Aplicaciónes de Job
Aplicaciónes de Job
Aplicaciónes de Job
El Libro de Job nos enseña a confiar en Dios bajo todas las circunstancias. Debemos
confiar en Dios, no solo cuando no entendemos, sino porque no entendemos. Si los
caminos de Dios son “perfectos”, entonces podemos confiar en que cualquier cosa que Él
hace y cualquiera que Él permite también es perfecta.
Aplicación 2
Aplicación 3
Sin ninguna razón atribuible a él, Job perdió su riqueza, sus hijos y su salud. Hasta sus
amigos estaban convencidos de que los sufrimientos se los había acarreado él mismo.
Para Job, la prueba más grande no fue el dolor o la pérdida, sino no poder ser capaz de
comprender por qué Dios le había permitido sufrir. El sufrimiento puede ser un castigo
por el pecado, aunque no siempre es así. De la misma forma, la prosperidad no siempre
es una recompensa por ser bueno. Aquellos que aman a Dios no están exentos de
problemas. Aunque quizás no podamos comprender completamente el dolor que
experimentamos, nos puede llevar a redescubrir a Dios.
Aplicación 4
Satanás intentó sembrar cizaña entre Job y Dios al intentar que Job creyera que la forma
de Dios de gobernar al mundo no era justa ni buena. Satanás tuvo que pedirle permiso a
Dios para quitarle a Job su riqueza, sus hijos y su salud. Estaba limitado en su actuar a lo
que Dios le permitiera. Debemos aprender a reconocer y a no temer a los ataques de
Satanás ya que no puede exceder los límites que Dios establece. No permita que ninguna
experiencia abra una brecha entre usted y Dios. Si bien no puede controlar la forma en la
que Satanás ataca, siempre puede elegir la forma en la que responderá cuando esto
suceda.
Aplicación 5
Debemos ser como Job él nunca perdió su fe en Dios, incluso bajo las circunstancias más
desesperantes que lo probaron hasta lo más profundo. Es difícil imaginar el perder todo lo
que tenemos en un solo día: propiedad, posesiones e incluso los hijos. La mayoría de los
hombres caerían en depresión y quizás incluso cometerían suicidio después de semejantes
pérdidas tan grandes. Aunque oprimido lo suficiente como para maldecir el día de su
nacimiento. Job nunca maldijo a Dios Job 2:9-10, ni tampoco flaqueo en su
entendimiento de que Dios estaba en control.
Aplicación 6
Aplicación 7
La mayor lección que aprendemos del libro de Job, es que Dios no tiene que responderle
a nadie por lo que hace o no hace. La experiencia de Job nos enseña que quizás nunca
lleguemos a saber la razón específica de sufrimiento, pero debemos confiar en nuestro
soberano, santo y justo Dios. Sus caminos son perfectos Salmo 18:30. Ya que los
caminos de Dios son perfectos, podemos confiar en que lo que Él hace, y lo que permite,
también es perfecto.
Aplicación 8
Vivimos en un mundo de dolor y sufrimiento. No hay nadie que no se vea afectado por
las duras realidades de la vida, y la pregunta "¿Por qué le suceden cosas malas a la gente
buena?” es una de las preguntas más difíciles en toda la teología. Dios es soberano, así
que todo lo que sucede debe haber sido permitido por Él, si no causado directamente por
Él debemos centrarnos más en la voluntad de Dios
Aplicación 9
Muchas veces vivimos como si Jesús no nos hubiera salvado definitivamente, o peor aún,
que su salvación es solo una cosa que ocurrirá al final de nuestros días o que afecta solo a
la dimensión espiritual de nuestras vidas. Job no tenía un Jesús a quien mirar. Nosotros sí.
Que nunca se nos olvide que todos nuestros sufrimientos fueron sufridos por Jesús en la
cruz del Calvario y con su sangre pagó para que nosotros seamos salvados.
Aplicación 10
El apóstol Santiago nos dice: Ninguno, cuando sea probado, diga: Es Dios quien me
prueba; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie (Santiago 1, 13), pues en
efecto, Dios lo último que quiere es medir cuán fuertes somos para ver si valemos o no la
pena. Eso sería despreciar el sacrificio de Jesús. Si creemos que lo que nos ocurre Dios
lo quiere, entonces cabe pensar que dentro de las posibilidades está que Dios quiere que
reprobemos, que no pasemos, que no seamos capaces.