Ficha 22 de Tercero
Ficha 22 de Tercero
Ficha 22 de Tercero
KENNEDY” TERCERO 22
1.
APRENDIZAJE ESPERADO
¿Qué hacemos nosotros como Iglesia? ¿De qué manera imitamos a Jesús?
¿Cuál crees que es nuestra misión dentro y fuera de la Iglesia?
¿Solo la Jerarquía de la Iglesia tienen el deber de anunciar a Cristo?
¿Cómo crees que la Iglesia cumple su misión evangelizadora?
¿Qué nombre reciben las personas que pertenecen a la Iglesia y que no son
parte de la Jerarquía?
Mt.16, 24-28 ¿Cuáles son las exigencias dadas por Jesús para ser sus discípulos?
¿Cuál es la principal característica del disipulo?
Jn. 15,1-11
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El Concilio presentó la inserción de los laicos en las realidades temporales y terrenas. "Los laicos tienen como
vocación propia el buscar el Reino de Dios, ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios" (LG
30).Ellos son los protagonistas principales y directos de la transformación del mundo, desde los valores del
Evangelio. Su compromiso es:
La promoción de la dignidad de la persona- La defensa de la vida humana- La construcción de una sociedad más justa
y solidaria - La evangelización de la cultura.
Concluimos que todo laico debe trabajar primeramente en el campo propio de su actividad evangelizadora que es el
mundo de la política, economía, cultura, etc. y simultáneamente, dar su servicio en alguna área de las tareas de la
Iglesia, buscando vivir plenamente su identidad laical.
Los carismas son múltiples gracias del Espíritu Santo que como dice San Pablo, distribuye a cada uno sus dones según
su voluntad, y derrama en el Pueblo de Dios una gran riqueza de gracias mediante la oración, la contemplación y la
acción. También los laicos son beneficiarios de estos carismas, con lo que los hace aptos y prontos para ejercer las
diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia. La gran mayoría de
los dones son comunes, con los cuales los fieles servimos a la Iglesia día tras día.
El discípulo es la persona que ha sido llamada a seguir a su maestro, Jesús. Es la persona que viene detrás del
maestro para aprender. Por tanto, es la persona que escucha, que observa los gestos y las acciones de su maestro
para encarnarlas y manifestarlas en su propia vida. Es en consecuencia, una persona humilde que reconoce que no lo
tiene todo, que no lo sabe todo y que no lo puede todo. Es la persona sencilla que va en busca de la verdad, de algo
distinto que le da sentido y plenitud a su propia vida. Es la persona dispuesta a aprender y a “dejarse hacer”. El
discípulo, como María, escucha la Palabra y la guarda en el corazón, la medita, la hace parte de sí misma. El discípulo
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conoce y vive la Palabra, preguntándose continuamente ¿qué haría Jesús en mí lugar? No se limita solo a conocer
sobre Dios, la vida, los demás, etc.; sino que encarna y vive los auténticos valores del Evangelio.
§ El misionero es un discípulo de Cristo: ha tenido un encuentro vivo, personal con Jesús resucitado y vive
cotidianamente en unión con Él en la oración y los sacramentos, principalmente la Eucaristía y la Reconciliación.
Porque “no se puede anunciar a quien no se conoce”.
§ Es un contemplativo: que transmite no sólo conceptos y doctrinas, sino su experiencia personal de Jesucristo y de los
valores de su Reino. Por ello, el misionero vive profundamente en comunión con Jesucristo, sabe encontrar en
medio de la acción, momentos de “desierto” donde se encuentra con Cristo y se deja llevar por su Espíritu.
§ Es dócil al Espíritu Santo: se deja inundar por el Espíritu Santo para hacerse más semejante a Cristo, y se deja guiar
por El. Sabe que no puede entregarse totalmente a la obra del Evangelio si no le mueve y fortalece el Espíritu Santo.
Acoge dócilmente sus dones, que lo transforman en testigo de Jesús y anunciador de su Palabra.
§ Vive el Misterio de Cristo “enviado”: Vive en íntima comunión con Cristo, hasta tener sus mismos sentimientos: está
impregnado del Amor del Padre, y obedece su voluntad hasta las últimas consecuencias. Se sabe enviado por Cristo a
cumplir su misión, y acompañado constantemente por El.
§ Tiene a María como Madre y Modelo: Su espiritualidad es profundamente mariana; es también su Madre, y es para
él modelo de fidelidad, docilidad, servicio, compromiso misionero.
§ Vive la pobreza y el “éxodo misionero”: el sentido de “salir de la tierra” para el misionero, no implica únicamente el
“salir geográfico”, sino que el misionero sabe que debe abandonar su comodidad y su seguridad para “remar mar
adentro”, para ir a las situaciones y lugares donde Cristo lo quiera enviar.
§ Vive la misión como un compromiso fundamental: Es un comprometido en el seguimiento de Jesús y en la lucha por
su Reino liberador y universal. El misionero ha dicho “sí” a Dios, y no se echa atrás ni retacea en su entrega.
§ Ama a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado: Lo primero que mueve al misionero es el amor por los
hombres, a quienes quiere llevar a Cristo. El misionero es el hombre de la caridad, el “hermano universal”, que lleva
a Cristo a todos los hombres, por cuyos problemas se interesa, para quienes siempre está disponible, y a quienes
trata siempre con ternura, compasión y acogida.