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Los 15 Experimentos Científicos Más Crueles Y Extraños de La Historia

El documento describe 15 de los experimentos científicos más crueles y extraños de la historia, incluyendo experimentos que inyectaron LSD a un elefante, expusieron a soldados a un engaño sobre un accidente de avión, y los atroces experimentos realizados por el Escuadrón 731 del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

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Los 15 Experimentos Científicos Más Crueles Y Extraños de La Historia

El documento describe 15 de los experimentos científicos más crueles y extraños de la historia, incluyendo experimentos que inyectaron LSD a un elefante, expusieron a soldados a un engaño sobre un accidente de avión, y los atroces experimentos realizados por el Escuadrón 731 del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

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LOS 15 EXPERIMENTOS CIENTÍFICOS

MÁS CRUELES Y EXTRAÑOS DE LA


HISTORIA
Por gon | 26/07/2019 en 
Conocimientos Básicos

Si buscas poder presentar experimentos científicos para secundaria o también para


primaria, te queremos presentar ahora los 15 experimentos científicos más crueles
y extraños de la historia, con el fin de que los niños aprendan un poco más sobre la
historia de la ciencia y sobre todo, se fijen en qué experimentos es mejor que nunca
prueben.

El autor de la lista, Alex Boase, luego escribió un libro, con muchos


más experimentos del estilo, llamado Elephants on Acid and Other Bizarre
Experiments. “Comencé a coleccionar ejemplos de experimentos bizarros hace años
cuando estudiaba historia de la ciencia en la universidad”, dijo Boase al
periódico Times, “Confieso que no tuve un motivo intelectual, simplemente los
encuentro fascinantes”.
Tusko, el elefante, vivía lo más tranquilo en el zoológico de Lincoln Park, en
Oklahoma, cuando Warren Thomas, director del zoo, se acercó a él pensando que
haría una gran contribución a la ciencia. Era el año 1962, cuando Thoms le inyectó
una jeringa llena de LSD al elefante Tusko.

Luego de unos minutos, Tusko revoleaba la trompa para todos lados, furioso, antes de
caer rendido como si hubiese recibido un disparo. Una hora más tarde estaba muerto.
Thomas y sus colegas concluyeron entonces que “Al parecer el elefante es altamente
sensible a los efectos del LSD”.

35 años después el pobre Tusko era reconocido por su puesto en la ciencia, con el
primer puesto en la lista de los experimentos científicos más estúpidos de la
historia, compilados por la revista New Scientist.
EL ELEFANTE Y EL ÁCIDO

Aquí entra el que ya comentamos, en el que Warren Thomas inyectó 297 miligramos
de LSD a un elefante, que es 3000 veces la dosis humana. Quería saber si con esta
droga alucinógena podía inducir el musth, un estado de los elefantes que se da una
vez al año, cuando tienen un incremento de la excitación sexual, lo que los vuelve
más agresivos.

El resultado fue un desastre de relaciones publicas, ya que mató al elefante. Adujeron


en su defensa que no esperaban que pudiese pasar eso, ya que ellos habían probado
el ácido también.

TERROR EN LOS CIELOS


También en los 60, diez soldados en un entrenamiento de vuelo fueron informados
por el piloto de que el avión no funcionaba bien y tendrían que aterrizar en el océano.
Luego se les acercó un formulario de seguro de vida antes del accidente, para que el
ejército no fuese responsable de las muertes o heridas.
Pero el asunto es que en realidad eran parte de un experimento, no pasaba nada con
el avión, sino que un grupo de científicos quería saber si los soldados cometían más
errores al llenar un formulario si su vida estaba en peligro… sí, leyeron bien.
COSQUILLAS
En los años 30, el profesor de psicología Clarence Leuba, de Ohio, tenía la hipótesis
de que la gente aprendía a reírse cuando le hacían cosquillas, no que era algo innato.
Lo probó en so propio hijo, que apenas nació prohibió a toda la familia que se riese en
relación a las cosquillas cuando el niño estaba presente.

Pero el experimento se le frustró cuando descubrió a su esposa jugando con el niño,


haciéndole cosquillas, y riendo. Pero Leuba, no se amilanó y volvió a probar con su
hermana…

CARAS PINTADAS Y RATAS DESCABEZADAS


En 1924 Carney Landis, de la Universidad de Minnesota, quiso investigar las
expresiones faciales de disgusto. Para poder exagerar las expresiones, dibujó líneas
en los rostros de los voluntarios con un corcho quemado, antes de pedirles que
olieran amoníaco, que escucharan jazz, que mirasen fotografías o pusieran la mano
en un balde lleno de sapos.
Luego le pedía al voluntario que decapitara una rata blanca. A pesar de que todos
dudaban, y algunos maldecían o lloraban, la mayoría aceptaron hacerlo, mostrando lo
fácil que mucha gente se inclina ante la autoridad. Las imágenes quedaron muy raras.
Boese cuenta “Parecen miembros de un culto preparándose para hacer un sacrificio al
gran dios del experimento”.

LOS MUERTOS VIVOS

Robert Cornish, de la Universidad de Carlifornia, creía, en los años 30, que había
perfeccionado una forma de levantar a los muertos. Experimentó poniendo a los
muertos en un subibaja para hacer circular la sangre, mientras les inyectaba
adrenalina y anticoagulantes.

Luego de aparentes éxitos experimentando con perros estrangulados, consiguió un


prisionero condenado a muerte, Thomas McMonigle, que aceptó ser un conejillo de
indias. Pero el estado de California le negó el permiso a Cornish, por miedo a que
tuviesen que liberar a McMonigle si la técnica funcionaba…¿Eh? ¿Que por qué no se
lo negaron por locura? No sé.

COMIDA DE UÑAS SUBLIMINAL


En 1942, Lawrence LeShan intentó influenciar a un grupo de jóvenes de forma
subliminal para que dejasen de comerse las uñas. Mientras dormían, les pasaba un
disco con una voz diciendo: Mis uñas saben terriblemente amargas”. Pasó que el
tocadiscos se rompió, así que él mismo decía el diálogo todas las noches.

Y pareció funcionar, ya que para el final del verano el 40 por ciento de los niños dejó
de comerse las uña. Aunque la explicación de Boese suena más interesante, según él
los niños pensban “Si dejo de comerme las uñas el hombre raro se irá lejos”.

LOS PAVOS LO HACEN HASTA CON UN PALO


Martin Schein y Edgar Hale, de la Universidad de Pennsylvania, se dedicaban a
estudiar el comportamiento sexual de los pavos allá por los años 60. Descubrieron
que las aves no son muy exigentes a la hora de elegir pareja.

Cómo llegaron a esa conclusión es lo peor de todo… tomaron un pavo hembra y le


fueron cortando partes del cuerpo hasta que el pavo macho perdió interés. Incluso
cuando lo único que quedaba era la cabeza en un palo, los machos seguían
excitándose…

PERROS DE DOS CABEZAS


El cirujano soviético Vladimir Demikhov creó un perro de dos cabezas en 1954. Unió
la cabeza de un cachorrito al cuello de un pastor alemán. La segunda cabeza podía
tomar leche, si bien no lo necesitaba, pero el tema era que la misma chorreaba por el
cuello, ya que el esófago no estaba conectado. Ambos animales murieron por culpa
del rechazo de tejidos, pero eso no detuvo a Demikhov para crear 19 animales
bicéfalos más en los siguientes 15 años.

EL DOCTOR QUE TOMABA VÓMITOS


Según Stubbins Ffirth, médico de Filadelfia en el 1800, la fiebre amarilla no era una
enfermedad infecciosa, y lo probó en sí mismo. Primero se echó vómito en heridas
abiertas, luego lo tomó. No cayó enfermo, pero no porque la fiebre amarilla no fuese
infecciosa. Luego fue descubierto que debía ser inyectada a la corriente sanguínea,
que solía ser por un mosquito.
OJOS BIEN ABIERTOS
Ian Oswald, de la Universidad de Edinburgo, quiso estudiar condiciones extremas
para quedarse dormido en 1960. Para eso les puso cinta en los ojos a los voluntarios
mientras les ubicaba un banco de luces de flash a 50 cm frente a ellos, y ubicaba
electrodos a sus piernas que les administraba shocks eléctricos. También les ponía
música con el volumen muy alto.

Los tres sujetos del experimento pudieron dormirse en 12 minutos. Oswald especuló
que la llave de todo era el estímulo monótono y regular…

ESCUADRÓN 731

Ahora, si hablamos de experimentos bizarros que hayan salido a la luz, la palma, por
crueles e inhumanos, son los realizados por el Escuadrón 731 durante la 2ª Guerra
Mundial y la Guerra chino-japonesa.
Para los que aún no sepáis nada sobre este asunto, el Escuadrón 731 era una unidad
especial del ejército japonés. Su misión era sencilla en lo teórico: someter a los
prisioneros de guerra a los más atroces experimentos, con el fin de conocer los límites
del sufrimiento humano, y algunas de las reacciones del cuerpo ante estímulos
extremos. Unas prácticas compartidas con los nazis.
En el nombre del Escuadrón 731 se han cometido crímenes de guerra atroces e
inhumanos. Las torturas a las que eran sometidos los prisioneros eran de todo tipo:
 Se probaban con humanos todo tipo de armas: lanzallamas, bombas, armas
biológicas…
 Se infectaba personas con virus para estudiar sus efectos en el organismo.
 Se realizaban vivisecciones a seres humanos vivos y sin anestesia, entre
ellos a mujeres embarazadas a las cuales se les extraía el feto.
 Transfusiones de sangre de otros animales, cambio de lugar de las
extremidades del cuerpo, exposición a altas y bajas temperaturas…

Estas son solo unas pocas de las múltiples atrocidades que se realizaban en el
Escuadrón 731, imposible clasificarlas en un solo experimentos bizarro. Se calcula
que más de 10.000 personas murieron en estos escuadrones (el 731 no era el único,
aunque sí el principal) y otras 200.000 murieron en China a causa de las armas
biológicas que allí se crearon.
Por si fuera poco, el Escuadrón 731 ha dado lugar a dos de las películas más bizarras
de la historia. Ambas tienen la misma temática y una carga de violencia gráfica
espeluznante, acorde a los experimentos que realizó el escuadrón. Una de ellas es
‘Men behind the Sun’, de 1988 y la otra ‘Philosophy of a knife’, de 2008.
MATERIALES RADIOACTIVOS EN MUJERES
EMBARAZADAS
Al finalizar la II Guerra Mundial, muchos médicos seguían investigando y les
preocupaba el tema de la radiactividad y la guerra química. En un experimento en la
Universidad de Vanderbilt, 829 mujeres embarazadas recibieron bebidas con una
gran fuente de vitaminas con el objetivo de la mejora de la salud de sus bebés por
nacer. En cambio, las bebidas contenían hierro radiactivo y los investigadores
estaban estudiando cómo rápidamente el radioisótopo cruzaba la placenta. Al menos
siete de los bebés murieron más adelante de cáncer y leucemia, y las propias mujeres
experimentaron erupciones, moretones, anemia, pérdida de pelo y de dientes y
padecieron cáncer.
IMPLANTACIÓN DE LA HETEROSUALIDAD

En 1954, los psicólogos canadienses James Olds y Peter Milner, procedentes de la


Universidad McGill, investigaban el comportamiento de algunos roedores como es el
caso de las ratas y descubrieron que éstas se acostumbraban a tocar una palanca
que generaba una pequeña descarga eléctrica, a través de microelectrodos que
estaban insertados en sus cerebros. Cuando la corriente estimulaba ciertas zonas
cerebrales, los ratones repetían la maniobra para recibir nuevos estímulos eléctricos.
Y lo repetían incluso hasta 2000 veces por hora, dejando de lado otras rutinas
habituales, como comer o reproducirse.
En 1979, el investigador Robert Heath, de la universidad de Tulane, decidió probar si
esta estimulación en el cerebro de una persona homosexual, lo podría
transformar en heterosexual. El científico nombraba a sus pacientes B-19, a los
cuales, les introdujo electrodos de teflón, para que envíen estímulos controlados
cuidadosamente. B-19, comenzó a presionar el botón de placer constantemente. En
una sesión de tres horas, lo presionó hasta 1.500 veces. Inesperadamente el paciente
tuvo que ser desconectado, debido al estado de shock y excitación en el que se
encontraba.
Durante el experimento, se comprobó que el lívido de B-19, era muy elevado, y por
esta razón, Heath pensó que con la entrada de una prostituta de 21 años podría
encaminar hacia una nueva conducta, de esta forma la joven entró al laboratorio, y se
quedó sola junto a B-19 en la habitación, al paso de una hora, B-19, no hizo nada.
Pero cuando la chica tomó la iniciativa, tuvieron sexo.
Un tiempo después del tratamiento, se comprobó que el paciente se casó con una
bella mujer, pero desafortunadamente, la dejó y volvió a sus prácticas sexuales con
hombres.

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