Anécdota Con Gingsburg

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EL NADAISMO Y SUS ANECDOTAS

Estábamos aquí en Cali, en el año 63, en casa de Pedro Alcántara, y llegó


Amilkar y dijo “me acabo de encontrar con Alex Ginsberg, en la Plaza de
Caicedo, que viene del Putumayo”.

Posteriormente me encontré con Amilkar en Nueva York y con el mismo


Ginsberg y entonces Ginsberg recordaba el encuentro y le dijo que venía muy
loco, venía muy mal, que había estado en el Putumayo; esa experiencia está
recogida en las Cartas del Yagé que se cruzaron William Burroughs y Alex
Ginsberg; hasta el Putumayo llegó Burroughs primero y entonces le escribe a
Ginsberg en las Cartas del Yagé diciéndole cuál es el efecto del Yagé y que
vomitó, que le dio diarrea que vio a su papá, con las descripciones alucinantes
de Burroughs.

Ginsberg se entusiasmó y se vino al Putumayo y en las Cartas del Yagé lo que


tu ves es la descripción del efecto del yagé en un poeta, entonces lo que dice
Ginsberg es “Wow, ooh, qué horror”, son las exclamaciones y una cantidad de
símbolos casi, pero no es la descripción de Burroughs sino el sentimiento del
poeta.

Recuerdo que ese día estaba Eduardito Zalamea, en Nueva York, entonces
Ginsberg cayó a mi casa con Peter Oglovsky, que era su marido; Marcia
Dittman, era mi esposa que luego fue profesora de Idiomas en la Universidad
del Valle.

Llega Gingsberg y dice “hoy se presenta Swami Vivenanda (sic) en la Catedral


de San Patricio, pero esto se explica desde muchos años antes:

Hay un dibujante en la historia de Medellín, José Posada, que introdujo el Art


Deco en Medellín y que reformó la cajetilla de cigarrillos Pielroja que había
diseñado Rendón, le puso una plumas más y una menos y era mi vecino en
Manrique, era además muy amigo de mi papá. Yo nunca he podido entender,
pues mi papá era un corredor de bolsa, bruto digamos, al lado de este artista,
que fue de los Panidas, con León de Greiff, Rendón; Recuerdo que ellos se
sentaban a tomar aguardiente y era una conversación deliciosa y hablaban de
otras cosas que no encajaban ni en un mundo ni en el otro, hablaban del barrio,
hablaban de jugar naipes, jugaban tute, jugaban tresillo y José Posada, para
dejar el trago, que mi papá no pudo dejar, -a mi papá lo mató el trago-, de un
momento a otro se metió en el yoga.

Resulta que José Posada murió en el año 54, y más o menos en el año 53 yo
estaba asomado a la ventana de mi casa y vi pasar a un tipo, el hombre más
hermoso que te puedas imaginar en la vida, pero entiéndeme bien lo que yo
llamo hermosura; era un hombre alto, canoso, robusto, con una túnica
larguísima de color cobre y un pendiente; cuando lo vi pasar por la ventana
dije: “qué es esta cosa”, con lo que ahora llamamos aura, eso es lo que yo
llamo hermosura;
Yo iba donde José Posada y un día entré a la casa intempestivamente y lo vi
parado en la cabeza y tenía los intestinos por fuera de la boca, se los estaba
lavando allí y esta cosa aparentemente repugnante no me produjo ese impacto,
lo vi con una naturalidad; se paró otra vez en los pies, se metió los intestinos en
la boca, y me explicaba como si nada “que el trago que tal cosa, que el
higado”, en fin, entonces José Posada estaba tan metido que este hombre, el
de la túnica que te hablo, estaba hospedado en su casa.

En la revista Semana de esos días apareció una foto del hombre, tomada en el
solar de la casa de José Posada, se notaba por los dibujos de la pared, que yo
había vísto desde mi infancia; entonces Swami Vivenanda estaba en Medellín,
esto te da una idea de la importancia de José Posada: Swami Vivenanda llegó
a visitar al dibujante José Posada, vecino de mi casa, amigo de mi papá….
Cuando yo vi a este tipo, aunque es muy difícil cuando uno tiene 12 o 14 años
calcularle la edad a un adulto, por las canas yo decía “tiene 40 años”, te estoy
hablando del año 53.

En el año 68 en mi casa en Nueva York, Eduardo Zalamea, llega con


Gingsberg y con Peter Oglovsky y entonces Gingsberg dice “en la Catedral de
San Patricio está Swami Vivenanda” y sacó el New York Times y estaba la foto
de él tomada en el solar de la casa de José Posada que yo reconocí por los
dibujitos en la pared.

Entonces fuimos a la iglesia de San Patricio donde el Swami iba a dar una
conferencia; llegamos una patota, creo que hasta Salomón Kalmanovitz estaba
allí, Marceles, Alvaro Medina, Bernardo Fernandez, Marcia, Gingsberg,
Zalameíta, Oglovsky y yo; entramos y ahí estaba el Swami que yo había visto
en mi infancia y empezó a dar su conferencia, y en el NYT había aparecido la
noticia: “SV a sus 94 años”, y pensé : “¿si yo hace 15 años lo vi de 44 cómo así
que tiene noventa y todos?”, entonces el Swami dice “yo ya cumplí mi
misión…” y de pronto Gingsberg se empelota en plena iglesia de San Patricio,
y saca una tabla, ese instrumento horizontal hindú de cuerda, y sin saber
tocarlo ni nada, empieza a joder y entonces a mi me dio berraquera con
Gingsberg y le dije a Marcia y a los amigos colombianos no, yo me voy, este
hijueputa irrespetando al Swami, con todo ese cuento en que estaban metidos
los Beatniks, y era un irrespeto porque el Swami era un santón, entonces
nosotros nos salimos y Gingsberg se quedó en pelota, “carajeando” con esa
tabla, con ese instrumento, hasta cuando vino la policía y lo sacó y lo vistió y
pa´l calabozo y una multa o lo que fuera.

De todas maneras al otro día en el NYT la noticia más escandalosa: SV


paralizó en esa conferencia todas sus funciones orgánicas en una posición flor
de loto, dejó de respirar, paró la circulación de la sangre y dijo yo me voy pues
porque ya cumplí mi misión…”

VALORES
Hay un relato “Que Pase el Aserrador”, de Martín del Corral, coetáneo de
Carrasquilla y de Pacho Rendón, esa tradición literaria que tiene Antioquia del
cuento; en el país es Antioquia la que tiene esa tradición. Resulta que en ese
cuento están exaltadas todas las virtudes del paisa, que si uno las ve ahora son
defectos. Entonces el paradigma del paisa vivo, que no se vara, racista a
morir, ventajoso, mentiroso, todo eso está en Simón, el personaje de ese
cuento. En Antioquia comprar un huevo por un peso y venderlo por 10, es ser
muy vivo, muy buen negociante, salga de Antioquia y se da cuenta de que eso
es un delito de especulación, así de sencillo.

Cuando iban a inaugurar a Teleantioquia, como por un golpe de suerte me


pidieron que hiciera un guión de “Que Pase el Aserrador”, “a ver si se puede
hacer una película” me dijeron; yo ya había leído ese cuento en segundo de
bachillerato, pero a los 40 y pico de años uno se pregunta qué es esto? Y
entonces cogí el cuento y lo desmenucé y dí una conferencia en la Cámara de
Comercio diciendo “vea sobre que valores estamos levantados” y todo el
mundo pasmado, entonces dije, yo no hago ese guión, y se lo dieron a Victor
Gaviria.

Víctor hizo la versión de Que Pase el Aserrador y qué ocurrió, Victor cogió la
versión, no la original, sino una versión de Que Pase el Aserrador publicada por
Bedout, entonces cuando el aserrador llega a la orilla del río y le dice a otro allá
“Yo soy aserrador, páseme la orilla” y en la película dicen “páseme la orilla” y
yo le digo oiste Victor cómo así que vos llegás a la orilla del río y decís páseme
la orilla pa cá para yo pasar pa´lla, Victor por Dios no caíste en la cuenta?
Hombre por Dios es la “orolla”, “orolla” es una canastilla y en la versión de
Bedout dice la “orilla” y no páseme la “orolla” y Víctor no ha podido borrar esa
cosa de la película, lo que demuestra que Víctor es tan antioqueño como lo que
hizo.

Y póngale cuidado al himno Antioqueño, lo que nos enseñaron de chiquitos que


el himno nacional colombiano es el segundo del mundo o el tercero, eso es un
mito, que después de la Marsellesa es el berraco himno nacional, cierto? A los
antioqueños no solamente nos enseñaron eso, sino que nos dijeron que
después del himno nacional de Colombia el otro que sigue, el tercero en el
mundo, es el himno antioqueño, entonces todos crecemos con ese mito. Esa
cosa que convoca en una plaza de toros, la gente tomando ó en un estadio,
eso es una vaina que se le para el pelo a uno,

Oh libertad que perfumas las montañas


De mi tierra deja que aspiren
Mis hijos tus dolorosas herencias

Amo al sol porque anda libre


Sobre la ciudad esfera ,
Al lacán porque silba,
Con libertad en la selva,
El hacha que mis mayores
Me dejaron por herencia
La quiero por que a sus golpes
Libres acentos resuenan.

(Versión del himno antioqueño escrita a partir de lo escuchado en la entrevista.


Nota del Transcriptor)

Entonces cómo así que usted está tumbando el bosque, al viento que silba libre
con un hacha que también es libre? Detengámonos un momentito sobre cual
contradicción está constituido el espíritu depredador del antioqueño y la
expresión de ese depredador que todo lo maneja como si fuera de su propia
finca, como si fuera el señor de haciendas y siervos, cierto? Ahí está el Pablo
Escobar, ahora están empezando a investigar a los paracos en Antioquia, al
Gobernador y ahí está la Presidencia de la República.

El LENGUAJE Y ANTIOQUIA

El lenguaje se desarrolla es en las costas, se moderniza en las costas, en


cambio en la sierra, en el territorio montañoso el lenguaje es arcaico por el
aislamiento, entonces por eso el lenguaje paisa es tan supremamente ortodoxo
y rico en los giros gramaticales, en los tiempos verbales y en las palabras
arcaizantes, que eso es lo que tiene Carrasquilla, para no hablarte de la cocina
ni de la endogamia de los paisas, pero si miramos otra cosa: el estilo de jugar
al fútbol. Cómo juegan ustedes los vallunos al fútbol, le dan duro a esa pelota.
Cómo jugamos los paisas, toque, toque, toque, ¿por qué? porque si le damos
duro a esa pelota se nos va montaña abajo; entonces todo eso va formando un
carácter, un comportamiento social, una cultura vernácula y es mi caso
personal.

Yo no puedo con la salsa, entiendo la belleza, entiendo la relación con el jazz,


entiendo toda una cantidad de cosas, el disparate del baile, entiendo esa
locura, ese espíritu alegre, pero yo soy andino, soy de bambuco, nosotros
bailamos mal, comparado con un caleño, con un costeño. Yo siendo tan
contestario y tan necio y oigo un bambuco de Obdulio y Julián y me derrito.

Por qué la carne de cerdo es imprescindible en la dieta diaria del paisa?


Porque los judíos, perseguidos, se fueron a vivir en las montañas más lejanas
durante la conquista, la colonia, llegaba el judío a esconderse, huyéndole a los
Reyes Católicos, llegaban a esconderse en Antioquia porque primero esa vaina
quedaba muy lejos y porque allá por disimular que no eran judíos entonces
comían carne de cerdo, es que yo no soy judío, yo como carne de cerdo.

EL BANDIDO NADAÍSTA

Los Nadaístas tenemos bandido, bandido de verdad, ladrón de bancos,


asesino, duro, baretero, intelectual y escritor, es Antonio José Medina, Toñilas.
Toñilas fue el bandido famoso en los años 60s, un tipo de clase media, más
buen mozo que el hijueputa, del tamaño de un escaparate; en los juicios de
Toñilas, que eran audiencias públicas, eso se llenaba de colegialas y Darío
Lemos vivía muy berraco con Toñilas, ese hijuep me está quitando las
muchachas. Es que Antonio era una cosa muy berraca y robaba solo porque
no confiaba en nadie.

En la cárcel de la Ladera fundó la biblioteca Fernando González. Bandido que


se transformaba en mata de plátano, que a mi me consta. Una noche en mi
casa, salimos de una obra de teatro, “El arquitecto del Emperador de Asiria” de
Fernando de Arrabal, y empezó a desmenuzarme la obra de teatro como un
director teatral, no como un espectador, porque me hablaba de los espacios, de
los movimientos de los actores, de cómo se notaba que el director era malo
porque no marcaba espacios o no marcaba tiempos, cómo alargaba esta frase,
una mirada muy jodida, muy complicada.

Uno de los primeros crímenes jodidos en Medellín es la muerte de Ramón


Cachaco, un gangster de Medellín, y sus tres escoltas; siempre se dijo que
había sido Toñilas pero nunca se le comprobó ni nunca lo capturaron por eso.
Pero una noche nos contó la historia:

En Medellín uno sale por la autopista y a la entrada del aeropuerto había un


lugar que se llamaba Ali Bar y era un bar muy lindo, con muy buena música y
con unas matas de bambú y unos leones y entonces Ramón Cachaco que
tenía la bronca con Antonio lo llamó y le dijo “aquí te estoy esperando hijueputa
en Alí Bar”, entonces Antonio le dijo “esperame allá malparido que ya voy por
vos pues”, entonces me cuenta Antonio que arrancó en el carro y cuando iba
subiendo se dijo “yo también soy muy güevón cierto? Cómo así que este
hijueputa me dice que me está esperando en Alí Bar, que vaya por él y yo se
que el man tiene tres guardaespaldas y yo voy? Yo si soy muy pendejo no?”
Entonces iba subiendo y se la calculó, entonces se bajó del carro y dijo, “por
aquí, por la Colombiana de Tabaco, me deben estar esperando los escoltas de
Ramón Cachaco, porque saben que yo vengo de Medellín”, entonces se bajó,
cuadró el carro y cogió la canalización del río a pie y subió y sobrepasó Alí Bar
salió por arriba y bajó y cogió a Ramón Cachaco, que lo estaba esperando en
Alí Bar, y le dijo aquí estoy hijueputa y pah, pah, pah, pah, entonces cuando los
escoltas oyeron los tiros, porque el ya sabía que estaban al frente esperándolo,
se puso a esperarlos, ¿dónde los espero? En el baño de Alí Bar, llegan los tres
escoltas y ven el cadáver de su jefe ahí, cierto? Entonces, que dónde estará el
hijueputa y nadie le iba a decir dónde estaba y sale este cansón del baño, tan,
tan, el primero, tan, tan el segundo y tan, tan el tercero, dejó los cuatro muertos
y salió y se fue.

En Bogotá me lo encontré, en una bebeta en el apartamento de Jota y de


pronto fue con una novia, “el loco”, que tenía, -se había volado de la Ladera-.
La novia era chiquitica y Antonio un hombre de 1.85 ella medía 1.50; hombre,
se fue la novia a hacerle la visita y este hp se voló disfrazado de mujer con la
ropa de ella, de minifalda y lo recapturaron a los tres días vestido de mujer en
una casa de putas, hombre, con la misma ropa con la que se había volado?

Uno se sentaba a hablar con Antonio de literatura y era una cosa seria y
hablaba con propiedad de Fernando González, hablaba de Sartre, hablaba de
jazz, era un tipo rarísimo, rarísimo y no lo desamparaba su pistola y robaba
solo “porque yo no confío en nadie”.

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