López Zea y Zea Prado
López Zea y Zea Prado
López Zea y Zea Prado
Resumen
El artículo aborda el desempeño que ha jugado Rusia en la historia reciente debido a
sus características, asumiendo el rol de potencia tanto regional como mundial. Durante
la segunda mitad del siglo XX esta faceta se acentuó en virtud del enfrentamiento
abierto que sostuvo con Estados Unidos en la búsqueda de espacios para afianzar su
presencia. De manera específica, el trabajo se refiere a los contactos que el país
euroasiático ha mantenido con América Latina a partir del término de la Guerra Fría,
destacando las relaciones con Cuba, Brasil y Venezuela. Los autores hacen énfasis en el
relanzamiento internacional de Rusia como un país sólido y poderoso con renovadas
cualidades, en su búsqueda de socios en materia política y económica, en la generación
de un equilibrio internacional y en el impulso de un mundo multipolar como alternativa
al unipolar liderado por Estados Unidos.
Palabras clave: Rusia, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, América Latina,
Cuba, Guerra Fría, política internacional, sistema internacional, relaciones
internacionales.
Abstract
The article discusses Russia’ performance in recent history due to its characteristics,
assuming the role of regional and global power. During the second half of the twen-
tieth century this aspect was accentuated under the open confrontation with the United
States in searching for spaces to consolidate their presence. Specifically, the paper deals
with relationships that the Eurasian country has kept with Latin America from the end
Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM, núm. 108, septiembre-diciembre de 2010, pp. 55-80.
56 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
of Cold War, highlighting the relations with Cuba, Brazil and Venezuela. The authors
emphasize the international revival of Russia as a strong and powerful country with
renewed qualities, in its search for partners in political and economic fields, in the
creation of an international balance and also in promoting a multipolar world as an
alternative to unipolar led by the United States.
Key words: Russia, Latin America, Union of Soviet Socialist Republics, Cuba, Cold
War, international politics, international system, international relations.
Introducción
El caso Cuba
por mucho, el principal socio de Rusia en la región, incluso hasta los primeros
dos o tres años de la década del 2000, cuando surgieron otros países como
socios importantes en Latinoamérica.1
Para reordenar las relaciones bilaterales tras el colapso de la URSS, el
liderazgo ruso recibió en Moscú, en noviembre de 1992, al vicepresidente del
Poder Legislativo cubano, Lionel Soto; reunión que tuvo como resultado la
firma de un Acuerdo de Cooperación Comercial y Económica, sentando las
bases para las nuevas relaciones bilaterales con enfoques de mercado; asimismo,
se concretó un Acuerdo para el establecimiento de la Comisión
Intergubernamental de Cooperación Económica, Comercial y Científico-
Técnica para el desarrollo práctico de estas esferas, y un protocolo para el
comercio y los pagos, proyectando las características del comercio en los
próximos años incluyendo el mantenimiento del esquema “azúcar por
petróleo”, pero bajo parámetros de mercado. Se acordó intercambiar 1.5
millones de toneladas de azúcar por 2.3 millones de toneladas de petróleo y
0.5 de diesel en 1993.
En los años subsiguientes, los montos se vieron modificados conforme
a la capacidad de producción azucarera de la isla, que enfrentaba crecientes
problemas, así como por las variaciones del precio internacional de las materias
primas. Por otra parte, se llegó al acuerdo de mantener en funcionamiento el
centro de inteligencia radioelectrónica en la localidad cubana de Lourdes, desde
donde se realizaba un extenso monitoreo de las comunicaciones radiales de
Estados Unidos y que permitía hacer enlaces entre los submarinos nucleares
rusos en el Atlántico, lo cual tenía un gran valor militar ante la falta de puertos
rusos en ese océano. Sin embargo, no se encontró una solución al problema
de la deuda de 20 mil millones de dólares que Cuba debía a la URSS.2
En reciprocidad, en mayo de 1993, el primer viceprimer ministro ruso,
Vladimir Shumeiko, visitó La Habana, entrevistándose con el presidente Fidel
Castro y con su homólogo Lionel Soto, y suscribieron un memorando de
cooperación mutua. El dignatario ruso subrayó que a partir de entonces se
pasaba, en definitiva, a una interacción bajo parámetros de mercado, reiterando
que ya no se subsidiarían las transacciones con la isla y que si el monto de
azúcar entregado resultaba menor que el pactado cada año (fuere por las
dificultades económicas de la isla o por los recurrentes huracanes), los
suministros petroleros se reducirían de manera proporcional.
1
Comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores (MID), 10 de noviembre de 2002; Estadísticas
del Servicio Federal Aduanero (2006-2009).
2
Gaceta Kommersant, núm. 26 (179), 4 de noviembre de 1992; núm. 17 (240), 2 de febrero de
1993; Comunicados MID, 10 de noviembre de 2002 y 18 de octubre de 2007.
60 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
3
Gaceta Kommersant, N. 096 (319), 25 de mayo de 1993; N. 095, 22 de mayo de 1993; N. 128
(351), 9 de julio de 1993; Comunicados MID del 10 de noviembre de 2002 y del 18 de octubre de
2007.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 61
las Relaciones entre Rusia y Cuba, propiciando bases modernas para el ulte-
rior desarrollo de los lazos, además de que se lograron avances en materia de
cooperación cultural y científico-técnica. En el mismo tenor, en mayo de 1999
fue firmado un Acuerdo Intergubernamental de Cooperación Comercial-
Económica como parte de la modernización de las relaciones.
En el interludio se dieron algunas visitas recíprocas de los poderes
legislativos, con una delegación de la Duma en La Habana en julio de 1996 y
otra del Senado ruso en septiembre de 1997, correspondidas con una vista a
Moscú del presidente del Poder Legislativo cubano, Ricardo Alarcón, en
noviembre de 2000.4 El canciller ruso, Igor Ivanov, visitó La Habana en
septiembre de 1999, donde fue recibido por el presidente Fidel Castro y por
su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque, ocasión en la cual ambas partes
confirmaron la similitud de posiciones sobre los principales asuntos
internacionales.
El bombardeo de la ex Yugoslavia por parte de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte de marzo a junio de ese año contribuyó a que de
nueva cuenta se acercaran en materia geopolítica los dos países, siendo Serbia
un amigo en común. Tanto la vieja guardia en Kremlin como el liderazgo
cubano reconocieron en el fin de la era Yeltsin, en diciembre de 1999, una
oportunidad para inyectar nuevos bríos a las relaciones ruso-cubanas. Para
tales efectos el canciller cubano, Pérez Roque, realizó una visita oficial a Rusia
en enero de 2000, conviniendo con el presidente (interino), Vladimir Putin, en
renovar los lazos bilaterales de conformidad con la Declaración sobre los
Principios de las Relaciones Bilaterales de mayo de 1996, incluyendo una mayor
coordinación mutua en la edificación de un mundo multipolar, en oposición a
la tendencia de un mundo unipolar-unilateral encabezado por Estados Unidos.
En este tenor, se destacó la creciente importancia del movimiento de
Países No Alineados en la construcción de un entramado internacional
policéntrico. Por su parte, el mandatario ruso se expresó a favor de la plena
reinserción de Cuba en el entorno regional latinoamericano, enfatizando su
repudio al embargo económico estadounidense; por su parte, el dignatario
cubano manifestó el pleno respaldo de su gobierno a las acciones de Rusia en
torno al conflicto en Chechenia y la guerra en curso.5
La llave para el relanzamiento de las relaciones se materializó con la visita
del presidente electo Vladimir Putin a La Habana en diciembre de 2000, la
4
Gaceta Kommersant, N. 95 (813), 25 de mayo de 1995; N. 191 (909), 14 de octubre de 1995; N.
84 (1042), 23 de mayo de 1996; Comunicados MID, 10 de noviembre de 2002 y 18 de octubre de
2007.
5
Comunicado MID, 28 de enero de 2000.
62 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
6
Comunicados MID, 5 de diciembre de 2000, 15 de diciembre de 2000, 14 de diciembre de 2000
y abril 2001.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 63
7
Comunicados MID, 10 de noviembre de 2002, 13 de diciembre de 2000; N. 1076, 18 de diciembre
de 2000; N. 2453, 29 de diciembre de 2001.
64 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
8
Comunicados MID, N. 715, 24 de marzo de 2003; N. 711, 24 de marzo de 2003; N. 717, 25 de
marzo de 2003; N. 2098, 28 de septiembre de 2004; N. 2090, 28 de septiembre de 2004; N. 2099,
29 de septiembre de 2004.
9
Comunicados MID, N. 2496, 24 de noviembre de 2005; N. 1895, 19 de septiembre de 2005 y 18
de octubre de 2007.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 65
10
Comunicados MID, N. 1762, 6 de noviembre de 2008; N. 1804, 11 de noviembre de 2008 y 14
de noviembre de 2008; N. 1798, de noviembre de 2008; Comunicados Kremlin, 28 de noviembre
de 2008.
11
Comunicados Kremlin, 30 de enero de 2009; Comunicado MID, N. 128, 28 de enero de 2009.
66 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
Desde los años noventa, Rusia identificó a Brasil como un país conveniente
para el desarrollo de relaciones dinámicas, como la punta de lanza en el
subcontinente latinoamericano después de Cuba en el Caribe, con la economía
de escala más voluminosa de la región y en rápido crecimiento, una importante
base industrial capaz de generar sus propias altas tecnologías, una significativa
industria aeroespacial, un ejército profesional que produce una parte
significativa de sus propias armas, una enorme riqueza natural y vocación por
desempeñar un papel cada vez más influyente en el mundo como potencia
regional emergente. El fin de las dictaduras y el retorno de la democracia
facilitó el impulso de relaciones con el gigante latinoamericano, que para el
año 2000 se convirtió en su principal socio comercial de la región.
Durante los primeros cinco años de la década la relación se profundizó
de manera considerable, tanto en temas bilaterales como en la edificación de
un mundo multipolar, convirtiéndose en la pieza más importante del
rompecabezas ruso en América Latina. Pronto, el trío estratégico euroasiático
que reúne a Rusia, China e India se amplió en la forma de cuarteto con la
inclusión de Brasil en el llamado BRIC, atraídos en principio por las similitudes
de desarrollo económico como potencias económicas emergentes y por las
afinidades geopolíticas compartidas. El comercio ruso-brasileño superó los
6.7 mil millones de dólares en 2008, más de 40 por ciento del total ruso-
latinoamericano.13
Rusia y Brasil se reconocen mutuamente como “gigantes” por su extensión
territorial, vastedad de recursos naturales, dinamismo global, capacidad in-
dustrial, comercial y económica, así como por la relevancia político-militar,
como jugadores influyentes en el mundo y aliados geopolíticos naturales en la
12
Comunicados MID, N. 141, 9 de febrero de 2010; N. 169, 14 de febrero de 2010; N. 181, 16 de
febrero de 2010; N. 165, 12 de febrero de 2010.
13
Estadísticas del Servicio Federal Aduanero (2008-2009).
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 67
14
RIA-Novosti, despacho de prensa, 16 de diciembre de 2009.
68 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
15
Comunicados MID, 27 de febrero de 2001, 15 de noviembre de 2002, 25 de noviembre de
2002, 30 de noviembre de 2004, 18 de octubre de 2007.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 69
16
Comunicados MID, 15 de enero de 2002, N. 799, 1° de abril de 2003; N. 2945, 20 de diciembre
2003.
17
Comunicados MID, 6 de octubre 2008 y 6 de enero 2004.
70 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
18
Comunicados MID, 24 de noviembre de 2004 y 19 de octubre de 2005; N. 2127, 12 de octubre
de 2005.
19
Comunicados MID, 18 de julio de 2006; N. 682, 16 de mayo de 2008; N. 147, 5 de febrero de
2008.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 71
22
Comunicados MID, 13 de marzo de 2001 y 18 de octubre de 2007.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 73
23
Comunicados MID, N. 927, 21 de mayo de 2001, 11 de noviembre de 2002 y 18 de octubre de
2007.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 75
24
Comunicados MID, 12 de marzo de 2002; N. 1192, 19 de mayo de 2003, 4 de agosto de 2003 y
19 de mayo de 2003; N. 2968, 24 de diciembre de 2003; N. 2971, 24 de diciembre de 2003 y 18
de octubre de 2007.
25
Comunicados MID, 29 de noviembre de 2004 y 26 de noviembre de 2004; N. 2151, 6 de
octubre de 2004.
76 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
26
Comunicados MID, 18 de octubre de 2007, 27 de julio de 2006 y 21 de febrero de 2006.
27
Comunicados Kremlin, 22 de julio de 2008 y 26 de septiembre de 2008.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 77
28
Comunicados Kremlin, 27 de noviembre de 2008; Comunicados MID, 27 de noviembre de 2008
y 6 de noviembre de 2009.
29
Comunicados Kremlin, 10 de septiembre de 2009.
78 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado
Conclusiones
30
Comunicados del gobierno de la Federación de Rusia (Oficina del primer ministro), 3 de abril
de 2010 y 2 de abril de 2010.
31
RIA-Novosti, despacho de prensa, 7 de mayo de 2010 y Comunicado Kremlin, 15.10.2010 “Las
conversaciones ruso-venezolanas”, RIA-Novosti, “Chávez visitará Rusia el otoño próximo según
Televisión de Venezuela”, 7 de mayo de 2010.
Los tres pilares de Rusia en América Latina (después de la Guerra Fría) 79
en una primera fase en los años noventa, y con brío en la década de 2000, bajo
enfoques pragmáticos desprendidos de la ideología y con criterios de mercado.
Desaparecida la confrontación ideológica, la presencia rusa fue bienvenida
por un creciente conjunto de naciones latinoamericanas en el contexto de la
diversificación de lazos, equilibrios internacionales y las dinámicas propias de
la globalización. El surgimiento de nuevos socios estratégicos como Brasil y
Venezuela, la reanimación de las relaciones con Cuba, el desarrollo de una
interacción destacada con Argentina, seguida de Chile, México y Ecuador,
complementadas hacia el final de la década con relaciones solidarias con Nica-
ragua y Bolivia, atestiguó la intensificación de los lazos ruso-latinoamericanos.
Durante el proceso, Rusia se preocupó por aclarar que las relaciones
ruso-latinoamericanas no estaban orientadas contra terceros, en este caso contra
Estados Unidos, como tampoco las interacciones con Venezuela estaban
dirigidas contra Colombia, pero indicando que no concernía a Moscú si estos
acercamientos causaban preocupación en Washington, teniendo en cuenta
que la Casa Blanca tampoco se detenía a valorar si el aumento de contactos
con los países ex-soviéticos desagradaba o no al Kremlin. Con el triunfo del
primer presidente afroamericano de Estados Unidos, Barack Obama, y su
toma de posesión en enero de 2009, se dio una inmediata mejora del diálogo
ruso-estadounidense, que había sufrido considerablemente en los últimos años
de la administración Bush. Esto contribuyó a disipar dudas sobre las presuntas
rivalidades entre ambos países en el escenario latinoamericano.
Por su peso específico, características, intensidades y contextos
particulares, las relaciones con Brasil, Venezuela y Cuba se constituyeron como
los tres pilares de Rusia en la región. Brasil destacó como su socio comercial
más intenso y prometedor aliado tecnológico-geopolítico, con la economía
latinoamericana más voluminosa y de mayor base industrial, complementado
con la creación del BRIC junto con China e India como un influyente grupo
geopolítico-económico en el que se conjugan las principales potencias
emergentes de Eurasia y Latinoamérica.
Por su parte, Venezuela se distinguió como un aliado geopolítico a toda
prueba, el único después de Rusia y Nicaragua en reconocer a las repúblicas
separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur como países independientes,
además de que se convirtió en el principal cliente latinoamericano de
armamento de fabricación rusa (lo que evitó Brasil), así como un socio
prioritario en la esfera energética, figurando junto con Rusia entre los
productores líderes de hidrocarburos. Por su parte, Cuba, con una larga historia
de relaciones fraternales del pasado reciente recobró su importancia como
uno de los socios geopolíticos clave de la región, si bien ya no el principal, en
gran parte porque los lazos económicos y comerciales no lograron recuperar
80 Leopoldo López Zea / Irene Zea Prado