El Índice de Área Foliar

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El Índice de Área Foliar (IAF) y su Relación con el Rendimiento del

Cultivo de Maíz   }
¿Qué es el IAF? El índice de área foliar (IAF) es la expresión numérica adimensional resultado de
la división aritmética del área de las hojas de un cultivo expresado en m2 y el área de suelo sobre
el cual se encuentra establecido, también expresado en m2. El IAF permite estimar la capacidad
fotosintética de las plantas y ayuda a entender la relación entre acumulación de biomasa y
rendimiento bajo condiciones ambientales imperantes en una región determinada. ¿Qué aplicación
tiene? Es una herramienta útil para el desarrollo de modelos predictores de cosecha y una forma
precisa de estimar la capacidad de captura de luz del dosel vegetal. Aunque la intercepción de luz
tiende a saturarse en IAF>3, la distribución de las hojas puede afectar la eficiencia de uso de la luz.
El IAF también sirve para evaluar el desarrollo y crecimiento de los cultivos en los estudios de
requerimientos hídricos  y evaluaciones sobre eficiencia bioenergética o  determinar el daño
producido por plagas y enfermedades sobre el follaje. La estimación del rendimiento en distintos
cultivos  puede basarse en el IAF determinado en alguna etapa fenológica y previamente
correlacionado mediante algún método de determinación: destructivo, no destructivo, in situ o
determinaciones por métodos empíricos. Esta correlación deberá ser realizada para un cultivo bajo
condiciones regionales acotadas. A nivel experimental se ha demostrado que la acumulación de
materia seca  hasta la cosecha y el IAF son características con estrecha correlación con el
rendimiento para cultivos como: cereales, tubérculos, solanáceas, leguminosas y cultivos
industriales, sin descartar a otros. ¿Cómo se mide? El IAF puede estimarse por diferentes métodos,
algunos de estos se describen brevemente a continuación: Métodos destructivos: consiste en la
toma de muestras representativas del cultivo y se contabiliza el área foliar por medio de
ceptómetros (integrador de área electrónico). Cálculo empírico del IAF: Tomar dos plantas por
unidad de estudio, medir y multiplicar largo por ancho de cada hoja, el resultado multiplicarlo por el
factor 0.75, sumar los valores obtenidos de cada hoja por planta, promediar resultados de cada
planta. Posteriormente determinar el área de suelo ocupada por planta. Finalmente el IAF será
determinado dividiendo el aérea foliar de la planta entre el área de suelo ocupada por  esta. Figura
1. Ceptómetro para integrar área foliar por método destructivo. Foto: Colpos Métodos no
destructivos: El ceptómetro lineal  estima el IAF in situ. Estos equipos pueden calcular el IAF con
alto coeficiente de correlación con el rendimiento (R2= 0.9) para condiciones de riego. El principio
del funcionamiento de estos equipos es medir la intensidad lumínica sobre y debajo del dosel del
cultivo, para el empleo de estos aparatos debe además considerarse: ángulo solar y cielo
despejado. Algunos estudios en Maíz Para estos fines y para el caso de gramíneas se distinguen
tres periodos  de crecimiento: a) Plantas pequeñas que no se sombrean entre sí con tasas de
crecimiento y acumulación de materia seca exponenciales. b) Cuando el cultivo cubre por completo
el suelo maximizando la intercepción de luz con tasas de crecimiento constante y el incremento de
peso en seco se da de forma lineal. c) Cuando llega la senescencia de las hojas y se presenta
decremento en la tasa de crecimiento. Figura 2. Relación entre IAF y el rendimiento de grano en
maíz. Créditos: Inifap En este punto cabe aclarar, solo la radiación dentro del espectro visible de
400 a 700 nanómetros está disponible para ser usada por el cultivo, realizar fotosíntesis e impactar
en el crecimiento y desarrollo de las plantas. El IAF máximo para el caso de maíz es alcanzado
durante la floración. La acumulación de materia seca es influenciada por la tasa fotosintética que la
planta logra interceptar y la nutrición mineral que recibe. En la Figura 2 se observa la correlación
obtenida entre el IAF y el rendimiento de grano de maíz en ton/ha para la región de San Andrés
Tuxtla Veracruz, en experimentos de espaciamiento entre plantas y distancia entre surcos para
rendimientos potenciales de hasta 10 ton/ha.  Mediante el modelado por regresión lineal se
encontró  que por cada unidad de aumento del IAF muestreado en la floración se  obtiene un
incremento de 567 kg/ha. Este dato se obtuvo luego de la evaluación de 18 tratamientos durante 3
años (1999-2001) en densidades de  71,000 plantas/ha. Fuentes consultadas Acosta D. E. 2008.
Relación entre Índice de Área Foliar y Rendimiento en Frijol bajo condiciones de Secano.  INIFAP. 
Nuevo León Mex. Warnok R. 2006. Área Foliar, componentes del Área Foliar y Rendimiento de
Seis Genotipos de Caraota. Universidad central de Venezuela. Aragua Ven. Tinoco C. 2008.
Arreglo Espacial de Híbridos de Maíz, Índice de Área Foliar y Rendimiento. INIFAP. Veracruz
México. Camacho. R. G. 1995. Caracterización de Nueve Genotipo de Maíz (Zea mays L.) en
relación a Área Foliar y Coeficiente de Extinción de Luz. Universidad central de Venezuela.
Venezuela.

Extraído de https://www.intagri.com/articulos/cereales/el-indice-de-area-foliar-iaf - Esta información


es propiedad intelectual de INTAGRI S.C., Intagri se reserva el derecho de su publicación y
reproducción total o parcial.

Fuente: https://www.intagri.com/articulos/cereales/el-indice-de-area-foliar-iaf

A new method for estimating the leaf area index of


cucumber and tomato plants
Flávio Favaro Blanco; Marcos Vinícius Folegatti

Non-destructive methods of leaf area measurement are useful for small plant populations, such as
experiments with potted plants, and allow the measurement of the same plant several times during
the growing period. A methodology was developed to estimate the leaf area index (LAI) of
cucumber and tomato plants through the evaluation of the leaf area distribution pattern (LADP) of
the plants and the relative height of the leaves in the plants. Plant and leaf height, as well as the
length and width of all leaves were measured and the area of some leaves was determined by a
digital area meter. The obtained regression equations were used to estimate the leaf area for all
relative heights along the plant. The LADP adjusted to a quadratic model for both crops and LAI
were estimated by measuring the length and width of the leaves located at the relative heights
representing the mean leaf area of the plants. The LAI estimations presented high precision and
accuracy when the proposed methodology was used resulting in time and effort savings and being
useful for both crops.

RESUMO

Métodos não destrutivos para a medição da área foliar são úteis para pequena população de
plantas, como experimentos com plantas conduzidas em vasos, e permitem que a mesma planta
seja medida várias vezes durante o período de cultivo. O objetivo desse trabalho foi desenvolver
uma metodologia para a estimativa do índice de área foliar (IAF) do pepino e do tomate pela
determinação do padrão de distribuição de área foliar (PDAF) das plantas e da altura relativa da
folha que representa a área foliar média da planta. A altura da planta e da folha, assim como o
comprimento e a largura de todas as folhas, foram medidos e algumas folhas tiveram sua área
determinada por um medidor digital de área foliar. As equações de regressão obtidas foram
utilizadas para estimar a área foliar para todas as alturas relativas ao longo da planta. O PDAF
ajustou-se a um modelo quadrático para ambas as culturas e o IAF foi estimado através de
medidas do comprimento e da largura das folhas localizadas nas alturas relativas que
representavam a área foliar média das plantas. As estimativas do IAF pela metodologia proposta
apresentaram alta precisão e exatidão, sendo que a metodologia promove economia de tempo e
esforço na determinação do IAF e pode ser utilizada com sucesso para ambas as culturas.
Palavras-chave: Cucumis sativus L., Lycopersicon esculentum Mill., ambiente protegido, índice de
área foliar.

 Leaf is an important plant organ, and is associated with photosynthesis and evapotranspiration;
therefore, leaf area measurements are required in most physiological and agronomic studies
involving plant growth (Guo & Sun, 2001). Many methods of leaf area measurements have been
developed. Direct methods for determining leaf area are restricted to the use of an automatic area-
integrating meter. Tracing, shadowgraphing or the use of a planimeter to measure the leaf area of
leaves attached to shoots is time consuming and tedious; also, in some experiments time is
insufficient to make such measurements (Manivel & Weaver, 1974). Estimation of leaf area from
mathematical models involving linear measurements of leaves is relatively accurate and non-
destructive.

A mathematical model can be obtained by correlating the leaf length (L), width (W) or length x width
(LW) to the actual leaf area (LA) of a sample of leaves using regression analysis. The non-
destructive methods based on linear measurements are quicker and easier to be executed and
present good precision for the study of plant growth in several crops (Manivel & Weaver, 1974;
Sepaskhah, 1977; Strik & Proctor, 1985; Pedro Júnior et al., 1986; Robbins & Pharr, 1987; Silva et
al., 1998; Gutiérrez & Lavín, 2000; Astegiano et al., 2001; Guo & Sun, 2001).

Cucumber and tomato are some of the main


crops cultivated in greenhouse in Brazil and
researches with these crops are essential to
establish the best management practices to
increase yield and fruit quality. Researches
with plants cultivated in pots are common
under greenhouse conditions because less
space is required and the number of
treatments and replications can be quite
increased. Under pot cultivation, a non-
destructive method for LAI evaluation is
required with the advantage that the same
plant can be measured several times during
the growing period, thus leading to a more real
curve of LAI increase along the growing
season.

A non-destructive methodology for estimating the LAI for greenhouse-growing tomato and
cucumber plants, based on linear measurement models was developed in this study.

 MATERIAL AND METHODS

In the first cucumber season, a greenhouse of 1.6 m height of lateral opening, 10 m wide and 20 m
long and covered with a polyethylene film of 0.15 mm thickness was used. The lateral curtains were
closed at night and opened during the day greenhouse was located in a experimental area of the
Universidade de São Paulo, Piracicaba city, Brazil. Cucumber seedlings, cv. Hokushin, were
transplanted on 13thJanuary, 1999, in four beds, each one with two rows of plants, giving a plant
population of 2.5 plants m-2. Plants were trained with a single stem along and around a vertical
plastic string. Water was applied by a drip irrigation system, with one dripper per plant, and
fertilizers containing N, P, K, Ca, Mg and S were applied with the irrigation water in all irrigations,
following the uptake rate of cucumber in greenhouse (Papadopoulos, 1994).
Forty days after transplanting (DAT), five plants were selected and the width (W) and length (L) of
all leaves were measured with a simple ruler. In addition, plant height and the insertion height of the
petiole from each leaf was also obtained to calculate the relative leaf height by the equation:

where RLH is the relative leaf height, LH is the leaf height (m), that is, the distance between the soil
surface and the node corresponding to the leaf, and PH the plant height (m). In the same day,
leaves of different sizes were selected to represent the full spectrum of measurable leaf sizes and
their areas were measured using a LI-COR 3000 leaf area meter. Length was measured from
lamina tip to the point of intersection of the lamina and petiole and width were measured from tip to
tip between the widest lamina lobes (Figure 1A). The relative leaf area (RLA) was calculated by
dividing the area of each leaf by the mean leaf area of the plant for each RLH as follows:

where RLA is the relative leaf area, LA is the leaf area of a given leaf (cm 2) and LAMis the mean leaf
area of the plant (cm2 leaf-1) given by the sum of the LA of all leaves divided by the number of
leaves of each plant. The RLH was plotted against RLA in order to determine the leaf whose area
represents the mean leaf area of the plant.

In the second season, cucumber seedlings were grafted on squash (Cucurbita spp.), hybrid Excite-
Ikki, and cultivated in a greenhouse in the experimental area of the Universidade de São Paulo. The
greenhouse was 6.3 m wide, 17.5 m long and the lateral opening was 2.8 m height, with
polyethylene cover of 0.15 m thickness. The management of the lateral curtains and the plants
spacing, training, irrigation and fertilization was the same as the first season. Seedlings were
transplanted on 23thJune, 1999, and the leaf measurements were performed at 35 and 54 DAT.

Tomato, hybrid Facundo, grew in a 22.5 m length, 6.4 m wide and 3 m height greenhouse covered
with polyethylene film, of 0.15 mm thickness located in the same area used for the second
cucumber season. The laterals did not have curtains but an anti-aphid screen to avoid the action of
vectors of viral diseases. Plants were transplanted on 23 th October, 2001, on pots containing about
60 kg of dry soil and were conducted with a single stem. Drip irrigation frequency and amount was
controlled by tensiometers installed at 0.15 and 0.30 m depth, 0.10 m from the plant. Preplant
fertilization was done based on soil fertility analysis. Fertigation with N, K and Ca followed the
nutrient uptake rate of tomato (Fayad, 1998). Plants were spaced at 1 x 0.5 m with one plant per pot
and leaf measurements were taken at 30 and 42 DAT following the same criteria used for the
measurements of the cucumber leaves (Figure 1B).

To evaluate the performance of the methodology, the L and W of all leaves of five plants different
from those used in the model development, from each crop and season were measured and, the
areas of the leaves located at the relative heights that represented the LA M were used to calculate
the LAI by the equation:

where N is the number of leaves in the plant and A the area (cm 2) occupied by one plant in the
cropped area. Estimated LAI was correlated to the measured LAI, the sum of the areas of all leaves
divided by A, and the results were plotted and analysed by means of the regression slope,
coefficient of determination (r2) and coefficient of Willmott (Willmott, 1981).

 RESULTS AND DISCUSSION


The equations relating the leaf area with the L, W and LxW for all crops are shown in Table 1.
Equations that use only L or W showed good relationships with LA, which demand less effort and
time in the measurement at field
because just one dimension could be
measured. The equation used to
estimate LA, to determine leaf area
distribution pattern (LADP) of the
plants was that showed the highest
r2 value.

The LADP for each crop and season is


shown in Figure 2. A high correlation can be observed between the RLA and RLH, which adjusted
to a quadratic model for both crops. The RLA increases from the bottom of the plant and reaches
the maximum value at RLH of about 0.5, when it decreases again until reaching the plant apex. For
the measurement of grafted cucumber at 54 DAT there was no leaf bellow the RLH of 0.15 because
the pruning of the old
leaves accomplished
few days before the
plants measurement.

From the adjusted


equations, it was
possible to calculate
the relative height of
the leaf that
represented the
LAM of the plant for
each crop. The leaves
that represented the
LAM were that
corresponding to a
RLH of 0.24 and 0.70
for non-grafted
cucumber, 0.31 and
0.81 for grafted
cucumber at 35 DAT,
0.13 and 0.69 for
grafted cucumber at
54 DAT, 0.32 and
0.87 for tomato at 30
DAT and 0.27 and
0.78 for tomato at 42
DAT. In a general
way, the RLH that
represented
LAMdecreased along
the growing period for grafted cucumber and tomato, indicating that the LADP should be determined
before every LAI measurement.

Thus, as advocated in the present study, it is possible to have a good estimate of LAI simply by
measuring the width and length of the leaf located at the RLH that represents the mean leaf area of
the plant. Figure 3 shows the results of the test of the methodology performance for estimating LAI.
The estimated values of LAI were very close to the measured values, giving an overestimation of
1.7% in the predictions. The coefficient r2 indicated that the estimations had a precision of 98% and
the coefficient of Willmott (d) indicated an accuracy of 99.6%. These coefficients were sufficiently
high and the prediction of the LAI by the proposed method could be satisfactory for most purposes
and experiments where the LAI determination is needed.

This study has shown that leaf area estimations based on linear
measurements in situ are reliable. The approach used here is rapid,
inexpensive, simple and precise for LAI determination in crops
growing in greenhouse. Some sacrifice in accuracy is inevitable,
but using larger populations in the experiments may reduce the
deviations.

Estimación del área foliar en distintos cultivares de tomate (Lycopersicon


esculentum Mill.) utilizando medidas foliares lineales E.D. Astegiano * 1, J.C. Favaro 2, C.A. Bouzo 2 1
Cátedra de Fisiología Vegetal 2 Cátedra de Horticultura Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional
del Litoral. Kreder 2805 (3080) Esperanza, Santa Fe. TE. Argentina easteg@unl.edu.ar RESUMEN El área foliar
es un parámetro ampliamente usado en estudios de ecofisiología de cultivos. Para su determinación se
utilizan diferentes métodos ya sean destructivos, no destructivos o indirectos. El objetivo de este trabajo fue
obtener una ecuación alométrica entre las dimensiones lineares y de superficie que permitiera estimar rá-
pidamente el área foliar de un cultivo. Para tal fin se seleccionaron al azar ocho hojas de diferentes tamaños
en plantas de cultivares antiguos y modernos de tomate. Los cultivares antiguos utilizados fueron Platense,
Marmande, 7718 y Carmelo, cultivados al aire libre durante la primavera con una densidad de 23.400 pl ha–
1. Los cultivares modernos fueron Splendid, Salvador, Bonanza, FA 144, Agroflora 4, BHN 9086 y BHN CO128,
cultivados en invernadero con una densidad de 25.000 pl ha–1. En las hojas muestreadas se estudiaron las
relaciones alométricas entre el largo y ancho máximo y el área foliar individual. Se observó que las
ecuaciones que mejor estiman el área foliar de un cultivo son aquellas que consideran cultivar y tamaño de
hoja. Se presenta además una ecuación general para todos los cultivares estudiados, comparándose el grado
de predicción con relación al área foliar medida. PALABRAS CLAVE: Tomate Área foliar Alometría Cultivares
INTRODUCCIÓN El área foliar y el índice de área foliar son parámetros ampliamente utilizados en estudios de
ecofisiología de cultivos (Coombs y Hall, 1982). Se han utilizado varios métodos Invest. Agr.: Prod. Prot. Veg.
Vol. 16 (2), 2001 * Autor para correspondencia Recibido: 19-5-00 Aceptado para su publicación: 12-1-01 para
su determinación, que pueden clasificarse en destructivos (Dengler, 1984; Astegiano y Favaro, 1987; Payne
et al., 1991; Jatimliansky y Gimenez, 1993; Troiani y Mirasson, 1996) y no destructivos, tanto indirectos como
directos. Entre los indirectos se destacan los que utilizan correlaciones alométricas entre magnitudes de las
hojas y el área foliar (Coombs y Hall, 1982; Goenaga y Singh, 1996), mediciones del grado de cobertura de
suelo (Andrieu et al., 1997), o de la relación entre la penetración de la radiación y la estructura de la cubierta
vegetal (Welles y Norman, 1991; Watanabe et al., 1997; Kucharik et al., 1998). Los métodos directos son los
que utilizan medidores de área foliar, que son instrumentos diseñados con este propósito y que tienen una
resolución del orden de mm2 (Licor LI-3000; Lincoln, Nebraska, U.S.A). Algunos de los métodos mencionados
resultan excesivamente laboriosos. Por otra parte la medición directa, aunque resulta más precisa, requiere
de equipos de alto costo y en ocasiones no fácilmente utilizables, principalmente con hojas de gran tamaño y
profundamente lobuladas. Esto en parte explica la amplia difusión de los métodos de estimación derivados
de medidas lineales de las hojas (Shaykewich y Warkentin, 1970; Jackson, 1980; Fargo et al., 1986; Kvet y
Marshall, 1971; Jorge y González, 1997). La estimación del área foliar basada en características alométricas
de su crecimiento permite superar la dificultad operativa que presenta su determinación en hojas grandes
como las de Cucurbitáceas (Fargo et al., 1986) o Compuestas imparipinnadas como el tomate (Shaykewich y
Warkentin, 1970; Jackson, 1980; Dengler, 1984; Khaddar et al., 1984; Astegiano y Favaro, 1987). Estas
relaciones incluyen la conversión de una o dos dimensiones lineales de las hojas a su área foliar. Las
funciones que relacionan estas dimensiones varían claramente entre especies, aunque también según el
estadío de desarrollo, genotipo, estación de crecimiento (Kvet y Marshall, 1971) y edad de las hojas
(Astegiano y Favaro, 1987). En este trabajo se plantearon los siguientes objetivos: 1) analizar la correlación
entre el área foliar con el largo y ancho máximo en hojas de diferente tamaño en cultivares de tomate
cultivados al aire libre, con el objeto de obtener ecuaciones de regresión que permitieran una adecuada
estimación del área foliar; 2) evaluar el grado de ajuste de estas ecuaciones en algunos cultivares modernos
cultivados principalmente en condiciones de invernadero. MATERIAL Y MÉTODOS Se realizaron dos ensayos
con tomate para uso en fresco: el primero con cultivares antiguos cultivados al aire libre y el segundo con
cultivares modernos en condiciones de invernadero. Los cultivares antiguos utilizados fueron cuatro: dos de
polinización abierta y hábito de crecimiento indeterminado (Platense y Marmande) y dos híbridos
comerciales de crecimiento determinado (7718) e indeterminado (Carmelo). Fueron cultivados al aire libre,
durante la primavera y parte del verano en Santa Fe (3120' S, 6050' W), conducidos en espaldera a un tallo
con una distancia entre hileras de 1,40 m y una densidad de plantación de 23.400 pl ha–1. Los cultivares
modernos fueron híbridos de crecimiento indeterminado: Splendid, Salvador, Bonanza, FA 144, Agroflora N.º
4, BHN 9086 y BHN CO128, se cultivaron en invernaderos sin calefacción del tipo dos vertientes simétrico
con ventilación cenital, cubiertos con polietileno de 150 m de espesor. La conducción se realizó a un solo
tallo entutorando las plantas mediante atado de hilo cinta a un alambre si250 E.D. ASTEGIANO et al. tuado a
2 m de altura. La densidad de plantación fue de 25.000 pl ha–1 y fueron realizados en la temporada
primavera-verano-otoño en Córdoba (3125' S, 6412' W). El ensayo experimental consistió en un diseño de
bloques completamente al azar con tres repeticiones por cultivar; cada repetición comprendió 10 plantas en
un área de 4,3 m2 para el ensayo al aire libre y de 4,0 m2 para el de invernadero. Se cortaron y midieron
ocho hojas por plantas seleccionadas aleatoriamente en cada repetición, en las hojas muestreadas se midió
la longitud máxima desde la base del pecíolo hasta el extremo del folíolo central y la anchura máxima de las
hojas en forma perpendicular a la longitud máxima (Fig. 1). Estas hojas fueron luego fotocopiadas,
obteniéndose el área foliar mediante la utilización de un medidor de área foliar LICOR (LI-3000). A
continuación, mediante ajustes lineales se obtuvieron rectas de regresión entre el producto de la longitud
por la anchura máxima de cada hoja y el área foliar. RESULTADOS Y DISCUSIÓN La Tabla 1 muestra los
valores de las constantes para las ecuaciones de regresión lineal obtenidas para cada uno de los cultivares
antiguos y una general resultante de todas las muestras de estos cultivares. Los valores de R2 de las líneas de
tendencia que relacionan las magnitudes de largo por ancho y área foliar, indicaron para cada caso un muy
buen ajuste. Se advierte que el valor de la ordenada en el origen (coeficiente a) resultó ser menor que cero
en todos los casos, a excepción del cultivar Platense. Mediante estas Invest. Agr.: Prod. Prot. Veg. Vol. 16 (2),
2001 ESTIMACIÓN DEL ÁREA FOLIAR EN TOMATE 251 Fig. 1.–Mediciones de longitud (L) y anchura (A)
tomados en las hojas L A ecuaciones no sería posible entonces estimar la superficie de las hojas de pequeñas
dimensiones. Esta situación podría explicarse en la gran amplitud presentada por la población foliar utilizada,
con superficies foliares mínimas de 4,3 cm2 y máximas de 948,5 cm2 y en la existencia de diferentes
patrones de expansión foliar entre las hojas pequeñas y grandes (Dengler, 1984). Para analizar esta
situación, las hojas se dividieron en dos conjuntos, pequeñas y grandes, tomando como criterio el valor en
que se modificaba la tendencia en la relación de longitud por anchura de la hoja (L A) y el área foliar (AF). Los
valores de separación, medidos en términos de L A fueron 150 cm2 para Marmande, 200 cm2 para 7718 y
Carmelo y 180 cm2 para la ecuación general. La Tabla 2 muestra los valores de las constantes para las
ecuaciones de regresión lineal obtenidas para los cultivares Marmande, 7718, Carmelo y una general, tanto
para hojas pequeñas como para hojas grandes. Los valores de R2 observados para las hojas grandes
resultaron similares a los obtenidos en las ecuaciones generales (Tabla 1). Sin embargo, para las hojas
pequeñas existía un disminución en la correlación a excepción del cultivar 7718. 252 E.D. ASTEGIANO et al.
Tabla 1 Constantes y coeficientes de regresión (R2) de las ecuaciones lineales de ajuste entre la longitud (L)
por anchura de hoja (A) y superficie (AF) para los cultivares Platense, Marmande, 7718, Carmelo y para toda
la población foliar AF = a + b (L A) Coeficientes Platense Marmande 7718 Carmelo General a 45,28 –5,28 –
17,85 –12,61 –9,31 b 0,31 0,32 0,35 0,33 0,34 R2 0,94 0,98 0,99 0,99 0,97 N = 54 hojas empleadas en cada
regresión. Tabla 2 Constantes y valores de correlación (R2) de las ecuaciones de regresión lineal para los
cultivares Marmande, 7718, Carmelo y para toda la población foliar, considerando ecuaciones para hojas
pequeñas y grandes AF=a+b ( L A) Marmande 7718 Carmelo General HOJAS PEQUEÑAS a 0,20 3,04 2,02 –
1,71 b 0,26 0,20 0,26 0,30 R2 0,93 0,99 0,76 0,81 HOJAS GRANDES a –8,49 –40,91 –23,97 –17,42 b 0,33 0,36
0,34 0,35 R2 0,98 0,99 0,98 0,97 A fin de determinar la conveniencia de utilizar una sola ecuación por cultivar
o una general, se analizó el coeficiente de variación que presentaron las hojas respecto de ecuaciones
anteriores según el siguiente criterio: A) Ecuaciones propias de cada cultivar, considerando la división entre
hojas peque- ñas y grandes. B) Ecuaciones propias de cada cultivar en general, sin considerar la división
entre hojas pequeñas y grandes. C) Ecuaciones generales sin considerar cultivar, pero distinguiendo entre
hojas pequeñas y grandes. D) Ecuación general, no considerando ni cultivares ni la división entre hojas
peque- ñas y grandes. La Tabla 3 muestra los coeficientes de variación (CV) que presentaron para las
situaciones A, B, C y D las mediciones de las distintas áreas foliares. Puede observarse una variabilidad
relativamente baja para los casos A y B. Sin embargo, los coeficientes de variación para las ecuaciones
generales (C y D) son distintos según los cultivares, obteniéndose las menores variaciones con los cultivares
Marmande y 7718. Se observa así que las ecuaciones propias para cada cultivar y tipo de hojas (A)
presentaron los menores coeficientes de variación. En la Tabla 4 están recogidas las constantes a y b de las
ecuaciones de regresión lineal obtenidas para cada uno de los cultivares modernos. Además se presentan los
pará- metros de una ecuación general en donde se computaron todas las muestras. A juzgar por el
coeficiente de regresión se observa que de nuevo el ajuste mediante ecuaciones lineales resulta apropiado,
excepto para los cultivares BHN 9086 y BHN Co128. La ecuación general propuesta permite un menor ajuste
que en la presentada para cultivares antiguos, sin embargo, la pendiente de la recta de regresión es la misma
que la obtenida para los cultivares antiguos (Tabla 1). Con objeto de simplificar el número de ecuaciones
posibles, se comparó el área foliar estimada mediante las ecuaciones generales obtenidas para los cultivares
antiguos con el área foliar medida en los cultivares modernos. Para hojas pequeñas la ecuación empleada
fue AF = 0,30 (L A) – 1,71. En este caso el error típico de la estimación fue SX,Y = = 31,82 cm2. Para hojas
grandes la ecuación empleada fue AF = 0,35 (L A) – 17,42, Invest. Agr.: Prod. Prot. Veg. Vol. 16 (2), 2001
ESTIMACIÓN DEL ÁREA FOLIAR EN TOMATE 253 Tabla 3 Coeficientes de variación (CV) (%) para las áreas
foliares estimadas mediante ecuaciones de regresión y las medidas experimentalmente Tipo de Ecuación (*)
Platense Marmande 7718 Carmelo A 0,1 0,1 0,1 1,1 B 0,7 0,1 0,5 0,1 C 4,3 2,9 2,3 3,6 D 4,4 2,8 1,2 3,1 (*) Ver
Texto siendo el error típico SX,Y = 180,8 cm2, bastante mayor que para hojas pequeñas. La estimación del
área foliar sin considerar el tamaño de la hoja fue mediante la ecuación AF = = 0,34 (L A) – 9,31 con un error
típico SX,Y = 131,5 cm2. Esto resultó en una subestimación de la superficie de las hojas de mayor tamaño y
en una leve sobrestimación en hojas pequeñas (Fig. 2). Sin embargo, presentó como ventaja el uso de una
única ecuación. Además, al no hacer distinción según el tamaño de las hojas se evita la incertidumbre que
presenta la separación de las hojas pequeñas de las grandes. 254 E.D. ASTEGIANO et al. Tabla 4 Constantes y
coeficientes de regresión (R2) de las ecuaciones lineales de ajuste para los cultivares Splendid, Salvador,
Bonanza, FA 144, Agroflora 4, BHN 9086, BHN Co 128 y para toda la población foliar Splendid Salvador
Bonanza FA 144 Agroflora 4 BHN 9086 BHN Co 128 General a –27,16 18,07 –91,63 –2,37 –223,79 –22,64 –
77,85 –25,48 b 0,35 0,29 0,53 0,31 0,55 0,29 0,38 0,34 R2 0,98 0,96 0,99 0,99 0,89 0,78 0,75 0,82 Fig. 2.–
Comparación para los cultivares modernos del área foliar medida experimentalmente con la ecuación
general AF = 0,34 (L A) – 9,31 0 200 400 600 800 1.000 1.200 0 200 400 600 800 1.000 1.200 Area Foliar
Medida (cm )2 b=1 Área Foliar Estimada (cm )2 SY,X = 131,5 cm.2 CONCLUSIONES Las ecuaciones lineales
obtenidas por cultivares permitieron tener una rápida, confiable y fácil estimación del área foliar. Esto
ocurrió en todos los casos estudiados a excepción de los cultivares BHN 9086 y BHN Co128. Sin embargo,
esto indicaría la necesidad de contar con ecuaciones por cultivar cuando la necesidad de información
requiera mayor precisión. Aun dentro de un mismo cultivar, se puede obtener una mejor estimación del área
foliar al considerar por separado hojas de tamaños diferentes. Esto obliga entonces no sólo a tener
ecuaciones distintas por cultivar, sino también según se trate de hojas grandes o pequeñas. De esta manera,
la selección de la ecuación a utilizar queda supeditada a los requerimientos de exactitud que se precise,
pudiendo diferenciarse según cultivar y/o tamaño de hoja. Para los casos en que se desconozca la función
lineal de mejor ajuste, ésta debe ser obtenida. Una vez conocida una función que relacione adecuadamente
las dimensiones de una hoja con su área, las estimaciones de superficie foliar son simples. Este método no
destructivo permite obtener rápidamente el área foliar de un cultivo, y su utilización tanto en trabajos de
campo como de laboratorio. Una función general que ha probado ser aceptable en la estimación del área
foliar tanto en cultivares antiguos como modernos, independientemente del tamaño de las hojas, fue: AF =
0,34 (L A) – 9,31, donde AF es el área foliar (cm2), y A y L el ancho máximo y el largo de la hoja (cm),
respectivamente.

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