El Lactante y Su Madre Psicoanalisis y Teoría Del Apego
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Maximiliano E. Korstanje
Universidad de Palermo
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Maximiliano Korstanje
En este sentido, el autor explica y describe lo que a nuestro juicio ha sido una de las
mejores explicaciones sobre la teoría del apego tal y como fue pensada por John
Bowlby; en efecto, Levobici no sólo conoce a la perfección los detalles históricos por
los cuales Bowlby (y cierto grupo de psicoanalistas) se desprende de la teoría freudiana
para formar una clase de nuevo paradigma conductual que más tarde no tardaría en
llamarse la tesis de la base segura; sino que además menciona con exactitud meticulosa
las diferentes causas que llevaron a Bolwby a distanciarse del psicoanálisis.
En este caso puntual, Levobici, critica a Bowlby haber estado demasiado preocupado
por lo que observaba y no por la causalidad que esa observación representaba. De
hecho, en uno de sus párrafos el autor escribe “finalmente, lo que impresiona en las
revisiones meta psicológicas propuestas, así como en la negativa de tomar en cuenta
los hechos etológicos y las observaciones de la evolución del niño, es la ausencia de
una lectura de Freud que tenga en consideración el punto de vista energético y
económico. Quedan olvidados los afectos, las investiduras y las contra investiduras”
(ibid: 85).
No obstante, por lo demás, Lebovici desarrolla en las secciones siguientes (por medio
de las descripciones en los diferentes experimentos que fueron llevados en niños y
lactantes), como las diferentes reacciones de los lactantes con respecto al vínculo
materno repercute en sus sentidos, ya sean olfato, audición, visión, y gusto entre otros.
En otras palabras, cada acto del lactante se encuentra no sólo condicionado por un
ambiente específico en donde éste se desarrolla sino también por la interacción con la
que cree su madre. El nivel de erudición de Levobici en cuanto a los diferentes
experimentos llevados cabo en la materia, dentro y fuera de Francia, impresiona.
En uno de sus pasajes, el autor sostiene “en pie de igualdad con las demás
características de la vida psicológica, los afectos del bebé demuestran experimentar un
desarrollo y una maduración. Evolucionan hacia la diferenciación, hacia la aparición
de sentimientos cada vez más matizados y sutiles. Al comienzo, en verdad, parece que el
bebé no conociera más que los afectos de alto contraste, fluctuantes entre dos polos: el
placer y la resolución de las tensiones uno de ellos, y la tensón y la aflicción el otro.
Para entonces, la expresión afectiva culminante está representada por los llantos y los
gritos”. (ibid: 185)
En la última parte de su trabajo, Lebovici se esmera por describir desde una perspectiva
psicoanalítica como un método de contribución a la observación (quizás uno de los
puntos que más se le cuestionan al psicoanálisis como disciplina) de la madre y el niño.
En este sentido, el autor escribe “la clínica de la interacción es, por consiguiente, una
evaluación de lo que se organiza en las transacciones, del camino que lleva de la
acción al pensamiento, de lo convivido, lo coafectivo a lo copensado.” (ibid: 235)
En este sentido, los hijos pueden tomar varias tipologías: a) hijo fantasmático en el
deseo de maternidad, que es cuando el hijo forma parte funcional del aparato psíquico
materno y se constituye en vocero del super-yo; b) El hijo imaginario, obedece a la
segunda tipología expresando la unión entre el progenitor y la madre por medio de la
represión secundaria post-edípica. En tercer lugar, c) el hijo identificado primariamente
con su madre, es propiamente el hijo en sus interacciones fantasmáticas, es decir sin una
propia imagen de sí; d) hijo de la realidad, es el tipo más común cuando exhibe sus
pretensiones por encima de las de su madre. El ejemplo más claro es la brecha entre el
hijo nacido y el idealizado durante el embarazo. Por último, e) el hijo inserto en el
sistema familiar, es cuando el niño genera por sí el equilibrio o desequilibrio dentro del
seno o unidad familiar.
En resumidas cuentas, hemos intentado reseñar lo más fielmente posible los alcances y
limitaciones ya sean teóricos como metodológicos del libro de referencia. Creemos por
lo pronto, Levobici intenta crear un puente entre la teoría del apego y el psicoanálisis
aun cuando finalmente éste se derrumba, también consideramos como uno de los
intentos más dignos de tal hazaña. En forma anecdótica, la unión entre ambas teorías no
tiene en cuenta que:
Referencia
Levobici, Serge. (1988). El Lactante, su madre y el psicoanalista: las interacciones
precoces. Buenos Aires, Amorrortu Editores.