Implicaciones en La Observacion de La Ba
Implicaciones en La Observacion de La Ba
Implicaciones en La Observacion de La Ba
9 786077 420545
Coordinadores
Juan Luis Cifuentes Lemus
Fabio Germán Cupul Magaña
Universidad de Guadalajara
2014
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla
Rector general
Miguel Ángel Navarro Navarro
Vicerrector ejecutivo
José Alfredo Peña Ramos
Secretario general
ISBN: 978-607-742-054-5
Presentación 7
CAPÍTULO 1
Introducción a la química marina: importancia de
los principales nutrientes inorgánicos en el océano 9
Janet Reimer
Alma Paola Rodríguez-Troncoso
CAPÍTULO 2
Notas sobre la acidificación del océano 28
Pedro Medina-Rosas
CAPÍTULO 3
Corales: organismos base constructores
de los ecosistemas arrecifales 33
Alma Paola Rodríguez-Troncoso
José de Jesús Adolfo Tortolero-Langarica
CAPÍTULO 4
Los equinodermos: invertebrados esenciales
dentro de la estructura de la comunidad coralina 56
Rosa Carmen Sotelo-Casas
Alma Paola Rodríguez-Troncoso
CAPÍTULO 5
Estado actual de los estudios y conocimientos
sobre corales arrecifales del Pacífico mexicano 82
Pedro Medina-Rosas
CAPÍTULO 6
Bioerosión por peces en las comunidades de coral 99
Alma Rosa Raymundo-Huízar
Amílcar Leví Cupul-Magaña, Fabio Germán Cupul-Magaña
CAPÍTULO 7
Huella de la pesca ribereña 110
Myrna Leticia Bravo-Olivas, Rosa María Chávez-Dagostino
Elaine Espino-Barr, Rocío Jazmín Rosas-Puga
CAPÍTULO 8
Implicaciones en la observación de la ballena jorobada 143
José Luis Cornejo-Ortega
Rosa María Chávez-Dagostino
CAPÍTULO 9
Siguiendo a las ballenas jorobadas:
catálogo de fotoidentificación FIBB 172
Astrid Frisch-Jordán
CAPÍTULO 10
Humedales costeros y
turismo en el Pacífico latinoamericano 190
Rosa María Chávez-Dagostino, José Miguel Ochoa-Chávez
José de Jesús Álvarez-López, Oscar Alberto Maldonado-Ibarra
CAPÍTULO 11
Ecología de aves acuáticas 214
Salvador Hernández-Vázquez, Jesús Manuel Bojórquez-Castro
Diego Adolfo González-Zamora, Francisco Hernández-Vázquez
Jorge Arturo Rojo-Vázquez, Víctor Hugo Galván-Piña
CAPÍTULO 12
Migración de camarones anfídromos:
conocimiento actual en América 245
María Carolina Rodríguez-Uribe, Fernando Vega-Villasante
Raymond T. Bauer, Manuel Guzmán-Arroyo
CAPÍTULO 13
Los camarones de agua dulce del género
Macrobrachium: biología, ecología y explotación 273
Fernando Vega-Villasante, Marcelo Ulises García-Guerrero
Edilmar Cortés-Jacinto, Stig Yamasaki-Granados
Cynthia Eugenia Montoya-Martínez, Manuel Alejandro Vargas-Ceballos
Olimpia Chong-Carrillo, Miguel Ángel Rubio-Padilla
Manuel Guzmán-Arroyo, Olimpia Victoria Carrillo-Farnés
Luis Daniel Espinosa-Chaurand, Héctor Gerardo Nolasco-Soria
Autores 317
Presentación
7
8 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
CAPÍTULO 1
Janet Reimer
Alma Paola Rodríguez-Troncoso
9
10 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
zonas costeras, las cuales son mucho más dinámicas con respecto a las
oceánicas, pero independientemente de esta regionalización, dichos ciclos
determinarán la distribución y abundancia de los organismos de menor
tamaño como son el fitoplancton o el zooplancton hasta los de mayor talla
como los mamíferos marinos.
Las reacciones descritas son las responsables del pH del agua, ya que
intervienen en la concentración de iones H+ producidos en el sistema. El
dióxido de carbono se encuentra en un flujo constante, inicialmente, el
proceso de fotosíntesis remueve CO2 del agua de mar generando que el sis-
tema tenga una deficiencia de dióxido de carbono, y dado que generalmen-
te hay una mayor concentración de CO2 en la atmósfera que en el océano,
se genera un gradiente de concentraciones, permitiendo que más CO2 se
disuelva de la atmósfera hacia el océano. Cuando las condiciones son in-
versas es decir, que las concentraciones de dióxido en la superficie del
agua es mucho mayor que el atmosférico, el CO2 se disuelve nuevamente a
la atmósfera, sucediendo esto de manera constante con el fin de que el
sistema se mantenga en un continuo equilibrio termodinámico (Libes, 2011).
En las condiciones actuales, el océano es responsable de la toma de
aproximadamente el 25% de las emisiones globales industriales de CO2
producidas, las cuales están estimadas en 7 pG Carbono año-1, cifra que
se está elevando constantemente (Takahashi et al., 2009); por lo tanto, el
océano actúa como un reductor de la cantidad de CO2 atmosférico. Sin
embargo, la difusión de altas concentraciones de CO2 atmosférico puede
causar un desbalance en el sistema de amortiguamiento del carbonato, en
donde, al liberarse grandes cantidades de H+, el pH del agua de mar dismi-
nuye y esto produce que se vuelva más ácida. Este proceso es conocido
como acidificación del océano y puede entre otros efectos, causar el blan-
queamiento en los corales (Anthony et al., 2008) y la muerte de otros orga-
nismos planctónicos incluyendo larvas de invertebrados (Barry et al., 2005).
Actualmente se sabe que el pH del océano tiene valores de entre 7.5-8.4
unidades, sin embargo, cada año los valores aumentan, generando condi-
ciones de mayor acidez en el sistema; los efectos del cambio en el pH se
explicarán más adelante.
Fósforo y Nitrógeno
bacterias utilizan el N2(g) junto con CO2 disuelto para crear materia orgáni-
ca; este proceso sucede en áreas oceánicas en donde las concentraciones
de N son limitadas (Capone et al., 2005) y como efecto adaptativo los orga-
nismos tienen la capacidad de fijar diferentes especies de N.
La distribución típica del N en los océanos se caracteriza por tener una
concentración baja en la zona eufótica, seguida de un decremento en aguas
profundas; asimismo, hay mayores concentraciones en las aguas viejas del
Pacífico en relación con las aguas más jóvenes del Atlántico (Libes, 2011).
Sin embargo, al igual que con el P, en los últimos años se ha generado un
incremento en las fuentes de N asociadas directamente con las actividades
humanas. Este incremento afecta las reacciones químicas en el océano de
varias especies nitrogenadas, donde la más dañina es el óxido nitroso (N2O),
el cual es un gas denominado de efecto invernadero (Duce et al., 2008). El
óxido nitroso junto con otros gases como el metano, CO2 y los clorofluoro-
carbonos artificiales contribuyen de manera sustancial al Cambio Climáti-
co Global; además regionalmente, el exceso de N en las zonas costeras,
puede estar asociado al vertimiento de fertilizantes en las aguas de riego
que desembocan a los ríos (Barton y Atwater, 2002). Asimismo, las emisio-
nes antropogénicas de las diferentes especies de N atmosférico, al momen-
to de entrar al océano forman ácidos los cuales afectan a la larga los niveles
de pH del mar.
Sílice
Hierro
Referencias
CAPÍTULO 2
Pedro Medina-Rosas
28
NOTAS SOBRE LA ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO 29
8.21 a 8.1 (Royal Society, 2005), y se espera que baje 0.3 a 0.4 unidades
más si la concentración del CO2 llega a las 800 ppm. El Panel Interguber-
namental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha calculado
mediante modelos con escenarios potenciales, que este valor podría regis-
trarse al final del siglo.
El dióxido de carbono (CO2) es intercambiado naturalmente entre la
atmósfera y la superficie del océano, como parte de procesos que suceden
todos los días en el planeta. Cuando el CO2 se disuelve en el agua de mar,
se inician una serie de reacciones químicas que desencadenan la acidifica-
ción del océano. Una parte de este CO2 permanecerá en esta misma forma
disuelta y podrá ser intercambiado libremente con la atmósfera o asimila-
do por las plantas y fitoplancton marino. Este CO2 se conoce como dióxido
de carbono disuelto o acuoso, y se mide como la presión parcial de CO2 (se
abrevia pCO2) y se mide en unidades de microatmósferas (μatm).
Otra parte del CO2 que está en el agua entra en una reacción química
donde se disuelve y combina con moléculas de agua (H2O) para formar un
ácido débil, llamado ácido carbónico (H2CO3), el mismo ácido que se puede
encontrar en las bebidas carbonatadas, como las sodas.
Cuando los ácidos están disueltos en agua, se pueden disociar, un
término químico que significa que se pueden romper y cada uno de sus
iones puede quedar separado. En este caso, el ion hidrógeno (H+) y el ion
bicarbonato (HCO3-, como el que se usa en la cocina). En condiciones nor-
males de pH, algunos de los iones de hidrógeno permanecerán separados,
y por lo tanto incrementará la acidez del agua, con la consecuente dismi-
nución del pH del agua de mar. Sin embargo, la mayoría de los iones de
hidrógeno creados por la reacción anterior se combinarán con otro ion, en
este caso carbonato (CO32-) para formar aún más iones de bicarbonato, en
un proceso que disminuye la proporción de iones carbonato.
Como resultado de un escenario donde el CO2 atmosférico aumenta, los
cambios químicos en el agua de mar implicarán un incremento en las con-
centraciones de dióxido de carbono disuelto, iones de hidrógeno, así como
de iones de bicarbonato, y al mismo tiempo, una disminución en la concen-
tración del ion carbonato y en el valor pH.
Los cambios en la química del agua de mar se han estudiado y se
conocen bien las reacciones asociadas a la acidificación del océano, pero lo
que no se conoce completamente es la respuesta que tendrán los organis-
mos vivos ante estos cambios. Se han hecho estudios en algunas especies,
pero se desconoce la respuesta fisiológica para muchas otras especies.
30 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
tura dura, será más débil y además tendrán más posibilidades de que esa
estructura se rompa o disuelva. Cuando el valor del omega es de 1 signifi-
ca que el estado de saturación está en un umbral donde el carbonato de
calcio sólido estará favorecido (por encima del 1) para ser producido y
mantenido en ese estado, o disuelto y con probabilidades de que sea débil
y pueda romperse o disolverse (por debajo del 1).
El valor de omega es un índice químico utilizado por los científicos,
pero es necesario considerar que diferentes individuos tienen niveles de
tolerancia diferentes, por lo que se requieren estudios para conocer los
límites para cada especie bajo diferentes condiciones. Estos estudios ape-
nas iniciaron hace unos años, por lo que es necesario conocer más acerca
de los límites fisiológicos y de distintos aspectos biológicos de los diferen-
tes grupos de seres vivos, ya que algunos tienen variaciones incluso entre
especies del mismo género (ver ejemplos en Gattuso y Hansson, 2011).
En los estudios donde se han realizado manipulaciones experimenta-
les para simular condiciones similares a las que ocurrirán en el futuro,
relacionadas a la acidificación del océano, se han encontrado diversas res-
puestas fisiológicas (Doney et al., 2009). En general, hay cuatro tipos de
respuestas de las especies marinas ante el incremento del CO2 o disminu-
ción del pH: lineal positiva, lineal negativa, sin cambio, o en forma de pará-
bola; es decir, al principio del experimento responden de una forma y al
final lo hacen de la forma opuesta.
Estos estudios han estado enfocados a diferentes procesos biológicos,
como la calcificación, principalmente en animales, pero también en algas;
la fotosíntesis, desde un nivel de organismos planctónicos hasta macroal-
gas; fijación de nitrógeno, en cianobacterias principalmente; y la repro-
ducción en diferentes especies de invertebrados, principalmente de
importancia comercial, como algunos moluscos, incluidos los ostiones y
mejillones. Se han observado variaciones por grupo en cuanto a las res-
puestas ante las condiciones pero, en algunos otros grupos (como los cora-
les), en todos los casos la calcificación fue impactada negativamente. Los
cocolitofóridos, algas unicelulares que calcifican, son individuos que han
presentado efectos positivos, aunque algunas especies también son afec-
tadas negativamente. Las algas presentan efectos variados, si es que pre-
sentan alguno, ya que generalmente no les afectan estas condiciones de
acidificación (Doney et al., 2009).
Determinar las características fisiológicas y la plasticidad de los seres
vivos son aspectos claves para estimar la vulnerabilidad de las diferentes
32 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Referencias
CAPÍTULO 3
33
34 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Figura 1. Representación de la
estructura general de una co-
lonia coralina (modificado de
Veron, 2008). Los pólipos se
encuentran durante la mayor
parte del tiempo con los ten-
táculos extendidos en búsque-
da de alimento, no poseen
órganos definidos, por lo que
solo se puede observar su ca-
vidad gástrica. Cada pólipo se
encuentra adherido al esque-
leto calcáreo, precipitando
cristales de aragonita diaria-
mente, pero siempre mantie-
ne conexión con los pólipos
aledaños. Gouache por: Saúl
Tortolero.
36 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Figura 2. Los diferentes tipos de crecimiento en los corales hermatípico, en consecuencia de las
diferencias tanto genéticas como en las características oceanográficas del sitio, los corales
pueden crecer con forma: a) Ramificada, b) Submasiva, c) Masiva, d) Incrustante, e) Nodular, f)
Columnar, g) Forma libre, h) Laminar.
Figura. 3. Incremento en tasa de extensión lineal mensual a lo largo de un año, en tres especies
de coral del género Pocillopora asociadas al Parque Nacional Islas Marietas. Los datos están
representados en media ± error estándar.
140
P. damicornis
120
P. verrucosa
P. capitata
100
Incremento de talla (%)
80
60
40
20
Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb
Meses
Referencias
CAPÍTULO 4
56
LOS EQUINODERMOS: INVERTEBRADOS ESENCIALES… 57
como el cangrejo Stenorhynchus debilis y los peces del género Apogon uti-
lizan las espinas de los Diadematidos como refugio, a la vez que algunas
especies de crinoideos y ofiuras como el género Ophionereis viven sobre
esponjas y corales blandos, utilizándolos como refugio (Birkeland, 1989;
Glynn y Enochs, 2011; Alvarado, 2008), por lo que no solamente depen-
den, sino que a su vez sirven de recurso para la supervivencia de otros
grupos, sin causar para ambas partes ningún prejuicio aparente. Todas
estas características en conjunto, les han permitido a los equinodermos
tener un rango amplio de distribución y un patrón de abundancia distinto
al del resto de los taxones.
Función de
los equinodermos en las comunidades coralinas
Asteroidea 24 21 11 4
Echinoidea 22 17 8 8
Holothuroidea 38 17 8 3
Total 84 55 27 15
Con respecto a la costa del Pacífico este, México posee el 88.1% del
total de especies de equinodermos asociados específicamente a las comu-
nidades coralinas, mientras que Chile presenta una baja riqueza (3.57%),
pero sus registros son de gran relevancia, ya que es el límite sureño de
algunos equinodermos. Basado en los trabajos de Deichmann (1941 y 1958),
Maluf (1987), Barraza y Hasbún (2005), Hendrickx et al. (2005), Alvarado y
Solís-Marín (2013) así como en los listados no publicados del Laboratorio
de Ecología Marina, del Centro Universitario de la Costa, Universidad de
Guadalajara, se construyó un listado taxonómico de los equinodermos aso-
ciados a arrecifes de coral del litoral tropical y subtropical del Pacífico
americano por sitio, detallando el tipo de sustrato al que se encuentran
asociados (Cuadro 2). Con base en dicho listado se construyó una matriz
de presencia-ausencia, para las 15 localidades del Pacífico americano, a
partir de la cual se calculó el índice de similitud de Jaccard (Magurran,
2004) y el número de especies compartidas entre localidades (Cuadro 3),
utilizando solamente a las clases Asteroidea, Holoturoidea y Equinoidea,
por ser las que tienen el papel más activo en la conformación de la estruc-
tura comunitaria de los arrecifes (Glynn, 1985; Glynn, 1988; Birkeland,
1989; Toro-Farmer et al., 2004; Solís-Marín et al., 2009; Glynn y Enochs,
2011). Con el fin de identificar los sitios con mayor riqueza y abundancia
así como su relación entre los sitios, inicialmente se llevó a cabo un análi-
sis de escalonamiento multidimensional no métrico (NMDS) y un análisis de
clasificación basado en el índice de Jaccard, para analizar la similitud en-
tre localidades y, para el análisis de clasificación por dendrogramas, se
empleó el método de agrupamiento de pares basado en la media aritmética
no ponderada (UPGMA); por otro lado, se llevó a cabo la identificación de
grupos realizando cortes en diferentes niveles de similitud. Posteriormen-
te, se hizo una superposición de los conglomerados obtenidos en las orde-
Cuadro 2. Lista taxonómica detallada de los equinodermos asociados a arrecifes de coral en las costas del Pacífico este. Los registros
64
encontrados corresponden a 15 localidades entre las que se encuentran zonas costeras e insulares: MEX=México, REV=Archipiélago Revilla-
gigedo, GUA=Guatemala, SAL=El Salvador, HON=Honduras, NIC=Nicaragua, CRC=Costa Rica, COC=Isla del Coco, PAN=Panamá, COL=Colombia,
MAL=Isla de Malpelo, GAL=Archipiélago de las Galápagos, ECU=Ecuador, PER=Perú, CHI=Chile. Asimismo se especifica los sustratos a los que
se encuentra asociada cada especie: alg=alga carnosa, ar=arena, bk=bosque de kelpo, corl=alga coralina, con=conchas, es=escombro,
esp=esponja, ez=erizos, gj=guijarros, go=gorgonias, gr=grava, lo=lodo, ma=manglar, rc=roca.
TAXON SUSTRATO
MEX
REV
GUA
SAL
HON
NIC
CRC
COC
PAN
COL
MAL
GAL
ECU
PER
CHI
CLASE ASTEROIDEA
Orden Paxillosida
Familia Goniopectinidae
Luidia columbia cr, ar, lo X X X X X X X
Cladas tervalidus cr, rc, ar X
Orden Valvatida
Familia Acanthasteridae
Acantaster planci cr, rc, go X X X X X X X X X
Familia Asterinidae
Patiria minata cr, rc X X
Familia Asterodiscididae
Amphiaster insignis cr, rc, ar, lo X X X X X X X
Paulia horrida cr, rc, alg, con X X X X X X X X
Asteropsis carinifera cr, rc X X X X X X X X X
Familia Mithrodiidae
Mithrodia bradleyi cr, rc, ar, alg X X X X X X X X x x
Familia Ophidiasteridae
Leiaster glaber cr, rc X
Leiaster teres cr, rc, lo X X X X X
Linckia columbiae cr, rc, lo X X X X X X
TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Linckia guildingui cr, rc X X X X
Narcissia gracilis cr, rc, ar, lo X X X X X
Pharia pyramidatus cr, rc, ar X X X X X X X X X X
Phataria unifascialis cr, rc, ar X X X X X X X X X X X X
Nidorellia armata cr, rc, ar, alg, es X X X X X X X X X X X
Pentaceraster cumingi cr, rc, ar, lo, alg X X X X X X X X X
Orden Spinulosida
Familia Echinasteridae
Echinaster (Othilia) spinulosus cr, rc, lo X
Echinaster (Othilia) tenuispinus cr, rc, ar, alg X X
Henricia nana cr, alg, con X X
LOS EQUINODERMOS: INVERTEBRADOS ESENCIALES…
Orden Forcipulatida
Familia Asteriidae
Astrometis sertulifera cr, rc, ar, alg X X X
Coronaster marchenus cr, rc, es X X X X
Sclerasterias heteropaes cr, rc, ar, lo X X X
Familia Heliasteridae
Heliaster kubiniji cr, rc X X X X
CLASE ECHINOIDEA
Orden Cidaroida
Familia Cidaridae
Centrocidaris doederleini cr, rc, ar, con X X X X
Eucidaris thouarsii cr, rc, ar, lo X X X X X X X X X X X X
Hesperocidaris asteriscus cr, rc, ar, lo X X X X X X X
Hesperocidaris panamensis cr, rc, ar, corl, ma X X X X
Orden Diadematoida
Familia Diadematidae
Astropygia pulvinata cr, rc, ar, lo, con, es, gj X X X X X X X X X X X
Centrostephanus coronatus cr, rc, ar, con, corl X X X X X X X X
Diadema mexicanum cr, rc, ar, lo, corl X X X X X X X X X X X X
Echinothrix calamaris cr, rc, X X
Echinothrix diadema X X X
Orden Arbacioida
Familia Arbaciidae
Arbacia stellata cr, rc, ar, lo, corl X X X X X X X X X X
Orden Temnopleuroida
Familia Toxopneustidae
Lytechinus anamesus cr, rc, ar, lo X
Lytechinus pictus cr, rc, ar, lo, con, corl, gj X X X X X X
Lytechinus semituberculatus cr, rc, ar X X X
Tripneustes depressus cr, rc, ar, es X X X X X X X X X X X
Toxopneustes roseus cr, rc, ar, lo X X X X X X X X X X X X
Orden Echinoida
Familia Echinometridae
Caenocentrotus gibbosus cr, rc X X X
Echinometra oblonga cr, rc X X X X X
Echinometra vanbrunti cr, rc, ar X X X X X X X X X X X X X X
Orden Clypeasteroida
Familia Clypeasteridae
Clypeasters peciosus cr, rc, ar X X X X X
TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Orden Cassiduloida
Familia Cassidulidae
Cassidulus pacifica cr, ar X X X X
Orden Spatangoida
Familia Brissidae
Brissus obesus cr, rc, ar, gj, gr X X X X X X X
Meoma ventricosa cr, ar, alg, gr X X X X X X
CLASE HOLOTHUROIDEA
Orden Dendrochirotida
LOS EQUINODERMOS: INVERTEBRADOS ESENCIALES…
Familia Cucumariidae
Cucumaria californica cr, rc X
Cucumaria flamma cr, rc X X X X X X
Pseudocnus californicus cr, rc, ar, alg X X X X X X X X
Familia Phyllophoridae
Pentamera chierchia cr, rc, ar, alg X X X X X X X X X
Thyone bidentata cr, rc X X X X X X
Familia Psolidae
Lissoturia ornata cr, rc X X X X X X
Psolidium dorsipes cr, rc, ar, lo X X X X
Familia Sclerodactylidae
Afrocucumis ovulum cr, rc X X X X
Neopentamera anexigua cr X X
Neothyone gibber cr, rc X X X X X X X
Neothyone gibbosa cr, rc X X X X
Pachythyone lugubris cr, rc X X
Pachythyoneps eudolugubris cr, rc X
Orden Aspidochirotida
Familia Holothuroiidae
Holothuria (Cystipus) inhabilis cr, rc, ar, alg, con X X X X X X X X X
Holothuria (Cystipus) rigida cr, rc, con, gj X X X X X
Holothuria (Halodeima) atra cr, rc, ar, lo X X X X X
Holothuria (Halodeima) cr, rc X X X X X
inornata
Holothuria (Halodeima) cr, rc, ar, con, corl, go, gj X X X X X X X X X X X
kefersteini
Holothuria (Lessonothuria) cr, rc, ar, lo X X X X X X X X X X
pardalis
Holothuria (Mertensiothuria) cr, rc, ar, lo, gr X X X X X X X X
hilla
Holothuria (Mertensiothuria) cr, rc, ar, gr X X X X X X X
leucospilota
Holothuria (Platyperona) cr, rc, con, gr, gj X X X X X X X X X X X
difficilis
Holothuria (Selenkothuria) cr, rc, ar, lo, corl, go, gr, gj X X X X X X X X X
lubrica
Holothuria (Selenkothuria) cr, rc, con, corl, gj X X X X X X X X
portovallartensis
Holothuria (Semperothuria) cr, rc, ar,gj X X X X X X X X X X
imitans
Holothuria (Stauropora) cr, rc, ar X X X X X X X
pluricuriosa
Holothuria (Stauropora) cr, ar, gr, esp, alg, con, corl X X X
fuscocinerea
TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Holothuria (Theelothuria) cr, rc, ar, alg, con, corl, gj X X X X
paraprinceps
Holothuria (Thymiosycia) cr, rc, ar, con, corl X X X X X X X X X
arenicola
Holothuria (Thymiosycia) cr, rc, ar, lo, ez, gj, gr X X X X X X X X X X X
impatiens
Labidodemas americanum cr, rc, ar X X X X X X X
Labidodemas macullochi cr, rc, ar, gj X X X X X
Familia Stichopodidae
Isostichopus fuscus cr, rc, ar, lo, gj, bk X X X X X X X X X X X X X X
Stichopus horrens cr, rc, ar X X X X
LOS EQUINODERMOS: INVERTEBRADOS ESENCIALES…
Orden Apodida
Familia Chiridotidae
Chiridota aponocrita cr, rc, ar X X
Chiridota rigida cr, rc, ar X
Familia Synaptidae
Euapta godeffroyi cr, rc, ar X X X X X X
Polyplectana oculata cr, ar, lo X
69
70 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
REV GUA SAL HON NIC CRC COC PAN COL MAL GAL ECU PER CHI
MEX 38(51.3) 5(6.8) 26(35.1) 5(6.8) 18(24.3) 40(52.6) 37(46.8) 52(67.5) 41(53.3) 27(36.0) 54(69.2) 35(45.5) 35(45.5) 3(4.1)
REV 4(9.5) 17(34.0) 4(9.5) 11(25.5) 28(50.9) 32(62.7) 33(52.4) 30(54.6) 20(40.8) 32(50.0) 22(41.1) 24(43.6) 1(2.3)
GUA 5(19.2) 4(66.7) 4(21.0) 5(11.9) 3(6.8) 4(7.1) 3(6.5) 2(6.5) 3(5.0) 2(4.9) 3(7.5) —
SAL 4(14.8) 11(37.5) 22(47.8) 13(25.9) 23(42.1) 17(34.6) 11(28.6) 19(31.2) 16(36.2) 19(45.4) —
HON 4(21.1) 5(11.9) 4(9.3) 5(9.0) 4(8.9) 3(10.0) 4(6.8) 3(7.5) 3(7.5) —
Cuadro 4. Número total y porcentaje de especies asociadas a arrecifes de coral en el Pacífico americano.
CLASE\ PAÍS MEX REV GUA SAL HON NIC CRC COC PAN COL MAL GAL ECU PER CHI Total
Asteriodea 22 12 0 4 0 5 7 11 13 14 10 17 8 11 1 24
Echinoidea 16 12 1 6 1 7 13 15 14 11 10 17 15 12 0 22
Holothuroidea 36 17 4 16 4 6 22 16 28 19 8 24 15 15 2 38
Total 74 41 5 26 5 18 42 42 55 44 28 58 38 38 3 84
Porcentaje spp. 88.10 48.81 5.95 30.95 5.95 21.43 50.00 50.00 65.48 52.38 33.33 69.05 45.24 45.24 3.57 100.00
71
72 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Figura 1. Análisis de disimilitud no métrico (NMDS) con un corte al 50% mostrando las relaciones
de similitud entre las 15 localidades con registros de equinodermos asociados a corales a lo
largo del Pacífico este.
LOS EQUINODERMOS: INVERTEBRADOS ESENCIALES… 73
Figura 2. Análisis de disimilitud no métrico (NMDS) con un corte al 60% empleado para distinguir
grupos con base al agrupamiento de pares basado en la media aritmética no ponderada (UPGMA).
90
80
Delta +
70
60
50
0 20 40 60 80 100
Número de especies
Figura 4. Estimación de la variación (+) en la distintividad taxonómica (+), para cada localidad
del Pacífico americano.
1000
800
600
Lambda+
400
200
0
20 20 40 60 80 100
Número de especies
Referencias
CAPÍTULO 5
Estado actual de los estudios y conocimientos
sobre corales arrecifales del Pacífico mexicano
Pedro Medina-Rosas
82
ESTADO ACTUAL DE LOS ESTUDIOS Y CONOCIMIENTOS SOBRE CORALES ARRECIFALES… 83
Definición de comunidad y
arrecife coralino
Requerimientos para
el desarrollo de los corales arrecifales
bro Between Pacific tides en 1939 y que aun en estos días se sigue vendien-
do y consultando. Ellos colectaron y estudiaron organismos marinos por la
costa de Baja California y el golfo de California, durante el crucero a bordo
del Western Flyer, y además hicieron la primera descripción del arrecife de
Cabo Pulmo. Sin embargo, solo reportan tres especies de corales arrecifa-
les. En 1957 se realizó un crucero abordo del Puritan, en una expedición
organizada por el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York,
desde California hasta Nayarit, incluido el golfo de California, y D.F. Squires
(1959), que trabajaba como curador de invertebrados fósiles, reportó doce
especies de corales arrecifales, incluida la descripción de una nueva espe-
cie: Porites baueri. Con este estudio se cierra la etapa de expediciones ex-
tranjeras dedicadas a estudios marinos o particularmente a corales en el
Pacífico mexicano.
Durante esta etapa de los estudios sobre corales arrecifales se analiza-
ron taxonómicamente ejemplares de la costa de México, y como resultado
de estos trabajos se describieron más de diez especies de corales con ejem-
plares que fueron colectados en el Pacífico mexicano, principalmente en
Acapulco y el golfo de California. Algunos de los nombres de estas especies
ya fueron corregidos taxonómicamente (la mayoría ahora son sinónimos),
pero esto demuestra la importancia de los primeros estudios y análisis
para establecer las bases del conocimiento de la riqueza de los corales
arrecifales.
A principios de los años ochenta del siglo XX inicia una nueva etapa en
los estudios de corales arrecifales del Pacífico mexicano, ahora a cargo de
investigadores mexicanos, y con el inicio del uso de equipo de buceo autó-
nomo SCUBA, que permitió estudiar directamente las comunidades corali-
nas, al dejar atrás el uso de dragas y redes desde barcos, los recorridos en
playa para colectar corales depositados en la zona intermareal y supralitoral,
y el uso de buceo libre en zonas someras de la costa.
En 1981 se realizó el primer trabajo que incluyó corales que sería pu-
blicado por investigadores mexicanos. El objetivo fue estudiar el bentos de
la costa de Zihuatanejo, Guerrero y por primera vez se reportó el uso de
equipo de buceo autónomo SCUBA. S. Salcedo M. y tres colaboradores (1987)
de la Universidad Nacional Autónoma de México encontraron cinco espe-
cies de corales arrecifales, sin embargo no detallan antecedentes o discu-
ten sus hallazgos con estudios previos relacionados con corales.
Durante esta época también se hicieron avances científicos que permi-
tieron entender de mejor manera las comunidades y especies coralinas del
ESTADO ACTUAL DE LOS ESTUDIOS Y CONOCIMIENTOS SOBRE CORALES ARRECIFALES… 87
Figura 1. Número de publicaciones a través del tiempo, separadas de acuerdo al origen de los
investigadores que las produjeron. Nótese el aumento de las publicaciones en el tiempo, así
como el aumento de autores nacionales.
50
México
45 Extranjero
40
Número de publicaciones
35
30
25
20
15
10
0
1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000
Años
90 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Figura 2. Mapa con las quince zonas principales de distribución de los corales arrecifales en el
Pacífico mexicano (tomada de Reyes-Bonilla et al., 2010, cortesía de R. A. López-Pérez).
114º W 100
32º N
3
2
4
México
5
24 1
7
Golfo
6 de México
11 8
9
10
12
13
Océano Pacífico
16 14
15
Cuadro 1. Lista sistemática de los corales arrecifales del Pacífico mexicano. El número al final
corresponde al número de zonas (enlistadas en la Figura 1) donde se distribuye. El asterisco
indica que no estaba registrada por Reyes-Bonilla (1993), lo que significa que fue reportada
después de esa fecha.
Consideraciones finales
mexicano, sino en todo el mundo. Los impactos por causas naturales pero
principalmente originados directa o indirectamente por las actividades
humanas, han impactado principalmente en las últimas décadas. La con-
taminación, el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera, la defores-
tación, el cambio del uso del suelo, entre otras causas han provocado efectos
negativos en los corales que en algunas localidades ha llegado a niveles
preocupantes. Es necesario aumentar el entendimiento de estos organis-
mos y sus ecosistemas, para poder conocerlos, apreciarlos, estudiarlos y
protegerlos, por lo que invito a los estudiantes y personas a que se intere-
sen por los corales arrecifales y sus organismos asociados para aumentar
el esfuerzo en los estudios. A pesar de tener una rica historia en estudios y
que se ha logrado mucho, todavía hay mucho más por hacer por el enten-
dimiento y conocimiento de los corales arrecifales.
Referencias
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ESTADO ACTUAL DE LOS ESTUDIOS Y CONOCIMIENTOS SOBRE CORALES ARRECIFALES… 97
CAPÍTULO 6
99
100 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Figura 1. Especies de peces coralívoros. A) Pez mariposa (Johnrandallia nigrirostris); B) Pez bota
(Balistes polylepis); C) Pez globo o botete (Arothron meleagris); D) Pez Loro (Scarus perrico).
cial de los peces perico o loro (familia Scaridae), sobre el coral. De hecho, se
considera que la depredación del coral es un factor clave que controla en
parte la organización de las comunidades arrecifales (Glynn et al., 1972) y
ha sido reconocida como una forma incesante de perturbación biológica
(Bythell et al., 1993), lo que limita el crecimiento, abundancia y distribu-
ción de algunas especies de coral (Neudecker, 1979; Cox, 1986; Guzmán,
1988; Littler et al., 1989).
Estudios cuantitativos indican que en la mayoría de los arrecifes la
bioerosión del sustrato es ocasionada por las actividades de «pastoreo» (Bru-
ggemann et al., 1996). Motivo por el cual, las actividades alimenticias de
los peces loro, han sido ampliamente estudiadas con el propósito de medir
la intensidad y los efectos de su pastoreo en arrecifes coralinos tropicales.
Y, aunque las actividades de pastoreo afectan directamente a los cora-
les, de manera indirecta les beneficia, ya que se comen las algas, las cuales
compiten con los corales por espacio, por lo que algunos autores conside-
ran que si la presión del pastoreo es baja, el resultado neto es benéfico para
los corales (Lewis, 1986; Birkeland, 1997).
BIOEROSIÓN POR PECES EN LAS COMUNIDADES DE CORAL 103
Por otro lado, Miller y Hay (1998), encontraron que el efecto positivo
indirecto de los peces loro sobre los corales al reducir la competencia de
las macroalgas, puede ser opacado por un efecto negativo al depredar di-
rectamente sobre los corales, esto es apoyado por el trabajo de Bruckner y
Bruckner (1998), quienes registran la mortalidad de colonias completas
por el mordisqueo constante de peces loro. Finalmente, autores como Bru-
ggemann et al. (1994) afirman que el papel ecológico de las mordeduras de
los peces es mas como marcador territorial que con un fin alimenticio. Sin
embargo, ante la falta de estudios de la estructura coralina, se restringe la
posibilidad de tener puntos de comparación a través del tiempo para de-
terminar posibles cambios en las interacciones biológicas y sus efectos en
relación con el deterioro reciente de los arrecifes (Garzón-Ferreira y Reyes-
Nivia, 2001).
Por esta controversia, Chasqui-Velasco et al. (2007), monitorearon la
acción de los peces coralívoros y herbívoros en la supervivencia de co-
lonias de coral transplantadas, determinando que los peces tienen un efecto
positivo en la salud de las colonias, ya que reducen la competencia de las
macroalgas al controlar su crecimiento.
Duran y Claro (2009), realizaron una evaluación comparativa de la in-
fluencia de las actividades de alimentación de los peces herbívoros, sobre
la salud de dos arrecifes en Cuba. En el sitio de mayor impacto antropo-
génico, observaron una ausencia de peces loro de gran tamaño y como
consecuencia, una cobertura de algas mayor. Lo anterior, provoca una
disminución de la cubierta coralina y de la complejidad estructural del
arrecife (Aguilar, 2005); confirmando el efecto positivo del pastoreo de los
peces loro sobre las algas.
Sin embargo, otros autores consideran que la pérdida de tejido corali-
no por la mordedura constante de los peces, puede reducir la posibilidad
de supervivencia de las colonias transplantadas, disminuyendo el éxito del
transplante (Miller y Hay, 1998).
Otra especie coralívora de importancia en la bioerosión, es el pez tam-
boril o botete, Arothron meleagris, ya que algunos autores (Glynn et al.,
1972; Guzmán y López, 1991) lo consideran un organismo dispersador y
regenerador del coral, que al alimentarse lo fragmenta y por la acción del
ramoneo permite su dispersión y crecimiento, lo cual evidentemente ayu-
daría al desarrollo de los sistemas coralinos. Allen y Robertson (1994) re-
portan que durante la búsqueda de alimento hace uso de las placas dentales
en forma de «pico de loro» para cortar las porciones de coral, algas cal-
104 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Figura 2. Marcas de mordidas de peces en corales. A) Porites lobata; B) Pavona spp.; C) Pocillo-
pora spp.
Referencias
CAPÍTULO 7
110
HUELLA DE LA PESCA RIBEREÑA 111
Millones de toneladas
industriales que tienen que capturar en esta área (Pauly, 1979). En regio-
nes tropicales y subtropicales la diversidad de especies es alta, pero las
amplitudes geográficas son menores (Stevens, 1989), así que aunque es-
tas regiones poseen un mayor número de stock de peces, la población de
cada uno es más pequeña, por lo que las pesquerías son predominante-
mente de pequeña escala (Mahon, 1997). Estos stocks de pequeña escala
son responsables de cerca de la mitad de la producción mundial de pesca-
do capturado, y tienen una dependencia socioeconómica muy grande, pues
proporcionan trabajo a la mayoría de los 51 millones de pescadores del
mundo (Berkes et al., 2001). Otro de los problemas que causa la captura
multiespecífica es que en las estadísticas pesqueras muchos recursos se
registran en conjunto, esto reduce en gran medida el uso de los datos para
el propósito de la evaluación.
La mayoría se encuentra en países en desarrollo (Neil et al., 2007), por
lo que existen problemas relacionados a la calidad de la investigación pes-
quera, tanto teóricos, prácticos e institucionales que han dificultado enor-
memente su desarrollo (Oliveira, 2002) y que en la mayoría de los casos
han evitado por completo la comprensión de la dinámica de las poblacio-
nes que están siendo investigadas, aunado a esto existe gran dependencia
de los científicos de países tropicales a utilizar métodos, conceptos y teo-
rías desarrollados para recursos de latitudes templadas. El enfoque tradi-
cional centrado en recursos monoespecíficos y stocks de gran escala es
inadecuado para evaluar las pequeñas pesquerías multiespecíficas preva-
lecientes en los trópicos (Pauly, 1979; Mahon, 1997), por lo que la regla-
mentación tiende a ser poco efectiva por los defectos en sus diseños (Pauly,
1989).
Otro aspecto económico son las políticas neoliberales que incentivan el
comercio internacional y han sido implementadas en casi todos los países
en desarrollo. Estas políticas han sido mayormente las responsables de la
sobreexplotación de los recursos pesqueros, sobrecapitalización y conflic-
tos sociales (Thorpe et al., 1999). Por lo que la evaluación de recursos
pesqueros tropicales involucra aspectos biológicos, sociales y económicos,
aún cuando existieran métodos adecuados, la carencia de recursos huma-
nos y financieros necesarios vuelve difícil la tarea de evaluar las pesque-
rías tropicales (Castello et al., 2007), principalmente debido al gran número
de recursos pesqueros y a la importancia económica que representa para
las personas que dependen de este sector (Cuadro 2).
Cuadro 2. Tabla Thomson para los países en desarrollo – datos preliminares del Proyecto Big Numbers (FAO, 2008).
114
PRODUCCIÓN Y UTILIZACIÓN
Captura anual total (TM) 20-30 millones 9-13 millones 37-43 millones 31-34 millones insignificante 31-34 millones 68-77 millones
Captura anual para el Alrededor Alrededor Alrededor Alrededor insignificante Alrededor Alrededor
consumo doméstico (TM) 25 millones 10 millones 35 millones 15 millones 10 millones 50 millones
Captura anual para el Alrededor 90% Alrededor 95% 90-95% Alrededor 45% N/A Alrededor 45% Alrededor 70%
consumo doméstico (TM)
(% de la captura total)
Desechos (% de la captura) Alrededor 0.5% Insignificante Alrededor 0.5% Alrededor 2% N/A Alrededor 2% Alrededor 1%
EMPLEO
Número de pescadores 11-12 millones 14-15 millones 25-27 millones 1-2 millones insignificante 1-2 millones 26-29 millones
Número de empleos en 32-33 millones 36-37 millones 68-70 millones 5-6 millones insignificante 5-6 millones 73-76 millones
procesamiento y mercadeo
Total 43-45 millones 50-52 millones 93-97 millones 6-8 millones < 0.5 millones 6-8 millones 99-105 millones
Porcentaje (total mujeres) Alrededor 50% Alrededor 50% 50-55% Alrededor 70% Alrededor 30% Alrededor 65% Alrededor 50%
Número total de empleados 1,500 4,600 2,400 200 insignificante 200 1,400
por 1,000 toneladas
de pescado capturado
EFICIENCIA DE COMBUSTIBLE
Pescado capturado por t 1-10 TM 5-15 TM 2-12 TM 1-5 TM N/A 1-5 TM 2-10 TM
consumo de combustible
TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
HUELLA DE LA PESCA RIBEREÑA 115
Globales
35’000,000
30’000,000
25’000,000
Captura (t)
20’000,000
15’000,000
10’000,000
5’000,000
0
1950
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
Año
tras haber estado agotadas (1%) y, por ello, su producción es menor que su
producción máxima potencial debido al exceso de la presión pesquera, por
lo que necesitan planes de reconstrucción (FAO, 2010). En 2010 aumentó a
58.1% las poblaciones plenamente explotadas, las sobreexplotadas repre-
sentaron el 29.9% y las que aún no están plenamente explotadas el 12%
(FAO, 2012).
Figura 2. Zonas zoogeográficas delimitadas por FAO (tomado de Chirichigno et al., 1982).
118 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Quema de
combustibles
fósiles Quema
Intercambio de
Fotosíntesis
dióxido de carbono
Respiración
Descomposición
Carbón, Superficie
Deslave y
petróleo, gas oceánica
escurrimiento
Fitoplancton
Circulación
profunda
Sedimentos y
roca sedimentaria
Formación Sedimento Océano
rocosa hundido profundo
que gran parte de los 250 mil millones de toneladas de CO2 generadas
cada año a nivel mundial, resulta de la energía basada en la actividad
industrial y el uso de suelo, Thrane et al. (2009) lo enlista como uno de los
temas más importantes que enfrenta la pesca comercial:
La sobreexplotación de las especies objetivo.
Los impactos indirectos sobre las especies no objetivo como la captura
incidental o a través de la interrupción de la cadena alimentaria.
Residuos directos de las actividades de pesca.
Las emisiones de carbono provenientes de actividades relacionadas.
Los impactos indirectos de la cadena de producción descendente.
La zona costera de Jalisco se ubica entre 19° 15’ y 20° 45’ N y de 104° 45’ a
105° 30’ O, tiene como límite al norte con Nayarit en el río Ameca, al sur con
Colima en el río Cihuatlán. Se divide en Costa Norte (Puerto Vallarta, Cabo
Corrientes y Tomatlán) y Costa Sur (Autlán de Navarro, Casimiro Castillo,
Cihuatlán, Cuautitlán, La Huerta y Purificación). La porción litoral cubre
los municipios de Puerto Vallarta, Cabo Corrientes, Tomatlán, La Huerta y
Cihuatlán (Figura 5). Tiene una extensión de 350 km y con base en sus
características topográficas se puede dividir en tres zonas: 1) Puerto Vallar-
ta a Tehuamixtle, en donde el declive de las montañas forma riscos y acan-
tilados en el mar; 2) del Valle de Tomatlán a Punta Pérula, con playones
abiertos en cuyas tierras bajas se alojan albuferas, pequeños estuarios y
salinas; 3) de Chamela a la desembocadura del río Cihuatlán, en donde
algunas bahías presentan grandes accidentes geográficos (INEGI, 1995).
Composición específica
21°0’0”N
21°0’0”N
Puerto
Vallarta
20°30’0”N
20°30’0”N
Cabo Corrientes
20°0’0”N
20°0’0”N
Tomatlán
19°30’0”N
19°30’0”N
La Huerta
Cihuatlán
los cuales 1,869 t son recursos sin registro oficial. Estos representan 10.2%
de la captura total de este periodo.
Se observan marcadas fluctuaciones, a partir de 2002 hay un incre-
mento sostenido hasta alcanzar los mayores registros en 2008, para poste-
riormente tener una fuerte disminución en 2009 (Figura 6). En los avisos
de arribo se registran las capturas de 73 recursos. 94% de los recursos
registrados pertenece a peces, 4% a crustáceos y 2% a moluscos. Los re-
cursos que significaron las mayores capturas son los peces de las familias
Lutjanidae, Carangidae, Escombridae, Hemulidae, Gerreidae y el pulpo,
que en conjunto representan 78% de la captura total durante el periodo
analizado.
128 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
4,000
3,500
3,000
2,500
Captura (t)
2,000
1,500
1,000
500
0
02 03 04 05 06 07 07 09 10
Año
Número de socios 7 62 22 22
Número de embarcaciones 4 32 17 23
Cuadro 5. Características de las Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera analizadas en la costa de Jalisco, 2010 y 2012.
Categoría de producto Unidad de Pesos Ton Intensidad Gj Natural Energética Energía Tierra Pastos Bosques Terreno Mar
consumo s/IVA energética fósil cultivable construido
Emisiones directas
Emisiones indirectas
Materiales no orgánicos
Servicios
Rececursos forestales
Agua
Uso de suelo
Residuos
TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
HUELLA DE LA PESCA RIBEREÑA 131
PPR = C 10nt-1
BCg
BC = POBa
POBg
CPP
FP = FE
YFPPg
Calidad de Vida
Medregal
Vela
Cabrilla
Lunarejo
Dorado
Mojarrón
Pez vela
Ojotón
Robalo
Mantarraya
Pámpano
Recurso
Bagre
Ojo de perra
Pargo
Pulpo
Sarangola
Albacora
Bonito
Cocinero
Mojarra
Tiburón
Barracuda
Atún
Barrilete
Jurel
Huachinango
Marlin
Sierra
0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 500 550 600
PPR (t x 1000)
Año Capturas (t) FP (hag) Biocapacidad Jalisco (hag) Balance ecológico (hag)
nidad del estado (14%), así como de otro estado de país (14%). La mayoría
tiene como ocupación únicamente la pesca (71%) y el resto combina esta
actividad con otras del sector terciario como el turismo. Su nivel de educa-
ción es de primaria sin concluir (50%), el resto estudió la secundaria y
preparatoria. Los pescadores más jóvenes son solteros, 73% casados y la
mayoría vive en casa propia (86%). Alrededor del 50% no cuenta con servi-
cio de seguridad social. El ingreso mensual de los pescadores está entre
$1,000 y $7,000.
En Barra de Navidad los pescadores tienen entre 21 y 70 años, quienes
nacieron en la comunidad (58%), en otra comunidad del estado (25%) y en
otro estado del país (17%). 92% de los encuestados tienen dedicación ex-
clusiva a la pesca y el resto la combina con otra actividad del sector tercia-
rio. La mayoría tiene estudios de primaria (59%), el resto estudios de
secundaria y preparatoria (33% y 8% respectivamente), 67% son casados,
92% con hijos. Todos viven en casa propia. El ingreso mensual de los pes-
cadores en esta comunidad está entre $1,000 y $10,000.
Los mayores ingresos en las SCPP corresponden a pescadores que tie-
nen alguna actividad administrativa en las cooperativas.
En general el análisis mostró promedio de calidad de vida +5 para los
pescadores de la costa de Jalisco. El indicador que obtuvo mayor puntua-
ción es la familia (+10), fue el más importante y con el que están más
satisfechos los pescadores en todas las localidades. Otro aspecto que con-
sideran importante y con el que están más satisfechos son la salud y el
aire con puntajes +5 y +10 entre cooperativas y general +7 (Cuadro 11).
En contraste, el indicador con menor puntuación fue el ruido (+1), in-
dicando que ese aspecto no es relevante para ellos. En Punta Pérula tuvo
puntuación neutral, mientras que en Puerto Vallarta fue +8, es decir, los
pescadores consideran importante y están satisfechos con este aspecto en
su comunidad.
La SCPP que obtuvo mayor puntuación de calidad de vida fue la que se
encuentra en la comunidad de Puerto Vallarta (+6), mientras que la tuvo el
valor más bajo fue la de La Cruz de Loreto (3.5). Todas las cooperativas
tuvieron puntajes mayores que +1.5, indicando que los pescadores perci-
ben su calidad de vida como Muy Aceptable (Cruz de Loreto y Punta Péru-
la) y Excelente (Puerto Vallarta, El Chimo y Barra de Navidad) (Figura 8).
El análisis general de la perspectiva de calidad de vida de los pescado-
res muestra que los pescadores la percibían mejor en el pasado y que el
futuro no será mejor que el presente (Figura 9).
138 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Salud +7
Costo de Vida +5
Oportunidad de trabajo +6
Vivienda +6
Familia +10
Amigos +6
Compras +3
Transportación +5
Vacaciones +3
Agua +5
Aire +7
Ruido +1
Atmósfera +4
Nivel escolar +3
2
Puntuación CV
0
El Rosita Rivera de Suchitlán Cruz de Loreto La Fortuna Puerto Viejo
-2
-4
-6
-8
-10
HUELLA DE LA PESCA RIBEREÑA 139
3
Puntuación
0
Puerto Vallarta Chimo Cruz de Loreto Punta Pérula Barra de Navidad
5 años anteriores Actualmente 5 años próximos
Referencias
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ca. Contribuciones para el estudio artesanal en América Latina», ICLARM
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143
CAPÍTULO 8
Implicaciones en la observación de
la ballena jorobada
143
144 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
nia y abandonan las zonas de invierno pasando por la región de Los Cabos.
Se considera que las ballenas de la boca del golfo de California y de las
costas de Baja California son una misma agregación. En el golfo de Califor-
nia, se observan prácticamente todo el año frente a las costas de Baja
California Sur y particularmente durante el verano en la región de las Gran-
des Islas. Con frecuencia se encuentran alimentándose en esta zona (Se-
marnat, 2010).
En la Bahía de Banderas y en la isla Socorro se ha determinado que las
hembras con cría se asocian más estrechamente a aguas someras y prote-
gidas mientras que los adultos y juveniles se dispersan mayores distancias
pudiendo ocasionalmente encontrarse en zonas oceánicas. Se ha registra-
do que la distribución espacial y temporal de las ballenas jorobadas en el
Pacífico de México varía en función de los efectos del ciclo El Niño/La Niña
sobre la temperatura superficial del agua. Además, ocurren cambios me-
nores de distribución en un mismo invierno que derivan de los efectos de
competencia sexual sobre movimientos de dispersión (Semarnat, 2010).
Estos animales pueden buscar su alimento en profundidades de hasta
200 m y durante la fase de alimentación pueden hallarse en aguas con
temperatura superficial de 2 a 21 °C. Debido a que la productividad del
mar es variable en tiempo y espacio, ocurren cambios irregulares a corto
plazo en la distribución de verano de las ballenas jorobadas.
Durante el invierno se encuentran en regiones tropicales y subtropicales
con latitudes de 0 a 35 °C y temperatura superficial de hasta 28 °C que es
considerablemente alta entre los misticetos. Normalmente, durante el in-
vierno se encuentran en aguas con temperatura 20-25 °C. Particularmen-
te las hembras con crías recién nacidas prefieren aguas someras y tranquilas
en sitios como radas y bahías y su preferencia por aguas con temperatura
cercana a 25 °C es más marcada que otras clases de sexo y estado repro-
ductivo. La distribución invernal de las ballenas jorobadas es bastante
regular pero puede modificarse en los patrones de abundancia como re-
sultado de las variaciones oceanográficas anuales. El fenómeno de El Niño/
La Niña tiene un efecto marcado en la distribución invernal de las ballenas
jorobadas en la costa americana del Pacífico.
Comúnmente, sus zonas de alimentación en verano tienen clima subpo-
lar con lluvias invernales mientras que sus zonas de alimentación tienen
clima tropical o subtropical en los que puede haber lluvia en verano o
durante todo el año (Dawbin, 1966; Ladrón de Guevara Porras, 2001; Na-
tional Marine Fisheries Service, 1991; Winn y Reichley, 1985).
150 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Zonas de refugio
En algunos lugares como las islas Hawai, se han reservado ciertas áreas
para uso exclusivo de las ballenas y adonde solamente puede hacerse in-
vestigación científica. Otros lugares prístinos que se pueden considerar
refugios para las ballenas, son algunas islas del Pacífico lejanas a la costa,
protegidas y con visitantes esporádicos. En México el archipiélago de Revi-
llagigedo que se declaró como una Reserva Especial de la Biósfera en 1994
es un ejemplo de estos sitios, donde la agregación de ballenas jorobadas se
encuentra casi libre de interacciones con los humanos fuera de las esca-
sas embarcaciones que circulan en el área tales como buques de la Arma-
da de México y barcos pesqueros. Durante la última década parecen ocurrir
cada vez con más frecuencia embarcaciones turísticas provenientes fun-
damentalmente de los Estados Unidos de América para la práctica de pes-
ca deportiva y observación de ballenas. Otros sitios son las islas Galápagos,
aunque una parte del archipiélago es frecuentemente visitado, la mayor
parte está protegida y lo aprovechan como zona de reproducción. La isla
del Coco en Costa Rica puede considerarse otro refugio aunque también
existe visitación turística. La Fundación Amigos de la Isla del Coco junto
con representantes del gobierno federal de varios países, instituciones de
investigación y organizaciones no gubernamentales, lanzaron la iniciativa
Galápagos-Coco, que proponen el establecimiento de un corredor marino
de conservación y desarrollo sostenible que enlaza espacialmente a los
Sitios de Patrimonio Mundial reconocidos por la Unesco, como Galápagos
en Ecuador, isla del Coco en Costa Rica y los parques nacionales de Coiba
en Panamá, Gorgona y Malpelo en Colombia. Este busca sentar las bases
para el manejo participativo y sostenible del corredor y los frágiles ecosis-
temas que son parte de las rutas migratorias y sitios de reproducción de la
ballena azul y la jorobada.
A pesar de la moratoria en la caza comercial de ballenas desde 1986, se
enfrentan diversos problemas de conservación de las ballenas jorobadas
en el mundo que se atienden en instancia nacionales internacionales con
distintos grados de éxito. La declaración del santuario ballenero austral
por la CBI, por ejemplo, no ha impedido que las ballenas estén libres de
interacciones detrimentales con las actividades humanas. En los Estados
Unidos de América y Canadá se tienen problemas más o menos graves que
se tratan con una aplicación rigurosa de leyes locales. En los Estados Uni-
dos de América existe un Plan de Recuperación de la Ballena Jorobada que
IMPLICACIONES EN LA OBSERVACIÓN DE LA BALLENA JOROBADA 151
Las ballenas jorobadas son asediadas cada vez más por embarcaciones de
turistas, generalmente por tiempo breve, especialmente en varias de sus
zonas de reproducción cerca de las costas donde hay grandes asentamien-
tos humanos como Hawai, la costa pacífica mexicana y la colombiana.
Algunas zonas de alimentación de estas ballenas, como la costa de Alaska
es surcada por grandes cruceros. El ruido causado por embarcaciones en
tránsito y diversas actividades industriales y militares en el mundo, parti-
cularmente en aguas de los Estados Unidos de América, se considera un
factor de perturbación importante para los mamíferos marinos en general
y para la ballena jorobada en particular.
Las interacciones con pesquerías, colisiones con barcos, degradación
del hábitat y competencia con los humanos por recursos son también efec-
tos considerables que los humanos tienen en las ballenas jorobadas direc-
tamente o sobre su hábitat (National Marine Fisheries Service, 1991; Perry
et al., 1999).
Debido a su dependencia de aguas productivas para alimentarse y de
aguas someras y tibias para la reproducción, el cambio climático se prevé
tenga efectos drásticos a largo plazo en los hábitats de alimentación y re-
152 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
La observación de ballenas
sas generadas por esta actividad, pues los viajes se ofrecían en las ciudades
de partida como San Diego, California e incluían todos los servicios (viaje,
hospedaje, alimentos, etc.). El resultado, las economías locales no se bene-
ficiaban apreciablemente de la actividad, pues no había recurso monetario
que circulara en ellas. Hoyt (2001), documentó que para 1980, gracias a
regulaciones nacionales que obligaban el uso de embarcaciones locales para
observar ballenas, más pobladores de las zonas aledañas pudieron percibir
ingresos. A mitad de la década de 1990 más operadores mexicanos se invo-
lucraron en esta industria y la infraestructura en las zonas para la observa-
ción de ballenas ya pudo mantener una oferta estable.
El mercado creció rápidamente a partir de la década de 1990 y las
tendencias actuales parecen ser las mismas (Sánchez-Pacheco, 1997). La
derrama económica (ingresos directos y totales) ha crecido sustancialmen-
te en los ámbitos nacional e internacional. Estos ingresos representan el
alto valor de uso directo no extractivo dado a los cetáceos en las localida-
des como San Ignacio, BCS y Bahía de Banderas, Jalisco-Nayarit. En 1998
la derrama económica directa se colocó por encima de los cuarenta millo-
nes de dólares a nivel nacional, y la tasa de crecimiento de este sector es
superior siete veces al turismo convencional. Bajo este esquema, México
reconoció a los cetáceos como componentes ecoturísticos importantes y
durante el año Internacional del Ecoturismo en el 2002, utilizó esta expe-
riencia para lanzar una estrategia más amplia a nivel nacional en materia
de ecoturismo, que incluía apoyo a comunidades locales con infraestruc-
tura, capacitación y difusión de productos, edición de materiales, sobre
todo en zonas asociadas a áreas naturales protegidas.
México inició sus esfuerzos de conservación con su adhesión a la Con-
vención de Ginebra en 1933 y a la Convención Ballenera Internacional en
1949; en 1988 se emitió la declaratoria de la Reserva de la Biosfera El
Vizcaíno, en Baja California, que incluye los complejos lagunares Ojo de
Liebre y San Ignacio, mismos que en 1993 fueron reconocidos por la Orga-
nización de las Naciones Unidas (ONU) como patrimonio de la humanidad,
además de ser considerados como idóneos para la conservación de los
cetáceos (Anónimo, 2001). Debido a esto, la Semarnat, en ese entonces
Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap)
elaboró en 1996 la Norma Oficial Mexicana Emergente NOM-EM-074-ECOL-
1996, que reguló las prácticas de observación en torno a la ballena gris y
su hábitat en Baja California Sur y estableció restricciones encaminadas a
su protección y conservación (Ávila y Alvarado, 1998).
IMPLICACIONES EN LA OBSERVACIÓN DE LA BALLENA JOROBADA 157
Los terrenos productivos que se consideran para el cálculo son los que
aparecen en el Cuadro 1. Una vez calculados los consumos medios de
cada categoría, se transforman a unidades de superficie o área «apropia-
da». Debido a que no todos los suelos o superficies son igual de producti-
vas, es necesario tomar en cuenta la productividad. Para ello se utilizan
valores de productividad:
Huella Ecológica = Consumo/Productividad
Mar productivo Superficies marinas en las que existe una producción biológica
mínima para que pueda ser aprovechada por la sociedad humana.
Caso de estudio:
Parque Nacional Islas Marietas
México
20°42’30”N
2289800
Bahía de
Océano Pacífico Banderas
Océano Pacífico
2289500
2289200
20°42’0”N
Isla Larga
Isla Redonda
2288900
País % País %
Total 100.0%
los turistas extranjeros que llegan a Puerto Vallarta en avión desde las
ciudades de origen recorren más de 1,000 kilómetros.
De acuerdo con Doménech (2004), el transporte aéreo merece especial
consideración en el cálculo debido a que las emisiones se liberan a 10-12
km, en la parte superior troposfera y en la estratosfera inferior donde tie-
nen un mayor impacto en la capa de ozono. Las emisiones de las aerona-
ves por tanto, deben ser ponderadas con un factor de equilibrio de 2.5 a
3.0 para incluir su potencial de calentamiento adicional (Penner et al.,
1999). Para contabilizar estos efectos, la huella energética del transporte
aéreo ha sido ponderado por un factor de 2.7 (Hyer, 2000). La HET del
transporte a Puerto Vallarta fue de 44.7 ha. Las calculadoras de emisiones
emplean una técnica básica que toma en cuenta la distancia y el factor del
nivel de emisiones para calcular las emisiones de CO2. Ver Gössling et al.
(2007) para una discusión completa sobre el cálculo de las emisiones, in-
cluyendo una evaluación de calculadoras existentes.
Cuadro 3. Huella Ecológica promedio por servicio del consumo que realizaron los turistas por
día.
Servicio Costo del % del total Toneladas Contenido Produc. Factor Huella
servicio ($) de la factura de energético energética de equi- (ha)
en consumo combustible (GJ/t) (Gj/ha/año) valencia
combustible
Referencias
CAPÍTULO 9
Astrid Frisch-Jordán
172
SIGUIENDO A LAS BALLENAS JOROBADAS… 173
Figura 2. Una ballena muestra la aleta pectoral y parte de la aleta caudal y en la otra se observa
el dorso arqueado característico en esta especie.
SIGUIENDO A LAS BALLENAS JOROBADAS… 175
Fotoidentificación
Área de estudio
Método
Visibilidad [buena] [regular] [mala] Beaufort [espejo] [1] [1.5] [2] [2.5] [3] Cobertura (nubes) No. PAX _______
G2 Viajando lento
G3 Descansando
G4 Curiosas
MC Erráticas
MCE+CG Saltos
CG Colazos
Otro Pectoral
Cantor
Agresivas
Activas en superficie
180 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Esfuerzo de comparación
1 2 3 4 5
Resultados
Figura 6. Distribución de las ballenas jorobadas en Nayarit y Jalisco con avistamientos registra-
dos en 1998 y de 2002 a 2009.
22.0
I. San Juanito
I. María Madre
21.5
I. María Magdalena
I. María Cleofas
N
O E
S NAYARIT
21.0
Océano Pacífico
Cruz de
Huanacaxtle
I. Marietas
+ Avistamientos Puerto Vallarta
Bahía de Banderas
20.5 0 25 50
JALISCO
Escala km
Figura 7. Distribución de las ballenas jorobadas con cría y sin cría en la Bahía de Banderas en
1998 y de 2002 a 2009.
20.9
20.8 O E
NAYARIT
S
Cruz de
Huanacaxtle
20.7
I. Marietas
Océano Pacífico
20.6
20.5
JALISCO
0 25 50
Escala km
20.4
-105.9 -105.7 -105.5 -105.3
Conclusiones
Referencias
CAPÍTULO 10
Humedales costeros y
turismo en el Pacífico latinoamericano
190
HUMEDALES COSTEROS Y TURISMO EN EL PACÍFICO LATINOAMERICANO 191
El turismo costero
La costa puede definirse como una zona amplia que abarca el litoral y se
extiende hacia tierra firme, incluyendo los cantiles, terrazas de origen marino
y las planicies costeras (UNAM, 1989). Esta definición es aceptada amplia-
mente pero no universalmente. La zona costera según Lara-Lara (2008)
puede definirse como la franja de mar hasta los 200 m de profundidad y
hasta 100 km tierra adentro o hasta los 50 msnm. También se considera
un espacio geográfico bajo el influjo de aportes terrestres, fluviales y mari-
nos y difieren principalmente por su localización. Son sistemas muy diná-
micos que dependen de la interfase continental, el océano y atmósfera.
Presenta diversos rasgos resultantes de eventos geológicos que determi-
nan la línea de la costa y pueden ser lagunas, marismas, esteros, bahías,
caletas y ensenadas entre otros, donde se desarrollan actividades econó-
192 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
micas como son la pesca y la acuicultura que es una de las más represen-
tativas, frecuentemente asociada a la agricultura, pero también la extrac-
ción de hidrocarburos y minerales, la transportación marítima y el uso
recreativo.
Esta diversidad de actividades que posibilita la zona costera, ejerce
una fuerte presión sobre los diversos ecosistemas. Frecuentemente no exis-
te un ordenamiento de estas actividades en términos de planeación con
base ecológica, por lo que se crean conflictos sociales por el aprovecha-
miento de los recursos y como resultado se degradan los ecosistemas per-
diéndose servicios ambientales y la cantidad de recursos disponibles
también disminuye drásticamente.
Por otra parte, más de la mitad de la población humana habita las
costas del mundo y se prevé que para el año 2025 podría ser el 75% (Lara-
Lara, 2008), hecho que agudizaría los efectos negativos por contaminación
y uso de recursos.
todo de los sitios donde el clima subtropical y tropical constituye una mo-
tivación de primer orden para los turistas.
Sin embargo, como respuesta a la demanda masiva, se homogeneizaron
los servicios, se crearon paquetes turísticos y la infraestructura turística
creció en la mayoría de los casos rebasando los ejercicios de planeación en
el caso que existieran acompañado de una gama de problemas ambienta-
les, sociales, culturales y económicos. Este modelo es el que ha prevaleci-
do durante toda la segunda mitad del siglo XX y que ha hecho de la alguna
vez llamada «industria sin chimeneas», actividad turística, a los primeros
planos de la economía mundial por su tasa de crecimiento, aporte de divi-
sas y generación de empleos.
Como contradicción a este modelo surgió el turismo alternativo, activo,
no masivo, posfordista, que busca nuevas experiencias y aprendizaje en-
torno a ambientes naturales (Wearing y Neil, 1999). En la práctica este
modelo pasó a ser complementario de muchos destinos turísticos de sol y
playa, donde las actividades alternativas están ancladas a este modelo.
contribuyó con el 2.7% del PIB mundial, lo que a nivel Latinoamérica repre-
sentó el 40% (Roldán et al., 2011). Esta región está integrada por una
franja litoral de cerca de 12,000 km con características físicas y biológicas
muy diversas que abarca dos extensas regiones pesqueras (FAO, 2004) e
incluye a 90 sitios Ramsar costeros reconocidos como de importancia in-
ternacional (Figura 1) concentrados notablemente en el Pacífico mexicano.
Figura 1. Distribución de los sitios Ramsar en México, Centro América y Sudamérica. Modificado
de Ramsar, 2008.
HUMEDALES COSTEROS Y TURISMO EN EL PACÍFICO LATINOAMERICANO 199
SUDAMÉRICA
Perú Paracas
Santuario Nacional Lagunas de Mejía
Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes
Zona Reservada Los Pantanos de Villa
Manglares de San Pedro de Vice
CENTROAMÉRICA
Guatemala Manchón-Guamuchal
204 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Mascota
Cabo Corrientes
Atenguillo
Talpa de Allende
Cuautla
Ayutla
Tomatlán
Villa Purificación
Océano
Pacífico
Casimiro Castillo
La Huerta
Figura 4. Sitio Ramsar, campamento tortuguero y sitio del proyecto «nuevo Can Cun». Fotogra-
fía de Christian Ramírez.
HUMEDALES COSTEROS Y TURISMO EN EL PACÍFICO LATINOAMERICANO 209
Consideraciones finales
puede representar una opción. En tanto los países costeros tengan poca
capacidad de manejo (financiero y técnico) de los humedales en general, la
urbanización y las actividades económicas, entre ellas el turismo, repre-
sentan una amenaza que puede convertirse a su vez en oportunidad.
Referencias
CAPÍTULO 11
214
ECOLOGÍA DE AVES ACUÁTICAS 215
Otros Alcedinidae 6 5
Pandionidae 1 1
218 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Las aves zancudas, como las garzas, ibis, cigüeñas y grullas, entre
otras; son aves de tamaño mediano a grande, de patas y cuellos muy lar-
gos. Estas aves se alimentan vadeando en aguas someras y capturan sus
presas ya sea al acecho (p. ej. garzas) o buscándolas de forma más activa
(ibis, espátulas). Se alimentan de una gran variedad de organismos, como;
insectos, pequeños reptiles, roedores, invertebrados marinos, peces, o como
los flamencos que se alimentan mediante filtración de crustáceos, algas y
moluscos. La filtración de comida lo hacen con estructuras filamentosas
llamadas lamelas (pequeñas láminas que están en las mandíbulas), y una
lengua áspera y grande.
Es común observar aves zancudas alimentándose en sitios donde se
da la comunicación del agua estuarina con la marina, debido a las caracte-
rísticas físicas y biológicas que prevalecen en este sitio. Estas se ven favo-
recidas por el efecto de las mareas, ya que con el flujo y reflujo de las
mismas se introduce el alimento al estero, como; camarones, insectos acuá-
ticos, peces pequeños, cangrejos y moluscos, presas importantes para es-
tas especies de aves (Morris et al., 2002).
Los patos, gansos, cisnes y especies similares (rálidos, zambullidores)
se alimentan tanto en el nivel del espejo de agua como dentro de la colum-
na de agua. Su alimentación es muy variada, comprende plantas acuáti-
cas, semillas, insectos, invertebrados marinos y hasta pequeños peces. En
los patos, hay especies que se alimentan en la superficie, sumergiendo
solo la parte media del cuerpo para tomar su alimento y dejando la parte
posterior del mismo por encima de la superficie. Mientras que los patos
buceadores se alimentan sumergiendo la totalidad del cuerpo en el agua,
buceando hasta 2.5 m de profundidad (Carrera, 2004).
Hay otras especies de aves acuáticas que no se agrupan dentro de los
gremios anteriores, tal es el caso de las especies de Martín pescador, águi-
la pescadora, el gavilán caracolero y algunas golondrinas.
Figura 1. Humedales e islas de la costa de Jalisco donde se han realizado estudios de aves.
México
Boca de Tomates
El Salado
20°30’
Costa de
Jalisco
Agua Dulce
El Ermitaño
20°00’
Majahuas
Xola-Paramán
Chalacatepec
Isla Pajarera
Océano
19°30’
Pacífico Isla Cocinas
El Tecuán
La Manzanilla
El Tule
0 20 40 km Barra de Navidad
ECOLOGÍA DE AVES ACUÁTICAS 221
Reproducción
HUMEDALES
Laguna Xola-Paramán 66
ISLAS
Isla Pajarera 17
tamaño de nidada es grande y los pollos nacen con pulmón y pueden ali-
mentarse por si solos, por lo que reciben casi ningún tipo de apoyo de los
padres.
Caso de estudio:
Especies que anidan en humedales e islas
de Colima y Jalisco
García y Ceballos, 1995; 3= Hernández-Vázquez (datos no publicados); 4= Cupul-Magaña, 2004a; 5= Cupul-Magaña, 2000a; 6= Cupul-
Magaña, 2000b; 7= Mellink y Riojas-López, 2007; 8= Mellink et al., 2007; 9= Brattstrom, 1990; 10= Brattstrom y Howell, 1956; 11= Pitman
y Ballance, 2002; 12= Hernández-Vázquez et al., 2012; 13= Cupul-Magaña, 2004b; 14= Hernández-Vázquez y Fernández-Aceves, 1999.
Platalea ajaja X6 X7
Charadrius alexandrinus X7
Charadrius wilsonia X1
Egretta tricolor X3 X3 X4 X7 X1
Eudocimus albus X3 X3 X4,5,6 X7 X1
Haematopus palliatus X3
Hydroprogne caspia X8
Himantopus mexicanus X1 X1 X7
Jacana spinosa X3 X3
Leucophaeus atricilla X6 X7
Porphyrio martinica X1 X3
Porzana carolina X1 X3
Rallus longirostris X7
Onychoprion anaethetus X6
Thalasseus elegans X8
Onychoprion fuscatus X9 X9
Tachybaptus dominicus X1
Total de especies 9 2 3 1 12 5 1 6 9 8 18 23 4 9 2 10 4 13 4
TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
ECOLOGÍA DE AVES ACUÁTICAS 227
Figura 2. Características de los nidos de algunas aves acuáticas; (a) Eudocimus albus, (b) Pele-
canus occidentalis, (c) Sula nebouxii y (d) Larus heermanni.
tica para ubicar sus nidos. Este tipo de vegetación le provee de material de
construcción y de sustratos con ramas gruesas que puedan soportar su
peso, además del nido. Otras aves como rayadores, charránes, avocetas y
rayadores seleccionaron pequeños islotes de arena que se forman en algu-
nas lagunas, como se ha observado en la laguna Agua Dulce y Xola-
Paramán, en la parte central de la costa de Jalisco. Estos sitios rodeados
de agua protegen los nidos contra algunos depredadores terrestres (Her-
nández-Vázquez et al., 2010). Sin embargo, los pollos deben de abandonar
el nido antes de que la lluvia aumente y el nivel del agua se incremente, de
lo contrario morirán ahogados por la inundación de los islotes.
El número de huevos por nido registrados en la costa e islas de Jalisco
y Colima es muy variado. Las especies coloniales pueden tener desde un
huevo (ejemplo el Rabijunco pico rojo; Phaethon aethereus) hasta cuatro
huevos por nido (Pelicano café; Pelecanus occidentalis). Las especies no
coloniales pueden registrar alrededor de 20 huevos en cada nido, tal es el
caso del Pijije ala blanca (Dendrocygna autumnalis) que registró de 16 a 22
huevos por nido (Hernández-Vázquez et al., 2010).
228 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Migración
Orientación
Rutas migratorias
La distancia que recorren las aves durante su migración puede variar en-
tre las especies, y depende del clima y si la migración es diurna o noctur-
na. Por lo general suelen situarse entre 50 y 200 km por día, aunque las
aves más potentes y veloces pueden recorrer entre 200 y 400 km diarios.
Las aves que migran durante la noche suelen recorrer distancias más lar-
gas, entre 400 y 500 km, e incluso en noches con viento favorable pueden
llegar a recorrer hasta 800 km por día. La velocidad en la que vuelan de-
pende también de la especie y dirección del viento durante el vuelo.
Las aves que migran durante el día para salvar los obstáculos físicos
del terreno, recorren una distancia mucho mayor; para llegar al golfo de
México algunas aves vuelan entre 1,800 y 3,000 km, tal es el caso del
chorlito dorado que realiza trayectos de 3,000 km sin escala a una veloci-
dad media de 90 km/h (Rappole, 1995; Berthold, 2001).
230 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Algunas de las mayores migraciones son llevadas a cabo por las aves
playeras que anidan en la tundra ártica del extremo norte de Canadá y que
pasan el invierno en la tierra del Fuego, cuya distancia en una sola direc-
ción se aproxima a 16,000 km. La Red Hemisférica de Reservas para Aves
Playeras (RHRAP) en 2010 reportó que el playero rojizo (Calidris canutus)
voló 26,700 km anuales, desde el ártico canadiense para reproducirse,
después de pasar el invierno en la Patagonia, Argentina (RHRAP, 2010).
El valor de los humedales también se relaciona con los beneficios que ob-
tiene el ser humano para su bienestar y recreación. Algunas de estas acti-
vidades (observación de fauna, senderismo, pesca, paseos en bote, etc.)
pueden ser compatibles con estos ecosistemas, y generar ingresos que con-
tribuyen a su conservación a nivel local, regional y nacional. Sin embargo,
cada vez aumenta más la cantidad de visitantes a los humedales causando
impactos negativos provocados por las actividades recreativas. Muchas de
estas actividades son dependientes de la vida silvestre de los humedales,
particularmente de la diversidad y abundancia de las aves acuáticas, con-
siderado el elemento biótico más llamativos de estos (Anderson y Keith,
1980; Burger et al., 2004).
Las actividades recreativas del ser humano pueden afectar a las pobla-
ciones de aves acuáticas indirectamente, por la pérdida y modificación del
hábitat. Sin embargo, de manera directa pueden provocar la muerte, el
desplazamiento, y una reducción de los eventos reproductivos y los tiem-
pos de alimentación de las aves (Burger et al., 1995).
Por lo tanto, cualquiera de las actividades humanas relacionadas al
turismo, son perturbaciones que pueden causar cambios en el comporta-
miento de las aves acuáticas (Buerger et al., 2004). Desafortunadamente,
los picos de mayor actividad del ser humano, coinciden con la estación
reproductiva de la mayoría de las especies de aves (Burger et al., 1995), y
las actividades recreativas pueden ocasionar una caída en las tasas de re-
producción (Anderson y Keith, 1980; Beale, 2007), por la destrucción de
huevos, reducción en la tasa de crecimiento de los pollos, abandono de los
nidos, y modificación del comportamiento de los adultos (Cox et al., 1994).
Las actividades recreativas más comunes que causan impactos en las
aves acuáticas son; la pesca, paseos en lanchas de motor y vehículos todo
terreno, y actividades deportivas como correr y caminatas, y en muchas
ocasiones pisan los nidos y los pollos, o espantan a las aves adultas, y
estas dejan de empollar los huevos (McGowan y Simons, 2006). De igual
manera dispersan a las aves de sus áreas de alimentación, lo que implica
232 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
un mayor gasto de energía para alimentarse. Las aves que no pueden com-
pensar el tiempo de alimentación perdido, es más probable que su condi-
ción física sea muy pobre, lo que se traduce en poca capacidad reproductiva
(Borgmann, 2011).
Es evidente que hay un conflicto entre las actividades turísticas y re-
creativas del ser humano, y la conservación de las poblaciones de aves
acuáticas asociadas a los humedales. Ante este panorama, es fundamen-
tal reconocer el estatus de las poblaciones de aves en las prioridades de
conservación de estos ecosistemas. Es importante entender la estructura
y composición de las comunidades de aves acuáticas en repuesta a las
perturbaciones humanas para prevenir su pérdida, ya que representa un
componente biótico fundamental en la estructura y dinámica de los hume-
dales. Este entendimiento tiene implicaciones importantes en el desarrollo
de políticas para el manejo de los visitantes a estos ecosistemas.
La actividad turística, desarrollada de manera responsable y sustenta-
ble, es un factor importante para asegurar, o contribuir a asegurar, a largo
plazo, la conservación de las aves y su hábitat, y el conjunto de la biodiver-
sidad, además de ofrecer beneficios socioeconómicos a las comunidades
locales y contribuir así al desarrollo rural de ciertas comarcas mediante la
creación de empleo y generación de riqueza local.
Las diferentes amenazas en las que se enfrentan las aves acuáticas han
motivado a individuos y organizaciones civiles y gubernamentales a elabo-
rar convenios internacionales con el fin de garantizar la conservación de
las aves y sus hábitats bajo esquemas de manejo adecuado. Por ejemplo,
El Plan para la Conservación de Aves Acuáticas de Norteamérica, ofrece un
marco de trabajo a escala continental para la conservación y manejo de
210 especies de aves acuáticas, incluyendo aves marinas, aves acuáticas
costeras, aves zancudas, y aves de pantano que usan los hábitats acuáti-
cos en 29 naciones a través de América del Norte, América Central, las
islas y aguas pelágicas del mar del Caribe y del Atlántico oeste, las islas del
Pacífico asociadas con los Estados Unidos y las aguas pelágicas del Pacífi-
co (Kushlan et al., 2002).
Posteriormente se publicó el Plan de Manejo de Aves Acuáticas de Nor-
teamérica 2012 (PMAAN) por interés de los tres países; Canadá, Estados
Unidos y México, y que básicamente es una revisión de las versiones ante-
riores y la cual se centra más que nunca en la ampliación de una comuni-
dad comprometida en la conservación y que valoren las aves acuáticas y
sus hábitats como características esenciales del paisaje (PMAAN, 2012).
Como una iniciativa para proteger las aves de América del Norte, se ha
desarrollado un programa para identificar Áreas de Importancia para la
236 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Referencias
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240 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
CAPÍTULO 12
245
246 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Anadromía
Se aplica a las especies que migran río arriba desde el mar para desovar en
agua dulce, en alguna etapa la progenie migra río abajo, hacia el mar, para
alimentarse, crecer y madurar, y eventualmente regresar a aguas dulces
para desovar, como muchos salmones, esturiones y sábalos.
MIGRACIÓN DE CAMARONES ANFÍDROMOS… 247
Catadromía
Anfidromía
1999, 2002; Benstead et al., 2000; Donaldson y Myers, 2002; Fossati et al.,
2002; March et al., 2003; Bauer y Delahoussaye, 2008; Rome et al., 2009;
Olivier and Bauer, 2011; Bauer, 2013).
McDowall (2007) y Bauer (2011b), mencionan los aspectos más impor-
tantes de la anfidromía en camarones anfídromos:
1. Las hembras desovan en agua dulce y los huevecillos eclosionan en
este hábitat, pero inmediatamente migran, a través de las corrientes
de los ríos y arroyos a zonas de aguas salobres o marinas, alternativa-
mente, las hembras grávidas migran río abajo, con la finalidad de lle-
var los huevecillos lo más cerca posible de bahías costeras, estuarios o
directamente al mar.
2. El desarrollo larval: primeras mudas, alimentación y crecimiento; tiene
lugar en bahías costeras, estuarios o directamente en el mar, esto en
un periodo relativamente corto.
3. Cuando llegan a un estadio de postlarvas o juveniles inician una mi-
gración río arriba.
4. Realizan la mayor parte de su alimentación y crecimiento somático en
aguas dulces.
5. Maduran, se reproducen y mueren en hábitats de agua dulce.
Figura 1. Hembras maduras y grávidas en agua dulce (río arriba) liberan los huevecillos e inme-
diatamente después de la eclosión las larvas llegan a aguas salobres (estuarios) para dar lugar
al desarrollo larval hasta el estadio de juveniles, etapa en la que inician la migración río arriba
(modificado de Boschi, 1974).
Figura 2. Alternativamente las hembras en agua dulce bajan a zonas de agua salobre donde
desovan y se da el desarrollo larval hasta el estadio de juveniles, etapa en la que inician la
migración río arriba (modificado de Boschi, 1974).
252 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Los camarones anfídromos han recibido una atención creciente en las últi-
mas décadas, con estudios estimulados tanto por el interés fundamental en
los ciclos de vida y por los impactos humanos en sus hábitats lóticos, en es-
pecial la construcción de presas (Holmquist et al., 1998) y el desvío de cau-
dales (March et al., 2003), que impiden o detienen por completo la migración
río abajo de hembras grávidas o de las larvas recién eclosionadas a aguas
salobres, o el posterior retorno: migración río arriba de los juveniles.
Se ha observado que los juveniles, en sus migraciones río arriba, son capa-
ces de escalar barreras hechas por el hombre, con poca pendiente, mien-
tras exista un flujo continuo de agua, también pueden superar presas
pequeñas, pero estas, siguen siendo un impedimento parcial para la mi-
gración (Hamano et al., 1995; Hamano y Honke, 1997; Benstead et al.,
1999; Fièvet, 1999a; Bauer, 2011b), en la Figura 3 se observa como juve-
niles Macrobrachium tenellum escalan las paredes de concreto de una com-
puerta de 1 m de altura durante su migración masiva río arriba, en un
arroyo de la costa del Pacífico mexicano, a finales de la época de lluvias en
la región (Rodríguez-Uribe et al., 2014). Además, los juveniles que encuen-
tran un obstáculo tienden a acumularse debajo de éste, atrayendo a de-
predadores como aves y peces (Benstead et al., 1999). Bauer (2011b)
comenta que aunque no se construyan nuevas presas y eliminen las inne-
cesarias, es mejor alternativa colocar pasos, conductos, u otros medios
alrededor de las barreras, tantos como sean posibles, para disminuir el
impacto en estas migraciones río arriba de camarones anfídromos. Pero, si
las presas u otros obstáculos son lo suficientemente bajos y además existe
un continuo y periódico flujo de agua sobre la estructura, esto será sufi-
ciente para estimular el movimiento de los juveniles por encima de tal
barrera (Bauer, 2011b).
MIGRACIÓN DE CAMARONES ANFÍDROMOS… 259
Figura 3. Juveniles Macrobrachium tenellum migrando en una pared de concreto en una com-
puerta de descarga libre de un estanque artificial en la costa del Pacífico mexicano.
260 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
rones y el embalse, y que estos canales terminen hasta que salgan comple-
tamente del embalse. Muchos embalses, además, están acondicionados
para la pesca recreativa, con especies depredadoras de estos camarones
(Holmquist et al., 1998).
Conclusiones
Referencias
the Atchafalaya river», The American Midland Naturalist, 166 (2) (2011),
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273
CAPÍTULO 13
273
274 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
ceso incisor termina en tres grandes dientes romos, el proceso molar está
provisto de romas protuberancias y aristas en su parte distal. La maxílula
tiene la lacinia interior delgada, la lacinia superior es más ancha y termina
en varias espinas móviles. El palpo está claramente bilobulado. La maxila
tiene el endito profundamente dividido, el palpo es simple y bien desarro-
llado, el escafognatito es bastante delgado. Los maxilípedos están provistos
de exopoditos bien desarrollados. La base y la coxa del primer maxilípedo
están separadas por una clara indentación, el expododito posee un lobo
carideo, el epipodito es bilobulado. El segundo maxilípedo es más pedifor-
me, el exopodito se extiende más allá del endopodito; el epipodito posee un
bien desarrollado podobranquia. El tercer maxilípedo es más delgado. El
exopodito está bien desarrollado y un epipodito está presente, mientras
que además están adheridas a la base del maxilípedo una artrobranquia y
una pleurobranquia (Holthuis, 1952).
M. michoacanus
M. acantochirus
M. americanum
M. heterochirus
M. rosenbergii
M. occidentale
M. tenellum
Estados
M. offersii
M. digueti
M. hobbsi
Baja California Sur
Sonora
Sinaloa
Nayarit
Jalisco
Colima
Michoacán
Guerrero
Oaxaca
Chiapas
Registro Probable
Abdomen Cefalotórax
Espina antenal
Rostro
Anténulas
Espina hepática
Telsón Maxilípedos
Pleópodos
Antenas
Urópodos
2do. Pereiópodo
Reproducción
las hembras, como aperturas ovales en las coxas del tercer par de pereió-
podos. Los machos los presentan en las coxas del quinto par de pereiópo-
dos. Algunas especies de Macrobrachium presentan espinas ventrales (Figura
1) que son en los machos más largas y de finas puntas (Yamasaki-Grana-
dos, 2012). Por lo regular las hembras maduras, se distinguen por sus
ovarios en masas grandes, de color amarillo o naranja, visible en la parte
dorsal y lateral del cefalotórax.
La época de reproducción de los langostinos, varía según la posición
geográfica donde se encuentren y está relacionada en la mayoría de los
casos con la época de lluvias (New y Valenti, 2000), por lo tanto, las tempo-
radas de veda en México deben ser específicas para cada región del país.
Como en otros crustáceos, la reproducción de langostinos del género
Macrobrachium está controlada por hormonas situadas en el pedúnculo
ocular, llamado complejo glandular del seno del órgano X (control neu-
roendócrino de la reproducción), donde son producidas la hormona que
inhibe la muda (HIM), y su contraparte la HM (la hormona que estimula la
muda), secretada por el órgano Y localizado en la zona lateral de las man-
díbulas. Otra hormona presente en su cerebro y ganglio torácico, es la
relacionada con la estimulación de la gónada. Cuando en la hemolinfa son
bajos los niveles HIM y altos los de (HM) es entonces cuando se estimula el
proceso de muda. Cuando la hembra desprende la exuvia, los machos
tienden a buscar a la hembra, por jerarquía, generalmente el macho de
mayor talla es el que copula a la hembra. Para esto, primero la aborda
extendiendo el segundo par de pereiópodos a fin de rodearla con movi-
mientos laterales (Hernández-Valencia, 2010), la hembra al detectar al
macho le permite el cortejo. El macho la sujeta con los pereiópodos produ-
ciendo un movimiento de rotación a fin de virarla y encorva su abdomen
hasta unir las bases de sus coxas para adherir su espermatóforo (masa
gelatinosa blanquecina que contiene los espermatozoides, Figura 5A) en la
parte media del cefalotórax de la hembra entre las coxas (Figura 5B); el
proceso es relativamente rápido, alrededor de 30 minutos, y la cópula alre-
dedor de 5 minutos. En el Laboratorio de Aclimatación y Mantenimiento
de Organismos Acuáticos del Centro de Investigaciones Biológicas del No-
roeste, S.C. (CIBNOR) se ha observado que en ocasiones, tal es el frenesí
copulatorio, que a pesar de la presencia humana, los reproductores no se
inhiben y logran su objetivo. Es común que en estas condiciones, después
de la cópula, la hembra permanezca protegida por el macho (en el espacio
comprendido entre sus quelas). Para la reproducción de los langostinos
LOS CAMARONES DE AGUA DULCE DEL GÉNERO MACROBRACHIUM… 285
Figura 6. Jaulas para reproductores de M. americanum donde pueden ser colocados individual-
mente o en pareja para que copulen (fotografía tomada por Cortés-Jacinto, 2013).
LOS CAMARONES DE AGUA DULCE DEL GÉNERO MACROBRACHIUM… 287
Desarrollo larvario
Zoea I
Al eclosionar la primer zoea, se observa un cuerpo translúcido y sin espi-
nas que aún tiene reservas vitelinas, por lo que el caparazón adquiere la
misma coloración de esta reserva. Los ojos son sésiles pero ya pueden
observarse las somitas abdominales y los primordios no segmentados de
antenas y anténulas. El endopodito de estas no está segmentado pero tie-
ne cerdas plumosas y largas. Los procesos incisivos de las partes bucales
estarían solo como primordios no visibles pues esta larva no se alimenta.
El escafognatito, que es parte de la maxila, está presente ya y tiene cinco
Figura 8. Modelos esquematizados de larvas zoea I (1), zoea VI (2) y zoea XV (3).
LOS CAMARONES DE AGUA DULCE DEL GÉNERO MACROBRACHIUM… 291
Figura 10a. Grado de desarrollo de los diferentes apéndices y estructuras de la zoea VI. anténula
(a), antena (b), mandíbulas (c), maxilula (d), maxila (h), primer maxilipedo (e), segundo maxilipedo
(f), tercer maxilipedo (j) primer pereipodo (g), segundo pereiopodo (i).
292 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Figura 10b. Grado de desarrollo de los diferentes apéndices y estructuras de la zoea VI. Telson
(a), tercer pereipodo (b), quinto pereiopodo (c).
Zoea II
El caparazón adquiere algunas espinas y los ojos se vuelven pedunculados.
La anténula adquiere un pedúnculo con algunas setas plumosas. Los pro-
cesos mandibulares, molares y los incisivos se observan con algunas setas
más. El escafognatito se desarrolla aún más y tiene ya varias setas plumo-
sas. Los maxilípedos también tienen un mayor grado de desarrollo en lo
que se refiere a segmentación y setas plumosas, particularmente en el exo-
podito. Aún no hay pleópodos y urópodos. El telson es ahora de forma
triangular y con algunos procesos en el margen posterior así como más
setas formando penachos en sus márgenes interior y exterior.
Zoea III
El caparazón es más alargado y con mayor número de espinas, todas con
algunas estrías en el borde inferior. El abdomen también es más largo y
LOS CAMARONES DE AGUA DULCE DEL GÉNERO MACROBRACHIUM… 293
con somitas presentes, de las cuales los dos últimos pares tienen incluso
espinas. Las anténulas tienen ahora en el segmento proximal del pedúncu-
lo espinas y setas y el segmento distal con largas setas plumosas y con
cerdas. Las antenas tienen más segmentaciones y más setas plumosas. En
las mandíbulas se observan dientes largos con un proceso incisivo más
fuerte y con procesos molares. Las maxílulas y maxilas tienen cerdas tanto
simples como plumosas. En cuanto a los maxilípedos, el protopodito tiene
ahora más setas simples y el exopodito algunas pequeñas plumosas. Se
observa al final un brote birreme. Pleópodos ausentes. Los urópodos son
ya primordiales con varias cerdas en cada uno. El telson mantiene su for-
ma triangular y con procesos plumosos en la superficie interna.
Zoea IV
El caparazón tiene ahora un mayor número de espinas y es más ancho. En
el abdomen es claramente visible el cuarto somito. En cuanto a las anténulas
el pedúnculo proximal tiene ahora una espina ventral y más setas en plu-
mosas en el margen exterior y en el interior. El segmento distal y el lóbulo
apical tienen más setas también. Asimismo, las antenas tienen más setas
plumosas y espinas. Las mandíbulas tienen ya más cerdas situadas entre
los procesos molares y los incisivos. Las maxílulas tienen una pequeña
cerda terminal simple. Los maxilares tienen también más cerdas. En cuanto
a los maxilípedos hay ya más setas en el primer y tercer segmento, plumo-
sas la mayoría de ellas, o bien, el endopodito tiene cerdas plumosas en el
segundo segmento. Los pleópodos no están aún visibles. Los urópodos
tienen más cerdas plumosas en los márgenes exteriores. El telson tiene
ahora forma semi rectangular con varios procesos que se asemejan a pe-
queñas espinas y están más plumosos.
Zoea V
El caparazón desarrolla aún más espinas, sobre todo, en el dorso y se
ensancha. Las anténulas, en su segmento proximal tienen las cerdas plu-
mosas, sobre todo, en el borde interior así como setas simples y espinas en
posición ventral. El segmento distal tiene más cerdas largas y plumosas.
En lo que respecta a las antenas ya se observan articuladas y con más
setas tanto plumosas como sencillas. Las mandíbulas desarrollan más
cerdas entre los procesos incisivos y molares. Las maxílulas desarrollan
dientes cónicos y en los maxilares aumenta el número de cerdas plumo-
sas. En los urópodos hay setas marginales más largas y puede haber espi-
294 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Zoea VI
Durante este estadio el caparazón y el abdomen pueden no tener cambios,
o bien, no son significativos. Las anténulas tienen aún más cerdas y plu-
mas así como dos setas simples. Las antenas tienen ahora más setas sim-
ples y plumosas, sobre todo en la margen exterior. Puede haber espinas.
Con respecto a las mandíbulas y maxílulas no se observarían diferencias
excepto porque puede haber más setas plumosas. En el caso de los maxi-
lípedos los dos pares anteriores no tendrían diferencias en tanto que los
posteriores pueden tener más setas situadas distalmente. Pleópodos au-
sentes. Urópodos con más de una docena de setas plumosas y algunas
cerdas. El telson mantiene una forma rectangular con al menos cinco pa-
res de cerdas adicionales y algunas pequeñas espinas en el extremo distal
de los márgenes laterales.
Zoea VII
Las anténulas adquieren más setas en la sección distal. El pedúnculo es
más grande y tiene ahora varias setas plumosas y una pequeña sencilla.
Las antenas tienen más setas plumosas y se ha dividido en más segmen-
tos. Partes bucales sin cambios significativos. Los maxilípedos en general
tienen más setas plumosas y algunos ahora están terminando en dos ra-
mificaciones. Pleópodos ausentes. Los urópodos tienen ahora muchas se-
tas distales en los exopoditos y en los endopoditos y algunas son setas
plumosas. Telson rectangular y más largo que ancho con el margen poste-
rior ligeramente convexo.
Zoea VIII
Las anténulas tienen el segmento proximal y distal del pedúnculo con más
cerdas. Las antenas tienen más setas plumosas y cuatro o cinco segmen-
tos más. Las mandíbulas con una cerda más sencilla entre los procesos
molares y los incisivos. Los maxilares con diez o doce espinas y más setas
plumosas. Los primeros tres pares de maxilípedos sin cambios. El cuarto
esta tri-articulado y con cerdas dentadas en tanto que el quinto par termi-
na ahora en un dáctilo y le han surgido más setas simples. Pleópodos
LOS CAMARONES DE AGUA DULCE DEL GÉNERO MACROBRACHIUM… 295
Zoea IX
Sin cambios en el cefalotórax, abdomen, antenas y telson. Las anténulas
tienen más cerdas plumosas en el segmento proximal del pedúnculo. En las
maxílulas hay más dientes del tipo cónico y en las mandíbulas más setas
plumosas. El primer maxilípedo ha desarrollado un epipodito y más setas
plumosas. El segundo y tercer par de maxilípedos permanecen igual en
tanto que el cuarto tiene ahora los segmentos de diferente tamaño, el endo-
podio tetra-articulado y con más cerdas dentadas. Pleópodos ausentes.
Zoea X
Sin cambios en el cefalotórax y abdomen. Las anténulas tienen ahora el
segmento proximal del pedúnculo con ocho a nueve setas plumosas distales.
Las antenas tienen un exopodito con una veintena de setas plumosas y
una pequeña cerda sencilla en el margen distal externo. En cuanto a las
mandíbulas se observan dos setas simples y dos setas aserradas nuevas
entre los dos procesos. Los maxilares tienen más setas plumosas. El pri-
mer par de maxilípedos también tiene más setas plumosas. El segundo y
tercero sin cambios y el cuarto tiene el protopodito más desarrollado y con
nuevas cerdas lo mismo que el endopodito. En el tercer segmento hay
nuevas cerdas sencillas y este termina en un dáctilo. Pleópodos ausentes.
El telson se mantiene rectangular y con margen convexo que ahora tienen
más espinas laterales.
Zoea XI
Las anténulas tienen una nueva rama externa que está en desarrollo. Las
antenas están ahora con varias articulaciones, las mandíbulas con tres
dientes más en el proceso incisivo así como dos setas plumosas y dos
dentadas más que se observan en la mandíbula derecha y cuatro setas
plumosas en la mandíbula izquierda. Los maxilípedos no parecen tener
cambios visibles. Aparecen al fin los primordios o somitas de los pleópodos
de los segmentos del primero al cuarto. En cuanto al telson, la margen
posterior se hace más estrecha y a la anterior le salen espinas.
296 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Zoea XII
El endopodito de las anténulas está ahora articulado y es claro ver que
tiene una rama interna y otra externa. Los maxilípedos tienen ahora mu-
chas más numerosas cerdas. Los pleópodos están más desarrollados y
tienen algunas cerdas. El telson luce rectangular, convexo y con nuevos
procesos espinosos de diferentes longitudes.
Zoea XIII
En las antenas es claro ver un tallo que se divide en dos ramas o segmen-
tos, siendo mucho más largo el interno. A las mandíbulas les han salido
más setas plumosas y particularmente la derecha tiene procesos dentados
tanto molares como incisivos. El escafognatito de la mandíbula tiene ahora
numerosas cerdas. En los maxilípedos, los protopoditos tienen más cerdas
también. Los pereiópodos 1 y 2 tienen dactilus rudimentarios. A los pleó-
podos les surgen cerdas.
Zoea XIV
Las anténulas y antenas tienen completa la cantidad de segmentos. El
pedúnculo está bien formado. Aumenta también el número de cerdas en
los maxilares y en el escafognatito en el caso de las maxílulas. Los pleópo-
dos ya están completos, el primer par sin cerdas.
Zoea XV
Los endopodios de las anténulas están tetra articulados en su rama inter-
na. Aumenta el número de procesos en las mandíbulas. El telson tiene
ahora el margen posterior con varios procesos espinosos y espinas peque-
ñas en las márgenes laterales.
Zoea XVI
Aumenta el número de espinas en el caparazón. Las anténulas tienen un
pedúnculo claramente bi-articulado y con setas plumosas. En las antenas
aumenta el número de cerdas finas. El número de setas plumosas aumen-
ta en las mandíbulas, particularmente la izquierda. También el número de
setas dentadas entre los procesos incisivos y molares.
Decapodito. Este es un estadio que se asemeja casi en su totalidad al
juvenil que distingue a la especie. Se considera el primer estadio postlarval
y es de naturaleza bentónica.
LOS CAMARONES DE AGUA DULCE DEL GÉNERO MACROBRACHIUM… 297
Pesca y Cultivo
Nutrición
Conclusiones
Referencias
317
318 TEMAS SOBRE INVESTIGACIONES COSTERAS
Composición tipográfica:
Laura Biurcos Hernández
Diseño de portada:
Candelario Macedo Hernández
9 786077 420545