Temario de Historia de España
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1.2. LOS PUEBLOS PRERROMANOS. LAS COLONIZACIONES HISTÓRICAS: FENICIOS Y GRIEGOS. TARTESOS. Los
pueblos prerromanos se asentaron en la Península en la Edad de Hierro. Los iberos (VI-I a. C.), vivían en pueblos
fortificados de la costa mediterránea, con una economía agrícola y ganadera, junto a la metalurgia y cerámica; y
organizados ciudades-estado. Los celtas de origen indoeuropeo (V-III a.C.), organizados en tribus en la Meseta
y costa atlántica, destacan las culturas de campos de urnas, verracos y castros. Bajo desarrollo social (clanes y
linajes), económico (primitiva agricultura y ganadería) y político (consejo de ancianos). Los celtíberos, en las
submesetas.
Los tartessos (VIII-V a. C.), formaron el primer Estado de la Península; situados en el valle del Guadalquivir; con
una economía agropecuaria, junto al comercio y minería; gobernados por reyes, desaparecen en el V a. C. Las
colonizaciones históricas llegan por motivos económicos, a lo largo del primer milenio a.C. Estos pueblos eran:
Fenicios (VIII a. C.), con factorías* como Gades, Malaka; aportan el torno de alfarero, escritura alfabética y
generalizaron el uso del hierro. Los griegos focenses* (mitad VII a.C.) fundaron colonias como Emporión y Rhode,
introdujeron la vid y el olivo, y la acuñación de moneda. Los cartagineses (mitad VI a.C.), fundan colonias como
Ebussus y Cartago Nova; sus intereses chocaron con Roma, enfrentándoles en las guerras púnicas.
La conquista fue un proceso largo (III a. C.- I a.C.), las causas fueron: contrarrestar a los cartagineses, y explotar
las riquezas encontradas en la Península. Etapas de la conquista:
- 1ª Etapa: Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.). Tras la toma de Sagunto (218 a.C.), Cartago Nova (209 a.C.) y
Gades (206 a.C.). Ocuparon la costa mediterránea y los valles del Ebro y Guadalquivir.
- 2ª Etapa: guerras lusitano- celtíbera (155-136 a.C.), con Viriato y Numancia como símbolos de la resistencia. La
frontera se situó al sur de la Cordillera Cantábrica. Hasta el 29 a.C. no se inició la ocupación del oeste y noroeste.
- 3ªEtapa: guerras cántabras y astures (29-19 a.C.), sometidos por Augusto, dominan el Norte y acaban la
conquista.
Los pueblos indígenas se romanizaron, asimilando los modos de vida romanos en diversas facetas. Las principales
aportaciones romanas fueron: administración provincial, urbanización (Itálica), arquitectura y obras públicas
(teatro y anfiteatro de Mérida, acueducto Segovia), estructuras económicas de carácter colonial, estructura social
(hombres libres y esclavos), el derecho, la lengua (latín) y la religión (sincretismo y desde el s.III cristianismo).
El proceso no fue homogéneo en tiempo ni espacio, más al sur y este, y menos en el interior y norte.
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La monarquía electiva y dependiente del apoyo de nobleza e Iglesia; gobernaba con dos instituciones: Oficio
Palatino (magnates auxiliaban en tareas de gobierno) y el Aula Regia (colaboradores y alta nobleza), asamblea
consultiva que asesoraba al rey en asuntos políticos, militares y en la elaboración de leyes.
Por otro lado los Concilios de Toledo, inicialmente eran asambleas eclesiásticas, pero con la conversión de
Recaredo en el III Concilio de Toledo, adquieren una dimensión política; adquiriendo más poder la Iglesia y la
monarquía podrá nombrar obispos. Eran convocados y presididos por el rey, y en ellos se tomaban decisiones
políticas y religiosas.
BLOQUE 2: LA EDAD MEDIA: TRES CULTURAS Y UN MAPA POLÍTICO EN CONSTANTE CAMBIO (711-
1474)
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urbanos, y el comercio exterior a través de sus puertos con el Magreb, norte de África y Oriente; utilizándose dos
monedas, el dinar (oro) y el dírhem (plata). La ciudad se revitalizó, como centro de consumo.
La sociedad andalusí era muy heterogénea, por su gran diversidad étnica y religiosa. Con predominio de los
musulmanes (árabes, bereberes y muladíes), esta sociedad se estructuraba en: grupo nobiliario (nobleza de
sangre y de servicio), burguesía urbana (funcionarios, artesanos y comerciantes), plebe, y en último lugar los
esclavos. Junto a ellos las minorías religiosas de mozárabes y judíos.
Su cultura estuvo marcada por el Islam, e influyó en Occidente. Destacó en: arte (mezquita Córdoba, Alhambra
Granada), filosofía (Averroes), literatura (collar, moaxaja y zéjel) y ciencia (álgebra, medicina, astronomía).
2.4 LOS PRIMEROS NÚCLEOS DE RESISTENCIA. PRINCIPALES ETAPAS DE LA RECONQUISTA. MODELOS DE
REPOBLACIÓN
El primer foco de resistencia cristiana se inició al vencer D. Pelayo a los musulmanes en Covadonga (722), nace
así el reino astur, consolidado por Alfonso III. Ordoño II trasladó la capital a León (s. X), dando lugar al reino de
León; en su parte oriental se formó el condado de Castilla, se independizó con el conde Fernán González (s. X).
En el Pirineo occidental, la familia Arista forma el reino de Pamplona. En el Pirineo central los condados de
Sobrarbe, Ribagorza y Aragón (anexionado a Pamplona durante el s. X). El Pirineo oriental (condados catalanes)
dependientes de los carolingios, hasta su independencia (iniciada con Vifredo el Velloso y lograda con Borrell II).
De XI-XIII se desarrollan las principales etapas de la Reconquista. En el s. XI Castilla se une a León, nace el reino
Castilla-León; y el de Aragón, unido a Pamplona. En el s. XII Castilla y León se separan, nace el reino de Portugal,
Pamplona se independiza (pasa a llamarse Navarra); y se unen Aragón y Cataluña con Ramón Berenguer IV
formando la Corona de Aragón. En el s. XIII, la victoria en las Navas de Tolosa (1212), marcó un gran avance; en
Castilla, Alfonso IX conquistada Extremadura, Fernando III conquista Murcia e inicia la conquista de Andalucía
acabada por Alfonso X; para Aragón, Jaime I conquista Baleares y Valencia. Quedando Granada hasta 1492.
La repoblación durante la Reconquista, con distintos modelos. Del VIII-XI, la presura; En la 1ª mitad del s. XII, la
repoblación concejil; en la 2ª mitad del s. XII de órdenes militares; y en el s. XIII, repartimientos de tierras.
2.5 LOS REINOS CRISTIANOS EN LA EDAD MEDIA: ORGANIZACIÓN POLÍTICA, RÉGIMEN SEÑORIAL Y SOCIEDAD
ESTAMENTAL.
El gobierno de los reinos cristianos o de los condados catalanes, se organizó en torno al rey o conde. El rey estaba
asesorado por una Curia Real. Hasta el s. XII la Curia Real (nobles y clérigos como asesores reales) fue el
organismo más importante. En 1188 en el Reino de León y desde el s. XIII en el resto, los monarcas convocan a la
Curia y a los burgueses, así nacen las Cortes. Sus funciones: asesorar al rey y votar impuestos extraordinarios.
La administración territorial estaba a cargo de los condes y la local a cargo del concejo. Los recursos provenían
de las tierras ocupadas a los musulmanes, aduanas, monopolios (sal y minas) y cobro de impuestos (alcabala*).
La organización social estuvo marcada por la aparición del régimen señorial. Los señoríos, territorios dados por
el rey a particulares o instituciones, fueron evolucionando. Hasta el s.XII eran señoríos territoriales o solariegos*.
Desde el s.XII los reyes les otorgan el privilegio de inmunidad convirtiéndose en señoríos jurisdiccionales* y sus
pobladores en vasallos, obteniendo derechos jurídicos y limitando el poder del rey a las tierras de realengo*.
La sociedad estaba dividida en tres estamentos: caballeros (nobles), clérigos (monjes y sacerdotes) y
campesinos. Los primeros establecían relaciones de vasallaje entre sí, y los más poderosos con el Rey,
estableciéndose una estructura política piramidal en la que el rey dependía de los grandes nobles.
*Alcabala. Impuesto indirecto de origen castellano que gravaba el intercambio de mercancías.
*Señorío territorial, en el que el señor está vinculado a una tierra que, o bien trabaja de manera directa con sus
siervos, o bien cede a campesinos a cambio de unas rentas (en especie, dinero o trabajo).
*Señorío jurisdiccional, en virtud del cual el señor tiene una serie de prerrogativas de tipo judicial y político.
*Realengo, calificación jurisdiccional que tienen los lugares dependientes del rey.
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*Chancillería: máximo órgano de justicia constituido a finales de la Edad Media. Supuso la profesionalización de
la justicia y contribuyó a la centralización del poder en los monarcas.
*Pactismo: sistema de gobierno en el que los reyes dependían en gran medida de las Cortes para gobernar.
*Feudalismo: sistema de organización social y económica basado en la existencia de una economía cerrada,
autosuficiente y de base agraria. La posesión de la tierra define la división social. Las relaciones sociales se
manifiestan bajo la vinculación señor-vasallo.
*Busca: grupo de mercaderes modestos y maestros de los oficios y gremios artesanos más importantes.
*Biga: grupo formado por los grandes rentistas y mercaderes que controlaban el gobierno de la ciudad.
El descubrimiento de América. Portugal y Castilla, eran las dos potencias en las expediciones atlánticas, lo que
condujo a Colón a proponerles su proyecto a las Indias por Occidente; rechazado por ambas y aceptado
finalmente por Castilla, firmando las Capitulaciones de Stª Fe (reparto de beneficios entre Colón y Castilla).
El primer viaje partió de Palos el 3 de agosto, llegó a Guanahaní el 12 de octubre de 1492. Tras el viaje obtuvieron
del Papa las Bulas Inter Caetera*, que llevó a la firma del Tratado de Tordesillas (1494). Colón realizó tres viajes
más, y en 1499 los Reyes autorizaron las expediciones privadas. En 1513 Vasco Núñez de Balboa atravesó el istmo
de Panamá, descubriendo el Océano Pacífico, confirmando la existencia de América.
La expulsión de los judíos el 31 marzo 1492, acarrearía consecuencias: demográficas, económicas y sociales.
*Bulas Inter Caetera: dictadas por el Papa Alejandro VI, otorgaban a Castilla el dominio de las tierras descubiertas
o por descubrir al oeste de una línea imaginaria trazada en el sentido de los meridianos a 100 leguas al oeste de
las islas Azores.
3.3 EL IMPERIO DE LOS AUSTRIAS: ESPAÑA BAJO CARLOS I. POLÍTICA INTERIOR Y CONFLICTOS EUROPEOS.
Carlos I, llegó a España en 1517 al frente de una gran herencia territorial. En 1519 recibe la corona imperial, Carlos
V, acarreando una subida de impuestos a las Cortes castellanas que sufragaron el viaje a Alemania.
La política interior estuvo marcada por la sublevación de las Comunidades de Castilla (1520-1522). Opuestos a
los consejeros flamencos y a Adriano de Utrecht como gobernador; defendían una limitación del poder real y de
los impuestos. Fueron derrotados en Villalar (1521), y sus líderes Bravo, Padilla y Maldonado ajusticiados.
Al tiempo estallan las Germanías (1519-1523) en Valencia y Mallorca. Movimiento de contenido social, dirigidas
por los gremios y campesinos contra los señores feudales. En ambos conflictos la monarquía salió reforzada.
Los conflictos europeos reflejaron la aspiración de conseguir una monarquía universal-cristiana:
- Guerras con Francia (1521-1544). Francisco I aspiraba al dominio italiano. Ello desembocaría en cuatro guerras
franco-españolas en Italia, confirmando la hegemonía de Carlos I y la incorporación del Milanesado.
- Lucha contra los turcos. Carlos I quiso defender la cristiandad ante el avance turco por el Mediterráneo. Alternó
triunfos (conquista Túnez 1535) y fracasos (fallida conquista Argel 1541).
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- Conflictos religiosos. Iniciados con la reforma protestante de Lutero en Alemania. Frenados en Mühlberg (1547);
pero con el apoyo francés y la Paz de Augsburgo, Carlos V reconoció las dos religiones en el Imperio.
3.4 LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE FELIPE II. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN. LOS PROBLEMAS INTERNOS.
GUERRAS Y SUBLEVACIÓN EN EUROPA.
Carlos I abdica en su hijo, y cede a su hermano Fernando los territorios de Austria, y los derechos imperiales.
Así al Imperio Universal de Carlos V, le sucedió el hispánico de Felipe II (1556-1598). De él heredó los objetivos
políticos: lucha por la hegemonía y defensa de su patrimonio territorial; y los conflictos externos con: Francia,
renuncia a sus interese en Italia (San Quintín 1557, y paz de Cateau-Cambresis (1559); Imperio Turco, ponían en
peligro los dominios italianos (Lepanto 1571), Países Bajos (sublevación provincias protestantes del norte-1566);
e Inglaterra, apoyaba a los sublevados holandeses y hostigaba el comercio colonial (Armada Invencible 1588).
Desde 1559 no se ausentó de España, fijó la capital en Madrid (1561), se rodeó de consejeros españoles. En el
gobierno y administración, como su padre, potenció las instituciones creadas por los Reyes Católicos: los
consejos (Estado, territoriales y especializados), secretarios, virreyes y gobernadores, y creó las Juntas.
Respetó las instituciones de cada reino; pero no evitó conflictos internos, ya que su política se basada en el poder
absoluto y defensa de la ortodoxia católica, lo que le enfrentó a dos rebeliones: moriscos en las Alpujarras (1568-
1570) y en Aragón (1590-1592).
Logró la unidad peninsular. Desaparecido Sebastián I y muerto el infante Enrique (1580), Felipe II hizo valer sus
derechos dinásticos. Con la derrota portuguesa, las Cortes de Tomar (1581) le reconocieron rey.
3.6 LOS AUSTRIAS DEL SIGLO XVII: EL GOBIERNO DE VALIDOS. LA CRISIS DE 1640.
Los reyes del s. XVII llamados “Austrias menores” por su presunta ineficacia política, delegan las decisiones de
gobierno en sus válidos. No era un cargo institucional; gobernaron al margen de los Consejos. Destacan el duque
de Lerma con Felipe III, el conde duque de Olivares con Felipe IV, en la regencia de Mariana de Austria el jesuita
Nithard, y con Carlos II Juan José de Austria. Sus decisiones políticas acarrearon conflictos internos:
- El duque de Lerma decretó la expulsión de los moriscos (1609-1614), con graves consecuencias económicas.
- Olivares planteó una política reformista con proyectos: Un banco estatal: red nacional de erarios; unificación
jurídica e institucional: Gran Memorial; y un ejército nacional permanente: Unión de Armas. La oposición a esta
política provocó revueltas en Andalucía, Vizcaya y Sicilia; y rebeliones en 1640 en Cataluña y Portugal.
La crisis de 1640 se inicia en 1639, cuando los tercios reales enfrentados a Francia, penetran en Cataluña,
provocando protestas campesinas. En 1640 estalla una rebelión de campesinos en Barcelona, unidos a los
segadores el día del Corpus (Corpus de Sangre), asesinando al virrey. Los catalanes ofrecen el condado de
Barcelona a Francia por su ayuda, nombrando un virrey. En 1652 las tropas de Felipe IV ponen fin a la secesión.
En 1640 se inicia la rebelión en Portugal. Los nobles cansados de la política española, nombran rey al duque de
Braganza (Juan IV) apoyado por Francia e Inglaterra. España acabaría reconociendo su independencia en 1668.
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reconoce la independencia de Holanda iniciándose la hegemonía francesa en Europa. España mantendría la
guerra en solitario con Francia hasta 1659, firma la Paz de los Pirineos cediendo el Rosellón y la Cerdaña.
El acoso francés siguió en el reinado de Carlos II. Forma la liga del Augsburgo junto a los Habsburgo alemanes,
Inglaterra y Holanda, deteniendo el expansionismo francés.
3.8 PRINCIPALES FACTORES DE LA CRISIS DEMOGRÁFICA Y ECONÓMICA DEL SIGLO XVII Y SUS
CONSECUENCIAS.
El siglo XVII fue un siglo de crisis en Europa. Los factores fundamentales de la crisis en España fueron:
- El descenso demográfico. Como consecuencia de: grandes epidemias (tres oleadas de peste); la expulsión de
los moriscos, que perjudicó sobre todo a Valencia y Aragón; las guerras constantes, y crisis de subsistencias.
- La depresión económica. Al descenso demográfico se unió el endeudamiento de la Corona, que agudizó la
depresión económica. Así la producción agrícola disminuyó. La ganadería sedentaria creció frente a la
trashumante, perjudicada por la disminución de exportaciones a Flandes. No se invertía en la industria y comercio,
la artesanía castellana entró en recesión. La metalurgia vasca y la industria naval estaban en crisis. Decayó el
comercio en América, agudizando el endeudamiento que suponía el mantenimiento del Imperio.
Hacia 1680 se inicia una mejoría: aumenta la natalidad, y se recupera lentamente la producción y el comercio.
Las consecuencias de la crisis, afectó a todos los grupos de la sociedad estamental del XVII. La nobleza y el clero
aumentaron en número, la primera endeudada al disminuir sus rentas y querer mantener su nivel de vida. La
burguesía intentaba ennoblecerse; y la situación de los campesinos empeoró, aumentando las revueltas y la
emigración a Madrid o a la periferia. En torno a esta sociedad vivían mendigos, pobres y maleantes.
*Navío de permiso: derecho contenido en el Tratado de Utrecht con el que Gran Bretaña obtuvo licencia para
comerciar con un buque de 500 toneladas por año. Ocasionó numerosos abusos y fricciones.
*Asiento de negros: disposición del Tratado de Utrecht por la que España concedió a Gran Bretaña el monopolio
del comercio de esclavos africanos en sus colonias durante un período de treinta años.
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*Pacto de Familia: acuerdos de alianza suscritos entre los Borbones de Francia y España en el siglo XVIII para
contrarrestar la hegemonía británica.
4.2 LA NUEVA MONARQUÍA BORBÓNICA. LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTA. MODELO DE ESTADO Y ALCANCE
DE LAS REFORMAS.
La reorganización del Estado fue obra de los tres primeros borbones (Felipe V, Fernando VI y Carlos III),
establecen una monarquía absoluta fuerte, centralista y unificada, siguiendo el modelo francés. Impulsan:
- Reforma del Gobierno y Administración. Los Consejos son relegados (excepto el de Castilla) por los
secretarios de Despacho. Los Decretos de Nueva Planta: suprimieron los fueros e instituciones de Aragón,
respetándose los navarros y vascos; las Cortes serán únicas (Generales del Reino), manteniéndose las
navarras; y los capitanes generales sustituyen a los virreyes. Ponen intendentes* en las provincias,
crearon la Guardia Real y el regimiento* por los tercios.
4.3 LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII. EXPANSIÓN Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS: AGRICULTURA, INDUSTRIA
Y COMERCIO CON AMÉRICA. CAUSAS DEL DESPEGUE ECONÓMICO DE CATALUÑA.
La economía estaba limitada por la falta de competencia, la propiedad de la tierra y una oposición al cambio.
La agricultura, tenía en el régimen de propiedad (tierras amortizadas) su obstáculo. Con Carlos III, se tomaron
medidas: arrendamientos municipales, colonización de tierras, pero no acometió la Ley Agraria de Jovellanos.
La industria se incentivó por: el aumento población, demanda de productos y aumento de rentas de nobles y
eclesiásticos, y nueva política comercial con América. El principal obstáculo era el sistema gremial.
Los reyes la potenciaron con: el proteccionismo, manufacturas reales y el fomento de la construcción naval.
Al comercio llegaron las ideas ilustradas (Sociedades Económicas de Amigos del País). El comercio interior inició
una política proteccionista, y se creó el Banco de San Carlos. La política comercial con América se reforzó; se
adoptaron medidas: nuevas compañías comerciales (Compañía Guipuzcoana de Caracas), introducción de navíos
de registro y se promulgó el Reglamento de Libre Comercio (1788).
Destaca el despegue económico de Cataluña. Duplicó su población; el campesino se orientó al mercado, se
desarrolló una burguesía agraria innovadora (comercio de vinos), aumentaron los intercambios peninsulares y
con el exterior; su industria se vio favorecida por el proteccionismo. El crecimiento generó excedentes de capital,
invirtiendo en modernizar el sector textil, sentando las bases de la revolución industrial del s. XIX.
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BLOQUE 5: LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788-1833): LIBERALISMO FRENTE A ABSOLUTISMO
Con la firma del Tratado de Valençay (diciembre 1813), Napoleón reconoce a Fernando VII como rey de España.
Durante la guerra se vivió una revolución política, José I impuso el Estatuto Real de Bayona implantando un
régimen autoritario parcialmente reformista que establecía unas Cortes y reconocía algunos derechos
individuales. Aprobó medidas: supresión de Secretarías y Consejos por ministros, abolición de la jurisdicción
señorial y disolución de la Inquisición. Pero la mayoría lo rechazó y formó sus órganos de gobierno: Juntas locales,
provinciales, coordinadas por la Junta Central Suprema, que dio paso a un Consejo de Regencia, y en septiembre
de 1810 entregó la autoridad a las Cortes de Cádiz, como Asamblea Nacional Constituyente
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que llegó la noticia del establecimiento de poderes locales en ciudades americanas, que podían poner en peligro
el imperio español. Las Cortes sé auto constituyen en Asamblea Constituyente y asumen la soberanía nacional.
Se inician las sesiones (septiembre-1810), con el juramento de los diputados de defender la integridad de la
nación española (incluida América), las Cortes funcionaron hasta la primavera de 1814.
La mayoría de los diputados eran de clases medias, eclesiásticos, abogados, militares, funcionarios, catedráticos,
y miembros de la burguesía; clases populares y mujeres no estaban representadas, a pesar del papel fundamental
de los campesinos en la lucha contra el invasor francés. Los representantes americanos fueron designados entre
los de origen americano que había en ese momento en Cádiz.
Los diputados formaban tres tendencias: liberales partidarios de reformas revolucionarias, ilustrados
(jovellanistas) partidarios de reformas moderadas sin cambiar el sistema absolutista, y absolutistas que
pretendían mantener el viejo orden monárquico.
Las Cortes aprobaron una serie de medidas que desmantelaban en parte los fundamentos políticos, sociales y
económicos del Antiguo Régimen. Entre las medidas sociales y económicas están:
- La supresión del régimen señorial, que impedía la modernización de la administración local y provincial.
Fueron derogados los gremios para dar paso a las modernas relaciones de producción liberal-capitalista.
- La nueva desamortización, aplicada a las propiedades de afrancesados, de las órdenes militares
disueltas, de los conventos y monasterios destruidos por las guerras, y a la mitad de las tierras comunales.
- Se suprimen las aduanas interiores y el Honrado Concejo de la Mesta.
- Decretan la abolición de la Inquisición y supresión de conventos con menos de 12 miembros.
- Se aprueba el Decreto de libertad de prensa, junto al de producción, contratación y comercio.
- Se inició el debate sobre la reorganización territorial de España (con aportaciones de contenido
regionalista), para conseguir la uniformidad territorial y centralización política.
La reforma política más relevante fue la Constitución de 1812 (19-marzo), primera ley fundamental aprobada por
un Parlamento nacional en España. Sus principios básicos, inspirados en la Constitución francesa de 1789, eran:
- Soberanía nacional. La soberanía residía en la nación, incluidos los habitantes de las colonias.
- División de poderes. El poder legislativo residía en las Cortes unicamerales, el poder ejecutivo en el Rey
y sus ministros y el poder judicial en los tribunales. El monarca no podía disolver las Cortes y solo poseía
un derecho de veto suspensivo y transitorio durante dos años sobre las leyes aprobadas en las Cortes.
- Establece como sistema de gobierno la monarquía constitucional.
- Reconoce derechos individuales y colectivos: libertad de imprenta, propiedad, educación, sufragio, etc.
- Igualdad de todos ante la ley, fuero único (mismas leyes para todos, excepto Ejército e Iglesia). Se
suprimen los fueros y leyes que iban en contra de la Constitución, se establecen códigos y tribunales para
todos, igualdad fiscal, burocracia centralizada y un ejército nacional, estableciéndose una Milicia Nacional
para garantizar el orden constitucional.
- Proclama el catolicismo como religión única y oficial del Estado (clara concesión al sector absolutista).
- Sufragio universal masculino e indirecto como sistema electoral (varones, mayores de edad, excluidos los
miembros del clero regular).
Los ciudadanos, de acuerdo con la Constitución, reconocen a Fernando VII como rey constitucional. La
Constitución refleja el influjo de Iglesia y nobleza, declara un Estado confesional y reconoce las propiedades de
los privilegiados.
Ni la Constitución de 1812, ni las leyes emanadas de las Cortes tuvieron una aplicación práctica por el estado de
guerra que se vivía. Fernando VII no tuvo dificultad en derogar la Constitución, pero fue el símbolo del liberalismo
y sirvió de inspiración a textos posteriores.
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Los liberales se dividieron en dos facciones: moderados o doceañistas (antiguos diputados liberales de Cádiz e
intelectuales ilustrados) como Argüelles y Martínez de la Rosa, y exaltados o venteañistas (protagonistas de la
revolución de 1820) como Mendizábal y Alcalá Galiano. Los moderados defendían el sufragio censitario, para
limitar la soberanía nacional y Cortes bicamerales. Los exaltados defendían el sufragio universal, la soberanía
nacional y Cortes unicamerales. Hasta 1822 gobernaron los moderados, y después los exaltados.
La oposición al régimen liberal venía del Rey, apoyado por parte del ejército, el clero y el campesinado. En 1822
se formó la Junta Absolutista en Bayona y en Cataluña se llegó a formar la Regencia de Urgel.
Los Cien Mil Hijos de San Luís, ejército organizado por Francia por orden de la Santa Alianza (Congreso de Verona
1822), pusieron fin al régimen liberal, dando paso a la Década absolutista u ominosa (1823-1833). Aunque se
restablecieron las instituciones de la monarquía absoluta, se evolucionó hacia un reformismo moderado.
Los liberales sufrieron represión y muchos se exiliaron. Hubo intentos de insurrección (Riego, Empecinado y
Torrijos).
Se llevaron a cabo reformas: creación del Consejo de Ministros y del Ministerio de Fomento. En Hacienda, López
Ballesteros elaboró los primeros presupuestos generales del Estado, e impulsó la creación de un nuevo Código
de Comercio, Tribunal de Cuentas, Banco de San Fernando (1829) y la Bolsa de Madrid (1831).
El régimen tenía dos enemigos: los liberales exaltados y los realistas. Los realistas ultras se alinearon en torno a
Carlos Mª Isidro, hermano y heredero a la corona. Fernando VII, la posibilidad de tener una hija, publica la
Pragmática Sanción, derogando la Ley Sálica, permitiendo reinar a las mujeres. Carlos Mª Isidro rechazó el
procedimiento y reclamó la vigencia de la Ley Sálica; así nace el problema del carlismo. Tras los sucesos de la
Granja (1832), Fernando VII confirmó los derechos sucesorios de su hija Isabel, formando gobierno con Cea
Bermúdez. Al morir Fernando VII, Mª Cristina hereda la corona en nombre de su hija Isabel, iniciándose la guerra
civil o primera guerra carlista (1833-1840).
Al tiempo se produce el proceso de independencia de las colonias americanas. Las causas que originaron la
insurrección son múltiples: el reformismo borbónico del siglo XVIII, la extensión de las ideas ilustradas y liberales,
la debilidad de España (Trafalgar e invasión napoleónica) y los intereses ingleses. Se distinguen dos periodos:
• Primera fase (1810-1815). La burguesía criolla, enriquecida y animada por la experiencia norteamericana
y las ideas liberales, pretendían liberarse de las restricciones y el monopolio impuesto por España;
promovió Juntas y depuso a virreyes y capitanes generales, rechazando la autoridad de la Junta Central
Suprema que buscaba apoyos en Inglaterra (doble juego, ayudaba contra los ejércitos napoleónicos y
veía con buenos ojos el desorden en las colonias) y Estados Unidos. Estallan insurrecciones como la del
cura Hidalgo en México, Simón Bolivar en Venezuela y José Francia en Paraguay.
• Segunda fase (1816-1824). Reacción absolutista con Fernando VII, que no impidió la independencia de
Argentina (1816), y acciones revolucionarias: Simón Bolivar libera Ecuador, Venezuela y Colombia; San
Martín logra la independencia de Chile (1818), Iturbide la de México (1822), y Sucre la de Bolivia y Perú
(Ayacucho 1824).
Hacia 1825 solo Cuba y Puerto Rico, junto a Filipinas en Asia, permanecían en la corona española. Consecuencias:
dejó la Hacienda al borde de la quiebra, el comercio se redujo y afectó más a Cataluña. España quedó relegada a
un papel de potencia de segundo orden. Los nuevos estados fueron neocolonizados por Inglaterra y Estados
Unidos.
6.1 EL REINADO DE ISABEL II (1833-1868): LA PRIMERA GUERRA CARLISTA. EVOLUCIÓN POLÍTICA, PARTIDOS Y
CONFLICTOS. EL ESTATUTO REAL DE 1834 Y LAS CONSTITUCIONES DE 1837 Y 1845.
El reinado de Isabel II (1833-1868) se divide en dos etapas: la minoría de edad (1833-1843) con las regencias
María Cristina (1833-1840) y de Espartero (1840-1843); y el reinado efectivo (1843-1868) con la mayoría de edad.
La minoría de edad de Isabel II (1833-1843), comenzó con el estallido de la Primera Guerra Carlista (1833-1840).
La guerra civil tuvo lugar durante la regencia de Mª Cristina. Las causas fueron: La cuestión sucesoria, los carlistas
apoyaban a Carlos María Isidro y por tanto la Ley Sálica, frente a Isabel II y la Pragmática Sanción; y el
enfrentamiento ideológico, el carlismo defendía el Antiguo Régimen (“Dios, Patria y Rey”) y el mantenimiento de
los fueros; y el liberalismo defendía la política centralizadora, soberanía nacional y división de poderes.
La Primera Guerra Carlista estalló el 1 de octubre con el Manifiesto de Abrantes y se desarrolló en tres fases:
- Avance carlista (1833-1835). Se hicieron fuertes en Navarra y País Vasco, dirigidos por Zumalacárregui.
- Repliegue carlista (1835-1837). Fracasan con las Expediciones Gómez y Real; y son derrotados en Luchana
(1836).
- Triunfo isabelino (1837-1839). La división del carlismo facilitó el Convenio de Vergara (1839) entre Maroto y
Espartero (abrazo de Vergara); pactando admitir militares carlistas en el ejército isabelino y mantener los fueros.
El carlismo provocó la Segunda Guerra Carlista. (1846-1849), ante el fracaso de la boda entre Isabel II y Carlos
VI.
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En las regencias (1833-1843), los gobiernos liberales desmantelaron el Antiguo Régimen gradualmente. Los
liberales formaron dos partidos: Partido Moderado, continuistas doceañistas, defendían la soberanía compartida
(Rey-Cortes), daban amplios poderes al rey y limitaban los derechos individuales; y el Partido Progresista,
seguidores de los exaltados, defendían la soberanía nacional, limitaban el poder del rey.
La regencia de Mª Cristina (1833-1840), se inicia con la fase moderada (1833-1835), transición entre el Estado
absolutista de Fernando VII y el liberal de Isabel II, con reformistas como Cea Bermúdez. Ante la necesidad de
apoyos, llamó a Martínez de la Rosa, liberal moderado. Se elaboró el ESTATUTO REAL (1834), Carta otorgada,
reconocía Cortes bicamerales: Estamento de Próceres (designación real) y Estamento de Procuradores (sufragio
restringido), no reconocía: soberanía nacional, división de poderes, ni derechos individuales; dejando el poder
legislativo en el Rey.
La insurrección en 1835 llevó a la revolución liberal (1835-1840). Mendizábal tomó medidas para desmantelar el
Antiguo Régimen: libertad de imprenta, Ley de supresión de conventos y Decreto de Desamortización de los
bienes del clero regular. Estas medidas provocaron su destitución. La regente intentó volver al moderantismo, lo
que provocó el pronunciamiento en la Granja; entregando el Gobierno a los progresistas y restableciendo la
Constitución de 1812.
El gobierno progresista de Calatrava eliminó el régimen señorial, el mayorazgo y el diezmo, restableció la Ley
Municipal. La CONSTITUCIÓN DE 1837, consolidó el régimen constitucional; proclamaba la Soberanía Nacional
(en la práctica compartida Rey-Cortes); división de poderes, Cortes bicamerales (Congreso por sufragio
censitario y Senado de designación real. Reconocía derechos individuales, libertad de prensa, autonomía
municipal, y la Milicia Nacional.
Intentar modificar la Ley Municipal (1840), provocó la oposición progresista y de Espartero, y la salida de Mª
Cristina.
Tras el ministerio-regencia de Espartero, en 1841 las Cortes lo eligieron regente. Durante la regencia de Espartero
(1840-1843), su autoritarismo (llegó a bombardear Barcelona) suscitó la oposición de progresistas y militares.
Moderados y progresistas organizaron un pronunciamiento liderado por Narváez, que le obligó a dimitir.
Las Cortes proclaman la mayoría de edad de Isabel II con solo trece años, iniciando el reinado efectivo (1843-
1868). A lo largo de sus tres fases se procedió a la construcción del Estado liberal.
En la Década moderada (1844-1854), Narváez acometió distintas medidas: Suprimió la Milicia Nacional y creó la
Guardia Civil (1844); promulga la CONSTITUCIÓN DE 1845, más conservadora que la de 1837, soberanía
compartida Rey-Cortes, Cortes bicamerales, con sufragio censitario para el Congreso, y Senado vitalicio de
designación real; control de la Administración provincial y local; nuevo Código Civil y Penal; Reforma fiscal; y
Concordato de 1851.
Con el aumento del autoritarismo se funda el Partido Demócrata (1849). Reivindican el sufragio universal, Cortes
unicamerales, libertad religiosa, instrucción primaria gratuita e intervención del Estado en ámbitos sociales.
La suspensión de las de las Cortes 1854 aumentó el descontento. El Bienio progresista (1854-1856), comienza
con el pronunciamiento del general O´Donnell en Vicálvaro. En su retirada, se le une el general Serrano, y
proclaman el Manifiesto de Manzanares. Isabel II encargó gobierno a Espartero. Restaura: Ley de Imprenta, Ley
Electoral y Milicia Nacional. Elaboran la Constitución de 1856, non-nata. En economía aprobó la Desamortización
de Madoz (1855) de bienes eclesiásticos, municipales y del Estado; Ley de Ferrocarriles (1855), Ley Bancaria
(1856). La crisis le hizo dimitir.
De 1856 a 1868 se alternan moderados y Unión Liberal. O´Donnell, con su partido la Unión Liberal, intentaba
establecer un liberalismo centrista (ala derecha progresista y ala izquierda moderada); devolvería España el
prestigio internacional. Narváez con los moderados se enfrentó a la sublevación de los sargentos del cuartel de
S. Gil y al Pacto de Ostende (progresistas, demócratas y republicanos, querían destronar a la reina y convocar
Cortes Constituyentes).
La muerte de Narváez y O´Donnell, aisló a la reina. En septiembre de 1868 Prim y Topete inician la sublevación
“La Gloriosa”, dirigida por Serrano que provocó la caída de Isabel II y abrió la esperanza de un régimen
democrático.
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(Godoy, Cortes de Cádiz, Trienio Liberal), pero el verdadero proceso de desamortización se realiza con
Mendizábal y Madoz.
Tras el fracaso de la etapa moderada (1833-1835), y el inició la Revolución liberal (1835-1840), Mendizábal se
propuso desmantelar el sistema legal del Antiguo Régimen, necesario para liberalizar el mercado de la tierra.
Como medida previa Mendizábal 1835 disolvió las órdenes religiosas salvo las dedicadas a la enseñanza o cuidado
de enfermos, y sus fincas pasaron a ser propiedad del Estado.
La desamortización de Mendizábal (1837-1849), consistió en la venta por subasta de las tierras expropiadas a la
Iglesia o desamortización eclesiástica. Los objetivos fueron: sanear la Hacienda, financiar el Ejército y convertir a
los nuevos propietarios en adeptos para la causa liberal frente al carlismo. Al tiempo que pretendía aumentar el
número de propietarios, la producción y la riqueza.
La desamortización de Madoz (1855-1867) de bienes municipales, del Estado y eclesiásticos. Ley de 1855, se
inició durante el Bienio progresista, pretendía además de reducir la deuda pública, financiar la construcción de
infraestructuras necesarias para modernizar la economía, fundamentalmente el ferrocarril.
Provocó la ruptura con la Santa Sede y conflictos con la reina. La venta de las tierras en metálico supuso un
incremento de recursos para el Estado que duplicó los ingresos con respecto a la anterior desamortización.
Las consecuencias de las desamortizaciones fueron: incremento del número de terratenientes y puesta en cultivo
de numerosas tierras abandonadas; y los grandes perdedores fueron: la Iglesia, los municipios y los campesinos,
que vieron frustradas sus expectativas, apareciendo un numeroso campesinado sin tierra (proletariado rural)
convirtiéndose en un foco de conflictividad. También supusieron el distanciamiento con los moderados, una vez
en el poder no devolvieron los bienes a la Iglesia, pero si ralentizaron su venta.
En la sociedad, se produjo el paso de una sociedad estamental a una de clases. Con la configuración del Estado
liberal, los estamentos desaparecieron al imponerse la igualdad jurídica, poniendo fin a los privilegios. Todos
pagaban impuestos, eran juzgados por las mismas leyes, y gozaban teóricamente de los mismos derechos
políticos. Así la población constituía una sola categoría jurídica, la de ciudadanos. Los ciudadanos quedaron
definidos por la pertenencia a una clase social, siendo grupos abiertos y no cerrados como en el Antiguo Régimen.
La nobleza, disminuyó y perdió su influencia al perder sus privilegios, pero se adaptó a las circunstancias. Siguió
presente en los altos cargos de la Administración, del Ejército y en política (Senado), y mejoró su situación
económica (alta nobleza). Aprovecharon su nombre para entrar en consejos de administración, y aliarse con la
burguesía financiera (matrimonios).
El clero cambió con la revolución liberal; perdió su principal fuente de ingresos, el diezmo, y el monopolio de la
enseñanza. La Iglesia perdió parte de sus bienes con las desamortizaciones, y las órdenes religiosas
disminuyeron; se mostró enemiga del liberalismo, contraria a la tolerancia religiosa y separación Iglesia-Estado.
La burguesía fue la gran protagonista, la supresión de privilegios permitió legalmente la movilidad social, y las
desamortizaciones la posibilidad de conseguir bienes. El progreso económico, favoreció la aparición de una
burguesía de negocios: banqueros, comerciantes, propietarios de tierras y de inmuebles urbanos, grandes
profesionales y altos cargos del Estado. Fuera de las grandes urbes, se desarrolló una burguesía más modesta.
Las clases medias constituían entre el 5% y 10% de la sociedad, eran propietarios de tierras, comerciantes,
profesionales liberales y empleados públicos. Constituyeron un grupo influyente en el país.
A finales del XIX, el sector primario era la mitad del PIB y 70% de la población activa. Con diferencias: minoría de
grandes propietarios, y mayoría de pequeños y medianos propietarios, arrendatarios, aparceros y jornaleros.
La revolución industrial aportó una nueva clase social, el proletariado industrial, en aumento, y que se nutría del
éxodo rural y de los artesanos arruinados.
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(reunión, asociación y expresión), y por primera vez libertad religiosa, sufragio universal masculino y la monarquía
democrática como sistema de gobierno.
El Gobierno aprobó: Ley Electoral, Ley de Matrimonios civiles, Juicios con Jurado, Ley Orgánica del Poder Judicial
y reforma del Código Penal.
Había una Constitución, pero España era una monarquía sin rey. Se instauró una regencia presidida por Serrano
y Prim fue nombrado jefe de Gobierno. Aunque estaba descartada la vuelta de los Borbones, Cánovas del Castillo
forma el Partido Alfonsino, en defensa de los derechos del hijo de Isabel II.
Durante el año 1869 se produjeron varios problemas: comienza la guerra con Cuba, los carlistas se reorganizan
en torno a Carlos VII, y se suceden levantamientos republicanos por todo el país.
Prim se centró en la búsqueda de un rey (Leopoldo de Hohenzollern, duque de Montpensier, Fernando de
Coburgo y Amadeo de Saboya). En octubre de 1870, Amadeo de Saboya aceptó la Corona, con el consentimiento
de las potencias europeas, en noviembre las Cortes lo eligen Rey. Su breve reinado (1870-1873) fue debido a
diversos factores: asesinato de su valedor, Prim, el conflicto militar con Cuba, la oposición de las fuerzas
monárquicas (el carlismo, con la tercera guerra carlista, y el Partido Alfonsino); a ello se unió la oposición de la
nobleza y burguesía; y las movilizaciones obreras y populares que reclamaban un régimen republicano.
Amadeo I abdicó, febrero de 1873, y las dos cámaras reunidas en una sola Asamblea, proclamaron la I República.
La Asamblea, que había proclamado la I República, designó a Estanislao Figueras, presidente de una República
unitaria, inmediatamente chocó con los republicanos federales. Su principal cometido era convocar Cortes
Constituyentes que promulgasen una nueva Constitución. Se enfrentó con graves problemas: crisis de Hacienda,
cuestión de Cuba y la Tercera Guerra Carlista. En su breve gobierno promulgó una amplia amnistía, abolió la
esclavitud en Puerto Rico y suprimió las quintas.
En las primeras elecciones triunfan los republicanos federales, proclamándose la República Democrática Federal,
siendo Pi i Margall presidente. En los republicanos federales surgieron dos tendencias: transigentes querían
conseguir el orden social y después construir la República Federal desde arriba; y los intransigentes, defendían
la construcción desde abajo, y así vendría la paz social. Al tiempo estalló una revolución cantonal, protagonizada
por la clase media y trabajadores urbanos, comenzó en Cartagena extendiéndose al Sur y Levante.
Al no poder aprobar la Constitución Pi i Margall dimitió, le sucedió Salmerón. Se limitó a restablecer el orden y
reprimir los movimientos obreros. Dimitió al no querer firmar unas penas de muerte contra revolucionarios.
Emilio Castelar le sucedió, intentó restablecer el orden. Su giro a la derecha le enfrentó a los intransigentes.
El golpe de Estado del general Pavía, enero 1874, disolvió las Cortes republicanas.
1874 fue de transición entre la I República y la Restauración borbónica, el poder pasó a Serrano (República
autoritaria o dictadura del general Serrano), apoyado por liberales, como Topete y Sagasta, mientras que Cánovas
intentaba el regreso de los Borbones. El pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos, acabó con el
Sexenio revolucionario, iniciando la Restauración.
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Partido Conservador, antiguos moderados, unionistas y católicos (Unión Católica), liderados por Cánovas; y el
Partido Liberal, formado por progresistas, demócratas y republicanos moderados, liderados por Sagasta.
El Partido Conservador estaba apoyado por la burguesía financiera y latifundista, y la aristocracia; y el Partido
Liberal por la burguesía industrial y comercial, funcionarios y profesionales liberales.
Los dos partidos aceptaron turnarse en el gobierno. Para conseguirlo, era necesario el fraude electoral, que
funcionaba así: el rey encargaba la formación de gobierno al partido que le tocase, se disolvían las Cortes y se
convocaban elecciones, desde el Ministerio de la Gobernación se ponía en marcha el “Encasillado” (lista de
diputados provinciales que debían salir elegidos y habían elaborado los gobernadores civiles). La lista se imponía
mediante presión, compra de votos de los caciques, amenazas, y si no era suficiente se manipulaba el censo, o
las actas de resultados. Estas prácticas antidemocráticas en el sistema caciquista, eran conocidas como
“pucherazo”.
- Constitución de 1876. Era necesaria para legitimar el régimen, convocándose elecciones a Cortes por
sufragio universal masculino, y estas de mayoría conservadora la redactaron y aprobaron. Inspirada en la
de 1845 pero con novedades de la de 1869. Establecía la soberanía compartida Rey-Cortes. No existía un
clara división de poderes: el legislativo es compartido Rey- Cortes bicamerales, Congreso elegido por
sufragio censitario y Senado parte de elección real y otra mediante un sistema indirecto por las
corporaciones y los mayores contribuyentes; el ejecutivo lo tiene el rey que elige al jefe de Gobierno, es
jefe del Ejército y tiene amplias facultades (sanciona leyes, disuelve las cámaras, convoca nuevas
elecciones y un derecho a veto en cada legislatura; y el judicial en los tribunales. Derechos y libertades
como los de 1869. Religión oficial la católica, aunque tolerando otros cultos.
En el reinado de Alfonso XII (1875-1885) el gobierno lo ejerció básicamente el Partido Conservador, salvo entre
1881-1884 que gobernó Sagasta con un partido no del todo estructurado. Cánovas restableció el Concordato con
la Santa Sede, restituyó a militares depuestos, y eliminó a los alcaldes y gobernadores civiles nombrados en el
Sexenio. Promulgó la Ley Electoral (1876), Ley de Imprenta (1879), fin de la libertad de cátedra y prohibió
asociaciones obreras.
En 1885 muere Alfonso XII, iniciándose la regencia de Mª Cristina de Habsburgo (1885-1902) con el Pacto de El
Pardo, respetando el turno de partidos y garantizando el sistema canovista, pero aumentando la corrupción
política.
El Partido Liberal tendría un mayor peso legislativo en la Regencia, en el Parlamento largo (1885-1890)
promulgaron: Código Comercio (1885), Ley de Asociaciones (1887), Ley del Jurado (1888), Código Civil (1889),
Ley del Sufragio Universal (1890). Ya en 1893, elaboran el proyecto de Estatuto de Cuba y Pueto Rico que no se
aprobó, y en 1895 se iniciaba la insurrección que llevaría a la Guerra de Cuba.
El turnismo se mantuvo en toda la regencia, incluso durante la Guerra de Cuba y la muerte de Cánovas (1897).
• Carlistas. Tras su derrota en 1876 divididos en dos grupos, los que rechazaban el régimen, liderados por
Ramón Nocedal; y los liderados por Vázquez de Mella que formarían un partido y lucharían dentro de la
legalidad.
• Republicanos. Estaban muy desunidos. Castelar lideraba a los posibilistas, colaboraron con el partido de
Sagasta. Salmerón y Pi i Margall estaban divididos en su concepción de la República: Salmerón defendía
una República unitaria, y Pi i Margall una federal. Ruiz Zorrilla y su grupo eran partidarios de la lucha
armada.
• Nacionalismos y regionalismo. Surgieron como oposiciones nuevas al sistema de la Restauración,
alcanzando un gran desarrollo en los años finales del siglo XIX. Sus objetivos eran: creación de
instituciones propias o autonomía administrativa, y en otros lograr la independencia. Esto suponía un
modelo de Estado descentralizado, opuesto al centralista del sistema canovista. Destacaron:
o Nacionalismo catalán. En los años treinta se había iniciado el movimiento literario y cultural, la
Renaixença. Pero el catalanismo político se inicia en la Restauración con el republicano federal
Almirall, que fundó el Centre Catalá (1882) demandando una mayor autonomía. En 1891 se crea
la Unió Catalanista que promovió las Bases de Manresa, recogía el primer programa del
catalanismo e incluía un proyecto de Estatuto de Autonomía. En 1901 se formó el primer gran
partido catalanista, la Lliga Regionalista, liderada por Prat de la Riba y Francesc Cambó. Partido
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conservador que aspiraba a una autonomía de Cataluña, apoyado por sectores de las clases
medias y altas y vinculado a la industria local. Durante las dos primeras décadas del siglo XX fue
el principal partido catalán.
o Nacionalismo vasco. No tuvo su origen en movimientos culturales, nació más tarde que el catalán
pero evolucionó rápidamente. Reivindicó los fueros perdidos; criticó la industrialización, el
capitalismo y los inmigrantes porque fracturaban la sociedad tradicional vasca; dentro de una línea
de pensamiento católica y antiliberal. 1895 Sabino Arana funda el Partido Nacionalista Vasco, con
un apoyo inicial escaso por su radicalismo antiespañol e independentista. Desde 1898, osciló
desde el independentismo a la integración autónoma en el Estado español.
o Regionalismo gallego. El nacionalismo gallego tuvo un desarrollo más lento y un menor arraigo
social. Como en cataluña, a mediados de siglo junto al movimiento cultural O Rexurdimento hay
unos tímidos planteamientos políticos. Durante la Restauración el galleguismo político se inicia,
cuando Manuel Murguía funda la Asociación Regionalista Gallega. Pero el regionalismo gallego
tuvo menor implantación social que el catalán y vasco.
o Otros regionalismos: andaluz y valenciano, inician su andadura, con un menor peso político y
social.
• El movimiento obrero y campesino. Con la Restauración las asociaciones obreras pasaron a la
clandestinidad hasta la aprobación de la Ley de Asociaciones (1887). El movimiento obrero y campesino
estaba escindido en dos corrientes, anarquista y socialista. Desde 1879 nacen organizaciones católicas
como el Círculo Católico de Obreros.
Los anarquistas se reorganizaron con la fundación de la Federación de Trabajadores de la Región Española-FTRE
(1881). Mayor presencia en Cataluña, Aragón, Valencia y Andalucía; las divisiones internas y la represión, les llevó
a final de los ochenta a un activismo sindical y reivindicativo, y una minoría se radicalizó (Mano Negra).
Los socialistas, refugiados en torno a la Asociación del Arte de Imprimir, presidida por Pablo Iglesias en 1874. En
1879 fundan el PSOE; y en 1888 la Unión General de Trabajadores como sindicato del partido; cuyo objetivo era
mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los obreros, mediante la negociación, las demandas al poder
político y la huelga. PSOE y UGT, fueron hasta comienzos del siglo XX minoritarios, comparados con los
anarquistas.
Hasta 1900 gran parte de las acciones sindicales estaban penalizadas como delito y fueron duramente reprimidas.
7-3 EL PROBLEMA DE CUBA Y LA GUERRA ENTRE ESPAÑA Y ESTADOS UNIDOS. LA CRISIS DE 1898 Y SUS
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS, POLÍTICAS E IDEOLÓGICAS.
Los restos del imperio colonial español, tras la pérdida de la América continental a principios del siglo XIX,
consistían en las dos grandes islas del Caribe, Cuba y Puerto Rico; Filipinas, en el Pacífico Occidental, y un
conjunto de islotes y pequeños archipiélagos dispersos por este océano.
Cuba y Puerto Rico presentaban unos rasgos coloniales muy peculiares: situadas en las cercanías de Estados
Unidos, tenían una economía basada en la agricultura de exportación, principalmente azúcar y tabaco; aportaban
a la economía española importantes beneficios, debido a las leyes arancelarias que imponía la metrópoli. Eran un
mercado cautivo, obligado a comprar harina y textiles a la metrópoli, e impedidas de exportar azúcar a Europa
desde 1870; y privadas de toda capacidad de autogobierno. La dependencia de España se mantuvo por el papel
que la metrópoli cumplía con sus tropas y administración, asegurando la explotación esclavista que beneficiaba
a una reducida oligarquía.
En Filipinas, la población española era escasa, y los capitales invertidos no eran importantes. La soberanía se
había mantenido tres siglos gracias a la fuerza militar y a la presencia de órdenes religiosas. La relación con la
metrópoli se centró, en la explotación de recursos agrarios y en la presencia de clérigos y misioneros.
En 1868 comenzaron en Cuba movimientos independentistas, con la sublevación popular dirigida por Céspedes,
iniciada con El grito de Yara, luchando por la abolición de la esclavitud y por la autonomía política. Estos
movimientos sintieron el estímulo de Estados Unidos, con la abolición de la esclavitud tras la Guerra de Secesión.
La Guerra de los Diez Años (1868-1878), concluyó con la Paz de Zanjón, por la que el general Martínez Campos
se comprometió a dar a Cuba cierto autogobierno. Los resultados de la Paz de Zanjón fueron escasos. Surgió el
Partido Liberal Cubano (1878) representando sectores de la burguesía criolla buscando más autogobierno; pero
la Guerra Chiquita (1879-1880) puso de manifiesto el descontento por la Paz de Zanjón y avivó el
independentismo.
En 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano partidario de la independencia, y el mismo año en
Filipinas José Rizal fundó la Liga Filipina.
La propuesta de una nueva ley autonómica para Cuba (1895) llegó tarde y la Guerra independentista se endureció
con José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. España envió a Martínez Campos, pero fracasó; asumió el
mando el general Weyler, y a pesar de los éxitos iniciales, no impidió la lucha armada. En Filipinas fue ejecutado
Rizal, pero Aguinaldo mantuvo la insurrección.
En 1897 desaparece Cánovas, los líderes de Cuba y Filipinas están en estrecha relación con Estados Unidos, ya
que tenía intereses económicos en la zona. Sagasta cree necesario reconocer una amplia autonomía, pero
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Estados Unidos se implica en el conflicto, y la voladura del acorazado Maine (15 febrero 1898) sirvió de pretexto
para una declaración de guerra (Guerra hispano-Americana), que se desarrolló en el Caribe y Filipinas.
Las derrotas de Cavite y Manila en Filipinas; y Santiago en Cuba, llevaron a la Paz de París el 10 de diciembre de
1898, España reconocía la independencia de Cuba y cedía a Estados Unidos Puerto Rico, Filipinas y la isla de
Guam. En 1899 España vendía al Imperio alemán las islas Coralinas, las Marianas (excepto Guam) y Palaos.
La pérdida de las últimas colonias fue conocida como él desastre del 98 y tuvo importantes consecuencias,
destacan:
- Ideológicas. Se produjo una crisis de la conciencia nacional, apareciendo un movimiento intelectual y
crítico, el regeneracionismo, que rechazaba el sistema político y social de la Restauración, al considerarlo
una lacra para el progreso de España. Entre sus representantes destacan Joaquín Costa, Almirall... El
regeneracionismo tuvo su vertiente literaria con la Generación del 98 (Unamuno, Baroja…)
- Económicas. La derrota supuso la pérdida del mercado colonial, iniciándose una política proteccionista.
La industria se recuperaría pronto; y la repatriación a España de los capitales situados en América,
propiciaron el desarrollo de la banca española.
- Políticas. Con una propuesta de reforma y modernización: el llamado regeneracionismo político que
representaban políticos de diferentes partidos; en el Conservador Francisco Silvela, y en el Liberal José
Canalejas.
En política internacional, España dejó de ser un Imperio, iniciando una intervención en África.
- Otras consecuencias: el desprestigio militar, lo que traería graves consecuencias en el siglo XX;
crecimiento del movimiento obrero, protagonizando sucesos como con sucesos como la Semana Trágica
de Barcelona (1909); y mayor empuje y protagonismo de los nacionalismos periféricos.
• Crecimiento moderado (11 mll. en 1800 y 18 mll. en 1900), lento comparado con países de nuestro entorno
de mayor crecimiento económico que llegaron a duplicar su población.
• Las causas del escaso crecimiento, estaba en la persistencia de un régimen demográfico antiguo (salvo
Cataluña que inició la transición al régimen demográfico moderno): altas tasas de natalidad y mortalidad,
es decir crecimiento vegetativo bajo.
La tasa de natalidad española, al finalizar el siglo era del 34%, de las más altas de Europa. Pero relacionada
con la muy elevada mortalidad, era insuficiente para permitir un fuerte crecimiento de la población, como
en países desarrollados.
La mortalidad descendió a lo largo del siglo, al final del mismo se situó en un 29%, la segunda más alta de
Europa después de Rusia; y la esperanza de vida no llegaba a los 35 años.
Esta situación demográfica en España fue debida a tres causas fundamentales:
- Crisis de subsistencias, hasta doce a lo largo del siglo XIX. Observando la relación entre escasez de trigo y
aumento de la mortalidad. Crisis que se pueden relacionar con las malas condiciones climáticas, el atraso técnico
de la agricultura, y un deficiente sistema de transportes y comunicaciones.
- Epidemias periódicas. Aunque la peste había desaparecido en el siglo XVIII, se produjeron de cólera tifus y fiebre
amarilla.
- Enfermedades endémicas. Una parte de la mortalidad del siglo debe atribuirse a enfermedades como la viruela,
tuberculosis, sarampión, escarlatina y difteria.
• Movimientos migratorios, dentro de la Península y a ultramar (Argentina, Cuba).
• Crecimiento de las ciudades, éxodo rural, principalmente hacia Barcelona, Madrid, País Vasco y costa
peninsular es decir zonas industriales. Aunque la población era predominantemente rural.
• Los movimientos migratorios, fueron una variable demográfica del siglo XIX, relacionados con los cambios
económicos y sociales del siglo XIX. Cabe diferenciar entre:
• Migraciones internas. Sobre todo en la segunda mitad de siglo, quizás por el asentamiento de la sociedad
liberal, la superpoblación rural provocada por el impacto del proceso desamortizador en el sector agrario,
la mejora de los transportes y la búsqueda de una vida mejor en las ciudades.
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Cabe distinguir entre la migración estacional, sujeta a trabajos esporádicos, y la definitiva en un nuevo espacio.
Los destinos principales fueron Barcelona, País Vasco y Madrid. Núcleos relacionados con la industria, que
demandaban proletariado industrial.
• La migración exterior. Se incrementó en este siglo, mayoritariamente a América. Esta migración estaba
relacionada con las malas condiciones internas, con la atracción de estos lugares y relación con
emigrantes anteriores. Galicia, Asturias y Canarias fueron las regiones de más tasa de emigración.
Algunos consiguieron hacer las Américas, formando un gran patrimonio económico. Muchos retornaron, los
denominados indianos, tras hacer fortuna y colaborar en el desarrollo de sus lugares de origen.
El desarrollo urbano fue considerable durante el siglo XIX, pero no alcanzó las cotas de los países industrializados
europeos. Entre 1850 y 1900 España duplicó su nivel de urbanización, mientras países como Alemania lo
multiplicó por cuatro; España mantuvo unos niveles en la media de los países mediterráneos.
El crecimiento urbano estuvo ligado a las transformaciones por el liberalismo, por la industrialización, y sobre
todo por las desamortizaciones que favorecieron un trasvase de población del campo a la ciudad.
El éxodo rural, provocó que a mediados de siglo, hubiese un desfase entre población y estructuras urbanas. La
expansión urbana obligó al desarrollo de las infraestructuras: abastecimiento de agua y alcantarillado, empedrado
de calles, iluminación y transporte, cambiando las condiciones de habitabilidad de las mismas.
En los procesos de reorganización urbana tuvo especial importancia los ensaches, como el Cerdá en Barcelona,
el de Carlos Mª de Castro en Madrid. Otras ciudades los tomaron como modelo, el caso de Zaragoza, Bilbao, San
Sebastián y Valencia. Los ensanches impulsaron el negocio inmobiliario, generando mano de obra que permitía
absorber a los inmigrantes procedentes del mundo rural.
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En el comercio, el mercado interior, hasta mediados de siglo, hacía frente a obstáculos geográficos y trabas
legales (gremios, portazgos, pontazgos y peajes), su abolición y mejora en los transportes, facilitó la unificación
del mercado nacional. El comercio exterior, a pesar de la pérdida de la América continental, aumentó; pero la
balanza comercial fue deficitaria (exportaban materias primas y productos semielaborados e importaban
industriales).
Frente a la primacía industrial británica, los países europeos trataron de proteger sus nacientes industrias. España
practicó una política proteccionista (fabricantes de algodón catalanes, cerealistas castellanos e industriales
siderúrgicos vascos). Pero los defensores del librecambismo, querían reducir la intervención del Estado, dejando
al mercado libre. España pasó de un alto proteccionismo (Arancel de 1826), a una reducción a mediados de siglo,
a una política relativamente librecambista (Arancel Figuerola-1869), volviendo al proteccionismo en la
Restauración.
El sector financiero jugó un papel básico en la industrialización y economía. Con Fernando VII se creó el Banco de
S. Fernando (1829) y la Bolsa de Madrid (1831). La Ley de Bancos y Sociedades de Crédito (1856) inició la
modernización del sistema bancario; nace el Banco de España (1856) y entidades como el Banco de Santander
(1857), Banco de Bilbao (1857) y Banco Hipotecario (1872). Pero hasta los años treinta circulaban monedas
distintas obstaculizando el comercio. En 1868 se instauró la peseta como moneda oficial, logrando la unidad
monetaria.
9.1 ALFONSO XIII Y LA CRISIS DEL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN: LOS PARTIDOS DINÁSTICOS. LAS
FUERZAS POLÍTICAS DE OPOSICIÓN: REPUBLICANOS, NACIONALISTAS, SOCIALISTAS Y
ANARCOSINDICALISTAS.
El 17 de mayo de 1902 Alfonso XIII es proclamado rey. Rasgo de su reinado fue su protagonismo político, unido a
la desaparición de Cánovas y Sagasta, la inestabilidad política y el protagonismo militar.
La primera etapa de su reinado estuvo marcada por el regeneracionismo, corriente ideológica que denunció el
sistema político de la Restauración, y realizó propuestas para la modernización política, social y económica del
país. Con destacados representantes como Joaquín Costa, censura el sistema político y falseamiento de la
democracia, Ganivet y Unamuno. Hubo un regeneracionismo desde dentro del sistema de la Restauración o
revisionismo (Maura, Canalejas), y otro opuesto al sistema (socialistas, anarquistas, republicanos, carlistas y
nacionalistas).
Los intentos de regeneración del sistema y su fracaso se produjeron de 1902-1914. Hay intentos de
modernización promovidos por los partidos dinásticos del turno, Conservador y Liberal. Y del regeneracionismo
partió el revisionismo político, para dar un nuevo impulso a la política de la Restauración.
Silvela lideró el Partido Conservador tras el asesinato de Cánovas. En sus cortos gobiernos inició una política
reformista, para ello creó los ministerios de Instrucción Pública y de Agricultura; Fdez. Villaverde reformó la
Hacienda, y Eduardo Dato retomó la legislación social iniciada en la I República.
Maura le sucedió en 1903 y protagonizó el revisionismo conservador; presidente en el Gobierno corto (1903-
1904) y en el Gobierno largo (1907-1909). La intención de Maura era realizar una “revolución desde arriba”,
reformando lo estrictamente necesario y así mantener las bases fundamentales del sistema.
Su programa se basó: conservadurismo católico de masas, conectar la monarquía con la realidad social,
incorporar otras fuerzas políticas al sistema, y una política exterior nacionalista y de expansión en Marruecos para
olvidar el 98. Proyectó la Ley de Bases de la Administración Local, para formar mancomunidades; fundó el INP,
aprobó la Ley de Huelga y Reforma Electoral (oficialmente para eliminar el fraude, pero quería frenar el voto
socialista y republicano).
En julio de 1909 estalló en Barcelona la Semana Trágica, en ella confluyeron varios problemas: el catalanismo
político (Ley de Jurisdicciones 1906, Solidaritat Catalana), los republicanos (Partido Republicano Radical), y el
movimiento obrero (Solidaridad Obrera). Los sucesos se iniciaron cuando el Gobierno de Maura reclutó
reservistas con destino a Marruecos. Las organizaciones obreras convocaron una huelga general de protesta en
Barcelona, que degeneró en un motín que duró una semana. Se construyeron barricadas, hubo actos de
proclamación de la República, quema de edificios religiosos y numerosas detenciones. La dura represión con
ejecuciones (Ferrer i Guardia) acarreó críticas internacionales y una campaña de desprestigio (republicanos,
socialistas y liberales) provocando la dimisión de Maura.
El revisionismo liberal lo protagonizó José Canalejas (1910-1912), en su programa admitía la intervención del
Estado en la economía y la sociedad, separación Iglesia-Estado (Ley del Candado 1910), incrementó la protección
legal a los trabajadores, aprobó la Ley de Reclutamiento (1912) que establecía el servicio militar obligatorio en
época de guerras, sin exenciones; y democratización del régimen. En 1912 fue asesinado por un anarquista.
La crisis del sistema de la Restauración vino con la muerte de Canalejas. Los dos partidos sufrían una fuerte crisis
de liderazgo y de relación entre ellos, al tiempo crecía la oposición de republicanos, socialistas y nacionalistas.
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Comenzaba así un enfrentamiento real entre los dos partidos, y la alternancia a partir de ahora se producía por
mandato real.
Al margen de los partidos dinásticos, las fuerzas políticas de oposición se fueron reforzando, estas eran:
-El republicanismo principal fuerza de oposición pero fragmentada en diversos grupos, defendían el progreso y
la justicia social. En el reinado de Alfonso XIII surgen dos nuevos partidos: Partido Radical fundado (1908) por
Lerroux, anticatalanista, anticlerical y revolucionario; y el Partido Reformista (1912) fundado por Melquiades
Álvarez, más moderado que llegaba a admitir la monarquía democrática y social.
-Los nacionalismos. El más implantado era el catalán, y el partido más arraigado la Lliga Regionalista,
conservadora y que gobernó de 1914 a 1923. En 1906 nace Solidaritat Catalana, agrupación interclasista para
defender los derechos de Cataluña. En 1917 nace Partit Republicá Catalá, y 1922 Acció Catalá y Estat Catalá
dirigida por Maciá. El republicanismo sería derrotado por la Lliga hasta su unión en un solo partido en 1931,
Esquerra Republicana de Catalunya.
El nacionalismo vasco seguía teniendo su principal expresión en el PNV, apoyado en la burguesía bilbaína,
ultraconservadora y recelosa del progreso e industrialización. Creó su propio sindicato Solidaridad de Obreros
Vascos.
También creció el nacionalismo gallego (Solidaridad Gallega), junto al regionalismo valenciano y andaluz.
-Los socialistas. En su rama política (PSOE) y sindical (UGT) continuaban su lento crecimiento, principalmente en
Madrid, País Vasco y Asturias. Sin renunciar a la revolución social, cada vez participaban más en la vida
parlamentaria, así en 1910 Pablo Iglesias se convirtió en el primer socialista en acceder a las Cortes.
- Los anarcosindicalistas. En 1910 nace la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) que llegó a ser el
sindicato mayor de España, con gran crecimiento tras la Primera Guerra Mundial (de 15 000 a 700 000 afiliados).
Se definía como revolucionaria y defendía la huelga y el boicot hasta proceder a la huelga general revolucionaria.
El Gobierno admitió sus peticiones, promulgándose la Ley del Ejército (1918), así el Ejército volvía a ser el pilar de
la monarquía y del Gobierno frente al problema social.
- La oposición política. Desde febrero las Cortes estaban cerradas por miedo al planteamiento de problemas.
Cambó jefe de la Lliga y de la burguesía política catalana, intervino y ante la formación de Juntas de Defensa,
pidió reabrir las Cortes. Ante la negativa del gobierno, el 5 de julio convocó a parlamentarios catalanes a una
asamblea, en ella se solicitó al gobierno la convocatoria de Cortes Constituyentes y que reconociera la autonomía
de Cataluña. Al tiempo se convocó a todos los parlamentarios españoles a una nueva reunión el 19 de julio, esta
convocatoria conocida como Asamblea de Parlamentarios ratificaron los acuerdos anteriores, firmaron los
catalanistas, republicanos y socialistas. El gobierno declaró inconstitucional la asamblea y el movimiento fue
disuelto.
- El movimiento obrero (UGT, CNT), organizó una huelga general indefinida (13-agosto-1917) contra el régimen y
el deterioro del nivel de vida de los trabajadores, pretendían acabar en una revolución y el fin del régimen. Tuvo
gran seguimiento en Madrid, Barcelona, Asturias, Vizcaya y Zaragoza, en Andalucía solo los trabajadores urbanos.
El gobierno detuvo al comité de huelga y sacó las tropas a las calles. A final de agosto la huelga estaba acabada,
con un saldo de setenta muertos y dos mil detenidos.
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A partir de la crisis de 1917 y hasta 1923 el régimen de la Restauración agonizaba. La inestabilidad política llevó a
gobiernos de concentración que fueron cada vez más inestables e incapaces. La conflictividad social desatada
tras la Primera Guerra Mundial provocó un fuerte crecimiento del sindicalismo y de sus acciones (huelga de la
Canadiense), que junto al triunfo en 1917 de la Revolución bolchevique en Rusia insufló ánimo a las organizaciones
obreras; en este contexto el gobierno concedió la jornada laboral de ocho horas en la industria y creó el Ministerio
de Trabajo.
En Andalucía la agitación social se había mantenido a muy bajos niveles desde 1917, en cuya huelga general
apenas participó el campo. Sin embargo entre 1918 y 1920, se vivió el denominado “trienio bolchevique”, una fase
de actividad revolucionaria, provocada por la situación de miseria de los jornaleros agrícolas, la carestía de la vida
y la influencia de la Revolución rusa. Dirigidos por UGT y CNT hubo huelgas, ocupación de campos, reparto de
tierras y toma de ayuntamientos. Con la declaración del estado de guerra y una fuerte represión se finalizó la
revuelta social en 1920.
Otro problema, fue la cuestión de Marruecos. La Conferencia Internacional de Algeciras (1906), repartió la tutela
de Marruecos entre Francia y España. Hasta 1909 la expansión fue pacífica, la derrota en el barranco del Lobo
llevó a Maura a reclutar reservistas, decisión que desembocó en la Semana Trágica de Barcelona, y que acarrearía
su dimisión.
Tras el parón por la Primera Guerra Mundial, el gobierno decidió completar la ocupación efectiva del territorio
ante la presión francesa. De julio-agosto de 1921 tuvo lugar el desastre de Annual, los españoles dirigidos por el
general Silvestre fueron derrotados por las tropas de Abd-el-Krim.
El desastre de Annual acarreó una serie de consecuencias: políticas, búsqueda de culpables (Expediente
Picasso), salpicando incluso al rey y por tanto al sistema; sociales, la impopularidad de la guerra, favoreció el odio
del pueblo contra el sistema; militares, el descrédito de las Juntas de Defensa que desaparecieron en 1922.
Días antes de que el informe elaborado por la comisión de responsabilidades llegase a las Cortes Primo de Rivera
dio un golpe de Estado por el que se imponía una dictadura militar como solución a los problemas del régimen.
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También contribuyeron a la caída de la dictadura, los intelectuales y el ejército peninsular. Los primeros, se vieron
atacados por la destitución de Unamuno como rector de la Universidad de Salamanca y por la clausura del Ateneo,
desembocando en revueltas universitarias y en el cierre de la Universidad. El ejército peninsular descontento por
el favoritismo hacia los militares africanistas. A ello se unía la FAI (1927) y la crisis de 1929.
Cada vez más aislado políticamente, el 28 enero 1930 Primo de Rivera presenta la dimisión al Rey.
En el final del reinado de Alfonso XIII (1930-1931), el rey decidió restablecer el viejo sistema parlamentario, pero
los dos gobiernos que se sucedieron ni restablecieron la Constitución de 1876 ni convocaron elecciones
generales.
El rey encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer; pero la complicidad del Rey con la dictadura, alentó
el crecimiento republicano, y las fuerzas políticas republicanas firmaron el Pacto de San Sebastián, con un comité
revolucionario al que se unieron PSOE y UGT. Éstas fueron apoyadas por intelectuales y respaldadas por acciones
del ejército (sublevación de Jaca-diciembre 1930).
Tras la dimisión de D. Berenguer, el nuevo gobierno del almirante Aznar convocó elecciones municipales el 12 de
abril. Acudieron en coalición los firmantes del Pacto de San Sebastián, con un resultado favorable que
desencadenó la abdicación del rey y la proclamación de la II República.
Se invirtió en nuevas escuelas e institutos, aumentaron las becas, y crearon las Misiones Pedagógicas para
divulgar la cultura en el ámbito rural (bibliotecas rurales, Museo Circulante del Pueblo, etc.). En la difusión cultural
colaboraron sindicatos de profesores (FETE) y de estudiantes como la UFEH que organizó La Barraca.
- Reforma militar. Con el fin de modernizar el Ejército, se redujo el número. Se derogó la Ley de Jurisdicciones, y
se suprimieron los tribunales de honor, el Consejo Supremo de Guerra y Marina, y la Academia Militar de Zaragoza.
Se creó una fuerza leal, la Guardia de Asalto.
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- Reforma laboral. Dirigida por Largo Caballero, con leyes como Ley de Contratos de Trabajo, Ley de Jurados
Mixtos y Ley de Términos Municipales. Apoyada por la UGT, la CNT prefirió la acción y presión al Gobierno.
- Cuestión autonómica. El 9 de septiembre de 1932 se aprobó el Estatuto de Cataluña con Maciá como presidente;
el vasco, aprobado en noviembre de 1933, fue bloqueado por los gobiernos de centro-derecha.
Las fuerzas políticas y sociales en la oposición, dificultaron el gobierno de Azaña que se enfrentó a:
- La derecha antiliberal que protagonizó el fallido golpe de Estado liderado por Sanjurjo (Sanjurjada- agosto 1932),
el gobierno suspendió periódicos de derechas, altos cargos (Dirección General de la Guardia Civil), disolvió un
tercio de la Guardia Civil, expropió tierras a los que les apoyaron y procesó a Sanjurjo.
- Ofensiva sindical de la CNT con sucesos como los de Casas Viejas (Cádiz).
- La derecha católica que se organizó en torno a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas-
1933), liderada por Gil Robles; los ultra monárquicos fundan Renovación Española, liderada por Calvo Sotelo; José
Antonio Primo de Rivera Falange Española, y el carlismo Comunión Tradicionalista.
- La Iglesia, que inició el cardenal Segura, y se acentuó con la política laicista plasmada en la Constitución.
La crisis del Gobierno de Azaña quedó patente al perder las elecciones municipales (abril-1933). Las dimisiones
en la coalición llevaron a la destitución de Azaña por Lerroux, y convocar elecciones (noviembre-1933). La victoria
de la CEDA y el Partido Radical de Lerroux, dio inicio al Bienio radical-cedista (1933-1936).
10.2. EL GOBIERNO RADICAL CEDISTA (1933-1935). LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS. EL FRENTE POPULAR, LAS
ELECCIONES DE 1936 Y EL NUEVO GOBIERNO.
La II República (1931-1936) proclamada el 14-abril-1931, pasó por un periodo reformista (1931-1933) que llegó a
su fin con las elecciones de noviembre-1933, en las que triunfaron la CEDA y el Partido Radical de Lerroux.
Se inicia el Gobierno radical-cedista (1933-1935), Alcalá-Zamora llamó a Lerroux a formar gobierno, apoyado por
la CEDA. Aplicaron un programa de rectificación legislativa del bienio anterior: paralizaron la reforma agraria y la
militar, y pusieron en destinos claves a militares antiazañistas (Goded, Mola, Franco…); amnistiaron a los golpistas
de la Sanjurjada (Ley de Amnistía), redujeron el presupuesto de educación y devolvieron la enseñanza a la Iglesia;
bloquearon los Estatutos de autonomía, paralizando el vasco y en tensión con la Generalitat, y 1935 presentarían
un proyecto de reforma constitucional que no se llegó a cumplir por los acontecimientos posteriores.
Durante 1934 el país se polarizó entre las derechas y las izquierdas. En la derecha estaba la CEDA de Gil Robles,
los monárquicos de Renovación Española, la derecha republicana y los radicales.
La izquierda republicana se reconstruye tras el fracaso electoral, en torno a Azaña surge Izquierda Republicana,
Martínez Barrio funda Unión Republicana. Pero el movimiento obrero se radicalizó, al PSOE se le unió UGT
preparando una revolución en caso de que la CEDA llegase al gobierno; el PCE comenzó a colaborar con los
socialistas, sumándose los nacionalistas de Esquerra; la CNT quedó al margen.
La revolución de octubre de 1934 (Revolución de Asturias) fue el momento más crítico de la Segunda República.
El programa de rectificación, los enfrentamientos callejeros, la violencia verbal en la prensa y las Cortes, la tensión
entre patronos y trabajadores y la huelga general de campesinos (junio), crearon una situación explosiva.
La CEDA presionaba para entrar en el gobierno, y esa posibilidad desde la izquierda se veía como el triunfo del
fascismo, ya que la CEDA no ocultaba su admiración por la Alemania de Hitler.
El 4 de octubre se formó un nuevo Gobierno con tres miembros de la CEDA. Socialistas y ugetistas lo consideraron
una agresión a la República y cursaron orden de huelga general revolucionaria, adquiriendo carácter de
insurrección popular en Asturias, Cataluña y País Vasco. Lluís Companys proclamó el Estado catalán dentro de la
República federal española, el ejército logró la rendición de la Generalitat y el Gobierno suspendió el Estatuto.
En 12 días acabaron con la insurrección salvo en Asturias, donde se había firmado la Alianza Obrera (socialistas,
anarquistas y comunistas) para socializar los medios de producción. Los obreros consiguieron ocupar toda
Asturias y proclamaron la Revolución Socialista de los Consejos Obreros. El Gobierno recurrió a legionarios
dirigidos por Franco, que sofocaron la insurrección con más de mil muertos en los combates y represaliados
posteriores por toda España.
La segunda etapa del Gobierno radical-cedista (1934-1935), estuvo marcada por los sucesos de octubre-1934.
El débil Gobierno estuvo en crisis permanente. La CEDA se fue debilitando; y a su derecha surgió la coalición
antirrepublicana del Bloque Nacional de Calvo Sotelo que aspiraba a contar con el apoyo del Ejército, en el que
nació la Unión Militar Española que también aspiraban acabar con la República.
La crisis definitiva llegó en octubre-1935 con el escándalo del straperlo y asunto Nombela, Lerroux dimitió
sustituido por Portela Valladares, convocando elecciones para febrero-1936.
En enero de 1936 se firmó el pacto de constitución del Frente Popular, integraba a republicanos, socialistas,
nacionalistas, comunistas y el POUM. Su programa incluía: amnistía para los insurrectos de 1934, deponer a los
despedidos por causas políticas, reforma del Tribunal de Garantías Constitucionales, continuación de la reforma
agraria, educativa y social, y sujeción del Banco de España al interés público.
El Frente Popular consiguió la mayoría absoluta en las elecciones de febrero de 1936, el nuevo gobierno puso en
marcha el programa anunciado: decretó una amplia amnistía; restableció el Estatuto y el Parlamento catalán,
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iniciando los de Euskadi y Galicia; se reanudó la reforma agraria. Azaña envió a los generales más sospechosos a
puestos alejados de Madrid.
Las nuevas Cortes destituyeron a Alcalá-Zamora como presidente, sustituido por Azaña, y como jefe de Gobierno
nombraron a Casares Quiroga ante la negativa del grupo socialista de que fuese Indalecio Prieto.
Surgieron diferencias internas, los socialistas no participaron en el Gobierno, CNT y UGT se lanzaron a una
ofensiva (ocupación de tierras); y la derecha conspiraba contra el Gobierno, Mola, apoyado por el carlismo en
Navarra, se erigió en director de la conspiración. El deterioro del orden público crecía, se incrementó el terrorismo,
las huelgas aumentaban y los parlamentarios se amenazaban.
El golpe militar se precipitó a raíz del asesinato el 12 de julio del guardia de asalto José Castillo, en respuesta de
madrugada fue asesinado Calvo Sotelo. El doble crimen sirvió como argumento para justificar la sublevación
militar, el 17 de julio de 1936 la guarnición de Melilla se sublevó y declaró el estado de guerra.
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Francia alentó la adhesión al Gobierno republicano, pero sin pronunciamiento oficial para no levantar las iras
británicas y el miedo a provocar a Alemania; limitándose a cerrar las fronteras para que no entrase armamento.
Las razones que dio Estados Unidos para mantenerse neutral, fueron no alentar el “comunismo europeo”.
Oficialmente alentó la no intervención y la prohibición de venta de armas, sin embargo grandes empresas
estadounidenses (Ford, General Motos o TEXACO) abastecieron al bando franquista.
Intelectuales y artistas se involucraron y acudieron a España, como Hemingway, G. Bernanos y Robert Capa.
10.4 FASES MILITARES DE LA GUERRA CIVIL. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA EN LAS DOS ZONAS.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA GUERRA. LOS COSTES HUMANOS.
La guerra civil (1936-1939) se inició con la sublevación del general Yagüe en Melilla el 17 de julio. Desde el 20 de
julio el país quedó dividido en dos zonas enfrentadas: zona sublevada o franquista y zona republicana.
La guerra se desarrolló en cuatro fases:
- Primera fase: Guerra de columnas y lucha por Madrid (julio 1936-marzo 1937). Madrid fue el principal
objetivo sublevado, pero las columnas de Mola fueron frenadas al Norte del Sistema Central por
milicianos; Franco y Yagüe plantearon la entrada desde el Sur, apoyados por Hitler y Mussolini cruzan el
estrecho y avanzan por Extremadura. Toman Badajoz, Talavera y Toledo, liberando el Alcázar. En el Norte
toman Irún, y S. Sebastián se rindió. En noviembre intentan un ataque frontal a Madrid. El Gobierno se
traslada a Valencia, y la resistencia fue dirigida por una Junta de Defensa. El rechazo republicano, llevó a
Franco a realizar dos maniobras envolventes sobre Madrid, la batalla del Jarama y de Guadalajara con
sendos fracasos; aunque se hicieron con Málaga.
- Segunda Fase: Campaña norte (abril 1937-noviembre 1937). Franco cambió de estrategia atacando el
norte. Caen Vizcaya, Bilbao, Santander y Asturias. Teniendo lugar el Bombardeo de Guernica (26 abril)
por la Legión Cóndor alemana. El ejército republicano emprendió ofensivas para frenar el avance, sin
resultados decisivos, a pesar de las victorias en las batallas de Brunete (julio 1937) y de Belchite (agosto
1937). La caída del norte reforzó a los rebeldes, haciéndose con recursos mineros e industriales.
- Tercera fase: De la ofensiva de Teruel a la Batalla del Ebro (diciembre 1937-noviembre 1938) Se inicia
con el breve éxito republicano, la batalla de Teruel. Franco desplaza la guerra al frente aragonés para
alcanzar el Mediterráneo y dividir la zona republicana, llegan a Vinaroz y ocupan Castellón. Los
republicanos lanzan una ofensiva, las tropas populares cruzan el Ebro, comenzando la batalla del Ebro la
más larga (julio-noviembre 1938) y sangrienta (100 000 muertos), que destrozó a las tropas republicanas.
- Cuarta fase: Toma de Cataluña - Fin de la Guerra (diciembre 1938-abril 1939) Entre diciembre y enero se
desarrolló la campaña para conquistar Cataluña, en febrero cayó Barcelona. Negrín pretendió alargar la
guerra esperando que el estallido de la guerra mundial trajera el apoyo aliado; pero anarquistas y
socialistas moderados (Besteiro) pretendían un final negociado, provocando la sublevación del coronel
Casado contra el Gobierno. El triunfo de los Casadistas, llevó al Consejo Nacional de Defensa a iniciar
negociaciones de paz, rechazadas por Franco e imponiendo la rendición incondicional.
La evolución política en el bando republicano se inició con la dimisión del gobierno de Casares Quiroga, siguieron
los de Martínez Barrio y José Giral. En septiembre 1936 es nombrado Largo Caballero, se aprobó el Estatuto de
Autonomía de Euskadi, y en noviembre el Gobierno se traslada a Valencia.
En mayo 1937 Negrín formó un nuevo Gobierno, que trasladó a Barcelona. A pesar de la caída del frente Norte y
las derrotas de 1938, Negrín pide resistir provocando conflictos internos que desembocaron en el golpe de Estado
liderado por Casado y Besteiro (marzo 1939). La caída de Barcelona y Madrid provocó el hundimiento republicano.
Económicamente comenzó controlando las zonas industriales y las principales ciudades. En los primeros meses
nacionalizaron industrias (CAMPSA) y compañías ferroviarias, controlaron bancos, y colectivizaron empresas y
tierras. Se financió emitiendo deuda pública y depositó en Moscú las reservas de oro del Banco de España.
La evolución política en el bando franquista, estuvo marcada por la muerte de Sanjurjo, y liderazgo de Franco. Se
crea la Junta de Defensa Nacional (Burgos). Franco es nombrado Generalísimo y Jefe de Estado. Se disuelve la
Junta de Defensa Nacional, y Franco crea la Junta Técnica del Estado. Recibe el apoyo de la Iglesia, se convierte
en Caudillo. En abril de 1937 decretó la unión de falangistas y carlistas en FET de las JONS.
Formó el primer Gobierno (enero 1938), Franco como presidente y Jefe del Estado, asumía el poder del Ejército,
Partido, Gobierno y Administración. Elaboraron una legislación reaccionaria: Fuero del Trabajo, magistraturas de
trabajo y sindicatos verticales; y promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas (febrero 1939).
Económicamente, disponían de la mayor parte de las tierras de cultivo. El control de la producción fue estricto,
contando con la colaboración de propietarios, la banca y los grandes financieros. Anularon las actuaciones del
IRA. La financiación vino de la ayuda de los regímenes fascistas de Alemania e Italia.
La Guerra Civil tuvo un balance trágico para España, con una serie de consecuencias:
• Económicas. La ganadería se redujo un 60%, la producción agrícola bajó un 25%, la inflación multiplicó
por diez los precios, la producción industrial no se recuperó hasta 1950. Fuerte endeudamiento del
Estado, por los créditos proporcionados a Franco durante la guerra, y falta de reservas financieras del
Banco de España.
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• Sociales. La sociedad quedó marcada, y la represión y persecución posterior de los vencedores y el clima
de revancha de los vencidos poco favorecía la reconciliación entre las dos Españas.
• Costes humanos. Hubo unos 500.000 muertos, 50.000 ejecutados al acabar la guerra, y unos 500.000
exiliados (Francia, México y Argentina). Se produjo un descenso del índice de natalidad y aumento de la
mortalidad, junto a un retroceso en la población urbana, debido al desmantelamiento de la industria y
servicios.
• Otras consecuencias: culturales (pérdida de patrimonio y exilio), políticas (dictadura y aislamiento
internacional).
11.1 LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA. GRUPOS IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES. ETAPAS DE LA
DICTADURA Y PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE CADA UNA DE ELLAS. EL CONTEXTO INTERNACIONAL: DEL
AISLAMIENTO AL RECONOCIMIENTO EXTERIOR.
Acabada la guerra, se estableció un sistema político, basado en una dictadura personal: el franquismo. En sus
casi cuatro décadas (1939-1975), experimentó grandes cambios a lo largo de tres etapas:
1. El triunfo y asentamiento del régimen (1939-1957). Etapa de exilio y represión (Ley de Responsabilidades
Políticas 1939). Con el fin de la II Guerra Mundial se inició un aislamiento, junto a una autarquía económica.
2. El desarrollismo económico (1959-1973). Se consolidó el Estado franquista y se suavizó la represión; en
política exterior se continuó la apertura exterior, que favoreció el crecimiento económico (el
desarrollismo).
3. La crisis final (1973-1975). Etapa de inestabilidad del régimen (división interna del mismo), a nivel
internacional era un régimen caduco, y en el ámbito económico la crisis internacional de 1973 inició una
recesión económica.
El franquismo, concentraba en Franco la potestad e iniciativa legislativa, rodeándose de ministros de su confianza,
sin Parlamento representativo ni Constitución. Franco, personificaba la soberanía nacional y reunía todos los
poderes: Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Jefe de las FF.AA. y Jefe de FET de las JONS (Movimiento Nacional).
Al régimen hay que unir unos componentes ideológicos: Tradicionalismo (“La unidad de la Patria” se justificaba
en raíces históricas, exaltando los valores de la Reconquista, Reyes Católicos, Imperio); Nacionalsindicalismo,
Nacionalcatolicismo, Nacionalpatriotismo (califica la autonomía de las regiones como antiespañola) y Militarismo.
El régimen prohibió los partidos políticos, salvo Falange, pero colaboraron grupos ideológicos (que desarrollan
los componentes ideológicos del franquismo). Estos grupos son denominados “familias políticas”, eran:
- El Ejército (Militarismo). Columna vertebral y base del régimen. Se sirvió de él para garantizar el orden, con
numerosa presencia en las Cortes y Consejo de Ministros. Algunos exigirían el restablecimiento monárquico.
- La Falange (Nacionalsindicalismo). En los primeros años ocupan los puestos más relevantes con líderes como
Serrano Suñer, Girón de Velasco. Con la derrota fascista en la Segunda Guerra Mundial perdieron protagonismo.
Aportó principios ideológicos: anticomunismo, antiparlamentarismo y antiliberalismo, y rasgos fascistas
(símbolos, saludos y uniformes). Adoctrinó con: Sección Femenina, Frente de Juventudes y la Organización
Juvenil Española.
- Los católicos (Nacionalcatolicismo). La Iglesia, como legitimadora del régimen, dominó la vida social. Controló
la educación, con competencias en la censura y presencia en los medios de comunicación.
Presentes en tareas de Estado con la Asociación Nacional de Propagandistas (ACNP) y el Opus Dei. Al finalizar la
Guerra Mundial nacen organizaciones críticas (HOAC, JOC), y el Concilio Vaticano II marcó la separación del
régimen.
- Los monárquicos: carlistas y juanistas, los primeros integrados en FET de las JONS, y los segundos que
aspiraban al restablecimiento de la monarquía en Don Juan de Borbón (Manifiesto de Lausana 1945).
Los tres primeros grupos (Falange, Iglesia, y Ejército) constituyeron los pilares del régimen.
Los apoyos sociales el régimen los encontró en: la oligarquía terrateniente y financiera, las clases medias de las
pequeñas y medianas ciudades, grandes empresarios y campesinado católico.
Para legitimar el régimen, junto al Fuero del Trabajo (1938), se promulgaron otras Leyes Fundamentales:
- Ley Constitutiva de las Cortes (1942). Asamblea consultiva, que representaban a sindicatos, familias y
municipios.
- Fuero de los Españoles (1945). Derechos y deberes concedidos por el dictador.
- Ley del Referéndum Nacional (1945). Recogía la posibilidad de consulta por referéndum.
- Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947). Se declaraba a España como reino, el cargo de dictador
vitalicio y con derecho a nombrar a su sucesor.
- Se completarían con la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) y Ley Orgánica del Estado (1967).
La evolución política del régimen (1939-1959), marcada por la política internacional, pasó del aislamiento al
reconocimiento exterior. Comenzó con los Gobiernos azules (1939-1945), en los que Serrano Suñer, ministro de
Gobernación y Exteriores, diseñó un Estado fascista (1938-1942) junto a falangistas, militares, y miembros de
ACNP. Con el inicio de la II Guerra Mundial España se declaró neutral; no beligerante, celebrando encuentros con
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Hitler en Hendaya y con Mussolini en Bordighera, cooperando con la División Azul; volviendo a la neutralidad en
1942.
En la etapa del Gobierno autárquico (1945-1951), tendrán mayor influencia los políticos católicos (Acción
Católica); los falangistas mantenían el Ministerio de Trabajo y Justicia (Girón de Velasco) y el control sindical.
Tenían que gestionar la autarquía económica y el aislamiento internacional, ya que desde 1945 España quedó
aislada y la ONU condenó el régimen en 1946, iniciándose un bloqueo internacional.
En el Gobierno “bisagra” (1951-1957) destaca Carrero Blanco como ministro de Presidencia. En el exterior con el
desarrollo de la Guerra Fría, el “antisovietismo” de Franco dio sus frutos: Francia reabrió su frontera y junto a
Reino Unido firmó acuerdos comerciales. Los acuerdos con Estados Unidos (1953) inician el reconocimiento
internacional del régimen: Concordato con la Santa Sede (1953), ingreso en la ONU (1955). Comenzó el
crecimiento económico unido al fin del aislamiento, pero en 1957 el Estado estaba al borde de la bancarrota,
Franco formó un Gobierno de tecnócratas, que pondría en marcha el Plan de Estabilización (1959).
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El tránsito a una economía industrial y de servicios provocó: aumento de las clases medias, disminución de los
jornaleros agrarios y aumento de los obreros industriales y de servicios.
Irrumpió el consumismo (vivienda, automóviles, electrodomésticos), y nuevas aficiones para el ocio: deporte,
radio, televisión, etc. La sanidad mejoró con la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963); la educación era un
objetivo prioritario, aumentó la escolarización, y en 1970 se promulgó la Ley General de Educación; mientras la
Iglesia se transformaba y el papel de la mujer varió y se incorporó al trabajo.
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En noviembre de 1975 muere Franco, dando fin a una larga dictadura personal, dejando un país en el inicio de una
crisis económica y expectante ante la actuación del nuevo Jefe de Estado, Juan Carlos de Borbón.
12.1. LA TRANSICIÓN: ALTERNATIVAS POLÍTICAS TRAS LA MUERTE DE FRANCO. EL PAPEL DEL REY Y EL
GOBIERNO DE ADOLFO SUÁREZ. EL RESTABLECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA: LAS ELECCIONES DE JUNIO DE
1977. LA CONSTITUCIÓN DE 1978. EL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS. EL TERRORISMO DURANTE LA
TRANSICIÓN.
La transición comenzó con la muerte de Franco el 20-noviembre-1975 y la proclamación de Juan Carlos I como
rey y Jefe de Estado (22 noviembre); finalizando en octubre-1982, con la victoria electoral del PSOE.
A la muerte del dictador se daban tres alternativas políticas: la continuidad del régimen franquista con alguna
modificación superficial, defendida por el bunker; la reforma política a partir de las leyes e instituciones del
franquismo, propuesta por los aperturistas y que sería la que se impusiera; y la ruptura democrática, acabando
con el régimen dictatorial de forma inmediata, vía defendida por la oposición democrática.
El papel del rey fue fundamental durante la transición, el 22 de noviembre asumió la jefatura del Estado, jurando
los Principios del Movimiento Nacional y las Leyes Fundamentales del régimen, pero dejando entrever en su
discurso de proclamación, su voluntad democrática.
Decidió mantener a Carlos Arias Navarro como presidente del Gobierno. Gobierno que formaba junto a ministros
representantes del franquismo inmovilista, militares, y reformistas como José Mª Areilza, Alfonso Osorio y Manuel
Fraga, con Torcuato Fernández Miranda como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino.
El enfrentamiento entre reformistas y Arias Navarro, la agitación social, represión del gobierno (sucesos de Vitoria
marzo 1976) y la incapacidad de Arias Navarro para impulsar la reforma política; llevó a que éste presionado por
el rey dimitiera en julio-1976.
El rey nombró como presidente a Adolfo Suárez, tenía un perfil falangista, experiencia de Estado y actitud
reformista. Suárez inicia contactos con Felipe González, Santiago Carrillo y con CCOO; provocando la dimisión
del vicepresidente el ultraconservador general De Santiago, dando entrada al general Gutiérrez Mellado.
El 15-diciembre-1976, se da el paso definitivo hacia la democracia, se aprueba en referéndum la Ley de Reforma
Política, ideada por Fernández Miranda; establecía el bicameralismo y el sufragio universal.
El camino hacia la cita electoral (15 junio 1977) fue difícil. En 1977 hubo un recrudecimiento del terrorismo, tanto
de extrema derecha (matanza de los abogados laboralistas de Atocha), como de ETA y GRAPO (atentados y
secuestros a miembros de las Fuerzas Armadas y del aparato del Estado, como el secuestro del presidente del
Consejo de Estado).
A pesar del obstáculo terrorista en febrero se aprueba la ley sobre el derecho de asociación política. El 9 de abril
de 1977, Suárez legaliza el PCE por decreto ley, provocando la reacción negativa del ejército (dimisión ministro
Marina).
Las elecciones generales celebradas el 15 de junio de 1977, consiguieron el restablecimiento de la democracia.
Dieron el triunfo (en minoría) a la UCD de Adolfo Suárez, siendo la principal fuerza política de la oposición el PSOE.
Ante los resultados favorables de los nacionalistas, en septiembre de 1977 fue reinstaurada la Generalitat en
Cataluña, con Josep Tarradellas como presidente; y se aprueba un régimen preautonómico para el País Vasco,
que en contra de lo que esperaba el gobierno, no consiguió acabar con las actuaciones de ETA, que se
incrementaron como medida de fuerza al gobierno.
Entre septiembre de 1977 y octubre de 1978 el Gobierno creó trece preautonomías, produciendo cierto
descontento en sectores del ejército, creándose el Ministerio de Defensa para desactivar la extrema derecha
militar, que protagonizaría la “Operación Galaxia” intentona golpista en noviembre de 1978.
Las Cortes inician la elaboración de la nueva Constitución, en manos de una ponencia de siete miembros. Se
debatió en las Cortes de mayo a octubre, siendo aprobada en referéndum el 6 de diciembre de 1978, y
promulgada el 29.
Recoge los principios de: soberanía nacional, monarquía parlamentaria como forma de Estado, la unidad de
España compatible con la pluralidad nacional. Establece al rey como Jefe de Estado, teniendo el mando supremo
de las FF.AA. División de poderes: el legislativo en dos cámaras (Congreso y Senado) elegidas por sufragio
universal, el ejecutivo reside en el Gobierno, y el judicial corresponde a los juzgados y tribunales, coordinados
por el Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional. Con una declaración de derechos y libertades muy avanzados,
y define un Estado no confesional. Distingue entre nacionalidades y regiones; con dos vías para crear
comunidades autónomas: vía rápida (art. 151) para las nacionalidades históricas (utilizado por Andalucía), y vía
lenta (art. 143).
Ya aprobada la Constitución de 1978, se disolvieron las Cortes y se convocaron nuevas elecciones (marzo 1979),
ganadas por la UCD, que volvió a gobernar en minoría.
En esta segunda legislatura se desarrolló el Estado de las Autonomías, creándose el Ministerio de Administración
Territorial. Entre 1979 y 1983 se crearon diecisiete comunidades autónomas. En octubre de 1979 se aprobaron
los Estatutos de Cataluña y Euskadi, éste último más complejo por la oposición del PNV a la Constitución y
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pretensiones independentistas de la izquierda nacional; Galicia en diciembre 1980, Andalucía en febrero de 1980
y octubre 1981; las otras trece celebraron sus primeras elecciones en mayo de 1983. Ceuta y Melilla se
conformaron en Ciudades Autónomas en 1995. Para gestionar y armonizar las mismas se promulgaron la LOFCA
(1980) y la LOAPA (1982).
12.2 LAS ETAPAS POLÍTICAS DE LA DEMOCRACIA. LOS GOBIERNOS DE LA UCD. EL GOLPE DE ESTADO DE 23
DE FEBRERO DE 1981. LA ALTERNANCIA POLÍTICA: GOBIERNOS SOCIALISTAS Y GOBIERNOS DEL PARTIDO
POPULAR.
Las primeras elecciones generales de la democracia (15-junio- 1977) dieron el triunfo, a la UCD de Adolfo Suárez.
Los gobiernos de la UCD (1977-1982), en minoría, afrontaron la nueva etapa democrática en un clima de crisis
económica, conflictividad social y violencia (terroristas, sectores del ejército, ultras de izquierda y de derecha).
En octubre de 1977 acometieron medidas de calado social y económico, como la Ley de Amnistía; y la firma de
los Pactos de la Moncloa, acuerdos entre Gobierno, empresariado, partidos y sindicatos; para reducir la inflación,
acometer la reforma fiscal, de la Seguridad Social y de la empresa pública.
Aprobada la Constitución de 1978 y con la victoria de UCD (marzo 1979), comenzó la segunda legislatura. Suárez
se enfrentaría a las divergencias en la UCD, la segunda crisis del petróleo, el terrorismo, y el acoso del PSOE.
Suárez dimitió (enero 1981), su sucesor Leopoldo Calvo Sotelo sufrió en su investidura la intentona golpista del
23F, dirigida por Tejero, Milans del Bosch, junto al general Armada; la falta de apoyos y la postura del rey
frustraron la operación. El Gobierno de Calvo Sotelo aprobó la Ley del Divorcio, relanzó el proceso autonómico y
se ingresó en la OTAN. La descomposición de la UCD, llevó a disolver las Cortes y convocar elecciones generales
en octubre 1982.
Los gobiernos del PSOE (1982-1996). Las elecciones del 28-octubre-1982, dieron el triunfo al PSOE por mayoría
absoluta. Ganarían cuatro elecciones consecutivas (1982, 1986, 1989 y 1993) con Felipe González como
presidente.
Con la mayoría parlamentaria acometió una política de modernización de España en distintos ámbitos:
- Social. Ampliando el Estado de bienestar (Ley General de Sanidad, pensiones “no contributivas”), implantando
un nuevo sistema educativo (LOGSE) que ampliaba hasta los 16 años la enseñanza obligatoria, mejoras laborales
(jornadas 40 horas semanales y vacaciones de 30 días), y reconocimiento de nuevos derechos (objeción de
conciencia y servicio social sustitutorio, y despenalización parcial del aborto).
- Económico. Aplicó una política de reajustes (1982-85) para atajar la crisis y preparar la entrada en la CEE.
Emprendió la reconversión industrial, la restructuración bancaria, el control salarial y reforma fiscal, pero no frenó
la subida del paro. El resultado le enfrentó a los trabajadores, acabando en la huelga general el 14-diciembre-
1988.
- Seguridad. Potenció la lucha contra el golpismo (Ejército quedó como cuerpo profesional) y el terrorismo de la
extrema derecha y sobre todo contra ETA. Para frenar el terrorismo etarra, combinó distintas medidas:
cooperación de Francia, políticas de reinserción ya iniciada por UCD, frente político contra el terrorismo (Pacto
de Madrid-1987, Pacto de Ajuria Enea-1988 tras el atentado al Hipercor de Barcelona-1987) y la negociación
directa (conversaciones de Argel 1989). Esta política se vio ensombrecida por la aparición del GAL.
- Política exterior. España firmó, el Tratado de Adhesión a la CEE (12-junio-1985). Se celebró el referéndum sobre
la permanencia de España en la OTAN. El 7 de febrero de 1992 se firmó el Tratado de Maastricht, nacía la UE,
estableciéndose un programa de convergencia económica que el PSOE no logró cumplir.
Los casos de corrupción; escándalos como el GAL, Juan Guerra o Luis Roldán, deterioraron la imagen del partido.
La victoria en minoría de 1993, le obligaría a pactar con los nacionalistas y al adelanto electoral en 1996.
Los gobiernos del PP (1996-2000). En las dos legislaturas (marzo-1996 en minoría y 1996 con mayoría absoluta)
José María Aznar estuvo al frente del Gobierno, su política destacó en los ámbitos:
- Económico. Inició una política económica neoliberal: disminuyó el gasto público, privatizaron empresas
(Telefónica, CAMPSA, Argentaria) para aumentar ingresos y reducir la deuda pública; y se intensificó la
concentración bancaria (BSCH, BBVA). Como consecuencia España cumplió las condiciones de Maastricht,
siendo uno de los once países fundadores de la Unión Económica y Monetaria Europea (zona euro).
- Política antiterrorista. ETA incrementó su actividad (secuestro Ortega Lara 1996, asesinato Miguel Ángel Blanco
1997). En 1998 se firmó el Pacto de Estella; ETA anunció una tregua, rota en noviembre 1999. En la segunda
legislatura aumentó la lucha antiterrorista, firmó con el PSOE un Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo.
- Política exterior. España se integró en la estructura militar de la OTAN (1999). En la segunda legislatura la política
exterior estaría marcada por la invasión de Irak, en la que España aportaría tropas en la ocupación. Los atentados
del 11M por islamistas radicales a tres días de las elecciones de 2004 pusieron fin a los gobiernos de Aznar.
La victoria en minoría, inició la vuelta del PSOE con J. L. Rodríguez Zapatero (2004-2008). Su primera legislatura
se inició con la salida de las tropas de Irak, presentó ante la ONU la Alianza de las Civilizaciones, se revisó el
Estatuto de Cataluña y se promulgaron medidas de carácter social (Ley Contra la Violencia de Género, Ley de
Dependencia o la Ley de Matrimonio Homosexual). La segunda legislatura (2008-2011) también en minoría,
estaría marcada por la crisis financiera y mundial de 2008, con una política de austeridad y recorte público dirigida
desde la UE.
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El triunfo del PP en 2011 con Rajoy (2011-2015) al frente, aplicaría la política económica de la UE, mientras se
enfrentaba a la corrupción política y al independentismo catalán. Durante su mandato Juan Carlos I abdicaría en
su hijo, siendo proclamado rey con el nombre de Felipe VI.
Para España el logro del Plan de Convergencia parecía factible inicialmente, pero el escenario cambió con el fin
del boom económico de los 80 y la crisis en España como consecuencia de los acontecimientos de 1992. Pero la
crisis fue tan aguda como corta en el tiempo, los signos de crecimiento ya se observaban en 1994.
En 1999 España cumplió los objetivos del Plan de Convergencia, siendo uno de los once países fundadores de la
Unión Económica y Monetaria Europea (zona euro).
En el Consejo Europeo reunido en diciembre de 1995 en Madrid, había dado nombre definitivo a la nueva moneda
única europea: EURO. Moneda que entró en circulación el 1 de enero de 2002 en la eurozona.
Otros tratados europeos que han marcado la ampliación y la reforma de la Unión Europea:
- Ámsterdam (1997), había revisado los resultados de Maastricht avanzando en sus objetivos.
-Niza (2000), reformó el Tratado de Ámsterdam aceptando el concepto de Europa de dos velocidades y
aprobando reformas estructurales, que se estancaron con el auge de los países euroescépticos.
Según Maastricht, la unión económica sería el preámbulo de una mayor integridad política, elaborándose el
proyecto de Constitución Europea (2003) aceptado por España y paralizado por el rechazo de Francia y Holanda.
-Lisboa (2007), pretendió una visión reducida de la Constitución; ante el rechazo de Irlanda quedó en suspenso
a la espera de nuevas iniciativas.
La integración de España en Europa, acarreó importantes consecuencias:
• Económicas. El PIB se ha duplicado entre 1985 y 2013. Al tiempo se ha recortado la distancia entre los
demás miembros de la UE y España (ingresó con un 72% de la media y en 2014 tenía un 91%, tras haber
alcanzado en 2007 antes de la crisis el 103%). El comercio exterior ha multiplicado por 7 el valor de sus
importaciones. Destaca el desarrollo de la agricultura que se ha beneficiado de la PAC.
• Sociales. Beneficiándose de los Fondos de Cohesión (FEDER, FEOGA, IFOP, FSE), que actuando en
distintos sectores han ayudado al desarrollo y modernización de la sociedad española.Colaboración
frente al terrorismo, con la creación de un espacio europeo de seguridad y justicia. El ámbito científico
se ha visto respaldado por las ayudas a la investigación (Horizonte 2020).
• Modernización de las infraestructuras. Las inversiones de la UE en España han sido fundamentales para
el desarrollo del país. Han costeado infraestructuras viarias (carreteras y autopistas, red de ferrocarriles,
etc.), educativas, rurales, etc. Las inversiones de la UE fueron de más de 300.000 millones entre 1986 y
2013.
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