El Libro Blanco - Edición GFU - Venezuela 2011 PDF
El Libro Blanco - Edición GFU - Venezuela 2011 PDF
El Libro Blanco - Edición GFU - Venezuela 2011 PDF
ISBN 978-980-7143-16-5
Depósito Legal: If83820111003689
© Copyright por la
Gran Fraternidad Universal
(Fundación Dr. Serge Raynaud de la Ferrière)
I. La Nueva Era......................................5
II. Citas del Maestro Kut-Humi............15
III. Declaraciones del Maha-Chohan.....19
IV. Eliphas Levy....................................27
V. Apolonio de Tiana...........................35
VI. Cuando.............................................39
VII. Mahatma Gandhi.............................41
VIII. Anotaciones de un Sincero
Buscador de la Luz..........................43
IX. Pensamientos...................................65
X. La Gran Obra..................................87
I
LA NUEVA ERA
5
de todas las conciencias. Esta es la Misión
que actúa como vehículo público de la Au-
gusta GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL,
institución milenaria, tan antigua como lo es
el mundo, pero que actúa públicamente en las
épocas positivas, permaneciendo oculta du-
rante las negativas.
6
nuestras conductas para distribuir más equi-
tativamente la substancia abundante de la
vida y de la tierra.
7
el ejemplo del nuevo hombre que ya se gesta
en el seno de la humanidad, estimulando a
quienes encuentran a su paso a realizar en
sí mismos el símbolo que ellos van vivien-
do. La Aghartha ha reconocido ya la pre-
sencia sobre la tierra del Enviado Especial,
del Instructor Mundial; el Avatar, como le
llaman los hindúes, el Gran Educador o Di-
dacta Universal, quien viene como Divina
Emanación; el Maitreya, según los budis-
tas; en fin el Supremo Regente, el Maestre.
8
de fanatismo que limita la profundidad de
su visión, dando lugar a obscuridades que
impiden el paso a la luz y a concepciones
filosóficas. El Arte, perdido en un caos de
ideas, debe recuperar el sentido que lleva en
su esencia, dar el mensaje que penetre a lo
más profundo del Ser para identificarse con
el universo. Las Religiones, ramas despren-
didas de la Única Religión, tiene que volver
al tronco, reconociendo su unidad esencial,
estudiándose unas y otras para ver que en el
fondo las diferencias aparentes no eran sino
el ropaje externo con el que cada uno cobija-
ba el mismo contenido.
9
La GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL,
cumpliendo plenamente con todos los preceptos
legales, está jurídicamente registrada en va-
rios países de los cinco continentes. Al ser re-
conocida su constructiva labor realizadora de
los más nobles ideales humanos, fue inscrita
en el Registro de la UNESCO, en su Sección
III, C. 3, en Paris, el 15 de septiembre de
1954.
10
por la Gran Fraternidad Universal para lograr
que lleguemos a realizar plenamente nuestro
papel de existir sobre la tierra.
11
esperamos su colaboración, tal es: que uni-
fiquemos nuestros esfuerzos, coordinándolos
con el Centro, con el Eje Directriz Milenario
del Destino Espiritual del Planeta, la Augusta
GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL.
12
GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL
Fundación Dr. Serge Raynaud de la Ferrière
Consejo Supremo
Apartado Postal 3987
Caracas, 1010-A,
Distrito Federal - Venezuela
Email: granfraternidaduniversal.org
Teléfonos: 0058-212-8600280 / 8630906
13
II
CITAS DEL MAESTRO KUT-HUMI
15
Cada uno y todos vienen y obran a través
de la Gran Fraternidad Blanca Universal y
su Consejo Director: la Aghartha. Hasta los
Avatares trabajan por este vehículo para las
Fuerzas Superiores del Universo. Y poco nos
importa saber cómo llamamos el Dhamma o
Iniciación Espiritual, esotéricamente hablan-
do. Exotéricamente, apenas si se ha oído ha-
blar de tales valores espirituales trascenden-
tales. No puede existir más que una Diksha
bajo todas las latitudes geográficas, porque
es una síntesis de las dinámicas espiritua-
les, dependiendo solamente de los paralelos
morales o grado de la consciencia despierta,
exclusivamente. Esto no debería seducir en
modo alguno a los sustentadores y promoto-
res ortodoxias en pleno florecimiento y no
conviene tampoco a los Maestros cerrados
dentro de ellos mismos o a los llamados Di-
rectores del mundo, porque mientras ellos se
atribuyen ideales de orden y de justicia, de
paz y de amor, obran de una manera diaria-
mente opuesta a los objetivos que enorgulle-
cen a esos espantosos demonios y dictadores
totalitarios.
16
Una seria apreciación de los aspectos más
profundos de la Filosofía Búdica nos reve-
la, además, que el transcurso del perfeccio-
namiento de un individuo no es un asunto
simple. Echemos una ojeada inquisidora so-
bre las Paramitas (virtudes o perfecciones)
y las Sangyojanas (trabas o limitaciones) y
veremos cuán profundamente nuestro siste-
ma moral está arraigado en el mecanismo de
Fuerzas Vitales.
PARAMITAS
Don de limosnas. Rectitud.
Rechazo de las ilusiones y pasiones.
Sagacidad.
Esfuerzos nobles. Indulgencia.
Sinceridad y lealtad.
Resolución, caridad y serenidad.
SANGYOJANAS
Ilusión de sí mismo por metafísicas e hipo-
cresías.
Dudas y miedo. Dependencias de ritos y
fantasías.
Sensualismo, odio, materialismo.
Deseo de vida paradisiaca y metafísica
apasionada.
Orgullo, Rigidez y Egocentrismo.
Ignorancia.
17
18
III
DECLARACIONES DEL
MAHA-CHOHAN
19
¿Querrían también triturar la conciencia hu-
mana como trituran los átomos para hacer
artificialmente explosiones catastróficas con
el sólo propósito de satisfacer su pasión de
autoridad, de destrucción y su complejo de
superioridad?
20
Meditad en Karuna y preparaos a actuar de
acuerdo con el AVATAR de la Nueva Era y
poned a un lado los problemas que enturbian
y las ilusiones que engañan. Concentraos en
el pensamiento de entrar en la Nueva Era y
participad en los esfuerzos que marcan el
BUDDHA-GAMA2 de este gran aconteci-
miento de la Historia.
21
y GENEROSO de la Dinámica Espiritual de
la NUEVA ERA, para beneficio del mundo
y para responder a las necesidades de la hu-
manidad.
22
quedan menos de 20 millones de hombres
bajo las armas, lo que cuesta más de diez mil
millones de dólares anualmente y que según
parece es una necesidad absoluta para calmar
la conciencia de las naciones soberanas mo-
dernas. ¡Una de las potencias gastó en años
anteriores cerca de 14 mil millones de dóla-
res para mejorar su armamento! Y otra con-
fesaba en 19473 un gasto de 12 mil millones.
Estos enormes costos de la independencia y
del orgullo nacional deberían de tener mejor
aplicación a condición de que los pueblos
fueran más propensos a respetarse mutua-
mente y a obrar conforme a los ideales reli-
giosos o sociales de que se jactan.
23
de la SANGHA pagan un terrible tributo de
vidas, de destrucciones nocivas y fuerzas eco-
nómicas para asegurar su orgullo y sus prejui-
cios y para tener el derecho de llamarse: sobe-
rano, absoluto, libre y salvado, mientras que,
en realidad, ahondan sus desgarradores pro-
blemas y aceleran su propia ruina. Sufren las
consecuencias de su propio criterio erróneo,
de sus mentiras, y su única esperanza de éxito
reposa sobre nuevas guerras, luchas civiles y
odio internacional. ¿Son éstos los beneficios
de la civilización occidental?
24
permite disponer del coeficiente mental y de
la intuición por deducción abstracta y apre-
ciación no analítica.
25
las posibilidades de los SKANDAS que se
encuentran en toda condición de vida.
26
IV
ELIPHAS LEVY
27
Los ELEGIDOS son los que osan: ¡Ay de los
tímidos!
28
Cuando caigan los últimos ídolos, cuando se
rompan las últimas cadenas materiales de las
conciencias, cuando los últimos matadores
de profetas y cuando los últimos amordaza-
dores del VERBO, sean confundidos, vendrá
el reino del Espíritu Santo.
Porque Tú eres:
La Realeza: Principio del Padre.
La Regla: Principio del Hijo.
La Fuerza: Principio del Espíritu Santo en:
29
Principios creadores del Cielo,
del hombre y de la tierra
(3 mundos).
Los Aeones
Manifestaciones de la
Voluntad Divina
(Aelohim)
Porque Tú eres:
La Realeza. En la eternidad de mi intuición.
El Equilibrio.
Y la Fuerza.
30
II.- ADAPTACIÓN A LA VERDAD.
(Imagen del Padre en el mundo Intelectual)
Porque Tú eres:
El Principio.
El Equilibrio. En la Unidad de mi Razón.
Y la Regla.
31
III.- ADAPTACIÓN AL SUFRIMIENTO.
(Principio paternal de Redención en el
mundo material)
Porque eres:
El Purificador. En el Cielo de mis existencias.
El Equilibrante.
Y el Redentor.
32
IV.- ADAPTACIÓN CABALÍSTICA.
¡Oh Iod Creador que estás en Ain-Soph!
Que Kether, Tu Verbo, sea santificado.
Que Tiphereth, Esplendor de tu Reino, emane
sus rayos.
Que IEVE, tu Ley cíclica, reine en Malkhut,
como reina en Kether.
Da cada día a Neschamah la Iluminación de
una de las 50 puertas de Binah.
Opón la misericordia infinita de Hezed a las
cortezas que he creado en mi Imaginación
cuando, negando uno de los 32 Caminos de
Hochmah, emanó el rigor de Rouah hacia mis
hermanos.
Preserva a Neschamah de las atracciones de
Nephesh y líbranos de Nahash.
Porque eres:
Resch, el Principio (EL) YOD En
Tiphereth, el Esplendor los
Creador MEM Aelohim
Iesod, la Matriz
33
34
V
APOLONIO DE TIANA
35
Por lo que respecta a la Ciencia Divina, los
discípulos estaban obligados antiguamente
a la regla del silencio, porque oían en ellos
mismos cosas divinas indecibles, sobre las
cuales les hubiera sido difícil de guardar si-
lencio, si no hubiesen anteriormente aprendi-
do que era justamente este silencio el que les
habla así interiormente.
36
parece más envidiable que la suya: aterrori-
zan a los tiranos en vez de ser sus esclavos;
los dioses los bendicen más por sus pequeñas
ofrendas que a los que derraman ante ellos la
sangre de los toros. Si son puros, le enseño
la manera de conocer el porvenir y lleno sus
ojos de tanta claridad, que pueden conocer
los dioses, los héroes y hasta esos seres invi-
sibles que toman a veces formas humanas…
37
38
VI
CUANDO
39
Junto a todos los seres
Y en todos los lugares
Como en tu propia casa,
Podrás decir entonces:
¡Yo soy la Unidad,
Yo soy parte del Todo
Y el Todo está en mí!
¡Yo soy, ahora: un HOMBRE!
40
VII
MAHATMA GANDHI
42
VIII
ANOTACIONES DE UN
SINCERO BUSCADOR DE LA LUZ
MEDITACIONES
43
antes de odiaros”… entonces, ninguna amar-
gura. Los hombres tienen poder en relación
al apego de las cosas de la tierra, pero son
importantes ante la serenidad interior. El
Espíritu-Luz no puede de ningún modo de-
jarse devorar por las tinieblas.
44
arrojan de este mundo de sueños. Bendita
sea la pesadilla que nos despierta a la verda-
dera vida eterna: la del Espíritu. Mi cuerpo
se subleva bajo el yugo, se encabrita, resopla,
pero no importa; quiera o no quiera debe so-
meterse; es demasiado ignorante y demasia-
do provisional para pretender ser escuchado;
que muera antes que consiga desbocarse y
arriesgue la preciosa existencia del jinete (el
espíritu). Que se destruya el vehículo antes
de poner la Vida Inteligente en peligro. No
cabe pensar en sacrificar lo Eterno a lo tran-
sitorio.
45
pequeñez. Librado de la “ilusión de la iden-
tificación”, el jinete vuelve a encontrar la ale-
gría de la libertad, de la independencia de la
fuerza libre llena de Conciencia; entonces los
mequetrefes y los “perrillos” que ladran a su
paso no le hacen volver más la cabeza, ni los
otros caballos le interesan más. A veces los
otros jinetes pasan sin que él los mire. Nin-
gún orgullo, ninguna afectación, su mirada
está fascinada por el esplendor tan profundo
del azul que le domina. Sondea tan profun-
damente que ni siquiera siente su nerviosa
cabalgadura, afinada por la ruda disciplina a
que la ha sometido.
46
apega a la materia se reduce a polvo con
ella. Una civilización de hierro viejo, de di-
nero, de finanzas, de intereses personales,
de ambiciones egoístas, de dominación, de
violencia; no es más que un teatro, una ca-
ricatura, un desorden disolvente. Cuando la
astucia y la intriga triunfan sobre la Virtud,
la Conciencia y la Generosidad, entonces
el espíritu hastiado abandona el cuerpo a su
decadencia y vuelve al limo informe y fecun-
do para nuevas experiencias.
47
renovada como el árbol en su nueva corteza.
Después de haberse recluido en su capullo, la
oruga inválida se ha metamorfoseado en una
espléndida mariposa ebria de Sol.
48
pará a la cosecha que ellos han sembrado: el
obrero es digno de su salario.
49
orgullo y a su ambición reinar en este mun-
do. “Ya tiene su recompensa”. Que se co-
bren cómodamente y despojen al inocente.
Se sienten fuertes en manada como los lobos
y se embriagan con sus propios alaridos, sus
copiosos banquetes, su confort, su seguridad
social tapizada de garantías, de contratos, de
documentos legalizados; sólidamente soste-
nidos por registros, por apoyos, por aproba-
ciones, por consagraciones administrativas,
conforme a la regla de buenas costumbres
de la “gente bien”, enriquecida y respetable-
mente clasificada en una sociedad sólidamen-
te cimentada; ¿toda esta fuerza jerárquica no
los acredita como los mejores representantes
de una civilización bien ordena?
50
los que no se inclinan ante la justicia de los
hombres! Desechados, desterrados, expulsa-
dos, servilizados, aplastados; JESUCRISTO
FUE TAMBIEN UNO DE ELLOS. Él no
se ha sustraído a la Ley de los hombres; ha
tolerado; su ejemplo sublime traspasa la sa-
biduría humana.
51
el harapiento que tiembla de frío o de fiebre.
En África del Norte – “¡ah – ah! ¿Ha veni-
do usted a cazar leones?”, dijo humorística-
mente un respetable comisario de policía que
sacrificaba todos sus bienes para intentar vi-
vir independiente sobre una tierra pantanosa,
vendida demasiado cara por un hábil grupo
de negociantes que otorgaban a una tierra in-
culta el seductivo título de “lote”. Robo há-
bil de estado contra el cual el infeliz no es
más que un carnero para producir lana y para
derramar su sangre cuando el interés de los
industriales declara que la patria está en pe-
ligro; estafa sancionada por leyes decretadas
por los detentadores del poder. Los más fuer-
tes y los más hábiles se imponen al gobier-
no y presiden a la constitución de las leyes
evidentemente erigidas para consolidar sus
privilegios en contra de los “fuera de casta”
y de los “parias”. El derecho del más fuerte
es la base esencial de la Sociedad, pero los
corazones puros así como los pajarillos, las
cigarras, los grillos y las mariposas, cantan
eternamente la gloria de la vida, de los cielos
y del Creador.
52
La ambición y los crímenes de los hombres
pasan, sus cuerpos desaparecen y nadie se
acuerda de ellos; ni los pájaros ni el cielo;
pero el Sol brilla eternamente.
53
puesto a todo para obtener una distinción,
una gratificación, un título de superioridad,
se preocupa hasta la tortura en disfrazar su
baja animalidad bajo una ostentosa distin-
ción. Se adorna como una cortesana, se pinta
el rostro como un enfermo lívido.
54
que los amontonamientos de mercancía se
deterioran y se pierden. Erizando las fronte-
ras con redes finas y apretadas y pareciendo
ignorar las transacciones provistas de sellos
oficiales y gubernamentales que encubren la
gran industria, la Banca, las altas finanzas.
Funcionarios pequeños, miserables, servi-
les, mezquinos, hambrientos, como peones
ignaros, y altos funcionarios, amos absolu-
tos, árbitros temibles que controlan el alto
tráfico. Hombres de paja bien protegidos,
invulnerables; gran publicidad de depuración
agrandando los fraudes y hurtos minúsculos;
espectaculares llamamientos al sacrificio, al
trabajo, a la abnegación, al patriotismo. Cada
uno saciándose en todos los pesebres. Gran-
des traiciones encubiertas con la armadura de
la virtud y de la incorruptibilidad. Los fuer-
tes, los poderosos, los que han proclamado
su honor y su abnegación, casi su puritanis-
mo, en nombre de una ley todopoderosa y sin
recurso, acaban de despojar las ruinas y los
harapos que se adhieren a las débiles garras
de los pequeños y de los obscuros; el reba-
ño pretende conservar aún un poco de lana
pero afortunadamente la ley es fuerte y bien
55
servida: no se deja ablandar… Además, la
culpa es de la mala época que atravesamos y
no de nuestros abnegados representantes en
el poder… después de una guerra tan terrible,
podría ser peor...
56
no os preocupéis por el mañana…?”
57
¡Vuestro propio desorden va a purificaros y
a triturar vuestra vanidad! Gritaréis una vez
más ¡INJUSTICIA! Pero oiréis el eco en vo-
sotros mismos: ¡JUSTICIA! Mientras más
gritéis más os oiréis.
58
Eterna, trae la fuerza de “Arriba”, es el trans-
mutador de los Sublime; humaniza lo divino
y diviniza al hombre. Los hombres crean ca-
pillas, sectas, partidos, ostracismos, patrias,
fanatismos, barreras, fronteras. Él, el Hijo
del Hombre anuncia: “Sois todos Hermanos,
la Vida es UNA. Amaos los unos a los otros;
no declarar impura ninguna de las cosas que
ha creado Dios”:
59
considerados como los huracanes, el granizo
y la nieve precipitándose sobre las rocas, sin
otros resultados que el pulir los ángulos y el de
redondear los contornos. Estos son los bene-
ficios de la persecución: afinarnos y pulirnos.
60
que aman a todos los seres sin distinción de
rango, de credo o de raza y que consideran
toda la creación como un magnífico jardín de
variadas flores que contribuyen por sí solas a
la armoniosa belleza del conjunto. La Sabi-
duría está en aquellos que tienen la dicha de
amar y gozar plenamente, de no tener deseos
ni codicia, sujeciones ni odio, envidia ni arre-
pentimiento del pasado ni vanas esperanzas
en el futuro. En los que se deleitan en la con-
templación de las maravillas de la creación,
fuera de las obras sacrílegas de los hombres.
61
iremos de decepción en decepción… y per-
sistimos, a pesar de todo, en desear lo estable
en el dominio de lo inestable. En cuanto cree-
mos haber llegado a la paz o a la alegría, nos
vemos frustrado inexorablemente del fruto de
nuestros penosos esfuerzos. Llega la vejez
y la hora de la muerte y entonces nos damos
cuenta que toda nuestra vana existencia de
agitación y de pesares no ha sido más que un
engaño; hemos corrido tras vanos espejismos
que no existían más que en nuestra propia
mente; nuestro pensamiento nos ha forjado
un mundo artificial, inexistente, en el que con
necia presunción hemos querido tener un pa-
pel preponderante con plenitud y serenidad.
62
Somos pobres, débiles, nulos; el menor ac-
cidente o la más leve enfermedad puede qui-
tarnos la vida; sin embargo, persistimos en
perseguir objetivos de alcance lejano en un
futuro problemático, cuando el menor inci-
dente, en un mismo día, destruye nuestros
planes mejor urdidos. ¡Miseria de nuestra
mezquina e insignificante potencia! “Buscad
primeramente el reino de Dios y todo lo de-
más os será dado por añadidura”. Nos cuesta
el admitir esta gracia que nos enseña el Cris-
to; sin embargo, todo aquello que nos parece
tan importante aquí abajo, ¿no es de hecho
nulo cuando se considera el Universo Ilimi-
tado?
63
64
IX
PENSAMIENTOS
65
opone, combate… Las horas, las semanas,
los meses, los años pasan inexorablemente;
el orador inflamado se ha agotado en duelos
verbosos; sus planes geniales, tan precisos,
completos, netos, tan largamente edifica-
dos, rectificados, reajustados, perfecciona-
dos, se han transformado para adaptarlos a
nuevas condiciones, nuevos medios, nuevos
tiempos. Acontecimientos imprevistos han
revuelto las concepciones que ha sido nece-
sario revisar. Oportunidades han surgido,
pero el hombre las ha juzgado demasiado
arriesgadas; ha retrocedido atemorizado, ha
discutido, ha solicitado consejos de vanos
habladores, ha escuchado las opiniones más
diversas y su ímpetu se ha dispersado, se ha
diluido, ha divergido. La duda y el escep-
ticismo le han insidiosamente intoxicado, la
razón ha matado a la intuición. Se ha creído
más fuerte que la Vía interior que le aconse-
jaba tan providencialmente durante sus largas
y solitarias meditaciones de antaño.
66
¡…No! Este hombre es de otra categoría;
ha caído en el abismo y yace en el fondo…
contempla y comprende lo sublime de las al-
turas a las que había llegado; no puede más
arrastrarse entre las miasmas del abismo; sus
pulmones han probado el aire del espacio y
quieren una alimentación más pura. ¡No! Va
a levantarse y a huir de este sombrío valle
frecuentado por seres impuros, va a volver a
emprender la penosa, árida y espinosa ascen-
sión. Allá abajo, su cuerpo puede gozar de
todos los placeres, saciarse, satisfacer todos
sus deseos de voluptuosidad, de placeres, de
concupiscencias; amigos, mujeres, parientes,
hogar confortable, comodidades sociales;
está fuertemente tentado a quedarse, a vivir
como todos sus semejantes; pero sus ojos es-
tán fascinados por el cielo, cuya mancha azul
aparece muy reducida desde el fondo de su
abismo. ¡Demasiado reducida!
67
ser más penoso, más arduo que la primera
vez, el entusiasmo y la alegría no irradian tan
ardientemente de su cara. Esta serio, tranqui-
lo, ponderado, sosegado, sobrio de manifes-
taciones exteriores, menos impulsivo, pero su
mirada, casi fija, expresa una profunda deter-
minación, una experiencia de conciencia ma-
dura. No se entretiene más, como la primera
vez, en mirar las flores, las mariposas, los in-
sectos, los animales juguetones perseguirse,
no ve tanto el semblante inocente, superficial,
divertido, de la naturaleza. Las penas y las
traiciones han despertado en él la facultad de
profundizar. Por todas partes ve la sombría y
mortífera lucha de este mundo donde el cuer-
po no conoce más que sus necesidades y sus
apetitos; es la lucha del más fuerte, es la des-
trucción del débil; el hombre abate el bosque
para aprovechar lo más posible… ¡Nuestros
descendientes se las arreglarán…!
68
muchedumbre esclava dejando la servidumbre
del trabajo vano de una falsa civilización para
precipitarse frenéticamente a los placeres fáci-
les: el círculo infernal de un embrutecimiento
a otro.
69
Vuelve a tener contacto con la tierra de don-
de vuelve a empezar a sentir brotar la vida,
una fuerza inmóvil, una reserva de vida don-
de su sangre (el agua) asegura la circulación
ininterrumpida, con el aire, por medio de sus
pulmones: la vegetación agreste. El ardiente
fuego solar derrama sus inagotables fuerzas
de vida sobre la tierra hormigueante de seres.
Su pensamiento penetra y atraviesa las capas
de la Tierra tan espesas o tan delgadas como
puedan ser, para contemplar la bola de mate-
ria en fusión…
70
de la existencia artificial y adulterada, donde
los hombres se corrompen y se contaminan
en vasos cerrados, faltos de aire puro y de es-
pacio. Les incita a gozar plenamente de la
existencia libre de los seres simples y buenos
como los pajarillos que no cesan de cantar en
cuanto escapan del cautiverio. Les describe
los rostros marchitos, cansados y tristes de
los que troncan su independencia por un ilu-
sorio confort. Las luces de las ciudades son
acechanzas para aturdidas mariposas y des-
precio de los hombres sensatos.
Anteriormente se sobrecargó con pesado
equipaje; uno a uno abandona hoy cada obje-
to al que se sentía tan sujeto antes. Se aligera
hasta de sus vestidos, se siente más vigoroso
y más resistente a las intemperies. La horri-
ble grasa que le entorpecía ha hecho plaza a
músculos firmes y flexibles; sus formas se
han afinado; la fatiga no detiene más su mar-
cha como en sus primeros esfuerzos; ha de-
jado hasta la preocupación de su comida; se
acomoda a lo que el azar le aporta, se divierte
hasta de lo imprevisto en todas las materias.
Duerme ya en una majada, ya en una gruta,
ya en una cabaña, ya en una casa confortable.
71
Ha vuelto a recordar antiguos refranes, canta-
res de los más olvidados; canta a la gloria de
la creación, de las criaturas y del Creador. A
veces su voz llega a tal pureza de modulación
que le hace conmoverse y sentir las lágrimas
correr por sus curtidas mejillas.
72
Esta vez ha llegado a las nieves de las cimas;
a simple vista este nuevo mundo le parece
sin vida: nada de comida, agua helada, frío
mortal… Sin embargo, tiempo ha que evo-
lucionaba ya por las alturas y no se encuentra
tan sorprendido; el silencio es solemne, sólo
percibe el suave roce de sus pasos hundién-
dose en la pura y blanca virginidad. Se detie-
ne un instante impresionado por la majestad
y la potencia que reinan en estas soledades.
Ahora no oye más que el sordo zumbido
del torrente que ya no puede ver por estar
su lecho profundamente encajonado en la
roca, como si la montaña estuviera cortada.
A lo lejos una minúscula cascada que debe
ser gigantesca; en lo alto, aunque le parezca
imposible que ningún otro ser haya llegado a
mayor altitud que la suya, un cóndor, que se
tomaría por una golondrina, planea por los ai-
res y reposa inmóvil sobre sus alas. Nieblas
o nubes que no consigue distinguir, asedian
y rodean picos sombríos y blancas cimas…
73
es un extranjero, no es un turista, ni siquiera
es un viajero; Él, el incesante nómada, es de
aquí, de la Naturaleza, de lo Aislado, de lo
Inmenso, de lo Ilimitado; se siente aclimata-
do, adaptado, montañizado… Ya no se deja
engañar por la aparente hostilidad de los ele-
mentos. Ha llegado PURO al Gran Templo.
Puede afrontar lo inmenso, se ha despojado
de todas las pequeñeces; como el carnero
deja lana por los zarzales por donde pasa, así
las penas, las aflicciones, los sufrimientos,
las laboriosas ascensiones, han arrancado la
impureza que antes tenía.
74
bajo el espeso mar de nubes; la atmósfera es
de tal sutilidad que parece inexistente. El frío
debe ser muy rudo pero no lo siente, su estó-
mago debe estar vacío; pero no siente hambre
de alimentación material. El cielo, de un azul
indecible, tan sereno, tan apacible, alimenta
su alma de un inmenso deseo de absoluto, de
una volición mística de plenitud y de aniqui-
lamiento, de completa liberación; de paz. Sus
brazos se abren como alas… La pura y blanca
nieve acoge y conserva el leve cuerpo de la
crisálida de donde salió la mariposa, como un
testimonio de la existencia de un alma pre-
destinada que ha llegado a despojarse de sus
errores y de sus ilusiones.
75
que están por encima de ellos. ¿Logran a
veces lo que quieren? ¿De verdad? Ellos, al
menos lo creen…
76
pretendidas calamidades y la constatación
hecha con frecuencia de que “los mejores se
van”, ¿no son acaso indicios de que la Tierra
se hace cada vez más inhospitalaria para la
evolución de las almas de élite?
77
camino: amigos, almas caritativas, buenos
consejeros, simpatías, pero cuántos sem-
blantes falsos. ¡Dios mío! ¡Cuántas veces
su alma cándida, ingenua, inocente, humilde,
consciente de su bajeza y de su iniquidad,
cuántas veces ha creído encontrar almas su-
periores, caritativas, compasivas, maternales,
fraternales…! ¡Cuántas veces ha mirado al
mundo a través de sus ojos límpidos, claros,
transparentes! ¡Cuántas veces ha juzgado a
su prójimo como a un “semejante” suyo: tan
honesto, tan profundo, tan comunicativo y
tan generoso como él! ¡Cuántas veces hasta
se ha creído indigno de las buenas palabras
que le prodigaban personas de aspecto tan su-
perior! ¡Cuántas veces, entonces, se ha con-
fesado rebajado, humillado, exagerando sus
faltas, sus debilidades, sus pecados, sus man-
chas; cuántas veces se ha confiado completa-
mente, llevándole su celo hasta acusarse de
falsedad en su ardiente deseo de purificación!
¡Pobre alma extraviada! Violento de palabra,
algunos le acusaban de odio, de violencia y
de maldad, porque se erizaba exteriormente
contra la espantosa injusticia de los hombres,
gritándoles injurias contra su falsedad y su
78
hipocresía; parecía un erizo, un oso o un ele-
fante: algo terrible de apariencia…
79
Mientras trabajen contra el organismo en el
cual están alojados, están condenados al ani-
quilamiento; pero si trabajan por la edifica-
ción del edificio común, entonces viven el
pleno y único sentido de la vida.
80
Por fin, ha conseguido comprender que sobre
esta Tierra no hay sitio para los sentimientos
puros, íntegros, precisamente espirituales,
algo de tierra se mezcla siempre en ello, por
eso ha renunciado a los compromisos y a los
amores de este mundo. ¡Ah! Pero esto no le
ha sido fácil con su aguda sensibilidad, su co-
razón expansivo y afectuoso, su alma emoti-
va que anhelaba amigos y amigas, tenía la in-
formulada esperanza de encontrar una joven
de gustos nómadas, sana, fresca y sencilla,
que fuera su compañera eterna de viaje; otra
mitad de su alma cuya unión le completaría,
le acabaría, le equilibraría, le reintegraría al
Plano Superior, le restituiría a su Unidad ini-
cial y comprende que es esto lo que necesita:
encontrar su otra mitad. Sobre esta Tierra
no hay más que “medios seres” que, antes de
crucificarse en la encarnación, estaban en-
teros y que no pueden pretender librarse de
este mundo de sufrimientos, hasta después de
haber reconstruido su antigua integridad. El
cuerpo es la prueba visible de nuestro error,
de nuestra ignorancia y de nuestro extravío…
81
porque nuestro Real Ser no es compatible
con él; mientras amemos las sensaciones so-
mos prisioneros de una vida carnal; el cuerpo
es la prueba de nuestros errores; es el castigo
de nuestras faltas.
82
El hombre está constituido por un cuerpo
físico, por un cuerpo de luz astral y por un
alma (triuna). Antes de la caída, como lo re-
cuerda la Biblia, como Pitágoras y Platón lo
han repetido, Adán no necesitaba su cuerpo
físico; el de la luz astral le bastaba para el
cumplimiento de su misión, porque este cuer-
po corresponde a la región cósmica donde se
elaboran todas las formas, donde se efectúan
todas las TRANSFORMACIONES esencia-
les de las individualidades terrestres, donde
reinan las fuerzas de disociación encargadas
de separar el bien del mal, el Ser del no ser y
de todo lo que niega al Ser.
83
CONSECUENCIAS
84
Pero con la ayuda de la Redención Providen-
cial (la gracia) esta doble muerte, este fraca-
so del hombre puede ser rehabilitado, si él
hace el esfuerzo necesario por la Ciencia y
la Conciencia. De esta manera reconstituirá
un cuerpo de luz astral capaz de liberarse de
la disociación y aun cuando el cuerpo físico
haya sido destruido, su individualidad estará
salvada por él mismo y en el mismo estado
en que fue formado el Hombre Universal.
Entonces el aguijón de la muerte estará ven-
cido.
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86
X
LA GRAN OBRA
LA FE PARA VENCER
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la misma vía, sin dejarme desanimar ni des-
viar por los obstáculos, los pesares, las oposi-
ciones o los retrasos. Estoy seguro de vencer
porque mis ideas no son egoístamente perso-
nales; ellas reflejan la ley vital de evolución
universal, que quiere que cada célula concu-
rra, colabore, intercambie, se ayude, con la
Unidad que es el TODO.
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Eco Divino que no puede resonar más que en
el silencio y en la inactividad de los sentidos
animales.
89
Tú no busques compañía ruidosa, descon-
fía de los que ríen perpetuamente, ellos son
cambiables a todos los rumores, a todos los
vientos, a todos los movimientos y a todas las
mareas de la vida; ellos van como náufragos
a la deriva y el ruido que hacen es el de los
esqueletos cuando sopla el viento. Huye de
ellos, son estériles y cuídate, no te arrastren
a su nada.
90
espalda para arrojarse sobre ti. Hazle siempre
frente, cualquiera que sea la violencia y la
fuerza y hasta la invencibilidad con que se
pueden disimular; no son más que impostores
que sólo tienen las apariencias del mundo en
que viven. Toma tu fuerza en el mundo in-
mutable donde ninguna forma limitada y efí-
mera puede luchar ni subsistir, de la misma
manera que las tinieblas no pueden resistir la
luz.
91
Sé el rayo de luz divino, sé el servidor de
Dios, cumple la voluntad de tu Padre y toda
aquella multitud que te parecía una fuerza in-
vencible, se mostrará con su verdadera y frá-
gil cara de “micro-organismo” insignificante
frente al Absoluto, el TODO y el Infinito.
92
se complace en la carne porque permanece
ignorante y separada de la verdadera Indivi-
dualidad.
93
de mortal y fatal veneno que nos priva de la
felicidad eterna e imperturbable.
94
El que se ha despertado deseoso de llegar
a la verdadera vida, el que ve claramente la
vía de progresión, no se puede sentir a gus-
to entre bulliciosos habladores pendientes de
atraer sobre ellos la atención de sus contem-
poráneos. ¡Cada uno en su puesto!
95
a hacer un aumento maravilloso del “yo” en
un estado que evoca el éxtasis y la beatitud.
Es el entusiasmo de un alma que se ha evadi-
do, que resplandece, que vibra y que se iden-
tifica con la Vida Universal.
96
No digas más que palabras de progresos,
de bien, de rectitud, de belleza, verdad y
perfección; de lo irreprochable, del ideal y
de la incorruptibilidad; de la integridad, de
la Justicia, de la firmeza y de la voluntad,
inflexiblemente enfocadas a la objetividad, a
la concretización y a la Realización. Que tu
palabra, conducta, escritos, pensamientos y
aun tú mismo, en lo más recóndito de tu con-
ciencia individual, sean como la expresión
visible de lo Divino.
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DEL MISMO AUTOR
Dr. Serge Raynaud de la Ferrière
98
Serie de “Los Propósitos Psicológicos”
99
XX. Ocultismo.
XXI. Brujería.
XXII. La Magia.
XXIII. Las Sociedades Secretas.
XXIV. La Francmasonería.
XXV. Los Gnósticos.
XXVI. Los Esenios.
XXVII. Los Zoroastrianos.
XXVIII.Los Sufíes.
XXIX. Los Espiritualistas del Islam.
XXX. La Sabiduría de Mahoma.
XXXI. Los Templarios.
XXXII. Santo Graal.
XXXIII. Místicos y Humanistas.
XXXIV. Los Cultos Primitivos.
XXXV. El Chamanismo.
XXXVI. El Pensamiento Chino.
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Gran Fraternidad Universal
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Teléfonos: 0058.212.8600280
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