05-31-2020 - Quien Es El Espiritu Santo

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¿QUIÉN ES LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO?

• Todo creyente debemos saber quién es el Espíritu Santo y cómo debemos relacionarnos con
Él.
• En muchos círculos cristianos hoy, existen ideas erradas sobre el Espíritu.
• Muchos han enseñado doctrinas incorrectas sobre el Espíritu de Dios, guiando a los creyentes
en sus iglesias a adoptar pensamientos equivocados, lo que da como resultado una pobre
relación con Él.
• Trágicamente, a causa de esas ideas erróneas y su falta de conocimiento, son muchos los
que están rechazando la obra del Espíritu Santo en sus vidas.
Hoy vamos a conocer quién es la tercera persona de la Trinidad de una manera nueva. Hablaremos
de quién es El, cómo piensa, cuáles son Sus características, y cómo Él se especializa en manifestar
el poder de Dios.
Para empezar, aclarar varias dudas, creencias erróneas, y falsos conceptos acerca del Espíritu.
Cuando hablamos acerca del Espíritu Santo, varias preguntas vienen a nuestras mentes, tales como:
"¿Qué o quién es el Espíritu Santo?" "¿Cómo es Él?" "¿Qué significa El para mí?" Para poder
conocerlo verdaderamente y experimentar Sus virtudes, dones y poder, necesitamos destruir toda
fortaleza mental contra Él, que nos aparte de percibir la verdad.
QUIÉN NO ES EL ESPÍRITU SANTO
Primero, establezcamos quién no es el Espíritu Santo. Él no es una cosa, un elemento, ni ninguno de
los siguientes conceptos:
• El Espíritu Santo no es una fuerza, aunque es poderoso.
• El Espíritu Santo no es una emoción, aunque Él nos consuela y nos da paz; Él tiene una
naturaleza sensible y tiene emociones.
• El Espíritu Santo no es un pensamiento, aunque Él trae a nuestras mentes lo que Jesús ha
dicho.
• El Espíritu Santo no es un mensaje, aunque viene a revelar mensajes del cielo.
• El Espíritu Santo no es una paloma, aunque es suave y tierno con nosotros, como una
paloma.
• El Espíritu Santo no es viento, aunque se mueve como el viento, sin ser visto, pero mostrando
manifestaciones visibles en ambientes físicos, emocionales y espirituales. No podemos verlo
con nuestros ojos naturales, pero podemos sentir y experimentar Su presencia.
• El Espíritu Santo no es agua, pero Él aplaca nuestra sed espiritual, como el agua sacia
nuestra sed.
• El Espíritu Santo no es fuego, aunque Él consume y purifica, como el fuego quema y purifica
la materia física. Al venir sobre nosotros, consume todo pecado, iniquidad y enfermedad, y
nos aparta para servir al Señor.
Tristemente, en la mente de muchos ministros y otros cristianos, el Espíritu Santo ha sido reducido a
algunos de los conceptos arriba mencionados, los cuales describen aspectos de Sus atributos, pero
no son Su esencia. Como resultado, el Espíritu de Dios se ha apagado en innumerables iglesias, así
como en las vidas de muchos creyentes. Por más de dos mil años, la Iglesia ha sido tentada a
ocultar o reemplazar al Espíritu Santo y la labor que Él realiza en la tierra. Esta es una tentación muy
peligrosa, porque cuando caemos en ella, cometemos el mismo pecado que llevó a Adán a
despreciar el conocimiento sobrenatural de Dios y a sustituirlo por algo meramente natural. Ese
pecado, un intento por ser igual a Dios, tiene sus raíces en el orgullo. Tratar de servir a Dios usando
solo nuestra fuerza humana ha llevado a muchos a desechar la ayuda del Espíritu Santo. Como
resultado, están secos, estancados y quemados. Aunque están vivos y sus cuerpos físicos respiran,
espiritualmente están muertos.
• Las tres actividades que diferencian al cristianismo de cualquier religión son: la cruz, el
Espíritu Santo y el ámbito sobrenatural divino. (El cristianismo genuino no es una religión sino
una relación con el Dios vivo a través de Cristo).
• La Iglesia nació en medio de un poderoso derramamiento del Espíritu Santo, a través del cual
lo sobrenatural se convirtió en la norma.
• El Espíritu Santo era quien caracterizaba el movimiento cristiano del primer siglo.
• Los milagros, señales y maravillas no eran eventos aislados, sino una parte común de las
vidas de los primeros creyentes.
• En el transcurso de la historia, la Iglesia cayó en una “era de reemplazos", la cual todavía es
prominente hoy en día, en la que el carisma reemplazó la unción, las habilidades humanas
reemplazaron el poder, el talento reemplazó los dones espirituales, y los métodos, programas
y fórmulas reemplazaron la guía e inspiración del Espíritu Santo.
Nada ni nadie puede sustituir al Espíritu Santo en nuestras
vidas, porque Él es Dios en medio de nosotros.

¿QUIÉN SI ES EL ESPÍRITU SANTO?


Exploremos ahora con más detalle quién es el Espíritu Santo, reafirmando y expandiendo todo lo que
hasta aquí hemos visto:
• El Espíritu Santo es Dios mismo; contiene todo lo de Dios y extiende Su reino en la tierra, aquí
y ahora.
• El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, la cual la constituyen Dios el Padre,
Dios el Hijo y Dios el Espíritu.
• El Espíritu Santo es el aliento eterno, o la vida de Dios en los creyentes.
• El Espíritu Santo es el administrador de las riquezas y dones del Señor Jesús.
• El Espíritu Santo es para nosotros lo que Jesús fue para Sus discípulos; como el Ayudador
que Jesús nos envió, Él es Emmanuel, "Dios con nosotros"
• El Espíritu Santo es el ámbito del Espíritu y el poder sobrenatural de Dios.
• El Espíritu Santo es una Persona, con mente, voluntad y emociones.
A lo largo de la Biblia, vemos que el Espíritu Santo trabaja bajo diferentes nombres y exhibe una
variedad de cualidades. Cada una de esas descripciones nos ayuda a entender Sus atributos, Sus
características, Sus movimientos, Su fluir, y Su identidad como la tercera persona de la Trinidad.
Veamos algunos de los atributos más importantes del Espíritu.

El Espíritu Santo no es una cosa. ¡Él es una Persona:


1. ÉL ES EL ESPÍRITU DE DIOS
Primero, el Espíritu Santo es la esencia de la vida misma de Dios. Cuando El invade una atmósfera,
Su presencia a menudo se hace tangible, brillando en las tinieblas, reviviendo todo lo que está
muerto, trayendo orden donde hay caos, y llenando todo vacío. Así, Él trabaja de la misma forma que
lo hizo en el principio de la creación: "Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban
sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la
luz; y fue la luz" (Génesis 1:2—3).
2. ÉL ES EL ALIENTO DE VIDA
La palabra hebrea traducida como "Espíritu" es rúakj, la cual tiene varios significados, incluyendo
"aliento", "exhalación violenta", "viento", "respiración", "vida", "espíritu" y "Espíritu". El Espíritu Santo
es el aliento del Dios Todopoderoso, operando en la tierra para continuar el ministerio iniciado por
Dios Hijo, Jesucristo.
Cuando el hombre fue formado por Dios del polvo de la tierra, su cuerpo permaneció inerte y su
mente sin pensamientos hasta que Dios sopló aliento de vida en él; solo entonces se convirtió en un
ser viviente (vea Génesis 2:7). Adán fue la primera persona que recibió el aliento de Dios, el primero
en ser lleno del Espíritu; y recién vino a existir como persona después de ese momento. Esto
demuestra que los seres humanos, sin el Espíritu de Dios, sólo somos un pedazo de materia
terrenal.
El Espíritu Santo es quien sopla la vida de Dios en nosotros. El Salmo 33:6 dice, "Por la palabra de
Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de Su boca". Entonces, de
nuevo, vemos que Dios crea, pero el aliento del Todopoderoso es lo que da vida.
En el espíritu todo está conectado a una nueva vida, por eso podemos decir que hemos "nacido de
nuevo" por la obra de Su mano y que tenemos 'fida en el Espíritu (vea Juan 3:3—8). Jesús dijo, ayo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). Si usted no ha
sido lleno del Espíritu, no tiene la vida abundante de Cristo. De hecho, sin la vida del Espíritu, es
imposible agradar a Dios (Romanos 8:7—9). Aun si nos llamamos cristianos, la verdad es que no
somos de Dios sin el Espíritu, porque la Escritura dice que "los que son guiados por el Espíritu de
Dios, éstos son hijos de Dios" (Romanos 8:14).

El Espíritu Santo es el aliento de Dios y tiene el poder para cambiarnos.


Todos necesitamos el aliento de Dios hoy, en nuestros cuerpos, finanzas, matrimonios, ministerios y
en todas las áreas. Usted necesita el Espíritu Santo en cada parte de su vida.
No podemos conocer el ámbito de lo espiritual desde afuera; ese ámbito está dentro de nosotros
desde el momento que nacemos de nuevo y somos bautizados en el Espíritu. Cuando la persona del
Espíritu Santo reposa sobre nosotros, El ya no es algo "extraño" a nosotros. El crea una atmósfera o
un ambiente, donde la presencia de Dios habita y nos da vida. De la misma forma que nuestro
cuerpo físico necesita oxígeno para respirar, y los peces requieren agua para sobrevivir, asimismo
nosotros necesitamos al Espíritu Santo para existir como "nuevas criaturas" en Cristo. El es la
atmósfera que sostiene nuestras vidas. Cuando nacemos de nuevo, el Espíritu Santo trae vida a
nuestro ambiente espiritual, y ésta se esparce por todas las áreas de nuestra existencia. En Él,
somos levantados por el aliento de vida del Todopoderoso.

3. ÉL ES SANTO
Santo significa que es "separado, único, no contaminado y apartado". El Padre es santo en Su
esencia, lo
que significa que Su espíritu también es santo en esencia. La santidad es evidente en todo lo que
involucra el aliento divino. Por ejemplo, cuando una persona acepta a Jesucristo, nace de nuevo y es
bautizada en el Espíritu Santo. Esto provoca que se despierte en ella un hambre por la santidad, que
la lleva a someterse al proceso de santificación por el Espíritu, a través del cual, cada vez comienza
a parecerse más a Jesús. Por eso Pedro escribió, "Como aquel que os llamó es santo, sed también
vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy
santo" (1 Pedro 1:15—16).

Todo lo que el Espíritu Santo toca adquiere vida.


4. ÉL ES SENSIBLE
Es muy importante entender este aspecto de Su naturaleza. Como ya mencioné, Él es una persona
y, como tal, tiene emociones. Debemos cuidar cómo desarrollamos nuestra relación con El, para que
ésta pueda ser una relación buena, sana y creciente, y que produzca los frutos de Su presencia
dentro de nosotros.
El carácter del Espíritu es de humildad y servicio, ayudándonos a alcanzar la vida victoriosa y
abundante que nos pertenece en Cristo. Tal es la naturaleza humilde de la obra de amor y servicio
del Espíritu Santo que el Padre no acepta que sea insultado. De hecho, Jesús dijo, "Todo pecado y
blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada"
(Mateo 12:31). Blasfemar contra el Espíritu es maldecirle o deshonrarle intencionalmente. Esto
incluye atribuirle maldad a Dios, o negar las cosas buenas que provienen de Él. Blasfemamos contra
el Espíritu Santo cuando le atribuimos al diablo y sus demonios las obras que Jesús hace. Por
último, blasfemar contra el Espíritu es endurecer nuestro corazón contra Él, de manera que no
podemos recibir la revelación de la gracia que El nos Realmente necesitamos traer el poder
sobrenatural del Espíritu a nuestras vidas, de manera que no nos comportemos tontamente con El.
Debido a la naturaleza sensible del Espíritu Santo, hay tres aspectos que debemos conocer, a fin de
no ofenderlo o perder Su presencia y poder: Él puede ser contristado, apagado y enojado.

EL ESPÍRITU SANTO PUEDE SER CONTRISTADO


La Palabra de Dios nos advierte: "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios..." (Efesios 4:30). Aquí la
palabra griega traducida como "contristar" es lupeo que también significa "afligir, entristecer,
lastimar". Quiere decir que cuando contristamos al Espíritu Santo desagradamos y entristecemos a
Dios. Como personas en proceso de consagración, nuestro carácter aún conserva muchas áreas
que ofenden al Espíritu de Dios y éstas deben ser corregidas. Efesios 4:25—32 nos muestra las
actitudes que a Él le desagradan: mentira, enojo, malas palabras, amargura, motivos egoístas, falta
de perdón, malos pensamientos, y más.

Contristar al Espíritu Santo es literalmente desagradar, rechazar y entristecer a cuando el Espíritu de


Dios es contristado, no puede obrar en nosotros. Esto quiere decir que el proceso de transformación
de nuestro corazón se paraliza, ya que todo depende de nuestra comunión con El.
Contristamos al Espíritu de Dios cuando 'vivimos como paganos, cuando nos rendimos libremente a
la naturaleza de pecado, cuando mentimos, robamos, maldecimos, nos amargamos, no perdonamos
o caemos en inmoralidad sexual. (Vea, por ejemplo, Efesios 22—29, 31—32; 5:3—5). Si hacemos
estas cosas, el Espíritu Santo no puede trabajar en nosotros para cambiar nuestro carácter.

EL ESPÍRITU SANTO PUEDE SER APAGADO


"No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías" (1 Tesalonicenses 5:19—20). La palabra
griega que se traduce como "Apagar" es sbennumi que significa "extinguir". También quiere decir
"obstruir el flujo o cortar la fuente de poder". Como Uno que se rindió por completo al Espíritu, Jesús
nos modeló la manera cómo debemos vivir con el Espíritu Santo, sin contristarlo ni apagarlo.
Dios me ha permitido viajar a muchas naciones, estar en innumerables iglesias y ministerios, y
conocer todo tipo de personas. Como resultado, he podido ver con mis propios ojos lo que es
contristar y apagar al Espíritu Santo, y me doy cuenta cuán a menudo lo entristecemos con nuestro
terrible comportamiento, mentiras y todos los otros pecados especificados en la lista de Efesios.
Regularmente veo personas que no cargan en ellos la vida del Espíritu. ¿Cómo lo sé? Porque sus
rostros lo revelan; porque cuando los miro no veo el gozo que esperaría ver, ni nada que refleje la
presencia del Espíritu de Dios en ellos.
Muchas veces lo apagamos con nuestros propios planes, limitando su fluir para poder cumplir
nuestros propios horarios. En lugar de seguir Su guía, seguimos un programa hecho por hombres y
no le permitimos expresarse libremente. Usando el pretexto de preservar el "orden" en los servicios
en nuestras iglesias, metemos al Espíritu Santo en una pequeña cajita y empezamos a pensar que la
iglesia es nuestra y no de Dios. Por eso dejamos de seguir la dirección del Espíritu Santo. Cuando
no le damos lugar para moverse y cortamos abruptamente Su fluir, definitivamente lo apagamos.
Muchas personas no tienen ni idea de quién es el Espíritu Santo, ni la forma cómo El se mueve entre
nosotros. Debido a esto, cuando El empieza a a Sí mismo durante un servicio, los líderes lo ignoran
y continúan su programa, en lugar de darle lugar para que se manifieste y haga como Él quiera. El
Espíritu Santo jamás fluirá con nuestra agenda, a menos que ésta se ajuste a la de Dios. Por eso,
cuando usted se aferra a sus propios planes y suprime el fluir del Espíritu de Dios, lo que realmente
está
haciendo es ¡rechazando Su personalidad y Su amor! Cuando usted rechaza la de Dios y les da
prioridad a sus egoístas, obstruye el fluir del Espíritu.
Contristar al Espíritu Santo está relacionado a nuestro carácter, pero apagarlo se relaciona a
Su poder.

EL ESPÍRITU SANTO PUEDE SER IRRITADO O ENFADADO


Un tercer aspecto de la naturaleza sensible del Espíritu es que puede ser irritado o enojado. "Más
(los israelitas) fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo,
y él mismo peleó contra ellos" (Isaías 63:10). Rebelarse, endurecer el corazón, pecar
deliberadamente, no perdonar y desobedecer la de Dios, todas esas cosas enojan al Espíritu Santo.
Si empujamos al Espíritu de Dios a ese punto, se nuestro enemigo y pelea contra nosotros, porque la
rebeldía es el espíritu de Satanás (vea, por ejemplo, 1 Samuel 15:23).
Yo solía congregarme en una iglesia donde el pastor principal era un hombre muy recto. El me
enseñó acerca de la integridad en las finanzas, cómo amar a la gente, la importancia de una familia
fuerte, la lealtad y mucho más. De hecho, él estaba lleno del Espíritu, había sido bautizado en el
Espíritu Santo y hablaba en lenguas. Sin embargo, durante los diez años que asistí a esa iglesia,
casi nunca vi demostraciones del poder sobrenatural de Dios; no había milagros, sanidades,
liberaciones, o manifestaciones de los dones del Espíritu. Yo pensaba: Si él es un hombre recto,
¿por qué el Espíritu Santo no se mueve aquí? Un día, mucho después que había dejado esa iglesia,
le hice a Dios la misma pregunta. Él me respondió y me dijo que el poder del Espíritu Santo se había
apagado y esto desagradaba a Dios porque el pastor no le permitía ministrar milagros o sanidades
en medio de Su pueblo.
El Espíritu Santo remueve Su presencia de quienes lo hacen enojar. Esto es parte del juicio de Dios.
Si apagamos y hacemos enojar al Espíritu Santo, nos secamos y morimos espiritualmente. Si
llegamos a este punto, nos contentamos con seguir un método, una fórmula o un programa hecho
por hombres; mostramos apariencia de piedad en la iglesia, pero la vida del Espíritu no está allí. Esto
nos muestra que si no proveemos un ambiente donde el Espíritu Santo pueda fluir, el poder
sobrenatural no estará presente y los milagros no ocurrirán.

5. ÉL ES EL REGALO DE DIOS Y EL DADOR DE DONES


El Espíritu Santo es un regalo sobrenatural dado a nosotros por gracia de Dios, como prueba de Su
amor y como afirmación de que somos uno con El en Cristo. El Espíritu Santo es también el Dador
de dones espirituales. En la Biblia, vemos a Pablo animando a Timoteo, diciéndole, "Por lo cual te
aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti" (2 Timoteo 1:6). Tenemos que "avivar el
don de Dios". Esto quiere decir que si dejamos que se duerma el precioso don espiritual que hemos
recibido de Dios, corremos el riesgo de confundirlo con nuestro propio talento, reduciéndolo a algo
natural, ignorándolo o usándolo de manera incorrecta. Muchos cristianos buscan primero los dones
del Espíritu; sin embargo, es más importante enfocarnos en la Persona del Espíritu, que es quien da
los dones. Si nos enfocamos en los dones más que en la Persona, corremos el riesgo de caer en
falsas doctrinas.

6. ÉL ES EL SELLO DE DIOS V LA MARCA DE SU APROBACIÓN


"En (Jesús) también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación,
y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa". (Efesios 1:13). El
Espíritu Santo es el Sello de Dios. Aquello que es sellado con el Espíritu de Dios tiene Su vida,
características y virtudes. Tener el sello de Dios también significa ser respaldado por Su poder,
porque entonces recibimos Su apoyo y aprobación.
Cuando el Espíritu Santo es apagado en una iglesia, el poder de Dios no fluye, y el resultado
es una iglesia sin vida.
La pregunta que debemos considerar es ésta: Si negamos al Espíritu por nuestra incredulidad,
¿cómo podremos ser sellados por Él? Por ejemplo, si un individuo o un ministerio niega el mover del
Espíritu Santo, ¿quién respaldará sus esfuerzos? La verdad es que ningún avivamiento vendrá sobre
una congregación o territorio hasta que los líderes y el pueblo reconozcan y den Su lugar al Espíritu
de Dios, porque sería espiritualmente ilegal; quedaría faltando el sello de aprobación del cielo.
Hoy en día la Iglesia ha perdido la pasión por buscar el sello de aprobación de Dios. Pero como el
cuerpo de Cristo, tenemos que demostrar el poder de Dios —especialmente cuando enfrentamos
idolatría, brujería, y otras fuerzas de las tinieblas— y ese poder tiene que ser visible a todos. Por eso,
el testimonio del Pastor Samson Samuel, de la iglesia Holy Agni, en la India, no es una historia más.
Es la evidencia de lo que puede pasar cuando caminamos en el Espíritu Santo con el sello de
aprobación del cielo.
"Mi esposa y yo habíamos sido ordenados como pastores hacía muchos años, pero sabíamos que
había más de Dios, y lo necesitábamos. Queríamos ver los milagros, señales y maravillas que Jesús
hizo en la tierra manifestarse hoy. En nuestra desesperación, una madrugada clamamos al Señor
pidiéndole que nos guiara a un padre espiritual que pudiera ayudarnos; de repente apareció en
nuestra computadora portátil la página web del Ministerio El Rey Jesús.
"Hasta ese momento no sabíamos nada sobre ese Ministerio ni del Apóstol Maldonado, pero a
medida que navegábamos por su página de internet, la presencia de Dios cayó sobre nosotros y
tuvimos un hermoso encuentro con el Espíritu Santo. De inmediato supimos que ésa era la conexión
divina que estábamos buscando, y que estábamos siendo empoderados para movernos en lo
sobrenatural. La pregunta era, ¿dónde empezar? En la India, cualquier cosa sobrenatural, cae por lo
general en el ámbito de la brujería antes que en el ámbito del Espíritu Santo; así que comenzamos a
ver sus prédicas en línea, compramos sus libros e incluso empezamos a seguirlo en las redes
sociales; estábamos hambrientos por lo que él carga de Dios. Al entrar en contacto con el Apóstol
Maldonado, no solo recibimos su paternidad espiritual, sino que también fuimos activados para
caminar en lo sobrenatural de Dios y fluir en milagros con fe y osadía.
"Un domingo, durante nuestro servicio en la iglesia, vimos que ocurrió un cambio poderoso. ¡Nuestra
iglesia tuvo un encuentro con el amor y el poder de Dios! Ese día, después de escuchar la prédica
sobre el poder de la cruz, una señora hindú nos pidió que oráramos por ella, ya que llevaba años
atada a una enfermedad que le producía fuertes dolores en todo el cuerpo. Cuando oramos por la
mujer, comenzó a manifestarse y cayó bajo el poder de Dios. Reprendí al demonio que la
atormentaba, oramos para que recibiera a Jesús y fue completamente libre.
"Después de esto, ella quedó impresionada por lo que había visto a Dios hacer en ella, y nos pidió si
podíamos orar también por un familiar que estaba paralizada de la cintura para abajo debido a un
accidente. Nos dijo que tenía tornillos y placas de metal en su cuerpo para reforzar sus huesos. En
frente de todos, llamé por mi celular a la mujer paralizada y declaré sanidad sobre su cuerpo.
Entonces escuché al Espíritu Santo decirme que esa mujer también tenía una pierna más corta que
la otra como resultado de una cirugía que había tenido. Le dije lo que escuché, y de repente, oímos
los gritos de alegría a través del teléfono porque ella había comenzado a caminar. ¡Todos allí
glorificaban al Señor! Después, muchos testificaron que habían oído hablar de Jesucristo, pero que
ahora sabían que Él es el verdadero Dios viviente.
"Desde entonces hasta hoy, nuestro ministerio ha experimentado el poder sobrenatural de Dios con
milagros, señales, maravillas, sanidades y liberaciones. Tenemos un padre espiritual —una autoridad
espiritual a quien le damos cuenta— y caminamos bajo esa cobertura. Pero, sobre todo, ¡el Espíritu
Santo ha puesto Su sello sobre nosotros y ahora caminamos en lo sobrenatural!"
Como éste, son muchos los testimonios que recibimos de todos los rincones de la tierra. Sin
embargo, es triste que algunos piensen que la aprobación de Dios depende del tamaño del edificio
de su iglesia, más que del sello de Su Espíritu. Hoy, la gente llama "iglesia de Dios" a cualquier lugar
donde una congregación grande se reúne. Piensan que entre más grande es el número, más
legitimidad Dios le da a esa iglesia. No obstante, entre los requisitos para que una iglesia reciba la
aprobación o el sello de Dios, es permitirle al Espíritu Santo moverse con libertad, y que ellos
mismos se dejen dirigir por Él. Muchas iglesias pueden parecer, sonar y hasta actuar como si
vivieran en obediencia a Dios, pero no debemos confundir las apariencias con el sello de aprobación
del Espíritu Santo.

7. ÉL ES EVIDENCIA TANGIBLE DE LA PRESENCIA DEMOS EXTRE NOSOTROS


El Espíritu Santo es también la prueba tangible de la presencia de Dios. Cuando el Espíritu Santo
habita en nosotros, Él manifiesta la presencia de Dios, pues esa presencia está contenida en Él, y el
Espíritu nos
al Padre y al Hijo. Todo cristiano nacido de nuevo tiene la “vida” del Espíritu adentro, y debería poder
ver y sentir la manifestación de la presencia de Dios. La falta de actividad espiritual en la vida de una
persona es una señal de que no hay presencia de Dios ni actividad divina en su ser. Igualmente,
cuando la presencia de Dios no se siente en una iglesia, significa que el Espíritu Santo está ausente;
Su vida no fluye allí. Cuando el Espíritu Santo entra en una atmósfera, El controla la manifestación
de la presencia de Dios que quiere moverse en ese lugar; es entonces cuando podemos demostrar,
impartir y desatar Su gracia y poder sobrenatural para sanar, liberar, prosperar y restaurar al pueblo
de Dios.
El Espíritu Santo controla la presencia de Dios; Él es quien la despliega y manifiesta.
¡EL ESPÍRITU SANTO SE ESPECIALIZA EN MANIFESTAR EL PODER DE DIOS!
Para concluir este capítulo sobre la persona del Espíritu Santo, quiero enfatizar que hay aspectos de
Dios en los que el Espíritu Santo se especializa; y uno de ellos es Su poder. De hecho, no podemos
hablar del Espíritu Santo sin hablar de Su poder. Cuando la Iglesia fue formada, el énfasis recayó en
el poder del Espíritu Santo para salvar, sanar, liberar y hacer señales y maravillas; todo con el fin de
respaldar la predicación del Evangelio. Jesús les dijo a Sus discípulos: "Pero recibiréis poder,
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8). Y eso es exactamente lo que sucedía
en la iglesia primitiva.
Hoy en día, necesitamos retornar a las manifestaciones del Espíritu Santo que dieron origen a la
iglesia primitiva. Si los vasos —nosotros, los discípulos de Cristo— estamos limpios y disponibles, el
Espíritu Santo nos usará para manifestar Su poder. Pero si no dejamos que Su poder fluya, lo
apagamos.
¿Está usted apagando al Espíritu Santo en algún área de su vida? ¿Está El apagado en su casa o
en su ministerio? ¿Ha hecho algo que lo ha entristecido? ¿Está usted aferrado a algo que necesita
rendir, en vez de entregárselo a Él? ¿Hay algo que usted está haciendo que está apagando el poder
de Dios? Por favor acompáñeme en las siguientes oraciones, para que nada le estorbe en conocer,
amar, y ser lleno con la persona del Espíritu Santo.
Cada vez que la vida del Espíritu está presente en un hijo de Dios, fluirá poder.
ACTIVACIÓN
1. Arrepiéntase por haber contristado, apagado o enojado al Espíritu de Dios. Repita esta oración en
alta:
Padre celestial, te pido que me muestres las áreas donde te he enojado y contristado. Me arrepiento
de todo corazón, y reconozco que necesito al Espíritu Santo más que al aire que respiro; y te pido
que todo lo que está muerto en mi interior sea reavivado por el fuego de Tu presencia. Que Tu
aliento de vida venga sobre cada una de esas áreas muertas, y yo sea cambiado para siempre. Oro
esto en el nombre de Jesús, creyendo que Tú estás trabajando en mí. Amén.
2. Hay muchos líderes en la iglesia que han apagado, entristecido y rechazado el poder de Dios,
permitiendo sustitutos humanos y reemplazos en lugar de invitar al Espíritu Santo y dejarlo moverse
con libertad entre sus congregaciones. Si usted es un líder y su iglesia está seca, no ocurren
milagros, sanidades, rompimientos, ni ningún otro mover de Espíritu, usted necesita arrepentirse.
Todas estas son
señales de que el Espíritu de Dios ha sido apagado. ¡Arrepiéntase ahora!
3. Pídale al Padre que sople Su vida y Espíritu sobre usted para que pueda tener comunión íntima
con
Él. Oro para que usted reciba el aliento de Dios. ¡En el nombre de Jesús, reciba la vida abundante de
Dios ahora!

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