Dinamicas para Ninos 121006013320 Phpapp02
Dinamicas para Ninos 121006013320 Phpapp02
Dinamicas para Ninos 121006013320 Phpapp02
Niños
Diseño: Creator, Agencia Católica de Publicidad.
Ilustraciones: Ricardo Valdez Ponce.
Primera impresión:
agosto de 2003
Niños
ÍNDICE
SIGLAS
PRESENTACIÓN
1. LA EUCARISTÍA ES LUZ
2. LA EUCARISTÍA ES VIDA
Niños
SIGLAS
TB La Eucaristía, Luz y Vida del Nuevo Milenio. Texto Base para el XLVIII
Congreso Eucarístico Internacional (Ediciones Católicas, Guadalajara,
2002).
Niños
PRESENTACIÓN
Las palabras de Jesús «dejen que los niños se acerquen a mí, no se lo impidan» (Mt
19, 14), nos alientan para presentar este material dirigido a los pequeños de la Iglesia,
familia cristiana que, a semejanza de su familia doméstica, siempre les debe ofrecer lo
mejor para su crecimiento espiritual.
El presente subsidio fue pensado especialmente para ellos, de modo que
encomiamos a quienes se encarguen de presentar los temas aquí desarrollados, que lo hagan
con ingenio y creatividad, con el fin de que Jesús Eucaristía sea más amado y mejor
conocido por los niños.
Ellos están acostumbrados a los retos, y a superarlos. Invitémoslos a asumir el
maravilloso reto de descubrir, conocer, amar y servir a Jesucristo, Pan de Vida. Demos el
ejemplo de lo que significa vivir con alegría y entusiasmo, gracias al encuentro que se tiene
con el Señor. Hagamos memoria, junto con ellos, de la especial predilección y ternura que
Jesús les mostró a todos los niños que lo querían conocer y acercarse a Él.
El verdadero amigo, los pequeños no lo encontrarán en los héroes de la televisión o
del cine, tampoco en los personajes infantiles de las telenovelas, y menos aún, en las
caricaturas animadas. El verdadero amigo de los niños está en el Sagrario, esperándolos
siempre, añorando encontrarse con ellos, al menos en un pequeño diálogo con ellos, en una
oración sencilla pero que salga de su inocencia y sencillez.
El corazón de Jesús es de los niños. El Señor, que quiere que todos los infantes
crezcan no sólo en edad sino, como Él, en sabiduría y en gracia (cfr. Lc 2, 52), también
espera que sigan teniendo la confianza de buscarlo; siempre lo encontrarán, siempre estará
dispuesto para escuchar de ellos cualquier palabra.
Jesús, que también fue niño, está para ser conocido y amado por todos los que, al
inicio de su vida, quieren conocer el verdadero amor y sentirse protegidos por Aquel que,
además, es su alimento espiritual.
La Virgen María acompañe en este recorrido de fe, esperanza y caridad a sus
queridos pequeños fieles de la Iglesia, y les enseñe, con la inmensa ternura y comprensión
de una madre, a hacer lo que Él les diga (cfr. Jn 2, 5).
Niños
INTRODUCCIÓN PARA EL CATEQUISTA
Niños
1 LA EUCARISTÍA ES LUZ
1.1. OBJETIVO
Niños
1.4 PARA NIÑOS DE 5 A 7 AÑOS
Cada niño elabora un girasol con los materiales que tenga a su alcance y con ayuda
del catequista; sugerimos que se haga como aparece en el dibujo.
Subrayamos que el girasol es una flor que vive y se desarrolla moviéndose, para estar
siempre de cara al sol.
La luz del sol da vida al girasol, y no sólo a él sino a todos los seres vivientes.
El girasol está triste y apagado cuando el sol se oculta, durante la noche. Al despertar
el nuevo día, el girasol se levanta y voltea su cara hacia el oriente, donde sale el sol: la
alegría regresa a él. Durante el día, la flor gira en su tallo para ir siguiendo la luz del sol.
Gracias a la luz del sol, sus colores brillan intensamente y dan alegría.
Cuando hay luz vemos claramente, descubrimos lo bello de las cosas que Dios ha
creado. Cuando la luz del sol está presente no tenemos miedo, nos sentimos seguros,
reconocemos a nuestros papás, hermanos y amigos, sabemos dónde están. Habiendo luz,
podemos jugar, pintar, recortar, ir a la escuela. De noche, no nos queda mas que dormir.
Niños
TEATRO CON LOS NIÑOS
Se trata de una obrita para los niños y actuada por ellos mismos. No necesitamos
escenario más que el lugar de reunión.
PERSONAJES
Narrador.
Sol (Jesús).
Girasoles (niños).
PRIMERA ESCENA
NARRADOR. El sol está por salir. En el campo hay muchos girasoles que quieren ver al sol,
pues el sol es su mejor amigo.
SOL (que aparece). Hola, Girasoles, buenos días; levántense, ya es hora.
GIRASOLES . Buenos días, Sol.
SOL. Los veo muy contentos. ¿Por qué están tan contentos?
GIRASOLES . Porque ya es de día.
SOL (moviéndose; los Girasoles giran para estar siempre de cara a él). ¿Por qué me siguen?
GIRASOLES . Porque te queremos mucho.
SOL. ¿Tienen frío?
GIRASOLES . No.
SOL. ¿Tienen miedo?
GIRASOLES . No
SOL. ¿Quieren ser mis amigos?
GIRASOLES . Sí.
SOL. Pues entonces, síganme (El Sol sigue moviéndose hasta que se oculta).
SOL. Buenas noches, Girasoles.
GIRASOLES . Buenas noches, Sol.
SOL. ¿Me van a extrañar?
GIRASOLES . Sí.
SOL. Mañana nos vemos.
GIRASOLES. Sí.
SOL. A dormir.
SEGUNDA ESCENA
Niños
JESÚS. Los veo muy contentos. ¿Por qué
están tan contentos?
NIÑOS. Porque es domingo.
JESÚS. ¿Por qué vienen a Misa?
NIÑOS. Porque te queremos mucho.
JESÚS. ¿Están solos?
NIÑOS. No.
JESÚS. ¿Están sus papás aquí?
NIÑOS. No.
JESÚS. ¿Quieren invitarlos?
NIÑOS. Sí.
JESÚS. ¿Quieren ser mis amigos?
NIÑOS. Sí.
JESÚS. Pues entonces, síganme (Jesús se mueve y los
niños lo siguen, hasta que se oculta
detrás de los signos eucarísticos).
JESÚS. No se pongan tristes; aquí me quedo con ustedes. No tengan miedo. Nos vemos el
próximo domingo.
NIÑOS. JESÚS, te queremos mucho (aplausos o canto).
NARRADOR (al final). Algo semejante sucede en la Eucaristía. Todos los hijos de Dios
somos los girasoles; la Eucaristía es la luz del sol que nos hace vivir, que nos mantiene en
paz y alegría con los hermanos.
Niños
1.5. PARA NIÑOS DE 8 Y 9 AÑOS
Niños
1.6. PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS
Niños
− ¿Qué posición corporal se debe asumir cuando se lee el Evangelio? R. De
pie.
− ¿Por qué hay velas encendidas durante la Misa? R. Porque la vela encendida
es signo de la presencia de Dios.
− ¿Cuáles son los cuatro colores litúrgicos? R. Morado, blanco, rojo y verde.
− ¿Qué significa cada color litúrgico? R. Morado, preparación para la fiesta o
penitencia; blanco, fiesta; Rojo, el fuego del Espíritu Santo o la sangre de los
mártires; verde, tiempo ordinario.
− ¿Qué respondemos a «lectura del Santo Evangelio según San Mateo»? R.
«Gloria a ti, Señor».
− Cuando el sacerdote termina de leer el Evangelio, dice «Palabra del Señor».
¿Qué se responde? R. «Gloria a ti, Señor Jesús».
− Cuando el lector dice «Palabra de Dios», ¿qué se responde? R. «Te alabamos,
Señor».
Como variante, en las respuestas incorrectas podría apagarse una vela ya encendida.
La repetición ayudará a los niños a retener estos conceptos en su memoria.
Niños
2. LA EUCARISTÍA ES VIDA
2.1 OBJETIVO
Que el niño descubra que la Eucaristía es fuente de vida; que en ella Jesucristo nos
da vida, y vida en abundancia.
Centrados en la metáfora de la vid y los sarmientos (Jn 15, 1-10), los niños
participarán en un juego que consiste en tener una gran clavija y un contacto. Hay que
preparar una clavija con un largo cable y un contacto donde se pueda enchufar.
Niños
Éstos serán de juguete, y de tamaño grande. Se pueden confeccionar con cartón; el
«cable» podría ser un lazo (luego habrá qué recordar a los niños que es peligroso jugar con
cables e instalaciones eléctricas reales).
El cable de la clavija ha de llegar hasta uno de los niños. Todos se toman de las
manos para simular el paso de la electricidad.
El catequista será el centro de la atención, para explicar las reglas del juego:
mientras la clavija esté desconectada, todos estarán como muertos, sin vida, dormidos...
Cuando la clavija se conecte, los niños se moverán, siempre tomados de la mano, como si
pasara a través de ellos una fuerte descarga eléctrica que los sacude violentamente. Cuando
el catequista o alguien destinado por él desconecte la clavija, todos se tiran al suelo sin
vida, pero siempre tomados de las manos.
El catequista irá describiendo cómo, cuando no hay electricidad, los aparatos
eléctricos no funcionan, no hay luz en las casas, no se puede encender la televisión, no
enfría el refrigerador, no calienta el horno de microondas, etcétera. Hace falta que haya
electricidad para que todo tenga «vida».
El catequista irá diciendo luego frases como «para ver la “tele” se necesita
electricidad»; en ese momento se «conectará» la clavija, todos se levantarán y se pondrán
en movimiento. Luego continuará: «Pero cuando falta la electricidad, no se puede ver
“tele”»; en ese momento se «desconectará» la clavija y todos caerán o se sentarán como sin
vida. Esto se repetirá varias veces, refiriéndose a diferentes aparatos eléctricos.
Mientras el catequista va narrando, otra persona «conecta» y «desconecta» la
clavija, teniendo el contacto bien visible para todos los niños.
Niños
Luego se hará la vinculación con el tema central: «Así pasa cuando estamos unidos
a Jesús, Él nos da vida. Pero si no estamos unidos a Él, no podemos tener vida. Jesús es el
contacto; nosotros, los aparatos que necesitamos de su energía».
Se dibuja o representa un altar y al pie se pone el contacto, que es la fuente de
poder.
Otra vez el catequista irá diciendo frases como «cuando vamos a Misa, es como si
llegara la electricidad (en ese momento se “conecta” la clavija) y todos tenemos vida».
Luego, puede continuar: «Pero cuando no ponemos atención (la clavija se “desconecta”),
no recibimos la electricidad».
Así se referirá a diferentes partes de la Misa, por ejemplo: «Cuando se lee la Palabra
de Dios», «cuando nos damos la paz», «cuando se da la Comunión», «cuando salimos para
practicar lo que celebramos», etcétera, contrastadas con actitudes negativas, como «no
poner atención», «estar distraído», «no ir a Misa», «no hacer caso», «no poner en práctica»,
etcétera, con lo que la clavija se irá conectando y desconectando del contacto al pie del
altar.
Jesús en la Eucaristía nos da su «electricidad», nos comunica su vida (la clavija se
conecta y todos los niños se mueven).
GATO (#)
Para este juego (esperemos que muy conocido), se requiere un cartón con el signo de
numeral escrito en grande. Por otra parte, se escribirán preguntas en papeletas que quepan
en cada espacio a jugar en el «gato». Hay que preparar también dos juegos de seis o siete
fichas iguales entre sí (como taparroscas o monedas de diferente denominación. Si se cree
conveniente, fichas con el dibujo de un motivo eucarístico, como uvas, panes, cordero,
trigo, cáliz, hostias).
Para jugar al «gato» compiten dos equipos. El primero que tenga el turno elige el
espacio donde quiere poner su primera ficha, pero antes de ponerla, tendrá qué responder a
la pregunta oculta en la papeleta que está en ese espacio boca abajo. Si no sabe responder a
la pregunta ni con ayuda de su equipo, y el contrincante sí responde, este último podrá
poner su primera ficha sin perder su turno. Si ninguno de los dos sabe responder, ese
espacio será marcado con un elemento diferente que indique que ese espacio está
«quemado». El equipo que logre hacer una serie de tres con sus fichas (como en el «gato»
clásico), será el ganador.
Sugerimos jugar varias veces el «gato» para que, a fuerza de repetición, se reafirmen
las ideas en la memoria y en la comprensión. Las respuestas a las preguntas que vienen a
continuación, deberán ser estudiadas y conocidas previamente; si no, será difícil que las
respondan los niños.
Niños
Las preguntas que sugerimos para las papeletas, son las siguientes:
Niños
CARAS Y GESTOS
Este juego consiste en representar con mímica, expresiones faciales y corporales, sin
hablar en absoluto, la idea que en secreto (estará escrita en papelitos) se da a uno de los
participantes, quien debe hacer que su equipo adivine la palabra o frase de que se trata.
Niños
3. LA EUCARISTÍA ES PRESENCIA Y ENCUENTRO CON JESÚS
3.1. OBJETIVO
Niños
− No basta ver o tocar, es necesario tener los ojos de la fe. La fe es un regalo
del amor infinito de Dios. Con esos ojos podemos ver a Jesucristo en la
Eucaristía.
Los niños más pequeños necesitan conceptos muy concretos, les cuesta trabajo crear
símbolos. La idea debería ser inmediata, visual, clara y sencilla. Ellos tienen confianza y
creerán fácilmente cuando el catequista les hable de la presencia de Jesucristo en la
Eucaristía.
Niños
Nació muy pobre, en un establo, después de que muchos no lo quisieron recibir. Su
mamá se llamaba María, y su papá, José.
Jesús creció y creció, en casa de sus papás. Luego salió, para decirle a todos que
Dios los quiere mucho, y se quedó sin casa; desde entonces está buscando una casa dónde
vivir (se preparan varios corazones).
Llegaba al corazón de muchos para vivir para siempre, pero no lo recibían y lo
echaban con un puntapié de su corazón (así sucede con otros corazones). ¿Por qué lo
echaban, si es tan bueno? Porque no querían platicar con Él ni portarse bien.
Pero Jesús es muy listo e inventó la Misa, para quedarse en la casa que más quería.
Así es: Jesús se quedó en el Pan y el Vino consagrados, para entrar así a la casa que más
desea, nuestros corazones (entra en el corazón grande que parece una casa). Ésta es la casa
preferida de Jesús, el Hijo de Dios. ¿Quién lo quiere recibir en su corazón?
Cuando ves que comulgan tus papás y hermanos mayores, Jesús entra a sus
corazones y allí se queda.
Eso pasa en la Misa: Jesús hace una gran fiesta para que abramos las puestas y las
ventanas de nuestro corazón, y lo dejemos vivir ahí para siempre. Así ya no hay peleas ni
pereza; si Jesús está en nuestro corazón, todos estamos felices.
Aquí, el catequista puede preparar una hoja para que los niños dibujen y coloreen su
propio rostro feliz. También sería divertido para ellos pintar su rostro con una gran sonrisa.
El rostro pintado hará que los adultos pregunten, después de la catequesis, por su enorme
sonrisa. El catequista puede ayudarles con la respuesta, por ejemplo: «Estoy feliz porque
Jesús está aquí» (señalando su corazón); «la mejor casa de Jesús es mi corazón»; «Estoy
feliz, por mi boca recibo a Jesús y Él vive en mi corazón».
Sugerimos que los niños preparen con papel blanco una hostia dibujada y recortada
por ellos; ésta deberá llevar escrito al reverso: «El Cuerpo de Cristo es para» y el nombre
del niño que la preparó.
El catequista llevará una maceta con un poco de tierra. Explicará a los niños que la
tierra y el agua producen vida; cómo las semillas brotan después de algunos cuidados y
cómo, con un poco de atención, estos brotes producirán frutos. Mientras explica, el
expositor podría hacer brotar plantitas hechas de papel o plástico, para facilitar su
manipulación y propiciar que los niños toquen y comenten el hecho.
Después, el catequista aplicará este concepto al Cuerpo y la Sangre de Cristo: ese
pan consagrado lo dejó Cristo a todos los bautizados para que surja vida. Por ello,
sugerimos que los niños dibujen un corazón y con recortes de papel hagan algo semejante a
la explicación hecha con la maceta.
En la Última Cena, Jesús ordenó a sus Apóstoles realizar esta fiesta siempre; es la
manera en que Cristo se ha quedado con nosotros, por todos los días.
Como ocurre con la maceta, del corazón que recibe a Cristo en la santa Comunión,
brotan obras de vida, luz, paz, justicia, unión, generosidad y amor.
Es muy importante que el catequista propicie la participación de los niños, que
digan cuáles son esos brotes que surgen del corazón y los vayan colocando en él con algún
adhesivo.
Niños
Los niños pondrán el corazón de papel, con la hostia dentro, sobre su pecho; el
catequista insistirá en que lo lleven a casa después de la catequesis para que puedan dar
razón de lo que llevan puesto; por ejemplo: «Este corazón limpio recibió a Jesús en la
hostia consagrada, por eso salen de él plantitas de obras buenas como la amistad, la oración
y el estudio». La respuesta puede prepararse para ser memorizada en grupo o justificada
con las propias palabras del niño. El catequista debe cerciorarse de que el alumno sepa
responder.
Sugerimos preparar con los pequeños una mesa eucarística, con abundante «vino»
(jugo de uva o una bebida con ese sabor) y harina para preparar un pan ázimo. Para ello, el
catequista convenientemente preparará uno o varios panes ázimos con antelación (sólo se
necesitan harina de trigo y agua), un poco más gruesos que las tortillas de harina y cocidos
ligeramente, sin permitir que se endurezcan.
Se hacen los preparativos para el banquete: se sirven las copas o vasos sobre un
bonito mantel; se encienden algunas velas y se canta, como en una gran fiesta.
El catequista explica de qué se trata, con palabras como éstas:
Jesús, el Hijo de Dios, preparó la cena de Pascua con sus Apóstoles; era un banquete
muy singular. Les dio de comer un trozo de pan ázimo, es decir, sin levadura, porque éste
fue el alimento que tomaron los hebreos al escapar de las manos del Faraón en Egipto, y les
dijo: «Tomad y comed todos de él, porque éste es mi Cuerpo, que será entregado por
vosotros» (entrega el pan a los niños para que coman).
Luego, tomó la copa o el cáliz lleno de vino de uva. El vino de uva se utiliza para
las fiestas porque pone contentos a todos. Entonces, les dijo: «Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre; Sangre de la Nueva Alianza que será entregada por
todos los hombres para el perdón de lo pecados. Haced esto en conmemoración mía» (los
niños beben, junto con el catequista).
Jesús pidió a los Apóstoles celebrar este banquete para recordar todo lo que hizo por
salvarnos del pecado. Esto lo hacemos en todas las Misas; el sacerdote actúa en nombre de
Cristo y con las palabras de la Consagración pide al Espíritu Santo convertir el pan y el
vino en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor. Así, cuando comulgamos recibimos a Jesús
Niños
en su Cuerpo y su Sangre; Dios libera nuestros corazones de las cadenas del pecado y
unimos nuestra vida a la Vida Eterna.
Para reafirmar la idea, el catequista pedirá a los niños recortar y dibujar un corazón,
para ponerlo sobre su pecho. Igualmente dibujarán aparte un par de ojos. El catequista les
preguntará: «¿Cómo sabemos que Cristo está presente en su Cuerpo y su Sangre sobre lo
que fue pan y vino? Si lo probamos ya consagrado, sigue pareciendo pan y vino. ¿Que
necesitamos para ver el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía? Necesitamos los ojos
de la fe, sin ellos no es posible percatarnos. La fe es un regalo de Dios para ver lo que otros
no quieren ver».
En este momento, los niños ponen los ojos sobre los corazones, diciendo esta
oración: «Jesucristo, quiero recibirte siempre en mi corazón, mediante la Santa Comunión.
Santifica a mi familia y a toda la Iglesia con este Banquete de Luz y Vida eternas. Guíanos
siempre a la Verdad y no permitas que nos separemos de Ti. Te reconocemos vivo en la
Eucaristía por los ojos de la fe y te vemos realmente presente para adorarte eternamente.
Amén».
Niños
4. LA EUCARISTÍA ES COMUNIÓN Y BANQUETE PREPARADO POR JESÚS
4.1. OBJETIVO
Se repasarán los días de la semana con los más pequeños, para descubrir que el
trabajo, el aseo de casa o las tareas de la escuela son actividades que Dios quiere mucho;
Niños
que eso une a la familia. Pero el día más importante para Dios es el Domingo. Si todos los
días debemos orar, el Domingo es el día dedicado a Dios, el día en que nos reunimos todos
los que creemos en Jesús, para que nos hable con su Palabra, nos dé a comer su Cuerpo y a
beber su Sangre.
Recomendamos que el tema se desarrolle del siguiente modo:
Preparamos a un niño y una niña (aunque pueden ser los mismos catequistas) para que
actúen como El Papá y La Mamá; los demás niños del grupo actuarán como Los Hijos de la
casa. Se tendrán listos siete carteles con los días de la semana, que irán apareciendo durante
la representación. Sugerimos indicar que los pequeñitos repitan lo que diga el papá.
Mamá. ¡Es lunes! (Suena un despertador). Todos arriba, es hora de despertar (La MAMÁ se
apresta a levantar de la cama a todos).
Niños
MAMÁ . Vamos, pues (con un letrero que dice ‘escuela’, La Mamá guía a los niños a lo que
será ese lugar. Al llegar los entrega al MAESTRO o MAESTRA y se despiden).
La siguiente parte del día se puede abreviar, con una comida y cena muy rápidas y
las oraciones antes de dormir (que deberá guiar El Papá). Al día siguiente se seguirá el
mismo esquema del lunes, hasta el sábado, con las adecuaciones necesarias para el último
caso.
En medio del círculo se colocará una mesita. Sobre ella una Biblia, una copa y un
pan u hostias. Alguien puede vestirse como sacerdote, levantar la Biblia y decir fuerte
Niños
«Palabra de Dios», para que se responda «te alabamos, Señor». Entonces se puede cantar
el Aleluya u otro canto que los pequeños conozcan. Rezan juntos el Padrenuestro con las
manos juntas y se distribuye el pan a Los Papás diciendo en voz alta «el Cuerpo de
Cristo», a lo que ellos responderán «Amén». Continúa LA MAMÁ :
MAMÁ . ¿Quién quiere recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo? (muchos niños querrán).
PAPÁ . Para a Cristo recibir, al catecismo asistir.
TODOS. Para a Cristo recibir, al catecismo asistir.
PAPÁ . Lunes (todos repiten).
MAMÁ . A trabajar y a la escuela.
PAPÁ . Martes (todos repiten).
MAMÁ . A estudiar y hacer la tarea.
PAPÁ . Miércoles (todos repiten).
MAMÁ . La casa nos espera, como siempre.
PAPÁ . Jueves (todos repiten).
MAMÁ . Estudiar más, trabajar más.
PAPÁ . Viernes (repiten).
MAMÁ . Es el último día de escuela, pero los papás siguen trabajando.
PAPÁ . Sábado (repiten).
MAMÁ . También se hace tarea en sábado.
PAPÁ . Domingo, Domingo, Domingo (repiten).
MAMÁ . Ese día no se trabaja.
PAPÁ . Domingo, Día del Señor (también repiten).
MAMÁ . Día en que Cristo vuelve a la vida.
PAPÁ . Domingo, día de la Eucaristía (siguen a El Papá).
MAMÁ . Por eso juntamos nuestras manos y decimos.
TODOS. Señor Jesús, somos tu familia, tu gran pueblo; nos amas mucho. Nos vemos el
Domingo, por siempre. Amén.
Niños
Todos aplauden y cantan algo alegre que los pequeños conozcan, relacionado con la
Eucaristía.
PREPARACIÓN
Sobre el piso se dibuja la silueta de una persona, como si hubiera caído de lo alto.
Al centro del pecho de la figura, se escriben en un círculo las iniciales ‘SC’, de
«Supercristiano» o «Supercatólico». Si se prefiere, pueden dibujarse también el pan y la
flama del logotipo del próximo Congreso Eucarístico Internacional, y pintar allí las
iniciales.
Un niño es disfrazado como superhéroe enmascarado, con los colores rojo, amarillo,
blanco y azul (del logotipo para el 48º Congreso Eucarístico Internacional). Se dispone a
los demás niños a participar como seres necesitados de la ayuda de «Supercristiano»: una
anciana enferma, una señora que llora, niños abandonados, un señor que se emborracha.
Se emplearán también una Biblia, signos eucarísticos (como trigo, uvas, vino y
pan), y cuatro carteles, con las palabras ‘Eucaristía’, ‘Palabra de Dios’, ‘Comunidad’ y
‘Gracia’.
El catequista debe guiar la dinámica con gran entusiasmo.
Asimismo, se confeccionarán varios antifaces como los de «Supercristiano» o círculos
con las iniciales, para entregarlos a los niños durante el desarrollo de la actividad.
Desarrollo.
Los niños se acomodan, junto con el catequista (Narrador), formando un círculo en
torno a la figura pintada en el piso. El catequista les cuenta, con palabras como éstas:
Narrador. Aquí cayó la última vez «Supercristiano», sólo quedó su marca sobre el
pavimento y no hemos sabido nada de él. Su vida fue un ejemplo para todos, ayudó a los
enfermos, enseñó a los ignorantes, visitó a los presos, aconsejó a los descarriados. Todos lo
querían mucho. Mucha gente extraña su fuerza y energía (todos permanecen en círculo).
Su fuerza era tanta que mantenía unidos a todos como una gran familia... pero ya no
está aquí... Los enfermos sufren, están solos, poca gente va a Misa, hay muchos niños
solos, muchos borrachos por la calle (entran los actores y piden ayuda a los niños).
¿Qué podemos hacer, niños? ¿A quién podremos pedir auxilio? (El Narrador
repetirá estas preguntas con insistencia. En medio del desconcierto, pedirá ayuda a Dios y
entonará una melodía sencilla como las asociadas con los superhéroes; entonces, sólo
escuchando esta melodía, responderán Los Niños).
Niños
Niños. ¡«Supercristiano»!
Narrador (con rostro de asombro, exclama). ¡Estás todavía vivo, «Supercristiano»!
Gracias a Dios. Ayúdanos, por favor.
Entonces, Supercristiano atenderá las necesidades de cada uno, por ejemplo, a los
niños perdidos les pedirá no ser desobedientes con sus padres y llevarlos a un lugar
seguro; a la señora que llora la consolará y hará oración por ella; le rogará al alcohólico
pedir ayuda y no alejarse de su familia; a la enferma la llevará al doctor, etcétera.
Una vez que Supercristiano realiza estas obras admirables, el NARRADOR-
CATEQUISTA lo coloca al centro.
Niños
SUPERCRISTIANO. Todos pueden ser «Supercristiano», superhijos de Dios,
supercatólicos, acercándose a la Eucaristía y haciendo el bien.
CATEQUISTA . Todos ustedes, por su Bautismo, son Hijos de Dios; son Pueblo de
Dios y el poder de Dios lo acompaña, especialmente en la Eucaristía.
CATEQUISTA . Repitan conmigo: «Somos el “superpueblo” de Dios, somos
“superhijos” de Dios; somos “supercristianos”. Cristo Luz, Cristo Vida, Cristo Eucaristía»
(en este momento se les entregan los antifaces de «Supercristiano», invitándolos a imitar a
Cristo con este superhéroe).
Sugerimos concluir con un canto muy alegre y orar el Padrenuestro u otra oración a
Cristo, del devocionario al final de este subsidio.
Niños
4.6. PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS
PREPARACIÓN
Son necesarios cuatro símbolos que podemos encontrar en la Eucaristía: la Palabra
de Dios, un crucifijo o imagen de Cristo, un cáliz y pan ázimo (hostias o pan sin levadura).
Previamente, se dará una actividad a los niños, que realizarán al mismo tiempo
cuando lo indique el catequista, como saltar, cantar, pintar, gritar, orar, cocinar, cuidar al
bebé, trabajar en la obra, martillar, barrer, etcétera: tantas actividades cuantos niños estén
en el grupo.
Niños
DESARROLLO
El catequista explicará que, cuando él lo indique, todos se pondrán en acción, no
importando el ruido que se pueda generar, pero cuando él diga la palabra ‘Cristo’ en voz
alta, todos deberán detenerse, guardar absoluto silencio e indicar con su dedo índice el
signo eucarístico que se mueva entre ellos. Como ya se dijo, serán cuatro los signos que se
moverán entre los niños mientras ellos realicen sus actividades, y que se detendrán también
a la voz de ‘Cristo’.
Se comenzará con el crucifijo o la imagen de Cristo; éste se moverá de un lado a
otro en el espacio de la reunión. Cuando se escuche la voz ‘Cristo’ y todos se detengan en
silencio, el catequista se pondrá a un lado del signo y referirá con éstas u otras palabras:
Cristo el Señor ha dejado en su Iglesia, su pueblo santo, el regalo del Sacerdocio y la
Eucaristía. Gracias a este banquete, Jesús forma a un gran pueblo, la Iglesia. Todos
alrededor de este alimento de vida eterna, daremos mucho fruto; sin él estaremos sin vida y
divididos.
Se continuará con la Palabra de Dios. El catequista indicará volver al trabajo, todos
se pondrán en movimiento y verán pasar otro signo, la Biblia (habrá que portarla con
cuidado y respeto). De nuevo, la palabra ‘Cristo’ se dejará escuchar. Todos se detendrán sin
chistar, señalando el símbolo. El Catequista se pondrá a un lado del portador de la Sagrada
Escritura y encenderá una vela o cirio. Dirá:
La Palabra de Dios en la Eucaristía, da luz a su pueblo que peregrina en el mundo.
Esta Palabra es viva y eficaz; Dios realiza de nuevo en nosotros, en este tiempo, su plan de
salvación. Al inicio de la Misa, la Sagrada Escritura se proclama y se escucha con respeto y
atención, porque es Dios mismo el que pasa en medio de nosotros.
Finalmente, se emplearán los signos del pan y el vino. De nuevo, inicia el caos y
estos signos se mueven entre los niños. Se pronuncia la palabra ‘Cristo’, deteniendo a la
asamblea, que de nuevo señala el signo. Como en los momentos anteriores, el catequista de
acerca al signo, enciende otra luz y refiere algo como esto:
El pueblo santo, que somos todos los bautizados, no sólo urge de la Palabra de Dios
que lo guíe como la luz en medio de la oscuridad, necesita también alimentarse. Jesús dejó
a los apóstoles este banquete de amor. Se quedó en medio de nosotros para que lo comamos
en la Sagrada Comunión, en cada Misa; somos su familia más querida y nos ordena que lo
hagamos en memoria suya. Éste es el alimento de la unidad y de la garantía de la vida
eterna.
En este momento los invita a cantar a Jesucristo y expresar espontáneamente su
fervor a la Eucaristía. Se puede concluir con la oración de la fraternidad eclesial: el
Padrenuestro.
Niños
5. DEVOCIONARIO Y ORACIONES CRISTIANAS
ÁNGEL DE MI GUARDA
Ángel de mi guarda,
dulce compañía,
no me desampares
de noche ni de día.
No me dejes solo,
sé en todo mi guía;
sin ti soy chiquito
y me perdería.
Cuatro esquinitas
tiene mi cama,
cuatro angelitos
guardan mi alma.
Niños
EL SEÑOR DIOS NOS AMÓ
Es el pan de la amistad,
el pan de Dios:
«Es mi Cuerpo: tomad y comed;
ésta es mi Sangre: tomad y bebed,
pues Yo soy la vida,
Yo soy el amor».
Intención de la Misa
Niños
El Señor omnipotente y misericordioso
nos conceda la alegría con la paz, la enmienda de la vida,
tiempo de verdadera penitencia,
la gracia y el consuelo del Espíritu Santo,
y la perseverancia en las buenas obras. Amén.
ADORACIÓN EUCARÍSTICA
Niños
ORACIONES A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
ORACIÓN
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado
dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce
de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
ÁNGELUS
ORACIÓN
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que,
por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su
Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN A MARÍA
Niños
también estés junto a mí, miserable pecador,
y junto a todos los fieles que aquí y en toda la Santa Iglesia
vamos a participar de aquel divino Sacrificio,
para que, ayudados con tu gracia,
ofrezcamos una hostia digna y aceptable
en la presencia de la suma y única Trinidad. Amén.
«Bajo las especies consagradas del pan y del vino, Cristo mismo, vivo y glorioso,
está presente de manera verdadera, real y substancialmente, con su Cuerpo, su
Sangre, su alma y su divinidad».
Después de comulgar, procura tener unos minutos para dar gracias. Es un detalle de
respeto hacia Jesús continuar un rato después de Misa dándole gracias por la Comunión
recibida. Puedes leer despacio y con atención estas oraciones.
ACTO DE FE
¡Señor mío, Jesucristo! Creo que verdaderamente estás dentro de mí con tu Cuerpo,
Sangre, alma y divinidad, y lo creo más firmemente que si lo viese con mis propios ojos.
ACTO DE ADORACIÓN
¡Oh, Jesús mío! Te adoro presente dentro de mí, y me uno a María Santísima, a los
Ángeles y a los Santos para adorarte como te mereces.
Te doy gracias, Jesús mío, de todo corazón, porque has venido a mi alma. Virgen
Santísima, Ángel de mi guarda, Ángeles y Santos del Cielo, dad por mí gracias a Dios.
ALMA DE CRISTO
Niños
y mándame ir a Ti,
para que con tus santos te alabe
por los siglos de los siglos. Amén.
ACTO DE ENTREGA DE SÍ
Bendíceme, Niño Jesús, y ruega por mí sin cesar. Aleja de mí, hoy y siempre, el
pecado. Si tropiezo, tiende tu mano hacia mí; si cien veces caigo, cien veces levántame. Si
me dejas, Niño, ¿qué será de mí? En los peligros del mundo, asísteme. Quiero vivir y morir
bajo tu manto. Quiero que mi vida te haga sonreír. Mírame con compasión, no me dejes,
Jesús mío. Y, al final, sal a recibirme y llévame junto a Ti. Tu bendición me acompañe hoy
y siempre. Amén. Aleluya (rezar un Gloria).
Niño Jesús: Tú eres el Rey de la Paz, ayúdame a aceptar sin amarguras las cosas que
no puedo cambiar.
Tú eres la fortaleza del cristiano; dame valor para transformar aquello que en mí
debe mejorar.
Tú eres la sabiduría eterna; enséñame en cada instante cómo debo obrar para
agradar más a Dios y hacer mayor bien a las demás personas. Te lo suplico, por los méritos
de tu infancia, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Os adoro, amable Niño del pesebre, el más humilde y el más grande de los hijos de
los hombres y el más pobre y el más rico, el más débil y el más poderoso.
Os bendigo, porque os habéis dignado descender hasta mí, para ser mi modelo en la
práctica de todas las virtudes, mi guía en las dificultades de la vida, y mi consuelo en los
días de aflicción.
Os amo, porque venís a mí con amor infinito; con amor generoso, al que no cansan
mis ingratitudes; con amor obsequioso, que se anticipa a los tardíos impulsos de mi
Niños
corazón; con amor paciente, que espera mi conversión para amarme más tiernamente aún.
Por eso, con el corazón lleno de agradecimiento, de rodillas al pie de este lecho de paja, os
adoro, bendigo y amo, con todo el fervor de mi alma, y me atrevo a levantar mis ojos hasta
mi Dios, que se digna mirarme.
Quédate, Señor, conmigo, porque te necesito ver presente para no olvidarte, pues ya
sabes con cuánta frecuencia te abandono.
Quédate, Señor, conmigo, porque soy muy débil y necesito de tus alientos y de tu
fortaleza, para no caer tantas veces.
Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi vida, y sin Ti, con frecuencia decaigo
en el fervor.
Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi luz, y sin Ti, estoy en tinieblas.
Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y la siga.
Quédate, Señor, conmigo, para demostrarme todas tus voluntades.
Quédate, Señor, conmigo, porque deseo amarte mucho y vivir siempre en tu
compañía.
Quédate, Señor, conmigo, porque todo mi ser te está consagrado y Tú me
perteneces.
Quédate, Señor, conmigo, y haz de mi corazón una celda de amor de la cual nunca
te alejes.
Quédate, Señor, conmigo, si quieres que te sea fiel.
Quédate, Señor, conmigo, porque aunque mi alma es muy pobre, deseo que sea para
Ti un lugar de consuelo, un huerto cerrado, un nido de amor.
Niños
y ponga toda mi confianza en Ti,
y que obedezca a otros por amor a Ti.
Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti,
que quiera ser pobre por amor a Ti.
Mírame, para que sólo te ame a Ti.
Llámame, para que sólo te busque a Ti.
Y concédeme la gracia
de gozar para siempre de Ti. Amén.
CREO EN TI
Niños
Señor, Tú siempre me has guardado
en la prueba,
y, aunque estoy en ella,
creo en Ti.
V. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu
amor. Envía, Señor, tu Espíritu, y serán creadas todas las cosas.
R. Y renovarás la faz de la Tierra.
OREMOS
¡Oh, Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!
Concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su
divino consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
BENDICIÓN DE LA MESA
ANTES DE COMER
V. Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que por tu bondad vamos a tomar. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
R. Amén.
Añadir al mediodía y por la tarde:
V. El Rey de la Gloria eterna nos haga partícipes de la mesa celestial.
R. Amén.
DESPUÉS DE COMER
V. Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios. Tú, que vives y reinas por los siglos
de los siglos.
R. Amén.
V. El Señor nos dé su paz.
R. Y la vida eterna. Amén.
Niños