Actividades Autoestima Adolescentes

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“Querid Querida yo: merezco que me trates mejor.

Aprovecharé esta ocasión en que estás frente al espejo


para decirte cómo me haces sentir. ¿Alguna vez te has

a yo, parado a pensar que lo que me dices te lo dices a ti


mismo?

merezco He tolerado toda clase de cosas, desde


descalificaciones hasta críticas. ¿Por qué eres tan poco
amable conmigo?, ¿acaso te has olvidado de que

que me somos la misma persona?

Quiero que sepas que esta no es una carta de reclamo.

trates Querida yo, para eso te bastas sola. Lo que quiero


lograr con esta carta es que entiendas que tienes
muchas cosas que no ves. Deja de prestar atención solo

mejor” a lo que nos daña.

Querida yo, ¡la cantidad de veces que te he escuchado


quejarte de mí, es inmensa! No muestras mucho respeto por lo que somos. La
autocompasión parece ser uno de tus deportes favoritos y ni siquiera te permites ver
lo bueno que tenemos.
Tan solo vas por la vida preguntándote por qué no tienes lo que mereces. ¿Has
pensado que tienes más de lo que valoras? Me gustaría que por un momento te
pararas frente al espejo y en lugar de criticar tu nariz o tu barriga agradecieras por las
piernas que te dejan moverte y las manos que te permiten tomar lo que deseas.

Quizás no lo veas así, pero autocompadecerte no te ayuda a lograr nada. Si al menos


fuese una crítica constructiva que te obligase a hacer algo, valdría la pena.
¿Y si dejas de ponerme nombres?
Cada vez que tienes oportunidad se te ocurre un nombre nuevo. El problema es que
nunca es uno medianamente agradable. Querida yo, ¿qué tal si te esfuerzas un poco y
por fin entiendes que tus características físicas no te definen? ¡En serio! Piénsalo y
verás que es cierto.

En lugar de llamarme “gorda” podrías llamarme “amable” “inteligente” “capaz”. En


serio, deja de verme solo desde lo negativo. Eres más que eso. Eres inteligente, eres
agradable, eres amiga, eres hija, eres hermana.

Si es verdad que ese defecto que tanto te molesta te parece tan grande, trabaja para
cambiarlo. De nada te servirá pasar la vida quejándote una y otra vez. De verdad, me
gustaría que así como embelleces tu exterior, trabajes en tu interior.

Rodéame de gente que nos ame


Querida yo, eso de que también te reúnas con tus amigas con el único fin de criticarme
no está lindo. ¿Has pensado que a veces te rodeas de demasiadas relaciones tóxicas?
No solo merezco que me trates mejor. También podrías esforzarte por socializar con
personas que te hagan ser mejor. Personas que te ayuden a ver lo bueno de ti y que te
ayuden a mejorar cada día.

Deja atrás los chismes y todas esas tonterías que no nos ayudan. ¿Por qué no sales
mejor con esa amiga que siempre que te ve te dice que te ves hermosa? Lo eres, solo
necesitas creerlo.

Rétanos
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo que creías que no lograríamos? Querida yo,
a veces pienso que de verdad no me conoces. Temes ponerte nuevos retos porque
temes fracasar. Lo irónico es que ya fracasaste cuando te convences de que no lo
lograremos.

No importa de qué se trate, quiero que me retes a ir más allá. Rompamos límites y
alcancemos nuestros sueños. Trato de decírtelo a través de anhelos y esperanzas pero
tú solo respondes pensando en la realidad.

¿Me puedes decir qué es la realidad? Porque así como lo veo, la realidad es solo
aquello que te permites aceptar. ¡Déjame demostrarte todo el potencial que tienes!

Querida yo, sé tú misma…


Lo último que te quiero pedir es que vuelvas a ser tú. Entre tantas obligaciones,
miedos, dudas y frustraciones ya no sé dónde hemos quedado. Tan solo te pido que
vuelvas a ser esa niña que reía a carcajadas y se ilusionaba.
Sé que la vida es dura y que te han desilusionado. También sé que has llorado muchas
veces porque te rompieron el corazón. Pero la vida es eso: amar, crecer, reír, llorar,
ilusionarnos y volver a empezar.

Por favor, no me dejes a un lado. Querida yo, yo soy tú y solo te pido que vivamos con
pasión y como si el mundo se acabara hoy. No sé si mañana estemos aquí para volver a
intentarlo.
La
adolesc La adolescencia, época de cambio por excelencia, es la
mejor edad para trabajar la autoestima con los jóvenes.
Es el momento donde ellos empiezan a hacerse

encia preguntas como: ¿quién soy?, ¿qué me gusta y no me


gusta de mí?, ¿qué quiero ser en un futuro?, etc. En
esta época de revolución hormonal, donde sufren una
gran cantidad de cambios físicos y viven una montaña rusa a nivel emocional, es
prioritario que se conozcan, que aprendan a respetarse y a quererse tal y como son.

La autoestima es definida como el conjunto de percepciones, pensamientos,


evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros
mismos, hacia nuestra manera de ser, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro
carácter. En definitiva, es la forma en la que nos valoramos a nosotros mismos.

Para tener una buena autoestima es importante trabajar cuatro aspectos:

o Auto-Conocimiento

o Auto-Concepto

o Auto-Aceptación

o Auto-Respeto

Hay que tener en cuenta que la autoestima no es una característica invariable, va


cambiando a lo largo de los años. Cuestiones como las personas que tenemos a
nuestro alrededor, nuestra percepción y valoración de la imagen corporal o el
sentimiento de realización en la vida, influyen de manera directa en cómo nos vemos.

Esta posibilidad de variación, más que un hecho negativo, podemos tomarla como algo
positivo, puesto que el hecho de que la autoestima sea cambiante deja las puertas
abiertas a poder trabajar sobre ella.
siguientes:

YO SOY:
(Se trabaja el auto-conocimiento y auto-concepto)

La dinámica tiene dos partes, en primer lugar se les entrega un folio donde ponga 20
veces “yo soy…”, a nivel individual tendrán que completar las frases, explicándoles que
tendrán que poner solo características positivas suyas (cualidades, logros, destrezas,
conocimientos, capacidades…). La segunda parte de la tarea es en parejas: tendrán
que ”venderse” a ellos mismos, uno hará el papel de vendedor y otro de comprador,
para después cambiar los papeles. El vendedor tiene que exponer las razones por las
que al comprador le conviene adquirirle. Finalmente, en asamblea, se comentan las
dificultades que han tenido a la hora de desarrollar la dinámica y se hace una reflexión
sobre lo aprendido.

EL ÁRBOL:
(Se trabaja el auto-concepto y el auto-conocimiento)

El profesor indica a los alumnos que dibujen un árbol en un folio, con sus raíces,
tronco, ramas, hojas y frutos. En las raíces escribirán las personas, cosas o situaciones
que sean una fuente de estabilidad en su vida (ej. padres, hermanos, rutinas, deportes
o aficiones, etc.); en el tronco, las cualidades positivas que vean en ellos; en las ramas,
los aspectos que ellos crean que deben mejorar; y por último, en las hojas y frutos
escribirán los logros y objetivos conseguidos en su vida.

En la segunda parte de la tarea tendrán que ir andando por el aula enseñándolo y se


les irá pidiendo que compartan algunas de las características escritas.

EXTERNALIZAR LA BAJA AUTOESTIMA:


(Se trabaja el auto-conocimiento y el auto-respeto)

Se entrega a cada uno de los alumnos una pieza de plastilina y se les propone que
moldeen con plastilina su baja autoestima. Una vez realizada esta parte, se le indica
que a partir de ahora el “muñeco de su autoestima” tiene que colocarse en un lugar
visible de su habitación. Después, se le propone estar atento a todos los mensajes que
su “autoestima” le mande; cada vez que identifique alguno, tiene que pararse con el
“muñeco y pensar argumentos en su contra. Puede escribir en la parte izquierda de un
folio lo que le comunica la autoestima y en la parte derecha lo que le responde.

EL BOTE DE LAS CARICIAS:


(Se trabaja la auto-aceptación y el auto-respeto)

En el aula se trabaja con los alumnos en la creación de un bote o una caja de las
caricias. Es importante que cada uno haga la suya y se sienta identificado con su
decoración. Este bote se llevará a casa y se les pedirá que cada día se digan o hagan
algo positivo, una vez hecho tienen que coger un post-it, escribirlo y meterlo dentro
del bote. Algunos ejemplos pueden ser: salir a correr, comer sano, estudiar lo que se
había programado, etc. O decirse frases como: “yo puedo hacerlo”, “yo valgo
mucho”,“soy muy bueno en matemáticas”, etc.
Unas semanas después se llevará el bote de nuevo a clase y se compartirá lo que se ha
escrito.

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