La Candidatura de Rojas
La Candidatura de Rojas
La Candidatura de Rojas
Armando Chirveches.
La novela del autor paceño Armando Chirveches, relata las vivencias de Enrique Rojas, un joven abogado
que, una vez graduado, decide candidatear para una diputación con el apoyo de su casta familiar y sus
amigos. Enrique, joven blanco de altos modales y excelente orador, se va entonces a Los Yungas a
prepara su campaña. Ahí conoce a Inés, su prima, de quien se enamora perdidamente.
En el proceso de su nombramiento como candidato, Enrique realiza varias acciones que denotan el
carácter y las costumbres de los políticos bolivianos. Por ejemplo, visita a un ministro del partido de
Gobierno, que es liberal, para ofrecerse como candidato, pero la autoridad oficialista lo rechaza, por lo
que, muy enojado, el joven político decide apostar a la oposición, que tiene tinte conservador. Rojas pone
encima de sus ideales – él es liberal- sus ambiciones políticas y se va con la oposición.
En Los Yungas Rojas combina su vida de amante y Don Juan con una campaña mediocre, mediada por el
alcohol y las juergas a las que, según él y la clase política de su tiempo, debe someterse cualquier persona
que quiera ganar una elección.
Enrique se aloja algunos días en la casa de su tío y pasa tiempo con Inés, a quien luego no puede olvidar a
pesar de otros amoríos. Ya en campaña, sale con otra mujer, Carmen Meruvia, no solo para olvidar a Inés,
sino para hacer nexo con las familias de las localidades donde necesita votación.
En la comunidad donde se instala para buscar votos – en la novela no menciona el nombre de la ciudad-
Enrique debe disputar la diputación con uno de los Garabito, la familia más temida de esos lares, tanto
por su poder económico como por la violencia con la que ejerce su dominio local.
Los Garabito tienen a sus miembros en diversos puestos, desde la Subgobernación hasta le Iglesia. Ahora
van por la Diputación y para ello mueven todas sus influencias, dinero y a sus matones. Esta familia
también tiene un medio de comunicación escrito, que usa para defenestrar a enemigos y que tiene una
relativa circulación.
Enrique se enfrenta, entonces, a una familia pueblerina de bajas costumbres, pero fiera en la pelea por sus
intereses. Los Garabito tienen la fama de golpear a quienes se les oponen o se nieguen a entrar en sus
círculos de poder.
Rojas se mezcla entre la plebe para ganarse la confianza de las familias mestizas y blancas, y también
para conocer mozas que le quiten de la cabeza a Inés, a quien en determinado momento decide olvidar,
para seguir el camino definitivo de la política y el Estado y no quedarse como un simple dueño de una
finca o campesino.
El alcohol está presente en varias escenas de la obra. En una corrida de toros que acaba con un muerto, en
las fiestas con acólitos y aliados, en las visitas a amigos y compadrazgos.
La tensión crece en el poblado mientras Enrique convence a los vecinos de votar por él. Su principal
aliado, el señor Montes de Oca, es uno de sus paladines.
Llega el día de la elección, y como es de prever, Rojas y sus seguidores entran a un bar a esperar las
elecciones. Se pasan de bebidas espirituosas y el postulante despierta en la cama de una habitación,
azuzado con los gritos del resultado de la votación: Rojas es derrotado.
Furioso, el joven abogado decide marcharse del lugar para irse a buscar a Inés, con quien piensa limpiar
las heridas de la derrota y pasar el resto de su vida. Explica su derrota porque le faltó beber más y ofrecer
más a sus votantes.
Una vez con Inés, se entera que su padre le quiere comprometer con otro joven, un acaudalado hacendado
de la zona, pero Rojas le dice sus intenciones y, apoyado por el párroco que se había vuelto amigo suyo,
convence a su tío para casarse con Inés. Ella le explica a su padre que no quiere al hacendado y que
prefiere irse con Enrique.
El tío, rodeado de argumentos contrarios a los de sus deseos, decide apostar por el amor que ve que
Enrique e Inés se tienen y bendice el matrimonio. Les otorga, además, su finca para que vivan de la tierra
y siembren juntos el amor que se prodigan.
Análisis
Enrique Rojas representa el tradicional político boliviano de casta de los primeros años del Siglo XX.
Utiliza sus conexiones familiares y amistades y basa en su apellido su derecho a ser candidato a Diputado.
Muestra las mañas de los políticos y supedita sus decisiones a sus intereses y no a sus convicciones.
La obra muestra también la cultura política de la época. El voto censitario, el uso del indígena como
pongo, la posición de la mujer como ser destinado a la casa y al matrimonio, los hijos y a temas
emocionales, y al hombre como el centro de la vida estatal y de comunidad.
También muestra una de las taras más profundas del boliviano: su vicio con el alcohol y el jolgorio.
Se ve también el horizonte de la casta dominante: mira más a Europa que a su tierra. Estudian pensando
que La Paz debe ser como París y que Montesquieu debe reinar en las asambleas legislativas y la
Constitución.
La Candidatura de Rojas es una muestra de la cultura política boliviana de 1900, que tiene aun hoy
vigente varios de sus postulados, aunque otros han sido superados.