Él es el
amor mismo. Todo lo que Dios hace fluye de su amor. Agape también se usa para describir
nuestro amor por Dios (Lucas 10:27) Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu
mente; y a tu prójimo como a ti mismo. , el respeto fiel de un siervo a su maestro (Mateo
6:24) Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las
riquezas. y el apego de un hombre a las cosas (Juan 3:19). 19 Y esta es la condenación: que
[a]
la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus
obras eran malas.
El tipo de amor que caracteriza a Dios no es un sentimiento triste y sentimental como el que a
menudo oímos retratar. Dios ama porque esa es su naturaleza y la expresión de su ser. Nos ama
a pesar de los errores que comentos, de nuestros defectos , no porque merecemos ser amados o
por cualquier excelencia que poseemos, sino porque es Su naturaleza amar y Él debe ser fiel a
Su naturaleza.
El amor ágape siempre se muestra por lo que hace. El amor de Dios se muestra más claramente
en la cruz. "Dios, siendo rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó,
incluso cuando estábamos muertos en nuestras ofensas, nos hizo vivir juntos con Cristo:
por gracia has sido salvo" (Efesios 2: 4–5, ESV). 4 Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos amó,5 aun estando nosotros
muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos), (Romanos 5: 8). 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en
que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.El amor ágape de Dios
es inmerecido, amable y busca constantemente el beneficio de los que ama. La Biblia
dice que somos los destinatarios indignos de su lujoso amor ágape (1 Juan 3: 1).
3 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados
hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a
él. La demostración de Dios de amor ágape condujo al sacrificio del Hijo de Dios por
aquellos a quienes ama.
Debemos amar a los demás con amor ágape, ya sean creyentes (Juan 13:34 ) 34 Un
mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que
también os améis unos a otros.o enemigos amargos (Mateo 5:44). Pero yo os digo: Amad
a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; Jesús dio la parábola del buen
samaritano como un ejemplo de sacrificio por el bien de los demás, incluso para aquellos que
no se preocupan en absoluto por nosotros. El amor ágape según el modelo de Cristo no se basa
en un sentimiento; más bien, es un acto determinado de la voluntad, una resolución gozosa de
poner el bienestar de los demás por encima del nuestro.
El amor ágape no nos viene de forma natural. Debido a nuestra naturaleza caída, somos
incapaces de producir tal amor. Si debemos amar como Dios ama, ese amor, ese ágape, solo
puede provenir de su Fuente. Este es el amor que “ha sido derramado en nuestros corazones a
través del Espíritu Santo, que nos fue dado” cuando nos convertimos en Sus hijos (Romanos 5:
5; 5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. cf. Gálatas 5:22
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
22
fe,
23
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
). “Así es como sabemos lo que es el amor: Jesucristo dio su vida por nosotros. Y debemos dar
nuestras vidas por nuestros hermanos y hermanas "(1 Juan 3:16). Debido al amor de Dios hacia
nosotros, podemos amarnos unos a otros. //16 En esto hemos conocido el amor, en que él
puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los
hermanos.
El Apóstol Pablo trata sobre los dones del Espíritu Santo en los capítulos 12 y 14 de su
primera carta a los corintios, pero en el capítulo 13 muestra que, aunque importantes y
muchas veces impresionantes, no valen gran cosa si no van acompañados por una actitud
correcta, que es fruto del mismo Espíritu Santo.
PROCURAD PUES LOS DONES mejores. Más yo os muestro un camino aun más
excelente. 1 Corintios 12:31
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que
resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda
ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, Y NO TENGO
AMOR, NADA SOY. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si
entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1 Corintios 13:1-
3
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros.
“Amaos (agapeaos) los unos a los otros…” (Juan 13:34). El verdadero amor (ágape) nace de la
voluntad y se convierte en sentimiento, no al revés.
La única persona que ha exhibido un amor puro ágape, dando un amor total antes de recibir nada a
cambio, es Dios.
—No da un trato a las otras personas basado en la conducta de ellas. —No muestra atención a las
personas en base a su comportamiento. —No piensa que el amor debe manifestarse como una
recompensa de la buena conducta.
I Juan 4:10-12 “En esto consiste el amor (ágape); no en que nosotros hayamos amado (ágapeado)
a Dios, sino en que él nos amó (ágapeo) a nosotros, y envío a su hijo como propiciación por
nuestros pecados. Amados si Dios nos ha amado (ágape) así, también nosotros debemos amarnos
(ágapearnos) unos a otros.
Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos (ágapeamos) unos a otros, Dios permanece en
nosotros, y su amor (ágape) se ha perfeccionado en nosotros”.
Romanos 8:28 “Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es a
los que conforme a su propósito son llamados”.
El amor reina como la mayor de las virtudes. I Cor. 13:13 “Y ahora permanecen la fe, la esperanza
y el amor, estos tres, pero el mayor de ellos es el amor”.
No es válida la manifestación de amor hacia Dios si no amamos a nuestro hermano. * I Jn. 4:20
Juan 13:35 (el mundo va a conocer que somos discípulos de Jesús por nuestro amor los unos por
los otros)
Efesios 4:2 (debemos soportarnos unos a otros en amor).
El amor de Dios es el más GRANDE: Juan 15:12-13 “Este es mi mandamiento: Que os améis unos
a otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus
amigos”.
Ezequiel 36:26-27. ¿Qué hace Dios en nosotros que nos capacita para amar?
Nos da su Espíritu Santo. 26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;
y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra.
a.
b. Romanos 5:5: ¿Cómo nos da Dios de su amor para poder amar?
Al darnos su Espíritu Santo.
5
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
b.
c. Gálatas 5:22. ¿Parte de qué es el amor?
De los frutos del Espíritu Santo. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe,
c.
2 Timoteo 1:7: ¿Cómo es que tenemos poder para amar?
Porque tenemos el Espíritu Santo.
7
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.
d. Conclusión
Queridas almas no basta con estar ala derecha ni ala izquierda lo que nos garantiza estar pegado
a Dios y a sus promesas es tenerlo a él en el centro, que mas nada sea más importante que el, que
domine y tome el control de nosotros, y así estaremos por toda una eternidad con él.
Estamos en los mejores planes de Dios, solo tenemos que hacer de él nuestro centro y ponerlo a él
en nuestros planes.
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que
también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros. Juan 13:34-35
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los
hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 1 Juan 3:14