De Las Acciones Posesorias

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III DE LAS ACCIONES POSESORIAS

1.- Generalidades.

El Código Civil regula estas acciones en los arts. 916 a 950.

a) Definición.

Conforme al artículo 916, son aquellas que “tienen por objeto conservar o recuperar la
posesión de bienes raíces o de derechos reales constituidos en ellos”.

b) Características.

b.1) Son acciones inmuebles (artículos 916 y 580).

b.2) Son acciones reales: se ha discutido este carácter, partiendo del supuesto que la
posesión es un hecho para la mayoría de las doctrinas, mientras que el artículo
577 dispone que las acciones reales nacen de los derechos reales. Sin embargo, se
afirma que deben incluirse entre las acciones reales, porque pueden ejercerse sin
respecto a determinadas personas y en contra de cualquiera persona que turbe o
arrebate la posesión, sin que importe la existencia de un vínculo preestablecido
con ella (art 927, inc. 1°).

b.3) En el ámbito procesal, su ejercicio generalmente deja a salvo el derecho a discutir


posteriormente el dominio entre las mismas partes (arts. 563 y 576 del Código de
Procedimiento Civil). En el caso de la querella de restablecimiento (cuyo carácter
de acción posesoria se discute) quedan a salvo incluso las acciones posesorias
comunes (artículos 928 del Código Civil y 564 del Código de Procedimiento Civil).

c) Diferencias con la acción reivindicatoria .

c.1) La acción reivindicatoria ampara el domino, o sea un derecho; las acciones


posesorias amparan la posesión, o sea un hecho.

c.2) El titular para ejercitar la acción reivindicatoria es el dueño y excepcionalmente el


poseedor regular cuando está en vías de ganar la cosa por prescripción (acción
publiciana). Las acciones posesorias pueden ejercitarlas el poseedor y aún el mero
tenedor en la querella de restablecimiento.
El derecho real de herencia no puede ampararse por acción posesoria, desde el momento que es
una universalidad jurídica, pero nada impide que se pueda amparar un inmueble determinado de
la sucesión.
El art. 922 consagra la acción en favor del usufructuario, el usuario y el habitador, quienes si bien
son menos tenedores de la cosa, son poseedores de sus respectivos derechos.
Por otra parte, se dice que entre comuneros no puede entablarse acción posesoria, puesto que
entre ellos, en opinión de parte importante de la doctrina y de la jurisprudencia, no corre
prescripción.
Respecto de los bienes nacionales de uso público, como no pueden ganarse por prescripción, ni
siquiera pueden poseerse, se ha concluido que no procede acción posesoria. Pero, a su vez, si un
particular adquiere un derecho de uso y goce sobre ellos, de parte de la autoridad, puede
proteger ese derecho (para algunos real) con la correspondiente acción posesoria (teoría de los
derechos reales administrativos).

d) Debe intentarse dentro de cierto plazo .

Así como se exige un año de posesión para tener acción posesoria, se concede el mismo plazo
para ejercitarla; al cumplirse el año, se extingue la acción: art. 920.
En cuanto al cómputo del plazo, distingue la ley entre las acciones tendientes a conservar y
aquellas cuya finalidad es recuperar la posesión. Las primeras prescriben al cabo de un año
contado desde el acto de molestia o embarazo; las segundas al cabo de un año contado desde que
el poseedor anterior ha perdido la posesión. En caso de nueva posesión violenta, el año se cuenta
desde el último acto de violencia; en caso de posesión clandestina, desde que ésta cesa. La
prescripción de las acciones posesorias, por ser plazo especial, no se suspende (art. 2524), en
favor de las personas indicadas en el art. 2509.

e) Prueba de la posesión.

Quien entabla una acción posesoria, fundamentalmente debe probar:


e.1) Que es poseedor tranquilo y no interrumpido por un año a lo menos; y
e.2) Que se le ha arrebatado o turbado la posesión.

e.1) Prueba de la posesión tranquila y no interrumpida, por un año al menos: los artículos 924 y
925, de contenido aparentemente contrapuesto, entran en juego: mientras el art. 924 dispone
que la posesión de los derechos inscritos se prueba por la inscripción, el art. 925 establece que la
posesión del suelo se prueba por hechos posesorios positivos.
La doctrina ha interpretado de manera diversa estos preceptos. Para algunos autores, el art. 924
es aplicable a la prueba de la posesión de todos los derechos reales, con excepción del dominio.
Este último, más fácil de ejercitarse mediante actos materiales, (al punto que en la terminología
del Código se confunde el derecho con la cosa misma) debe probarse en la forma indicada en el
art. 925 (artículos como el 700, 715, 916, mostrarían esa diferencia entre el dominio y los demás
derechos reales). Así, por ejemplo, el art. 916, al definir las acciones posesorias distingue
claramente entre el dominio y los demás derechos reales constituidos sobre inmuebles. Al hablar
del dominio, el legislador lo identifica con el bien raíz. Luego, esta identificación se aplica a la
prueba de la posesión (del dominio), y se aplicará el art. 925, esté o no inscrito el inmueble. Con
esta posición, la doctrina que la sustenta demuestra también no asignar a la inscripción
conservatoria un valor tan absoluto. Propugnan esta teoría Ruperto Bahamondes, Juan Esteban
Montero, etc.
Para otros, que rechazan aquella confusión entre el derecho y la cosa (con preceptos como los
arts. 686 y 687, en los que quedaría claro que siempre lo que se inscribe son derechos, sean el
dominio u otro derecho real, nunca los bienes mismos) y que asignan un valor categórico a la
inscripción como símbolo de la posesión, el art. 924 se refiere a la prueba de los derechos
inscritos y el art. 925 a los no inscritos (los arts. 686, 724, 728, 729, apoyarían la solución) Se
objeta la primera teoría, señalándose que no es tan preciso que el legislador identifique el
derecho real de dominio con la cosa sobre la cual recae. Además, el art. 924 no ha excluido el
dominio expresamente, pudiendo quedar comprendido en la frase “los derechos inscritos”. Sin
embargo, se atenúa el rigor de esta doctrina con respecto al art. 925, admitiendo también la
prueba de hechos posesorios en ciertos casos:
• Cuando el poseedor inscrito tiene menos de un año de inscripción, la posesión material le
servirá de prueba;
• Cuando hay dos inscripciones paralelas, se prefiere al que está en posesión material;
• Cuando los deslindes indicados en la inscripción no son exactos, y hay discusión respecto
a ellos, se prefiere al que está en posesión material.
• Cuando ninguno tiene inscrito el predio.
La jurisprudencia se ha inclinado mayoritariamente por la segunda doctrina.

e.2) Prueba de la turbación o privación de la posesión: quien interponga la acción posesoria,


deberá acreditar estos hechos y cuándo acaecieron, para dejar en claro si se interpuso en tiempo
oportuno.

2.- Las acciones posesorias en particular

Las acciones posesorias son:

a) Querella de amparo.
b) Querella de restitución.
c) Querella de restablecimiento.
d) Acciones posesorias especiales: d.1) Denuncia de obra nueva
d.2) Denuncia de obra ruinosa

a) Querella de amparo.

a.1) Concepto.
Es la que tiene por objeto conservar la posesión de los bienes raíces o de derechos reales
constituidos en ellos.
a.2) Objetivos que persigue: están indicados en el art. 921:
• Que no se turbe o embarace la posesión . Turbación, embarazo o molestia
causada a la posesión, es todo acto o hecho voluntario, ejecutado de buena o
mala fe, que sin despojar a otro de su posesión, entraña o supone disputar o
cuestionar el derecho que pretende tener el poseedor, de ejercerla. La acción
puede intentarse tanto cuando se ha tratado de turbar la posesión, como
cuando en el hecho ya se ha turbado (artículo 551 número 2 del Código de
Procedimiento Civil). Se ha resuelto también que la turbación puede ser de
hecho o de derecho. La acción puede dirigirse también en contra del
propietario porque nadie puede hacerse justicia por sí mismo.
• Que se indemnicen los daños que con los actos de perturbación se hubieren
causado; y
• Que se dé garantías contra el daño que fundadamente se teme.

a.3) Procedimiento: se rige por los artículos 549 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil.

a.4) Prescripción: la acción prescribe en un año, contado desde el acto de molestia o


embarazo inferido al poseedor (art. 920).

b) Querella de restitución.

b.1) Concepto.
Es la que tiene por objeto recuperar la posesión de bienes raíces o de derechos reales
constituidos sobre ellos (art. 926 del Código Civil y artículo 549 del Código de Procedimiento Civil).

b.2) Objetivos: el querellante persigue dos objetivos (art. 926):


• Que se le restituya la posesión de la que injustamente fue privado; y  Que se
le indemnicen los perjuicios.

b.3) Sujetos pasivos de la acción.


Previéndose la posibilidad de traspasos, se permite dirigir la acción contra todo el que derive su
posesión del que efectuó el despojo (art. 927); el despojo puede ser total o parcial; y carece de
importancia si el autor tiene o no ánimo de entrar en la posesión. En cuanto a la situación del
poseedor inscrito que es despojado materialmente de su finca, debemos tener presente el análisis
efectuado en relación a la acción reivindicatoria; la dificultad consiste en determinar si se ha
perdido o no la posesión. La respuesta dependerá, en última instancia, de la concepción que se
tenga de la inscripción conservatoria. Si se concibe la inscripción como símbolo de posesión, en
términos absolutos y excluyentes, se puede concluir que no hay privación y ni siquiera turbación.
Entonces el afectado debería recurrir a la querella de restablecimiento, si el despojo fue violento y
actúa dentro de los 6 meses; a una acción de precario (artículo 2195 del Código Civil); a la querella
de usurpación, etc. Sólo habría turbación si alguien pretende inscribir a su nombre el mismo
inmueble, y privación de posesión si efectivamente inscribe.
En cambio, si se concibe la inscripción sólo como garantía de la posesión, entendiéndose siempre
la última como la tenencia con ánimo de señor y dueño, en el caso propuesto habría sin duda
turbación de la posesión, lo que daría fundamento a la querella de amparo.
A su vez, como unos mismos hechos pueden constituir turbación de posesión en un sector del
inmueble y despojo en otro sector del mismo, pueden interponerse simultáneamente las
querellas de amparo y restitución, según lo ha resuelto la jurisprudencia (aplicación del artículo 17
del Código de Procedimiento Civil); si no está claro que los hechos constituyen turbación o
privación de la posesión, puede plantearse una en subsidio de la otra. Para algunos autores tal
podría ser la actitud del poseedor inscrito que se le priva de la posesión material pudiendo
intentar acción de restitución y en subsidio, de amparo.

b.4) Prescripción: la acción prescribe en un año, contado desde que el poseedor anterior
perdió la posesión (artículo 920).

c) Querella de restablecimiento.

c.1) Concepto.
Es la que se concede al que ha sido despojado violentamente de la posesión o mera tenencia de
un inmueble, a fin de que le sea restituido, en el estado existente antes del acto de violencia
(artículos 928 del Código Civil y 549 del Código de Procedimiento
Civil).
Esta acción, denominada también “querella de despojo violento”, tiende a evitar que los
particulares se hagan justicia por sí mismos.
Se dice que esta no es una acción posesoria propiamente tal, porque también puede ejercitarla el
mero tenedor.
No es necesario entonces probar posesión; basta acreditar el despojo. Tampoco es necesario que
el actor carezca de acción posesoria de amparo o restitución, como pareciera sugerirlo el tenor
literal del art. 928.

c.2) Objetivos: están indicados en el artículo 928:


 Recuperar la cosa de la que fue violentamente despojado; 
Resarcimiento de los daños que se le ocasionaron.

c.3) Prescripción.
Esta acción prescribe en seis meses, contados desde el acto de despojo (artículo 928), plazo que
no se suspende (conforme al art. 2524)
d) Acciones posesorias especiales.

d.1) Reglas comunes:


1° La jurisprudencia ha resuelto que no es aplicable a estas acciones especiales el art. 918, que
exige un año completo de posesión tranquila, en atención a que está comprometido el interés
público.
2° El art. 946 contempla el caso en que haya pluralidad de querellados o de querellantes
Cuando hay pluralidad de sujetos activos, también distinguimos dos situaciones:  Cada uno
podrá pedir la prohibición, destrucción o enmienda de la cosa;  Cada uno podrá pedir
indemnización, pero sólo por el daño que haya sufrido.
3º Estas acciones no tendrán lugar contra el ejercicio de una servidumbre legítimamente
constituida: art. 947.

d.2) Denuncia de obra nueva.


Su objeto es conseguir que se prohíba toda obra nueva sobre el suelo de que se está en posesión
y asimismo la que embarace el goce de una servidumbre legítimamente constituida sobre el
predio sirviente: los artículos 930, 1° y 931, 1°, indican estos dos objetivos.
El art. 930, incisos 2° y 3°, alude a obras nuevas no denunciables.

d.3) Denuncia de obra ruinosa.


Tiene por objeto evitar que el mal estado de los edificios o construcciones entorpezca el ejercicio
de la posesión.
Los art. 932 y 935 se refieren a las obras ruinosas denunciables Los objetivos
que se persiguen son:
• Obtener la destrucción del edificio ruinoso;
• Obtener su reparación, si ello es posible;
• Si el daño que se teme no fuere grave, obtener que el dueño rinda caución de
resarcir todo perjuicio que sobrevenga por el mal estado del edificio.
Las reparaciones deben ser hechas por el querellado; pero si éste no las hace, las hará el
querellante en la forma indicada en el art. 933.
El art. 934 se pone en el caso que el edificio se derrumbe:
• Si se derrumbó antes de notificarse la demanda, no hay derecho a
indemnización (sanción al querellante negligente); cabe consignar que no sólo
el o los vecinos colindantes con el edificio ruinoso pueden accionar, sino que
cualquier persona, según lo establece por lo demás el artículo 149 de la Ley
General de Urbanismo y Construcciones.
• Si se derrumbó después de notificada la demanda distinguimos:
1º si se debió a caso fortuito, no habrá lugar a indemnización a menos de probarse que el caso
fortuito, sin el mal estado del edificio, no lo hubiera derribado.
2º si hubo dolo o culpa, se indemnizará de todo perjuicio a los vecinos.
La acción para pedir la destrucción de la obra ruinosa, no prescribe mientras haya justo temor de
que el edificio u obra pueda derrumbarse: art. 950
Los artículos 2323 y siguientes se refieren a la responsabilidad extracontractual por la ruina de un
edificio.

d.4) Acción popular: arts. 948 a 950


La municipalidad y cualquier particular tendrán, en favor de los caminos, plazas u otros lugares de
uso público, y para la seguridad de los que transitan por ellos, los derechos que la ley concede a
los dueños de heredades o edificios privados.
Si a consecuencia de haber interpuesto una acción popular, haya de demolerse o enmendarse
una construcción, o de resarcirse un daño sufrido, se recompensará al actor, a costa del
querellado, con una suma que no será inferior a la décima parte ni superior a un tercio, de lo que
cueste la demolición o enmienda, o el resarcimiento del daño. Adicionalmente, si se castiga el
delito o la negligencia con una pena pecuniaria, se adjudicará al actor la mitad.

d.5) Prescripción de las acciones posesorias especiales : artículo 950.


Distinguimos:
• Las que tiene por objeto indemnizar un daño, prescriben para siempre al cabo
de un año completo;
• Las dirigidas a precaver un daño, no prescriben mientras haya justo motivo de
temerlo (por ejemplo, denuncia de obra ruinosa; o la acción que confiere el
artículo 937, cuando se trata de obras que corrompan el aire y lo hagan
conocidamente dañoso);
• La denuncia de obra nueva prescribe en un año, pero queda a salvo el
derecho para entablar la acción reivindicatoria, salvo que la obra nueva se
haya construido en virtud de una servidumbre legítimamente constituida.

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