Fundamentos

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Fundamentos de la educación cristiana

Enviado por Luis Cortés García

Partes: 1, 2, 3, 4

1. Introducción
2. Los fines de la enseñanza cristiana
3. Qué es enseñar desde el punto de vista cristiano
4. El proceso de enseñanza - aprendizaje
5. Factores Que Afectan El Proceso De Enseñanza - Aprendizaje
6. El Cambio de Actitud
7. Aspectos generales de la educación cristiana
8. Educación cristiana y teología
9. El propósito de la educación cristiana
10. Taller para maestros de Escuela Dominical
11. Ejemplos de materiales de Escuela Dominical aplicados a tres clases
diferentes

Introducción
La enseñanza bíblica cristiana se encuadra dentro de la estrategia general de Dios para
salvar al hombre. Dios ha constituido a maestros (Efesios 4:11) y a otros líderes de
la iglesia de Cristo para que estén "aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los
seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él." (Col. 1:28). La misión de la
enseñanza bíblica cristiana es esa y tiene un fin: que los seres humanos se conviertan al
Señor, en definitiva experimenten un cambio de vida.
Es urgente que las iglesias de Cristo reconozcan la grave falla que están afrontando al no
tener claridad qué es lo que se pretende con nuestra enseñanza, para qué y cómo es que
vamos a enseñar la Biblia, a los diferentes grupos de edades que hay en
una comunidad cristiana.
Si nuestras iglesias no crecen, ni los miembros muestran el testimonio
de honestidad y conocimiento bíblico en sus vidas, entonces no estamos enseñando lo que
dice la Biblia. Si "no pasa nada" como resultado de nuestra enseñanza, entonces estamos
inmersos en un rotundo fracaso. Si todo lo que hacemos es "charlar" y "platicar" en
nuestras "clases bíblicas" estamos perdiendo el tiempo.
Si nuestros niños y adolescentes no entregan sus vidas a Cristo y si nuestros adultos son
personas sin conocimiento y sabiduría y caen ignorando las Escrituras, entonces
nuestro sistema de enseñanza esta en déficit. Si los no creyentes en Cristo que asisten a
nuestras clases no muestran ningún interés en arrepentirse de sus pecados y bautizarse
(Hechos 2:38) ni tampoco muestran el más mínimo interés en profundizar en los temas
bíblicos que enseñamos, entonces no estamos haciendo nada con eso que llamamos
"estudios bíblicos".
Es necesario que todos los líderes y los maestros y maestras tengan plena claridad de lo que
realmente es la Enseñanza Bíblica Cristiana, se capaciten y empiecen a buscar resultados
espirituales de su enseñanza.
Objetivo general:
Enseñar los fundamentos de la Educación Bíblica Cristiana para poner en marcha
un programa de educación eficaz en las iglesias de Cristo.
Objetivos Específicos:
 Tener claridad sobre la esencia de la enseñanza bíblica cristiana.
 Identificar los fines de la enseñanza bíblica cristiana.
 Reconocer los factores que influyen en el proceso de enseñanza - aprendizaje.
 Poner en marcha un programa de educación bíblica cristiana eficaz en las iglesias de
Cristo.

Los fines de la enseñanza cristiana


La conversión del adulto no creyente.
Jesucristo vino para que los seres humanos "tengan vida, y la tengan en abundancia." (Juan
10:10). Se refiere a la vida eterna en Cristo Jesús. Todo nuestro acercamiento al adulto no
creyente tiene por finalidad lograr que éste sea salvo. En palabras del mismo Cristo: "El que
crea y sea bautizado será salvo" (Marcos 16:16).
La entrega a Jesucristo es un cambio radical de la persona, tanto que en muchos textos
bíblicos se lo denomina "nacer de nuevo" (Juan 3). Si nuestra enseñanza no está planeada
para que la gente crea y se bautice, entonces no estamos haciendo nada.
La edificación del creyente.
El cambio radical del creyente que se produce en el momento de la conversión toca
principalmente con aquello que lo separa de Dios. La labor del predicador o maestro
cristiano es ayudarle a la persona a ubicar qué es lo que le está separando de Dios, qué es lo
que le impide tener una relación de santidad con Dios. Una vez ubicado esto, la persona se
arrepiente y se bautiza para el perdón de los pecados. Por ejemplo, si lo que separaba a la
persona de Dios era el robo, la entrega a Jesucristo hace que la persona "no robe más, sino
que trabaje" (Efesios 4:28). Pero de ahí en adelante el mensaje del evangelio tiene que
inundar todas las áreas de la vida de la persona, no sólo aquellas que evidentemente le
impedían recibir a Cristo.
Los creyentes necesitan ser edificados espiritualmente para que "arraigados y cimentados
en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y
profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro
conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios." (Ef. 3:18,19). Si fracasamos en
edificar a los hermanos y hermanas de las iglesias, la persona puede volver a antiguos
pecados y llegar a quedar en peor condición que antes de entregar su vida a Cristo. Los
líderes y maestros y maestras de las iglesias de Cristo deben entender esto muy
profundamente. Si los creyentes no son mejores cristianos que cuando se convirtieron, si
"no hay progreso", entonces lo que sucede es que no existe una verdadera enseñanza bíblica
cristiana en la iglesia. Lo que en definitiva le da solidez y la madurez necesaria para un
verdadero crecimiento.
La preparación del niño para la conversión.
Eso de que "niños son el futuro de la iglesia" aparte de ser una frase muy común, es
completamente cierto. Dios quiere que los niños sean criados "según la disciplina e
instrucción del Señor" (Ef. 6:4b). Uno de los requisitos para ser anciano líder (pastor) de la
iglesia es que "sus hijos deben ser creyentes" (Tito 1:6). Todas las clases y actividades que la
iglesia desarrolle con los niños deben ir directa o indirectamente relacionadas con ese fin:
prepararlos para la conversión.
Si los niños y adolescentes, no entregan sus vidas a Jesucristo a su debido tiempo, se deben
estar enseñando muchas cosas en las clases que la iglesia les imparte. Pero hay algo que no
se les está enseñando: la Palabra de Dios.

Qué es enseñar desde el punto de vista cristiano


Ser cristiano es tener un encuentro personal con Dios, una relación, una experiencia.
Consecuentemente, enseñar desde el punto de vista cristiano consiste en lograr que la
persona tenga una relación personal con Dios y la mantenga toda su vida, y por la
eternidad.
Para poder tener un encuentro personal con Dios la persona debe tener fe. La fe le llega a la
persona "como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo"
(Romanos 10:16). A nosotros nos corresponde enseñar el mensaje de Cristo no sólo para
que la persona se haga cristiana, como acabamos de ver, sino también para que se
mantenga cristiana. A los que ya son cristianos se les pide que vivan "manteniendo en alto
la palabra de vida" (Fil. 2:16). En esto, el papel de la enseñanza cristiana es claro: "Que
habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a
otros con toda sabiduría." (Col. 3:16).
Un problema de muchas iglesias es que muchos de nosotros creemos que enseñar es
verbalizar, es decir que la persona diga en sus propias palabras lo que la Biblia enseña.
Luchamos por todos los medios para alcanzar ese logro. Pero en realidad que la persona
sepa en su mente una enseñanza bíblica y pueda decirla claramente en sus propias palabras
no es suficiente. El cristianismo no es tan sólo una manera de pensar, sino una manera de
vivir. Mucha gente conoce y expresa verbalmente muy bien los principios bíblicos, pero no
los vive. Jesucristo identificó claramente ese problema en los fariseos que él tanto reprobó (
Mateo 23:1-4ss). Lograr que una persona conozca la palabra de Cristo y la exprese con
claridad en sus propias palabras es algo muy grande, pero no es suficiente.
Otro problema es que muchos de nosotros creemos que aunque no es suficiente conseguir
que una persona conozca la palabra de Dios y la exprese en sus propias palabras, pensamos
que la solución es que además de eso, la persona muestre entusiasmo por lo que ha
aprendido. Pero eso tampoco es suficiente: el cristianismo no es tan solo un estado de
ánimo pasajero, es una manera de vivir. Hay gente que la "pasa muy bien" en su relación
con la palabra de Dios, muestra entusiasmo con la enseñanza, pero no practica la
enseñanza. Conocer y decir con sus propias palabras los principios bíblicos no es suficiente.
Tampoco es suficiente que la persona "se entusiasme" con la palabra de Dios.
Sí, es importante que la persona conozca la palabra de Dios, la exprese en sus propias
palabras y se entusiasme con ella. Pero no puede quedarse ahí. Hemos realmente enseñado
cuando la persona cambia su vida y tiene una experiencia permanente con Dios, una
relación personal con Dios.
Entonces, desde el punto de vista cristiano hemos realmente enseñado, cuando al enseñar
la Palabra de Dios la persona logra todo esto completamente:
Conoce la palabra de Dios y expresa en sus propias palabras la palabra de Dios
Se entusiasma con la palabra de Dios y Logra una experiencia personal con Dios.
Lo anterior se puede dar casi simultáneamente, si Dios quiere. Eso pasa en muchos casos en
que la gente llega a rendir sus vidas a Cristo. Pero, como podemos ver en el cuadro anterior,
parece darse generalmente un proceso de enseñanza - aprendizaje. Eso es lo que vamos a
estudiar en el siguiente capítulo.

El proceso de enseñanza - aprendizaje


Dios hizo al ser humano. Nosotros debemos aprender cómo es que funciona el cuerpo del
ser humano para poder ayudarle cuando está enfermo. Eso es tarea de la medicina.
Si queremos aprender cómo es que el ser humano aprende eso es tarea de la pedagogía.
La pedagogía nos dice que el aprendizaje es un proceso. Por eso hablamos del proceso de
enseñanza - aprendizaje.
Conocer la Palabra de Dios.
Es importante tener claro que todo empieza con este paso. La gente tiene que entrar en
contacto con la palabra de Dios. Romanos 10:14 dice: "Ahora bien, ¿cómo oirán a aquel en
quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no
hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito «¡Qué hermoso
es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»". Debe haber alguien que enseñe la
palabra de Dios y otro que reciba la enseñanza.
Comprender la Palabra de Dios.
Comprender la palabra de Dios quiere decir que sabemos lo que ella significa para nuestra
vida diaria. Cuando impartimos una enseñanza bíblica, el alumno debe comprender qué
significa esa enseñanza para su propia vida individual. Una manera en que podemos ver
que el alumno comprende la palabra de Dios es cuando él puede explicarnos con sus
propias palabras la enseñanza bíblica que se le ha dado. El alumno puede expresar esa
comprensión por medio de la comunicación de lo que se entendió, o por medio de construir
un instrumento en el que muestre su comprensión. Ese instrumento dependerá de las
capacidades del alumno: puede expresar oralmente lo que entendió de la enseñanza, o
hacer dibujo, o un cuadro sinóptico, o un ensayo, o participar en un debate, o crear
un trabajo manual, o crear y participar en un drama o representación teatral, o un socio-
drama, etc.
Estar seguros de que la Palabra de Dios es lo mejor.
El alumno debe tener una convicción muy fuerte de que la palabra de Dios es lo mejor para
su vida y para el mundo. Su convicción en la verdad de la palabra de Dios debe llegar hasta
el extremo de estar dispuesto a guiar su vida por la palabra de Dios. Su fe en los principios
bíblicos debe hacer que la palabra de Dios sea su norma de creencia y de conducta. Un
discípulo de Cristo está plenamente convencido de que su vida debe estar haciendo la
voluntad de Dios, tal como se muestra en la Biblia. El convencimiento incluye el hecho de
que los principios bíblicos deben ser obedecidos en todos los campos de nuestra vida y con
una actitud de alabanza y entusiasmo. Cuando se tropiece con alguna dificultad, el
verdadero discípulo no desmaya, sino con toda convicción dice como Pablo: "Sé en quien he
creído y estoy seguro" (1 de Timoteo 1:12b).
Experimentar La Palabra De Dios
He aquí el último paso del proceso enseñanza - aprendizaje sin el cual no podemos decir
que realmente se ha enseñado. Cuando el alumno comienza a vivir de acuerdo con lo que se
le ha enseñado de la palabra de Dios, entonces podemos decir que ha aprendido la palabra
de Dios. Eso se debe hacer, con todo principio bíblico que se le presente: vivir de acuerdo a
ese principio. Eso y no la verbalización, es lo que hará cambiar al mundo. El que
verdaderamente ha aprendido la palabra de Dios, cambia su forma de vida pues ella "es viva
y poderosa y más cortante que toda espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo
del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos". (Heb. 4:12). Nadie puede ser el
mismo después de una experiencia así. Lo demás, es palabrería.

Factores Que Afectan El Proceso De Enseñanza - Aprendizaje


Dentro del proceso de enseñanza - aprendizaje de la palabra de Dios hay factores que
afectan para bien o para mal ese proceso. La mayoría de los educadores están de acuerdo en
ubicar esos factores en el maestro, en el alumno y en el contexto del aprendizaje.
El Maestro
La personalidad del maestro.
Es un factor clave que el maestro tenga una personalidad cristiana. Empezando porque
debe ser un creyente. Puesto que la enseñanza cristiana consiste en un encuentro personal
con Dios, quien no lo haya experimentado no puede enseñar lo que a él mismo no le ha
ocurrido. Nadie puede enseñar lo que no conoce. Así como nadie puede dar lo que no tiene.
El Señor Jesucristo es el modelo del maestro, a Él se le llama "el Divino Maestro". Su
personalidad atrajo multitudes. El carácter de Jesús era "humilde de corazón" (Mateo
11:29), y al mismo tiempo la gente se admiraba "porque les enseñaba como quien
tenía autoridad, y no como los maestros de la ley" (Mateo 7:29). La gente venía a escuchar
su enseñanza y le traían sus hijos para que orara por ellos (Mateo 19:13).
La actitud del maestro hacia la Biblia.
Jesucristo tenía en alta estima a la Escritura. En sus discusiones con los líderes judíos les
decía: "Ustedes andan equivocados porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios"
(Mateo 22:29). Y también anda muy equivocado aquel maestro que desconozca hoy en día
la enseñanza de la Biblia y tenga una actitud liviana ante ella o que base sus enseñanzas en
algo diferente a la Palabra de Dios. El problema de los enemigos de Jesús era que en
realidad no enseñaban a la gente la Palabra de Dios, sino sus propias ideas y por eso Jesús
les dijo: "En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas" (Mateo
15:9).
La actitud del maestro hacia el alumno.
Jesucristo amaba a la gente y eso le motivaba a enseñar. La Biblia nos dice que "al ver a las
multitudes tuvo compasión de ellas" (Mateo 9:36). Una actitud de menosprecio o de temor
hacia los alumnos es un factor que afecta el proceso de enseñanza - aprendizaje de una
manera tal que lo puede bloquear. El maestro(a) cristiano(a) debe tener en alta estima a sus
alumnos, amarlos, tomarlo en cuenta y creer que ellos pueden culminar el proceso
con éxito.
La actitud del maestro hacia la enseñanza.
El nombre más común para referirse a Jesucristo en los evangelios es el de "maestro". Jesús
creía en la enseñanza. Un maestro que no crea en la enseñanza no llega a nada con su
actividad. El maestro debe creer tanto en la enseñanza que él mismo debe ser un alumno.
Ser maestro es considerado en el Nuevo Testamento como un don de Dios (Ef. 4:11).
El Alumno
La actitud del alumno hacia la palabra de Dios.
Los primeros discípulos estaban ávidos de la enseñanza de Jesucristo, le decían: "Señor,
enséñanos..." (Lucas 11:1b). El maestro debe tratar de despertar el interés de los alumnos
hacia la palabra de Dios para que el proceso pueda darse con efectividad. Es importante que
el maestro conozca cuál es la actitud del alumno hacia la palabra de Dios y hacia la iglesia
donde es enseñado.
La actitud del alumno hacia sí mismo.
Una actitud de baja autoestima, de que "la palabra de Dios no es para mí" puede ser fatal
para el éxito del proceso de enseñanza - aprendizaje. Lo hermoso de la enseñanza cristiana
es que no importa lo que uno piense de sí mismo, la Biblia trae mensaje para el ser humano.
El maestro debe mostrar eso al alumno para que tenga un adecuado concepto de sí mismo y
le favorezca el aprendizaje.
La actitud del alumno hacia el maestro.
Si el alumno con confía en su maestro, es difícil que aprenda. Se necesita cambiar el
concepto del alumno hacia el maestro ya sea por medio de que el maestro muestre un
verdadero testimonio o por medio de que el alumno venza prejuicios.
El Contexto De Aprendizaje
El contexto de aprendizaje tiene que ver con el lugar y el ambiente donde se imparte la
enseñanza. Es importante que el ambiente sea amistoso, acogedor, agradable, abierto
al diálogo. El lugar debe ser lo más cómodo posible y el número de alumnos manejable.

El Cambio de Actitud
Para poder tener éxito en el proceso de enseñanza - aprendizaje de la palabra de Dios, es
necesario que se den una serie de cambios en las actitudes de todos los que están insertos
en el proceso. Esos cambios se dan en el momento de que alguien se hace cristiano, a través
del cambio en los conceptos y a través de experiencias. Esos cambios los puede
experimentar tanto el maestro como los alumnos.
Cambio de actitud a través de la conversión.
Por conversión entendemos la experiencia que vive alguien al hacerse cristiano. Jesús dijo
"El que crea y sea bautizado será salvo" (Marcos 16:16). Tras esa frase hay muchas
implicaciones: El que cree se arrepiente de su mala vida, está dispuesto a declarar
públicamente su fe en Cristo y se bautiza de buena voluntad para el perdón de los pecados y
recibir al Espíritu Santo (Hechos 2:38). Así que una persona que crea y se bautice (en ese
orden, pues nadie puede cambiar el orden divino) es cristiana, se ha convertido en
cristiano . No hay otra manera de ser salvo sino como dice Jesucristo "Porque hay un solo
Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre." (1 de Timoteo 2:5)
¿Qué pasa en una persona cuando llega a Jesucristo?
1. La persona es salva.
Eso quiere decir que todos sus pecados han sido perdonados (Hechos 2:38) y que ha
recibido una nueva naturaleza. Es como si naciera de nuevo (Juan 3:3). Es como si fuera
otra persona, una nueva creación (2 de Co. 5:17). Ahora somos "hechura de Dios, creados en
Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las
pongamos en práctica" (Efesios 1:10)
2. La persona despierta un profundo deseo de seguir la voluntad de Dios.
Ahora la persona quiere obedecer a Dios en todo y ajustar su vida a lo que quiere Dios de
ella. Eso quiere decir que le tiene una profunda confianza a la palabra de Dios y muchos
deseos de aprender las enseñanzas de la Biblia. No tiene ningún pero ante el conocimiento y
la obediencia de principios bíblicos que le obliguen a cambiar sus patrones y modelos de
vida. Está dispuesta a acabar con todo aquello que le había mantenido separada de Dios
(Hechos 19:19; Efesios 4:25-32; 1 de Pedro 3:1-7)
3. La persona recibe un poder liberador que la ayuda a tener victoria sobre el mal.
El Espíritu Santo habita en la persona y eso le da un poder inmenso para vencer la
tentación y la persecución. El Espíritu Santo la dota con un don o dones (1 de Co. 12:7) para
servir a Cristo en la iglesia. Ese poder es un anticipo del goce y la herencia que recibirá en el
cielo (Efesios 1:14)
Cambio de actitud a través del cambio de los conceptos.
Las actitudes también se cambian a través del cambio de conceptos. La enseñanza de la
palabra de Dios debe producir un cambio de los conceptos humanos y carnales hacia Dios,
hacia la Biblia, hacia la iglesia, hacia la gente y hacia uno mismo.
Cambio de actitud a través de la experiencia.
A través de acercarse en forma práctica a Dios, la Biblia, la iglesia y la gente con
una óptica bíblica, cambiamos las actitudes hacia ellos. La enseñanza cristiana debe
enfocarse en el cambio de actitudes hacia:
-Dios.-Uno mismo.
-La familia.
-La Iglesia.
-Los no creyentes
-Del círculo familiar.
-Del círculo de trabajo
-Del círculo social:
-Los violentos.
-Los encarcelados.
-Los enfermos.
-Otros grupos religiosos.
-Otros grupos sociales.
El programa de enseñanza o currículo de una iglesia cristiana, debe abordar poco a poco y a
medida de las posibilidades de la iglesia local los temas anteriores y trabajar sobre ellos en
los procesos de enseñanza - aprendizaje.

Aspectos generales de la educación cristiana


"Mas el consolador, el Espíritu Santo, a quién el Padre enviará en mi nombre, él les
enseñara todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho." Juan 14:26
El enseñar y recordar las palabras de Jesús es la labor del Espíritu Santo, esa función se
encuentra en el centro de la misión de la iglesia. La iglesia no es más que un instrumento en
las manos de Dios, más específicamente del Espíritu Santo.
De esa manera nosotros los cristianos al realizar este ministerio, podemos buscar y crear los
medios para preparar a la iglesia para colaborar en la misión de Dios.
Hay dos columnas sobre las cuales se levanta la educación cristiana, una de ellas es la
teología y la otra la pedagogía.
Una definición de educación cristiana puede ser:
Educación cristiana es la acción educativa y pastoral de la iglesia que transmite el mensaje
cristiano, con el objeto de acompañar el crecimiento y maduración de la fe de los creyentes.
Es una forma eminente de educación de la fe y como tal se configura como relación
interpersonal, acompañamiento y testimonio, intencionalidad educativa , organización y
experiencia.
Es también comunicación de la fe, y en ese sentido comparte las exigencias y condiciones de
todo correcto proceso de comunicación, al mismo tiempo que queda abierta a la utilización
de los distintos lenguajes y medios propios de la comunicación hoy.
La iglesia tiene por necesidad, una función docente. La iglesia debe enseñar, tanto como
predicar, o de lo contrario no es iglesia. La responsabilidad por la enseñanza descansa sobre
la iglesia toda, aunque solo algunos de sus miembros, asumen tareas educativas específicas,
de la misma manera que la responsabilidad por el mantenimiento de la actividad de la
predicación del evangelio, así como también la observancia de los sacramentos, descansa
sobre la iglesia toda, aunque un número limitado está llamado a predicar y a administrar
los sacramentos.
La enseñanza pertenece a la esencia de la iglesia, y una iglesia que descuida esta función
docente ha perdido algo que es indispensable a su naturaleza como iglesia. Es una iglesia
defectuosa la que falla en este punto, así como es defectuosa, la iglesia en la cual el
evangelio cesa de ser predicado, o donde dejan de ser administrados los sacramentos.
La Escuela Dominical.-
Fue en 1780, en Inglaterra, Roberto Raikes comenzó su primera escuela andrajosa, para
niños analfabetos de Gloucester, al igual de lo que hiciera John Knox por esos días en
Escocia. Pero la diferencia es que los niños en Inglaterra, recibían además instrucción los
días domingos. El programa apuntaba primeramente a recibir instrucción en lectura,
escritura y aritmética, a lo cual se añade lecciones bíblicas, el propósito era capacitar a los
niños para una vida cristiana inteligente.
El movimiento iniciado por Raikes se fue expandiendo de ciudad en ciudad en forma rápida
y se dio a miles de niños una oportunidad en la vida que nunca hubieran tenido de otra
manera. Por otra parte el clero católico de la época estaba escandalizado de que hombres y
mujeres que tenían poco más que de celo evangelistico pretendieran considerarse a sí
mismos como maestros cristianos en las Escuelas Dominicales y que operaran fuera de la
órbita y la autoridad de la iglesia. En muchos lugares, como consecuencia de tales temores,
los maestros de la escuela dominical fueron sujetos a persecución y el movimiento tomó un
carácter anti clerical.
Por otro lado muchos acogieron con entusiasmo este movimiento de la escuela dominical,
ya que las iglesias evangélicas con sus miles de nuevos convertidos necesitaban
un desarrollo educacional para llevar adelante el trabajo que habían comenzado. De esta
manera la Escuela Dominical se reforzó en su trabajo y se aseguró fuertemente en la
tradición evangélica, su influencia se manifestó en la concepción de su propósito como
instrumento útil para la evangelización de los jóvenes y los niños.
Muy pronto la escuela dominical fue dejando su propósito original de alfabetizar a los niños
más pobres de la sociedad y se transformó en una escuela para niños de las familias de la
iglesia, especialmente cuando pasó a los Estados Unidos.
Con la separación de la iglesia del estado en EE.UU., ya las iglesias no podían esperar que la
escuela pública instruyera a los niños en la fe cristiana, y a medida que la secularización
avanzaba, los cristianos encontraron en la Escuela Dominical un instrumento válido para
llevar adelante esta obra necesaria.
El esquema de la Escuela Dominical.-
La Escuela Dominical tomó un esquema fijo de educación y formación cristiana, para niños,
jóvenes y adultos en clases separadas con sus respectivos maestros, esquema que se
mantiene hasta el día de hoy.
La Escuela dominical se encuadra dentro del quehacer de la Educación Cristiana en
general. Esta institución es una práctica frecuente y muy utilizada en las iglesias
evangélicas. Se trata de una actividad que involucra a todos los miembros de la iglesia,
pastores y laicos, desde los más pequeños hasta los de mayor edad.

También podría gustarte