TFI Arias
TFI Arias
TFI Arias
Licenciatura en Psicología
“Clínica de frontera:
Adolescentes al filo”
Introducción
las autolesiones infringidas en la piel en determinado grupo de jóvenes. Se iniciará por plantear
que los adolescentes, que se encuentran en plena metamorfosis, recurren al acto para posibilitar
actuar puede ser beneficioso para resolver los conflictos internos que caracterizan a esta etapa;
pero algunas conductas pueden ser peligrosas como ser el ataque al propio cuerpo. La autolesión
será abordada como una particularidad de lo que se dio en llamar “adolescentes fronterizos”.
Pueden observarse en esta entidad otros comportamientos riesgosos como: intentos de suicidio,
afectiva, y otras variedades que se expondrán durante el recorrido del presente trabajo.
fronteriza, su evolución histórica y, considerando que pueden presentar una amplia y variada
adolescentes.
capítulo 3 se explicará el concepto de narcisismo como una etapa de la constitución del yo. Para
que dicha instancia pueda advenir, el bebé necesita una madre suficientemente buena.
narcización y los efectos que podría producir cuando dicha función es fallida, como sucede con
los pacientes fronterizos que presentan un yo deficitario, angustias arrasadoras de las cuales se
defiende con mecanismos de defensa arcaicos que derivan en actuaciones debido a su deficitaria
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capacidad de simbolización.
Una de las características más preocupantes que presentan estos jóvenes son las
actuaciones, que ponen en riesgo su propia existencia. Dentro de ellas, es habitual encontrar en
buscando) en ese acto algo de alivio en relación al dolor psíquico que padecen. A razón de ello,
trata de un pasaje al acto, un acting out, o una práctica de nuestro tiempo. Además se intentará
un trabajo prolongado, en la gran mayoría de los casos hasta se podría pensar en un análisis
interminable, y además una ardua recomposición, así como de construcción tanto en el plano
de la historicidad como en las relaciones vinculares actuales del paciente. Por eso se analizará
el abordaje reflexionando en que lo limítrofe no solo tiene que ver con sus signos y síntomas,
también incluye las fronteras de la técnica psicoanalítica freudiana que para poder abordar a los
pacientes fronterizos debe extender los límites de la analizabilidad. Esta ampliación implica
del tratamiento.
3
Capítulo1
Organizaciones fronterizas
ello, en este primer capítulo se presentarán los antecedentes históricos del concepto, su
1.1) Definición
personalidades como sí, seudo self, trastorno límite de la personalidad y también los que
Lerner (2015) y Hornstein (2013), por mencionar algunos, adhieren con estos últimos, ya que
Lerner (2015) aclara que no elije hablar de estado porque dicho término alude a cierta
para salir de ese y entrar en otro. Cuando se discute en términos de organización, se piensa en
psicopatología, como los déficits en la constitución yoica, que determinarán una modalidad de
de la siguiente manera:
Siguiendo con la misma línea de pensamiento, Sternbach (2015) aclara que “la noción
clásicas” (p.137), ni tampoco es una zona de tránsito que está a mitad de camino entre neurosis
psicopatológicas porque aún no son ni una entidad claramente circunscripta ni mera zona de
intermediación.
Hornstein (2013) ya que defienden con uñas y dientes su precaria identidad. La frontera entre
lo interno y lo externo es de mucha incertidumbre, una tierra de nadie entre la salud y la insania
(Green, 1986) un yo de límites borrosos, una indiferenciación entre sujeto-objeto desdibuja sus
límites. Para Sternbach (2015), esa frontera que delimita territorios, los separa a la vez que los
instituye como diferenciados, conformando una zona de transición entre lo uno y lo otro que se
Para Kernberg (1979) esta denominación debe ser exclusiva para aquellos pacientes que
sintomáticas típicas, una constelación de mecanismos de defensa del yo, una patología típica
un lugar a partir de la década de 1930, aunque había sido utilizado primeramente por Hughes
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debemos recordar que el término borderline apareció por primera vez en 1884,
locura. Los definió como “personas que pasaban permanentemente de uno al otro
Según Gobbi (1990), Rosse extiende el concepto postulado por Hughes asignándole
otras condiciones como obsesiones severas, compulsiones, fobias bizarras e histerias graves,
aunque admite que fue Stern quien consigue darle al término un status formal al diferenciar a
un grupo de pacientes demasiado enfermos para ser analizados al modo clásico. Además, se
debe a este autor la descripción de una de las características preponderantes que presentan estos
pacientes y que es puesta al descubierto por el trabajo analítico, se trata de la hemorragia mental
que se distingue por una intolerancia al dolor mental, siempre penetrante, frente a cualquier
disconfort el resultado será el sentimiento de estar siendo herido o lastimado (citado en Gobbi,
1990).
años, difundiendo términos como: una forma atenuada de esquizofrenia, así la llamaba
Kraepelin en 1883, o heboidofrenia (formas atenuadas de demencia precoz) que fue propuesto
por Kahlbaun en 1885. Fue allí, según el autor, donde se produjo la divisoria de aguas, los
cambio los psicoanalistas los explicarían dentro de las neurosis. Esto generó un debate respecto
Se hizo habitual a partir de allí que los autores afirmasen que se trataba de pacientes
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que cabalgaban entre la neurosis y la psicosis. Un claro ejemplo de esto se puede encontrar en
que presentaban una dificultad diagnóstica, motivo por el cual quienes no cumplían con todas
las características de una de esas dos estructuras (neurosis o psicosis), o que tenían elementos
de ambas, se las rotulaba como borderline. En el mismo sentido, situando a estos sujetos en el
límite entre la neurosis y la psicosis, varios autores han postulado diversas formas de llamarlos,
como ser Esquizofrenia Latente por parte de Bleuler; Esquizofrenia Pseudoneurótica fue el
nombre propuesto por Hoch y Polatin. Según la descripción de los autores mencionados, en
este cuadro, tras una apariencia neurótica se esconden síntomas primarios de la esquizofrenia.
(Borderline, 2001)
Kernberg (1979) exponía que había una gran confusión en la bibliografía especializada
puesto que el término fronterizo se empleaba para referirse tanto a las manifestaciones agudas
neurosis y psicosis. Ciertos autores no precisan con claridad si los términos esquizofrenia
desórdenes fronterizos.
metapsicología clásicas e impulsó una ampliación de los conceptos teóricos. Como lo plantea
organizaciones fronterizas. Otros la utilizan como una especie de comodín que les permite
ubicar los casos de más difícil delimitación. O como resaltaba André (1999) “La expresión
Corsaro (1992) revelaba que la Organización Mundial de la Salud [OMS] aún no había
que utilizaba el termino esquizofrenia latente que muchos autores utilizaban para el trastorno
borderline. Lo mismo sucedía con la American Psychiatric Association [APA] que tampoco lo
incluía en su sistema, hasta que en1980 modificó su clasificación (APA, 1980), y lo reconoció
Lerner (2015) expresa que si bien aún se suele escuchar esa antigua afirmación de que
estos pacientes basculan entre la neurosis y la psicosis, los psicoanalistas que han estudiado la
temática en profundidad están lejos de afirmar que si un paciente fronterizo es un poco más
sano podría en algún momento ser un neurótico, y si es un poco más enfermo derivará en una
psicosis. “La patología fronteriza es una organización independiente, de la cual podríamos decir
Jack André (1999) señala: “Es más fácil decir que los estados no se dejan asimilar ni a
la psicosis ni a la neurosis que circunscribir positivamente que son” (p13). Para Green (1990)
la idea de esa frontera (entre neurosis y psicosis) adquiere otro sentido que no se trata de la
nosología, sino del modelo de aparato psíquico con el cual propone pensar a estos pacientes, es
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personalidad fronteriza y psicosis, señalando que si bien los pacientes fronterizos presentan
alteraciones en sus relaciones con la realidad y en sus vivencias con la realidad, conservan su
realidad; en contraste con los pacientes psicóticos. En consonancia con Froch, Wolberg (1952,
citado en Borderline, 2001) señala que estos pacientes conservan el contacto y la prueba de
intensidad que cumple funciones defensivas, como el escape para la hostilidad latente que está
dentro del individuo y que focaliza en el objeto de amor. Adicionalmente contribuye para
conclusiones que aún tienen vigencia. Dividió a los pacientes fronterizos en cuatro subgrupos:
adaptada y negativista de la conducta y los afectos hacia los demás pacientes y hacia el personal
el sueño y en la alimentación.
negativo. Sus rasgos esenciales son: • compromiso vacilante con los otros; • expresiones de
3. Grupo III o personalidad como sí, con tendencia a adaptarse y suprimir afectos
con fines defensivos”, caracterizado por un endeble ajuste de tipo personalidad “como sí” de
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con tendencia al aferramiento de tipo infantil que junto a la ansiedad los ponen en estrecho
las relaciones objetales internalizadas de estos pacientes. El artículo de Helene Deutsch sobre
La patología borderline, según expresa Lerner (2015), fue abordada básicamente por la
escuela inglesa y la norteamericana, hasta que Green incursionó en esta temática. Es que entre
los años 1953 y 1970, época de indudable hegemonía lacaniana en Francia, había una
(psicología del yo). Esta postura produjo una parálisis y un atraso en los estudios sobre el yo,
situación que varió en Francia a partir de los estudios de Green y de Piera Aulagnier. Green
(1972, citado en Vecslir, 2015) utiliza la denominación de estados fronterizos no sólo para
designar una variedad clínica que se opusiera a otras sino también como un concepto clínico
sus investigaciones sobre el desarrollo del psiquismo temprano, tal es así que Según Green,
Winnicott fue el autor que mejor entendió los mecanismos psíquicos de este tipo de pacientes
(Lerner, 2015).
Hornstein (2018) afirma que el fronterizo lucha por conservar una precaria identidad,
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remitiendo sus síntomas a problemas del yo y sus relaciones con los otros. A continuación se
estos síntomas es, por sí solo, patognomónico, pero la presencia de dos (y su interrelación), o
1. Ansiedad: son pacientes que suelen presentar una ansiedad flotante, crónica y
fronteriza.
hipocondría (exagerado temor crónico por la enfermedad), tendencias paranoides (junto con la
ansiedad son las características que con más frecuencia se presentan en estos cuadros).
como promiscuidad con elementos sádicos y masoquistas. A veces pueden mostrar una total
patológicas estables como en los perversos, son actuaciones que así como aparecen pueden
hipomaníacas.
necesidad instintiva. Es como si el yo de estos pacientes buscara escaparse de una tensión yoica.
las adicciones comunes porque, al igual que el resto de los síntomas, aparecen y desaparecen
repentinamente.
concepto muy inflado de sí mismos, desmedida necesidad de recibir tributo de los otros,
realidad.
que subyace a todas las que siguen. La define como el proceso activo por el cual se mantienen
suficiente grado de neutralización, haciendo fracasar así una fuente de energía esencial para el
crecimiento. La escisión es causa fundamental de labilidad yoica y, puesto que no requiere tanta
que crea un círculo vicioso en el cual la labilidad yoica y la escisión se refuerzan mutuamente.
Una de las manifestaciones más claras de la escisión es la separación entre objetos buenos y
malos
buenos de forma de asegurarse la protección de los malos y asegurarse que los objetos
imágenes del objeto no realista, potente, totalmente positivas. No hay interés por el objeto
idealizado, sino por la ventaja que se puede obtener: esta idealización da un sentido de seguridad
impulsos agresivos, son atribuidos o proyectados a otra persona, pero al mismo tiempo estos
aspectos continúan siendo experimentados por el sujeto que proyecta como si se tratara de una
existieran más. Kernberg explica que en la personalidad borderline esta negación denota la
incapacidad de mantener juntos dos aspectos que tienen connotaciones emotivas contradictorias
entre sí. El sujeto llega a excluir aspectos de la realidad, más o menos consistentes que, en todo
caso, aparecen y deberían aparecer con una cierta evidencia. Por ejemplo, un evento disturbante
una relación exigente, absoluta con un objeto mágico idealizado y comportamientos que
forma posesiva, despiadada, como una extensión de sí mismo; la agitación por controlar los
objetos idealizados; un orgullo excesivo por el hecho de poseer objetos totalmente dedicados a
Retomando los otros criterios para distinguir a los fronterizos, la difusión de la identidad
está conservado. El mismo está dado por la capacidad de diferenciar el Sí mismo del no Sí
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mismo; de distinguir los orígenes intrapsíquicos de aquellos externos de los estímulos y de las
percepciones; por la capacidad de evaluar en forma realista, es decir conforme a las normas
yoica, que derivan en la llamada labilidad yoica. Por lo tanto, podemos concluir que, en general,
por detrás de los síntomas que se han ido enumerando, se encontrará como base: una inadecuada
antecedentes, ha ganado estatus oficial con su inclusión en el DSM III (APA, 1980). En 2013,
comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que
comer).
ejemplo, disforia intensa y episódica, irritabilidad o ansiedad que dura generalmente pocas
disociativos severos.
Según Grinker, Werble y Drye (1968 citado en Borderline, 2001), quienes han realizado
una de la más rigurosa y sistemática investigación sobre esta patología, las características
esenciales del síndrome borderline son la presencia de: la rabia o ira como el principal o único
raramente recíprocas; identidad inconsistente, lo que parece estar conectado con la falta de
complementaria, la angustia de intrusión. Siempre está a punto de ser abandonado por sus
objetos, a punto de que lo aplaste la intrusión, o las dos amenazas a la vez. Entonces, investir a
otro puede reavivar angustias de separación pero buscan la fusión porque, si ella, se les escurre
el sentimiento de sí; o mantienen una prudente distancia por miedo a perder sus propios límites
al rechazo y a las perdidas. Se vuelven adictos a una persona, se adhieren y no pueden estar
solos. La respuesta del otro debe ser la que ellos están esperando, caso contrario generaría una
hemorragia narcisista. A veces esta dependencia al otro está acompañada por dependencia a las
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drogas y/o al alcohol. Están alerta al avasallamiento de los otros porque evoca una angustia
masiva que reedita el encuentro con esa madre (u Otro significativo) que no pudo metabolizar
los estímulos externos e internos y devolvérselos de una manera organizada para posibilitar un
proceso de simbolización que permitiese atenuar tanta excitación. Estas fallas en los lazos
libidinales que perturban el surgimiento del yo favorecen a marcadas heridas narcisistas que se
manifiestan en la clínica como un profundo desprecio de los otros y de todo lo que ellos aportan.
constitución del yo ideal “pobre Majestad tan desamparado”. “Pobre yo tan castigado en su
En cuanto a las relaciones de objeto son inestables, Hornstein (2013) asevera que, oscila
del objeto pasan de maravilloso a descartable. El autor manifiesta que tienen imposibilidad de
estar solos, se fusionan a un objeto o pasan de uno a otro con facilidad manifestando su labilidad
yoica. Les cuesta muchísimo tramitar duelos, porque la tramitación de un duelo requiere
depresivos. El sentimiento de vacío acarrea dolor psíquico y suelen ser muy irritables.
perentorio y superficial. El objeto debe calmar, sostener, y ser incondicional. Esto mismo se
al acto es frecuente en estos pacientes, incluido los intentos de suicidio. Sufren de excesos, tanto
de su mundo interno (pulsional) como de la realidad exterior, encontrando una tramitación por
17
Capítulo 2
cuenta que el mundo actual se les presenta convulsionado, que pensar el futuro está tapizado de
perplejidad e incertidumbre, no cuentan faros que los auxilien a orientarse en el tránsito hacia
concepto desde la perspectiva de varios autores para luego mencionar algunas generalidades y
analizar el impacto de sus modificaciones corporales. Para concluir el capítulo se hará un breve
Pisoni (2012) asevera que no se conoce tan bien al adolescente como al niño. De todas
adolescer, el padecer como una dolencia habitual que acompaña al crecimiento” (p.97).
y 19 años, en el año 2000 extendió la edad hasta los 24 años. Pisoni (2012) advierte de una
adolescencia tardía que abarcaría la franja etaria entre los 24 y 28 años. En esta etapa última el
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quienes son los padres y quiénes son ellos, el encuentro con una pareja estable, la independencia
Por otro lado, Blos (1975) afirma que la adolescencia es una momento determinante en
el desarrollo del individuo y decisivo en la vida del futuro adulto. En esta etapa se producen
cambios tanto a nivel biológico como psicológico con una pauta evolutiva propia, por una
primer proceso de individuación es el logro de la constancia del self y del objeto y en la primera
pulsional más defensiva, adaptativa, efectuándose una segunda oportunidad para resolver
yoica más estable y polifacética que la del niño pequeño y junto con lo regresivo se alterna con
lo progresivo, permitiendo una ligazón constante con la realidad. La adolescencia finaliza con
la estabilización estructural en la formación definitiva del carácter, lo que indica que la niñez
inestabilidades necesarias para establecer su propia identidad y que este proceso resulta
enfrentarse al mundo adulto y a la vez desprenderse del mundo infantil, realizando así tres
duelos fundamentales. 1- El duelo por cuerpo infantil (base biológica), 2- el duelo por los padres
El duelo del cuerpo que hace el adolescente es doble: la de su cuerpo de niño que a partir
sexual; y del rol a asumir, lo que exige el abandono de la bisexualidad básica también. Si bien
la elaboración de este duelo le permite aceptar el rol que le señala la pubertad, surgen defensas
(1989) aclara:
Entonces, la autora, sintetiza que la elaboración del duelo por el cuerpo infantil y por la
creatividad. Es en esta búsqueda de identidad que Aberastury asevera que pueden aparecer
patologías que son confundidas con una crisis, ya que se ponen en funcionamiento defensas
para evitar la depresión. Entre esas defensas encontramos a las identificaciones proyectivas
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fronterizas.
Se considera a los duelos adolescentes como verdaderas pérdidas, que van acompañados
por todo el complejo psicodinámico del duelo normal y en ocasiones son transitorias y
En relación a los duelos, Urribarri (2015) manifiesta que: “se enfatiza lo que se deja y
Lo infantil no se pierde porque es incluido en esta nueva etapa. “Es decir que lo infantil se
Por ello, el autor, reclama que esta creencia de elaborar duelos de los cambios y perdidas
(hasta las más insignificantes) hace que se tenga una mirada equivoca de los adolescentes, ya
que considera que el niño, desde muy pequeño, anhela normalmente ocupar el lugar del adulto,
debido a que le atribuye a esa posición todo tipo de beneficios y goces. “En la adolescencia, el
Para Urribarri (2015) no hay pérdida ni duelo, lo que caracteriza al adolescente son los
arenas movedizas no se puede construir. Sin una base firme no puede pensarse
abroquelarse en cualquier cosa para alcanzar su identidad, y en eso se juega toda su subjetividad
(Lerner, 2018).
Sternbach (2006) recalca que hay acuerdo entre la mayoría de autores que abordan la
temática adolescente en que no es posible definirla fuera del contexto en la que está inmersa,
ya que en algún punto también la constituye. Los adolescentes de hoy poco se parecen a los de
algunas décadas atrás, demostrando así que la adolescencia no constituye un universal. Solo
puede ser definida, abordada, categorizada, descripta y problematizada según los discursos de
época.
no quiere trabajar.
piden y en posible intentan hacer lo contrario. Esto denuncia el deseo de independizarse de los
padres.
desarrollo físico se torna notorio, los adultos esperan que abandone a igual ritmo la conducta
ser y no ser.
la exogamia (cultura)
“En consecuencia, más de un adolescente trata de permanecer, en forma indefinida en una fase
oportuno hacer hincapié en los cambios corporales que irrumpen, impactan y los dejan
desubicados. Esta relación del adolescente con su cuerpo, como asiente Sternbach (2006),
a tal punto que las problemáticas múltiples, contradictorias y complejas características de esta
biológico, es también sensorial, erógeno, imaginario y hablado; si bien es afectado desde las
Las transformaciones físicas que se dan en la pubertad conducen la vida sexual infantil
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a su forma adulta. Cabe aclarar que el desarrollo biológico de la sexualidad no hace al ser
hombre o mujer pero si conduce al sujeto a que realice un trabajo de construcción de su propia
identidad, siendo la identidad sexual un de los aspectos más sobresalientes en esta etapa (Pisoni,
2012).
El autor enfatiza: “Un cuerpo que crece desproporcionadamente, senos que se agrandan,
caderas que se ensanchan, voces que se agravan, penes que eyaculan, vellosidades que
aparecen. Un cuerpo que se hace otro y otros que lo miran de diferente modo” (Pisoni, 2012,
p.71).
(Sternbach, 2006).
secundarios) son el punto de partida de los cambios psicológicos y de adaptación social que los
caracterizan.
Pisoni (2012), “no puede quedar de lado en este contexto la sexualidad” (p.59). Si bien hace
mucho tiempo se ha reconocido que tanto la sexualidad infantil como la adolescente son parte
integrante de la constitución del sujeto humano, y además se la considera “como la energía vital
2012, p.60).
Lo primero que advierte Freud (1905, citado en Cohen, 2019) en el inicio del texto es
que: “Con el advenimiento de la pubertad se introducen los cambios que llevan la vida sexual
infantil a su conformación normal definitiva. La pulsión sexual infantil era hasta entonces
decir obtiene el placer en el propio cuerpo sin participación de un objeto externo. Hay
autonomía de las pulsiones parciales (oral, anal y fálica), las cuales buscan sus satisfacciones
de manera independiente a través de las respectivas zonas erógenas. Sexualidad que Freud
Laplanche y Pontalis (2007) definen zona erógena como: “Toda región del
(p.475).Además afirman que Freud extiende la erogeneidad a todos los órganos internos, por
lo tanto, todo el cuerpo es una zona erógena. De esta manera, el placer es provocado por la
estimulación de las zonas erógenas, que a partir de la pubertad se va a constituir como placer
genitales externos, que durante el período de latencia de la niñez había mostrado una relativa
inhibición” (Freud, 1905, citado en Cohen 2019, p.190) y al mismo tiempo el desarrollo de los
órganos internos. Este desarrollo posibilita a los genitales estar al servicio de la reproducción.
no se puede dejar de lado que el cuerpo también es hablado desde lo social. Este aspecto en
particular le interesa a Sternbach (2006) ya que permitiría una lectura, de ciertas modalidades
discursos sociales ocupando un lugar tan central en la contemporaneidad que llega a constituir
un verdadero capital estético que termina funcionando como un organizador, clasificador e ideal
En la clínica actual con adolescentes, según afirma Sternbach (2006), predominan las
problemáticas de las organizaciones fronterizas, “en las que el cuerpo suele tomar la delantera
respecto de una dinámica representacional de baja complejidad. La acción antecede al más largo
Paz (1972) resalta las dificultades que conlleva el diagnóstico del adolescente
coincidencia de muchos de los procesos propios del desarrollo, con procesos crónicos y déficits
construcción”, puede percibirse la tensión que existe entre lo que son rasgos y perfiles de
adolescente atraviesa por desequilibrios e inestabilidad extrema. Esto configura una entidad
necesario para la construcción de su identidad. Para ello, será esencial enfrentarse al mundo
características que plantea Knobel en relación a esta fase, se definirán síndrome y normalidad,
dos conceptos que a priori parecen opuestos, ya que el primero implicaría estar dentro de lo
definición:
El Síndrome viene a ser una estructura fenotípica que reúne las manifestaciones
en particular; es decir que el síndrome puede ser producido por causas diferentes,
ni ellas son capaces de generar el mecanismo con que se relacionan los síntomas
fuese definida. Entonces, podría definirse como la capacidad de utilizar los recursos existentes
para el logro de las satisfacciones básicas que un individuo tiene y el cual está en constante
interacción con el medio. En virtud de esto, Rother Hornstein (2006) aclara que la noción de
casarse, formar una familia, etc.), y ese proyecto exige contar con una meta, el paraíso que se
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desea alcanzar.
cada momento evolutivo. Usar la genitalidad para procrear es un hecho esencial en el logro de
La idea del sí mismo o del "self" implica algo mucho más amplio en todas las
la búsqueda de uniformidad, la cual le brinda seguridad y estima personal. Allí surge el espíritu
trascendental ya que se transfiere al grupo gran parte de la dependencia que antes tenía con sus
padres (familia). Este fenómeno facilita la conducta psicopática normal que tiene el adolescente.
pérdida. La función del fantasear es mantener al Ello dentro de ciertos límites por medio de
prohibiciones. En cambio, intelectualizar tiene como función el ligar los fenómenos instintivos
desde un ateo exacerbado hasta un místico fervoro (incluyendo todas las posiciones
intermedias). Estas crisis son intentos de solución de la angustia que siente el yo en su búsqueda
de una parte del yo y sus objetos para poder ubicarlos en el pasado. En una elaboración
etapa existe un oscilar permanente entre la actividad de tipo masturbatoria y los inicios del
procreativa que sólo se da con la correspondiente capacidad de asumir el rol parental. Las
figuras de la madre y del padre son esenciales debido a que determinarán las fantasías de
penetrar o de ser penetrado según sea el caso. Es necesario tener siempre presente el concepto
fluctuaciones entre ambos roles. La ausencia o déficit de la figura del padre definirá la fijación
heterosexualidad (primero masturbación: actividad lúdica que lleva al aprendizaje a través del
tocar, bailes, juego, etc. Lo que constituye también una manera de explorar).
la sociedad que influye y determina gran parte de la conducta de los adolescentes. Hay que tener
presente la ambivalencia dual, la cual se refiere a que la misma situación ambivalente que
presentan los hijos al separarse de los padres, también la presentan los padres cuando sus hijos
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satisfecho. La reacción del adolescente, aunque violenta, puede adoptar la forma de una
restructuración yoica revolucionaria, dirigida a una liberación de ese Superyó social, cruel y
limitante. Las actitudes reivindicatorias y de reforma social del adolescente pueden ser la
domina la conducta, debido a su personalidad permeable que recibe todo y que también
proyecta enormemente. Es decir, que los procesos de proyección e introyección son intensos,
variables y frecuentes. El mundo del adulto es el que no acepta que el adolescente pueda tener
padres, lo cual está favorecido por el determinismo de los cambios biológicos imponen en este
momento cronológico del sujeto. La intensidad y calidad de la angustia con que se maneja la
relación con los padres y su separación de estos, estará determinada por la forma en que se ha
realizado y elaborado la fase genital previa de cada individuo, a la que se sumarán las
de los padres aparece con roles bien definitivos, en una unión amorosa y creativa, la escena
primaria disminuye sus aspectos persecutorios y se convierte en el modelo del vínculo genital
que el adolescente buscará realmente. Las figuras parentales no muy estables ni de roles bien
humor son típicos en la adolescencia y es preciso entenderlos sobre la base de los mecanismo
de proyección y de duelo por la pérdida de objetos, al fallar los intentos de elaboración los
Knobel (1989) comenta que según Anna Freud es muy difícil marcar el límite entre lo
la vida debe ser considerada como normal, señalando además que sería anormal la presencia de
Por lo tanto, como advierte Bergeret (1974), será necesario insistir en que las nociones
ampliamente que una personalidad considerada normal puede entrar en cualquier momento de
su vida en el ámbito dela patología mental y a la inversa. “Un enfermo mental, incluso psicótico,
que recibe un tratamiento correcto y precoz, conserva intactas sus oportunidades de retornar a
un límite entre lo esperable (normal) y lo patológico (en el caso del presente trabajo,
Todo adolescente cuando empieza a percibir esas primeras vellosidades que denuncian
su transformación corporal, pasa por el filo de la navaja. El objetivo de esta cotidiana, y a veces
peligrosa, actividad es rasurar esos pelos que un inicio pueden avergonzar al púber. Pero ese
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filo no solo rasura, también puede cortar la piel, a veces accidentalmente y otras no.
Entonces, se puede inferir que cuando se trata con adolescentes que se cortan
intencionalmente, estos quedan por fuera de lo normal. Este signo, el pasaje al acto, o también
acting out es una característica importante dentro de los adolescentes fronterizos (Feinstein et
al, 1972).
Bergeret (1974) expresa que si las distinciones no son fáciles de precisar en estados
limites adultos, que están más o menos sólidamente organizados según un modelo propio,
actualmente bien definido, sigue siendo mucho más difícil aún determinar en el momento de la
amigos, maestros o con los demás, y para valorar en forma realista a estas
Acerca de los adolescentes límite escolarizados, Bergeret (1974) alega que es llamativo
el record escolar contradictorio, pueden pasar del éxito con esfuerzos motivantes a un fracaso
casi inexplicable. La explicación yace en la necesidad de estos adolescentes de ser los mejores
o de devaluar aquellas áreas en las que no triunfan. En cuanto a los patrones de conducta sexual,
pequeño) e inhibición sexual hacia el otro sexo, combinados con promiscuidad sexual” (p.55).
borderline:
hipocondría, o también excesiva actividad de todo tipo (física y sexual). Luego puede aparecer
duelo (sea separación de padres, muerte de algún familiar, etc.). Las separaciones las vivencia
como un abandono.
de la estructura del yo como ser: poca tolerancia a la frustración, poco control de impulsos,
borderline y sufren la falta parental tanto como sus propios hijos. Al no haber tenido padres
un acto, que no es otra cosa que una súplica de auxilio, un pedido de socorro. Este acting out
asevera que se caracterizan por la espectaculización (o de exhibición aberrante y del hacerse oír
manifestación favorecidos por la vida cotidiana del sujeto). Si bien, estas características pueden
ser observables, de manera moderada, también en los adolescentes normales será preciso
evaluar del comportamiento sintomático: la frecuencia con que se manifiesta, la intensidad con
está precariamente construida, sufre por no saber qué es ni quién es. Tienen una identidad
diagnósticos en esta etapa pide prudencia y precisión, por ello hace hincapié en la importancia
de las entrevistas preliminares, transferencia mediante, para saber: qué (o quién) lo trae, motivo
manifiesto y latente, si es algo nuevo o que se repite, si a su sufrimiento actual le atribuye algo
la finalidad de aliviar el sufrimiento, si afrontó y como resolvió crisis vitales como duelos y qué
La autora remarca que algunos autores pensaron a la adolescencia como estado limite
pierden espacios u objetos que auspiciaban como sostenes narcisistas. Si estas manifestaciones
Hornstein, 2018).
de narcisización que deja como resultado bordes muy porosos del yo, donde los límites del yo-
Capítulo 3
en los fronterizos la atención analítica está enfocada en el Yo (André 1999). Razón por la cual
en el capítulo 3 se realizará un recorrido necesario por las diferentes vicisitudes de esta instancia
en los fronterizos, que se origina cuando la madre, o quien cumpla esa función, falla.
de las patologías del narcisismo: “sujetos que han padecido traumas psíquicos precoces que
Es decir, expresan de manera muy rica cuales han sido las vicisitudes del narcisismo
patológico, de cómo ha sido narcisizado el yo (o self) y se puede intuir que hubo una ausencia
A partir del estudio del desarrollo individual del ser humano, Freud (1940/2004), afirma
haber llegado a tomar noticia del aparato psíquico suponiéndole la función de la vida anímica,
entonces, las pulsiones que provienen de la organización corporal, que aquí [en
Sigmund Freud (1940/2004) señala que una parte del Ello, a partir del contacto con el
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mundo exterior real-objetivo, ha desarrollado un estrato cortical provisto de los órganos para la
establecido una organización particular que en lo sucesivo media entre el ello y el mundo
exterior. A este distrito de nuestra vida anímica le damos el nombre de yo” (p. 144).
del cachorro humano, por su condición de prematuro, depende del cuidado materno. “La madre
rehusarse como objeto de placer” (Hornstein, 2000, p.55). Para contenerla es preciso que un yo
Este yo no deviene sólo por maduración, es necesario la ligadura del otro primordial,
quien cuida y a la vez propicia la identificación. “La madre espera al niño desde su historicidad
deseante” (Hornstein, 2000, p.112). El deseo de hijo le garantiza al bebé ser algo más que un
La madre ocupa el lugar de alguien que da deseo, don esencial para la estructura
cual el niño deberá encontrar sus primeros rasgos identificatorios y constituir su narcisismo.
tomado de Nacke en 1899 estaba netamente vinculado a lo patológico, a una perversión que ha
parecido al que daría al cuerpo de un objeto sexual; vela decir, lo mira con
ciertos rasgos aislados de esa conducta también se perciben en varias personas aquejadas de
otras perturbaciones. Luego conjetura que “una colocación de la libido definible como
narcisismo podía (…) reclamar su sitio dentro del desarrollo sexual regular del hombre” (p.71).
También llega a esa conjetura a partir del trabajo psicoanalítico con neuróticos, que parecía
como si una conducta narcisista de esa índole funcionase como barrera para mejorar su estado.
ese sentido, no sería una perversión, sino el complemento libidinoso del egoísmo inherente a la
pulsión de autoconservación, de la que justificadamente se atribuye una dosis a todo ser vivo”.
(pp. 71-72)
sino que tiene que constituirse, es decir, para que el yo se constituya es necesaria una carga
libidinal. En este sentido expresa que las pulsiones autoeróticas son iniciales, primordiales, por
lo que algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica, para que el
narcisismo se constituya.
cual la libido pueda dirigirse y en la cual pueda satisfacerse. Por ello se constituirá el yo como
El narcisismo primario es una libidinización primaria del yo. A partir de esta carga
libidinal el yo puede investir a los objetos. Freud (1914/1976) comienza a diferenciar la libido
libido objetal.
Esa libido que no está originariamente en el niño, proviene de los padres, más
39
precisamente, del narcisismo de los padres. Narcisismo que alguna vez fue primario en los
padres y que con el paso del tiempo va dejando de ser narcisismo, dejando de ser libido yoica
para empezar a ser libido objetal, y así poder investir otros objetos (Freud, 1914/1976).
Ese niño investido por el narcisismo primario de los padres pasa a ser, según Freud
Debe cumplir los irrealizados deseos de sus padres; el varón será un gran hombre
y un gran héroe en lugar del padre, y la niña se casará con un príncipe azul como
tardía recompensa para la madre. El punto más espinoso del sistema narcisista,
Hornstein (2000) afirma que el narcisismo es una organización dependiente del Edipo.
La escena primaria que es nutrida por las curiosidades del niño en relación al
aceptación de una serie de diferencias: “entre dos espacios psíquicos; entre los dos integrantes
de la pareja parental; entre el deseo y la demanda; entre el ser hombre y ser mujer (Aulagnier,
1975, citado en Hornstein, 2000) Para que ello suceda es necesario que el padre se interponga
entre la madre (deseo de tener falo) y el niño (que se ofrece como falo para no perder el amor
de esa madre), excluye al niño y eso lo constituye como rival y modelo: “ el que prohíbe pero
La salida del circuito edípico se hace mediante la identificación con el rival, por la
Hornstein (2013) en relación al complejo de Edipo en pacientes borderline sintetiza: “El Edipo
Vecslir (2015) aclara, que madre y padre son conceptos claves. “Son funciones que si
no están cubiertas por los padres o figuras sustitutas, traen como consecuencia casi segura
efectos patológicos en el niño” (p.61), sin dejar de tener en cuenta el factor constitucional y los
autora es que en la historia infantil de los pacientes fronterizos estas funciones (materna y
paterna) han dejado ciertos vacíos, “no sólo en relación a la constitución del narcisismo sino
que aún, puede seguir construyendo proyectos, si puede historizar generando un futuro. Aquí
habría que revisar cómo fue “narcisizada” la persona, cómo fue la historia de sus
identificaciones, en qué contexto emocional y social devino sujeto. Si un sujeto transitó por
vivencias de amparo y apego, tendrá más recursos que si vivió sumergido en el desamparo y
desapego.
sus gestos, su llanto. También debe cumplir la función de dosificar los estímulos, tanto internos
como externos, para luego devolvérselos al bebé de manera metabolizada (Ulanosky, 2015). En
este proceso, a cargo de la función materna, se juega la suerte del narcisismo del niño.
identidad y la autoestima deja lugar para “amar y trabajar” y es patológico cuando el amor por
sí mismo es reemplazado por el dolor por sí mismo. “Los otros no pudieron constituir los
41
objetos transicionales. Ese lugar, que debió ser regado por el lenguaje, la simbolización, la
p.159)
Sintetizando, para que el yo pueda devenir, el infans necesita de una función materna
suficientemente buena.
estos procesos son la base de la salud psíquica. Es la madre que auspicia como ambiente
facilitador para que el niño pueda despegar su potencialidad. Es tan importante el ambiente que
Cuando el bebé se encuentra con un ambiente facilitador comienzan tres procesos que
guardan relación con las funciones de sostén, manipuleo y presentación del objeto, que el
Empleamos el término “sostén” para denotar no sólo el sostén físico del infante,
después se superpone con las experiencias instintivas que con el transcurso del
manera:
que está bien o mal hecho, solo puede obtener beneficio o sufrir la perturbación.
Hacia la independencia. “El infante desarrolla medios para pasar sin cuidado real” (p.
59). Esto es posible por la acumulación de recuerdos de cuidado, por la proyección de las
confianza en el ambiente.
con el cuerpo y las funciones corporales, con la piel como membrana limitadora. A este proceso
Handling (manejo o manipulación), esta función que debe cumplir la madre, permite
reconociéndose, paulatinamente, como una persona distinta; y como una unidad psicosomática.
Aquí se destaca la importancia de los ritmos que la madre reconoce y significa, como la noción
de tiempo que introduce con sus cuidados, las rutinas que instaura. Todo esto ejerce un efecto
organizador del psiquismo en advenimiento del infante. Por el contrario, una madre caótica
El holding protege al bebé de la agresión física, toma en cuenta todas sus sensibilidades
(térmicas, táctiles, auditivas, visuales, hasta la de su caída), incluye la totalidad de su rutina del
cuidado a lo largo del día y la noche. “El sostén incluye especialmente sostener físicamente al
infante, lo que es una forma de amar, quizá la única con la que la madre puede demostrarle su
amor al niño”. (Winnicott, 1960, pp. 63-64) Esta función le permite al niño el logro de la
Liberman, 2011)
objetales. El niño deja de estar fusionado con la madre, se separa de ella o se relaciona con ella
como algo separado y no-yo. “El infante pasa de una relación con un objeto concebido
subjetivamente a una relación con un objeto percibido objetivamente” (Winnicott, 1960, p. 58).
Las relaciones objetales del yo, que le permitirán al bebé ir relacionándose con la realidad, se
Uno de los signos fundamentales para la madurez del desarrollo emocional del individuo
es lo que Winnicott (1958) denominó la capacidad de estar solo, para ello es imprescindible ir
a etapas más tempranas de la historia del individuo de las que habitualmente se analizan en el
campo analítico. Es decir, antes de las relaciones tripersonales que proponen el complejo de
Edipo. “La relación bipersonal original es la del infante con la madre o el sustituto materno,
antes de que cualquier propiedad de la madre haya sido recompuesta y moldeada para constituir
La capacidad para estar solo es un fenómeno que depende de varios factores. Su base es
Este logro del infante, que aún tiene una organización débil del yo, es gracias al yo
auxiliar confiable. Esta relación entre el infante y la madre, Winnicott (1958) la denominó
relacionalidad del yo, y tal vez sea la matriz de la transferencia. En este marco aparecen
relaciones del ello que fortalecen y no fracturan el yo inmaduro. “Poco a poco, el ambiente
cual en el desarrollo infantil el infante llega a ser capaz de dominar al ello, y el yo capaz de
constitución en el niño de recuerdos del cuidado materno empieza a ser percibido como tal, el
asevera: “el resultado de un progreso sano en el desarrollo del infante en esta etapa es que se
logra lo que podríamos llamar “estado de unidad”. El infante se convierte en una persona, en
que experimenta una continuidad del ser que adquiere una realidad psíquica y un esquema
Cualquier amenaza a ese aislamiento del self verdadero en esta etapa temprana
omnipotencia del infante y sentidas como proyecciones. Pero cuando irrumpen a través de esta
“En la salud, el individuo pronto se vuelve invulnerable en este sentido, y si hay intrusión de
factores externos sólo resulta un nuevo grado y una nueva calidad de ocultación del self central”
El hecho de que el yo sea fuerte o débil depende de la madre real y de su capacidad para
satisfacer la dependencia absoluta del niño real, al menos en el inicio, antes de que se separe el
necesidades del infante al principio y de hacerlo tan bien que el infante, cuando
en un principio debe ilusionar al bebé para desilusionarlo gradualmente. Estas fallas son
la que logra desarrollar la función de Reverie o función alfa. La madre decodifica las intensas
emociones del lactante, les otorga un significado, funciona como un continente efectivo de las
Si la función de Reverie falla sostenidamente, aparece un “terror sin nombre”. Además de ello
un factor que debe primar, para que la función alfa se establezca en el pequeño, es la tolerancia
esquizoide, que por las características que describe podría inferirse que se trata de una
46
un fracaso del sostén, la manipulación y la presentación de los objetos en la etapa más temprana.
(Winnicott, 1962)
Ahora bien, ¿qué es lo que podría hacer que esta madre falle en su función y que no sea
suficientemente buena?
ser madre de ese hijo” (p.97), de capacidad de empatía y contención en cuanto a los signos que
En este escenario, podría pensarse en madres que abandonan a sus hijos, o que son
intrusivas y/o malas, que castigan, hostigan e injurian. Es probable que de estas madres
devengan hijos con patologías más o menos severas. Pero dejando de lado los extremos, hay
madres que están presentes en cuerpo pero ausentes en alma. Puede que se conectan
formalmente con sus hijos, colmando sus necesidades básicas (hambre, sueño, vestimenta) pero
sin deseo ni investimiento libidinal por ese hijo. Madre que pueden estar muy preocupadas y
inseparable del contenido. “Si la madre que alimenta no tiene capacidad de reverie o si el reverie
se da pero no es asociado con hacia el niño o su padre, este hecho le será comunicado al lactante
contaron con la fortuna de tener una madre que haya cumplido con esa función tan necesaria
Green (2012) habla del complejo de la madre muerta. No se trata de la madre muerta en lo real,
es una madre que sigue viva pero está psíquicamente muerta a los ojos de su hijo. El autor la
conceptualiza como:
(…) una imago constituida en la psique del hijo a consecuencia de una depresión
materna que transformó el objeto vivo, fuente de la vitalidad del hijo, en una
figura lejana, átona, cuasi inanimada, que impregna de manera muy honda las
Green (2012) expresa que esta madre que no puede libidinizar a su bebé, o la hace de
manera deficiente, genera que su hijo quede inmerso en un duelo blanco, caracterizado por un
vacío que “cada vez que un objeto es elegido para ocuparlo, se llena y de repente se manifiesta
El éxito del cuidado materno le permite al niño una continuidad de ser que constituye la
base de la fuerza del yo, “mientras que el resultado de cada fracaso del cuidado materno consiste
maduración del yo, o bien el desarrollo del yo queda distorsionado en ciertos aspectos vitales.
“Estas capacidades pueden fallar en madres que están sumidas en duelos de difícil elaboración,
apartado, podría inferirse que devendrán sujetos con un yo deficitario, con límites porosos, de
débil lo que lleva a adherirse a un otro que funcione como una prótesis yoica. Por ello establece
relaciones caracterizadas por la indiscriminación. “Los bordes entre sujeto y objeto son para
ellos muy borrosos, viven en un entre dos (…) a través de un juego confuso y conflictivo (…)
Si el otro se aleja, temen al desamparo. Si el otro se acerca, temen ser tragado” (Vecslir, 2015,
p.56)
Como se acaba de mencionar, las fronteras entre el yo y el otro está diluidas. Debido a
ello, puede observarse en los borderline que desean y temen al mismo tiempo la fusión, sufren
sobre el otro. Así el yo debe hacer frente a la doble angustia: de intrusión y de separación, y
esto acarrea una amenaza en la preservación del self. Este movimiento bascular que se observa
la presencia interna del objeto, los deja varados en una especie de fort-da fallido, una vida donde
simbolización. Wapner (2006) aclara que debe darse “una pérdida gradual en función de la
dialéctica presencia-ausencia, donde el objeto tiene que dejar primero su sello en el psiquismo
a la manera de una estructura interna” (p.56), para luego poder convocarlo a modo de
El yo (sede del cuerpo) del adolescente no puede dar cuenta de los repentinos cambios
corporales ni de las nuevas intensas sensaciones que siente. Frente a esta desprotección ante el
49
“El yo, desconcertado y desbordado, produce como defensa una regresión, en la que se
que operan de manera alternante y por momentos confusa” (p. 115). Por lo que se podría colegir
que en los adolescentes fronterizos se reactivaría lo deficitario del vínculo materno en el proceso
su identidad sexual), se pone en funcionamiento el montaje hormonal que surge por la irrupción
del desarrollo de sus genitales y con ello la necesidad de búsqueda de un nuevo objeto que no
es el infantil (Pisoni, 2012). Entonces, con el fin de ligar con el objeto exogámico (que no es
uniforme) los adolescentes comienzan a separarse de sus padres. El revivir este proceso de
continuación del periodo de simbiosis (estado de relación preobjetal en el cual aún no se han
diferenciado las representaciones intrapsíquicas entre el bebé y la madre, que forman una
desarrollo psíquico adecuado. El paciente límite se hallaría, pues, fijado entre la fase simbiótica
identificatorio. Una identidad precaria, como si fuesen islas de yoes separados, no ligadas y
separadas entre sí por un vacío que los rodea, zona del no-yo que representa la amenaza a la
fronteras del yo son elásticas, pero no se trata de una flexibilidad que permita algún tipo de
adaptabilidad, más bien es una fluctuación entre la expansión y la retracción, siempre al servicio
tanto no ha sido suficientemente narcisizado por sus objetos primarios, es que el fronterizo
(p.12)
El aparato psíquico del paciente fronterizo, cuya estructuración ha sido precaria, muestra
integración y cuyo correlato es el holding materno. En su doble faz el aparato psíquico tiene
una estructuración precaria que consiste en un déficit en la red representacional que imprime
que es el contacto con el exterior, tiene una permeabilidad excesiva (el yo es esencialmente la
En relación a esta porosidad del yo, Meltzer (1975) expresa que el yo fronterizo se
parece a un colador, denotando que todas las cosas que se les va poniendo se escurren, como si
del yo, no se puede dejar de lado el rol de la piel como superficie y continente, como base en
51
El infans percibe la piel como superficie por las experiencias de contacto de su cuerpo
con el de la madre. Eso permite la noción de un límite entre el exterior y el interior (Anzieu,
2003). Esto confirmaría nuevamente que esa no diferenciación yo-no yo que manifiesta el
fronterizo está relacionado con los quehaceres maternos que no sido suficientemente buenos.
Anzieu (2003) distingue la importancia que tiene la piel para la constitución del
psiquismo y del yo, del cual afirma que es la representación psíquica de la envoltura corporal.
necesario una envoltura narcisística; y que además le asegura al aparato psíquico la certeza y
comprensión de uno de los fenómenos que más preocupan en los adolescentes fronterizos, como
Este yo colador del fronterizo tiene la difícil tarea de sobrevivir a las exigencias a la que
es sometido. Freud (1923/1997) describe al yo como “una pobre cosa sometida a tres
servidumbres y que, en consecuencia, sufre las amenazas de tres clases de peligros: de parte del
mundo exterior, de la libido del ello y de la severidad del superyó” (p. 56)
sostiene dos actitudes opuestas sin que entren en conflicto y, por lo tanto, sin formación de
52
este mecanismo que niega y afirma al mismo tiempo un mismo contenido de la realidad
A propósito de ello, Freud (1940/2004) explica que el yo del niño está al servicio de una
anoticiado que de proseguir con esa satisfacción le traería como resultado un aterrador peligro
real-objetivo (amenaza de castración). Entonces el niño debe decidir entre: reconocer el peligro
real (perder su órgano más valorado) y renunciar a la satisfacción pulsional, o desmentir esa
realidad objetiva creyendo que no hay razón para temer y continuar así en la satisfacción. Se
toma ninguna de las dos opciones, o mejor dicho, las hace a los dos simultáneamente. Es decir,
se deja prohibir nada; por otro lado, y a renglón seguido, reconoce el peligro de
Freud confirma que el resultado que obtuvo es a expensas de una desgarradura del yo
siguiente ejemplo: “Si arrojamos un cristal al suelo se hace añicos, pero no caprichosamente,
sino que se fragmenta siguiendo líneas de escisión cuyo deslinde, aunque invisible, estaba
comandado ya por la estructura del cristal” (p.54). Es decir, a toda desgarradura es probable
que la preexistiera una articulación. A razón de ello, se podría inferir que lo mismo sucede con
53
objetos externos en totalmente buenos y totalmente malos en la vivencia interna del paciente,
provocando que los sentimientos acerca del objeto y de si mismo oscilen de manera radical y
fundamental de los borderline; sin embargo aclara que en ciertos pacientes puede predominar,
desinvestidura como mecanismo de defensa base en los fronterizos, el cual lleva una función
desobjetabilizante. “Se refiere a una depresión primaria, un estado de vacío que aspira al no ser
y a la nada. Presencia de pulsión de muerte que aspira, en los términos de P. Aulagnier (1975),
nivel del narcisismo. La encuadra dentro de lo que denomina clínica del vacío, siendo el
“que deja huellas en lo inconsciente en la forma de agujeros psíquicos que serán colmados por
Los borderline pueden recurrir al abuso de drogas, alcohol, alimentos o sexo como un
intento de llenar ese vacío. McDougall y Kohut dirán que la sexualidad, que incluye actos
compulsiva de un objeto que le devuelva una mirada narcisizadora (citado en Lerner, 2015)
que pueden ser en los otros o, en el propio cuerpo. Estas últimas, las conductas autolesivas,
Capítulo 4
Los adolescentes fronterizos sufren de excesos, tanto del orden interno pulsional, como
del afuera, de la realidad exterior. La manera, por cierto bastante peligrosa, que encuentran de
tramitarlos es por medio de descargas, de actuaciones, que pueden ser hacia los otros o hacia
su propio cuerpo como ser los intentos de suicidio o conductas autolesivas: cortarse, rasguñarse,
quemarse.
Este capítulo abordará, desde una perspectiva psicoanalítica, las autolesiones en la piel,
jóvenes de nuestro tiempo. Como así también, acercar una tentativa de cuáles serían los
elegida para este trabajo es autolesión, por lo que el resto de los términos se usará como
Walsh (2006) define la autolesión como la acción lesiva intencional que una persona
ejerce sobre su propio cuerpo, produciéndose un daño corporal de baja letalidad, de una
naturaleza socialmente inaceptable. Si bien se trata de una acción deliberada y repetitiva, su fin
definición:
describe alguien que sufre, es el “lenguaje del dolor”, el acto de dañarse a uno
autolesiones deliberadas a una conducta que produce un daño o herida al propio cuerpo (o partes
del mismo) y que se caracteriza por intencionalidad, reiteración y falta de intención suicida
Sin embargo, autores como Brown, Contois y Linehan (2002), aclaran que no interesa
si se lastiman con o sin intención de morir, porque entienden que en esta conducta parasuicida
existe un riesgo inminente de muerte, por ello funciona como un predictor aislado de una muerte
Las modalidades autolesivas utilizadas con mayor frecuencia son la acción de cortarse
cicatrización de heridas, morderse e insertarse objetos debajo de la piel y uñas (Manca, 2011).
Según la autora las partes del cuerpo que frecuentemente resultan más atacadas son los brazos,
las piernas, el tórax y otras zonas de la parte frontal del cuerpo. Eligen esas zonas debido a su
accesibilidad y a que son más fáciles de ocultar, ya que es una conducta que los adolescentes
intentan mantener en secreto. En cuanto a la elección del objeto lesionador, navajas, biromes,
compases, gillettes y otros objetos punzantes son los vehículos con los que impulsivamente
estos adolescentes las timan su piel, en intima vecindad con la muerte (Manca, 2011). El objeto
Según Mosquera (2008) las conductas autolesivas están presentes en un alto porcentaje
se desarrolla con regularidad, el adolescente vive y reconoce su propio cuerpo como parte de
produce una fijación, deja como resultado en el adolescente una representación del cuerpo no
subjetivado, como una entidad separada por la propia identidad psíquica (Manca, 2011) La
autora aclara: “Este tipo de adolescente, para apropiarse en términos psíquicos de su propio
cuerpo y para tomar el control sobre éste, lo ataca con actos destructivos” (p. 80)
de todos los vínculos en los que se entrama. Todo esto pone en movimiento la historia libidinal
y simbólica, reeditando viejas carencias narcisistas que no han libidinizado suficientemente los
bordes del cuerpo. Cortarse la envoltura de la piel, cual packaging descartable, testimonia este
déficit (Mauer y May, 2015). En relación a como surgen estas actuaciones, las autoras aclaran:
“sacarlo afuera”; en otras, para hacerlo visible; y en otras, porque las emociones
El perfil de las personas que se autolesionan es tan diverso como las pautas y conductas
clasificación de las autolesiones (de ahora en adelante AL) propuesta por Simeon y Favazza
La acciones habituales incluyen cortarse la piel, quemarse, etc. Suelen encontrarse dentro
central para quien la realiza. Suelen incorporarse elementos rituales (por ejemplo, un mismo
casi automática para estímulos perturbadores (tanto internos como externos) y es incorporada
personas con esquizofrenia u otra enfermedad mental con alucinaciones y/o delirios. Los daños
Estas acciones pueden ocurrir varias veces al día sin motivación consciente en muchos de los
casos. Incluyen actos como morderse las uñas, arrancarse el cabello, pellizcarse, etc.
autolesión de un intento suicida, ya que permitiría identificar y prevenir con mayor prontitud
las acciones letales y además poder recomendar el tratamiento adecuado dependiendo el caso.
las personas con ideación suicida pueden cursar por periodos prolongados y constantes de
por largos periodos. En cambio, los actos suicidas habitualmente son productos de reacciones
(cortarse, quemarse, pincharse, etc.); en tanto las personas con intentos suicidas siempre al
intento suicida puede generar un daño físico seriamente grave por su intención letal.
con esta conducta. Al contrario, el suicida buscar terminar por completo con su experiencia,
la imagen del cuerpo. Por el contrario, el intento suicida suele consumarse bajo una depresión
significativa, anudada a una ira intensa consecuencia de que el malestar emocional es percibido
como inevitable.
Rastrillar, rayar, cortar la superficie del cuerpo, es una acción que se inscribe a sí misma
primero del encuentro con la madre, se lastima. En la piel impactan tanto el amor y la ternura
60
como la sobreexcitación y el trauma. De ahí que textos mudos de palabra dejen su impronta y
Lastimarse la piel, sea por hacerse un tatuaje, por un acting out o pasaje al acto, implica
En los últimos años las prácticas de ataque al propio cuerpo, que son socialmente
aceptadas, son un tanto más difusas. Ya no se trata solamente de tatuajes y pearcing (aritos),
también existen algunas modalidades autodestructivas más patológicas, como ser el body
modification. Manca (2011) expresa que: “Tales conductas se caracterizan por modificar
voluntariamente partes del cuerpo, como sucede en el caso del branding, o práctica de marcar
a fuego la piel con un láser o con un hierro caliente” (p. 78) Otras modalidades son la aplicación
intentan omnipotentemente crear sus propias marcas que lo diferencien de sus marcas de origen,
de aquellas que heredaron biológicamente y las que sus padres le adjudicaron, intentando avalar
reasegurando un aspecto narcisista a partir de una fantasía de congelamiento del tiempo. Eso
crea una ilusión de inmortalidad, de detención del tiempo, eliminando el fantasma de muerte
(Sujoy, 2011)
con las tendencias y modas juveniles de apoyo a la fragilidad narcisista que cumplen la función
de prótesis identitaria, de otras modalidades más patológicas que se caracterizan por la voluntad
Al respecto, Sujoy (2011) advierte que si la cultura actual propone enalteciendo una
61
serie de modelos que coinciden con muchas características habituales en la adolescencia y las
Hoy, al decir de Mauer y May (2015), el superyó es más difícil de satisfacer, debido a
que remite más a ideales de perfección narcisista que a prohibiciones parentales. Es que el
(Freud, 1930/1998).
“Cortarse solo, cortala, cortar el rostro” son todas expresiones del lenguaje
Ahora bien, pensando las autolesiones en adolescentes fronterizos, según Pereira (1997)
una de las características más frecuentes de los pacientes fronterizos son los “acting.out”,
el pensamiento son reemplazados por el acto en sí; y que se dará frecuentemente en el marco
terapéutico transferencial.
Roudinesco y Plon (2008) exponen que el acting out es una noción elaborada por los
psicoanalistas ingleses para traducir lo que Freud llamó puesta en acto con el verbo alemán
agieren. “La palabra (…) designa el modo en que un sujeto pasa al acto inconscientemente,
fuera y dentro del marco de la cura, para evitar la verbalización del recuerdo reprimido, y al
Los psicoanalistas de lengua inglesa diferencian el acting in, que designa dentro de la
posición del cuerpo, tos, aparición de emociones). Mientras que el acting out representaría lo
mismo pero fuera de sesión. Los psicoanalistas kleinianos insisten en el aspecto transferencial
del acting in y en la necesidad de analizarlo, sobre todo en los estados limites (Roudinesco y
Plon, 2008)
actos impulsivos, violentos, agresivos, delictivos; o como impulso falto de motivación aparente
que contrasta con el comportamiento habitual. Diferenciamos así de los impulsos psicóticos o
realiza una distinción entre acting out y pasaje al acto. El Acting out es una demanda de
alienación radical. (…) Para Lacan, el suicidio está del lado del pasaje al acto,
p.22)
autolesionan, pero puede convertirse en egodistónico una vez finalizado, al confrontarse con
2015)
propio cuerpo como forma de manejar y tolerar las emociones. Según la autora, explorando las
causas posibles por las cuales las personas recurren a la autolesión, los pacientes han
63
todo lo malo)
La acción conlleva alivio, eso que no puede ser dicho, que no puede ser puesto en
palabras se pone en acto, la acción como comunicación, y lo que comunica es que el sujeto está
más fácil tolerar el dolor físico ya que es tangible, palpable, visible, se puede ver, se puede
mostrar, transmitir, comprender, incluso curar. Pero el dolor psíquico es más complejo de
comprender (para si mismo y para los otros), sin embargo también puede ser visible como el
llanto, los gritos, temblores, cortarse, aquí lo complicado es pensar una cura (Mosquera, 2008).
estremecedor y extravagante. Reside en la frontera entre soma y psique, como una constelación
Un intento de explicación de por qué lastimarse, acción que debería producir dolor,
narcisismo:
Es sabido, y nos parece un hecho trivial, que la persona afligida por un dolor
orgánico y por sensaciones penosas resigna su interés por todas las cosas del
En el texto “Más allá del principio del placer”, Freud (1920/1999) explicaba que el
aparato anímico disponía de una protección contra las excitaciones, tanto externas como
internas, la barrera antiestímulo. Allí afirmaba que el displacer específico del dolor corporal se
debe a que la protección antiestímulo fue perforada en un área circunscrita por la acción de un
trauma. Por lo que desde ese lugar de la periferia afluyen al aparato anímico central excitaciones
continuas, que por lo regular sólo podrían venirle del interior del aparato.
las pulsiones, “las representantes (…) de todas las fuerzas eficaces que provienen del interior
Con estas dos teorizaciones de Freud se pretende argumentar que cuando el adolescente
se corta la piel, el alivio transitorio que siente se debe a que todo el padecimiento psíquico es
materna ha fallado dejando un yo con limites borrosos, un yo colador. ¿Se podría inferir que
65
esas huellas inscriptas en la piel sean visibilizadas por los cortes que se hacen? ¿Por qué la piel?
La autolesión, según los pensamientos de Mauer y May (2015), es una acción que se
inscribe a sí misma dejando huellas. Es así que la piel “como envoltorio, sede de la sensibilidad
y el contacto, escenario primero del encuentro con la madre, se lastima. Se reeditan viejas
carencias narcisistas que no han libidinizado suficientemente los bordes del cuerpo. Cortarse la
En relación a pensar por qué la piel, Anzieu (2003) pone de manifiesto que “toda
actividad psíquica se apoya en una función biológica” (p. 51). Es decir, el yo-piel encuentra su
La piel tiene como función principal ser el saco que contiene y retiene en su interior lo
bueno (y lo malo) de los cuidados maternos. Así mismo, marca el límite con el afuera y lo
mantiene en el exterior, es una barrera protectora de las agresiones externas (seres y objetos).
Otra función, junto con la boca, es la de ser un lugar y medio primario de comunicación con los
Anzieu (2003) recalca que la mayoría de los pacientes que tienen una fijación
masoquista importante presentan fantasías, más o menos, conscientes de fusión cutánea con la
madre.
los dos cuerpos, el del niño y el de la madre, tienen una superficie común. La
Angel (2014) remarca que algunos psicólogos que han abordado la temática, refieren
que el cutting cumple la función de manejar estados emocionales intensos, como la rabia, la
66
frustración, la vergüenza y el vacío. Es decir, suplir una función de descarga de una tensión
acumulada.
Para la autora esa explicación es insuficiente. Por ello se preguntó: ¿Cuáles son las
aclara que:
complejo trabajo de refundición” (…). Esto implica que las huellas mnémicas
pp.124-125)
A razón de lo explicado, la autora concluye que aquellos que se autolesionan dan señas
de una angustia que no encadena, cuya condición avasallante amenaza los límites del Yo.
Al respecto, Braier (2013) aclara que cuando el funcionamiento psíquico del fronterizo
se acerca más al neurótico puede emerger la angustia de castración. En ese caso, como explica
situaciones de peligro bien recordadas (amenaza de castración, razón por la cual el niño reprime
a la pulsión incestuosa para salvar su pene), motivo suficiente para que esa investidura deba ser
sofocada de algún modo. Ante esa situación, el yo realiza un tanteo, técnica equivalente al
pensar normal. “El yo advierte mediante la angustia señal que esa satisfacción pulsional
convocará a la temida situación de peligro. Con asistencia del automatismo del principio de
placer lleva a cabo la represión de la moción pulsional peligrosa” (Mauer, 2007, p.287)
resguardando al yo de los estímulos externos e internos. “La ausencia de angustia señal (…) de
una lesión carente de representaciones (…) parece confirmarnos en este camino” (p.290)
67
de objeto. Son angustias arcaicas que no pueden representar la ausencia del otro como presencia
intrapsíquica.
Freud (1926/1974) afirma: “el nacimiento nos ofrece una vivencia arquetípica de tal
índole, y por eso nos inclinamos a ver en el estado de angustia una reproducción del trauma del
nacimiento” (p.126). Vivencia que implica la primer separación del bebe con su madre.
La angustia se genera como una reacción ante el peligro (separación y ausencia del
una defensa ante el surgimiento de la angustia. Para Dartiguelongue (2012) “el corte no impide
Pensando los cortes como intento de separación y/o diferenciación, (Angel, 2013)
afirma que los adolescentes buscan liberarse de la dependencia que se ha establecido con el
objeto de amor desde la infancia, así como también diferenciarse de esos objetos que son en
parte la fuente de las identificaciones infantiles. En los fronterizos se podría pensar como un
Este intento de separación y/o diferenciación se articula con otra de las funciones que
sugiere Angel (2014) a las autolesiones en los adolescentes, y es la de pensarla como modo de
apropiación del cuerpo: la trasformación corporal en el adolescente los avasalla y eso produce
claramente en el déficit yoico de los fronterizos, con la no diferenciación yo-no yo. Entonces la
autolesión “es una manera de colonizar lo que pareciera ser de otro” (Angel, 2014, p.134).
pulsión de muerte. “Esta satisfacción se presenta bajo dos formas: como repetición de una
masoquista” (Angel, 2014, p.132).En relación a lo repetitivo de esta actuación, la autora toma
el texto de Freud (1920/1999) “Más allá del principio del placer”, donde explica la estrecha
acto todo aquello que no es recordado, que ha sido reprimido por su carácter traumático.
que: “el carácter conservador (...) de la pulsión (...) correspondería a una compulsión de
repetición” (p. 43). Asimismo asegura que el sadismo es un representante de esta. Con relación
Ha de ser más bien un estado antiguo, inicial que lo vivo abandonó alguna vez y
al que aspira regresar por todos los rodeos de la evolución. (...) todo lo vivo
muere, regresa a lo inorgánico, por razones internas. (...): La meta de toda vida
En el mismo texto, Freud agrega que una forma de desviar una parte de la moción
Lo antes mencionado sugiere una relación directa de la conducta del corte con la pulsión
Además, Angel (2014) relaciona la pulsión de muerte con una posición masoquista. El
impulso que subyace a las autolesiones se vincula con la pulsión, es así que el alivio al descargar
que es la base fisiológica del masoquismo erógeno. El placer autoerótico que produce el
May, 2015)
La piel sede del contacto de los primeros encuentro con la madre, es desde un comienzo
receptora de estímulos que pueden resultar traumáticos por exceso o por defecto y además es
zona erógena. “La erotización del dolor que producen las incisiones en la epidermis constituye
una forma de deslizamiento del sujeto hacia una patologización de su discurso hecho acto, o
función del superyó, incorpora elementos externos que se convertirán en la base de su actividad
posterior y que tendrá por principio un castigo autoadministrado. El creador del psicoanálisis
explica:
superyó, la conciencia moral, eficaz dentro de él, puede volverse duro, cruel,
De acuerdo a lo teorizado por Freud en 1920, Angel (2014) concluye que la compulsión
estado anterior, de modo que la compulsión de repetición no resulta ser sino una modalidad de
satisfacción de esa pulsión, que busca siempre el retorno a un estado anterior, un retorno a vivir
se presentará un esquema propuesto por Angel (2014), como un intento de formalizar la lógica
pulsionales, sentimiento de alienación, la relación con el Otro (Angel, 2014). En los fronterizo,
frente a esa angustia (que no auspicia como señal de alarma), el yo deficitario de estos
adolescentes intentará defenderse con una reacción del yo que no es a través de los mecanismos
una suerte de anestesia, de calma psíquica. Dicho alivio se vuelve cada vez menos efectivo, la
descarga “placentera” se hace más corta y menos intensa, disminuyendo su efecto apaciguador
lo que impele a la repetición. Entonces, el ciclo de la repetición se hace cada vez más frecuente
y más difícil de interrumpir. Mauer y May (2010) confirman que el alivio, la calma que
expresan los jóvenes luego de cortarse, es pasajero: “El circuito se repite y la anestesia incita
una vez más a buscar adrenalina jugando con el filo y en el filo” (sp).
adolescentes fronterizos, característica que han sido desarrolladas durante el recorrido del
presente trabajo.
Los síntomas remiten a problemas del yo y sus relaciones con los otros. El adolescente
fronterizo lucha por conservar una precaria identidad. La constitución precaria de su yo hace
que los bordes entre sujeto y objeto sean borrosos. El otro funciona como una prótesis, como
un continente para ese yo desfalleciente y permeable. Se vuelven “adictos” al otro, temen a ser
abandonados por eso se abroquelan. Pero también viven bajo la amenaza de intrusión, de ser
aplastados por el objeto. Se defienden estas angustias arcaicas con mecanismos de defensa
primitivos, principalmente con la escisión del yo, afirmando y negando al mismo tiempo un
contenido de la realidad psíquica. Cuando los mecanismo defensivos fallan frente a las
out y/o pasajes al acto) que pueden ser hacia los otros o hacia el propio cuerpo como las
autolesiones.
absoluta; depresiones; y sensación de vacío que el fronterizo puede intentar llenar con abuso de
72
drogas o alimentos.
Ahora bien, teniendo en cuenta todo lo expuesto en este apartado, ¿cómo sería un posible
psicoanalítica?
Capítulo V
fronterizos. El analista debe trabajar en los bordes, ampliando los límites de la analizabilidad,
frontera, con un encuadre a medida, donde la neutralidad y abstinencia del analista también
tratamiento, y a sabiendas que frente a la constitución deficitaria del Yo de estos pacientes, será
Con los pacientes fronterizos los analistas trabajan en los límites, en los bordes,
es necesario poner un límite al avasallamiento, el cual como expresa Hornstein (2000) es:
(…) producto y productor de una angustia masiva que reedita el encuentro con
esa madre que no pudo dosificar y regular los estímulos (externos e internos) y
74
Han sido las organizaciones fronterizas las que exigieron que el método, deviniendo
estrategia, incluya iniciativa, invención, arte. Esto implica que al analista se le solicita algo
simbolizante, que además de apuntar a recuperar lo existente, abre camino a producir lo que
con una actitud no intrusiva, supliendo verbalmente carencias fundamentales. Según el autor,
analista silencioso; neutralidad a ultranza; supone que la reelaboración evitará la actuación; las
interpretaciones serán cortas, esporádicas. Suele ser definido como un psicoanálisis clásico,
garante de la ortodoxia. Pero esto es una mera idealización y esa actitud del psicoanalista debe
interrogación para cada tratamiento, para el proceso de cada paciente y sus singularidades,
llevado a cabo desde la conducción de un analista particular, dando por resultado la creación de
En relación a lo recién expresado, Lerner (2015) asiente que esto no debería implicar un
distanciamiento del psicoanálisis, son más bien cambios dentro del campo psicoanalítico. Es
75
que para el autor, los pacientes fronterizos enfrentan al analista con deslizamientos técnicos
porque le demandan que sean copartícipes con ellos de la creación de lo que nunca estuvo.
Winnicott con Margaret Little practicó el psicoanálisis. Fue en todo caso un precursor
en extender sus fronteras (Lerner, 2015) “El tratamiento y el manejo de este caso me obligaron
a poner en juego todo lo que poseo como ser humano, como analista y como pediatra”
Hornstein (2013) manifiesta que será labor del analista relacionar teoría y práctica,
renovarlas, evitando que la clínica sea puro espontaneismo o la aplicación mecánica de recetas
reacias al cambio. A todo analista, el analizando se le presenta como un enigma que no se devela
Si con ningún paciente se debe ser rutinario, con estos se debe ser innovador.
Hay que lograr experiencias que les faltaron en sus primeros vínculos, plenos de
exceso o por defecto) de los padres, así como de sus colegas con miedo a innovar.
El autor se pregunta ¿Qué se espera de un tratamiento? Se podría inferir, casi con una
certeza optimista, que los pacientes esperan la “cura”; en cambio algunos psicoanalistas en el
afán de independizarse del “orden médico” (curan enfermedad orgánicas con acciones
pretensión curativa, su control ideológico y su legitimación del orden instituido; y esa crítica
devino en una actitud casi fóbica frente a la curación entendida como alivio del sufrimiento. En
el mundo analítico “curar” no tiene buena prensa y suena ambicioso. Todo tratamiento, tiene
objetivos y siempre se trata de una transformación del sujeto que cada uno expresa y piensa a
cambios suficientemente buenos, que le permitan al paciente hacer la vida más llevadera. Un
psicoanálisis (no importa la escuela) produce suficientes cambios cuando transforma las
relaciones del Yo con el Ello, el Superyó y la realidad exterior, tal cual lo explicita el epígrafe
del inicio del capítulo donde se cita a Freud advirtiendo la finalidad del tratamiento
psicoanalítico. Para ello será necesario ideas-herramientas que se adecuen a una clínica que
En las neurosis, como señala Pereira (1997), el objetivo del tratamiento es a partir de la
asociación libre levantar las represiones, llenar lagunas mnésicas y ampliar el campo de la
las escisiones de su aparato psíquico; reforzar el juicio de realidad; en transferencia; limitar las
Con estos pacientes, Hornstein (2000) señala que, hay que poner a prueba la
singularidad del analista, la del paciente y la del psicoanálisis, “porque la capacidad para
donde se recrea o se crea (se reedita o se edita) lo que fue conflictivo lo que nunca hubo o faltó.
Si no hay encuentro no hay encuadre. El encuadre es una producción de los participantes del
proceso terapéutico.
En la relación terapéutica entre analista y paciente, hay una serie de fenómenos que se
mantienen de manera constante durante el proceso, a esto Bleger (1967) lo denomina encuadre.
“Es así que dentro del encuadre psicoanalítico incluimos el rol del analista, el conjunto de
tanto metáfora del Yo, resulta convulsionado (Hornstein, 2000). La duración y cantidad de
sesiones se ven fuertemente atravesadas por temporales (faltan, exigen más sesiones, dejan,
vuelven, etcétera). Esto, según Lerner (2015), “impone la necesidad de crear para ese paciente
En los pacientes fronterizos el encuadre clásico, con el uso del diván concebido sobre
todo para sujetos neuróticos capaces de tolerar la no visión del analista, podría reactivar
Windaus (1997) explica que una de las tareas del terapeuta será, ser lo suficientemente
paciente para ir estructurando el espacio terapéutico y plantear un encuadre que les posibilite a
estos pacientes ir incorporando el espacio y los tiempos del tratamiento, por ello la autora
sostiene que:
ya que se trata de “su” propio espacio y “su” propio tiempo (Windaus, 1997, p
215).
Kernberg (1979) prefiere llevar a cabo el tratamiento cara a cara. Asegura que el
principal motivo es porque se trata de pacientes muy regresivos y por lo tanto las defensas que
predominan son las primitivas y arcaicas, por lo cual prevalecen los aspectos no verbales de su
comportamiento, cuya observación resulta más fácil para el analista en un encuadre cara a cara.
El autor refiere que “la frecuencia de las sesiones, la permisividad o las restricciones en
cuanto a los contactos extra terapéuticos y los límites dentro de los cuales puede expresarse el
1979, p 102).
En patologías graves, asevera Bleger (1967) que el encuadre es lo más presente, al igual
que los padres para el niño. Sin ellos no hay desarrollo del Yo, pero su mantenimiento más allá
Winnicott (1947), para dar cuenta las modificaciones del encuadre ofrece una
simbolizar el amor materno; para el psicótico, sería mejor decir que estas cosas
del encuadre en función del caso clínico, es el de Little (1995), quien relata que Winnicott
utilizaba la palabra sostén (holding) no sólo en sentido metafórico, sino también literal. En
cuanto al metafórico, él aportaba su sostén, apoyaba y mantenía con tacto en todo nivel con lo
79
que ocurría con el paciente. En relación al sentido literal, “durante horas sostenía mis manos
entre las suyas, como si fuera un cordón umbilical, mientras permanecía recostada,
generalmente oculta bajo la manta, en silencio, inerte, presa del pánico, la ira o el llanto,
temprana es una dificultad real. “El púber no se comunica, no habla” (p. 1) A esta característica
tendencia a la actuación. De allí la peligrosidad en los adolescentes fronterizos con los acting
“El analista es requerido a “estar ahí”, y no ser mera presencia. No hay posibilidad de
En una de las sesiones, menciona Little (1995) que, unos espasmos de terror recurrentes
se apoderaron de ella, “me aferré a sus manos con firmeza hasta que me libré de los espasmos”
(p.45). En ese momento Winnicott le explica que ella podría haber estado reviviendo la
experiencia de su nacimiento, por eso una vez finalizados los espasmos él le sostuvo la cabeza
como a los recién nacidos. Ella confirma que se trataba del nacimiento de una relación. Se
(…) el proceso en virtud del cual los deseos inconscientes se actualizan sobre
439).
80
clisés infantiles sobre la figura del analista. Se presenta en dos modalidades: la positiva de
1979) propias de los primeros encuentros fallidos de la diada madre-hijo. Relaciones, como
señala Vecslir (2015), fusionales, testimonio de la confusión Yo-no Yo. Lo que genera que la
Braier (2013) asegura que a estos pacientes hay que “garantizarles de entrada una
constancia objetal, aquella que no tuvieron; me refiero a la presencia del analista como objeto
(Windaus, 1997). La autora observa que tienen “una hiperconsistencia de la anécdota cotidiana
que no puede ser atravesada porque ellos no pueden separarse de esta realidad real siempre
igual significada, y causa de sufrimiento” (Windaus, 1997, p. 211) No pueden ser atravesadas
intrusión), por eso se deberá trabajar en la interiorización del conflicto, para que devenga
transferencia y el analista será implicado constantemente en: lo que hace, lo que dice, lo que no
Se trata de una transferencia masiva y caótica (Ulanosky, 2015). Son transferencias más
complejas para la conducción del tratamiento porque se presentan con una fuerte intensidad en
su despliegue afectivo, o transferencias que muestran cierto déficit de la función deseante del
paciente, ubicando al analista en el lugar de “dar vida” al tratamiento para que no desfallezca
(Vecslir, 2015)
conflictivas y ambivalentes, una proyección masiva y caótica que alterna entre idealizar el
objeto (totalmente bueno) o devaluarlo (totalmente malo). Además puede aparecer una
y abstinencia del analista. La abstinencia tiene que ver con no brindar satisfacciones sustitutivas
para que se repita el clisé y trabajarlo. No acudir a la demanda pone en juego la frustración, la
cual funciona como palanca y permite el anhelo del paciente por querer curar. La neutralidad
refiere a ser neutral en cuanto a los valores religiosos, morales y sociales. Es decir, “no dirigir
2007, p. 256)
82
Freud (1915/1976) asegura: “La cura tiene que ser realizada en abstinencia (…), hay que dejar
subsistir en el enfermo necesidad y añoranza como unas fuerzas pulsionantes del trabajo y la
por su tendencia a la actuación. Es decir, pueden realizar conductas que pueden poner en riesgo
su vida (cortes en la piel) y la de terceros. De allí que Kernberg (1979) advierta la necesidad de
cuando las circunstancias requieran que el terapeuta actúe a la manera de un superyó auxiliar
que establece límites útiles frente a los episodios de actings out que ponen en riesgo a este o a
otros, o bien atentan abiertamente contra el encuadre y la continuidad del tratamiento (citado
en Braier, 2013)
sentimiento de salvador. Son pacientes muy movilizantes, lo que implica que el analista debe
estar dispuesto a emprender un compromiso afectivo intenso. Por ello debe primar la ética al
aceptar en tratamiento a estos pacientes, para que no se repita en su historia otro fracaso en sus
La contratransferencia, concepto que introduce Freud (1919, citado en Pisoni, 2003) con
posterioridad al de transferencia, para advertir a los analista de los obstáculos que puedan
personalidad del analista. “Se trata de los sentimientos y pulsiones que surgen en el inconsciente
del analista como resultado de la transferencia del analizando y aún frente a la persona de éste
(Pisoni, 2003, p. 244) Por lo cual se recomienda domeñarla a través del propio análisis del
analista. Por lo que Kernberg (1979) recalca que el analista debe obtener el mayor beneficio
83
“los afectos del analista son utilizables para acceder al inconsciente del analizando” (Hornstein,
2000. p.249)
A propósito del intento por parte del analista de comprender lo que está sintiendo el
paciente, Hamilton (1990) recuerda la función continente propuesta por Bion, la cual se
relaciona con uno de los mecanismos de defensa característicos en los pacientes fronterizos, la
identificación proyectiva. Este mecanismo mental mediante el cual el sujeto atribuye al objeto
un aspecto del si-mismo y los afectos consecuentes, es la manera por la cual el contenido del
identificación proyectiva del analista que siempre tiene adherido un poco del si-mismo del
Parece oportuno compartir otra experiencia de Little (1995) en relación a su análisis con
Winnicott. En una sesión Little le cuenta de una pérdida que había sufrido en su niñez, una
amiguita con la cual compartía tiempo, la cual no vio por un tiempo y luego se enteró que había
enfermado hasta morir. Ella le cuenta a Winnicott que se sintió egoísta por no haberle escrito a
su amiga pero creyó no haberlo hecho porque no le interesaba mucho su amiga. En ese preciso
instante, Winnicott comenzó a lagrimear por ella y ella comenzó a llorar la pérdida de su amiga
pacientes locos son siempre, por fuerza, una pesada carga emocional para quienes cuidan de
ellos. Hay que perdonarles, pues, si hacen cosas terribles” (Winnicott, 1947, p. 268), aunque
eso no implica que no generen ciertas reacciones objetivas. El autor, aconseja que esas
del tratamiento. Es decir, ese odio debe quedar disponible para una eventual interpretación, “ya
que el paciente lo busca y debe ser capaz de encontrarlo para poder ser también capaz de
Se hace necesario la cuestión de la interpretación del odio del analista para con el
paciente, aunque conlleve peligros deberá evaluarse una cuidadosa sincronización para su
comunicación. “En tanto no se haga esta interpretación el paciente es mantenido en cierta forma
contratransferencia pasa a ser una herramienta importante tanto para el diagnóstico como para
el tratamiento. Amén de eso, Pisoni (2003) advierte: “Creer que un análisis puede ser totalmente
mito.
Los déficits, en el proceso de narcisización, que han sufrido estos adolescentes dejan
huecos que según Namirovsky (2007) necesitan una nueva edición. Se requiere del analista
sostenerse por la presencia del terapeuta-objeto como forma de crear una nueva modalidad
Para estos pacientes, enfrentarse con el desvalimiento supone un dolor psíquico inmenso
que se les hace insoportable. Los objetos, “incluido el analista en transferencia, funcionan como
prótesis salvadora” (Ulanosky, 2015, p.109) Por ello, la autora recomienda que el tratamiento,
psiquismo fallido.
necesidades, no de satisfacer deseos, son objetos de la necesidad por lo que el fronterizo espera
de ellos que: los calme, los sostenga y le sean incondicional. “esto mismo se espera del analista”
objeto y recurren a las actuaciones (cortarse la piel por ejemplo) como vía de tramitación.
interpretación de los acting out, Lander (2007) asegura que muchas veces son muy útiles en el
trabajo analítico. La conducta expresada en estos actos, que puede en algunas ocasiones ser
no puede presentar en palabras. Estos actos tienen tanto valor como el trabajo de los sueños,
86
debido a que podrían permitir conocer algo de lo inconsciente en cada paciente. El acto muestra
aspectos de la vida mental que el paciente no puede poner en palabras. Muchas veces es la única
forma de mostrar en acto, lo que no puede ser: ni recordado, ni olvidado. En este sentido el
“acting out” pasa a ser algo valioso en el proceso analítico, especialmente en el trabajo con
adolescentes.
función de historiador. Su tarea es hacer surgir lo que ha sido olvidado a partir de las huellas
todas maneras, el autor haya más apropiado el uso del término construcción.
analizando para que ejerza un efecto sobre él; luego construye otra pieza a partir
del nuevo material que afluye, procede con ella de la misma manera, en esta
reprimido, aunque no siempre se llega tan lejos. Por eso Freud (1937/2004) asegura que si el
de la construcción que lograría el mismo resultado terapéutico que la evocación del recuerdo.
integrar las partes escindidas del sujeto, operan en el mismo sentido que la pulsión de vida
(Eros), favoreciendo la ligadura y la unión. Por eso, Kernberg (1979) considera conveniente
En el texto Sobre Psicoterapia, Freud (1905/1990) para explicar la gran oposición que
hay entre la técnica analítica y la sugestiva, toma de Leonardo Da Vinci lo que resumió en
relación a la diferencia entre las formulas de la pintura y la escultura. La pintura trabaja per via
di porre, es decir sobre una tela blanca pone colores donde antes no había. En cambio, la
escultura lo hace per via di levare, quita de la piedra todo lo que cubre la forma de la obra que
hay contenida en ella. Con este esto, Freud quería dar cuenta que la sugestión opera per via di
porre, omitiendo el origen, fuerza y significación de los síntomas, sino que deposita algo (la
sugestión). Mientras que, la técnica analítica no agrega ni introduce nada nuevo, sino retira,
Vecslir (2015) toma lo que se acaba de explicar e invita a repensar los trabajos de la
porre” sin que esto necesariamente implique abandonar el método analítico por
En el tratamiento de las neurosis, asevera la autora, el analista trabaja “per vía di levare”
actuador, además es llevado a hacer con el paciente asociaciones, a prestar pensamiento, a dar
indicaciones y muchas veces maniobrar con la realidad. Es decir, a poner algo donde no lo
había.
Los trastornos por déficit en la constitución del psiquismo, como es caso de los pacientes
intervenciones sobre los trastornos por conflicto psíquico, cuyo objetivo es el levantamiento de
la represión. Las intervenciones en los borderline intentan construir trama psíquica donde hay
así, que la autora afirma: “el trabajo analítico apunta, junto con la reconstrucción del sentido
irrepresentado (p.63)
Ortiz Frágola (2018) asevera que gran parte de la efectividad de un tratamiento analítico
con pacientes graves está centrada en la capacidad del terapeuta para moverse con flexibilidad
preocupan y movilizan mucho más a sus analistas (Ortiz Frágola, 2018). Según el autor, se
presentan con caos inicial donde alternan rabia, pseudodepresión (más que vacío que tristeza)
y fuertes intentos para que el analista les otorgue un sentido que su vida está lejos de tener.
Es que así como a estos chicos les cuesta sintonizar con el resto de la gente (un
Esto que se acaba de mencionar sumado a los excesos (tanto internos como externos) a
los que se encuentran expuestos los adolescentes fronterizos y cuyo vía de tramitación son las
descargas (autolesionarse) son razones por las cuales estos pacientes requieren un abordaje
de quedar encerrados en saberes estériles, cerrados y sin las aperturas que el conocimiento
presencia de los padres, que en la gran mayoría de los casos son los que realizan la demanda
los padres en esta etapa, obligan a los analistas a pensar diferentes estrategias de abordaje
(Manuel, 2001).
estos pacientes el estilo de trabajo y la personalidad del terapeuta, su anterior experiencia con
siendo comprendido. El paciente puede sentir que el terapeuta está cerca y es accesible (Ortiz
Frágola, 2018)
madre dedicada a su pequeño; debe reconocer como necesidades los deseos del
y de ser objetivo; y debe dar muestras de querer dar lo que en realidad solamente
90
En estos pacientes, “el marco del análisis reproduce las primeras y más tempranas
técnicas maternas invita a la regresión debido a su confiabilidad” (Winnicott, 1954, p. 704) por
ello la tarea del analista es indagar la historia identificatoria y libidinal (Lerner 2007)
Para Winnicott (1954) los pacientes graves, aquellos en los que el análisis debe tratar
las etapas más tempranas del desarrollo emocional, dan cuenta del desarrollo muy temprano de
un falso self. En estos casos, asevera Winnicott, para que el tratamiento fuera eficaz hay que
decir, el inconsciente del paciente dirige la marcha, y sólo debe seguírsele a él. Ante una
tendencia regresiva, el analista debe estar preparado para seguir el proceso inconsciente del
todos los detalles del control) no tiene importancia en la labor interpretativa. En cambio, en las
experimentar la vida. El paciente le entrega al analista el self falso, y se torna una etapa de gran
clínica del paciente, implica lo contrario del progreso. “Este progreso mismo es la evolución
de un falso self producto de un fracaso adaptativo; una creencia en que es posible corregir ese
91
fracaso original por la capacidad latente de la regresión, lo cual implica una organización yoica
El falso self surge como una defensa contra las fallas ambientales, a partir de “un
congelamiento de la situación fracaso” (Winnicott, 1954, p.697), con el supuesto de que más
adelante surgirá la oportunidad de que esa situación de fracaso congelada pueda descongelarse.
En esta etapa, una de las características de la transferencia es la presencia del pasado del
en esta tarea es más acertado decir que el presente (…) retrocede al pasado y es
Este proceso le permitiría al paciente, por primera vez, la oportunidad del desarrollo del
Yo, quedando capacitado para empezar a recordar los fracasos originales que han ocasionado
traumas. Es un arduo camino por transitar, pero Winnicott (1955) afirma que de llegar a este
punto de da algo parecido a la represión primaria con estos traumas una vez que los mismos
han sido utilizados en el tratamiento. Esto le permitiría al paciente experimentar los impulsos
de ello y de sentirse real al hacerlo. De ser así, podría pensarse en un análisis ordinario para
trabajar las defensas del Yo contra la angustia. Sin embargo, agrega Winnicott, esta adaptación
objetiva. El analista debe utilizar sus fracasos en términos de lo que signifiquen para el paciente.
Para que sea posible rectificar el funcionamiento yoico, Kernberg (1979) asegura que el
paciente deberá en algún momento aceptar las serias y limitaciones que ha padecido en los
92
primeros años de vida. El autor se refiere a aceptar el fracaso de las funciones parentales.
Aclarando que no se trata del fracaso monstruoso que reflejan las fantasías en los inicios de un
tratamiento, si no el fracaso de los padres “en el simple sentido humano de no haber sabido dar
y recibir amor, ofrecer consuelo y comprensión, (…) para prestar ayuda en el momento en que
(…) si yo ayudo a este paciente a que no haga grandes macanas, que no se drogue
tanto, que no maneje a 180 km por hora, que atenúe su proyección y sus
demuestra (p.156).
Por último, se toma una advertencia de Winnicott (1947) en relación al análisis de este
tipo de pacientes. Un analista debe haber llegado a lo más primitivo de sí mismo, allí podrá
encontrar respuestas a muchos problemas oscuros del ejercicio del psicoanálisis, y eso yace en
Conclusiones
comienza a cobrar valor a partir de 1930 cuestionando la nosología reinante en ese entonces.
psíquicos no podían ser clasificados dentro de las entidades psicopatológicas clásicas: neurosis,
psicosis y perversiones. Cuando se presentaba una dificultad diagnóstica debido a que las
características de ciertos pacientes no cumplían totalmente con las propias de las estructuras
clásicas, se los diagnóstica como borderline. Amén de eso, se hacía habitual que pensasen a las
organizaciones fronterizas como una patología limítrofe, una zona intermedia, entre neurosis y
psicosis.
Kernberg fue uno de los primeros en afirmar que se trataba de una organización
afirmar que es una organización independiente, cuyas principales características son: ansiedad
flotante, crónica y difusa; tendencias sexuales polimorfas; ira; impulsiones; labilidad yoica;
sensación crónica de vacío; y angustias de intrusión y separación que patologizan todos sus
vínculos. El fronterizo lucha por conservar una precaria identidad, remitiendo sus síntomas a
problemas del yo y sus relaciones con los otros. Debido a ello, suele observarse en estos
pacientes una verdadera voracidad de objetos, expresión de la necesidad de hallar un objeto que
y sentir que llena su vacío estructural. Esos objetos pueden ser: personas, comida, drogas,
alcohol, sexo, etcétera. Ahora bien, el abordaje se complejiza cuando este modo de
características de la patología con las propias de esa etapa, dificultando así su diagnóstico.
a tal punto que las problemáticas múltiples, contradictorias y complejas características de esta
94
biológico, es también sensorial, erógeno, imaginario y hablado. Por todo lo antes mencionado,
el diagnóstico del adolescente fronterizo suele ser complejo, por lo inestable que es el estado
fronterizo.
observar: mecanismos de defensa preponderantes, acting out y pasajes al acto, tipo de angustia,
en esta etapa deben realizarse con prudencia y precisión. Son de suma importancia las
entrevistas preliminares para saber: qué (o quién) lo trae, motivo manifiesto y latente, si es algo
nuevo o que se repite, si a su sufrimiento actual le atribuye algo de su historia o una casualidad,
sufrimiento, si afrontó y como resolvió crisis vitales como duelos y qué capacidad tiene o no
la función materna en el proceso de narcisización, que ha dejado como resultado bordes muy
porosos del yo. Estos déficits dejan marcas en el psiquismo que cuando no pueden ser ligadas
contrapuestas sin que entren en conflicto y, por lo tanto, sin formación de compromiso. El hecho
de que predomine este mecanismo de defensa en detrimento de la represión con sus retornos
sintomales, se producen retornos por otras vías que no son simbólicas, fundamentalmente la del
actuar.
El aparato psíquico del paciente fronterizo, cuya estructuración ha sido precaria, muestra
tanto de su mundo interno (pulsional) como de la realidad exterior, encontrando una tramitación
por medio de descargas en el cuerpo como las conductas autolesivas en la piel (cortarse,
rasguñarse, quemarse). La principal finalidad de esta conducta autolesiva es sentir alivio, que
debido a su transitoriedad el adolescente lo repite cada vez con mayor frecuencia e intensidad.
El dolor psíquico es eclipsado por el orgánico, la hemorragia narcisista drena por la piel. Es el
déficit representacional que no permite domeñar la pulsión y poder tramitarla por vía simbólica.
Por todo lo mencionado, será labor del analista no solo ser intérprete de lo existente sino
la de ayudar a construir lo que nunca hubo. A su vez debe auspiciar de objeto-soporte en esta
y de devolvérselas metabolizadas cual “madre suficientemente buena”. Por otro lado, con estos
tratamiento. Por ello, el psicoanálisis clásico, con el modelo asociación libre-atención flotante
El encuadre, en tanto metáfora del yo, se ve fuertemente convulsionado. El uso del diván
analistas el “cara a cara”. La duración y frecuencia de las sesiones son poco respetados por estos
algunos momento el analista debe correrse del” andamiento” de no acudir a la demanda. Porque
El famoso símil de Schopenhauer sobre los puercoespines contaba que un día helado
de invierno, los puercoespines para no morir congelados se apretujaban para prestarse calor
pero las púas hacían que se lastimen. Cuando se alejaban volvían a congelarse, entonces se
apretujaban otra vez pero nuevamente se lastimaban con la cercanía de los otros. Estuvieron
así, oscilando entre morirse congelado o atravesados por las púas de sus pares, hasta encontrar
de intrusión, es la que se presenta en el fronterizo con sus vínculos, y por ende con el analista.
Será función de este último encontrar esa distancia óptima para poder intervenir, utilizando su
invita a una interrogación del tratamiento para cada paciente y su proceso, dando por resultado
un espacio analítico singular, que auspicie para al analizando como un ambiente facilitador para
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