NEFTALI RODRÍGUEZ AMADEO, Demandante y Recurrido
NEFTALI RODRÍGUEZ AMADEO, Demandante y Recurrido
NEFTALI RODRÍGUEZ AMADEO, Demandante y Recurrido
v.
Número: RE-92-24
El 1ro de noviembre de 1983, el doctor Rodríguez Amadeo, quien es médico con especialidad en
medicina interna, presentó una demanda de divorcio por la causal de trato cruel.[1] Al momento de
instarse la demanda de divorcio, los hijos del matrimonio contaban con las edades de quince (15), trece
(13) y cinco (5) años, respectivamente.
El 21 de febrero de 1985 se permitió, con la anuencia del tribunal, enmendar la demanda de divorcio
presentada por el doctor Rodríguez Amadeo a los fines de alegar la causal de separación.
Posteriormente, el 3 de abril de 1985 se decretó disuelto el matrimonio. En la sentencia emitida por el
Tribunal Superior, Sala de Guayama, se le concedió a la madre la patria potestad y custodia de los tres
(3) hijos menores habidos en el matrimonio. Se fijó una pensión alimentaria de novecientos dólares
($900) mensuales. Además, se dispuso que el demandante pagara la renta mensual de la casa, donde
residen los menores junto a su madre. Ésta es un bien ganancial. Asimismo, vendría obligado el doctor
Rodríguez Amadeo a pagar todos los gastos relacionados con la escuela de los menores, mantendría a
éstos incluidos en un plan médico y terminaría de pagar el balance que se adeudaba del automóvil
Volvo, el cual quedaría en manos de la demandada. Al terminarse de pagar dicho auto, la pensión
alimentaria aumentaría de novecientos dólares ($900) a mil cien dólares ($1,100) mensuales.[2]
Posteriormente, el 29 de julio de 1991, una compareció por derecho propio mediante una moción
presentada dentro del proceso original de divorcio de sus padres, Neftalí Rodríguez Santiago, hijo del
UAGM (CUPEY)
Clase: Business Law (Busi. 204)
Profesor: Agustin Graterole
Estudiante: Gypsy Cordova
doctor Rodríguez Amadeo y la señora Santiago Torres. Éste, al momento de presentar esta moción para
reclamar alimentos al amparo del Art. 143 del Código Civil, 31 L.P.R.A. sec. 562, contaba con veintiún
años (21) de edad. Alegó en la misma que era estudiante de bachillerato a tiempo completo y sin
interrupción en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Que había hecho las gestiones
pertinentes para cursar estudios en la Escuela de Medicina de la Universidad Central del Caribe con sede
en Bayamón y que fue aceptado.[3] Sostuvo que le requirió a su padre, el doctor Rodríguez Amadeo, el
pago de la matrícula para comenzar los estudios de medicina, así como el costo de los libros que le
fueron asignados,[4] pero que éste se negó a ello en varias ocasiones. Con respecto a esta moción
presentada por el hijo del doctor Rodríguez Amadeo, el tribunal de instancia señaló una vista.
En repetidas ocasiones hemos expresado que los casos de alimentos a hijos menores de edad están
revestidos del más alto interés público
La obligación alimenticia que surge del Art. 143 se refiere al caso del padre o de la madre de hijos no
emancipados que no viven en su compañía y sobre los cuales no tiene la patria potestad, y a hijas y otros
parientes, no importa su edad, que tengan necesidad de alimentos, y siempre que el alimentante cuente
con recursos para proveerlos. A diferencia de la obligación bajo el ejercicio de la patria potestad, el
deber de proveer alimentos bajo el articulado del Código que regula los alimentos entre parientes se
basa en el estado de necesidad del hijo y depende de la condición económica del padre alimentante.
Por todo lo antes expuesto, procede que se dicte sentencia revocando la emitida por el Tribunal
Superior, Sala de Guayama, el 22 de noviembre de 1991 y devolviendo el caso al foro de instancia para
que continúen los procedimientos de forma compatible con lo aquí resuelto.[15]
El Juez Asociado Señor Alonso Alonso no intervino. El Juez Asociado Señor Fuster Berlingeri disintió sin
opinión escrita.
SENTENCIA de Nelson García Feliciano, J. (Guayama), que declara sin lugar cierta petición de alimentos.
Revocada y se devuelve el caso al foro de instancia para la continuación de los procedimientos en
conformidad con la opinión.
Martha L. Peña Valiente, abogada de la parte recurrente; Héctor Luis Ayala Vega, abogado de la parte
recurrida.