Contenido de La Acusación
Contenido de La Acusación
Contenido de La Acusación
El inciso 1 del artículo 249° del CPP de 2004, establece en forma taxativa el contenido que
debe tener el escrito de acusación formulado por el Fiscal responsable del caso. Se prevé que
la acusación será debidamente motivada y en consecuencia, en su estructura contendrá los
siguientes aspectos:
Son los datos específicos que sirven para identificar o individualizar al acusado. Es común
denominar a estos datos como generales de ley del imputado. Es preciso que el imputado esté
plenamente identificado para evitar errores en la determinación de la legitimación pasiva y, de
esa forma, conferir al acusado la posibilidad real del ejercicio de su derecho de defensa a lo
largo de la etapa intermedia y de ser el caso, del juzgamiento. No debe obviarse que el
Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha insistido en que el derecho de defensa
tiene una doble dimensión: una material, referida al derecho del imputado de ejercer su
propia defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento que se le atribuye la
comisión de determinado hecho delictivo; y otra formal, que supone el derecho a una defensa
técnica, esto es, al asesoramiento y patrocinio de un abogado defensor de su elección desde
que es citado o detenido por la autoridad y durante todo el tiempo que dure la investigación y
el proceso mismo. Posición que incluso nuestra Corte Suprema ha establecido como
jurisprudencia vinculante
Se entiende que en la investigación cuyo objeto son varios hechos delictivos, en la acusación,
el fiscal deberá precisar todos los hechos en forma independiente. Todos los hechos deberán
estar precisados al detalle. Este requisito exigible constituye un elemento esencial de la
acusación. Los hechos que se describa deben ser el resultado de la investigación en los marcos
definidos en la formalización de la investigación preparatoria. Aquí, se narrarán o describirán
en forma clara la(s) conducta(s) que a decir del fiscal fueron desarrolladas por el imputado en
la comisión del delito. Si hay varios imputados, en la acusación habrá varias descripciones de
conductas. A cada imputado se le asignarán los hechos en los cuales participó en la comisión
del injusto penal investigado, ya sea como autor o partícipe. No es posible efectuar
acusaciones generales, estereotipadas o colectivas que lamentablemente aún se observa, pese
a que en estricta aplicación del modelo procesal penal previsto en la Constitución de 1993 y
desarrollado en el Código Procesal Penal de 2004, están prohibidas. Cuando se indica en la
norma procesal que se realizará una relación clara y precisa del hecho que se atribuye al
imputado, así como se indicarán “sus circunstancias”, se entiende que se realizará la
descripción de aquellas que aparezcan conectadas al hecho como suyas, no de cualquier tipo
de circunstancias, por más que hayan coincidido temporalmente con el hecho principal. De esa
forma, las circunstancias precedentes, concomitantes y posteriores que deben expresarse en
la acusación serán aquellas que conforman el hecho penal y civil, que en cada caso concreto es
objeto del proceso. Aquellas circunstancias al final dan cuenta o sirven para determinar su
gravedad, según las reglas que le son propias a cada una de las formas de responsabilidad; o
que informan de los específicos supuestos que sirven para medir o graduar las consecuencias
jurídicas que se debe aplicar al caso concreto. Es obvio que la relación clara y concreta del
hecho objeto de imputación, así como sus circunstancias precedentes, concomitantes y
posteriores, se efectuará cuando ello sea materialmente posible. No en todos los casos se
exigirá al titular de la acción penal precise en forma detallada los hechos imputados, pues la
realidad y la experiencia crudamente nos demuestran que existen casos en los cuales es difícil
identificar determinados aspectos o circunstancias del caso. A este tipo de casos, los
norteamericanos los denominan casos duros. El profesor y fiscal provincial Ávalos Rodríguez
pone como ejemplo de estos casos, los delitos de acceso carnal sexual sobre menores de
temprana edad o de personas sin capacidad de discernimiento, que son descubiertos tiempo
después de su perpetración, en los que la víctima por su misma condición, no sabe precisar las
circunstancias de fecha, lugar, modo y forma en que se realizó el ataque sexual en su agravio,
pero sí atribuye con firmeza tal hecho al imputado. Son frecuentes este tipo de casos. Pero no
ocurre solo en los delitos sexuales, sino en todos los delitos recogidos en nuestro Código Penal
o leyes penales especiales. Ocurre por ejemplo también en un homicidio, donde el fiscal luego
de la investigación llega a determinar que la víctima había sido asfixiada mecánicamente en
lugar diferente a donde se encontró el cadáver. Como investigado se tiene a la persona que los
testigos refieren haberla visto junto a la víctima el día en que esta desapareció. Al declarar el
investigado, se limita a reconocer el hecho afirmando “yo lo mate”, luego guarda silencio. En
consecuencia, no da más detalles del lugar, fecha, modo y forma en que realizó la asfixia
mecánica contra la víctima. Igual ocurre en los delitos contra la administración pública, pues al
ser clandestinos, es difícil llegar a determinar todos los detalles de su perpetración. En algunos
casos, solo nos acercamos a los detalles del hecho delictivo, cuando el agente es intervenido
en flagrancia delictiva, o cuando ha sido filmando cometiendo el ilícito o si el investigado se
somete a la confesión sincera. No obstante, en la mayoría de casos, tales circunstancias no se
producen y el fiscal para acusar tiene que recurrir a la concurrencia de indicios. Cuestión más
problemática ocurre en los delitos cometidos por organizaciones criminales (tráfico ilícito de
drogas o de armas, lavado de activos, trata de personas, etc.).
Aquí el fiscal indicará y expondrá en forma pormenorizada y detallada todos los elementos de
convicción (actos de investigación, diligencias, medios o elementos de prueba, etc.) que ha
recogido en la investigación preparatoria y generan la necesidad ineludible de acusar al o los
investigados. El titular de la acción penal le asignará determinado valor probatorio a los
elementos de convicción. Expondrá cuáles sirven para acreditar la comisión del delito
investigado y cuáles para vincular al acusado con los hechos, ya sea como autor o cómplice. Es
posible que un mismo elemento de convicción o elemento probatorio sirva tanto para
acreditar la comisión del hecho punible como para vincular penalmente al investigado con los
hechos objeto de investigación. Ello importa como argumenta el profesor Sánchez Velarde, un
razonamiento coherente y lógico sobre la actividad probatoria. La mera relación de los
elementos de convicción con ausencia de un contenido importante de las mismas puede
generar que la acusación escrita no pase el control judicial o haciéndolo no logre una sentencia
de condena. En otros términos, el fiscal debe argumentar y, para ello, tiene que asignarle un
valor probatorio a los elementos de convicción que ha recogido en la investigación
preparatoria. Son los fundamentos mismos de por qué acusa al imputado.
Este requisito sustancial de la acusación se refiere a circunstancias que por disposición legal
modifican la responsabilidad penal a favor del acusado. Esto es, circunstancias que de
concurrir en el hecho concreto, imperativamente el juez penal reducirá, atenuará o disminuirá
la pena prudencialmente en el supuesto que al final del juicio concluya por condenar. De modo
que no es correcto afirmar que el artículo 349º del CPP de 2004 no solo se refiere a las
atenuantes, sino también a circunstancias que perjudican la situación del acusado, como son
las agravantes genéricas. En efecto, las circunstancias agravantes o atenuantes genéricas
previstas en los artículos 45º y 46º del Código Penal, de modo alguno modifican la
responsabilidad penal del agente del delito. Aquellas solo sirven o se toman en cuenta luego
que se ha establecido la responsabilidad penal del acusado, para individualizar o graduar la
pena por imponer. Es decir, las circunstancias agravantes entran a tallar luego que se haya
acreditado la responsabilidad penal del acusado. Nunca antes. En tal contexto, el fiscal en la
acusación debe mencionar si por ejemplo, concurre un error de prohibición vencible previsto
en la última parte del artículo 14º del Código Penal. Allí se establece que si el error fuera
vencible se atenuará la pena. O concurre un error de prohibición culturalmente condicionado
previsto en el artículo 15º del CP. Allí se establece que el que por su cultura o costumbres
comete un hecho punible estando disminuida la posibilidad de comprender el carácter
delictuoso de su acto o determinarse de acuerdo a esa comprensión, se atenuará la pena. O
concurre en el caso concreto, alguna de las eximentes incompletas que se prevé en el artículo
21º del CP. Allí se establece que en los casos del artículo 20º del Código Penal, cuando no
concurra alguno de los requisitos necesarios para hacer desparecer totalmente la
responsabilidad, el juez podrá disminuir prudencialmente la pena hasta límites inferiores al
mínimo legal. O también, el titular de la acción penal deberá mencionar si concurre algún
supuesto de responsabilidad restringida por la edad del acusado, casos en los cuales el juez
reducirá prudencialmente la pena señalada para el hecho punible cometido.
En la construcción de la acusación, el fiscal indicará el o los artículos del Código Penal que
tipifican los hechos objeto de acusación. Pero no significa que el fiscal se limitará a indicar el
tipo penal, sino se entiende que aparte de citarlos deberá explicarlos brevemente. Se debe
precisar cuáles son los elementos objetivos y subjetivos que exige el tipo penal para
perfeccionarse el delito de que se trate. Luego efectuará la subsunción correspondiente del
caso en concreto. En caso que se trate de hechos en los cuales concurra una o varias
circunstancias agravantes, se indicará primero el artículo que recoge el tipo básico del delito y
luego se citará el artículo que contiene la agravante. Como ya se dejó establecido, la
calificación jurídica de los hechos objeto de acusación no siempre va a ser la misma a la que
aparece en la disposición de formalización de investigación preparatoria. En todo el proceso, la
calificación jurídica de los hechos siempre es relativa o provisional. Puede ser cambiada por el
mismo titular de la acción penal o por el juez. Solo se consolida cuando el juez de juzgamiento
emite su pronunciamiento final luego del juicio oral.