El Proposito de La Iglesia
El Proposito de La Iglesia
El Proposito de La Iglesia
Estamos a pocos meses de recordar y celebrar uno de los cuatro acontecimientos más
importantes para nosotros los cristianos: EL NACIMIENTO DE JESÚS.
¿Cuáles son los otros tres acontecimientos? La crucifixión, La resurrección y La venida del
Espíritu Santo en Pentecostés.
El hijo de Dios se hizo hombre y vino a este mundo de pecado y de maldad con un propósito
muy específico: buscar y salvar lo que se había perdido, por medio del cumplimiento del plan
de la redención del Padre Celestial.
Pero también uno de sus propósitos era dejar establecido en este mundo aquello que
continuará cumpliendo sus propósitos en el mundo, es decir, LA IGLESIA.
Desde el momento que nuestro Señor Jesucristo ascendió al cielo la iglesia es la responsable
de llevar adelante los propósitos del Señor, en cada pueblo, lengua y nación, pero tenemos que
comprender que cuando hablamos de iglesia no nos estamos refiriendo a una INSTITUCIÓN
TERRENAL HUMANA, sino a cada uno de nosotros que formamos la iglesia, el cuerpo de
Cristo, en quienes como templos vivos el Espíritu Santo habita (1 Corintios 6:19) ¿O ignoráis
que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de
Dios, y que no sois vuestros?
Esto significa que los propósitos del Señor para este mundo deben ser llevados a cabo por
aquellos que formamos la iglesia, es decir por cada uno de nosotros.
Nosotros como hijos de Dios, cada uno de nosotros que formamos la iglesia tenemos la
responsabilidad ineludible de predicar el evangelio, de anunciar las buenas nuevas de
salvación a aquellos que aún no han creído en Cristo como su salvador personal.
Pero tenemos que darnos cuenta que el Señor no nos ha mandado primero a lo último de la
tierra, sino que primeramente nos ha enviado a predicar a los más cercanos a nosotros,
Jerusalén representa para nosotros nuestra familia, nuestros padres, nuestro cónyuge,
nuestros hijos, nuestros hermanos en carne.
Que triste sería que el Señor nos hiciera la misma pregunta que le hizo a Caín (Génesis 4:9)
Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo
acaso guarda de mi hermano? E s triste llegar a pensar que la vida de nuestra familia no es
responsabilidad nuestra, pero sí lo es, no puede ser que nuestra familia que amamos vaya
camino a la muerte eterna y nosotros podemos liberarnos por medio del evangelio, ¡y que no lo
hagamos! (Proverbios 24:11-12) Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que
están en peligro de muerte. 12 Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no
lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al
hombre según sus obras.
Tenemos que saber que el propósito de la iglesia no solamente es buscar a los perdidos, sino
también restaurar a los que caen, a los que fallan, a los que se apartan, y como lo dice el
versículo, a los que han sido sorprendidos en alguna falta.
Pero el Señor nos dice que lo que debemos hacer como iglesia es RESTAURARLOS es decir
no destruirlos. Si el mundo quiere destruir la vida de los hijos de Dios, ¿Cómo vamos nosotros
a destruirlos también? Nuestro propósito es ayudarles a su restauración, que vuelvan al camino
de Dios, que puedan estar a cuentas con el Señor.
● Necesitamos ser espirituales, es decir, ver a las personas de la misma forma que
nuestro Dios lo ve.
● Necesitamos reconocer que nosotros también somos débiles y también podemos caer,
también podemos fallar.
Posiblemente hoy mismo alguien de nuestra familia necesita ser restaurado, pero en lugar de
eso lo que estamos haciendo es rechazando, menospreciando, regalando ese tesoro al mundo
para que sea destruido.