Garantias2003 PDF
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puedan corresponderle, y;
Derecho a la protección judicial
zación de las audiencias preliminares, con lo cual se produce una doble sensación
negativa para los justiciables y la sociedad en general: por una parte, la demora que
afecta notoriamente la vida del imputado que todavía no puede obtener una resolu-
ción definitiva en un plazo razonable y, por la otra, los casos emblemáticos que se
extinguieron a los tres años con la consecuente carga de impunidad e inseguridad
jurídica que la sociedad percibe y culpa al Poder Judicial.
En la actualidad –siempre ciñéndonos a la información proporcionada por la Corte
Suprema de Justicia– existen más de 900 procesos penales pendientes de audiencia
76 preliminar y, por ende, sin posibilidades de desarrollar el juicio oral y público, que
es la garantía central del proceso penal. Si a esto añadimos que la mayoría de los
procesos señalados tienen una demora en término medio del año y medio, es alta-
mente probable que se operen “extinciones”, en casos emblemáticos, mientras que
los procesos con imputados de escasos recursos sigan esperando un juicio previo
como lo exige la Constitución Nacional, con el agravante de que en su gran mayoría
están privados de libertad en forma preventiva.
RECOMENDACIONES
Del cotejo de datos –que no son definitivos, pero que sirven para tener un panorama
más o menos ponderable para proponer y recomendar medidas atinadas–, con el
esquema de garantías del debido proceso diseñado en la Constitución y en los con-
venios y pactos internacionales de derechos humanos, se pueden puntualizar las
siguientes recomendaciones que permitirían un mejoramiento de las distorsiones
observadas entre el sistema legal y la realidad judicial.
Al Poder Judicial, en general:
• implementar una oficina central de datos y estadísticas con el pertinente segui-
miento de los procesos penales, fundamentalmente en cuanto al cumplimien-
to de las garantías judiciales o, en su caso, visualizando los obstáculos que
impiden la optimización de los mandatos constitucionales;
• la necesidad de que las fuentes de datos que organicen los distintos estamentos
que están involucrados en la administración de justicia penal actúen en forma
coordinada y recíproca;
• proponer un proyecto de ley que organice con autonomía y autarquía el Minis-
terio de la Defensa Pública, para lo cual la Corte Suprema de Justicia podría
usufructuar su potestad de iniciativa legislativa;
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