CSJ 07052
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ASUNTO
1.- La presente actuación se originó como consecuencia de la queja interpuesta por el señor
Fernando Merchán Peña contra el profesional del derecho CAMILO ANDRÉS GONZÁLEZ
PÁEZ, señalando al respecto que el disciplinado fue contratado para que tramitara un
proceso de divorcio y liquidación de la sociedad conyugal ante la Notaría 9 del Círculo de
Bogotá, siendo radicado el asunto el 24 de agosto de 2015, y posteriormente abandonado
por el disciplinado.
2.- Se acreditó que el doctor CAMILO ANDRÉS GONZÁLEZ PÁEZ, se identifica con la
Cédula de Ciudadanía No. 79.892.613 y la Tarjeta Profesional de Abogado No. 148128, en
estado VIGENTE. Igualmente, se acreditó por parte de la Secretaría Judicial de esta
Corporación que el disciplinado contaba con los siguientes antecedentes disciplinarios:
1
Decisión adoptada por el Magistrado HÉCTOR EDUARDO REALPE CHAMORRO,
integrando Sala Dual con el Magistrado ANTONIO SUÁREZ NIÑO.
- Suspensión de dos meses en el ejercicio profesional impuesta el 24 de marzo de
2014, dentro del radicado No. 2011-01817, por la comisión de la falta consagrada en
el artículo 37-1 de la Ley 1123 de 2007.
- Censura, impuesta el 27 de mayo de 2015, dentro del radicado No. 2011-01830, por
la comisión de la falta consagrada en el artículo 37-1 de la Ley 1123 de 2007.
3.- Así las cosas, mediante auto de fecha 23 de enero de 2018, el Magistrado de primera
instancia procedió a la apertura de investigación disciplinaria contra el togado CAMILO
ANDRÉS GONZÁLEZ PÁEZ, programándose audiencia de pruebas y calificación
provisional para el día 7 de junio de 2018. En esa oportunidad, la diligencia no se llevó a
cabo por inasistencia del abogado aquí disciplinado, por lo que fue reprogramada para el
día 7 de noviembre de 2018, previo emplazamiento, cumpliendo lo dispuesto en el artículo
104 de la Ley 1123 de 2007, declarándolo persona ausente y designándosele defensor de
oficio.
Finalmente, el a quo ordenó oficiar a la Notaría 9 del Círculo de Bogotá para que
informaran sobre el trámite de divorcio y liquidación de sociedad conyugal interpuesto por
el disciplinado en nombre del quejoso. Así mismo, ordenó escuchar a este último en
diligencia de ampliación y ratificación de queja.
DECISIÓN CONSULTADA
Consideró la primera instancia que el encartado había fungido como apoderado del
quejoso en un trámite notarial de cesación de efectos civiles de matrimonio y liquidación de
sociedad conyugal que tenía con la señora Beatriz Buitrago Vargas, el cual fue promovido
a instancias de la Notaría 9 del Circulo de Bogotá el 24 de agosto de 2015, sin que se
desarrollara ninguna otra actuación por parte del abogado quien abandonó dicho asunto
profesional.
Por consiguiente, teniendo en cuenta el agravante previsto en el numeral 6 del literal c) del
artículo 45 de la Ley 1123 de 2007, esto es, los antecedentes disciplinarios del encartado, en
aplicación de los principios de necesidad, razonabilidad y proporcionalidad aplicó el a quo la
sanción de suspensión de cuatro meses en el ejercicio profesional.
CONSIDERACIONES DE LA SALA
1.- Competencia.
De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 256-3 de la Constitución Política, 112-4 de la
Ley 270 de 1996 y 59-1 de la Ley 1123 de 2007, corresponde a esta Colegiatura conocer en
grado jurisdiccional de consulta las decisiones proferidas en primera instancia por las Salas
Jurisdiccionales Disciplinarias de los Consejos Seccionales de la Judicatura, cuando resulten
desfavorables a los intereses de los disciplinados.
Y si bien, en razón a la entrada en vigencia del Acto Legislativo No. 02 de 2015, se adoptó
una reforma a la Rama Judicial, denominada “equilibrio de poderes”, en lo atinente al
Consejo Superior de la Judicatura, literalmente en el parágrafo transitorio primero del artículo
19 de la referida reforma constitucional, enunció: “(…) Los actuales Magistrados de la
Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, ejercerán sus
funciones hasta el día que se posesionen los miembros de la Comisión Nacional de
Disciplina Judicial”.
En el mismo sentido, la Sala Plena de la Corte Constitucional en Autos 278 del 9 de julio y
372 del 26 de agosto de 2015, al pronunciarse respecto a la competencia para conocer
conflictos de jurisdicciones, decantó el alcance e interpretación de la entrada en vigencia del
referido Acto Legislativo No. 02 de 2015, concluyendo que en relación a las funciones que se
encontraban a cargo de esta Sala, las modificaciones introducidas quedaron distribuidas de
la siguiente manera: “(i) la relacionada con el ejercicio de la jurisdicción disciplinaria, pasó a
la Comisión Nacional de Disciplina Judicial y a las Comisiones Seccionales de Disciplina
Judicial, órganos creados en dicha reforma (artículo 19), y (ii) la relacionada con dirimir los
conflictos de competencia que surjan entre las distintas jurisdicciones, fue asignada a la
Corte Constitucional (artículo 14). En cuanto hace al conocimiento de las acciones de tutela,
como ya se mencionó, el parágrafo del artículo 19 dispuso expresamente que “la Comisión
Nacional de Disciplina Judicial y las 5 Comisiones Seccionales de Disciplina Judiciales no
serán competentes para conocer de acciones de tutela”.
Reiteró la Corte Constitucional que en relación a las funciones jurisdiccionales del Consejo
Superior de la Judicatura, lo decidido en el Acto legislativo 02 de 2015, así: “los actuales
Magistrados de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura,
ejercerán sus funciones hasta el día que se posesionen los miembros de la Comisión
Nacional de Disciplina Judicial”, en consecuencia, conforme las medidas transitorias
previstas en el Acto Legislativo 002 de 2015, estimó la Guardiana de la Constitución que
hasta tanto los miembros de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial no se posesionen,
los Magistrados de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura
deben continuar en el ejercicio de sus funciones, lo cual significa que actualmente, esta
Colegiatura conserva sus competencias, es decir, se encuentra plenamente habilitada para
ejercer, no sólo la función jurisdiccional disciplinaria, sino también, para dirimir los conflictos
de competencia que surjan entre las distintas jurisdicciones y para conocer de acciones de
tutela.
- Censura, impuesta el 27 de mayo de 2015, dentro del radicado No. 2011-01830, por
la comisión de la falta consagrada en el artículo 37-1 de la Ley 1123 de 2007.
El a quo consideró que el encartado había sido indiligente en cuanto a la labor profesional
encomendada dentro del proceso referido en la queja, motivo por el cual la sancionó con
suspensión de cuatro meses en el ejercicio profesional, por incursión en la falta establecida
en el numeral 1º de la Ley 1123 de 2007. Por ende, al no haber sido apelada procede la Sala
a resolver el grado jurisdiccional de consulta en la presente actuación disciplinaria.
Así las cosas, procede la Sala a resolver lo que en derecho corresponda dentro de la
presente actuación procesal.
a) Tipicidad
Con todo, el mismo Alto Tribunal advierte que en materia disciplinaria la tipicidad de la
conducta admite un grado mayor de flexibilidad por su ámbito de aplicación, la teleología de
la sanción y la amplitud de las funciones o los deberes asignados a sus destinatarios:
Hechas estas precisiones, en primer término, es menester anotar que la falta, por la cual fue
sancionado en primera instancia el abogado CAMILO ANDRÉS GONZÁLEZ PÁEZ, se
2
Ibídem.
3
Sentencia C-564 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
4
Ver Sentencia C-564 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
5
Ver Sentencia C-796 de 2004, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
6
Sentencia C-404 de 2001, reiterado en sentencia C-818 de 2005.
7
Ver sentencias C-404 de 2001 y T-1093 de 2004, entre otras.
encuentra descrita en el artículo 37 numeral 1º de la Ley 1123 de 2007, en los siguientes
términos:
Sea lo primero indicar por la Sala, que de conformidad con los elementos de convicción
aportados oportuna y legalmente al presente disciplinario, con meridiana claridad se
evidencia que efectivamente el abogado encartado incurrió en una actuación omisiva y
negligente frente al encargo que le había sido encomendado para defender los intereses del
señor Fernando Peña Merchán, dentro del asunto de cesación de efectos civiles de
matrimonio y liquidación de sociedad conyugal que tenía con la señora Beatriz Buitrago
Vargas. En efecto, se tiene que el quejoso le otorgó poder al disciplinado el día 11 de marzo
de 20158, para que tramitara el asunto ante la Notaría 9 del Círculo de Bogotá, como en
efecto procedió radicando la documentación el día 24 de agosto de 2015, sin que volviera a
desarrollar ninguna otra actuación, tal y como lo certificó la mencionada notaria en oficio que
obra a folio 47 del cuaderno de primera instancia.
En este orden de ideas, debido a la omisión del aquí disciplinado su cliente se vio privado de
tener la posibilidad de contar con una representación oportuna y adecuada en el asunto
notarial puesto varias veces de presente en esta providencia, pues el encartado abandonó el
cumplimiento de la gestión y ante el acuerdo de voluntades entre éste y su poderdante lo
desconoció sin cumplir la gestión profesional de manera oportuna. Sobre este punto, es
menester señalar que el disciplinado adecuó su conducta a uno de los verbos rectores
contenidos en el numeral 1º del artículo 37 de la Ley 1123 de 2007, consistente en
abandonar la gestión profesional.
Las anteriores premisas demuestran sin hesitación alguna como el abogado encartado
abandonó las diligencias que su mandato le obligaba, denotándose por ende, la desidia con
la cual afrontó tal encargo. De igual forma, debe resaltarse que no se encontró en el
expediente prueba alguna de que el disciplinado hubiese justificado su descuido respecto de
las diligencias procesales.
8
Poder visible a folios 2 y 3 del cuaderno original de primera instancia.
En este orden de ideas, frente a la falta a la debida diligencia profesional endilgada al
inculpado en la sentencia consultada, en reiteradas oportunidades esta Corporación ha
pregonado que cuando el abogado asume una representación mediante contrato, poder o
nombramiento oficioso, se obliga a realizar en su oportunidad una serie de actividades
procesales en orden a favorecer la causa confiada a su gestión; cobra vigencia a partir de
ese momento el deber de atender con celosa diligencia los asuntos encomendados, cargo
que envuelve la obligación de actuar positivamente con prontitud y celeridad, solicitando
pruebas, presentando alegaciones, interrogando a los testigos, interviniendo en las
diligencias e interponiendo recursos en las oportunidades previstas en la ley procesal
aplicable al caso.
Por lo tanto, cuando el abogado injustificadamente, para el caso objeto de estudio, abandonó
el asunto descrito en líneas anteriores, privó a su cliente de la posibilidad de tener una
adecuada representación en el trámite ya referido a lo largo de esta providencia. Por
consiguiente, lo cierto es que el profesional del derecho tenía un mandato y lo incumplió
configurándose así la comisión de la falta establecida en el numeral 1º del artículo 37 de la
Ley 1123 de 2007.
b) Antijuridicidad
En este punto debemos tener presente en primera medida que el derecho disciplinario en
general tiene como finalidad dirigir y encauzar la conducta de sus destinatarios específicos
vinculados por las relaciones especiales de sujeción, en este caso los abogados litigantes en
un marco de parámetros éticos que aseguren la función social que cumplen dentro de un
Estado social y democrático de derecho.
Concluyéndose de lo anterior, que esa infracción del deber sea de tal naturaleza que vulnere
la función social de colaborar con las autoridades en la conservación y perfeccionamiento del
orden jurídico, en la realización de una recta y cumplida administración de justicia, y aquí,
por supuesto, se incluyen los derechos de la sociedad y de los particulares, de allí que estos
supuestos fuesen todos recogidos en los comportamiento que en marco de descripciones
legales consagra el artículo 28 ibídem; "Deberes Profesionales del Abogado", precisamente
debido a que los profesionales del derecho también están obligados a cumplir la función
social antes descrita.
En efecto, no son de recibo para esta Sala las manifestaciones defensivas encaminadas a
señalar que todo se había debido a unas discrepancias de orden económico con el quejoso.
Si eso era así, el abogado debió renunciar al poder y no mantener un mandato vigente en un
asunto que propuso ante la Notaría y que después abandonó. Tampoco son de recibo las
manifestaciones exculpatorias en el sentido de señalar que no contaba con los documentos
necesarios para llevar adecuadamente la gestión, pues si eso era así con mayor razón su
deber era el de renunciar al poder, pero bajo ninguna circunstancia abandonar el proceso.
c) Culpabilidad
Desde otra perspectiva, debe señalarse que en materia disciplinaria está proscrita la
responsabilidad objetiva, y por ende se tiene que de la lectura del expediente se hallan
probadas las condiciones mentales del abogado quien era consciente y conocía su
responsabilidad frente a la gestión encomendada, entonces al abandonar la labor que le fue
confiada, es esa omisión la que permite al juez disciplinario realizar el juicio de reproche que
se le adelanta.
Ahora, en el asunto bajo examen, es evidente que el profesional del derecho al abandonar la
gestión encomendada por el quejoso, desarrolló un comportamiento contrario al deber de
obrar diligentemente, pues resulta inexplicable su inactividad ante la labor que le fue
confiada, situación que atentó contra los intereses de su representado.
d) De la sanción
Así, acorde con el principio de necesidad íntimamente ligado con la función de la sanción
disciplinaria, no admite duda que en el sub lite, se encuentran los elementos necesarios para
que se aplique la sanción impuesta al implicado, en tanto, la prevención general que
caracteriza la utilidad de la sanción, cumple el propósito de:
Ahora bien, en el sub lite, la sanción impuesta al disciplinado, cumple con el principio de
proporcionalidad en la medida de corresponder la respuesta punitiva con la gravedad de la
misma. Finalmente, se cumple también con el principio de razonabilidad entendido como la
idoneidad o adecuación al fin de la pena, justifica la sanción a imponer al letrado inculpado,
pues acorde con lo expresado por la Corte Constitucional en la sentencia C-530 del 11 de
noviembre de 1993:
De igual manera, debe señalar esta Colegiatura que acertó el a quo al dosificar la sanción
disciplinaria aplicando el agravante previsto en el numeral 6º del literal c) del artículo 45 de la
Ley 1123 de 2007, toda vez que el encartado cuenta con antecedentes disciplinarios dentro
de los cinco años anteriores a la comisión de la conducta investigada. En efecto, cuenta con
una suspensión de dos meses en el ejercicio profesional impuesta el 24 de marzo de 2014,
dentro del radicado No. 2011-01817, por la comisión de la falta consagrada en el artículo 37-
1 de la Ley 1123 de 2007 y con una sanción de censura, impuesta el 27 de mayo de 2015,
9
Código Disciplinario del Abogado. Ediciones Doctrina y Ley Ltda. 2008. Pág. 45 y 46.
dentro del radicado No. 2011-01830, por la comisión de la falta consagrada en el artículo 37-
1 de la Ley 1123 de 2007.
Así las cosas, no queda otro camino para esta Superioridad que el de confirmar
integralmente el fallo materia de consulta.
RESUELVE
TERCERO: Efectuar las notificaciones judiciales a que haya lugar, utilizando para el efecto
los correos electrónicos de las partes, incluyendo en el acto de notificación copia integral de
la providencia notificada en formato PDF no modificable. Se presumirá que el destinatario ha
recibido la comunicación, cuando el iniciador recepciones acuso de recibo, en este caso se
dejará constancia de ello en el expediente y adjuntará una impresión del mensaje de datos y
del respectivo acuse de recibo certificado por el servidor de la Secretaría Judicial.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
Presidente
ALEJANDRO MEZA CARDALES MAGDA VICTORIA ACOSTA
WALTEROS
Vicepresidente Magistrada
Magistrado Magistrada
Magistrado Magistrado
Secretaria Judicial
REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL
SALVAMENTO DE VOTO
Con el debido respeto me permito manifestar que SALVO EL VOTO en relación con la
decisión tomada mayoritariamente por la Sala en el asunto de la referencia, al considerar
que en el presente evento, se configuró la prescripción de la acción disciplinaria, toda vez
que la conducta que se imputó al abogado CAMILO ANDRÉS GONZÁLEZ PÁEZ, al hallarlo
responsable de la comisión de la falta consagrada en el numeral 1° del artículo 37 de la Ley
1123 de 2007, en concordancia con el deber descrito en el artículo 28-10 ibídem, a título de
culpa, tuvo lugar en el momento en que el profesional actuó de manera negligente en el
asunto encomendado el cual había fungido como apoderado del quejoso en un trámite
notarial de cesación de efectos civiles de matrimonio y liquidación de sociedad conyugal que
tenía con la señora Beatriz Buitrago Vargas, el cual fue promovido a instancias de la Notaría
9 del Circulo de Bogotá el 24 de agosto de 2015 sin que se desarrollara ninguna otra
actuación por parte del abogado quien abandonó dicho asunto profesional, a la fecha han
transcurrido más de los cinco años con que contaba el Estado para investigar la conducta
endilgada al inculpado.
Por lo cual, consideró que no debió Confirmarse la decisión apelada, sino proceder a
terminar la actuación, por cuanto se configuró el fenómeno jurídico de la prescripción de la
acción disciplinaria.
Atentamente,
MAGISTRADA
Fecha ut supra