El documento reflexiona sobre cómo los tiempos caóticos pueden conducir a cambios fascinantes como la fecundación in vitro e Internet. También argumenta que las catástrofes pueden abrir puertas a nuevos pensamientos y realidades, y que tenemos más poder del que creemos sobre nuestra propia vida y ADN. Finalmente, discute la necesidad de recuperar el control sobre nuestro código genético.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
42 vistas4 páginas
El documento reflexiona sobre cómo los tiempos caóticos pueden conducir a cambios fascinantes como la fecundación in vitro e Internet. También argumenta que las catástrofes pueden abrir puertas a nuevos pensamientos y realidades, y que tenemos más poder del que creemos sobre nuestra propia vida y ADN. Finalmente, discute la necesidad de recuperar el control sobre nuestro código genético.
El documento reflexiona sobre cómo los tiempos caóticos pueden conducir a cambios fascinantes como la fecundación in vitro e Internet. También argumenta que las catástrofes pueden abrir puertas a nuevos pensamientos y realidades, y que tenemos más poder del que creemos sobre nuestra propia vida y ADN. Finalmente, discute la necesidad de recuperar el control sobre nuestro código genético.
El documento reflexiona sobre cómo los tiempos caóticos pueden conducir a cambios fascinantes como la fecundación in vitro e Internet. También argumenta que las catástrofes pueden abrir puertas a nuevos pensamientos y realidades, y que tenemos más poder del que creemos sobre nuestra propia vida y ADN. Finalmente, discute la necesidad de recuperar el control sobre nuestro código genético.
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4
REFLEXIONES SOBRE EL ADN SIN MISTERIO
En la actualidad es fácil mirar el mundo y pensar que
estamos viviendo en unos tiempos caóticos. Resulta sorprendente percatarse de hasta que punto pueden adaptarse las viejas estructuras en esta época turbulenta. Pueden introducirse conceptos completamente nuevos a nuestro pensamiento colectivo. Tomemos como ejemplo el siglo XX, especialmente la segunda mitad, que no podría haber sido mas caótica, y pensemos en que es lo que damos por sentado. Después imaginemos que habrían pensado nuestros antepasados de la fecundación in vitro y de Internet, para llegar a comprender como el caos puede convertirse en una fuente de fascinante cambio.
Vivimos en una era en que la “verdad” esta siendo redefinida.
En todas las ramas de la ciencia —especialmente en la física cuántica— se nos ensena que la materia solida ya no existe tal como la conocemos y que la realidad concreta se halla determinada por nuestros pensamientos. A partir de esto podemos concluir con certeza que las catástrofes que nos causan pavor y que transforman nuestras vidas pueden constituir también una puerta abierta a nuevos pensamientos, comportamientos y realidades manifiestas. Todo cuanto necesitamos hacer es retroceder con el pensamiento a la historia real narrada en la película El aceite de Lorenzo para comprender este hecho. Los padres, que deben afrontar la enfermedad mental supuestamente degenerativa de su hijo, se negaron a aceptar ni el pronóstico medico ni el ostracismo social. Su persistencia, investigaciones y observación les condujeron a establecer nuevos vínculos y nuevas conexiones en su modo de pensar. Este proceso desemboco en el descubrimiento de un remedio. Esta historia ilustra la trayectoria de casi todos los descubrimientos humanos importantes. Estoy convencida que gracias al caos actual que abre puertas hacia una nueva realidad, podemos reorganizar y reprogramar nuestro código genético.
El poder sobre nuestra realidad.
Decidí escribir este libro ahora porque sabía que había llegado el momento de tomar de nuevo posesión de nosotros mismos. Mientraslos científicos y las empresas farmacéuticas tratan de apoderarse de nuestro código genético mediante la obtención de patentes sobre nuestros genes, nosotros podemos recuperar la soberanía de nuestro propio ADN - y, por consiguiente, de nuestra vida—, y este poder sobre nuestras realidades puede quedar, de ahora en adelante codificado en nuestros genes. Si tuviese que resumir en una sola frase el mensaje que deseo transmitir en este libro diría: “!Poseemos mucho más poder de lo que creemos!”.
Sabemos ya que nuestra actitud puede influir en nuestra salud y
desarrollo. Se ha escrito ya muchísimo sobre reprogramación celular así como sobre la red psico-neuro- inmunológica. Pero, aunque parezca mentira, existe poca documentación sobre la reprogramación del ADN, aparte de la información incompleta proporcionada por los científicos y del conocimiento parcial que estos tienen de aquello en lo que consiste nuestro ADN.
Estando despiertos, empleamos únicamente un pequeño
porcentaje de nuestro cerebro! ¡Nuestro ADN no funciona al 100%! Existe una multitud de combinaciones posibles entre las distintas proteínas de ADN inactivas, hasta el punto de que los biólogos, que han definido el genoma humano, han llegado a la conclusión de que ¡¡¡el 97% de nuestro ADN es superfluo!!! * Todo indica que, al mutar la raza humana, se ha perdido gran parte de nuestra herencia genética.
Varias personas creen incluso que en el transcurso de la historia
hemos sido víctimas de manipulaciones genéticas que han debilitado nuestro ADN.
En efecto, es como si poseyesemos un automóvil equipado con
todo tipo de interesantes extras, como ventanillas eléctricas y aire acondicionado, y, por las razones que fuesen, no los empleáramos.
El vendedor no nos informo de todos los extras del vehículo y, por
alguna razón desconocida, nosotros nunca pensamos siquiera que esas características se pusieron para que las utilizásemos. Es por ello por lo que quiero invitarles a establecer nuevos vínculos y a formularse a ustedes mismos nuevas preguntas en relación a sus programas genéticos.
Con el fin de que podamos alcanzar una mejor comprensión del
gran salto que está teniendo lugar actualmente en la evolución de la raza humana, debemos comprender en primer lugar el importante papel desempeñado por el código genético humano en esta evolución. El ADN es muy poderoso y necesitamos volver a adueñarnos de él. La manipulación transgénica, regida por una industria que mantiene al público en la ignorancia, ilustra claramente lo qué está en juego.
Llevo más de treinta años meditando, y a lo largo de esos años
de practica espiritual he podido sentir que estaba produciéndose, de hecho, un cambio de frecuencia. Estoy convencida de que finalmente ha llegado el momento de transformar los viejos paradigmas de nuestros programas genéticos humanos. Sé que esta es una época de volver a tomar nuestra herencia colectiva, camuflada en todos y cada uno de nosotros, en el núcleo de cada célula de nuestros cuerpos. Además, todo indica que nuestras actuales circunstancias planetarias resultan propicias para reprogramar determinados aspectos de nuestro ADN aleatorio, que podemos lograr esto solos y que la actual activación de nuevas hélices puede acelerar este proceso de cambio.
La génesis de este libro
El día en que cumplí los 40 comprendí que, aun cuando hubiese logrado todo lo que deseaba hacer en mi vida, nunca había vivido en un permanente estado de amor. Así pues, al prepararme para la segunda parte de mi vida, reflexione sobre ello, y declare que yo elegía vivir la mitad que tenía por delante en estado de amor, aun cuando ignorase como. Sentía grandes deseos de descubrir como sería mi vida en ese estado, de modo que hice acopio de toda mi determinación para perseverar.
Desde entonces, cada vez que he tenido que resolver problemas,
un temor o una duda, elegía a través de mi intención superarlos en estado de amor, aun cuando no tuviese absolutamente ni idea de cómo iba a lograrlo. Cuando, al igual que todas las madres, debía solucionar conflictos, elegía hacerlo en estado de amor, aun cuando no supiese como. Se trataba de una elección personal, un modo de vida. En aquel momento, no tenía ni idea de las repercusiones que esta disciplina personal tendría en mi trabajo, que comenzó dos años más tarde, sobre la reprogramación del ADN.
En 1997, varios meses despues de que naciese mi hijo menor,
inicie mi trabajo sobre el ADN. Una vez al mes nos reuniamos tres personas, todos terapeutas. Trabajábamos con el uso de la imaginación, la intuición médica y la visualización. Uno de nosotros tenia estudios de medicina; los demás se habían formado en metafísica. Como doctora neurópata e intuitiva medica, yo aportaba al trió mis experiencias en medicina alternativa.
Ya desde la primera reunión, nos colocamos en la energía universal
del corazón, puesto que yo sabía entonces que, de un modo irrevocable, debíamos embarcarnos en esta aventura en estado de amor, y que explorar el ADN fuera de esta frecuencia habría resultado imposible. De hecho, todos los Protocolos de Reprogramación incluyen una verificación a la luz de esta energía. Fue tanto lo que invertimos en esta investigación que al cabo de dos anos el proceso nos había agotado física y mentalmente hasta el punto de desear abandonar todo el proyecto. En ese momento, no éramos conscientes de que los experimentos con nuevas helices del ADN requerían una mayor vigilancia en términos de nuestras necesidades y nuestras capacidades físicas. Llegamos a comprender que debíamos añadir otra persona a nuestro equipo, la cual seria capaz de mantenernos anclados. Fue entonces cuando mi marido se unió a nuestro equipo y adopto el papel de persona ancla para ayudarnos a establecer y mantener una sensación de bienestar en el interior de nuestros sistemas nerviosos, sistemas inmunológicos y sistemas endocrinos mientras nos hallásemos en el proceso de desarrollar este proyecto.