B Molinero, 1997 America Norte Regiones Agricolas

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ESTRUCTURAS ESPACIALES EN ÁREAS DESARROLLADAS

271

HECTAREAS
I¡{EIEEE¡
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f¡r¡.¡J.Í;El
Más de 400

mI De 1oo a 4oo

| | Menos de 10ú

Flc. Tamaño medio de las exprotaciones agrorias en Igg2.

Si todos estos se conjugan para alejar al agricultor norteamericano


tradicional imagen del-rasgos de la
campesino apegado a la tieira, aprlxiÁaoaole en cambio
un verdadero empresario. agrario, iá penetración que toy a la de
se-ous"rva por purt" i" tu,
grandes empresas capitalistas en el sector contribuye
a cámpletar el panorama esboza-
do' Aunque el fenómeno es ya antiguo, ha adquirido una
dimensión nueva desde los
año-s^sese_nta, particularmente en Estádos unidos,
donde en 1gg0 se contabili zafon cerca
de 30'000 sociedades anónimas vinculadas a estas
actividades, de las que unas 5.000 se
incluían entre las de grandes dimensiones, con un volumen
de ventas siempre superior
al medio millón de dórares (Dorel, G., rg:g4,4f), en
I

integrarse por lo común en grandes firmas riació¡¿tes "uun;;


.u otganizaeión, suelen
q"" determinados sec-
tores agro-industriales, concretamente los de mayor ""trt-ran
reniabilidad, muy relacionados con
el incremento de la demanda que se registra en ciertos
alimentos d" y r"-
gumbres, hortalizas, vino, carne de vicuno y lácteos, "uriauo.lr*tá,
caña de azúcar...). si la orienta_
ción de sus producciones.resulta,.pues, altamente selectiva,
to mismo'pí"á" L"ir." ¿"
su localización, que adquiere partióular importancia
en regiones como california, dónde
se apoya en una mano de obra abundante y barata proceáente
en su mayor parte de la
sobreexplotada inmigración clandestina desde ltiéri"o,
cifrada anualmente entre
100'000 y 300.000 personas (Jones, R. C., Igg2,77),
o Fíorida, donde el fenómeno es
más reciente.
Notable interés geográfico posee también la distribución de
los usos del suelo
agrario. Excluyendo las regiones septentrionales y occidentales
por la tundra o el bosque boreal, y de algunos
del canadá, ;;p;u.
sectores áridos o montañosos de Estados
unidos (la superficie agrícora .upón" etí Eo y er 50 n ¿i
clauf,aís, respectivamente), er
V

272 ESPACIOS Y SOCIEDADES ESTRUCTURAS ESPACIALES EN ÁREAS DESARROLLADAS 273

resto del territorio, desde ALSAMA-San Lorenzo a la frontera mexicana y la costa mos tiempos han conocido dna notable expansión en detrimento del porcentaje de tier¡as
del Golfo, aparece organizado en grandes áreas especializadas en las que, a partir de arables. La misma presión de la demanda ha permitido el mantenimiento de cinturones
las ventajas comparativas que establecen las condiciones del medio y la proximidad hortícolas periurbanos de carácter muy intensivo, pese a la competencia creciente de las
a los mercados, se distribuyen las diferentes actividades agrarias, con una amplia re- regiones meridionales. El área Vancouver-Portland, en la costa del Pacífico y con un tí-
presentación del monocultivo en cada una de ellas. No obstante, esta clásica organi- pico clima templado oceánico, constituye una región de importancia secundaria debido a
zaci|n en cinturones agrícolas homogéneos, generadores de intensos flujos de mer- su aislamiento relativo y un mercado propio mucho más limitado.
cancías hacia los diferentes mercados nacionales e internacionales, y dispuestos de Al sur de este primer cinturón, allí donde manteniendo una humedad estival sufi-
norte a sur y desde la costa hacia el interior, con predominio de sistemas extensivos ciente se incrementa la integral térmica y la insolación anual, aparece el cinturón maice-
del tipo dry farming, ha evolucionado en los últimos tiempos, tanto por una progresi- ro (corn belt) extendido desde Iowa y Missouri a Ohio, en el Medio Oeste, con un pe-
va diversificación de las producciones que limita los riesgos ecológicos y económicos queño apéndice en el sector más seco de la margen canadiense de los Grandes Lagos, en
inherentes al monocultivo, como por una intensificación y adaptación pr:ogresiva a la torno a Toronto y Ottawa. Las favorables condiciones climáticas, unidas a los buenos
evolución de la demanda de alimentos, aunque sin alterar las señas de identificación suelos, permiten obtener elevados rendimientos y unos niveles de renta agraria que se
esenciales (fig. 6.9). cuentan entre los más elevados de ambos países, habiéndose extendido desde loJ años
El primero de ellos es el cinturón lechero (dairy belt), extendido desde el estuario cincuenta el cultivo de la soja, que hoy compatre elterrazgo agrícola casi en condicio-
del San Lorenzo, a la región de los Grandes Lagos y Nueva Inglaterra, que constituye el nes de igualdad con el cultivo principal, empleándose ambos prioritariamente para la
área con un sistema de explotación tradicionalmente más intensivo. A partir de un clima elaboración de piensos que permiten alimentar una cabaña bovina y porcina destinada a
húmedo y de temperaturas estivales relativamente bajas, y teniendo en cuenta que aquí se la producción de carne, además de exportar en proporción muy eleváda. Hacia el sures-
localizan los principales mercados urbanos de ambos países, se ha desarrollado una mar- te (Kentucky, Tennessee, Virginia Occidental), a estos dos cultivos se les une una pro-
cada especialización ganadera orientada a la producción de lácteos y derivados, con un porción creciente de cereales secundarios hasta ofrecer un típico ejemplo de sistéma
policultivo en el que se entremezclan cereales-pienso, forrajeras y pastos, que en los últi- mixto agrícola-ganadero, que alcanza las vertientes occidentales de los Apalaches.
Al oeste de estos dos cinturones, y formando un semicírculo en franca regresión
superficial desde Alberta y Saskatchewan, hasta Kansas, Oklahoma y el norte de Texas,
que tiene como límite occidental el meridiano 100', se extiende el cinturón triguero
(wheat belt), en áreas de clima más seco y temperaturas más contrastadas, que impusie-
ron tradicionalmente una explotación de carácter extensivo y largo barbechb, con esca-
sas inversiones en abonado, e intensamente mecanizad,a (dry farming). Al monocultivo
sobre inmensas superficies, que abarcaba desde los cereales de primavera dominantes
en el sector septentrional, a los de invierno en los Estados meridionales más cálidos,
permitiendo escalonar las cosechas, le ha ido sustituyendo una progresiva diversifica-
ción de los paisajes agrícolas, tanto por la rotación del trigo con el girasol, como por la
extensión del regadío mediante perforación, que ha permitido introducir cultivos iomo
la remolacha.
El cuarto cinturón característico de la agricultura estadounidense coffespondía al
algodonero (cotton belt), afincado en los Estados del viejo Sur, desde Texas y Louisia-
na, hasta Carolina del Norte, en el que junto a este vestigio de las antiguas plantacior¡gs
esclavistas de algodón y tabaco, se sumaba la existencia de áreas hortofrutícolas junto a
la costa atlintica. Es éste, sin duda, el que mayores transformaciones ha conocido en los
últimos decenios, pues al retroceso del algodón que provocan el desgaste del suelo y la
competencia, tarito exterior como interior (California), se ha sumado la posibilidad de
implantar otros cultivos más rentables como la soja, el cacahuete o los córeales-pienso
en las regiones interiores, acompañando a un evidente desarrollo ganadero, en tanto la
costa del Golfo y Florida han conocido una rápida expansión de la horticultura y de una
serie de cultivos subtropicales con alta demanda como los críticos, la caña de azúcat o
el artoz, cultivados generalmente en grandes explotaciones capitalistas.
Casi la mitad occidental del territorio estadounidense constituye una última uni-
dad homogénea, dominada por los pastos extensivos sobre tierras bastantes áridas que
Frc. Usos del suelo agrario. continúan sirviendo como soporte a una cabaña ganadera bovina y ovina destinada i la

,i[*
274 ESPACIOS Y SOCIEDADES

producción de catne, en tanto el terrazgo agrícola se reduce a pequeñas franjas regadas sur
junto a los rlos y manantiales que tienen como cabecera los sectores montañosos próxi- det
"mos.
Las mejorás bcnológicar y oo volumen elevado de inversiones, tanto públicas co- por
mo privadar, ttutt permitiáo su expansión constante, que alcanza el máximo desarrollo
Grul Valle de California, principal área hortofrutícola y vitlcola del país, en don- esc;
"r, "i
de el clima cálido, los bajos rál-iul"r y las reducidas tarifas del transporte han cior
"oit"r
grandes explotaciones intensivas que sitúan a ese Estado a la gen
;;;itid" el desarrollo de total. gui'
iabezadel país en cuanto a renta agraria
En iesumen, la evolución riciente de los espacios agrarios norteamericanos no pro
que lae
es sino el reflejo de la adaptación a las cambiantes condiciones técnico-económicas
rágirttu el sectór, incidienáo directamente sobre la viabilidad de unas explotacione! lue tral
o.i-"otuo toda su producción a la venta en amplios mercados de creciente competitivi- de
dad. La modificaóión en el tipo de cultivos relacionada con los cambios en
los modelos fáb
de consumo alimentario, h défensa contra los riesgos de erosión y degradación edáfica efe
el monocultivo extensivoo o el progresivo aumento en el tamaño de las pla
lue conllevaba profun-
unidades productivas,. responden a ese esfuerzo de adecuación que ha alterado des
damente lLs paisajes ugt*io. en el curso de apenas tres décadas, reduciendo
la entidad del
de los tradicionalé. vigentes desde hace más de un siglo, y evidenciando la lad
"iritrrorr"r,
elasticidad y capacidad de respuesta de unos empresarios agrarios guiados por criterios die
de estricta rentabilidad y escaiamente apegados a cualquier tipo de inercia. Sin
embar- fic
los años ochenta provocó una las
!o, la saturación de los mercados internácionales durante de exporta-
su cuota
!o"t u sin cuartel por paÍe de los Estados Unidos pafa mantener de
Eiorr". agrarias. ¡.st, ta Política Agraria Americana (PAA) reciente ha entablado una
guera cómercial sin precedentes co=n la CEE en el senó del GATT. El problema básico pu
iadica en'la consolidación del aumento de los rendimientos, que ha motivado la apari- cip
ción de excedentes estructurales desde antes de la II Guerra Mundial. La respuesta ofi- for
cial consistió en subvencionar el abandono de tierras (set aside), proceso que llegó a del
afectar a 25 millones de hectfueas en '1.972,perc que se redujo a un millón en1974
a ex1
que produjo en esas fechas' Poste- Íldr
consecuencia de la escasez mundial de alimentos se
riormente volvió a aumentaf hasta los 32 millones de hectáreas de 1984, aunque estos gú
programas no han reducido apenas la producción por abandonarse las tierras de peor ca- tut
ii¿á. Lu tensión qo" ger"tu el manienimiento de unas renta$ agrarias elevadas con ric
unos precios subvencio-nados para los produitos del campo y la presencia de elevados pr¡
excedlntes ha llevado a buscai, de moáo creciente, mercados exteriores, lo que explica co
pro-
el actual enfrentamiento con la CEE, habida cuenta, además, de que los cosfes de
ducción en la agricultura norteamericana son inferiores a los europeos. S8t
11e

ce
2. L¡ rstnucruRA Y EL DINAMIsMo DEL sIsrEMA INDUsTRTAL: ,
SO

PRODUCTMS? pc
¿HACIA LA DISPERSIÓN O¡ LAS ACTMDADES
ri¿

En un sistema económico en donde el principio de libre empresa y de laissez.'fai' de

re handominado 1o esencial de la actividad próductiva, la distribución y el dinamismo 1a


por la
de los espacios industriales estuvieron cancleizados durante casi siglo y medio se

progr"riü concentración en un fragmento reducido del territorio, lajerarquización y es- ci,


'pecíAizaciOn crecientes de los centros fabriles que permitieron consolidar un sisrcrna ra
'industrial
progresivamente integrado, y una crecGnté vinculación exterior en forma de ca

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