Contaminación Atmosférica
Contaminación Atmosférica
Contaminación Atmosférica
Contaminación Atmosférica
Gestión en la Empresa
Prólogo
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Objetivos
Contaminación Atmosférica
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INDICE
1. La Atmósfera. Conceptos Generales
1.1. Magnitudes y características
1.2. Composición de la Atmósfera
1.3. Transporte y dispersión de contaminantes
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4. Estudio de la Contaminación Atmosférica
4.1. Medida y análisis de las Inmisiones
4.2. Medida y anális de las emisiones
4.3. Medida de Parámetros clímáticos
4.4. Redes de vigilancia de la Contaminación Atmosférica
6. Contaminación lumínica
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1.La
Atmósfera. 1.1. Estructura
Conceptos La atmósfera es la capa gaseosa que envuelve el globo terrestre. Se en-
Generales cuentra unida a ésta por acción de la fuerza de la gravedad. Su densidad
disminuye con la altura, conforme va disminuyendo la presión atmos-
férica.
1.1.1. Troposfera
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De esta forma, en la troposfera se concentran el 80 % de los gases de la atmósfera y casi todo el vapor de agua,
las nubes y aerosoles.
La troposfera se caracteriza por la existencia de turbulencias verticales debidas a la corteza terrestre, por
ascensos mecánicos (rozamiento) y térmicos (inestabilidad y termoconvección) y movimientos horizontales.
Desde el punto de vista de los seres vivos, es la capa más importante, ya que es donde se desarrolla toda su
actividad y donde se producen la mayor parte de los fenómenos meteorológicos que determinan el clima.
1.1.2. Estratosfera
Es la capa que se encuentra a continuación de la tropopausa y comprende la atmósfera situada entre los 12 y
50 Km. de altitud media. Tiene una temperatura constante durante los primeros 20 Km. A partir del kilómetro
30, la temperatura aumenta debido a la presencia de ozono, que absorbe los rayos ultravioleta, alcanzando los
0º C en la estratopausa. La mayor concentración de ozono atmosférico se encuentra en la capa comprendida
entre los 20 y 25 Km. de altitud. Esta capa se denomina ozonósfera.
Las corrientes de aire presentes en la estratosfera son principalmente horizontales. El aire en esta capa es
prácticamente seco, ya que las turbulencias verticales que difunden el vapor de agua se paran por la falta de
variación de temperatura en este nivel.
1.1.3. Mesosfera
Se extiende ente los 50 y los 80 Km. de altitud. En esta capa, la concentración de ozono disminuye rápidamente
con la altura. Por esto, al reducirse la absorción de la radiación solar, la temperatura disminuye desde los 0º C de
la estratopausa hasta -90º C en la mesopausa, que la separa de la termosfera. Presenta bajas concentraciones
de nitrógeno, helio e hidrógeno que, además, se encuentran ionizados.
1.1.4. Termosfera
Es la capa más lejana a la Tierra. Se extiende desde los 80 Km. de altura hasta el límite con el espacio, situado
a más de 1000 Km. Se puede diferenciar la termosfera, que comprende hasta su límite superior, denominado
termopausa, situado a 600 Km. de altitud, y la exosfera, que se extiende desde la termopausa al exterior.
En esta capa, la temperatura crece constantemente hasta alcanzando 1500º C. Esto es debido a la absorción de
la radiación solar ultravioleta por el oxígeno molecular y por el nitrógeno. El aire está ionizado por la incidencia
de la radiación solar, por eso esta capa se conoce también como ionosfera.
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1.2. Composición de la atmósfera
El aire atmosférico se compone de una mezcla compleja de gases, de proporción casi constante en las capas bajas,
y de una cantidad variable de partículas líquidas y sólidas en suspensión. Según su composición, se diferencian dos
capas en la atmósfera:
a) Homosfera. Engloba los primeros 80 Km. de la atmósfera. Está constituida por una mezcla prácticamente
homogénea de gases.
b) Heterosfera. Se sitúa a continuación de la homosfera y se caracteriza por un predominio de los gases ligeros
como el nitrógeno, el hidrógeno y el helio, que se sitúan en capas paralelas en función del peso molecular.
Los movimientos verticales y las turbulencias del aire mantienen constante la composición de la homosfera, al
provocar una mezcla continua y evitar que los gases ligeros escapen a capas más altas. Los principales componentes
naturales de la homosfera son el nitrógeno (78 %), el oxígeno (20.9 %), el argón (0.9 %) y el dióxido de carbono (0.03
%), que suman el 99.8 % del volumen total de aire. El resto incluye pequeñas cantidades de otros gases como neón,
metano, ozono, hidrogeno o helio.
Además de los compuestos anteriores, en la atmósfera existen otros de contenido muy variable como el vapor de
agua, los aerosoles, las partículas en suspensión y, en general, todas las sustancias consideradas como contaminantes,
tanto de origen natural como antrópico.
El transporte y la dispersión de los contaminantes en la atmósfera vienen dado por el siguiente balance, denominado
principio de continuidad o conservación:
∆A
= Fe - Fs + F - P
∆t
donde ∆A/∆t es la variación de masa por unidad de tiempo; Fe y Fs los flujos entrante y saliente; F la fuente y P los
sumideros.
El transporte y la dispersión de contaminantes en la atmósfera están influenciados por distintos factores complejos,
como pueden ser las variaciones globales y regionales del clima o las condiciones topográficas locales.
El movimiento horizontal de las corrientes de aire es lo que comúnmente se denomina el viento. El viento se causa
por las diferencias en la presión atmosférica, al moverse el aire desde las áreas de alta presión con masas de aire frío
y pesado, a las de baja presión, con masas de aire más caliente y liviano.
Los procesos de advección dan los flujos de entrada y salida de contaminantes arrastrados por el viento. Dependen de
la velocidad de éste y de su dirección. La velocidad puede afectar en gran medida la concentración de contaminantes
en un área. A mayor velocidad del viento, menor será la concentración de contaminantes. Esto se debe principalmente
a los procesos de dilución que provocan que, para una emisión constante de contaminante, la concentración de éste
disminuya en un volumen de aire.
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La dispersión de contaminantes de una fuente depende de la cantidad de turbulencias en la atmósfera cercana.
Las turbulencias atmosféricas pueden tener un origen mecánico, relacionado con el rozamiento del viento con la
superficie terrestre o un origen térmico. Este último se debe al movimiento vertical de las corrientes de aire. El
aire caliente y liviano, próximo a la superficie terrestre sube y se mezcla con el aire frío y pesado de la atmósfera
superior, que tiende a bajar. Este movimiento constante del aire crea condiciones atmosféricas inestables y provoca
la dispersión del aire contaminado. Cuando el aire más caliente está por encima del aire frío se presentan condiciones
atmosféricas estables, inhibiéndose la mezcla vertical. Esta condición, vista en la figura 2, se denomina inversión
térmica. Cuando hay una ligera mezcla vertical o no hay mezcla, los contaminantes permanecen en la zona baja y
tienden a aparecer en concentraciones mayores.
Además del viento y la temperatura, existen otros factores meteorológicos básicos que pueden afectar la concentración
de contaminantes en la atmósfera. La radiación solar contribuye a la formación de ozono y contaminantes secundarios
en el aire. La humedad y la precipitación también pueden favorecer la aparición de contaminantes secundarios
peligrosos, como las sustancias precursoras del depósito ácido. Por otra parte, las precipitaciones pueden lavar las
partículas contaminantes del aire trasladándolas a otro lugar como el suelo, la vegetación, etc.
Las condiciones topográficas y el relieve pueden tener también un efecto importante en el transporte y dispersión
de contaminantes. Elementos como la topografía, el relieve o la altitud, condicionan de forma directa o indirecta
factores climáticos como son las temperaturas, las precipitaciones, la presión atmosférica, los vientos, etc. Así, grandes
ciudades rodeadas por cadenas montañosas presentan, a menudo, altas concentraciones de contaminantes en el aire.
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2. Fuentes de
Contaminación 2.1. Fuentes de contaminación
Atmosférica. Como se ha visto, según su origen las fuentes se pueden clasificar
en:
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2.1.1. Fuentes naturales
a) Vulcanismo. Al entrar un volcán en erupción, emite a la atmósfera una gran cantidad de sustancias en
fase líquida, sólida y gaseosa. Las partículas sólidas y los gases ascienden en el aire formando la columna
eruptiva. Cuanto más explosiva sea la erupción, más alta será esta columna y más posibilidades habrá de una
afección a escala global. Las partículas y los aerosoles pueden provocar un calentamiento o un enfriamiento
de la superficie terrestre, al detener la emisión de radiación desde la Tierra o desde el sol, respectivamente.
Los gases emitidos incluyen vapor de agua, dióxidos de carbono y azufre, ácidos como el sulfúrico o el clorhí-
drico y otros compuestos que, como se verá más adelante, pueden tener efectos importantes sobre la salud
y el medioambiente a escala local y global. En la historia han existido varias erupciones que han causado
fuertes episodios de contaminación atmosférica como Tambora (1815), Krakatoa (1883) o Pinatubo (1991).
c) Otros. Los incendios de origen natural, como los producidos por rayos, pueden provocar la emisión de
partículas y gases a la atmósfera. Las lluvias sucias se originan cuando se transporta, en el viento o en la
lluvia, materia fina particulada a zonas muy distantes de su punto de origen. Las nieblas de origen marino
transportan cristales de sal, como NaCl o KBr, que actúan como núcleos de condensación y se depositan en
el suelo de zonas costeras o próximas a éstas. Los meteoritos que viajan por el espacio pueden chocar con
la atmósfera desintegrándose y emitiendo una serie de partículas como Na, Al, Si, K, Ti, Cr, etc.
Entre las fuentes contaminantes fijas se incluyen los procesos de combustión desarrollados en instalaciones in-
dustriales o domésticas; los procesos de tratamiento de residuos industriales y los procesos de transformación
de residuos urbanos.
Calefacciones domésticas: Combustibles sólidos:La combustión de compuestos sólidos como el
Las instalaciones de carbón produce principalmente dióxido de azufre (SO2), cenizas volantes,
calefacción doméstica hollines, metales pesados y óxidos de nitrógeno (NOx).
son una de las principales
fuentes de contaminación
atmosférica de las grandes Combustible líquidos Los contaminantes emitidos al quemar líquidos
ciudades. Este tipo de foco como gasóleo o gasolina, son óxidos de azufre y nitrógeno, hidrocarburos
puede contribuir con un 20 o volátiles no quemados y partículas carbonosas.
30 % a las emisiones totales
a la atmósfera en áreas
urbanas. Los contaminantes Combustibles gaseosos:Actualmente, el gas natural es el combustible
producidos dependen para calefacción más limpio, produciendo una cantidad despreciable de
del tipo de combustible contaminantes.
empleado:
Calderas industriales de generación de calor o electricidad. Se incluyen en este apartado las centrales
térmicas de producción de electricidad, que usan carbón o fuel-oil como combustible. La cantidad de
contaminantes producida depende en gran medida de la calidad del combustible, en especial de la proporción
de azufre contenida en el mismo y del tipo de proceso de combustión empleado. Los compuestos emitidos
son dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, dióxido de carbono, metales pesados, partículas finas, etc.
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b) Procesos industriales. La contaminación de origen industrial se caracteriza por la gran cantidad de con-
taminantes producidos y por la variedad de los mismos. Por otra parte, en los focos de emisión industria-
les se suelen combinar las emisiones puntuales, fácilmente controlables, y las emisiones difusas de difícil
control. Los tipos de contaminantes producidos por los focos industriales dependen fundamentalmente
del tipo de proceso de producción y tecnología empleada, y de las materias primas usadas. Las actividades
industriales que producen contaminantes atmosféricos son muy variadas. Entre los sectores que dan lugar
a la mayor emisión de contaminantes se pueden destacar:
→ Siderurgia y metalurgia: Produce todo tipo de contaminantes y en cantidades importantes. Los principales
son partículas, SOx, monóxido de carbono (CO), NOx, fluoruros y humos rojos con óxidos de hierro.
→ Refinerías de petróleo: Generan principalmente; SOx, hidrocarburos (HC), CO, NOx, amoniaco, humos
y partículas.
→ Industria química: Produce, dependiendo del tipo de proceso empleado, SO2, nieblas de ácidos sulfúrico,
nítrico y fosfórico. Origina olores desagradables.
→ Industrias básicas de aluminio y flúor: Emiten principalmente contaminantes derivados del flúor.
→ Otros:Existen además otras industrias como las plantas de fertilizantes, las industrias extractivas a cielo
abierto, las industrias alimentarias y las industrias papeleras y madereras con alto poder contaminante.
Se denominan fuentes móviles aquellos procesos emisores de sustancias contaminantes que se desplazan. Los prin-
cipales focos de este tipo son los automóviles, los ferrocarriles, los aviones y el transporte por mar.
a) Automóviles. En los últimos años, el uso de los vehículos automóviles como coches o camiones para el trans-
porte de personas o mercancías ha aumentado espectacularmente en las ciudades. Esto contribuye a incremen-
tar los problemas de contaminación atmosférica como consecuencia de los gases emitidos por los tubos de es-
cape. Los principales contaminantes emitidos por los automóviles son monóxido de carbono; óxidos de nitrógeno;
hidrocarburos; partículas; dióxido de azufre; aldehídos; dióxido de carbono; hidrógeno y cloro. El tipo y la cantidad
de contaminantes emitidos dependerán de las características del motor, de su estado, del combustible y de la
velocidad de circulación.
Actualmente, se pueden citar varios tipos de motor, con características propias en cuanto a la emisión de contami-
nantes:
→ Motores de explosión: Se usan motores de 4 tiempos, que utilizan gasolina como combustible. Emiten
monóx ido de carbono, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos, partículas y compuestos de plomo. Se emplean
catalizadores para la reducción de las emisiones.
→ Motores diesel: Son empleados en camiones, autobuses y en turismos. En principio, son motores más
limpios que los anteriores, ya que al haber exceso de aire la combustión del carburante es casi completa. Sin
embargo, una mala regulación de la bomba de inyección, hace que el combustible no se queme bien y se emi-
tan gases y partículas sólidas contaminantes como hollines, que dan lugar a los humos negros; hidrocarburos
no quemados, monóxidos de carbono y aldehídos. Actualmente, los motores diésel son tan comunes en los
vehículos que la contaminación que generan es mayor que la de los motores de explosión.
→ Otros: Existen otros motores como los rotativos Wankel, las turbinas de gases o los de dos tiempos, utiliza-
dos en algunos coches y en motos, cuyas emisiones de contaminantes son menores a los anteriores.
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b) Trenes, barcos y aviones. Los trenes no eléctricos utilizan hidrocarburos como combustibles empleando gene-
ralmente motores diesel. Las emisiones son las mismas que en el caso de los automóviles y se suelen concentrar
en las estaciones.
Los barcos utilizan también hidrocarburos derivados del petróleo como combustible. Sin embargo, las embar-
caciones pueden emplear tanto motores de explosión como diesel. Los principales focos de contaminación se
encuentran en puertos comerciales e industriales. Los aviones emplean combustibles de alta calidad derivados
del petróleo. Los principales contaminantes emitidos son monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, aldehídos,
partículas, tolueno, orto y para-xilenos y benceno.
→ Contaminantes primarios: Son aquellas sustancias contaminantes emitidas por fuentes fijas o móviles directa-
mente a la atmósfera. Provienen de muy diversas fuentes, y su naturaleza y composición química es muy variada. Se
pueden agrupar según su estado físico o según el elemento químico común. Se incluyen sustancias como SO2, H2S,
NO, NH3, CO, CO2, HCl, HF, PST, etc.
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Según sus efectos, los contaminantes se han clasificado también distinguiendo entre:
→ Contaminantes criterio: Aquellos identificados como comunes y perjudiciales para la salud y el bienestar de los
seres humanos. Se incluyen en estudios de evaluación de calidad del aire. En el ámbito internacional, los contami-
nantes criterio son el monóxido de carbono (CO), los óxidos de azufre (SOx), el ozono (O3) y el material particulado.
2.2.1. Partículas
Las partículas se definen como el conjunto de materia sólida o líquida dispersada en el aire, cuyo tamaño oscila
entre 0.05 y 500 µm. Se pueden distinguir dos tipos de partículas:
b) Partículas secundarias. Se forman en la atmósfera debido a diversas reacciones químicas que afectan a
gases, otros aerosoles, humedad, etc. Suelen crecer rápidamente a partir de un núcleo inicial.
Las propiedades de las partículas que más afectan a los procesos de contaminación atmosférica son el tamaño,
la forma y la composición química. Según el tamaño, se puede distinguir entre:
c) Materia sedimentable, que incluye aquellas partículas con un diámetro entre 5 y 10 µm.El tamaño es muy
importante a la hora de determinar los efectos que producen y los lugares afectados; ya que en función de
su diámetro, las partículas podrán permanecer más o menos tiempo suspendidas en el aire, hasta varios
días o semanas las más pequeñas.
En cuanto a la forma, las partículas líquidas suelen ser esféricas, mientras que las sólidas pueden adoptar dis-
tintas formas: esférica (polen), laminar (mica), rectangular (cuarzo), etc.
La composición química de las partículas depende fundamentalmente de su origen. Así, se puede distinguir
entre:
a) Polvos, compuestos por partículas sólidas de origen mineral que contienen calcio, aluminio o silicio.
b) Humos industriales, compuestos por partículas sólidas y líquidas debidas a volatilización de metales.
d) Partículas vivas, constituidos principalmente por granos de polen, esporas y bacterias. En ocasiones
aparecen semillas, algas, huevos de insectos, etc.
Las partículas y los aerosoles líquidos constituyen aproximadamente el 10% de la masa total de sustancias con-
taminantes emitida a la atmósfera, y constituyen un problema importante, ya que algunas de estas partículas
son especialmente tóxicas para los humanos.
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2.2.2. Compuestos de Azufre
Los óxidos de Azufre (SOx) se producen por la combustión de sustancias que contengan este elemento. Se pueden
citar los siguientes:
a) Dióxido de azufre (SO2). Es el óxido de azufre más emitido a la atmósfera. Su concentración normal en ella
es de 0,2 ppb. Es un gas estable, incoloro y no inflamable, de olor picante e irritante en concentraciones mayores
a 3 ppm. El SO2 es muy soluble en agua (11.3 g en 100 cm3 a 20 ºC). Su vida media en la atmósfera es corta, de 2
a 4 días. Casi la mitad vuelve a la superficie en forma de depósito húmedo o seco y el resto se convierte en iones
sulfato (SO42-), siendo un importante factor en la lluvia ácida.
En conjunto, más de la mitad del SO2 que llega a la atmósfera es emitido por actividades humanas, como en los
procesos que utilizan combustibles fósiles, principalmente sólidos, con azufre como el transporte, las calefaccio-
nes o las centrales térmicas y durante procesos industriales como la fabricación de yeso, hormigón, cemento,
cerámica o papel. Otra fuente muy importante es la oxidación del H2S. La fuente más importante de origen natural
es la actividad volcánica.
En algunas áreas industrializadas, hasta el 90% del emitido a la atmósfera procede de las actividades humanas,
aunque en los últimos años está disminuyendo su emisión en muchos lugares gracias a las medidas adoptadas.
b) Trióxido de azufre (SO3). Es un contaminante secundario que se forma cuando el SO2 reacciona con el oxí-
geno en la atmósfera. Es un gas incoloro y muy reactivo que se condensa fácilmente. No se suele encontrar en la
atmósfera puesto que reacciona con la humedad formando ácido sulfúrico, por lo que contribuye de forma muy
importante a la lluvia ácida y produce daños importantes en la salud y el medioambiente.
c) Sulfuro de hidrógeno (H2S): Es un contaminante primario, con una concentración normal en la atmósfera de
0.2 ppb. Procede de fuentes naturales, como la descomposición de materia orgánica por sulfobacterias o las erup-
ciones volcánicas; o de fuentes antrópicas, como procesos de combustión mal regulada o procesos industriales.
Normalmente sus bajos niveles de emisión hacen que no se alcancen concentraciones dañinas. Se suele oxidar a
SO2 en presencia de ozono.
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2.2.4. Compuestos de Nitrógeno
a) Óxidos de nitrógeno (NOx). El óxido nítrico y el dióxido de nitrógeno son los más importantes en los estudios
sobre contaminación. Otros óxidos como el N2O, el N2O3, N2O4, N2O5 y HNO3 tienen una importancia menor. El
dióxido de nitrógeno (NO2) es un gas pardo rojizo no inflamable, pero tóxico con un olor muy asfixiante. El óxido
nítrico (NO) es un gas incoloro, no inflamable, inodoro y no tóxico. Es el más emitido, pero se oxida rápidamente
a NO2, siendo éste el que predomina en la atmósfera. Los NOx tienen una vida corta, oxidándose rápidamente a
nitratos (NO3-) en forma de aerosoles o a ácido nítrico HNO3. En zonas urbanas su concentración oscila entre 0.01
y 0.6 ppm.
Una característica de estos dos compuestos es que participan en la formación de los contaminantes secundarios
que producen la contaminación fotoquímica (smog fotoquímico). Además, influyen en las reacciones de forma-
ción y destrucción del ozono, tanto troposférico como estratosférico, así como en el fenómeno de la lluvia ácida.
Los óxidos de nitrógeno (NOx) se producen por procesos naturales, como la acción bacteriana del suelo, las erup-
ciones volcánicas, los relámpagos, etc. Las principales emisiones de óxidos de nitrógeno antrópicas proceden del
uso de la combustión de los derivados del petróleo a temperaturas superiores a los 1000 ºC en fuentes estaciona-
rias como calefacciones o centrales térmicas, etc., y en vehículos automóviles. También se pueden emitir a partir
de fábricas de compuestos nitrogenados, fertilizantes y explosivos. En zonas urbanas, el 76 % de la totalidad de los
óxidos de nitrógeno proceden del transporte.
El óxido nitroso (N2O) es un gas inerte en la troposfera cuya vida media es de unos 170 años. Va desapareciendo
en la estratosfera en reacciones fotoquímicas que pueden tener influencia en la destrucción de la capa de ozono.
También tiene efecto invernadero. Su concentración media en la atmósfera es de 0.25 ppm. Procede fundamen-
talmente de emisiones naturales durante procesos microbiológicos en el suelo y en los océanos; y en menor grado
de actividades agrícolas y ganaderas (alrededor del 10 % del total).
b) Amoniaco (NH3). El amoniaco (NH3) es un contaminante primario generado en procesos naturales por la ac-
ción bacteriana en el suelo o en procesos industriales como en los procesos de fabricación de sosa, aparatos
refrigerantes, colorantes y disolventes, perfumes, cerámicas, cementos, tintes o fertilizantes.También se puede
generar por actividades agrícolas y ganaderas. Sus bajos niveles de emisión hacen que no alcancen concentracio-
nes dañinas.
2.2.5. Hidrocarburos
Dentro de este grupo se engloban sustancias que se componen de hidrógeno y carbono con una formula molecular
común HnCm. Su estado físico depende de su estructura molecular y del número de átomos de carbono de su molé-
cula. Los que contienen de uno a cuatro átomos de carbono son gases a temperatura ordinaria, mientras los de cinco
o más son líquidos o sólidos.
Los hidrocarburos se producen principalmente en procesos de combustión incompleta tanto en fuentes fijas como
industrias o calefacciones, como en móviles tales como vehículos, aviones, etc. Como fuentes naturales se encuen-
tran las emisiones de algún tipo de vegetación y las emanaciones del suelo.t
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Los compuestos orgánicos volátiles (COV´s) son sustancias con presiones de vapor mayores de 0,00007 atm a
temperatura ambiente y puntos de fusión de 260 ºC. Normalmente COV´s e hidrocarburos se usan como términos
idénticos, sin embargo, los hidrocarburos sólo se componen de C e H y algunos COV´s no.
El número de hidrocarburos implicados en la contaminación de aire es muy grande, pudiendo haber hasta 100 distin-
tos en atmósferas urbanas. Entre ellos, se pueden destacar el metano con una concentración media en atmósferas
urbanas de 2 ppm, el etano con 0.05 ppm, el butano con 0.03 ppm y otros como el benceno, el tolueno, el etileno, el
m-xileno y el tricloroetileno.
El metano (CH4) es el más abundante e importante de los hidrocarburos atmosféricos. Es un contaminante primario
que se forma de manera natural en diversas reacciones anaeróbicas del metabolismo. El ganado, las reacciones de
putrefacción y la digestión de las termitas forman metano en grandes cantidades. También se desprende del gas
natural, del que es un componente mayoritario, y en algunas combustiones.
Desaparece de la atmósfera, principalmente, al reaccionar con los radicales OH formando, entre otros compuestos,
ozono. Su vida media en la troposfera está entre 5 y 10 años. Se considera que no produce daños en la salud ni en los
seres vivos, pero influye de forma significativa en el efecto invernadero y también en las reacciones estratosféricas.
El etileno (C2H4) es un gas muy inflamable y nocivo a pequeñas concentraciones, hasta de 5 ppb.
El tricloroetileno (C2HCl3) se usa principalmente para la limpieza en seco de ropa y el desengrasado de metales. La
OMS recomienda que su concentración en el aire no supere 1 µg/m3 durante 24 h.
Desde el punto de vista de la salud, los dos grupos básicos son los hidrocarburos aromáticos y los hidrocarburos
aromáticos policíclicos (PAH´s) emitidos en cantidades pequeñas a la atmósfera durante procesos de combustión y
procesos industriales de fabricación de plásticos o pinturas.
Dentro de los compuestos aromáticos se pueden destacar, entre otros, el benceno y el tolueno. El benceno (C6H6) es
un disolvente irritante. Su concentración en ambientes urbanos oscila entre 5 y 150 µg/m3. El tolueno (C6H5CH3) es
un líquido incoloro con un característico olor aromático. Se forma en los escapes de los motores o en ciertos procesos
industriales, siendo muy utilizado como disolvente.
Entre los hidrocarburos aromáticos policíclicos se puede citar el benzopireno emitido durante la combustión indus-
trial y doméstica del carbón e hidrocarburos; de la incineración de residuos y del humo del tabaco. Es importante por
sus propiedades cancerígenas.
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2.2.6. Compuestos halogenados
Son contaminantes presentes en la atmósfera que contienen cloro, flúor y otros halógenos en su composición. Son
de importancia los halocarbones, los halones, el fluoruro y el cloruro de hidrógeno, el cloro, el bromuro de metilo y el
tetracloruro de carbono.
a) Halocarbones. Son compuestos formados por cloro, flúor y carbono. Estos gases tienen un origen totalmente
antrópico; y pese a su bajísima concentración en la atmósfera, tienen un enorme poder como agentes inductores
del efecto invernadero. Los más importantes son los clorofluorocarburos (CFC´s), entre los que se incluyen los
CFC-11, CFC-12, CFC-113, CFC-114, y CFC-115. Se utilizaban como refrigerantes y disolventes y para la fabricación de
plásticos esponjosos. Sus concentraciones actuales en la atmósfera son del orden de 0.29 ppb el CFC-11 y 0.5 ppb
el CFC-12.
Los hidroclorofluorocarburos (HCFC´s) son compuestos formados por H, Cl, F y C. Se utilizan como sustitutos de
los CFC´s, porque muchas de sus propiedades son similares y son menos dañinos para el ozono al tener una vida
media más corta y liberar menos átomos de Cl.
b) Halones. Son compuestos formados por Br, F y C. Por su capacidad para apagar incendios se usan en los extin-
tores, aunque su fabricación y uso está prohibido en muchos países por su acción destructora del ozono; muy alta
al contener Br, que es mucho más destructivo para el ozono que el Cl.
c) Otros. El bromuro de metilo (CH3Br) es un pesticida muy eficaz que se usa para fumigar suelos y muchos
cultivos. Es un compuesto altamente nocivo para la capa de ozono por lo que está previsto dejar de producirlo.
El tetracloruro de carbono (CCl4) es un compuesto que ha sido muy utilizado como materia prima en muchas
industrias, para fabricar CFC´s, y como disolvente. Dejó de usarse como disolvente cuando se descubrió que era
cancerígeno. También se usa como catalizador en ciertos procesos en los que se necesita liberar iones cloro. El
metilcloroformo (CH3CCl3) se usa como disolvente industrial. El cloro (Cl2) es un gas de color amarillo verdoso
de olor sofocante. Su concentración en forma natural, procedente principalmente del mar, alcanza los 5 µg/m3.
Es tóxico en grandes concentraciones. Se produce en las industrias químicas y en las petroquímicas. El ácido clor-
hídrico (HCl) es un gas incoloro de olor intenso y irritante. Sus fuentes emisoras son las petroquímicas, la industria
química, los procesos de limpieza y decapado de metales y las incineradoras. Por último, el ácido fluorhídrico
(HF) es un gas que se origina durante la fabricación de insecticidas y antifúngicos, en fábricas de aluminio y en
industrias cerámicas.
2.2.7. Metales
Los metales como el berilio, el cadmio, el plomo, el mercurio, el vanadio, el arsénico y el níquel pueden aparecer
formando parte de humos metálicos o como compuestos gaseosos. Tienen importancia por ser altamente tóxicos.
Normalmente, las principales fuentes de emisión son los procesos industriales, el transporte y la combustión. Tam-
bién se originan durante los procesos de extracción y fundición de los distintos metales.
a) Plomo. Se diferencia del resto de metales por la magnitud de las emisiones antropogénicas y el alcance de su
dispersión en el ambiente. La combustión de la gasolina con plomo era el principal contribuyente de plomo a la
atmósfera, de ahí la prohibición de su uso. Además, se utiliza en operaciones de soldadura, decapado en caliente
o para la fabricación de pinturas.
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b) Mercurio. Su presencia en el aire puede provenir de los procesos industriales de fabricación de sosa, cloro o
superfosfatos, de la incineración de residuos urbanos; o del uso de determinados tubos fluorescentes. Además, se
emite en cantidades importantes a la atmósfera durante su extracción y refino.
c) Otros. El cadmio se emite durante su extracción, su uso en acumuladores y pilas, en procesos de tratamiento de
superficies, en industrias plásticas y en procesos de combustión de carbones e hidrocarburos. El berilio se emite
durante su extracción, metalurgia y fundición. La combustión de grandes cantidades de carbón puede originar
niveles apreciables. El cromo se emite a la atmósfera en procesos de recubrimiento electrolítico y de manufac-
turado así como en la combustión de carbón y en la incineración de residuos. El vanadio se produce en ciertos
procesos industriales y metalúrgicos y en la combustión de fuel. El níquel se genera durante procesos industriales,
manufacturas y procesos de combustión de aceites residuales. El arsénico se emite durante actividades agrícolas
y procesos de fabricación de productos farmacéuticos.
Cuando el sol incide en una atmósfera con una determinada concentración de compuestos orgánicos volátiles y de
óxidos de nitrógeno se originan una serie de contaminantes secundarios con carácter oxidante, entre los cuales se
pueden destacar el ozono y los nitratos de peroxiacetilo (PAN, PPN y PBN). A este fenómeno se le denomina smog
fotoquímico, y oscurece la atmósfera dándola un color marrón rojizo. Este tipo de contaminación es especialmente
importante en ciudades con clima seco, cálido y soleado, y con mucho tráfico.
a) Ozono (O3). El ozono es una forma alotrópica del oxígeno. En condiciones normales es un gas incoloro de olor
picante característico. Posee un gran poder oxidante y gran tendencia a transformarse en oxígeno. Las concen-
traciones de ozono a nivel del suelo son muy pequeñas, entre 7 y 40 µg/m3, incrementándose con la altitud. Su
concentración máxima, aproximadamente 300 unidades Dobson, se alcanza entre 20 y 30 Km de altitud, en la
estratosfera, dando lugar a la capa de ozono.
El ozono en la estratosfera se genera y se destruye de forma natural mediante distintas reacciones fotoquímicas.
Cuando el ozono está presente en la troposfera se le considera un contaminante secundario, que suele formar
parte del smog fotoquímico. Diversas causas como descargas eléctricas, rayos X, radiaciones UV y arcos voltaicos
producen ozono, pero su origen principal son las reacciones fotoquímicas de NOx y compuestos orgánicos voláti-
les. Durante los últimos años la concentración de ozono ha aumentado un 2 % anualmente. En su concentración
influyen diversos factores como los vientos estratosféricos, el ciclo solar, etc.
b) Nitratos de peroxiacetilo (PAN, PPN y PBN). Como consecuencia de la acción fotoquímica ciertos contami-
nantes atmosféricos, normalmente el ozono entre ellos, reaccionan entre sí formando compuestos con radicales
aromáticos, alifáticos o heterocíclicos con la formula general R-CO-O-NO2. En función del radical R, se pueden
distinguir:
19
2.2.9. Otros contaminantes
Además de los anteriores, se encuentras otros contaminantes que se presentan más raramente, pero que tienen
una emisión más localizada y pueden producir efectos negativos sobre determinadas zonas. Se pueden citar los
siguientes:
a) Dioxinas. Son compuestos altamente tóxicos y persistentes. Destaca, entre otros, la tetraclorodibenzo-
paradioxina (TCDD), que se genera en procesos industriales como la siderurgia o la elaboración de herbici-
das, la incineración de residuos y los procesos de compostaje.
b) Asbestos. Son fibras de origen mineral, no inflamables, aislantes del calor y de la electricidad y muy re-
sistentes a los ácidos y a las sustancias corrosivas. Destaca el amianto.
c) Sustancias radiactivas. Hay compuestos como el radón 222, el yodo 131, el cesio 137 y 134, el estroncio 90,
el plutonio 239, etc., que son emitidos a la atmósfera como gases o partículas en suspensión. Normalmente,
se encuentran en concentraciones bajas que no suponen peligro, salvo que en algunas zonas se concentren
de forma especial. Su presencia en la atmósfera se puede deber a fenómenos naturales, como su emisión
por algunas rocas, especialmente los granitos u otras rocas magmáticas. Por este motivo, en algunas zonas
hay una radiactividad natural mucho más alta que en otras. En la actualidad preocupa de forma especial la
acumulación de radón que se produce en las casas construidas sobre terrenos con un fondo alto de radiac-
tividad.
Algunas actividades humanas en las que se usan o producen isótopos radiactivos, como las armas nucle-
ares, las centrales de energía nuclear; y algunas prácticas médicas, industriales o de investigación, pueden
producir también contaminación radiactiva. Fue muy importante el accidente sucedido en la central nuclear
de Chernobyl, que produjo una nube radiactiva que se extendió a miles de kilómetros, contaminando países
de todo el hemisferio Norte.
20
3. Efectos de la
Contaminación Las alteraciones que puede producir la contaminación atmosférica
Atmosférica se dan a dos escalas. Por un lado, se encuentran los efectos microe-
cológicos o efectos localizados, donde los efectos sobre la salud, los
animales, la vegetación o los materiales aparecen directamente en
la zona donde se produce la emisión del contaminante. Por el otro,
se pueden distinguir alteraciones más complejas y extensas, que
pueden afectar grandes áreas geográficas alejadas de los focos de
contaminación, afectando incluso a todo el globo terrestre. A estos
se les denomina efectos macroecológicos o efectos globales e in-
cluyen fenómenos como la lluvia ácida, el efecto invernadero y la
destrucción de la capa de ozono.
21
3.1.1. Partículas
Las partículas en suspensión son consideradas a menudo como el contaminante tradicional de las áreas urbanas.
Entre los efectos que pueden provocar se encuentran:
→ Efectos sobre la salud: Las partículas en suspensión producen, tanto a corto como a medio plazo una re-
ducción de la capacidad pulmonar; enfermedades respiratorias, como la bronquitis crónica o el asma; alergias,
y una predisposición al cáncer. Las partículas más nocivas son aquellas cuyo diámetro es inferior a las 10 µm, ya
que pueden alcanzar las partes más internas del pulmón, donde son mucho más dañinas. Enfermedades típicas
provocadas por la inhalación de partículas son la asbestosis, que origina cáncer de pulmón por incorporación vía
respiratoria de polvo de asbesto; y la silicosis, que es una afección pulmonar provocada por inhalación de polvo
de sílice. La población que se puede ver más afectada por este tipo de contaminación es la población infantil y
madura, así como aquellas personas que presenten dolencias respiratorias crónicas, gripes o problemas cardio-
vasculares. Otro grupo de riesgo es el de los fumadores.
→ Efectos sobre la vegetación: La vegetación se puede ver afectada negativamente por una cantidad excesiva
de partículas aéreas. Estas partículas pueden recubrir las hojas disminuyendo la recepción de los rayos de sol, lo
que ralentiza el desarrollo de la planta, llegando a producir necrosis. Además, pueden taponar los estomas, con lo
que se dificulta el intercambio de gases o producir daños en las células oclusivas de las hojas. Diversas partículas
procedentes de procesos industriales, sobre todo de compuestos solubles como sulfatos o cloruros, pueden ser
tóxicas para ciertas plantas causando inmediatamente su necrosis y la caída de hojas.
→ Efectos sobre los animales: La contaminación por partículas puede afectar a animales domésticos, originando
alteraciones en las vías respiratorias, las mucosas o provocando alergias. Las abejas se pueden ver afectadas al
recoger el polen de flores contaminadas.
→ Efectos sobre los materiales: Las partículas, al impactar sobre las construcciones, producen daños por abra-
sión. Además, al depositarse ensucian y ennegrecen las fachadas. Algunas partículas pueden también producir la
corrosión de elementos metálicos.
→ Efectos en la atmósfera: Los aerosoles pueden provocar disminución de la visibilidad, y, a veces, se asocian a
un aumento de las prec pitaciones.
Las partículas son las principales responsables de las neblinas (smog), que se pueden ver en ocasiones en algunas
ciudades.
Los compuestos de azufre pueden provocar distintos efectos, entre los cuales se pueden citar:
→ Efectos sobre la salud: Los estudios realizados sobre los efectos del dióxido de azufre han demostrado que
cuando se dan episodios de fuerte contaminación, la mortalidad aumenta. Así, si la concentración en el aire de
zonas urbanas supera los 300 a 1000 µg/m.3 por día, la mortalidad aumenta ligeramente, principalmente entre la
población anciana y los enfermos crónicos. Además, a partir de 100 µg/m.3, se agravan las enfermedades respi-
ratorias como el asma o la bronquitis crónica y se produce la irritación de mucosas y ojos, principalmente en niños
y ancianos. Las concentraciones límite de SO2 recomendadas por la OMS, en 2013, están 20 µg/m.3 de media en
24 horas. Los sulfatos provocan síntomas parecidos a partir de 8 o 10 µg/m.3. El SO3 es fuertemente irritante a
concentraciones muy bajas, pudiendo provocar sensación de ahogo a partir de 1 ppm.
22
→ Efectos sobre la vegetación: El SO2 puede resultar fitotóxico a partir de 1 ppm, existiendo especies sensi-
bles a concentraciones de 0.15 ppm e incluso 50 ppb. Provoca principalmente necrosis, manifestada en forma de
manchas o vetas blanquecinas. Además, se pueden originar la reducción del tamaño de la planta y afecciones al
sistema reproductivo. Los líquenes son particularmente sensibles al anhídrido sulfuroso. Por esto son empleados
como bioindicadores de la contaminación.
→ Efectos sobre los animales: Ciertas especies animales, como los insectos, la fauna avícola, los conejos o el ga-
nado vacuno, pueden verse afectadas por altas concentraciones de SO2 originando problemas de pulmón, bajas
en la población, etc. El trióxido de azufre produce daños importantes en la reproducción de peces y anfibios.
→ Efectos sobre los materiales: El SO2 puede producir daños importantes en materiales como la piedra caliza, la
arenisca, la cerámica o la pizarra. Los materiales cálcicos pueden transformarse en yeso, originando desconcha-
mientos o ahuecamientos. Además, el SO2 provoca la corrosión de metales y materiales como el cuero, el papel
o la pintura. El trióxido de azufre reacciona con la humedad formando ácido sulfúrico, dañando monumentos y
construcciones de piedra, y originando la corrosión de metales. El SH2 ataca la pintura.
→ Efectos sobre la atmósfera: Como se ha visto el SO2 es un precursor del depósito ácido. Además, cuando
existen fuertes emisiones de SO2, en condiciones de baja insolación y fuerte humedad, se forma un aerosol que se
va acidificando transformándose finalmente en ácido sulfúrico. De esta forma, en diversas ciudades con mucha
industria, como Londres o Chicago, se genera una neblina ácida conocida como smog sulfuroso, smog ácido o
smog industrial.
→ Efectos sobre la salud: El monóxido de carbono se absorbe a través de los pulmones y reacciona con las
hemoproteínas, especialmente con la hemoglobina de la sangre, formando carboxihemoglobina. Esto reduce la
capacidad de la sangre para transportar oxígeno y dificulta la salida de este oxígeno, al ser llevado a los tejidos. La
peligrosidad del CO se debe esencialmente a que la hemoglobina es de 200 a 400 veces más afín a este gas que
al oxígeno. Es el responsable de la muerte de muchas personas en minas de carbón, incendios y lugares cerrados.
Además, una dosis alta de CO puede aumentar la tasa de mortalidad por infartos de miocardio, al favorecer los
depósitos de colesterol en las arterias coronarias. También, puede afectar a la vista y a la audición. La OMS indica
que la exposición a este gas no debe ser superior a 10 µg/m3 en un periodo de ocho horas, ni a 40 µg/m3 en
periodos de una hora.
→ Efectos sobre la vegetación: El monóxido de carbono es absorbido por los vegetales, produciendo alteraciones
bioquímicas en los sistemas foliares. A pequeñas concentraciones provoca la inhibición de la respiración.
→ Efectos sobre los animales: Los vertebrados de sangre caliente son muy sensibles al CO, viéndose afectados
igual que el hombre por la formación de carboxihemoglobina, muriendo por asfixia.
→ Efectos sobre los materiales: El CO2 puede causar daños sobre las construcciones de piedra.
23
3.1.4. Compuestos de nigrógeno
→ Efectos sobre la salud: La inhalación de NOx en dosis altas entre 600 y 900 µg/m3, produce irritación en las
vías respiratorias, asma, tos, irritación de los ojos y una disminución de las defensas del organismo. Los más tóxicos
son el NO y, especialmente, el NO2 que puede provocar bronquitis crónicas a pequeñas concentraciones, de me-
nos de 1 ppm. La OMS recomienda como nivel máximo de exposición a dióxido de nitrógeno un valor de 200 µg/
m3 por hora. El nitrógeno (N2) puede producir trastornos respiratorios, con dosis de 5 ppm durante 10 minutos de
exposición. Si la dosis es de 90 ppm, puede aparecer edema pulmonar a las 18 h de exposición, y la muerte con una
dosis de 140 ppm durante varios días.
→ Efectos sobre la vegetación: Cuando la exposición a óxidos de nitrógeno es prolongada, los sistemas foliares
pueden verse alterados, apareciendo defoliación y clorosis. A concentraciones de 2 a 10 ppm, durante varios días,
los efectos son más intensos, pudiendo aparecer necrosis, con manchas internerviares de color negro o marrón
rojizo.
La exposición directa de la vegetación a altas concentraciones de dióxido de nitrógeno puede inhibir la fotosíntesis,
anulando el crecimiento de algunas plantas. Presenta efectos sinérgicos con el SO2.
→ Efectos sobre los animales: La exposición a altas concentraciones de NOx, puede producir modificaciones en
el sistema respiratorio, causando bronquiolitis y enfisemas alveolares por inhalación, sobre todo en animales de
sangre caliente.
→ Efectos sobre los materiales:Los NOx dañan materiales como los elastómeros y el tinte de los tejidos. El NO2
puede producir la corrosión de metales como el níquel o el plomo.
→ Efectos en la atmósfera: Los efectos más significativos incluyen una reducción de la visibilidad, un aumento de
la temperatura de la superficie terrestre y una disminución de la concentración de ozono estratosférico. Además,
como se ha visto anteriormente, es causante del smog fotoquímico al reaccionar con compuestos orgánicos vo-
látiles en presencia de luz.
3.1.5. Hidrocarburos
→ Efectos sobre la salud: Los hidrocarburos pueden causar distintos efectos sobre la salud humana. El etileno
puede ser nocivo a pequeñas concentraciones, hasta de 5 ppb. El tricloroetileno aumenta el riesgo de cáncer de
hígado. El benceno actúa sobre el sistema nervioso causando excitación, pudiendo llegar a producir la necrosis de
los tejidos. Provoca anemia y puede aumentar el riesgo de contraer leucemia. El tolueno irrita las mucosas, las vías
respiratorias, los bronquios y, en ocasiones, la piel. Puede provocar alteraciones cerebrales y del sistema nervioso
o digestivo. El benzopireno es importante por sus propiedades cancerígenas.
24
→ Efectos sobre la vegetación: El etileno produce necrosis en especies muy sensibles que, además, sufren alter-
aciones en la floración, defoliaciones y otros daños. En coníferas y herbáceas, los hidrocarburos pueden originar
problemas de crecimiento.
→ Efectos sobre los animales: Los hidrocarburos pueden provocar la aparición de lesiones pulmonares o dérmi-
cas y tumores en los mamíferos.
→ Efectos en la atmósfera: Como se ha visto anteriormente, los compuestos orgánicos volátiles participan en la
formación del smog fotoquímico.
→ Efectos sobre la salud: El tetracloruro de carbono es un compuesto cancerígeno. El cloro es un gas sofocante,
pudiendo resultar tóxico en grandes concentraciones. El ácido clorhídrico es un gas irritante, que puede resultar
tóxico por inhalación.
→ Efectos sobre la vegetación: Los hidrocarburos halogenados suelen atacar los sistemas fotosintéticos de la
planta y el sistema enzimático. El flúor y sus derivados pueden originar la necrosis en los sistemas foliares en di-
versas especies, manifestándose con manchas blanquecinas o marrón rojizo. Las especies resinosas, las coníferas
y los frutales de hueso son especialmente sensibles. El cloro y sus derivados afectan a la planta a partir de concen-
traciones del 0.2 ppm. Sus efectos se manifiestan por el fallo en el funcionamiento de los estomas, apareciendo
frecuentemente defoliaciones y anomalías en el crecimiento.
→ Efectos sobre los animales: Los hidrocarburos halogenados provocan efectos tóxicos muy fuertes sobre
mamíferos, insectos y microorganismos. El pentaclorofenol puede causar lesiones crónicas en los riñones e híga-
do de los animales. El flúor puede afectar a los mamíferos causando fluorosis y a insectos como las abejas cau-
sando su muerte
→ Efectos en la atmósfera: Los CFC´s están implicados en la destrucción del ozono estratosférico y en el incre-
mento del efecto invernadero.
3.1.7. Metales
Los metales son muy tóxicos, pudiendo generar distintos tipos de efectos:
→ Efectos sobre la salud: La inhalación de mercurio puede provocar una amplia variedad de efectos como irrita-
bilidad, temblores, insomnio, efectos sobre el feto, problemas genéticos, depresiones, etc. El plomo puede acumu-
larse en el organismo causando enfermedades de tipo nervioso como el saturnismo. Además, se puede producir
la inhibición de la síntesis de hemoglobina, alteraciones en las funciones digestivas y reproductivas, anomalías
cromosómicas, etc. El cadmio causa enfermedades respiratorias crónicas, anemia, daños renales e hipertensión.
Además es mutágeno y cancerígeno. Otros metales como el cromo, el berilio, el arsénico y el níquel pueden pro-
ducir dermatitis, afecciones respiratorias y cáncer de piel, pecho, huesos o pulmón.
25
→ Efectos sobre la vegetación: El zinc puede afectar a ciertas especies vegetales por su toxicidad o por asfixia al
obturarse los estomas, causando un envejecimiento prematuro de la planta y su muerte. El anhídrido de arsénico
se acumula en los vegetales resultando tóxico.
→ Efectos sobre los animales: El arsénico y sus derivados son altamente tóxicos, por inhalación o ingestión, para
mamíferos, insectos y aves. Provoca la aparición de llagas, pérdidas de apetito y estados anémicos. El plomo puede
generar problemas de anemia y daños en el sistema nervioso, en especial para rumiantes, que lo incorporan por la
ingestión de vegetales contaminados. El molibdeno puede causar problemas en el ganado vacuno o caballar con
retrasos en el crecimiento, diarreas o estados carenciales.
→ Efectos sobre la salud: Los principales efectos de los PAN sobre la salud es la irritación de los ojos a partir
de concentraciones de 8 a 10 ppb. El ozono produce la irritación de los ojos, a partir de 200 µg/m3, y dolores de
cabeza con concentraciones entre 100 y 500 µg/m3. Además, su efecto oxidante puede provocar cambios funcio-
nales, bioquímicos y estructurales en las vías respiratorias, a partir de 0,20 ppm, originando lesiones alveolares o
fibrosis pulmonar con niveles más altos de 0,50 ppm. Estos efectos son más acusados en personas con afecciones
asmáticas y troncopulmonares o cuando se asocia con polen o NO2. La OMS recomienda que las concentraciones
medias de ozono no puedan superar los 100 µg/m3 en 8 horas.
→ Efectos sobre la vegetación: Los oxidantes fotoquímicos producen daños agudos y crónicos a las plantas,
ocasionándoles manchas necróticas, alteraciones en el crecimiento y disminución de su producción y calidad. Un
efecto típico del ozono es un moteado de color rojizo o blanquecino, según la especie, en la parte superior de las
hojas. Los niveles para especies sensibles son variables pudiendo oscilar entre 0.2 ppm durante 4 horas a 0.05
ppm durante 1 o 2 horas. En unión con el SO2 sus efectos se potencian. El PAN y el PPN pueden ser dañinos, a partir
0.05 ppm, para el crecimiento de las plantas y causan la degradación de los bosques. Sus efectos en coníferas o
frutales, se dan principalmente en las hojas, originando coloraciones brillantes plateadas o metálicas. El PAN af-
ecta especialmente a las herbáceas dando franjas irregulares blanco amarillentas. A igualdad de concentraciones
los nitratos de peroxiacetilo son más tóxicos que el ozono.
→ Efectos sobre los animales: Los oxidantes fotoquímicos causan una acción irritante y afecciones del aparato
respiratorio en animales doméstico como perros o gatos, u otros como ratas o conejos.
→ Efectos sobre los materiales: Los oxidantes atmosféricos como el ozono atacan a diversos tipos de materiales
como el caucho, la celulosa y a tejidos como poliéster o algodón y a sus tintes.
→ Efectos en la atmósfera: Estos contaminantes constituyen el smog fotoquímico. Además, el ozono influye en
el incremento del efecto invernadero.
26
3.1.9. Otros Contaminantes
Las dioxinas, los asbestos y las sustancias radiactivas pueden causar distintos efectos para la salud. Las dioxinas
son compuestos altamente tóxicos y persistentes. Pueden alterar los niveles de colesterol y dañar el hígado. Tienen
carácter cancerígeno y, algunas, poder teratogénico.
Los asbestos son altamente tóxicos por inhalación, provocando cáncer de pulmón. Las sustancias radiactivas pu-
eden provocar graves daños en concentraciones relativamente altas, causando cáncer, afectando a la reproducción
en humanos, dañando a futuras generaciones, etc.
Los tres grandes procesos macroecológicos de interés en la actualidad son: el depósito ácido, la destrucción del ozono estra-
tosférico y el calentamiento global; este último debido a la intensificación del efecto invernadero.
La utilización en plantas industriales o centrales térmicas de combustibles de baja calidad, puede originar la emisión
a la atmósfera de importantes cantidades de óxidos de azufre (73 Tg/año de SO2) y nitrógeno (30 Tg/año de NOx).
Estos contaminantes, junto al NH3 procedente de la ganadería y al HCl, pueden ser trasladados a largas distancias, de
hasta cientos de kilómetros, por las corrientes atmosféricas. El uso de altas chimeneas para la emisión de los gases
facilita este traslado. Una vez en la atmósfera, los óxidos de nitrógeno y azufre se oxidan y reaccionan con vapor de
agua, convirtiéndose en ácido nítrico y sulfúrico. El HCl emitido a la atmósfera acidifica directamente el medio.
El depósito de los compuestos ácidos formados se puede producir de dos maneras, como se ve en la figura 3. Por un
lado, se distingue el depósito seco, que consiste en el establecimiento sobre la superficie del suelo de los compuestos
acidificantes como partículas sólidas con las moléculas de ácido adheridas.
27
Por otra parte, la disolución de estos compuestos ácidos en el agua de lluvia, provoca una disminución de su pH,
habitualmente entre 5 y 6 debido al ácido carbónico formado por el CO2, pudiendo alcanzar valores de pH de 3 o 4,
o incluso menores. De esta manera, la acidificación del medio se realizaría a través de procesos asociados a la fase
acuosa como la lluvia, la nieve, etc. Estos procesos se engloban bajo el término de lluvia ácida.
El depósito ácido puede generar una serie de efectos, cuyo impacto dependerá de factores como la acidez del agua,
la capacidad de amortiguación del suelo o las características de las especies vegetales que se vean afectadas. Entre
los efectos más importantes se pueden citar:
→ Daños sobre la vegetación: Ciertos tipos de vegetación son sensibles al depósito ácido. Éste puede provocar la
caída prematura de las hojas, enfermedades, una disminución de la resistencia a plagas, etc. Se piensa, además,
que puede ser un factor muy importante en la llamada muerte de los bosques, que afecta a grandes extensiones
de superficies forestales, como los bosques de coníferas de Canadá y Escandinavia, o diversas zonas de la selva
brasileña.
→ Daños en los ecosistemas acuáticos: El depósito ácido puede generar una alteración en los parámetros fisi-
coquímicos habituales de ríos o lagos y un efecto tóxico, que puede disminuir y alterar la cantidad y la diversidad
de los organismos que los ocupan. Esto se debe a que la reproducción de los animales acuáticos se ve alterada
con la disminución del pH. Además, muchas especies acuáticas no pueden subsistir a pH inferior a 5.5 que, por un
lado impide su intercambio de sales con el medio, muriendo por desequilibrios osmóticos y, por otro, provoca un
aumento de la concentración de elementos tóxicos como el aluminio. El efecto de la lluvia ácida es muy grave en
lagos situados en terrenos no calizos como granitos, donde no existen iones alcalinos que neutralicen la acidifi-
cación.
→ Daños sobre el suelo: Los efectos sobre el suelo, suelen ser menos graves que en el resto de medios, de-
bido a su capacidad de amortiguación. La acidificación puede provocar un empobrecimiento del suelo debido a la
perdida de elementos minerales como calcio y magnesio, con pérdida de la fertilidad y la productividad vegetal.
Además, la disminución del pH puede provocar la liberación de metales pesados como el plomo, el níquel, el cad-
mio o el mercurio, que pueden resultar tóxicos para las plantas o lixiviar a través del suelo contaminando el agua
subterránea con el consiguiente riesgo.
→ Daños sobre los materiales: Otro efecto grave originado por el depósito ácido, es la degradación que sufren los
monumentos y edificios construidos en piedra caliza.
Esto se debe al proceso de degradación química, denominado mal de la piedra, por el cual la piedra caliza se
transforma en yeso, que se disuelve más fácilmente en agua o se expande agrietando la piedra. Además, la acidi-
ficación acelera la corrosión de los materiales metálicos.
28
3.2.2. Destrucción de la capa de ozono estratosférico
Como se ha visto en apartados anteriores, el ozono se encuentra en la atmósfera en dos zonas. La primera es
en la estratosfera, formando parte de la ozonosfera, capa que protege la Tierra de las radiaciones ultravioletas
procedentes del sol.
La segunda es en la troposfera, como resultado de las interacciones de los compuestos orgánicos volátiles y de
los óxidos de nitrógeno. Aquí, el ozono es tóxico.
Uno de los principales problemas ambientales detectado en los últimos años ha sido la disminución de la capa
de ozono estratosférico, debido a la emisión a la atmósfera de determinadas sustancias. Entre estas sustancias
se pueden citar los hidrocarburos clorados y bromados, los CFC´s, HCFC´s, HBFC´s y los halones, el bromuro de
metilo, el tetracloruro de carbono y el metilcloroformo.
En general, estos compuestos son muy estables en la troposfera y, después de varios años, pueden llegar a la
estratosfera. Aquí, son degradados por las intensas radiaciones ultravioletas, sufriendo una fotólisis, formán-
dose cloruro de hidrógeno o nitrato de cloro. Estas moléculas se descomponen lentamente dando, entre otras,
una pequeña cantidad de átomos de cloro y moléculas de monóxido de cloro, que son las que provocan la
destrucción del ozono.
El átomo de cloro solo actúa como catalizador. Por esto, no se consume en la reacción y es capaz de destruir
miles de moléculas de ozono antes de desaparecer. El átomo de bromo es 40 veces más destructivo que el de
cloro.
Algunos otros gases pueden atacar a la capa de ozono, pero no son tan reactivos como los que contienen cloro
o bromo. Se sabe que los óxidos de nitrógeno, los compuestos de azufre y el hollín producidos por los aviones
comerciales que vuelan a más de 9.000 metros de altura, llegan a la estratosfera e intervienen en el ciclo del
ozono disminuyéndolo.
Para determinar los efectos relativos de los diferentes gases sobre el agotamiento de la capa de ozono se utiliza
el parámetro EESC (Equivalent Effective Stratospheric Chlorine), que representa la concentración de cloro y
bromo presente en la atmósfera. En los últimos 50 años, este parámetro ha aumentado desde 900 hasta 3200
ppbv.
La disminución de la concentración de ozono se está produciendo en todo el planeta. Sin embargo, la situación
es más grave en el Polo Sur en la Antártida, donde se puede hablar del agujero de ozono cuando hay menos
de 220 unidades Dobson de ozono entre la superficie y el espacio. En el Polo Norte esta disminución no es tan
acusada, debido a su configuración geográfica, a su mayor temperatura, y a la movilidad de la atmósfera en esa
latitud. Así, en el Ártico solo se han detectado “mini agujeros”. No obstante, no por ello hay que restarle impor-
tancia ya que en el Ártico, a diferencia del Antártico, viven un gran número de personas. Según la Organización
Meteorológica Mundial (OMM), en 2006 las reacciones químicas en la estratosfera ártica provocaron una pér-
dida del 20% de la capa de ozono.
La formación y desaparición del agujero de ozono es cíclica, apareciendo en agosto al finalizar el invierno antár-
tico y desapareciendo en verano con el aumento de temperaturas, como se puede ver en la figura 4.
29
Figura 4. Tamaño del agujero de la capa de ozono, en la Antártida, en promedios
anuales, de agosto a noviembre (Fuentes: NOAA y NASA, 2007)
Hasta hace pocos años la tendencia en la variación del tamaño del agujero de la capa de ozono era al alza. Pero
actualmente, gracias a las medidas tomadas por los gobiernos basadas fundamentalmente en la reducción de
las emisiones de CFC de aerosoles y refrigerantes, la capa de ozono se encamina hacia una restauración casi
total en las próximas décadas (según informe de la ONU publicado en 2014). Sin embargo, los gases que ahora
se usan en reemplazo, HCFC y HFC, empiezan a preocupar a los científicos por su potencial impacto sobre el
clima, ya que son potentes gases de efecto invernadero.
El ozono de la estratosfera juega un importante papel para la vida en el planeta al impedir que las radiaciones
ultravioletas lleguen a la superficie. Estas radiaciones presentan una serie de efectos para la salud y los seres
vivos, tal y como hemos visto anteriormente en el apartado 3.1.8. Oxidantes Fotoquímicos.
Se denomina Efecto Invernadero al fenómeno que permite retener la radiación reemitida por la superficie de la
Tierra, después de absorber la procedente del sol. Esto se debe a la presencia en la atmósfera de determinados
gases, que no obstaculizan el paso de la radiación solar, pero que absorben la radiación infrarroja. A estos
gases se les denomina gases de efecto invernadero (GEI en adelante). Los principales responsables en el
efecto invernadero son el vapor de agua que contribuye en un 60 %; el dióxido de carbono (CO2), con una
contribución del 30 % y el metano (CH4) que, junto al resto de gases, completa el 10 % restante. Aunque el
vapor de agua es el que más contribuye a este efecto, el CO2 tiene una gran importancia por su papel regulador
de las variaciones de la temperatura en la superficie. Otros GEI son CFC´s y HCFC´s, N2O y NOx, compuestos
organohalogenados, CO, compuestos orgánicos volátiles y SF6.
30
El efecto invernadero, mostrado en la figura 5, permite el calentamiento de las capas inferiores de la atmósfera
y el aumento de la temperatura media de la Tierra. El efecto invernadero hace que la temperatura media de la
superficie de la Tierra sea de 15º C. Sin la presencia de los gases con efecto invernadero en la atmósfera tendría
-18º C, 33º C menos, lo que impediría la presencia de vida en este planeta.
Este calentamiento se origina porque la energía que llega del sol, al proceder de una fuente de muy elevada
temperatura, está formada por ondas de frecuencias altas que traspasan la atmósfera con gran facilidad. Por
el contrario, la Tierra, al ser un foco mucho más frío, reemite la energía hacia el exterior en forma de ondas de
frecuencias más bajas, por lo que es absorbida por los gases con efecto invernadero.
Figura 5. Esquema del efecto invernadero (Fuente: Medio Ambiente y Derecho Internacional. Una guía práctica, 2007)
Esta retención de la energía hace que la temperatura sea más alta. En condiciones normales, la cantidad de
energía que llega a la Tierra es igual que la que ésta emite; ya que si no fuera así, la temperatura de la Tierra
aumentaría continuamente.
El problema surge cuando, en el último siglo, la concentración de alguno de los gases con efecto invernadero ha
ido creciendo constantemente en la atmósfera debido a la actividad humana y al aumento de las emisiones. Así,
la concentración media de dióxido de carbono se ha incrementado desde unas 280 ppm antes de la revolución
industrial hasta 379 ppm en 2005; los niveles de metano se han doblado en los últimos 100 años hasta 1.7 ppm
en 1990; y la cantidad de óxido nitroso se incrementa en un 0.25% anual. Con respecto al vapor de agua, que
es el principal contribuyente al efecto invernadero, la actividad humana apenas influye en su concentración en
la atmósfera.
31
Esta acumulación de gases de efecto invernadero provoca el aumento de la capacidad de retención de calor de
la atmósfera debido a la intensificación del efecto. Por esto, se comienza a apreciar un cambio climático con un
aumento continuado de la temperatura media de la Tierra.
Las estimaciones más fiables indican que, para este siglo, la temperatura media global se incrementará entre
0.2 y 0.5 ºC por década. El IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático) predice un calentamiento
de 1 a 3.5 ºC para el año 2100. Según afirmaba el propio IPCC, lo que parece evidente es que la Tierra está
sometida a un proceso de cambio, y por primera vez en su historia este fenómeno tiene origen humano.
No es posible predecir con gran seguridad lo que pasaría en los distintos lugares del planeta con este aumento
de la temperatura media global. Sin embargo, mediante una serie de métodos, se han identificado varios tipos
de impacto:
→ Efectos sobre los ecosistemas: Grandes extensiones forestales se podrían ver afectadas con un cambio
en las especies que las pueblan, sobreviviendo solo las mejor adaptadas. Las condiciones climáticas en las
zonas áridas y semiáridas se harán más extremas. Algunos ecosistemas acuáticos pueden verse afectados
por la elevación del nivel del mar. Además, la elevación de temperatura en la superficie terrestre puede
contribuir a la desaparición de los nutrientes de zonas más profundas con la consiguiente afección a los
organismos presentes en ellas.
→ Efectos sobre suelos agrícolas: El aumento de la temperatura supondrá una redistribución espacial y
temporal de las precipitaciones, con lo que se verán modificadas la frecuencia e intensidad de las sequías y
la capacidad de retención de agua en las cuencas. De esta forma, la productividad de los cultivos agrícolas se
modificará, con grandes pérdidas en algunas zonas por falta de agua, o mejora de la productividad de otros
cultivos, como el arroz y la soja por su mejor adaptación.
→ Efectos sobre la población y la salud humana: El efecto de la dilatación térmica de los océanos y la
fusión de los glaciares de montaña y de los casquetes polares, podría suponer una elevación del nivel del
mar de 15 a 95 cm. Esto supondría un peligro para las ciudades y los campos situados en los valles situados
por debajo del glaciar y para grandes superficies costeras, que podrían desaparecer inundadas por las aguas.
Si no se toman medidas más de 92 millones de personas se podrían ver afectadas.
Por otro lado, se puede producir un aumento en los problemas cardiorrespiratorios debido al aumento de
la intensidad y duración de las olas de calor y un aumento de la distribución geográfica y temporal de las
enfermedades infecciosas y parasitarias.
(Consultar Anexo I en Material Complementario para conocer las políticas llevadas a cabo a nivel global frente
a los efectos macroecológicos de la contaminación atmosférica)
32
4. Estudio de la
Contaminación La medida y evaluación de los contaminantes atmosféricos se pue-
Atmosférica de enfocar desde dos puntos de vista: las mediciones de las concen-
traciones de los contaminantes del aire en el ambiente, conocidas
como medidas de inmisión y las mediciones de la fuente, también
llamadas medidas de emisión.
33
En las medidas de los procesos de emisión, se deben tomar muestras en un punto representativo en la corriente
gaseosa y analizar en continuo o periódicamente las muestras. Las medidas se separarán en función de la fase en
la que se encuentran los contaminantes: líquida, gaseosa o particular. Con los resultados se elaborará una curva que
permita estudiar la evolución de la contaminación en un punto determinado.
Para los estudios de inmisiones, habrá que tener en cuenta factores como:
A la hora de elegir los métodos de análisis y de muestreo y escoger un equipo, habrá que tener en cuenta los objetivos,
el tiempo de resolución requerido, las referencias a reglamentos legales y/o normas, etc.
En los estudios de contaminación atmosférica, el modo de captación del contaminante atmosférico está, por lo
general, ligado al método de análisis. Es necesario tener en cuenta el análisis que se va a realizar para escoger una
solución captadora u otra, y otros parámetros como caudal de muestreo, diseño del captador, etc.
Por último, además de la medida de las emisiones e inmisiones, es necesario medir los parámetros climáticos que
influyen en la contaminación atmosférica.
34
4.1. Medida y análisis de las Inmisiones
→Muestradores pasivos.
→Muestradores activos.
→Analizadores automáticos.
→Sensores remotos.
→Bioindicadores.
Los muestreadores pasivos y activos corresponden a las técnicas incluidas dentro de lo que se conoce como
metodología discontinua. Este método tiene tres etapas. En la primera de ellas se capta el contaminante en el punto
de muestreo; a continuación se transporta al laboratorio la muestra tomada y, por último, se analiza por el método
más adecuado. En esta metodología, los muestreos pueden ser periódicos, ya sean estacionales o semanales; o
puntuales, en determinados días y horas.
Los analizadores automáticos y sensores remotos se incluyen dentro de la metodología continua. Estas técnicas
implican la captación y análisis del contaminante en el punto de muestreo, de forma continua y automática,
proporcionando los datos en tiempo real, en períodos de 24 horas o en tiempos inferiores o superiores definidos
previamente.
En la actualidad, las técnicas más empleadas son los muestreadores activos y los analizadores automáticos, aunque
los muestreadores pasivos están en fase muy avanzada de consolidación.
Los sensores remotos, aunque dan valores de concentración para varios contaminantes simultáneamente a lo largo
de una distancia, no se utilizan demasiado en las redes de control, ya que no se adecuan a los requerimientos de la
legislación y a las Directivas Comunitarias. En la tabla 1 figuran las ventajas e inconvenientes de estas técnicas.
35
4.1.1. Métodos de muestreo
Como se ha visto anteriormente, para el estudio de las inmisiones se pueden emplear tanto métodos continuos
como discontinuos. Dentro de la metodología discontinua, los muestreadores pasivos y activos son los más
utilizados.
a) Muestreadores pasivos: Los muestreadores pasivos no utilizan bombas de aspiración para captar el aire
con el contaminante. Este tipo de equipo se basa en la difusión de los contaminantes hacia la superficie
del muestreador. Después del período de muestreo, generalmente de semanas, se realiza la extracción del
contaminante para su posterior análisis. Los materiales que con mayor frecuencia se utilizan son: carbón
activo, gel de sílice y resinas sintéticas (XAD, Porapak, Chromosorb, etc.).
→Ésteres de celulosa: Utilizados para captar aerosoles metálicos, fibras minerales y polvos silíceos.
Son atacables por ácidos fuertes como nítrico o clorhídrico, solubles en diversos disolventes orgánicos
y se incineran sin dejar residuo.
→Politetrafluoretileno o teflón (PTFE): Son muy estables y resistentes a los ácidos y a los disolventes
orgánicos. Se usan para el muestreo de diversos contaminantes, como los hidrocarburos aromáticos
policíclicos (HAP´s).
→Policarbonato: Son muy finos (10 µm de espesor) y de peso muy bajo. Son útiles para la captación
de materia particulada y su posterior determinación de muestra total por gravimetría.
→Fibra de vidrio: Son membranas compuestas de microfibras de vidrio borosilicatado, con un ligante
de resinas acrílicas. Se utilizan como prefiltros o como filtros para la captación de ciertos plaguicidas
como el DDT.
En la salida del soporte se coloca un frasco borboteador o impinger con una solución líquida que absorbe
el contaminante.
La comunicación con el exterior se hace mediante un tubo de material plástico desde la entrada del
portafiltros, terminado en el extremo opuesto en un embudo de un diámetro comprendido entre 3 y 5
cm.
La aspiración de la muestra de aire se hace mediante una bomba eléctrica de aspiración de membrana,
capaz de aspirar entre 2 y 4 m3 en 24 horas. Para conocer el volumen de aire muestreado y referir al
mismo los resultados obtenidos en los análisis, se usa un pequeño contador que mida un caudal de aire
de 1.5 a 3 l/minuto.
Los distintos elementos del equipo se conectan mediante tubos de vidrio o de material plástico inerte, de
unos 8 mm de diámetro interior.
36
II. Captadores de partículas: Para la determinación gravimétrica de partículas en suspensión, de tamaño
superior a 0.1 micras, se utilizan los captadores de alto volumen. Estos aparatos se componen de un
filtro colocado en un soporte troncocónico, en cuya base existe una rejilla metálica sobre otras dos con
suficiente resistencia mecánica para aguantar una depresión.
La aspiración se hace con una motobomba de vacío con un caudal comprendido entre 40 m.3/h (con
filtro) y 60 m.3/h (sin filtro). Se dispone además de un gasómetro con capacidad para medir 60 m.3/h.
Éste se puede sustituir por un caudalímetro, qué sólo da volumen de aire por hora en vez del volumen
total. Esto no es del todo correcto pues al principio pasa más aire que al final, ya que el filtro está muy
tupido y el volumen de aire que pasa es menor.
En lugares donde las condiciones climáticas puedan ser extremas es necesario prever un sistema de
ventilación o calefacción, para mantener la temperatura interior entre -2º´C y 50º C. También se pueden
utilizar captadores de medio volumen con caudales de aspiración de 1 m.3/h, con períodos de muestreo
de 8 o 24 horas.
Las partículas se depositan por gravedad en un depósito colector de vidrio o acero inoxidable de 315 mm
de diámetro (D). Este colector debe llevar un factor F marcado que, multiplicado por el peso total en
miligramos del residuo captado, da la cantidad de partículas sedimentables en mg / m.2.
III. Captadores de partículas torácicas (PM10): La Directiva 2008/50/CE relativa a la calidad del aire
ambiente y a una atmósfera más limpia en Europa, establece valores límites para partículas PM10 o
fracción torácica. Éstas son aquellas partículas inhaladas, con un diámetro inferior a 10 µm, que pueden
atravesar la laringe. Para el muestreo de estas partículas se emplea el captador de referencia de bajo
volumen LVS PM10 que sigue la norma UNE-EN 12341:1999. Las partículas se aspiran con un caudal de
2.3 m3/h a través una abertura entre el armazón y una tapa redonda montada encima del cabezal de
muestreo, protegida contra la aspiración de lluvia o nieve.
(Fuente: www.derenda.de)
37
Dentro del cabezal de muestreo, el flujo de aire se acelera a través de 8 boquillas impactoras y dirigido
después hacia una superficie de impactación, que debe limpiarse y engrasarse como mínimo cada 20
muestreos, pudiendo ser necesario cada 5 en función de la concentración de PM10. A continuación, el flujo
de aire es conducido mediante un tubo a un portafiltro adecuado para la inserción de filtros circulares
con diámetros entre 47 mm y 50 mm.
El cabezal de muestreo y el portafiltro deben estar construidos con materiales resistentes a las condiciones
climáticas como aluminio anodizado o acero inoxidable.
Otro método de muestreo posible es el captador de referencia de alto volumen HVS. Este equipo tiene
un mayor caudal de aspiración (68 m3/h) y 9 boquillas impactoras. El flujo de aire se conduce mediante
16 tubos al portafiltro, pasando previamente por un tamiz, que utiliza filtros rectangulares de 203 mm
x 254 mm de tamaño. Las condiciones de limpieza y construcción son análogas al captador de bajo
volumen. Además para los dos instrumentos el caudal de funcionamiento debe estar calibrado y tener
una incertidumbre inferior al 2 %.
Se podrían utilizar otros captadores distintos a los de referencia, siempre y cuando se demuestre su
equivalencia por un laboratorio acreditado.
IV. Captadores de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV): Para el muestreo de compuestos orgánicos
volátiles se utilizan dos tipos de sistemas:
→La captación en trampas consiste en el empleo de tubos de absorción, de unos 5 a 10 cm. de longitud,
rellenos con carbón o tenax y cerrados en sus extremos con tapones de lana de vidrio.
Tienen eficacias de captación del 95% para hidrocarburos alifáticos, independientemente del caudal
de muestreo. El tiempo de muestreo se determina experimentalmente, para obtener muestra
suficiente para el análisis.
→La captación en canister se hace mediante la introducción del aire aplicando vacío o presión
a unas botellas de acero inoxidable de distintos volúmenes, denominadas canister; con el interior
electropulido o recubierto de teflón.
Dentro de los métodos de análisis de contaminantes gaseosos también se puede diferenciar entre las técnicas
empleadas en la metodología discontinua de medida y las utilizadas en la metodología continua. Dentro de
estas últimas, se encuentran los analizadores automáticos y los sensores remotos.
a) Metodología discontinua: Una vez tomada la muestra en el lugar de medida, mediante alguno de los
métodos descritos anteriormente se analiza en el laboratorio con alguna de las técnicas siguientes:
38
→Espectrometría de Absorción Atómica, que se emplea para el análisis de líquidos y partículas.
→Cromatografía de líquidos de alta resolución, que se utiliza para el análisis de gases y partículas.
En la tabla siguiente, se citan alguno de los métodos habituales para la determinación de ciertos gases y
partículas.
Contaminante Métodos
Amoniaco (NH3) Método del fenolato sódico
Método de Nessler
Espectrofotometría UV/visible
Monóxido de carbono (CO) Método del pentóxido de yodo
Expectrometría Infrarroja no dispersiva.
Sulfuro de hidrógeno (SH2) Método del azul de metileno (Jacobs)
Método espectrofluorométrico
Cloro (Cl2) Método de la 4-nitroanilina
Cloruro de hidrógeno (ClH) Método potenciométrico
En la tabla siguiente, se citan al Estas técnicas se utilizan habitualmente en los laboratorios de análisis
químicos. Sin embargo, para analizar los contaminantes atmosféricos es necesario cumplir los requerimientos
especificados en la legislación o normativa vigente. Concretamente, en España hay que ceñirse a lo
establecido en el Real Decreto 102/2011, del 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire, cuyo texto
íntregro lo puedes encontrar en Material Complementario.
Para la validación de estas técnicas de análisis de contaminantes atmosféricos, además de los parámetros
de validación comunes a cualquier técnica analítica, hay que tener en cuenta la eficiencia de captación y la
eficiencia de concentración o extracción.
39
b) Analizadores automáticos: Para el análisis de contaminantes atmosféricos, utilizando la metodología continua,
se emplean los analizadores automáticos. En este tipo de aparato, se toma la muestra y se analiza en tiempo real.
Cada analizador es específico de cada contaminante y se basa, por lo general, en fundamentos físicos tales como
la absorción o emisión de radiaciones de una longitud de onda determinada.
Actualmente, se pueden analizar de forma continua los niveles de los contaminantes atmosféricos más
importantes como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, ozono y partículas de diámetro
inferior a 10µm (PM10). También se pueden controlar de esta forma, las concentraciones de otros contaminantes
como la mezcla de benceno, tolueno, xileno (BTX) y los compuestos orgánicos volátiles.
Las distintas técnicas analíticas deben ajustarse a los objetivos de calidad de los datos que se especifican en
la normativa legal aplicable a cada contaminante en concreto (ver Real Decreto 102/2011). A continuación se
describen algunas de estas técnicas.
I. Determinación de SO2 por fluorescencia de UV: La radiación ultravioleta ( = 214 nm) producida por una
lámpara de xenón, zinc o similar, incide sobre el aire a analizar, que previamente pasa a través de un filtro de
teflón. Las moléculas de SO2 presentes se excitan, de forma que, al retornar a su estado fundamental, emiten
una radiación fluorescente característica (350 nm).
Esta fluorescencia se detecta mediante un tubo fotomultiplicador, cuya señal eléctrica es procesada
electrónicamente para producir una corriente eléctrica proporcional al número de moléculas de SO2 excitadas
que, a su vez, es proporcional a la concentración de SO2 en la cámara de reacción durante un tiempo
determinado. En la figura 7, se muestra un esquema de este tipo de técnica.
40
II. Determinación de NOx por quimioluminiscencia: Esta técnica se basa en la quimioluminiscencia producida
por una molécula de NO2 excitada, al volver a su estado fundamental.
En la figura 8 se muestra un esquema de este tipo de técnica. La muestra de aire a analizar se filtra
y pasa por un conducto que se bifurca en dos partes. La primera conduce a un convertidor catalítico,
donde se produce la reducción del NO2 a NO para, posteriormente pasar a la cámara de reacción de NOx.
La segunda conduce la muestra de aire a la cámara de reacción de NO. En las cámaras de reacción, se
combinan el monóxido de nitrógeno original y el producido a partir de NO2 con el ozono generado por
el analizador. De esta forma, se genera una molécula excitada (NO2*) que, al pasar a su forma estable
(NO2), emite una radiación que es medida mediante un tubo fotomultiplicador asociado a un conjunto
amplificador electrónico y a un filtro óptico.
41
III. Determinación de CO por absorción de radiación infrarroja no dispersiva
El procedimiento de medida se basa en la técnica de absorción por infrarrojo no dispersivo (NDIR). Cuando
incide la radiación IR (4,7 µm) generada por el calentamiento de un filamento resistivo bobinado a un cilindro
cerámico, sobre una célula de medida con monóxido de carbono y otra célula de referencia que contiene los
principales interferentes (CO2, vapor de agua, SO2, NO2), existe una diferencia entre las energías absorbidas por
cada célula; proporcional a la concentración del CO presente en la muestra de aire.
La radiación produce calor de forma proporcional al número de moléculas de CO presentes. Esto origina
diferencias de presión que se traducen en señales eléctricas, que interpreta un detector, pudiendo determinarse
la concentración de CO en la muestra analizada. En la figura 9 se muestra este tipo de técnica.
42
IV. Determinación de ozono por absorción de ultravioleta
Se basa en la absorción característica, alrededor 250 nm, de la molécula de ozono cuando es irradiada
por radiación ultravioleta. La muestra de aire a analizar se filtra y se bifurca en 2 canales; uno de los
cuales pasa a través de un catalizador que elimina el ozono contenido en ella. Esta muestra sirve como
patrón de referencia en el analizador. La muestra de aire del segundo canal pasa a la celda de medida.
En la figura 10 se muestra un esquema de este tipo de técnica. La radiación ultravioleta producida por
una lámpara UV irradia las dos celdas.
La detección de la radiación procedente de cada cámara se realiza por tubos fotomultiplicadores. Estos
tubos generan una señal eléctrica proporcional a la absorción producida en cada cámara, pudiendo
calcularse la absorción producida por el ozono por la diferencia entre las señales medidas en la celda de
medida y en la de referencia.
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V. Determinación de partículas por atenuación a la radiación ß
Esta técnica se basa en la absorción parcial de la radiación ß emitida por una fuente radiactiva estable.
Las partículas en suspensión presentes en la muestra de aire se retienen en un filtro de fibra de vidrio,
a intervalos de tiempo controlados automáticamente. Su concentración se determina a partir de la
atenuación sufrida por la radiación emitida por la fuente al atravesar el filtro donde se han depositado
las partículas.
El dispositivo, mostrado en la figura 11, consta de una fuente de radiación ß, un contador Geiger–Muller,
un amplificador, un sistema de registro, un sistema de sujeción y arrastre del filtro de fibra de vidrio y el
conjunto toma-muestras.
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VI. Determinación de Benceno, tolueno y xileno (BTX)
Para la determinación de BTX se utiliza la cromatografía de gases en continuo con un detector de ionización
óptico (PID). La muestra de aire pasa por un filtro de material adsorbente como tenax o carbón activo en
un tubo de preconcentración. Mediante calentamiento se produce la desorción de la muestra contenida
del tubo y se introduce una columna de separación, dividida en una columna de fraccionamiento y una
columna de análisis. La detección se realiza mediante un detector de fotoionización (PID).
En la figura 12, se muestra el funcionamiento de esta técnica. La muestra de aire, se filtra y canaliza a
través de dos líneas de tratamiento. La primera pasa a través de un filtro catalítico, donde se eliminan
todos los hidrocarburos, excepto el metano. Desde aquí, se conduce a la celda de detección de ionización
de llama de metano. La muestra de la segunda línea se introduce directamente en la celda de ionización
de los hidrocarburos totales. Los iones producidos son proporcionales al contenido de hidrocarburos
de la muestra. Se miden por un circuito electrónico y se amplifican, indicando la concentración de
hidrocarburos y metano de la muestra. La concentración de NMHC se obtiene como diferencia entre las
2 señales anteriores.
Figura 12. Determinación por cromatografía de gases con FID (CAM, 1999)
45
VIII. Sensores remotos
Se basan en un emisor de radiaciones de diferentes longitudes de onda y un receptor, separados ambos por
una distancia que puede oscilar entre 200 m y varios kilómetros. Los contaminantes presentes en ese camino
óptico absorben estas radiaciones y esta absorción es posteriormente cuantificada. Son los sistemas más
costosos empleados en los estudios de la contaminación atmosférica. Requieren gran atención en cuanto a su
adecuada calibración, control de calidad y validación de los datos.
Se pueden distinguir entre dos tipos de sensores según el origen de la radiación utilizada. Si la fuente de
radiación es natural se denominan sensores pasivos; mientras que si es artificial se denominan sensores
activos. Las medidas que se pueden realizar son de dos tipos. Por un lado, se puede determinar la integral
de concentración del gas a lo largo de la línea de visión, conocida como integral de línea, o bien determinar la
distribución espacial completa de la radiación del gas que se esté detectando, conocida como range-resolved.
Las técnicas pasivas son más sencillas y accesibles que las activas, pero sólo pueden proporcionar medidas de
integral de línea.
Tienen grandes posibilidades. Sin embargo, su complejidad y costo hace que su uso todavía no esté muy
extendido. En este tipo de técnicas, el vehículo de información más empleado es la luz láser. Existen varios
diseños que se agrupan bajo el nombre genérico de sistemas LIDAR (Light Detecting and Ranging). Los
componentes básicos de un LIDAR son un láser con su óptica asociada, un telescopio y un sistema de detección.
Los tipos de LIDAR más importantes son:
→LIDAR de Scattering elástico. Detecta todas las moléculas en forma de aerosoles o gotitas. Se emplea
para determinar la contaminación y química atmosférica y la densidad de la alta atmósfera.
→LIDAR de Scattering Raman. Se utiliza para detectar moléculas concretas en función de su longitud de
onda.
→LIDAR de Absorción Diferencial (DIAL). Empleado para determinar especies con baja concentración o
escasa en largos recorridos.
→LIDAR de Scattering de Resonancia Atómica. Se emplea para detectar átomos concretos en función de
su longitud de onda en la alta atmósfera.
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X. Sensores remotos pasivos
Como se ha visto, los sensores pasivos miden, mediante técnicas espectroscópicas, la absorción por parte
de los gases presentes en la atmósfera de la radiación producida por fuentes naturales. Entre los sensores
de este tipo el más extendido es el COSPEC (Correlation Spectrometer). Este sensor fue diseñado para
detectar SO2 o NO2, y mide la cantidad total del gas integrada a lo largo de su línea de visión, utilizando la
radiación solar difusa, cenit, como fuente de luz.
c) Bioindicadores
Para determinar la calidad del aire también se pueden utilizar los bioindicadores, que reflejan la sensibilidad
de ciertos receptores a la contaminación atmosférica. La ventaja que tiene este tipo de indicador frente a los
análisis químicos tradicionales es que responden a gran número de compuestos y que reflejan los efectos de
la acumulación a lo largo del tiempo. Además, miden directamente los parámetros requeridos en un momento
determinado. Los bioindicadores son muy variados en número y tipo, pero se pueden clasificar en:
→ Indicadores bioquímicos: Se incluyen dentro de este grupo las experimentaciones in vivo con tejidos y
órganos animales y vegetales, la sangre y los cultivos celulares; y los experimentos in vitro, como los preparados
vegetales. Su uso se está imponiendo al de los indicadores biológicos. Se han utilizado para ver los efectos de
ozono, del flúor, del PAN y de ciertos plaguicidas, entre otros.
→ Bioensayos: Consisten en la evaluación de las plantas y la evaluación de los daños. Proporciona un índice de
daño independiente de las condiciones ambientales. Permiten identificar las fuentes fitotóxicas, la efectividad
de los equipos de control y la identificación de los contaminantes presentes.
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4.1.3. Validez de las medidas de inmisión
En los métodos discontinuos es esencial es que la totalidad o, al menos, un porcentaje conocido, del contaminante
presente en la muestra de aire llegue al laboratorio. Por esto, es necesario:
→Conocer la eficiencia del colector de la muestra, ya sea un filtro o una solución absorbente. Para esto se
usan muestras patrones de contaminante y aire.
→Utilizar de bombas de caudal constante de aire al captador, para evitar volúmenes de muestra erróneos.
→Almacenar, conservar y transportar las muestras adecuadamente para evitar alteraciones que puedan
originar que los resultados de los análisis sean erróneos.
La muestra que llega al laboratorio debe estar perfectamente identificada. Se debe conocer la cantidad
de muestra que llega y el volumen de aire captado. Su manipulación debe ser cuidadosa para evitar su
contaminación e identificación. El almacenamiento de muestras debe realizarse en las condiciones adecuadas.
Para asegurar la representatividad y validez de los datos obtenidos durante los análisis en continuo hay que
tener en cuenta los siguientes factores:
→Determinación de las características dinámicas del equipo, como el tiempo de respuesta, el tiempo de
retardo, etc.
→Determinación de la relación entre la concentración del contaminante y las lecturas del instrumento, su
linealidad, repetitividad y el límite inferior de detección. Para esto, se realiza la calibración de los equipos
empleando gases patrón, que no deben tener impurezas.
→Comprobación de la selectividad del analizador, para verificar que sólo mide el contaminante determinado.
→Mantenimiento adecuado del equipo controlando los equipos de muestreo, el caudal, el estado de la línea
de muestreo, el voltaje, etc., para evitar derivas del instrumento.
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4.2. Medida y análisis de las emisiones
La medición de las emisiones de contaminantes en fuentes puntuales se puede realizar con distintos fines específicos
como evaluar el cumplimiento de las normas de emisión, medir la eficacia de las tecnologías de control o llevar a cabo
investigaciones científicas. Normalmente, muchas de las mediciones se toman en las chimeneas, aunque se pueden
tomar en otros lugares. Las precauciones a tomar para garantizar la validez de las medidas son las mismas que para
el caso de las medidas de inmisión.
El muestreo de las partículas procedentes de emisiones puntuales debe ser representativo. Sin embargo,
esto es complicado dada la heterogeneidad en la composición, forma, tamaño y densidad de las partículas y la
influencia de factores externos como la climatología.
Para que el muestreo de partículas en conductos y chimeneas sea representativo, además de escoger un
sistema y unos equipos de muestreo adecuados, hay que realizarlo en condiciones isocinéticas. Esto implica
que hay que mantener un flujo isocinético hacia la sonda de muestreo o, lo que es lo mismo, la velocidad del
gas en el interior del sensor debe ser igual a la que tiene en el interior de la chimenea. Como se puede ver en
la figura 13, velocidades de muestreo superiores o inferiores a la del flujo gaseoso falsean la representatividad
de la muestra.
Los sondeos en tramos horizontales pueden no ser representativos al existir una segregación de ciertas
partículas. Por esto, siempre que se pueda se realizará el muestreo en tramos verticales.
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4.2.2. Métodos de análisis
Los métodos de análisis utilizados para determinar las emisiones son similares a los utilizados para el caso de
inmisiones.
Una vez captadas las partículas, las muestras se someten a un análisis gravimétrico y conteo. Después se
pueden realizar análisis químicos para determinar su composición.
Las fases sólidas o cristalinas se pueden determinar mediante difracción de Rayos X. Otro tipo de contaminantes
como los metales, después de ser previamente puestos en solución, se pueden determinar mediante absorción
atómica, ya sea por espectrofotometría o espectroscopia. Para el análisis de los gases emitidos, los métodos
utilizados son similares a los utilizados en la metodología continua y discontinua de análisis de la calidad del aire
o inmisión. En la tabla siguiente se muestra alguna de las técnicas empleadas para distintos gases.
Contaminante Métodos
Dióxido de azufre (SO2) Colorimetría, fotometría de llama,
fuorescencia UV, método del agua
oxigenada.
Óxidos de nitrógeno (NOx) Colorimetría, quimioluminiscencia.
Monóxido de carbono (CO) Cromatografía de gases, espectrometría
IR.
Sulfuro de hidrógeno (SH2) Absorción en sulfato de cadmio y
valoración con tiosulfato sódico.
El primer registro de emisiones industriales a la atmósfera y al agua a nivel europeo fue el EPER (European
Pollulant Emision Register), que se regulaba por la Decisión 2000/479/CE de acuerdo con la Directiva 96/61/CE
relativa a la Prevención y Control integrados de la Contaminación (Directiva IPPC). Según la Decisión EPER, los
Estados Miembros debían informar, con periodicidad trienal, a la Comisión Europea de sus emisiones generadas
al aire y al agua por los complejos industriales afectados. A su vez, la Comisión Europea debía publicar estos
datos y hacerlos accesibles a través de internet (a través de EPER- España en nuestro caso).
El EPER quedó derogado con la entrada en vigor del Reglamento (CE) 166/2006, relativo al establecimiento
de un registro europeo de emisiones y transferencias de contaminantes o Registro E-PRTR y por el que se
modifican las Directivas 91/689/CEE y 96/61/CE del Consejo, que surge a partir de la firma del Convenio
Aarhus y la ratificación del Protocolo PRTR (Pollulant Release and Transfer Registers).
Este Reglamento se transpuso a nuestro ordenamiento jurídico mediante el Real Decreto 508/2007, del 20
de abril, por el que se regula el suministro de información sobre emisiones del Reglamento E-PRTR y de
autorizaciones ambientales integradas. El objetivo de este RD es facilitar y complementar la aplicación del
Reglamento E-PRTR. Las actividades incluidas en su anexo I están obligadas a informar, según anexo III sobre
sus emisiones de las sustancias enumeradas en su anexo II. Así se forma el PRTR-España.
50
Este RD fue modificado por la disposición final del RD 102/2011, del 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad
del aire, procediendo a la clarificación de determinados requisitos de información y publicación de la misma en
el PRTR-España.
Las diferencias entre EPER y PRTR son principalmente el número de contaminantes y de actividades obligadas
a informar, que es mayor en PRTR, y que éste tiene en cuenta también las emisiones de contaminantes al suelo
y la transferencia de residuos, no sólo las emisiones a la atmósfera y al agua.
a) La instalación industrial, incluida en el anexo I del RD 508/2007, notifica sus emisiones anualmente
(a diferencia del EPER, que era cada tres años).
c) El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino prepara la información para mostrar al público
mediante PRTR- España (www.prtr-es.es)
En enero de 2015 había ya 6753 complejos industriales que informaban de sus emisiones en España.
51
4.3. Medida de Parámetros Climáticos
Las medidas de los parámetros climáticos pueden ser directas, como las tomadas por medio de termómetros,
barómetros, etc.; o indirectas, tomadas a distancias mediante sonar, radar, etc. Los instrumentos utilizados pueden
ser analógicos o digitales.
a) Temperatura.
→Sistemas por dilatación de líquidos o sólidos; como termómetros, ya sean de mercurio o alcohol o los
termógrafos.
b) Humedad
Los psicrómetros se fundamentan en la medida de dos termómetros, uno seco y otro húmedo. Pueden ser:
→De honda.
52
c) Viento
La dirección del viento se mide mediante veletas, que pueden ser registradoras o no. Su información se traslada
a una rosa de los vientos. La medición de la velocidad del viento se realiza mediante anemómetros y se expresa
en m/s o Km/h. Los anemómetros pueden ser de varios tipos:
→Estáticos. Miden la presión estática y la del viento, como los tubos de Pitot; el arrastre de cuerpos; o el
desplazamiento de un péndulo, como los anemoclinómetros.
d) Insolación y radiación
→Los captadores térmicos absorben la radiación y la transforman en energía térmica. Dentro de estos
captadores, se pueden citar los pirheliómetros, que miden la radiación solar directa; los piranómetros, que
miden la radiación solar de un hemisferio; los pirgeómetros, que miden las radiaciones de gran longitud de
onda y los pirradiómetros de longitud de onda corta y larga.
→Los captadores cuánticos, que absorben los cuantos de energía de la radiación y liberan electrones,
produciendo una corriente eléctrica. Pueden ser detectores fotovoltaicos, fotoemisores o fotoconductores.
e) Precipitación
Las precipitaciones se miden en milímetros, mediante el uso de pluviómetros o nivómetros. Mediante los
pluviógrafos, además de la cantidad, se puede obtener información del inicio, intensidad y duración de la
precipitación.
f) Presión atmosférica
53
4.4. Redes de vigilancia de la Contaminación Atmosférica
En los años 70, diversas organizaciones mundiales se interesaron por el estado de la calidad del aire en el mundo, para
poder realizar previsiones con vistas a la protección de la salud de las personas. De esta forma, diversos organismos
como la OCDE, la OMS, la UE o la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) dieron una serie de directrices
básicas para el establecimiento de redes de vigilancia de la contaminación atmosférica
→Controlar la calidad del aire, obteniendo los niveles de concentración de los principales contaminantes
atmosféricos.
→Adoptar las medidas necesarias en el caso de existir problemas derivados de la contaminación atmosférica.
En la planificación de una red de control y vigilancia de la contaminación de un territorio determinado, hay que
seguir una serie de etapas. Entre éstas se pueden destacar el estudio previo, la organización y recursos, y la
planificación y el diseño.
a) Estudio previo
Esta fase consiste en la recopilación de una serie de informaciones y datos previos básicos. Entre la
información a recopilar se pueden citar:
→Datos meteorológicos. Como se ha visto en apartados anteriores, existen parámetros climáticos que
pueden influir en la calidad del aire a lo largo del año, como la humedad, la temperatura, la velocidad del
viento, etc.
→Datos demográficos y sociales. Variables como la población, la distribución, el nivel de vida, el nivel sanitario,
etc., en un área determinada, pueden determinar la existencia de mayor o menor contaminación en ella.
→Datos topográficos. La existencia de ciertas características del relieve, como valles, montañas, etc., pueden
dificultar una renovación del aire en la zona y, por tanto, un aumento en la concentración de contaminantes.
→Datos sobre la contaminación. Será necesario conocer lo mejor posible, las causas de la contaminación, los
contaminantes principales, los focos contaminantes, datos sobre la calidad del aire, etc.
Con toda esta información y mediante la aplicación de modelos o de formulas de dispersión, se elaborará un
modelo conceptual previo, del cual se partirá para el resto de las etapas.
54
b) Organización y recursos
A partir del modelo desarrollado anteriormente, en esta fase habrá que designar quien, como y con qué se
va a llevar a cabo el control de la contaminación. Las labores que hay que realizar en esta etapa son:
→Fuentes de financiación.
→Otros recursos.
c) Planificación y diseño
→Selección definitiva de los agentes a controlar. Así se establecerá si se controlan los contaminantes
primarios, como NOx, CO o SO2¸ o secundarios, como los PAN (peroxiacetilnitrato).
→Establecimiento de la localización y el número de puntos de muestreo. Para ello, se siguen una serie
de criterios como la representatividad la comparabilidad, los requisitos físicos y tecnológicos, el tipo de
medidas, etc. El muestreo se puede realizar mediante:
›Estaciones remotas o de vigilancia. Son cabinas acondicionadas donde se miden los valores de
inmisión de distintos contaminantes como CO, NOx, partículas, SO2, BTX y ozono. Se componen
de analizadores automáticos, ventiladores y una estación meteorológica. Disponen de equipos de
calibración con atmósferas patrón para los analizadores.
›Unidades móviles. Son vehículos acondicionados para la medida de valores de emisión e inmisión de
ciertos contaminantes como O3, PAN, BTX y NOx.
›Las necesidades de laboratorio, para la puesta a punto de atmósferas patrón, realización de los
análisis y puesta a punto de nuevas técnicas.
55
4.4.2. Redes de control en Europa y España
La gestión y control de la calidad del aire en la Unión Europea viene determinada por la Directiva 2008/50/CE
del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de mayo de 2008 relativa a la calidad del aire ambiente y a
una atmósfera más limpia en Europa, cuyos objetivos son, citando textualmente su artículo 1:
I. definir y establecer objetivos de calidad del aire ambiente para evitar, prevenir o reducir los efectos nocivos
para la salud humana y el medio ambiente en su conjunto;
II. evaluar la calidad del aire ambiente en los Estados miembros basándose en métodos y criterios comunes;
III. obtener información sobre la calidad del aire ambiente con el fin de ayudar a combatir la contaminación
atmosférica y otros perjuicios y controlar la evolución a largo plazo y las mejoras resultantes de las medidas
nacionales y comunitarias;
IV. asegurar que esa información sobre calidad del aire ambiente se halla a disposición de los ciudadanos;
V. mantener la calidad del aire, cuando sea buena, y mejorarla en los demás casos;
VI. fomentar el incremento de la cooperación entre los Estados miembros para reducir la contaminación
atmosférica.
→Criterios de evaluación de las emisiones de SO2, NO2 y NOx, partículas, plomo, benceno, CO y ozono.
→Valores Límite y umbrales de alerta para la protección de la salud humana. Medidas necesarias en caso de
superación de dichos umbrales.
→Niveles críticos
→Obligatoriedad de elaboración de Planes de Calidad del Aire para aquellos Estados miembros que posean
zonas donde se superen cualquier valor límite o valor objetivo, incluyendo márgenes de tolerancia.
La Comisión presenta y actualiza los valores límite y cada país tiene la obligación de realizar mediciones en las
ciudades y de establecer medidas para cada situación y alerta a través de las redes de vigilancia y control de
emisiones.
a) Redes de seguimiento de bosques, surgidas a raíz del creciente deterioro del estado de salud de los
bosques registrado en Europa hacia la década de los ochenta, provocado por la contaminación atmosférica.
En la actualidad, las Redes Europeas se regulan por el Reglamento CE/614/2007 relativo al instrumento
financiero para el medio ambiente (LIFE+). En este marco, los representantes de los centros focales nacionales
del ICP Forest (documento que describe el estado de los bosques europeos) en los Estados Miembros y de la
comunidad científica internacional elaboraron el “Sistema Europeo de Seguimiento de Bosques”
b) La red EMEP/BAPMoN mide la contaminación de fondo en las zonas rurales (la que pueda existir lejos de
los focos de emisión) dentro del convenio de Ginebra sobre el transporte a larga distancia de contaminantes
atmosféricos. Los datos se envían al centro Europeo de Coordinación química para su procesado y
almacenamiento.
56
En España, el control y vigilancia de la contaminación atmosférica se realiza mediante:
→La Red Española de Vigilancia de la Contaminación Atmosférica, formada por las redes de vigilancia de las
Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos.
Mediante las redes de vigilancia se miden los niveles de calidad del aire y se hacen los inventarios de emisiones
e inmisiones. La legislación marca para cada contaminante unos valores determinados a conseguir de calidad
o de inmisión diferente y en distintos periodos de tiempos (semihorarios, diarios y anuales). Las diferentes
categorías de niveles de calidad del aire que se presentan en la legislación actual son las siguientes:
a) Valores guía. Concentraciones de los diferentes contaminantes destinados a prevenir efectos a largo
plazo para la salud y el medio ambiente.
b) Valores límite. Concentraciones de los diferentes contaminantes que no se deben sobrepasar durante
un periodo determinado, para proteger la salud humana. Sin embargo, hay que considerar que el hecho de
sobrepasar un valor límite no significa que se vayan a producir efectos negativos sobre la salud, sino que
puede haberlos.
c) Nivel crítico: el fijado con arreglo a conocimientos científicos por encima del cual pueden producirse
efectos nocivos para algunos receptores como las plantas, los árboles o ecosistemas naturales, pero no para
el hombre.
d) Valor objetivo: valor fijado con el fin de evitar, prevenir o reducir los efectos nocivos para la salud humana
y el medio ambiente en su conjuntos, que debe alcanzarse, en la medida de los posible, en un periodo
determinado.
e) Umbral de alerta: nivel a partir del cual una exposición de breve duración supone un riesgo para la
salud humana que afecta al conjunto de la población y que requiere adopción de medidas inmediatas. La
legislación ha fijado umbrales de alerta para el NO2, SO2 y el ozono:
57
f) Umbral de información: nivel a partir del cual una exposición de breve duración supone un riesgo para la
salud de los sectores especialmente vulnerables de la población y que requiere suministro de información
inmediata y apropiada.
Según la Ley 34/2007, del 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, es competencia
de las Comunidades Autónomas y de las Administraciones Locales, en su caso, la implantación y control de
estaciones de medida y redes de vigilancia de la contaminación, a fin de permitir el cumplimiento de sus
obligaciones con la ley citada anteriormente. Igualmente, tendrán la obligación de remitir periódicamente al
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente la información validada y actualizada acerca de las
estaciones, redes y otros sistemas de evaluación de la calidad del aire.
La ley 34/2007 también hace referencia al establecimiento de los valores límite de la contaminación atmosférica
a través del mencionado RD 102/2011, relativo a la mejora de la calidad del aire, que desarrolla la ley anterior.
En su anexo I se establecen los objetivos de calidad del aire para distintos contaminantes.
58
5. Prevención,
control y Para la prevención y control de la contaminación atmosférica se
59
Las buenas prácticas de operación incluyen medidas como el cuidado y mantenimiento apropiado del equipo. Un pro-
grama de inspección y mantenimiento regular, puede evitar la fuga de compuestos orgánicos volátiles en una planta
química y, por tanto, su emisión.
Las acciones urbanísticas incluirían una planificación correcta de los edificios, un diseño urbano adecuado, la exis-
tencia de vegetación, una gestión adecuada del transporte, etc. Dentro de las iniciativas europeas se incluyen los
siguientes mecanismos:
a) Estrategia europea de desarrollo sostenible:
I. Empleo de energía limpia para reducir emisiones de GEI. Incluye la creación de políticas energéticas por
parte de los gobiernos.
II. Transportes sostenibles
III. Consumo y producción sostenibles
IV. Conservación y gestión de los recursos naturales
V. Salud pública, reduciendo el incremento de enfermedades relacionadas con la contaminación atmos-
férica, y mejorando la información sobre la contaminación para paliar las repercusiones negativas sobre la
salud.
b) Estrategia de medio ambiente urbano:
I. Gestión del entorno urbano
II. Transporte sostenible
III. Construcción y urbanismo sostenibles
c) Utilización de biocarburantes.
d) Plan de Fomento de las Energías Renovables, aplicando mejoras en las emisiones por vehículo.
En cuanto a las iniciativas españolas sobre la mejora de la calidad del aire en las ciudades se encuentran:
a) Estrategia Española de Calidad del Aire, ampliada con la entrada en vigor de la Ley 34/2007 de calidad del
aire y protección de la atmósfera.
b) Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia, horizonte 2007-2012-2020.
c) Estrategia Española de Movilidad Sostenible. En cumplimiento de la disposición adicional séptima de la Ley
34/2007, se establece un marco de actuación para facilitar la movilidad sostenible y baja en carbono, que
implica garantizar que nuestros sistemas de transporte respondan a las necesidades económicas, sociales y
ambientales, reduciendo al mínimo sus repercusiones negativas. Con este documento se fomenta, entre otras
cosas, una movilidad alternativa al vehículo privado, uso de la bicicleta como modo sostenible de transporte,
todo ello con la ayuda de una planificación urbanística que facilite las medidas contempladas.
d) Impuestos ambientales, incentivos fiscales, reducción del IVA para el transporte por ferrocarril y autobús.
Por último, el establecimiento de medidas legislativas cada vez más restrictivas, tal y como hemos visto a lo largo de
este módulo, es una técnica eficaz para reducir la contaminación.
60
5.1.1. Métodos de Control de Emisiones en automóviles
Varias de las principales causas de contaminación atmosférica, y en consecuencia, de problemas para la salud
pública que provoca son el transporte, las industrias y la producción energética a partir de fuentes fósiles. Por
ejemplo, en 2005 el sector del transporte fue responsable del 26% del total de emisiones de SO2, NOx, CO y
precursores de O3.
Por lo tanto, es primordial atacar este problema desde distintos ámbitos, y uno de ellos es el de la tecnología.
El diseño y fabricación de motores que emitan menos gases y los biocombustibles favorecen el control de las
emisiones de los automóviles y otros medios de transporte. Además, estas acciones se deben complementar
con el urbanismo, la gestión del tráfico y la concienciación ciudadana.
El reto de seguir disminuyendo el consumo y las emisiones de CO2 de los automóviles es uno de los desarrollos
tecnológicos más importantes del sector automovilístico. Así, el mercado se está orientando hacia los coches
que menos emisiones de CO2 emiten. Por ello, la industria del automóvil ha establecido tres líneas de trabajo
principales:
a) Desarrollo de motores de combustión interna más eficientes en cuanto a reducción del consumo,
acompañadas de drásticas disminuciones de emisiones de CO2.
b) Combustibles alternativos: biocarburantes, gas natural vehicular, gas licuado del petróleo, etc. Fa-
vorecer el empleo de estos combustibles está ligado a una infraestructura de suministro adecuada.
c) Electrificación (parcial o total) de los medios de transporte y utilización del hidrógeno como vector
energético del futuro. El vehículo eléctrico, ya sea híbrido o el eléctrico puro, proporcionan muy pocas o
nulas emisiones en el tubo de escape. Como ocurre con los combustibles alternativos, el éxito de esta tec-
nología radica, entre otros aspectos, en la autonomía que proporciona y en la existencia de infraestructuras
de recarga suficientes y adaptadas a las necesidades de los usuarios.
Por lo tanto, una movilidad sostenible es posible, siempre y cuando el desarrollo tecnológico vaya ligado a una
actuación coordinada de medidas de impulso a nivel público y privado, y a un avance acelerado de normativa.
Uno de los modos más habituales de reducir la emisión de contaminantes a la atmósfera es la aplicación de diversas
técnicas de tratamiento para la reducción de partículas y gases. Las características de cada técnica dependerán del
tipo de contaminante, del caudal tratado y de las condiciones específicas de cada situación.
61
5.2.1. Tratamiento de partículas
El material particulado incluye pequeñas partículas líquidas y sólidas en forma de humo, polvo, vapor o neb-
linas. Las técnicas de control para este tipo de material se centran en capturar las partículas emitidas por la
fuente contaminante.
Antes de escoger un dispositivo de control se deben considerar muchos factores. Normalmente, todos los siste-
mas de captación deberían situarse cerca de los puntos de emisión. Estos sistemas consisten en una red de
conductos con ramificaciones en los distintos puntos de generación de las partículas. Unos soplantes o ventila-
dores aspiran el aire que contiene las partículas y las arrastran al sistema de tratamiento.
Las características de la corriente de partículas afectan la elección del dispositivo de tratamiento. Estas carac-
terísticas incluyen la variedad del tamaño de las partículas en la corriente, el caudal de flujo, la temperatura, el
contenido de humedad y las propiedades químicas del flujo como la capacidad explosiva, acidez, alcalinidad e
inflamabilidad.
Los dispositivos de control más usados para controlar la emisión de partículas son:
→Sistemas de separación mecánica, por gravedad, dispersión, inercia, etc.
→Sistemas de separación hidráulica, como lavadores o condensadores.
→Filtros.
→Separadores electróstaticos.
→Sistemas de separación por ultrasonidos, como las sirenas rotativas o estáticas.
En muchos casos, se usan varios de estos dispositivos en serie para obtener la eficiencia de eliminación de-
seada. Por ejemplo, se puede usar una cámara de sedimentación para retirar partículas grandes antes de que
el flujo contaminante ingrese a un precipitador electrostático.
Debido a que los dispositivos para el control de partículas capturan los contaminantes pero no los destruyen, es
necesario disponer adecuadamente el material recogido. Así, las partículas sólidas se reciclan cuando es posible
o se utilizan como material de relleno. Las aguas residuales generadas se envían a una planta de tratamiento.
Entre los sistemas de separación mecánica se pueden citar los separadores por gravedad, por dispersión,
por inercia o centrífugos. En la figura 15 se ven alguno de estos dispositivos.
→Sistemas de separación por gravedad. Consisten en una cámara alargada donde entra el gas con-
taminado. Aquí, éste pierde velocidad, de forma que las partículas sedimentables que transporta se de-
positan en el fondo. Se utiliza para partículas gruesas.
Su limpieza es manual, por lo cual actualmente se utiliza poco y sólo en instalaciones con gran produc-
ción de este tipo de partículas como tratamiento previo a otros sistemas.
→Sistemas de tratamiento por dispersión. Se refiere a la dispersión originada al emitir los contami-
nantes a través de una chimenea.
62
→ Sistemas de separación por inercia. En estos sistemas, la corriente gaseosa es sometida a cambios bruscos
de dirección. Esto provoca que las partículas transportadas choquen por inercia con las superficies del separa-
dor y sean recogidas en colectores. Hay distintos tipos de separadores inerciales en función de la cámara que
utilicen:
• Cámaras de celosía. Son similares a persianas, donde el gas pasa por las rendijas y la partícula choca con
las lamas.
• Cámaras de desviación. Provocan cambios de dirección del gas, haciendo que las partículas choque de-
bido a su inercia.
• Cámaras de película. El gas circula por un conducto en espiral provisto de unos orificios por los que salen
las partículas, que son recogidas en el exterior.
• Cámaras de orificios de impacto. Se basan en placas perforadas contra las que impacta la corriente
gaseosa, de manera que las partículas se paran y se recogen en la parte inferior.
Los separadores inerciales son muy utilizados para capturar aerosoles líquidos.
→ Sistemas centrífugos de separación. La corriente de gas contaminado pasa a una tolva donde describe
una trayectoria helicoidal. Debido a la acción de la fuerza centrífuga, las partículas se proyectan contra las pare-
des de la tolva, cayendo al fondo del depósito. Este tipo de aparatos se denominan ciclones, y su rendimiento
aumenta cuando su diámetro se reduce y aumenta el caudal de la corriente gaseosa. Los ciclones son muy
eficientes para eliminar partículas grandes pero no tanto para partículas pequeñas.
63
b) Sistemas de separación hidráulica
Se basan en la captación de las partículas con la ayuda de agua o soluciones acuosas con aditivos. Se pueden dis-
tinguir varios tipos, alguno de los cuales se muestra en la figura 16:
→Separadores de escorrentía. Se basan en el choque del flujo de gas contaminado contra unas paredes por
las que circula una lámina de agua.
→Separadores de relleno. La corriente de gas pasa en sentido ascendente a través de un lecho de bolas de
plástico, que es rociado con agua.
→Torres de lavado. Son torres que se rellenan de distintos materiales, fijos o flotantes, por las que circula el
gas en sentido ascendente. En la parte superior existen pulverizadores de agua. Las partículas transportadas
por el gas contactan con la película de agua que recubre estos materiales.
→Pulverizadores. El gas circula a contracorriente en una torre y es pulverizado desde arriba con agua. El agua
captura las partículas, y forma unos lodos que son recogidos en un depósito. Se utilizan como complemento
de los métodos anteriores.
→Aparatos Venturi. El gas pasa por un tubo Venturi. En la parte estrecha del tubo se inyecta agua pulverizada,
que capta las partículas que chocan con ella. Así, se va formando una masa que se deposita en el fondo. Estos
sistemas pueden tener varias disposiciones: horizontal, vertical, en espiral, etc. Se pueden también comple-
mentar con sistemas que carguen las partículas eléctricamente, con inyecciones de aire comprimido o vapor, o
con generadores de micronieblas. Los lavadores Venturi pueden alcanzar el 99 % de eficiencia para partículas
pequeñas.
→Lavadores de placas. La corriente de gas se pulveriza con agua y luego choca con unas placas deflectoras,
recogiéndose las partículas en separadores.
→Condensadores. El gas contaminado se satura con agua y se le somete a un descenso de presión, que pro-
voca la condensación del vapor de agua sobre las partículas. Éstas se aglutinan y se separan mediante un
sistema centrífugo.
a) b) c)
16. Lavador
FiguraFigura Ventury
16. Lavador (a),(a),
Ventury torre dede
torre lavado (b)(b)y ycondensador
lavado (c). (Heinsohn,
condensador (c). (Heinsohn,1999)
1999)
64
c) Sistemas de separación por filtración
En este tipo de sistemas, la corriente gaseosa pasa a través de un material poroso donde quedan retenidas las
partículas por distintos procesos.
→Filtros básicos. Son filtros constituidos de diversos materiales como arena, gravilla, carbón, etc.; por los cu-
ales pasan las partículas que quedan retenidas en función de su tamaño y del filtro empleado.
→Filtros de mangas. Son sacos de papel, fieltro u otros tejidos, que retienen las partículas en función de su
tamaño de malla. La separación de las partículas se hace por vibración mecánica, por contracorriente periódica
o por vibración ultrasónica. Los filtros de tela son eficientes para retener partículas finas y su rendimiento pu-
ede sobrepasar el 99 % de eliminación en la mayoría de las aplicaciones.
La eficacia de estos dispositivos disminuye según se van llenando. El material utilizado para los sacos depend-
erá de la temperatura de trabajo, del tipo de partículas, su tamaño, forma, dimensión, agresividad química, etc.
En la figura siguiente se muestra un filtro de mangas.
Figura 17.Figura
Cuarto Cuarto
17. de de industrial
sacos sacos industrial por vibración
por vibración (Nevers,
(Nevers, 1997)
1997)
65
d) Separadores eléctricos y electroestáticos
Estas técnicas utilizan las fuerzas eléctricas generadas mediante campos eléctricos provocados mediante elec-
trodos de descarga o precipitación.
El sistema se compone de un tubo o caja, por el que circula el gas, que contiene unos hilos verticales que hacen de
electrodos emisores y unas placas periféricas que son los electrodos colectores.
En los electrodos emisores se produce la ionización de las partículas. El campo de ionización se ilumina en lo que
se denomina proceso corona. Si la corriente es alterna las partículas ionizadas oscilan, mientras que si es continua,
van hacia el electrodo colector donde se descargan y precipitan. A la hora de diseñar un separador de este tipo hay
que tener en cuenta ciertos factores como la presión y características de la corriente gaseosa, la temperatura, las
características dieléctricas, la humedad, la resistividad y el tiempo de residencia de las partículas, etc. En la figura
18, se muestra un modelo de precipitador electrostático (ESP).
Son aparatos que producen un efecto de coalescencia que aumenta el rendimiento de otros separadores como
los ciclones o los filtros. Se componen de un tubo de resonancia que contiene un emisor o sirena en el extremo
superior y un pistón de regulación que se desplaza por el tubo. Dentro de éste, circula una cortina de agua a lo
largo de la pared interna o se pulveriza desde arriba para arrastrar las partículas depositadas. Los gases entran
lateralmente por la parte inferior y salen por un lateral ya depurados.
66
5.2.2. Tratamiento de los Gases Contaminantes
El método más común de control de contaminantes gaseosos es la colocación de dispositivos de control para destruir
o recuperar un contaminante. Las técnicas de control agregado son la combustión, adsorción, absorción y conden-
sación.
a) Absorción
La absorción consiste en una transferencia por difusión de los componentes más solubles de la fase gaseosa a
la fase líquida. Esta transferencia puede ser lenta si el proceso se da por una difusión molecular natural debida a
diferencias de concentración entre la fase líquida y la gaseosa. Si la transferencia se origina por una difusión tur-
bulenta provocada, se produce más rápidamente.
La absorción puede ser física, si no hay reacción entre el gas contaminante al disolverse en el líquido, o química, si
el gas se disuelve en el líquido y, además, reacciona con él transformándose en otros productos.
Los procesos de absorción se pueden realizar utilizando distintos sistemas de lavado como:
→Columnas de relleno o lavado.
→Columnas de bandejas perforadas.
→Columnas pulverizadoras.
→Borboteadores
→Pulverizadores con fuerza centrífuga, etc.
El relleno de las columnas de lavado dependerá del gas a tratar y del disolvente utilizado. Los rellenos que se
pueden utilizar son materiales cerámicos como la porcelana o el gres; materiales metálicos como el aluminio o el
acero dulce; plástico o carbono. La base del relleno es una malla que también depende del disolvente, pero puede
ser de madera, metal, vidrio, carbono o plástico.
Los disolventes más empleados son el agua o soluciones acuosas de sosa, etanolamina, dietanolamina o hidróxido
potásico. Cuando los disolventes se cargan de contaminantes es necesaria su regeneración. Para ésta, los métodos
más habituales son:
→Desorción con un gas inerte. Es el proceso contrario a la absorción. El líquido pasa a un gas inerte como vapor
de agua que, posteriormente se condensa.
→Desorción por ebullición. Si se aumenta la temperatura, se reduce la solubilidad del gas y el disolvente, si es
agua, se evaporará. Posteriormente, se condensa el contaminante.
→Desorción por disminución de la presión. Al disminuir ésta aumenta la concentración de gas contaminante
siendo más fácil su eliminación.
El rendimiento del proceso aumenta cuanto menor sea la resistencia de la fase líquida. Esto se consigue emple-
ando un disolvente reactivo, en el cual el gas sea muy soluble.
Por otra parte, cuanto mayor sea la superficie del material de relleno mayor será la interfase entre líquido y gas
y mejor el rendimiento. Existen otros factores que inciden en el proceso como la temperatura de los gases a la
entrada y a la salida; el caudal de la corriente gaseosa y del disolvente; las pérdidas de carga; la concentración del
gas y los niveles de corrosión, incrustación o colmatación.
67
b) Adsorción
La adsorción consiste en la transferencia de los componentes de la fase gaseosa a una fase sólida. Este proceso
puede ser de tipo físico, si se produce por la existencia de fuerzas atractivas entre el sólido y el gas, o químico, si
existe transformación del gas al reaccionar con la superficie del sólido. La adsorción aumenta con la porosidad del
sólido y la polaridad del contaminante.
El adsorbente más utilizado es el carbón activo. Sin embargo, dependiendo de las características del proceso se
pueden escoger otros adsorbentes como gel de alúmina o sílice, zeolitas sintéticas, impregnación de adsorbentes
con bromo, yodo o con catalizadores como cobre, plata, platino, etc.
A la hora de diseñar un proceso de adsorción, se deben tener en cuenta dos factores: la velocidad de la corriente
gaseosa y el espesor del lecho adsorbente. Los lechos pueden ser delgados, cuando se tratan gases con poca
carga contaminante, o gruesos, entre 0.8 y 1 m como máximo, cuando se necesita gran capacidad de adsorción.
Los lechos pueden ser o no regenerados, utilizando aire caliente o vapor de agua para aumentar la temperatura y
provocar la desorción del gas contaminante, para su recuperación, como en el caso de disolventes, o su destruc-
ción en el caso de productos sin valor.
La adsorción se suele utilizar para la recuperación de compuestos orgánicos valiosos y para el tratamiento de olo-
res en la industria alimenticia y en otras industrias como la del cuero, los textiles, los plaguicidas, etc. La eficiencia
de eliminación de este tipo de procesos puede ser del 95 a 99 %.
c) Combustión
La combustión o incineración consiste en una oxidación rápida de los compuestos orgánicos de la fase gaseosa,
que se transforman en agua y CO2 en presencia de oxígeno. La concentración de este último y la temperatura de
la llama se deben controlar para evitar o minimizar la producción de NOx. En la figura 19, se muestran distintos
esquemas de incinerador.
→Antorchas. Son procesos de combustión que se utilizan cuando los gases están en concentraciones mayores
a límite de inflamabilidad, con un poder calorífico mayor a 400 Kcal/m.3. Para evitar la formación de humo se
mezcla el gas con aire antes de la ignición. La eficacia de destrucción de las antorchas para compuestos orgáni-
cos volátiles es de, aproximadamente, el 98 %. Este proceso se utiliza en refinerías, complejos petroquímicos,
plantas que operan con H2, NH3, cianhídrico, gases tóxicos, etc.
68
→Combustión catalítica. Son procesos que transcurren a temperaturas menores que los de postcombustión,
en los cuales se oxida la materia orgánica, y, por lo tanto, tienen una menor emisión de NOx. Se utilizan mucho
para gases combustibles con baja concentración. Para que la oxidación se dé a menor temperatura, se em-
plean catalizadores, que pueden ser másicos, constituidos por sustancias activas, o soportados, en los que las
especies activas se colocan en un material con una superficie específica.
Los sistemas de combustión catalítica se componen de un catalizador activo incluido en la cámara de com-
bustión, un sistema de inyección del gas o de mezcla de oxígeno, un sistema de precalentamiento para llevar
iniciar la reacción de oxidación y una chimenea al aire.
Con los incineradores catalíticos se pueden obtener eficiencias superiores al 95 %. Los catalizadores se utili-
zan en los automóviles con motores de explosión, en hornos de pintura o esmaltes, en tostadoras de café, en
imprentas, etc.
d) Condensación
Los condensadores pueden ser de dos tipos. En los condensadores de contacto, el gas contacta con un líquido
refrigerante como el agua. En los condensadores de superficie, los gases entran en contacto con una superficie
fría por la cual circula un líquido o gas enfriado. La eficiencia de eliminación de los contaminantes mediante con-
densadores varía entre el 50 y más del 95 %, dependiendo del diseño y aplicación.
69
e) Biofiltración
Esta técnica emplea microorganismos como hongos, algas y bacterias, para la oxidación bioquímica de las sustan-
cias orgánicas e inorgánicas presentes en las corrientes gaseosas contaminadas, transformándolas en CO2, agua
y biomasa.
La biofiltración tiene dos etapas. La primera se desarrolla en un lavador humectador, en donde se separan las
partículas del gas contaminado y se aporta la humedad y temperatura necesaria para el desarrollo del proceso
biológico.
En la segunda fase, la corriente gaseosa ya preparada pasa a un biofiltro. Éste consiste en un depósito con una
parrilla que soporta una biomasa esponjosa que consume la materia orgánica presente a medida que el gas va
pasando. El aire ya depurado se elimina a través de una chimenea. En la figura 20, se muestran los esquemas
de un biolavador y un biofiltro. Este método se emplea para tratar contaminantes orgánicos gaseosos como hi-
drocarburos aromáticos (BTX), fenoles, aminas, etc., en fábricas de pegamento, de harina de pescado o carne,
pinturas, barnices, mataderos, etc.
70
5.3. Prevención de la contaminación mediante acciones globales.
Ya hemos visto en el anexo I de Material Complementario las iniciativas llevadas a cabo para mitigar el cambio climático y
las obligaciones de los países que ratificaron el Protocolo de Kioto de reducir las emisiones de gases efecto invernadero. El
Protocolo establece unos mecanismos de flexibilidad, mediante los cuales se facilita a los países del Anexo I del Protocolo, los
países desarrollados, a reducir sus emisiones a través de medios aptos para absorber o emitir menos GEI.
El CDE permite a las Partes del Anexo I adquirir Unidades de la Cantidad Atribuida de Emisiones (UCAs) de otras Partes del
Anexo I, según los objetivos de emisión fijados en el Protocolo.
Los Mecanismos de AC consisten en la inversión en proyectos de energía limpia de un país desarrollado en otro país desar-
rollado (ambos del Anexo I del Protocolo). De esta manera, el país inversor obtiene certificados para reducir emisiones (URE)
más baratos que los que hubiera obtenido en su ámbito nacional, y el país receptor recibe la inversión y la tecnología.
Los MDL son similares a los mecanismos de AC, sólo que el país desarrollado invierte en tecnologías de desarrollo limpio
en un país en vías de desarrollo. Como consecuencia recibe una reducción certificada de sus emisiones (RCE), que puede
intercambiar por derechos de emisión en su país de origen o en otro de los países en los que opere.
71
5.3.1. Captura y almacenamiento geológico de carbono
La captura y almacenamiento geológico de carbono es una técnica que consiste en atrapar el CO2 cuando es emitido
desde grandes fuentes, comprimirlo y transportarlo a un lugar de almacenamiento adecuado donde es inyectado en
el suelo. Esta tecnología contribuye tanto a los objetivos de la UE para mitigar el cambio climático como a la seguridad
en el suministro de energía, siempre y cuando éste se lleve a cabo de forma segura y con el apoyo de la población y
de las partes interesadas.
Actualmente, existe en la localidad de Hontomín (Burgos) un almacén geológico de CO2 que ya está funcionando con
éxito. En el siguiente link tienes toda la información: http://www.ciuden.es/index.php/es/tecnologias
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6. Contaminación
Lumínica Existe otro tipo de contaminación atmosférica a considerar, que es
la llamada contaminación lumínica. Según el artículo 3 de la Ley
34/2007, sobre calidad del aire y protección de la atmósfera, la con-
taminación lumínica es el resplandor luminoso nocturno o brillo
producido por la difusión y reflexión de la luz en los gases, aerosoles
y partículas en suspensión en la atmósfera, que altera las condicio-
nes naturales de las horas nocturnas y dificultan las observaciones
astronómicas de los objetos celestes, debiendo distinguirse el brillo
natural, atribuible a la radiación de fuentes u objetos celestes y a
la luminiscencia de las capas altas de la atmósfera, del resplandor
luminoso debido a las fuentes de luz instaladas en el alumbrado ex-
terior.
1
Profesores del Departament d´Astronomia i Metereologia de la Universitat de
Barcelona. Artículo publicado en el anuario 1995-1999: Fin de siglo (Tibidabo
ediciones).
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b) Difusión hacia el cielo: está originada por la difusión de la luz que generan las moléculas del aire y del
polvo en suspensión. Esto hace que parte de la luz se desvíe de su dirección original y sea dispersada en todas
direcciones. Es lo que se puede apreciar en noches nubladas, cuando las nubes resplandecen por encima de
las zonas urbanas.
c) Deslumbramiento: dificultad o imposibilidad de la visibilidad al transitar por una vía pública por el efecto de
la luz emitida por distintos tipos de focos de luz.
d) Sobreconsumo: se produce cuando la emisión artificial de luz implica un consumo energético excesivo
debido a la intensidad, horario de funcionamiento y/o su distribución espectral.
La mencionada ley 34/2007, en su disposición adicional cuarta, insta a las Administraciones públicas, en el ámbito de
sus competencias, a promover la prevención y reducción de la contaminación lumínica, con la finalidad de conseguir
los siguientes objetivos:
→Promover un uso eficiente del alumbrado exterior, sin menoscabo de la seguridad que debe proporcionar a
los peatones, los vehículos y las propiedades.
→Preservar al máximo posible las condiciones naturales de las horas nocturnas en beneficio de la fauna, la flora
y los ecosistemas en general.
→Prevenir, minimizar y corregir los efectos de la contaminación lumínica en el cielo nocturno, y, en particular
en el entorno de los observatorios astronómicos que trabajan dentro del espectro visible.
→Reducir la intrusión lumínica en zonas distintas a las que se pretende iluminar, principalmente en entornos
naturales e interior de edificios.
La contaminación lumínica es luz desaprovechada, es decir, aquella que se escapa fuera de la zona que se quiere
iluminar. Por lo tanto, supone un derroche de energía en el alumbrado exterior. Hay que tener en cuenta que el gasto
energético del alumbrado público representa, a escala municipal, aproximadamente el 50% del gasto energético total.
El exceso de potencia lumínica aumenta el efecto de la incorrecta utilización luminarias y el flujo reflejado por los
pavimentos. Si no se controla la potencia instalada es imposible controlar el aumento de la contaminación lumínica.
Las grandes concentraciones de luz de alta potencia contaminen más que la misma potencia en modo extendido.
Puedes consultar el Programa En- Light de la UE, destinado a la promoción y el estudio del alumbrado público
eficiente en este link:
http://www.enlight-project.eu/en/home/
Las medidas correctoras que se pueden aplicar son diseños de los focos emisores de luz que eviten el flujo de luz por
encima del plano horizontal (ver figura 22, Normas Básicas de Utilización del Alumbrado), limitación en la potencia
eléctrica de dichos focos y de su horario de funcionamiento, y la generalización en el uso de lámparas de sodio de bajo
consumo.
En materia de legislación, a nivel nacional, existe el Real Decreto 1890/2008, de 14 de noviembre, por el que se
aprueba el Reglamento de eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior y sus Instrucciones técnicas
complementarias que plantea una serie de medidas principalmente desde la perspectiva del ahorro energético, y
para limitar el resplandor luminoso nocturno o contaminación luminosa y reducir la luz intrusa o molesta. A partir
de estas disposiciones las comunidades autónomas desarrollan su propia normativa sobre contaminación lumínica.
En este marco, el Comité Español de Iluminación y el Instituto para la diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE),
perteneciente al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, han elaborado una propuesta modelo de Ordenanza
municipal, dirigida a los Ayuntamientos que quieran regular sus instalaciones de alumbrado exterior y reducir así el
impacto ambiental en cuanto a consumo de energía y resplandor luminoso nocturno.
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Algunas experiencias piloto permiten estimar el ahorro energético derivado del correcto alumbrado público. Las
instalaciones adaptadas en Figueres (Girona), como consecuencia de la aplicación del "Pla director per a 'estalvi
energètic en l'enllumenat públic a Figueres", han supuesto un ahorro medio del 44% del gasto energético. Cifras
similares se obtienen en el caso de la Ley del Cielo de las Islas Canarias: el ahorro se sitúa entre el 40% y el 60% para
determinadas instalaciones adaptadas.
A nivel internacional existen varias declaraciones sobre la protección del cielo oscuro y la reducción de la contaminación
lumínica:
→Declaración de Genk, propuesta en el V Simposio Europeo sobre la Protección del Cielo Nocturno.
Otro aspecto a tener en cuenta sobre la contaminación lumínica es el efecto que tiene sobre la biodiversidad y el
medio ambiente. Esto se debe a que los efectos del sobreconsumo generan la emisión de gases contaminantes,
derivados de la obtención de energía por parte de las centrales térmicas o de generación de residuos radiactivos
por parte de las centrales nucleares. Igualmente, los efectos sobre los ecosistemas y especies animales se deben
a la alteración de los hábitos nocturnos que generan variaciones en los ciclos de reproducción, migraciones, etc.
Esta circunstancia se ve acentuada por la importante cantidad de radiación ultravioleta emitida hacia el cielo en los
núcleos urbanos. La radiación ultravioleta es invisible para el ojo humano pero muy perceptible para la mayor parte
de los insectos nocturnos, de los que dependen tanto sus depredadores naturales (diversas especies de pájaros,
murciélagos, mamíferos, anfibios, etc.) como las especies vegetales que abren sus flores por la noche.
Por último, el incremento de la luz emitida por los núcleos urbanos trae consigo una mayor luminosidad del fondo del
cielo nocturno, lo que dificulta e, incluso, imposibilita, la observación del firmamento, suponiendo una pérdida cultural
y paisajística de valor incalculable, según reconoce la Unesco en su "Carta de los derechos de las generaciones futuras".
En este sentido, existe una iniciativa internacional llamada Starlight, que se concibe como una campaña internacional
en defensa de la calidad de los cielos nocturnos y el derecho general a la observación de las estrellas (http://www.
starlight2007.net/lainiciativa.htm). El objetivo básico de esta iniciativa es promover la Declaración Universal del
Derecho a la Luz de las Estrellas.
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Arturo Soria 245 – 28033 Madrid
T.+34 915931545
www.eude.es
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