Medida Del Circulo y Cuadratura Arquimides PDF

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Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat.

(Esp)
Vol. 105, Nº. 2, pp 241-258, 2012
XIV Programa de Promoción de la Cultura Científica y Tecnológica

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO: HISTORIA DE UNA OBSESIÓN


FERNANDO BOMBAL GORDÓN *

* Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Valverde 22, 28004 Madrid. Facultad de Matemáticas. Universidad
Complutense. 28040 Madrid.

Dedicado a mi colega y buen amigo Juan Tarrés,


en ocasión de su jubilación.

1. INTRODUCCIÓN También hay abundantes muestras en la Literatura,


desde los conocidos versos de Dante en La Divida
El primer intento conocido de obtener un cuadrado Comedia:
de área igual a la de un círculo dado (lo que se conoce
por cuadrar el círculo) aparece enunciado en el Papiro “Qual è’l geomètra che tutto s’affige
Rhind, un documento egipcio descubierto en 1855 y per misurar lo cerchio, e non ritrova,
pensando, quel principio ond’elli indige,…”1
que contiene una serie de problemas matemáticas plan-
teados hace unos 4.000 años. Sin embargo, fueron los en los que el poeta compara la tarea de comprender en
antiguos griegos, los que plantearon con precisión el términos humanos a Dios, con el vano intento del geó-
problema en términos matemáticos, a saber: construir metra para cuadrar el círculo, hasta el título de una
un cuadrado de área igual a la de un círculo dado, utili- obra reciente del escritor y Académico Álvaro
zando sólo la regla y el compás Pombo, Premio Fastenrath de la RAE 1999 en la que
el autor: “narra el imposible propósito de unificar
La dificultad del problema ha calado en el folclore religión y guerra, espiritualidad y política, amor y
popular, y la frase cuadratura del círculo ha pasado al
lenguaje coloquial como sinónimo de algo imposible
de realizar. He aquí una muestra de citas tomadas en
distintos ámbitos de la sociedad:
“De alguna manera se trata de cuadrar un círculo: las
comunidades tienen que acometer duros recortes y eso
supone dificultades para reactivar la economía…” (El
País, 9-11-2011)
“El Partido Popular acaba de publicar un vídeo en el
plantea la hipotética cuadratura del círculo para salir de
la crisis” (Blog económico El blog Salmón, 18-11-2011).
“En el debate de investidura celebrado en el
Congreso, Mariano Rajoy volvió a poner de manifiesto
su principal afición política, consistente en intentar una y
otra vez la cuadratura del círculo…” (artículo de Anxo
Guerreiro, publicado en El País el 21-12-2011). Figura 1

1 Y como el geómetra que afanado/ en medir el círculo no halla/ en su pensamiento el principio que necesita,…
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crueldad. La vida de Acardo, el protagonista, está 2. LA MEDIDA DE MAGNITUDES


zarandeada por mensajes contradictorios: el atractivo
de la guerra, la fascinación por el influyente San La noción de magnitud geométrica (longitud, área
Bernardo de Claraval, la brillantez de la corte del o volumen) es muy antigua, ligada como está a situa-
duque de Aquitania, trovador y tiránico, la excitación ciones concretas de la vida cotidiana, como son la
de las batallas, el fulgor de la sangre [...]. El corazón determinación de la distancia entre dos lugares, la
humano está siempre pluralmente solicitado. ¿Es extensión de un terreno o la cuantificación de una
acaso posible unificar esa variedad de llamadas, inci- determinada cantidad de vino, aceite o cualquier otro
taciones, deseos, o sería justamente intentar cuadrar el líquido. No es extraño, pues, que ya las primeras civi-
círculo?” lizaciones conocidas desarrollaran métodos y técnicas
para su cálculo, al menos en casos sencillos. Así
E incluso hay una canción del grupo Vetusta ocurre con las civilizaciones egipcia y babilónica; en
Morla con ese título, que contiene estos versos: ambos casos nos han llegado solamente la resolución
de problemas concretos y algunas recetas, y no un
Cuadrar el círculo de esta obsesión oh no...
método sistemático de cálculo.
Asumir que rendirse no es una opción no no...

Este paso al acervo popular del enunciado de un


problema matemático planteado formalmente hace
2.400 años muestra el profundo impacto que ha tenido
a lo largo de los siglos, convirtiéndose en muchos
casos en una verdadera obsesión. El problema ha
atraído la atención de innumerables matemáticos,
tanto profesionales como aficionados, e incluso, como
veremos, en 1897 se llegó a discutir un proyecto de ley
en el Senado del estado de Indiana (U.S.A.) para lega- Figura 2
lizar un método de cuadrar el círculo. Hoy en día
siguen apareciendo de vez en cuando nuevas “solu- Por ejemplo, en el caso de áreas, partiendo de la
ciones” al problema, y los aficionados cuadradores de evidencia de que el área de un rectángulo es el pro-
círculos, junto con sus compañeros trisectores de ducto de las longitudes de su base y su altura (Fig. 2),
ángulos y duplicadores del cubo, continúan enviando resulta inmediatamente el área del triángulo, como la
soluciones a Departamentos de Matemáticas de mitad de la del rectángulo de su misma base y altura;
Universidades y Academias en todo el mundo. Y eso a las áreas de figuras poligonales elementales se cal-
pesar de que desde 1882 se sabe sin ningún género de culan por el método de disección, consistente en
duda que es imposible construir con regla y compás dividir la figura en triángulos, y recombinarlos para
solamente, un cuadrado de la misma área que un obtener un rectángulo (Fig. 3).
círculo dado. Sin embargo, los mismos griegos obtu-
vieron soluciones para “cuadrar el círculo” por medio
de ingeniosos razonamientos, que involucraban
siempre el uso de algo más que la regla y el compás,
como tendremos ocasión de ver.

A lo largo de este trabajo trataremos de contar


someramente la historia del problema, comenzando
por su enunciado preciso, así como algunos de los más
notables intentos de solución. También veremos cómo
el problema impulsó el desarrollo de nuevas técnicas y
herramientas matemáticas. Finalmente, terminaremos
dando cuenta de algunas variantes curiosas del mismo. Figura 3
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En cuanto a otro tipo de figuras, digamos, por importancia de que los conceptos introducidos sean no
ejemplo, que los egipcios calculaban el área del círculo autocontradictorios, y la manera más clara de com-
de radio r por la fórmula , mientras que los probar esto es la posibilidad de construcción de tales
babilonios utilizaban la A 3r2. En ninguno de los objetos. Y entre los objetos geométricos más simples,
casos hay indicios del argumento seguido para llegar a visualmente construibles y no contradictorios, están la
la fórmula usada. Esta situación es típica de la infor- línea recta y la circunferencia. Esto, junto con el gusto
mación que nos ha llegado de la Matemática egipcia o por el orden, la simplicidad y la belleza, justifica la
mesopotámica: para resolver un problema se enu- insistencia de los matemáticos griegos en buscar
meran una serie de pasos a seguir, sin ninguna justifi- métodos de demostración basados exclusivamente en
cación. el uso de la regla y el compás. De esta manera, los
resultados así obtenidos tendrían el carácter de verdad
necesaria, al poseer unos cimientos suficientemente
El cambio se va a producir en Grecia, origen de una sólidos y rigurosos.
de las civilizaciones más brillantes de la historia. Entre
los siglos X y VII antes de Cristo las más importantes
polis continentales se embarcaron en un ambicioso
proyecto de comercio y colonización del Mediterráneo Así pues, la Matemática griega rigurosa se vio con-
y el Mar Negro, dando origen a una cultura dinámica e finada a la Geometría plana (o, a lo sumo, tridimen-
independiente, abierta al debate y al análisis y con una sional) y especialmente a los objetos construíbles con
gran curiosidad intelectual por todo lo que rodea al regla y compás.
hombre.

En particular, los escépticos pensadores griegos no


El contenido esencial de la matemática griega hasta
estaban dispuestos a aceptar como única respuesta a
el 300 a.C., está recogido en Los Elementos de
sus preguntas sobre la Naturaleza las basadas en la
Euclides, paradigma del método axiomático-
autoridad de una tradición milenaria, y trataron de
deductivo.
encontrar sus propias respuestas que no sólo les con-
venciera, sino que pudieran convencer a los demás. Y
así surgen la Filosofía, las Matemáticas y la Ciencia en
el sentido moderno del término.
Los griegos desarrollaron una completa teoría de
proporciones para comparar entre sí y manejar las dis-
Se suele atribuir a Tales de Mileto (640-546 a. d. tintas magnitudes geométricas. Tomando como
C.), uno de los Siete Sabios de Grecia, la paternidad de ejemplo el caso del área de figuras planas, en Los
la demostración en matemáticas, el primer estudioso Elementos se emplea sistemáticamente el método de
en insistir en ello. A partir de él, los griegos fueron “aplicación de áreas” para construir figuras geomé-
desarrollando una serie de técnicas y métodos que, tricas con propiedades prefijadas (p.ej., construir un
finalmente, condujeron a la creación del método axio- rectángulo de base dada y área igual a la de un cua-
mático y el sistema lógico deductivo que ha servido de drado dado, etc.) De este modo, se establecen rigurosa-
modelo a todos los matemáticos posteriores: Se trata mente las relaciones usuales entre triángulos y (por
de, a partir de un reducido número de “verdades evi- subdivisión), figuras poligonales semejantes y su cua-
dentes” o axiomas, construir todo el edificio mate- dratura, es decir, la construcción de un cuadrado con
mático a través de una serie de pasos, cada uno la misma “área”. Éste es para los griegos un concepto
deducido de los anteriores siguiendo rigurosamente las primitivo, definido a través de lo que hoy llamaríamos
leyes de la lógica. una “relación de equivalencia”. En efecto, dos figuras
poligonales tienen la misma área si, por medio de las
técnicas de “aplicación de áreas”, pueden ambas trans-
La elección de los axiomas es básica para la solidez formarse en el mismo cuadrado. Veamos algunos
del edificio construido. Así, Aristóteles señala la ejemplos:
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Finalmente, un polígono cualquiera, como el de la Debemos insistir en la naturaleza del problema:


figura 7 se puede subdividir en triángulos trazando Nadie dudó a lo largo de los siglos de que, dado un
diagonales, y aplicar los procesos anteriores para cons- círculo, existiese un cuadrado con la misma área (es
truir un cuadrado del mismo área que el polígono ori- decir, que el círculo tuviera un área). El problema es si
ginal. se puede construir ese cuadrado con el uso exclusivo
de la regla y el compás.

La primera cuadratura rigurosa (con regla y


compás) de una figura curvilínea se debe a un contem-
poráneo de Anaxágoras, el matemático Hipócrates
de Chíos, autor de unos perdidos2 Elementos de
Geometría, un siglo antes que los de Euclides. Se atri-
buye a Hipócrates el descubrimiento de que la razón
entre las áreas de dos círculos es igual a la razón de las
áreas de los cuadrados construidos sobre sus diá-
metros, aunque no nos ha llegado ninguna traza de la
posible demostración (la demostración que aparece en
el libro XII de los Elementos de Euclides, se debe a
Figura 7 Eudoxo).

Los griegos asumieron también como evidente que En todo caso, a partir del teorema sobre los cír-
todas las figuras geométricas simples (círculos, culos, Hipócrates consiguió fácilmente la primera
elipses, etc., y las obtenidos por uniones e intersec- cuadratura rigurosa de una figura curvilínea en la his-
ciones de ellas) tenían un “área”, que era una magnitud toria: Se trata de la cuadratura de una lúnula, es decir,
geométrica del mismo tipo que el área de las figuras una figura plana limitada por dos arcos de circun-
poligonales, gozando en particular de las propiedades ferencia. Concretamente, el caso tratado por
naturales de monotonía y aditividad. Sin embargo, no Hipócrates es el de la lúnula formada por el semi-
estaba nada claro que las regiones limitadas por líneas círculo construido sobre la hipotenusa de un triángulo
no poligonales pudieran cuadrarse, es decir, construir rectángulo isósceles ABC y el construido sobre una de
un cuadrado con la misma área. sus catetos AC (Fig. 8):

3. PRIMEROS INTENTOS:
CUADRATURA DE LÚNULAS.

Al parecer, las primeras noticias sobre el origen del


problema de la cuadratura del círculo en Grecia se
encuentran en el libro que escribió Plutarco en la pri-
meria centuria de nuestra era sobre el filósofo del siglo
V a. de C. Anaxágoras, maestro de Pericles.
Condenado a prisión en Atenas por impiedad, al
afirmar, entre otras lindezas, que el Sol no era un dios,
sino una enorme piedra calentada al rojo, Plutarco
cuenta que, para entretenerse, Anaxágoras intentó
cuadrar el círculo. No parece que tuviera mucho éxito. Figura 8

2 La obra de Hipócrates no ha llegado hasta nuestros días. Su trabajo fue descrito por Eudemo de Rodas (siglo IV a. de C.), discípulo de
Aristóteles. También se ha perdido la historia de Eudemo, pero la sección que describe el trabajo de Hipócrates sobre la cuadratura de lúnu-
las se reproduce en un comentario a la Física de Aristóteles realizado por Simplicio en el siglo VI de nuestra era. Y así ha llegado a nosotros
el conocimiento de estos hechos.
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El Teorema de Pitágoras nos dice que AB2 AC2 demostraciones están basadas en el principio de
CB2 2AC2, luego Eudoxo, que aparece incluido en la Definición 4 del
Libro V de los Elementos y es enunciado explícita-
mente como axioma por Arquímedes; Una de sus con-
secuencias más utilizadas es la siguiente: (Proposición
X.1 de Los Elementos):
Por tanto
Dadas dos magnitudes distintas M m, si de la
Área (semicírculo AEC) Área (semicírculo ABC) mayor M se quita una magnitud mayor que su mitad, y
Área (cuadrante AFCO), de lo que queda se quita una magnitud mayor que su
mitad, y el proceso se repite continuamente, se llegará a
Y, en consecuencia, sustrayendo el área de la región obtener una magnitud menor que m.
común AFCD, obtenemos
Utilizando esta proposición, se puede demostrar
Área (lúnula AECF) Área (triángulo ACO). rigurosamente la idea intuitiva de que un conjunto
dado A (p. ej., un círculo, una esfera, un cono de base
¡Así pues, la lúnula AECF puede cuadrarse con
circular, etc.) se puede aproximar todo lo que se quiera
regla y compás!
por figuras inscritas más sencillas (en los casos men-
La cuadratura de la lúnula sin duda llenó de opti- cionados anteriormente serían polígonos regulares,
mismo a Hipócrates y sus seguidores, como paso poliedros formados por unión finita de pirámides de
previo a la cuadratura del círculo. De hecho, vértice el centro de la esfera, pirámides con el mismo
Hipócrates parece ser que consiguió cuadrar otros dos vértice que el cono, etc.)
tipos de lúnulas. Muchos de los cuadradores de círcu-
Este es el paso previo para demostrar la mayor
los posteriores comenzaron con intentos de cuadrar
parte de los teoremas que aparecen en los Elementos,
algún nuevo tipo de lúnula. Sin embargo, no hubo real-
estableciendo una relación entre las magnitudes de dos
mente nuevos progresos hasta 1771, cuando el gran L.
conjuntos A y B, de la forma m(A) km(B). En efecto,
Euler (1707-1783) abordó el problema, encontrando
el argumento consiste en construir dos sucesiones de
otros dos tipos nuevos de lúnulas cuadrables.
figuras poligonales o poliédricas, (Pn) inscritas en A y
Finalmente, en 1947, los matemáticos ucranios N.
(Qn) inscritas en B, tales que m(Qn) km(Pn) para todo
Chebotarev y A. Dorodvnov culminaron una serie de
n. Por aplicación del principio de Eudoxo se muestra
resultados que se habían ido obteniendo a partir de los
en cada caso que, dado 0, se tiene
trabajos de Euler y probaron que las cinco lúnulas des-
y para n suficientemente grande.
critas por Euler eran las únicas cuadrables con regla y
En términos modernos, la prueba estaría completa, ya
compás (Cfr. [13])
que m(B) m(A). Sin
embargo, el “horror al infinito” de los griegos, ori-
ginado por las discusiones filosóficas y las paradojas a
4. EL MÉTODO DE EXHAUSCIÓN. las que daban lugar la aceptación de procesos infinitos,
ARQUÍMEDES. hicieron que el concepto de límite les fuera extraño,
por lo que utilizaban en su lugar una doble reducción
Como hemos citado en la introducción, el que el al absurdo: Si m(B) k m(A), escribamos m(B) k
área de un círculo fuera proporcional al cuadrado de su m(A). Elijamos figuras inscritas P en A y Q en B tales
radio es un hecho aceptado por las civilizaciones más que
antiguas, como las egipcias y mesopotámicas, y básico m(Q) k m(P) y m(Q) m(B) k m(A).
en el argumento de Hipócrates de la cuadrabilidad de
la lúnula. Los griegos conocían y aceptaban este hecho Pero esto es una contradicción, ya que P A y, por
(junto con el de que la longitud de una circunferencia tanto, m(P) m(A). Intercambiando los papeles de A y
era proporcional a su diámetro), pero las primeras B se muestra que el supuesto k m(A) m(B) conduce
demostraciones rigurosas que nos han llegado son las también a contradicción, luego debemos concluir que
que aparecen en Los Elementos de Euclides. Estas m(B) k m(A).
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Es así como en Los Elementos se prueba que si


designamos por (Cr) la longitud de la circunferencia
de radio r y por a(Cr) el área del círculo de radio r se
tiene que (Fig. 9)

Arquímedes (287-212 a. de C.)

Debemos al genio inigualable de Arquímedes es-


tos hechos fundamentales (por supuesto, no con el
enunciado anterior). En efecto, utilizando de manera
brillantísima un refinamiento del conocido método de
Figura 9 exhausción, (aproximando el círculo por polígonos
regulares inscritos y circunscritos) Arquímedes probó
Por supuesto, estas propiedades las enuncian los en La Medida del Círculo ([11; pág. 91] que:
geómetras griegos en términos de su teoría de propor-
ciones: las longitudes (respectivamente áreas) de dos Proposición 1. El área de un círculo es igual a la
circunferencias (resp., círculos) guardan la misma de un triángulo de base la longitud de su circun-
razón que sus radios (resp., los cuadrados de sus ferencia y de altura el radio3.
radios). Pero, aprovechando nuestra notación superior,
podemos escribir las relaciones anteriores en la forma: En consecuencia, y, por tanto, π 2
π 1: π 4. La Proposición 1 era probablemente
conocida antes de Arquímedes, aunque éste propor-
cionó la primera demostración rigurosa de la misma.
Por supuesto, la Proposición 1 implica los resultados
y ya citados de Euclides. La proposición reduce la cua-
dratura del círculo al problema de rectificación de la
circunferencia. Siendo pues consciente de este hecho,
Arquímedes no se para aquí, sino que establece la
siguiente

Pero ¡en ningún lugar de los Elementos se Proposición 3. La razón de la circunferencia de


encuentra probada la relación entre las dos constantes!, cualquier círculo a su diámetro es menor que y
a saber π 1 2π 2. mayor que .

3 Por supuesto, esto no resuelve el problema de la cuadratura del círculo, pues no se da ninguna indicación de cómo construir el triángulo en
cuestión, conocido solamente el radio del círculo.
4 Al parecer, el primero en proponer el símbolo π (letra inicial de la palabra griega περιϕερεια periferia) para designar la razón de la cir-
cunferencia a su diámetro fue William Jones (editor también del Analysis per aequationes de Newton) en 1706. Como en tantas otras oca-
siones, se debe al genio de L. Euler la popularización de esta notación. Euler usó el símbolo π por primera vez en su Mechanica (1736), aun-
que en otros trabajos empleó la letra p. Es a partir de la aparición del símbolo en la Introductio, en donde Euler escribe su valor con 127 deci-
males ([8; Cap. VIII, pág. 126]; el valor está tomado de la Mémoire sur la quadrature du cercle, publicado por T. G. de Lagny en 1727) cuan-
do su uso se universaliza.
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Lo que en notación moderna se puede escribir como hipérbola) las introdujeron originalmente los griegos
3,140845 π 3,142857. La manera como Arquíme- como intersección de un cono recto con distintos
des prueba su resultado es una muestra más de su planos, de ahí su nombre de cónicas. Su descubri-
genio: comienza considerando un hexágono regular miento y estudio de las primeras propiedades se atri-
inscrito en el círculo. Por supuesto, Arquímedes sa- buyen a Menecmo (ca. 350 a. de C.), un discípulo de
bía bien que el lado de ese hexágono era igual al radio Eudoxo y maestro de Alejandro, y fueron objeto pre-
del círculo, r. Por tanto: ferido de estudio por parte de los geómetras de los
siguientes 2.200 años.

El caso de la cuadratura de la parábola es de des-


tacar porque en él Arquímedes se encuentra con el
A continuación, Arquímedes procede a duplicar el problema de calcular la suma de una serie (en términos
número de lados del polígono inscrito, para obtener geométricos) que, como es habitual, resolvió con una
una mejor aproximación, considerando también los doble reducción al absurdo. En efecto (Fig. 10), se
correspondientes polígonos circunscritos, y continúa
de esta forma hasta considerar el polígono regular de
96 lados. Si tenemos en cuenta que no disponía de un
sistema de numeración como el nuestro ni de procedi-
mientos algorítmicos para el cálculo aproximado de
raíces, sino que todos sus argumentos estaban basados
en procedimientos puramente geométricos, podemos
imaginar la enorme habilidad de Arquímedes para
obtener esta primera estimación rigurosa del valor de
π . En resumen, obtuvo

Figura 10

trata de calcular el área del segmento parabólico APB


“llenándolo” con los triángulos APB, AP2P, PP1B, etc.
A partir del trabajo de Arquímedes, gran parte de Utilizando las propiedades geométricas de la parábola,
los esfuerzos de los cuadradores de círculos poste- Arquímedes logró probar que a(∆PP1B)
riores se dividieron entre la obtención de métodos geo- a(∆PMB) y, análogamente, a(∆AP2P)
métricos para construir un segmento de longitud π a a(∆APM), luego, si llamamos α a(∆APB) se
partir de un segmento de longitud unidad, y la ob- tiene a(∆AP2P) a(∆PP1B) α. Si se repite el
tención de más y más cifras exactas de π . Volveremos proceso, añadiendo más y más triángulos por sub-
más adelante sobre este tema. división de los respectivos arcos parabólicos, al cabo
de n pasos el polígono inscrito obtenido Pn tendrá un
Pero Arquímedes no se detuvo aquí, sino que con área a(Pn) . Además, el Principio de
una portentosa habilidad logró obtener de forma abso- Eudoxo permite afirmar que para n suficientemente
lutamente rigurosa la cuadratura de otras figuras curvi- grande, a(Pn) y el área del segmento parabólico dife-
líneas, como son la cuadratura de la elipse y la de un rirán tan poco como se quiera, Entonces Arquímedes
segmento de parábola. Estas curvas (junto con la obtiene la identidad elemental
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¡Cuando haya realizado una vuelta completa, apa-


recerá un trazo sobre el papel de longitud exactamente
2π ! Obviamente, esta no es una solución “rigurosa”
de donde deduce para un matemático griego.

La primera cuadratura efectiva del círculo la realizó


Dinostrato, hermano de Menecmo, utilizando la
y, mediante una doble reducción al absurdo, obtiene el curva trisectriz de Hipias (que a partir de entonces
resultado deseado: también se conoce como cuadratriz). Esta primera
curva considerada por los griegos, aparte de la circun-
ferencia o la recta, es una de las llamadas curvas mecá-
nicas, pues su construcción se basa en un experimento
mental que involucra un movimiento. La construcción
Como vemos, en este caso, como en el de las es la siguiente (Fig. 11): Considérese un cuadrado
lúnulas de Hipócrates, se consigue una cuadratura
efectiva, ya que el triángulo APB puede construirse
con la sola ayuda de la regla y el compás, a partir de
los datos (el segmento parabólico).

5. CUADRATURAS “MECÁNICAS”

Para la época de Arquímedes los griegos tenían


prácticamente asumido que el problema de la cua-
dratura del círculo (junto con los otros dos problemas
clásicos: la duplicación del cubo y la trisección de
cualquier ángulo) no podía resolverse solamente con
el uso de la regla y el compás. Aunque ningún geó-
metra griego pudo probar esta afirmación, parece claro Figura 11
que pronto llegaron a la conclusión de que era nece-
sario la utilización de curvas más generales o construc- ABCD (véase figura) en el que el lado AB se traslada
ciones de carácter más mecánico. Probablemente alre- paralelamente a sí mismo y con velocidad uniforme
dedor del 420 a. de C., Hipias de Elis inventó la curva desde su posición inicial a llegar a coincidir con DC.
llamada trisectriz para resolver el problema de la tri- Durante el mismo intervalo de tiempo, el lado DA gira
sección de un ángulo y, en la primera mitad del siglo con velocidad uniforme en el sentido de las agujas del
IV a. de C., Arquitas utilizó la construcción de ciertas
reloj, hasta coincidir también con DC. La cuadratriz es
superficies de revolución para resolver el problema de
precisamente el lugar geométrico de los puntos P de
la duplicación del cubo. Por la misma razón, el ya
intersección de los dos segmentos móviles en cada ins-
citado Menecmo, descubrió las secciones cónicas,
tante: . Pues bien, utilizando sóla-
para obtener una serie de curvas que permitieran la ob-
tención de dos medias proporcionales. mente consideraciones geométricas, Dinostrato probó
que el lado a del cuadrado generatriz es media propor-
Volviendo al problema que nos ocupa, tras el cional entre el segmento DQ y el arco de circunfe-
trabajo de Arquímedes el problema de la cuadratura rencia AC. Por tanto, o, en nota-
del círculo se reducía a la construcción de un segmento ción moderna, . Así pues, conocido el seg-
de longitud la circunferencia de radio unidad (es decir, mento DQ y AB, mediante una sencilla construcción
2π ). Desde un punto de vista ingenuo, la solución es geométrica se puede construir un segmento del
sencilla: basta construir un disco de radio 1, pintar su término que falta en la proporción geométrica, es
borde y hacerlo rodar sobra una hoja de papel. decir, de longitud el arco de circunferencia, AC.
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Es claro que el punto más débil de la solución de Esta curva permite resolver el problema de la tri-
Hipias está en la construcción de la propia cuadratriz5. sección de un ángulo (como se deduce de la
Como dice Papus, citando a un crítico anterior, Proposición 14 de la obra citada) y también el de la
¿Cómo es posible hacer que dos puntos que salgan a rectificación de la circunferencia (lo que, como
la vez de A se muevan uno sobre una recta hacia D y el sabemos, implica la cuadratura del círculo), debido a
otro a lo largo de una circunferencia hacia C al mismo una importante propiedad de la tangente a la espiral
tiempo, sin conocer primero la razón del segmento DA que demuestra Arquímedes en la Proposición 20: La
al cuadrante de circunferencia AA”C?...Más aún, subtangente OQ en un punto P de la espiral (es decir,
además existe el problema de determinar el punto Q, la intersección de la tangente en P con la perpendicular
ya que, por el método geométrico de construcción, en al radio vector OP por O) es igual a la longitud del
la posición final, el lado del cuadrado y el radio coin- arco PS de la circunferencia de centro O y radio OP
ciden y, por tanto, no determinan un punto. La cons- (véase la figura 13). En particular, si consideramos el
trucción de Q puede hacerse rigurosa por el método
clásico de exhausción, pero ello equivale a aproximar
la longitud de la circunferencia por la de polígonos ins-
critos de lados sucesivamente crecientes.

Quizá la curva “mecánica” más famosa es la estu-


diada por Arquímedes, motivado probablemente por
sus estudios sobre la cuadratura del círculo en su
tratado Sobre las Espirales ([11: pág 151]). Se trata de
la conocida Espiral de Arquímedes: la curva descrita
por un punto M que se mueve sobre una recta a velo-
cidad uniforme, mientras la recta gira, también con
velocidad uniforme.

Figura 13

punto R, en donde la espiral corta al eje de ordenadas,


la subtangente en R es el segmento OM en donde M es
la intersección de la tangente con el eje de abscisas y,
por lo dicho, la longitud de la circunferencia de radio
OR es cuatro veces la longitud de ese segmento.

Las últimas 8 proposiciones de Sobre las Espirales


están dedicadas al cálculo del área de distintas
regiones delimitadas por la espiral. Como suele ser
habitual, Arquímedes hace gala de una extraordinaria
habilidad y rigor en sus demostraciones.

Las investigaciones de Arquímedes son ejemplos


Figura 12 de originalidad y precisión y, a tenor de los medios de

5 La cuadratriz no es construible con regla y compás, pero muchos de sus puntos sí lo son. Por su definición es fácil ver que
. Por tanto si, por ejemplo construimos por sucesivas subdivisiones el puntos medio de AD, después los puntos medios
de los dos segmentos obtenidos, etc., y dibujamos las bisectrices del ángulo recto, después la de los dos ángulos iguales obtenidos, etc. (ope-
raciones realizables con regla y compás), podemos construir por intersección de las paralelas a AB por los puntos obtenidos sobre AD con
los correspondientes radios que pasan por los puntos obtenidos sobre la circunferencia, los puntos sobre la cuadratriz, de ordenadas a,
n
0 m 2 , n 0, 1, 2,…, que forman un subconjunto denso.
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que disponía (en particular, la falta de un sistema de Liu Hui (siglo III) probó que la razón del área del
numeración y una notación simbólica manejable), círculo al cuadrado de su radio coincide con la de la
constituyen uno de los mayores ejemplos de creati- circunferencia a su diámetro y da para esta razón el
vidad e inspiración en la historia de la Matemática. valor de 157/50 3,14. Dos siglos más tarde, el
matemático y experto en calendarios Tsu Chung
Chi obtuvo como valor de π la asombrosa aproxi-
6. UNA BREVE HISTORIA DE π. mación de 355/113 3,141592920, que no fue
mejorada hasta pasados cerca de mil años. Por su
A partir de la obra de Arquímedes, muchas de las parte, en la India el astrónomo Aryabhata (ca.
investigaciones sobre el problema de la cuadratura del 500) tomó como valor de π la fracción
círculo se centraron en obtener estimaciones más y 62832/20000 3,1416, mientras que su colega
más precisas de la constante crítica π . Como ya hemos Bramagupta asignó (alrededor del 630) el valor de
dicho, los egipcios utilizaban la fórmula para 3,1622 a π .
calcular el área de un círculo de radio r, lo que da un
valor de π 3,16. En el Libro de Los Reyes del -Por supuesto, también la matemática árabe, que
Antiguo Testamento (ca. 550 a. de C.), se habla de un incorporó la ciencia india y griega, se preocupó por
cierto recipiente de boca circular que tenía un diámetro el problema de la cuadratura. Uno de los más
de 10 codos y cuya circunferencia medía 30 codos, lo famosos matemáticos de esa cultura, al-Jwarizmi
que da un valor de π 36. Este valor es el usado ( 790- 850) en su conocidísima obra Algebra
también por los antiguos chinos, hindúes y babilonios incluye una sección sobre medición, en donde se
(aunque algunas interpretaciones de ciertas tablillas puede leer que el hombre práctico toma 3 el
halladas en Susa asignan a π el valor de 3 ). valor que, multiplicado por el diámetro, da lugar a
la circunferencia, aunque después dice que esta
La idea más utilizada para el cálculo aproximado de cifra no es del todo exacta. Por otro lado, los geó-
π hasta el siglo XVII es la misma que utilizó metras toman o, si son astrónomos,
Arquímedes: aproximar el área del círculo por polí- 62832/20000, es decir, los valores asignados por
gonos regulares inscritos de más y más lados y calcular los distintos autores anteriores que hemos citado.
la razón de su perímetro al diámetro. He aquí algunos En los siglos posteriores, los matemáticos islámicos
hitos destacados: obtuvieron nuevas y mejores estimaciones de π ,
-Alrededor del año 150 de nuestra era, el que sirvieron para mejorar las tablas de senos en las
astrónomo Claudio Ptolomeo, en su obra funda- observaciones astronómicas. Entre todos ellos,
mental conocida como El Almagesto generó una debemos destacar el trabajo de Al-Kashi,(1380-
tabla de cuerdas subtendidas en un círculo dado por 1450) director del observatorio de Samarcanda y
todos los ángulos desde medio grado a 180 grados, uno de los más hábiles calculistas de la historia.
con intervalos de medio grado, que fue esencial Armado con las ventajas del sistema de numeración
para los cálculos astronómicos durante los siguien- posicional, calculó los perímetros de los polígonos
tes 1500 años. A partir de la cuerda de un grado regulares inscritos y circunscritos a una circunfe-
resulta que el perímetro del polígono regular de 360 rencia de 3·228 lados, y obtuvo un valor de π con 9
lados inscritos en el círculo es 360 veces mayor, lo cifras sexagesimales exactas, que después convirtió
que permitió a Ptolomeo obtener una aproximación en fracciones decimales para obtener 14 cifras
más precisa de π , a saber 3,1416. exactas de π en esta numeración, superando así el
resultado de Tsu Chung Chi.
-En las civilizaciones orientales también se
utilizó el método geométrico para obtener aproxi- -La introducción del sistema de numeración
maciones de π , necesarias muchas veces por posicional en Occidente, junto con el desarrollo de
razones astronómicas. Así, el matemático chino la escritura simbólica, permitió, utilizando los

6 Nótese que la fórmula que hemos citado de los egipcios y la referencia en el Libro de los Reyes se refieren, a priori, a conceptos diferen-
tes: en el primer caso se obtiene π como la relación del área del círculo al cuadrado de su radio, mientras que en el otro se trata de la rela-
ción de la longitud de la circunferencia a su diámetro. Como ya hemos dicho, probar la coincidencia de ambas constantes no es trivial.
252 Fernando Bombal Gordón Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat. (Esp), 2012; 105

mismos métodos que Arquímedes, obtener gente con , mientras que J. Machin
mejores aproximaciones de π . Así, Fibonacci en obtuvo 100 decimales exactos en 1706 aplicando la
1220 da el valor π 3,14181, y Vieta en 1593 relación
obtiene una fórmula general que relaciona el área
de un 2n-ágono regular con la de un n-ágono, y
obtiene un valor de π con 9 cifras decimales
exactas al considerar un polígono de lados. Variaciones de esta relación se usaron frecuente-
Entre esta fecha y mediados del siglo XVII son mente en los años sucesivos para obtener mejores
varios los matemáticos que obtienen más y mejores aproximaciones. Citemos la gesta de W. Shanks,
aproximaciones de π mediante la consideración de quien en 1873 y utilizando una variación de la
polígonos regulares de más y más lados y el uso de fórmula de Machin obtuvo nada menos que ¡707
mejores técnicas de cálculo. He aquí algunos: cifras decimales de π ! Desgraciadamente, en 1946
D. F. Ferguson descubrió errores en los resultados
de Shanks a partir del lugar 528, y un año más
tarde dio un valor correcto hasta el decimal 710.
-A partir de 1949 se produce un nuevo cambio
en la búsqueda de estas aproximaciones con la apa-
rición del ordenador. En este año el computador
ENIAC calculó 2037 cifras decimales exactas de π ,
iniciando una carrera frenética que todavía hoy
-A mediados del siglo XVII comienzan a desa- continúa. El último dato de que dispongo es el
rrollarse las nuevas técnicas del cálculo diferencial record establecido el 17 de octubre de 2011 por el
y el uso sistemático de desarrollo en series de japonés Shigeru Kondo quien, tras 371 días de
potencias, lo que va a provocar un cambio de estra- cómputo con un potente ordenador, ha obtenido
tegia en la búsqueda de mejores estimaciones para más de 1013 cifras decimales exactas de π .
π . Los primeros resultados concretos estaban
basados en el desarrollo en serie de la función ar-
co tangente7, descubierto por J. Gregory (1638- 7. PERO ¿SE PUEDE CUADRAR UN
1675) en 1668 (con algún error numérico) y redes- CÍRCULO?
cubierto por G. W. Leizniz (1646-1716) en 1673:
Junto a los enormes esfuerzos dedicados a obtener
más y mejores aproximaciones de π (de los que hemos
citado algunos en la sección anterior), motivados sobre
Tomando x 1, resulta la famosa serie de todo al principio por necesidades astronómicas,
Leibniz: también se produjeron numerosos intentos para
resolver geométricamente el problema de la cuadratu-
ra del círculo con regla y compás. Podemos citar entre
otros a Ibn al-Haytham ( 965-1040), llamado tam-
Esta serie converge muy lentamente, pero lo bién Alhazen, que estudió la cuadratura de lúnulas y
importante es el cambio de perspectiva: la determi- prometió escribir un tratado para resolver el problema
nación de π pasa de ser un problema geométrico a de la cuadratura del círculo (que nunca apareció). Po-
un problema aritmético. En todo caso, pronto se co después, en 1050, Franco de Lièja escribió un tra-
descubrieron técnicas para conseguir aproxima- tado De quadratura circuli al respecto. Más adelante,
ciones de π por series mucho más rápidamente en 1450, Nicolás de Cusa trató de resolver el proble-
convergentes. Así, A. Sharp obtuvo 71 cifras deci- ma interpolando geométricamente polígonos inscritos
males correctas de π usando la serie del arco tan- y circunscritos a un círculo.

7 En los años 1660 el joven I.Newton utilizó su teorema binomial y el cálculo de fluxiones para obtener 7 cifras decimales exactas de π con
solamente nueve términos de un cierto desarrollo en serie. Pueden verse los detalles en [6; Cap. 7].
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En fin, la lista de los que se aproximaron al pro-


blema sería interminable. Pero a partir del siglo XVIII
la potencia de los métodos analíticos iba a dar un
cambio radical al problema. En 1761 el matemático J.
H. Lambert (1728-1777) probó que π es un número
irracional, es decir, que no se puede escribir como
cociente de dos números enteros. Recordemos que los
números racionales, esto es, las fracciones, son preci-
samente aquellos que tienen un desarrollo decimal
finito o bien periódico, es decir, que consiste en un
conjunto de cifras finito que se repite indefinidamente,
como 1/2 0,5, 1/3 0,33333 o 41/333
0,123123123…. El resultado de Lambert garantiza en
particular que la búsqueda de más y más cifras deci-
males para π será siempre una tarea inacabada. En
Nicolás de Cusa (1401-1464)
todo caso, este resultado no acabó con el problema de
la cuadratura del círculo, ya que muchos números irra-
cionales pueden construirse con regla y compás. Pero
sirvió al menos para eliminar de un plumazo gran can-
tidad de soluciones enviadas por aficionados a las
Academias. La popularidad del problema se hizo tan
grande que, primero la Académie des Sciences de París
(en 1775) y poco después la Royal Society de Londres
emitieron sendos comunicados anunciando que no se
considerarían en el futuro nuevas pruebas de la cuad-
ratura del círculo.

La solución final al problema de la cuadratura del


círculo con regla y compás se produjo en 1882 de la
mano del matemático alemán Ferdinand Lindemann

Leonardo da Vinci (1452-1519)

El mismo Leonardo da Vinci se sintió atraído por


el problema y concibió varias “cuadraturas mecá-
nicas” Como en otras facetas de su vida, también aquí
su trabajo está envuelto en el misterio. En efecto, en el
Códice Atlántico, folio 112 recto, en el margen de una
página figuran tres líneas escritas verticalmente que
podríamos traducir así: La noche de San Andrés
encontré el final de la cuadratura del círculo; ter-
minaba la candela, la noche y el papel donde escribía
cuando, la hora cumplida, llegué a la conclusión.
¿tenemos aquí una nueva versión del “caso Fermat”?

También el astrónomo danés Logomontanus


(1562-1647) pretendió haber conseguido la tan desea-
da cuadratura. F. Lindemann (1852-1939)
254 Fernando Bombal Gordón Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat. (Esp), 2012; 105

(1852-1939), quien probó que π no satisface ninguna para cualquier número racional r, como puede
ecuación algebraica con coeficientes enteros, del tipo verse en la figura 14:

Los números que tienen esta propiedad se llaman


números trascendentes, en contraposición a los
números algebraicos, que son los que satisfacen al-
guna ecuación algebraica con coeficientes enteros. Por
supuesto, todo número racional p/q es algebraico, ya
que es solución de la ecuación px q 0. Pero también
el irracional es algebraico, ya es satisface la ecua-
ción ; También es algebraico el , por
ejemplo, pues satisface la ecuación .
Esta distinción entre números algebraicos y trascen-
dentes la introdujo al gran L. Euler en 1744, aunque
durante mucho tiempo no se pudo saber si existían o
no los números trascendentes. En 1844 J. Liouville Figura 14
(1809-1882) mostró que cualquier número de la forma
Por tanto, a partir del segmento unidad podemos
construir con regla y compás cualquier segmento de
longitud racional. De hecho, hemos visto que las lon-
con los ai enteros arbitrarios del 0 al 9, es trascen- gitudes de los segmentos construibles forman un sub-
dente9. conjunto de los números reales cerrado respecto a las
operaciones suma, producto y división (por un seg-
Probar que un número determinado es trascendente, mento no reducido a un punto), es decir, lo que se
no es tarea fácil. Ch. Hermite (1822-1901) probó en conoce como un cuerpo de números. Pero el uso del
1873 que e (la base de los logaritmos neperianos) es compás permite, además, la extracción de raíces cua-
trascendente y, en una carta a su amigo C. W. dradas, como muestra una simple inspección a la
Borchardt escribió: “no me atrevo a intentar probar siguiente figura:
la trascendencia de π ...” Pues bien, eso es lo que con-
siguió Lindemann en 1882, y precisamente utilizando
una modificación del método de Hermite.

Pero ¿qué tiene que ver esto con la cuadratura del


círculo? Veamos: partiendo de un segmento de lon-
gitud unidad, tratemos de ver qué tipo de propiedades
algebraicas tienen los segmentos que se pueden cons-
truir a partir de él con regla y compás (es decir, los seg-
mentos que llamaremos construibles). Los griegos ya
sabían construir (con regla y compás), a partir de dos
segmentos de longitudes a y b los de longitudes

Figura 15

9 En realidad hay muchos más números trascendentes que algebraicos. En efecto, como quiera que el conjunto de polinomios con coeficien-
tes enteros forma un conjunto numerable y cada uno de los polinomios tiene un número finito de soluciones, resulta que el conjunto de
todas estas soluciones (e.d., los números algebraicos) es también numerable. Como el conjunto de todos los números reales no es nume-
rable, resulta que el conjunto de todos los números trascendentes, es infinito no numerable.
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Así pues, a partir del segmento unidad podemos 8. LA CUADRATURA DEL CÍRCULO POR
construir todos los segmentos de longitudes racionales LEY.
o, lo que es lo mismo, el cuerpo de los números racio-
nales C0. Pero si k es un número racional tal que no
lo sea, también podemos construir los (segmentos de El resultado de Lindemann cerró definitivamente
longitud) números de el problema de la cuadratura del círculo para los mate-
(que, obviamente, contiene a C0); observemos máticos. Pero el interés por el problema continuó. El
además que a b es solución del polinomio de que fue primer profesor de matemáticas del University
, con coeficientes en C0. College London, A. De Morgan (1806-1871) recopiló
grado
gran cantidad de anécdotas sobre este tema en su libro
A Budget of paradoxes11. De Morgan sugirió el
Y también si s es un número de C0(k) cuya raíz no
término morbus cyclometricus para designar la “enfer-
está en él, podemos construir los números de
medad de los cuadradores de círculos”, refiriéndose a
, etc. Como
aquellos aficionados convencidos de haber encontrado
antes, cada elemento de C0(k)(s) es solución de un
la solución y a los que no se les puede convencer de su
polinomio de grado 2 con coeficientes en C0(k) y
error por parte de los matemáticos profesionales. Por
puede probarse sin demasiado trabajo que entonces es
ejemplo, De Morgan cita a un tal Mr. James Smith que
solución de un polinomio de grado 4 con coeficientes
escribió varios libros intentando probar que π 25/8 y,
en C0. Todos estos conjuntos de números son también
en particular, que el círculo es cuadrable con regla y
cuerpos, como se comprueba fácilmente. Pues bien,
compás. Por supuesto, ni Morgan ni ningún otro pudo
los números construibles son exactamente los que per-
convencerle de su error...
tenecen a alguna extensión de la forma
, con kj en y
La miríada de aficionados afectados por el morbus
no perteneciente a
cyclometricus, continúan hoy en día descubriendo
10 nuevos (y falaces, por supuesto) métodos de cuadrar el
círculo con regla y compás. La mayoría de ellos están
Una consecuencia de este resultado (que ya hemos convencidos de que son genios incomprendidos que la
esbozado) es que cada número construible es solución “ciencia oficial” no quiere reconocer. Por citar
de un polinomio de grado 2n con coeficientes en C0 y algunos casos curiosos, diremos que en 1892 un autor
por tanto (multiplicando por el mínimo común múl- anónimo anunció en el New York Tribune el redescu-
tiplo de los denominadores de los coeficientes), de otro brimiento de un secreto largamente guardado que daba
con coeficientes enteros. Así pues, todo número cons- como valor exacto de π el de 3,2. Y durante bastante
truible es un número algebraico. La demostración de tiempo hubo una viva polémica entre los lectores del
la trascendencia de π por Lindemann muestra pues, periódico sobre el tema. En 1934 muchas bibliotecas
de manera irrefutable, que no se puede construir con públicas de los Estados Unidos recibieron, por indi-
regla y compás un segmento de longitud π y, por tanto, cación de su autor, un grueso volumen dedicado a
¡la cuadratura del círculo con regla y compás es demostrar que π 3 , y así podríamos seguir
imposible! con más y más ejemplos12.

10 Este resultado fue probado por P. L. Wantzel en 1837. Pueden verse demostraciones en [7] y en [3].
11 El Volumen I puede descargarse o leerse on line en la dirección del Proyecto Gutenberg: http://www.gutenberg.org/ebooks/23100. El libro
contiene no sólo paradojas matemáticas, sino también en otras áreas, junto con disgresiones sobre tópicos muy diversos.
12 Entre los numerosos personajes que aparecen en la obra La Montaña Mágica, su autor, el Premio Nobel de Literatura Thomas Mann,
incluye a un afectado del morbus cyclometricus (además de tuberculosis, claro): el procurador Paravant, atormentado por “la vergüenza que
constituía para el espíritu humano la irracionalidad irremediable de esa proporción mística... (se refiere, por supuesto, a π) ([14: pág. 782]).
Por cierto, el autor descubre en la obra una nueva aplicación de las mátemáticas: sus “efectos calmantes que contribuyen a embotar el agui-
jón de la carne...” ([14; pág. 781]).
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Pero entre este enjambre de “cuadradores de cír- Como hemos dicho antes, el artículo en el que se
culos”, merece destacarse al médico y matemático afi- basaba la Proposición de Ley es una sucesiva acumu-
cionado Edwin L. Goodwin ( 1825, 1902) que, cre- lación de errores. De entrada, el autor no entiende el
yendo haber descubierto un método para cuadrar el problema de la cuadratura del círculo con regla y
círculo, convenció a su representante local, Taylor I. compás. Obvia sistemáticamente esta última condi-
Record, para proponer a la Cámara de Representantes ción en sus argumentos y parece creer que el problema
del estado de Indiana (U.S.A.) la aprobación de una consiste en que el resultado de Arquímedes da resul-
ley para “introducir una nueva verdad matemática y tados numéricos erróneos, y por tanto hay que rempla-
que se ofrece como contribución a la educación, para zarlo por una fórmula correcta. Y sin más, pasa a pro-
que pueda usarse solamente en el Estado de Indiana poner sus propios métodos para cuadra el círculo. La
libre de costes...”13 (se supone que en otros lugares los redacción es confusa y muchas veces contradictoria.
usuarios del valor de π fijado o de los métodos de En algunos momentos, el autor parece creer que
cuadrar el círculo aprobados, deberían pagar las co- figuras con el mismo perímetro deben tener la misma
rrespondientes royalties). Se trata de una serie de des- área. En todo caso, no hay un solo argumento mate-
propósitos, basados en un artículo del Sr. Goodwin mático en el artículo, sino una serie de afirmaciones
aparecido en el American Mathematical Monthly de que a veces son contradictorias entre sí. En efecto, el
1894 (el año de aparición de la Revista, por entonces análisis detallado del artículo que ha realizado D.
de naturaleza privada), en la sección de “Queries and Singmaster en su trabajo ya citado, revela que las dis-
Information” y publicado “by request of the autor”, es tintas recetas de Goodwin para cuadrar el círculo con-
decir, bajo su propia responsabilidad y a falta de otra ducen a dar 9 valores diferentes de π, a saber: 4 (varias
cosa mejor. veces), 3,55556, 3,333333, 3,265986, 3,265306,
3,232488, 3,2, 3,160494 y 2,56 (pueden verse los
El Proyecto de Ley pasó primero a la Comisión de detalles en [1; págs. 237-238]). Por cierto, el Sr.
Canales, luego a la de Pantanos para volver a la Goodwin no se paró aquí y también “resolvió” los
Comisión de Educación, que dio un informe favorable. otros dos problemas clásicos de la antigüedad: la tri-
El Proyecto pasó al Senado, donde fue objeto de dis- sección de cualquier ángulo y la duplicación del cubo.
cusión. Al parecer, ninguno de los intervinientes se Patentó sus resultados en U.S.A., Inglaterra, Alemania,
preocupó de buscar asesoramiento adecuado, aunque Bélgica, Francia, Austria y... España! Y los incluyó en
todos reconocieron que no eran competentes para una monografía titulada “La Desigualdad Universal
entender los méritos de la proposición de ley. es la Ley de toda la Creación” que incluye la siguiente
Finalmente, ésta fue rechazada porque, simplemente, frase: “Durante la primera semana de marzo de 1888
la Cámara Legislativa no tenía competencias para al autor se le reveló de forma sobrenatural la medida
“definir verdades matemáticas”. exacta del círculo...” En fin, citando una vez más a D.
Singmaster, “la ignorancia es consistentemente incon-
sistente.”

9. POR FÍN PUEDE CUADRARSE EL


CÍRCULO.

La historia de la cuadratura del círculo no terminó


aquí. En 1923 el matemático polaco S. Banach (1892-
1945) resolvió un problema largamente planteado
mostrando que se podía definir un “área” para cual-
quier subconjunto del plano, con las propiedades habi-
Figura 16 tuales (aditividad finita e invariancia por movimientos

13 El texto completo de la Proposición de Ley, la “House Bill No. 246” de la Legislatura del estado de Indicana de 1897, puede leerse en el
artículo The legal values of Pi, por D. Singmaster, que aparece en la pág. 236 de [1].
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del plano), que extendía el área usual de los subcon- cortarse un círculo en un número finito de piezas con
juntos cuya área se sabía calcular hasta entonces (los unas tijeras y con ellas poder recomponer un cuadrado
llamados conjuntos medibles Lebesgue)14. Como con- de la misma área15. La respuesta es también negativa si
secuencia, si una figura P se puede trocear en un sólo se utilizan movimientos que generen un subgrupo
número finito de piezas para que, recomponiéndolas discreto del total (Cfr. [9]). Finalmente, en 1989, M.
por movimientos del plano, se obtenga otra figura Q, Laczkowich [12] probó que la respuesta a la pregunta
ambas deben tener la misma “área”. En 1925 A. de Tarski es afirmativa, aunque en su demostración el
Tarski (1902-1983) planteó el siguiente problema: número de piezas en las que hay que dividir el círculo
¿puede descomponerse un círculo en un número finito es del orden de 1050. La prueba es difícil y muy
de partes de modo que, mediante movimientos del técnica, pero en el artículo [10] puede consultarse una
plano, se obtenga un cuadrado? (necesariamente de la amplia panorámica del problema y una idea de la
misma área, según hemos dicho). solución sin incidir en demasiados tecnicismos.

Una versión previa del problema de Tarski había


sido planteada en 1833 por Farkas Bolyai: Dados dos
polígonos simples de la misma área, ¿se puede des- BIBLIOGRAFÍA
componer uno de ellos en un número finito de piezas
poligonales de modo que, recombinándolas, se 1. L. Berggren, J. Borwein, y P. Borwein, (editors), Pi:
obtenga el otro?: a source book. Springer, 1997.
2. C. Boyer, Historia de la Matemática. Alianza edito-
rial, 1986.
3. J. C. Carrega, Théorie des corps. La regle et le com-
pas.Hermann, París, 1981.
4. R. Courant, y H. Robbins, What is Mathematics?
Oxford Univ. Press, 1969.
5. L. Dubins, M. Hirsh, J. Karush, Scissors congruence.
Israel J. Math. 1 (1963), 239-247.
6. W. Dunham, Journey through Genius: The great the-
orems of Mathematics.J. Wiley & Sons, New York,
1990.
7. P. Eymard, y J.-P. Lafon, The number pi. American
Figura 17 Mathematical Society, Providence, R.I., 2004.
8. L. Euler, Introducción al análisis de los infinitos.
El mismo Bolyai dio una respuesta afirmativa a su Edición a cargo de A. J. Durán y F. J. Pérez. SAEM
pregunta en 1833. El resultado fue probado también, “Thales” y Real Sociedad Matemática Española.
independientemente, por P. Gerwien en 1835. Sevilla, 2000.
9. R. J. Gardner: Convex bodies equidescomposable by
locally discrete groups of isometries, Mathematika,
Por el contrario, la respuesta al problema de Tarski 32 (1985), 1-9.
es negativa si se imponen restricciones sobre la natu- 10. R. J. Gardner, y S. Wagon, At long last, the Circle has
raleza de las piezas en la descomposición o sobre el been squared. Notices of the Amer. Math. Soc., 36
tipo de movimientos usados. Por ejemplo, no puede (1989), 1338-1343.

14 El que todo subconjunto del plano tenga un “área” razonable es un hecho ampliamente aceptado por los matemáticos de todos los tiempos.
Sorprendentemente, el resultado no es cierto para el espacio de dimensión n 2, como probaron Banach y A. Tarski un año después. Por
ejemplo, en el espacio euclídeo ordinario tridimensional, la esfera sólida de radio 1 se puede dividir en 9 partes que, reco mponiéndolas ade-
cuadamente como si de un puzzle se tratara (sólo con movimientos del espacio, sin deformaciones), permiten construir dos esferas sólidas de
radio 1. Esto implica que no existe un “volumen” que extienda el ordinario y se pueda definir para todos los subconjuntos del espacio con las
propiedades de aditividad finita e invariancia por movimientos, ya que entonces el “volumen” de la unión de las 9 piezas debería ser, por un
lado, el de la esfera sólida de radio 1, y por otro, el doble. Para más información al respecto, remitimos al lector interesado a [14].
15 Técnicamente, si las piezas utilizadas en la descomposición están limitadas por curvas de Jordan, no puede “cuadrarse” el círculo con ellas.
Véase [5].
258 Fernando Bombal Gordón Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat. (Esp), 2012; 105

11. T. L. Heath, The works of Archimedes. Cambridge Hippocrates to Euler. En “Euler at 300, an apprecia-
University Press. 1912. tion”, R. E. Bradley et alt., Editores, pags- 56-62.
12. M. Laczkovich, Equidescomposability and discre- Volumen de la serie “The MAA Tercentenary Euler
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ma. J. Reigne Agew. Math. 404 (1990), 77-117. 14. S. Wagon, The Banach-Tarski paradox.Cambridge
13. S. G. Langton, The quadrature of lunes, from University Press, 1985.

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