IDENTIDAD
IDENTIDAD
IDENTIDAD
¿Quién eres?
El creador es quien realmente sabe quién es su creación y para que fue creada.
El creó la bombilla, por lo tanto, le colocó ese nombre así a los demás no les
gustara, él es quien conoce a la perfección como funciona su invento y todo lo que
tuvo que hacer para que funcionara y llegara a brillar con tal esplendor.
Eres un ser creado por Dios, pero destituido para siempre de Su gracia, hasta que
crees en Cristo. En ese momento recibes el nombre de hijo de Dios.
ENCUENTRAS TU IDENTIDAD
HASTA QUE TE ARREPIENTES
“Pero esa definición de identidad que yo tengo cambia al momento en que yo
decido aceptar a Jesucristo en mi vida como mi único y suficiente salvador”.
Porque yo vengo a lo largo de mi vida con una identidad que yo creo que esa es la
correcta, que he adoptado a lo largo de vivencias y de creer conocerme que
realmente ese soy yo.
2 Corintios 5:17 "De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura (nueva
creación) es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas."
“Él quiso llamarte hijo por Su amor.”
Éstas no son sólo palabras bonitas para animarte, sino una verdad fundamental y
poderosa. Ser hijo de Dios es una obra espiritual. No lo somos porque lo
merezcamos, sino por el puro afecto de Su voluntad, es decir, porque Él así lo
decidió. Él quiso llamarte hijo por Su amor.
El problema es que muchos entramos en una lucha interna al pensar que nos
hemos ganado el amor de Dios porque algo estamos haciendo bien, o porque le
echamos muchas ganas, o que podemos merecerlo más si hacemos más cosas
buenas. Pero no es así.
IDENTIDAD EN CRISTO
Identidad Cita
Juan 1:12-13
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les
Hijo dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios.
Romanos 6:18
Libre
y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
Gálatas 4:7
Heredero Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de
Dios por medio de Cristo.
2 Corintios 5:17
Nueva
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
criatura
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Hay personas que logran tener “todo” pero en el fondo se sienten vacías porque lo
que hacen o logran no define quienes son. Por fuera llevan la vida soñada:
riquezas, belleza, poder, fiestas, viajes, medallas, reconocimientos, ascensos,
influencia en el mundo. La mayoría de nosotros no hemos alcanzado esas cosas y
a veces pensamos que si tuviéramos algo de aquello, entonces seríamos felices.
“Si yo tuviera la vida de…” ¿Te suena?
“Tener clara nuestra identidad es algo tan importante que fue ahí donde Satanás
tentó a Jesús en el desierto.”
EJEMPLOS DE IDENTIDAD
Por eso cuando tú crees en Jesucristo lo primero que Dios hace contigo es cambiar
tu identidad. Dios te dice: “Yo te pongo un nombre nuevo. Vas a ser llamado mi
hijo porque Yo te amo. Nada de lo que hayas hecho te hace merecedor de ese
título. Te llamo así porque quiero”. Si tú crees eso, tu manera de vivir va a
cambiar. Tener clara nuestra identidad es algo tan importante que fue ahí donde
Satanás tentó a Jesús en el desierto. Por eso él decía: “si verdaderamente eres
Hijo de Dios”. Eso es exactamente lo que te dice a ti.
Cuesta creerlo pero Dios te llama hijo, no pecador ni fracasado. ¿Tú piensas que
Dios no ve todo lo malo que tienes? ¿Será que se volvió loco? ¿Cómo puede ser
que el Creador del cielo y la tierra te haya dado el título de hijo? Puede que todo
esto pase por tu cabeza, sin embargo, es verdad, ¡créelo!
¿Quién eres tú? Si has creído en Jesucristo, eres un hijo de Dios que tiene que
tomar decisiones correctas. Tienes que permitir que sea la identidad que Dios te
dio la que influya en tus decisiones. Basta de dejarse influenciar por una mentira.
Fuimos creados importantes. Dios creó al hombre y la mujer y los puso por
encima de la creación para gobernarla. Debido a la caída el hombre perdió
esa autoridad y fue dada a Satanás. La Biblia lo llama el “príncipe de este
mundo”. La autoridad e importancia que perdimos en ese momento, Jesús
la vino a recuperar para nosotros.
Dios nos creó para vivir seguros y nos proveyó de todo lo necesario. “Y dijo
Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre
toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para
comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo
lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les
será para comer. Y fue así” (Gn. 1:29-30). A causa de la caída tenemos
miedo al fracaso, a no poder, a no tener, a que nos falte. Jesús vino a
restaurar esa provisión. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Flp. 4:19).
Nos creó con la necesidad de pertenecer. Dios creó a Adán y vio que no era
bueno que estuviera solo (Gn. 2:18) e hizo para él una compañera.
Si puedes creer lo anterior, cree más en esto: “Porque por cuanto la muerte entró
por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así
como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Co.
15:21-22).
“Ese conocimiento máximo se hizo persona porque no quería ser conocido sólo
intelectualmente, sino en una relación personal”.
Adán y Eva conocían a Dios mientras convivían con Él. Así es como podemos
conocer a Dios, no sólo con conocimiento mental, sino por medio de una relación.
En Juan 1:14 dice que el Verbo se hizo carne. La palabra original en griego era
“logos”, que significa “conocimiento”. Cuando los griegos recibieron esto fue una
tremenda revelación, porque ellos creían en una forma de conocimiento máximo y
Juan aquí dice que ese conocimiento máximo se hizo persona porque no quería ser
conocido sólo intelectualmente, sino en una relación personal. Por eso Juan dice “y
vimos Su gloria”.
5. Antes del pecado lo único de lo que teníamos que abstenernos era del fruto
prohibido. Todo lo demás Dios lo dispuso para nuestro deleite. A raíz de la caída
tenemos que decidir todos los días negar nuestros deseos, antojos, con tal de
permanecer firmes y no caer en tentación.
Estos son vacíos que tenemos en el corazón y el único que puede llenarlo es Jesús.
Por eso Dios se tuvo que hacer hombre y vivir como Adán no pudo. Esta es la
buena noticia: que aunque parece que Adán echó todo a perder, Jesús vino a
restaurar. Por medio de Jesús nosotros podemos vivir una vida en relación con
Dios.
“No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es
justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del
Padre” (Jn. 5:30).
-“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá” (Jn. 11:25).
-“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Jn. 1:4).
Jesús no nació espiritualmente muerto porque fue concebido en una virgen por
medio del Espíritu Santo, y su nacimiento fue virginal. María fue su madre en
cuerpo, pero no en espíritu, esa parte la puso Dios. Jesús nació vivo y no perdió la
vida. Fue obediente hasta la muerte y mantuvo esa vida hasta la cruz. Jesús es la
vida y está ahí para que nosotros lo alcancemos. Por nuestra fe en Él ya no somos
llamados pecadores, sino santos, hijos de Dios. Comienza a tratarte como tal y
decidir como tal.
Identidad Cita
Mateo 5:14
Luz Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte
no se puede esconder.
Mateo 5:13
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con
Sal
qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
hollada por los hombres.
1 Corintios 6:19
Templo ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual
está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
En Cristo solamente.
Un cristiano genuino entiende que no hay ningún otro nombre debajo del cielo
por medio del cual podríamos ser salvos, como dice la Palabra.
Hechos 4:12“Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre
bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos”.
Esto deja fuera todo otro sistema religioso y todo otro intermediario entre Dios y
el hombre.
Cristo lo dijo muy claro en Juan 10: 8-11, “Todos los que vinieron antes de mí
son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la
puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El
ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen
pastor da su vida por las ovejas