ORACIONES
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‹‹En nombre de la Divina Presencia ¡YO SOY! que hay en nosotros, y con la
fuerza magnética del Fuego Sagrado que reside en nuestros corazones,
apelamos a vos, poderoso Arcángel Zadquiel: encended cada célula de
nuestro cerebro, de nuestros cuatro cuerpos inferiores, de nuestras auras,
chacras y conciencias con la Llama Violeta, traspasándonos con sus
flameantes y purificadores rayos, liberándonos de todas las limitaciones y
dificultades que están ocultas y constituyen obstáculos en nuestro camino
hacia La Luz; transformad todo en pureza, libertad y perfección. Os lo
agradecemos››
.SELLO E INVOCACIÓN
TABLA DE DATOS ADICIONALES
Día de la semana: Sábado
Color: Violeta
Rayo: Violeta
Nota: si no ve cumplida su petición, repítala todos los sábados que sean necesarios, intentando hacerlo siempre con la mayor fe posible y en un estado de
paz interior y ausencia de ira, odio, rencor o mala voluntad hacia el prójimo.
.
La problematicidad de lo anterior está en que, en ese proceso de absorción, el perfil del arcángel
Zadquiel pasó a formar parte de un conjunto de teorizaciones esotéricas absurdas que, lejos de ser respetables como fe ajena, fueron mentiras muchas
veces conscientemente elaboradas por los teorizadores; quienes, lejos de tener una actitud intelectual objetiva y honesta como Orígenes de Alejandría
(que, en el marco de su fe, busco racional e imparcialmente una verdad revelada), simplemente buscaron el dinero y el poder; o bien, en otros casos,
posiblemente (nunca se sabrá a ciencia cierta) entretejieron teorías extrañas a partir de delirios místicos carentes de percepciones objetivas. Todo esto no
es una opinión sino un hecho, el cual es inherente al proceso que muestra cómo Zadquiel, al igual que los demás arcángeles, terminó siendo asociado con
una de las Siete Llamas, con innumerables mensajes (muchos de ellos visibles en la web) dados a través de innumerables “transmisores psíquicos”
espiritualmente “iluminados y evolucionados”, y con invocaciones absurdas[9] a través de las cuales se puede invocar el majestuoso poder transmutador de
la Llama Violeta:
…[…]…
…[…]…
En cuanto a la historia de cómo Zadquiel y los otros arcángeles acabaron relacionándose con las Siete Llamas, aquella es la siguiente según se muestra en
el artículo Mentiras de la Nueva Era: Maestros Ascendido[14]s:
‹‹Los Maestros Ascendidos imaginados, inventados, creados, necesitados, diseñados por Blavatsky, heredaron
todas las características de aquella generación mitológica de semi-dioses budistas. Pero ahora fueron dotados de una identidad más definida. Al principio la
Teosofía tuvo que lidiar con “maestros” más o menos ocultos detrás del telón, pero poco a poco comenzaron a adquirir nombre, rostro, historia personal; y,
lo más importante, comenzaron a dar “discursos”. Ese ha sido el modelo precedente de todos los grupos de Nueva Era que pregonan la existencia de una
Hermandad Blanca formada por Maestros Ascendidos. Los elementos del grupo son más o menos los mismos: un maestro o varios, un discurso o mensaje,
y un transmisor/receptor llamado “mensajero”››.
Como se ve, “al principio era Blavatsky”. Sin embargo en el caso de ella, a diferencia de muchos embusteros que le sucedieron, no se puede afirmar que
haya tenido la intención de mentir, lo cual lógicamente no implica que, en el caso de no haber tenido tal intención, las teorías que propagó sean ciertas [15].
No obstante hay quienes dicen que si tuvo plena intención de engaño[16]. Por otra parte, el método de Blavatsky no era muy fiable: sueños lúcidos,
escritura automática, o el tan afamado “dictado” en el cual ella se limitaba a escuchar, dentro de su cabeza, lo que le decía la voz de un espíritu. Sea que
haya querido engañar o no, Blavatsky escribió, por decirlo eufemísticamente, extravagancias esotéricas. Bien dijo David Hatcher Childress en su libro Las
ciudades perdidas de Lemuria: ‹‹La Doctrina Secreta de Blavatsky es un libro casi imposible de leer, pesado, oscuro y lleno de contradicciones…[…]…
Según esta información somos la quinta “raza matriz” que habita la Tierra, y nuestro planeta está destinado a tener siete de tales razas. A su vez, cada raza
la forman siete subrazas. La primera “raza matriz”, que se componía de seres formados de fuego y niebla, vivía en una Tierra Sagrada Imperecedera, pero
que al parecer terminó desapareciendo. La segunda “raza matriz”, apenas visible, habitaba el antiguo continente ártico de Hiperbórea. …[...]… La tercera
“raza matriz” fue la de los lemures, término que tomó Blavatsky prestado de las ciencias biológicas del momento, que por entonces clasificaba como
“lemures” a una serie de animales cuyos restos se hallaban tanto en Madagascar como en Malasia. Los lemures de Blavatsky eran unos seres
gigantescos, sin cerebro, de aspecto entre reptil y simiesco. La cuarta “raza matriz” fue la de los atlantes, los primeros seres plenamente humanos.
Nosotros somos la quinta. La sexta será una evolución de la nuestra y regresará a Lemuria. Después de la séptima “raza matriz” la vida abandonará
nuestro planeta y empezará de nuevo en Mercurio››. Ahora, fue Blavatsky quien hizo la asociación entre los Siete Rayos (o Siete Llamas) y los arcángeles;
sin embargo, en este punto sus elucubraciones sí estaban revestidas de racionalidad hasta cierto punto, siendo que fue después, con el Movimiento YO
SOY, que se introdujeron los disparates metafísicos propios de los decretos y otras cosas asociadas al “YO SOY”, el cual es, como ya se dijo en una nota a
pie de página, “el supuesto nombre de la mónada espiritual individualizada que expresa la “presencia de Dios” en cada persona y ser dotado de alma”
Así, tras Blavatsky y a principios del s. XX, apareció el Movimiento YO SOY (“I AM Activity”), un movimiento fundado por
Guy Ballard y su esposa, un movimiento que no dudó en usar a los “mahatmas” con los que Blavatsky supuestamente se comunicaba, afirmando que
también a ellos, a los gurús del Movimiento YO SOY, esos mahatmas y otros “seres de luz” les transmitían sus fantásticas revelaciones sobre rayos,
decretos —ellos iniciaron la fiebre espiritual por los decretos del YO SOY— y cosas por el estilo, todo en la línea teosófica iniciada por Blavatsky. Pero su
gran “revelación” fue decir que el mismísimo Saint Germain (fallecido en el s. XVIII) se comunicaba con ellos y que él, Saint Germain, era el “heraldo” y
“jerarca” de la Era de Acuario, era que ya había empezado a pesar de que, los cálculos matemáticos de la Astronomía y de la Astrología, mostraban de
manera contundente que la Era de Acuario recién iniciaría en el 2200 después de Cristo…Lo peor fue, como bien notó el articulista (del artículo tomado
como fuente), que los directores del Movimiento YO SOY, “no imaginaron que después de ellos surgiría toda una serie de sectas y grupos que modificarían,
maquillarían, alterarían y contradecirían lo que el Conde Saint Germain había dictado como “palabra sagrada”…”
Había así empezado la gran fiebre metafísica. En Latinoamérica, la venezolana Conny Mendez se
encargó de difundir las enseñanzas de Blavatsky y el Movimiento YO SOY, convirtiéndose en la primera traductora al español de tales doctrinas y, con ello,
despertando una ola de grupos esotéricos en los que a veces se introducían nuevos maestros, se cambiaban los nombres o las funciones de maestros que
ya existían; y, desde luego, se recibían o “canalizaban” mensajes de estos espíritus iluminados, dando como resultado incoherencias como que, según un
grupo, Saint Germain dirigía el Séptimo Rayo (Rayo Violeta), mientras que simultáneamente otro grupo afirmaba que no, que habían recibido tales o cuales
mensajes y que se habían enterado de que Saint Germain había ascendido y que por ende otro maestro había pasado a dirigir la Llama Violeta. No
obstante, dentro de toda esta ola metafísica sí existieron exponentes respetables por su honestidad intelectual. Ejemplo de ello es Rubén Cedeño, quien en
1993 publicó su famosa obra Los Siete Rayos, en la cual se sigue manteniendo la asociación entre arcángeles y rayos o llamas, además de los decretos del
YO SOY y la creencia en las arcangelinas o complementos femeninos de los arcángeles (a cada arcángel le han asignado una…), ya que él está en una
línea teórica semejante a la de Conny Mendez. Interesante pues resulta la actitud de Rubén Cedeño; quien, manteniendo una fe casi ciega en lo que
muchos han considerado “disparates” esotéricos, elaboró el artículo Metafísica Aclarada[17], dentro del cual se defiende y defiende a muchos otros
teorizadores del movimiento.
Volviendo a Norteamérica, luego del Movimiento YO SOY apareció el Puente de la Libertad, movimiento que amplió las teorías de su antecesor (el
Movimiento YO SOY) y recibió las enseñanzas de maestros “exóticos” y “misteriosos” como El Morya o Maha Chohan, quienes desde el más allá
transmitían su sabiduría…
Y así siguieron apareciendo más y más revelaciones de los supuestos Maestros Ascendidos, los
cuales conformaban la insigne Hermandad Blanca, que era nada más y nada menos que la jerarquía espiritual de la Tierra, conformada única y
exclusivamente por los Maestros Ascendidos. Y claro, hubo quienes afirmaron recibir mensajes de la Hermandad Blanca; sin embargo, lo realmente
impactante fue que, el hijo de dos de esos transmisores o canalizadores de mensajes de la Hermandad Blanca, declarase que todo era una farsa
conscientemente inventada, contribuyendo así a robustecer la sospecha de que la Metafísica esotérica no es más que un conglomerado de movimientos en
el que innumerables mentes incautas e inocentes siguen a unos cuantos embusteros o alucinados, según sea el caso. Cuenta pues lo siguiente el articulista
de Mentiras de la Nueva Era: Maestros Ascendido: ‹‹Los Ballards dijeron ser los únicos mensajeros de la Hermandad, luego Geraldine Innocente aprovechó
ese trabajo hecho para su soñada religión ecléctica pseudo neometafísica. Luego aparecieron Mark y Elizabeth Prohet …[…]… En apariencia exudaban luz
y perfección de Dios por todos lados. Hasta que mi curiosidad natural me llevó a conocer a Sean Prophet (el mismísimo hijo de los Prophets) por Internet en
el año 2001. Sean había sido miembro y ministro de la Iglesia de sus padres durante su juventud, y cuando estaba siendo preparado para ser el siguiente
mensajero de Los Maestros, rompió relaciones …[…]… Su testimonio en primera persona es muy simple: asegura que toda la doctrina y enseñanza de los
Maestros Ascendidos escrita y diseminada por sus padres, había sido toda inventada. Que no existían los maestros porque él mismo presenció cómo sus
padres inventaron a dichos personajes y cómo utilizaron los que ya habían sido inventados por los Ballards y por Geraldine Innocente, entre otros, para
construir una especie de “imperio religioso” que, por sus intereses políticos y materiales, no tenía nada de espiritual››
.
Para los metafísicos, la función primordial de Zadquiel sería la de dirigir a los Ángeles Violetas y a los Ángeles Ceremoniales; y, principalmente, ejercer una
labor de transmutación energética a través de la propagación y ministración de la Llama Violeta.
En cuanto a sus virtudes o cualidades, estas son: libertad, compasión, misericordia, piedad, bondad, transmutación, transformación.
Los dones espirituales que nos puede otorgar son estos: liberación espiritual, capacidad de perdonar, compasión y misericordia, saneamiento de
experiencias y recuerdos dolorosos, disolución de energías negativas que se han anclado en nosotros, transmutación y consecuente evolución espiritual,
alegría, tolerancia y eliminación del pesimismo y el sentimiento de derrota, impotencia y desesperanza.
Es a él a quien debemos acudir cuando no podemos encontrar esa libertad interior que día a día nos arrebata el vacío inherente al condicionante orden del
mundo, o bien cuando somos nosotros mismos los que, guardando rencores y odios, nos oponemos al despertar de nuestra libertad interior. Así mismo,
podemos orarle si deseamos librarnos del negativismo o acelerar nuestra evolución espiritual.
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REPRESENTACIÓN
A Zadquiel casi siempre se lo retrata con ropas moradas o violetas. Aquello representa su asociación con la
Llama Violeta y por ende simboliza la transmutación y todo lo que es inherente a la Llama Violeta; representa su vínculo con lo ceremonial y con el perdón,
ya que el púrpura es el color de la penitencia y, en una perspectiva religiosa, la penitencia comporta el perdón pues solo hace penitencia quien ha sido
perdonado o está buscando ser perdonado.
La cruz que suele portar puede interpretarse de dos formas. En la primera, es la cruz de Cristo y representa el perdón divino, ya que teológicamente es ese
el significado primordial de la crucifixión. En la segunda, representa la apertura del hombre a la energía divina, ya que se la puede interpretar como un
hombre que, con los brazos abiertos, está recibiendo la energía de su Creador, la cual circula en el centro de los cuatro elementos (cada una de las
extremidades de la cruz), siendo cada elemento un aspecto del espíritu humano.
Por último está la copa y puede interpretarse de las siguientes maneras. En la primera, es el elixir de la vida eterna y por tanto una exhortación a buscar la
unión con Dios para alcanzar dicha plenitud. En la segunda, es el cáliz de la misa, cáliz que alude a la transubstanciación y por tanto, en una perspectiva
esotérica, a la transmutación (pues la transubstanciación es un tipo de transmutación).