Ficha 22 de Tercero

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IEP “JOHN F.

KENNEDY” TERCERO 22

TEMA: Damos testimonio de ser discípulos y misioneros de Jesús

1.

APRENDIZAJE ESPERADO

¿Qué hacemos nosotros como Iglesia? ¿De qué manera imitamos a Jesús?
¿Cuál crees que es nuestra misión dentro y fuera de la Iglesia?
¿Solo la Jerarquía de la Iglesia tienen el deber de anunciar a Cristo?
¿Cómo crees que la Iglesia cumple su misión evangelizadora?
¿Qué nombre reciben las personas que pertenecen a la Iglesia y que no son
parte de la Jerarquía?

Cuando la persona llega a conocer a cristo , el amor a el le conduce a comprometerse a darlo a


conocer a los demás, y con la guía y fortaleza del espíritu santo busca, según sus propias
capacidades y a la luz del evangelio, transformar la realidad en la que esta inmersa dando
testimonio de ser verdadero discípulo de Cristo.

Mt.16, 24-28 ¿Cuáles son las exigencias dadas por Jesús para ser sus discípulos?
¿Cuál es la principal característica del disipulo?
Jn. 15,1-11
IEP “JOHN F. KENNEDY” TERCERO 22

El testimonio de ser discípulos y misioneros de Jesús

¿Qué quiere decir "laico"? 


Esta palabra viene del idioma griego, y significa "el que pertenece al pueblo". Este era el significado en el mundo
griego, aún fuera de la Iglesia. El que pertenece al pueblo en un sentido específico: No tiene ningún cargo. No es
autoridad, alcalde, concejal, policía, oficial, juez y no tiene ninguna otra función. Nosotros diríamos: "es base". Así en
el pueblo griego se llamaban laicos todos los adultos que tenían derecho de ciudadanía, menos las autoridades. Y
como la Iglesia ha formado sus estructuras en el mundo griego, cuando buscaban una palabra para todos los
cristianos que no eran sacerdotes, diáconos y obispos, los llamaban también "laicos". Recordemos lo que quiere
decir esto: Los que pertenecen al pueblo con todos los derechos, porque son mayores de edad, son ciudadanos.
Ahora bien, si entendemos a la Iglesia como el Pueblo de Dios, nosotros, los laicos, tenemos en ella todos los
derechos. Somos mayores de edad, somos de primera categoría.

LA MISIÓN DE LOS LAICOS:

El Concilio presentó la inserción de los laicos en las realidades temporales y terrenas.  "Los laicos tienen como
vocación propia el buscar el Reino de Dios, ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios" (LG
30).Ellos son los protagonistas principales y directos de la transformación del mundo, desde los valores del
Evangelio. Su compromiso es:

La promoción de la dignidad de la persona- La defensa de la vida humana- La construcción de una sociedad más justa
y solidaria - La evangelización de la cultura.

Concluimos que todo laico debe trabajar primeramente en el campo propio de su actividad evangelizadora que es el
mundo de la política, economía, cultura, etc. y simultáneamente, dar su servicio en alguna área de las tareas de la
Iglesia, buscando vivir plenamente su identidad laical.

LOS CARISMAS DE LOS LAICOS:

Los carismas son múltiples gracias del Espíritu Santo que como dice San Pablo, distribuye a cada uno sus dones según
su voluntad, y derrama en el Pueblo de Dios una gran riqueza de gracias mediante la oración, la contemplación y la
acción. También los laicos son beneficiarios de estos carismas, con lo que los hace aptos y prontos para ejercer las
diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia. La gran mayoría de
los dones son comunes, con los cuales los fieles servimos a la Iglesia día tras día.

DISCÍPULOS Y MISIONEROS: UN ÚNICO LLAMADO

El discípulo es la persona que ha sido llamada a seguir a su maestro, Jesús. Es la persona que viene detrás del
maestro para aprender. Por tanto, es la persona que escucha, que observa los gestos y las acciones de su maestro
para encarnarlas y manifestarlas en su propia vida. Es en consecuencia, una persona humilde que reconoce que no lo
tiene todo, que no lo sabe todo y que no lo puede todo. Es la persona sencilla que va en busca de la verdad, de algo
distinto que le da sentido y plenitud a su propia vida. Es la persona dispuesta a aprender y a “dejarse hacer”. El
discípulo, como María, escucha la Palabra y la guarda en el corazón, la medita, la hace parte de sí misma. El discípulo
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conoce y vive la Palabra, preguntándose continuamente ¿qué haría Jesús en mí lugar? No se limita solo a conocer
sobre Dios, la vida, los demás, etc.; sino que encarna y vive los auténticos valores del Evangelio.

RASGOS CARACTERÍSTICOS DEL DISCÍPULO MISIONERO:


El discípulo misionero tiene como referencia y modelo a Jesús, está llamado a colaborar con el proyecto de Dios para
que “todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. Podríamos decir que:

§  El misionero es un discípulo de Cristo: ha tenido un encuentro vivo, personal con Jesús resucitado y vive
cotidianamente en unión con Él en la oración y los sacramentos, principalmente la Eucaristía y la Reconciliación.
Porque “no se puede anunciar a quien no se conoce”.

§  Es un contemplativo: que transmite no sólo conceptos y doctrinas, sino su experiencia personal de Jesucristo y de los
valores de su Reino.  Por ello, el misionero vive profundamente en comunión con Jesucristo, sabe encontrar en
medio de la acción, momentos de “desierto” donde se encuentra con Cristo y se deja llevar por su Espíritu.

§  Es dócil al Espíritu Santo: se deja inundar por el Espíritu Santo para hacerse más semejante a Cristo, y se deja guiar
por El. Sabe que no puede entregarse totalmente a la obra del Evangelio si no le mueve y fortalece el Espíritu Santo.
Acoge dócilmente sus dones, que lo transforman en testigo de Jesús y anunciador de su Palabra.

§  Vive el Misterio de Cristo “enviado”: Vive en íntima comunión con Cristo, hasta tener sus mismos sentimientos: está
impregnado del Amor del Padre, y obedece su voluntad hasta las últimas consecuencias. Se sabe enviado por Cristo a
cumplir su misión, y acompañado constantemente por El. 

§  Tiene a María como Madre y Modelo: Su espiritualidad es profundamente mariana; es también su Madre, y es para
él modelo de fidelidad, docilidad, servicio, compromiso misionero.

§  Vive la pobreza y el “éxodo misionero”: el sentido de “salir de la tierra” para el misionero, no implica únicamente el
“salir geográfico”, sino que el misionero sabe que debe abandonar su comodidad y su seguridad para “remar mar
adentro”,  para ir a las situaciones y lugares donde Cristo lo quiera enviar.

§  Vive la misión como un compromiso fundamental: Es un comprometido en el seguimiento de Jesús y en la lucha por
su Reino liberador y universal. El misionero ha dicho “sí” a Dios, y no se echa atrás ni retacea en su entrega.

§  Ama a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado: Lo primero que mueve al misionero es el amor por los
hombres, a quienes quiere llevar a Cristo. El misionero es el hombre de la caridad, el “hermano universal”, que lleva
a Cristo a todos los hombres, por cuyos problemas se interesa, para quienes siempre está disponible, y a quienes
trata siempre con ternura, compasión y acogida.

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