Seminario Tic
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innovadora
Resumen
1. Introducción
Cada vez más pequeñas y multifuncionales, las tecnologías transforman los modos de
estar en el mundo, de pensarse como sujetos y de pensar a los otros, pero fundamentalmente,
se transforma el modo en que se produce, circula y se consume la información. En la
actualidad los jóvenes se vinculan de diversas maneras con los medios de comunicación
tradicionales como la radio, los diarios y revistas, la televisión y el cine, y con las TIC como la
computadora, internet, los teléfonos celulares, los reproductores digitales de música y video, y
que por lo tanto acceden a las fuentes de saber y conocimiento, de modo diferente al que lo
hacían las generaciones anteriores (Tous y Zapata, 2011).
La presencia de las tecnologías en las aulas ya no tiene vuelta atrás. Si hasta hace
unos años autoridades escolares y docentes podían pensar que los medios digitales debían
restringirse a algunas horas por semana o a algunos campos de conocimiento, hoy es difícil, si
no imposible, ponerle límites a su participación en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Experiencias como los modelos 1 a 1 (una computadora por alumno), las pizarras electrónicas,
los laboratorios de informática móviles, o incluso la convivencia cotidiana con celulares y otros
artefactos digitales, muestran que las nuevas tecnologías llegaron para quedarse (Dussel,
2011).
En el contexto educativo, las TIC pueden ayudar a los estudiantes a adquirir las
capacidades necesarias para llegar a ser competentes en su uso, buscadores, analizadores y
evaluadores de información; solucionadores de problemas y tomadores de decisiones;
ciudadanos informados, responsables y capaces de contribuir a la sociedad, entre otras, según
la UNESCO (2008). Al considerar las competencias TIC como fundamentales en cada saber,
aparece la importancia de formar en estas habilidades. El docente es la persona que
desempeña el papel más importante en la tarea de ayudar a los estudiantes a adquirir esas
capacidades. Además, es el responsable de diseñar tanto oportunidades de aprendizaje como
el entorno propicio en el aula que faciliten el uso de las TIC por parte de los estudiantes para
aprender y comunicar.
Esta situación nos invita a indagar, desde la realidad de estas experiencias, los
aspectos de mayor incidencia, particularmente las dinámicas de interacción que se suscitan en
estos nuevos escenarios educativos, donde se observan una serie de estrategias educativas
de cara a las exigencias cambiantes del entorno global y el énfasis del aprendizaje centrado en
el estudiante a quien le corresponde asumir con mayor compromiso, de forma participativa y
activa, su proceso de formación (Pérez y Telleria, 2012).
2. Marco Conceptual
Las TIC han tenido un desarrollo explosivo en los últimos veinte años, al punto de dar
forma a lo que se denomina “Sociedad del Conocimiento” o “de la Información” (UNESCO,
2013). La información se multiplica más rápido que nunca y se distribuye de manera
prácticamente instantánea. El mundo se ha vuelto un lugar más pequeño e interconectado. Las
nuevas generaciones viven intensamente la omnipresencia de las tecnologías digitales, al
punto que esto podría estar incluso modificando sus destrezas cognitivas. En efecto, se trata de
jóvenes que no han conocido el mundo sin Internet, y para los cuales las tecnologías digitales
son mediadoras de gran parte de sus experiencias. Estos jóvenes están desarrollando algunas
destrezas distintivas y aprenden de manera diferente (Pedro, 2006). Los ámbitos educativos se
enfrentan a la necesidad de innovar en los métodos pedagógicos si desean convocar y ser
inspiradoras para las nuevas generaciones de jóvenes.
La introducción de las TIC en las aulas pone en evidencia la necesidad de una nueva
definición de roles, especialmente, para los alumnos y docentes. Los primeros, gracias a estas
nuevas herramientas, pueden adquirir mayor autonomía y responsabilidad en el proceso de
aprendizaje, lo que obliga al docente a salir de su rol clásico como única fuente de
conocimiento. Es clave entender que las TIC no son sólo herramientas simples, sino que
constituyen sobre todo nuevas conversaciones, estéticas, narrativas, vínculos relacionales,
modalidades de construir identidades y perspectivas sobre el mundo.
Maggio (2012) afirma que es importante el lugar que ocupan hoy las nuevas tecnologías
en relación con los modos en que se produce y difunde el conocimiento, y por ende es
importante la necesidad epistemológica de su inclusión en las prácticas de la enseñanza. En
los escenarios de la contemporaneidad, las tecnologías de la información y la comunicación,
entramadas con la cultura y el conocimiento, generan hoy más que nunca posibilidades ricas y
diversas para la enseñanza poderosa. Enseñar aprovechando estas enormes oportunidades
implica pensar, especialmente, en su sentido didáctico, de modo tal de acercarnos a la creación
de propuestas originales clase a clase. (Maggio, 2012: 65).
La posibilidad de construcción de significado por parte del sujeto está orientada por la
selección de la información considerada relevante y en todo caso, ésta es la que guía su
construcción de significado dentro de un contexto. Visto desde esta perspectiva, el desarrollo
humano consiste en la capacidad del sujeto para mantener una reacción invariable frente a los
estados cambiantes del medio estimulante. Esto implica que el aprendizaje depende de la
capacidad de asimilar o incorporar como propios, los acontecimientos de un sistema de
almacenamiento que corresponden al medio, sistema que hace posible la creciente capacidad
del sujeto para ir más allá de la información que encuentra en un momento determinado. Pero,
para que esta construcción del conocimiento sea posible, se requiere de la mediación del
lenguaje, que acaba por ser no sólo el recurso de intercambio, sino el instrumento que luego
puede utilizar el hombre para poner orden en su medio (Bruner, 1972).
Jonassen (2004) sostiene que el apoyo que las tecnologías deben brindar al
aprendizaje no es el de intentar la instrucción de los estudiantes, sino, más bien, el de servir de
herramientas de construcción del conocimiento, para que los estudiantes aprendan con ellas,
no de ellas. De esta manera, los estudiantes actúan como diseñadores, y los computadores
operan como sus Herramientas de la Mente para interpretar y organizar su conocimiento
personal. Las Herramientas de la Mente son aplicaciones de los computadores que, cuando
son utilizadas por los estudiantes para representar lo que saben, necesariamente los involucran
en pensamiento crítico acerca del contenido que están estudiando (Jonassen y Reeves 1996).
En este sentido, señalan Coll y Monereo (2008) que estos escenarios educativos están
constituidos por un conjunto de variables que los definen, tales como: los participantes y sus
roles, los formatos de interacción establecidos, los contenidos y las modalidades de
organización del tiempo, el espacio y los recursos específicos, entre otros.
La revolución tecnológica ha promovido una nueva sociedad marcada por los cambios
globales y la innovación en las tecnologías de la información, influenciando la economía, la
política, los aspectos competitivos, el mercado de trabajo, las estrategias de educación y
nuevas estructuras de aprendizaje. Se trata de un nuevo paradigma que se está construyendo
por la sociedad global a través de las TIC. Para enfrentar estos cambios las competencias en
TIC han pasado a formar parte de los requisitos que se demandan en muchos de los puestos
laborales. Los enfoques que plantea la UNESCO implican el desarrollo de competencias en TIC
en los centros educativos de todos los niveles (Arras Vota, Torres Gastelú y García-Valcárcel
Muñoz-Repiso, 2011).