Producto Academico 1 Ética Ciudadania y Globalización
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Todo aquel que haya visto fallecer a algún ser querido bajo una sedación paliativa
puede preguntarse qué diferencia hay entre dejar morir a una persona retirándole
fármacos, nutrición o cualquier otro dispositivo que le agarre a la vida y la eutanasia.
Pese a que la futura ley de la eutanasia, que verá la luz en junio, ha obtenido un alto
consenso en el Congreso, y al parecer también entre la sociedad española, está por ver
cuántos españoles recurren a ella cuando esté vigente. Esta norma contempla dos
escenarios: uno, cuando es el médico quien administra el eutanásico al paciente, y el
segundo, el suicidio asistido, cuando el propio interesado se lo autoadministra.
“Lo razonable es pensar en esa cifra o incluso menos porque la moral religiosa
judeocristiana es contraria a terminar con tu propia vida”, sostiene Marín. De hecho,
“puede que entre el 20% y el 30% de las autorizaciones nunca se lleven a la práctica”,
asevera.
Colectivos al margen
Aun así, “la ley no es perfecta y ha generado objeciones entre proponentes y
detractores”, añade Real de Asúa.
Además de ser un procedimiento “muy burocrático”, alega Marín. Una de las pegas
que plantean los proponentes es que solo se haya limitado a las personas en “situación
de padecimiento grave, crónico e imposibilitante o de enfermedad grave incurable con
un sufrimiento insoportable que no puede ser aliviado”, como recoge textualmente la
norma.
¿Y los que sin tener una enfermedad incurable sienten un agotamiento vital, como los
más mayores, con achaques e impedidos no imposibilitados?
Asúa indica que “la mayoría de las solicitudes en países con la norma en vigor no es
por falta de paliativos, sino por agotamiento vital con sufrimiento inmitigable, por la
falta de autonomía, porque no quieren ser una carga o no desean recorrer ese camino”.
“Además de para la eutanasia, que tiene que estar convenientemente dotada de
recursos, tendrían que aumentar en dependencia y cuidados paliativos, porque si no
atendemos sus necesidades, muchos pueden recurrir a esta salida”, avisa.
En España mueren al año más de 60.000 personas con dolor, recoge la Organización
Médico Colegial. Y los cuidados paliativos solo cubren el 50% de las necesidades
reales, por no hablar del déficit de la dependencia. Pero no hay que confundir los
cuidados paliativos con la sedación paliativa. “Una práctica que debería aplicarse de
una forma normalizada incluso por los médicos de atención primaria”, a juicio de
Sendín.
Otros colectivos que han quedado desamparados son las personas con trastorno
mental, “algo que sí recogen las leyes de Bélgica y Países Bajos”, apunta Marín,
cuando, por ejemplo, “los esquizofrénicos expresan un gran sufrimiento en el
momento en el que no están en pleno brote”. O los menores. “Qué pasa con los niños
con cáncer irreversible o secuelas del parto”, se pregunta.
Otro de los problemas es la objeción de conciencia. Para Sendín, “aunque hay que
respetar el derecho del paciente, a nadie le puede parecer raro que haya médicos que
se declaren objetores, teniendo en cuenta que la eutanasia apenas existe en seis países
en el mundo”.
“No sería lo deseable porque se trata de un acto médico sencillo, íntimo y discreto
entre médico y paciente y tendría que realizarse en el sistema público de salud”, opina
Marín. Una postura que comparte la mayoría de la profesión médica.
Referencias Bibliográficas
El País (14 de enero del 2021). Las claves sobre la futura ley de eutanasia. El País.
Recuperado de:
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2021/01/13/companias/1610534103_98
4091.html [Consulta: 14 de enero de 2021]
Análisis de la Noticia
Es un dilema ético ya que en este caso nos plantea si una persona puede atentar contra
la vida, pues por cuestiones éticos p, desigualdad de género, etc.
Por lo contrario, a la moral que nos diría, que nos dice que no debemos atentar contra
la vida de otra persona. es que al tener compasión por una persona que está viviendo
en estado muy crítico, realizarle la eutanasia seria ético.
Perspectiva Aristotélica:
no dependen tan sólo o básicamente de la voluntad de quien los administra, sino del
potencial mismo de los medios técnicos, mediante los cuales se ha subido
notablemente el umbral de los cuidados máximos que sean o no sinónimo de cuidados
óptimos.
3. ¿La noticia involucra un dilema ético? Explícalo: indica quién tiene el dilema y
cuáles son las posturas en conflicto. Si la noticia no involucra un dilema ético,
explica claramente por qué.