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Tarea 6 de Cultura Folklore y Patrimonio Dominicanao

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ASIGNATURA

CULTURA FOLKLORE Y PATRIMONIO DOMINICANO

TEMA:

UNIDAD VI

PARTICIPANTE:

CATHERINE COLLADO

MATRICULA:

12-0650

FACILITADORA:

MIGUELINA MATA

FECHA:

02-12-2018

Realiza un informe a modo de resumen considerando:


a. Los distintos elementos que componen el folklore mental espiritual
dominicano.

FOLKLORE MENTAL O ESPIRITUAL:

Es aquel que estudia la parte del conocimiento que se origina en el


pensamiento y, sin ser especulativo abarca la parte más amplia, pues
estudia todo el producto mental incluyendo la vida religiosa, creencias,
actividad del alma humana, etc.

Ejemplos: Oraciones, Supersticiones, Creencias, Mitos, Ensalmo, etc.


b. Clasificación de los bailes folklóricos dominicanos de acuerdo en
las ocasiones en que se bailan.
Clasificación de los bailes folklóricos dominicanos 
Los bailes folklóricos dominicanos son clasificados de acuerdo a la fecha en
que se practican, el maestro Fradique Lizardo los agrupa de las siguientes
formas:

Danzas Rituales
Se llaman Rituales aquellas que, de una manera u otra, están asociadas a una
festividad o celebración que es determinante en la presentación de esta danza:
Palos o Atabales, Los Congós del Espíritu Santo, El Complejo Ritual de la
Zarandunga, Bamboulá, Gagá.

Danzas de Trabajo

Maboba y Pasapié  Asociadas a las actividades de la agricultura, en los Toros,


paraje de la sección de San Cristóbal; casi al terminar la recolección del café se
baila Maboba.
En la sección de Loma de Cabrera, la agricultura de la región se basa
principalmente del arroz y la habichuela, los hombres después de apalear la
habichuela con su tapa-rabo y el pañuelo que les protege el cabello, practican
el pasapié.

Danzas de Ocasión Especial

 Son aquellas danzas que se practican únicamente asociadas a un evento


determinado, que en nuestro caso podría ser la pascua florida (semana santa),
las patronales o las navidades, habiendo algunas celebraciones para el
miércoles de ceniza y el carnaval:
Los Tiznaos de Miches, El Caimán, La Culebra, La Negrita Conga, El Baile de
los Indios, Baile de Cinta, El Baile del Buey, EL Momise, Macayombí, Los
Maromeros, El Baile del Perro, Baile del Muñeco. 
Bailes de Regocijos 

Son aquellos que no se practican asociado a una celebración especial ni algún


motivo específico:
Zapateo Dominicano, Merengue, Mazurca, Polka, Mangulina, Machacó,
Chenche Matriculado, Chivo Florete.

Bailes de Cuadrilla 

Se llaman Cuadrilla aquellas que ejecutan figuras ordenadas por un bastonero,


en nuestro país están las siguientes: Tumba, Yuca y Carabiné. 
Entre los bailes de cuadrilla no folklórica están la Cuadrilla y la Contradanza, en
este país. 

c. Ofrece recomendaciones para preservarlo e incorporarlo a la


formación académica de otras carreras.

Todos los pueblos no son iguales, tienen diversidades culturales


responsables de su identidad. Las culturas le dan singularidad a cada
sociedad, sin posibilidades de compararse unas con otras en términos
de inferioridad y superioridad. No hay cultura superior o inferior a otra.
Científicamente lo que existe son culturas diferentes.

Por eso, para comprender a una sociedad, hay que conocer su cultura.
Sin sus conocimientos no hay orgullo de la misma, no hay identidad. En
el caso nuestro, la cultura es la base de la dominicanidad y de la
identidad.

La esencia de la cultura son las manifestaciones populares, sus


creencias, sus tradiciones, sus formas de expresión y su manera de ser.
El protagonista y hacedor de la cultura es el pueblo, de donde surge un
saber popular que se denomina folklore.

La composición de la palabra folklore es folk-pueblo, lore-saber, es decir,


saber popular, tal como lo definió y propuso por vez primera el inglés
Ambrose Merton, seudónimo de William John Thomas, en una carta que
enviara el periódico “TheAtheneum” el 22 Agosto de 1846 en Inglaterra.

El folklore, además del saber popular, se estudia científicamente, para


conocer su contenido y sus características. A nivel de la educación de
un país es determinante el estudio y la enseñanza del folklore para
conocerla y formar dominicanos orgullosos de su cultura y de su
identidad.

El folklore es una variable secundaria y en ningún lugar un eje


transversal. Y lo más grave es, que en las escuelas públicas, en las
asignaturas de “Educación Artística”, la casi totalidad de los profesores
que la imparten, no tienen la preparación adecuada para esto,
enseñando cosas parciales, superficiales y deformadas

A pesar de eso, en los pensum de nuestras escuelas y universidades no


se contempla la enseñanza del folklore, salvo en el diplomado de Arte y
Folklore de la UASD. En las nuevas carreras académicas como Turismo,
la enseñanza es parcial e insuficiente. El folklore es una variable
secundaria y en ningún lugar un eje transversal. Y lo más grave es, que
en las escuelas públicas, en las asignaturas de “Educación Artística”, la
casi totalidad de los profesores que la imparten, no tienen la preparación
adecuada para esto, enseñando cosas parciales, superficiales y
deformadas.

Por eso, el gran desconocimiento de nuestra cultura popular, la falta de


amor a nuestras raíces, a nuestras creencias, a nuestras expresiones
tradicionales, a nuestras herencias cultuales, a las dificultades en la
definición de la dominicanidad y de nuestra identidad la responsabilidad
mayor está en la ausencia de la enseñanza adecuada del folklore
nacional.

La palabra folklore aparece por vez primera en dominicana el 10 de


febrero de 1884, 31 años después de su aparición en Inglaterra, en una
carta que envió un lector o lectora desde Puerto Plata con el seudónimo
de “Valle de Gracia” al periódico “El Eco del Pueblo” que se editaba en la
ciudad de Santiago de los Caballeros.

Es realmente a partir del 7 de diciembre de 1887 cuando el folklore


comienza a ser objeto de estudio en nuestro país, expresado en un
artículo periodístico sobre la definición y el contenido del mismo escrito
por el costumbrista Cesar Nicolás Penson, el autor de “Cosas Añejas”,
en un trabajo sobre “El Folklore Quisqueyano”.

Ha pasado el tiempo y se ha escrito muy poco sobre las características y


la identidad del folklore dominicano. Ha habido excepciones, esfuerzos
importantes, aportes trascendentes, pero en casi su totalidad son
parciales, porque tratan y contienen aspectos específicos, particulares
del folklore, con la gravedad de que hay una ausencia del rigor
académico, quedándose en descripciones superficiales, experiencias
personales, anecdóticas, emocionales e idealizaciones nostálgicas. Falta
un visión y una dimensión de totalidad desde una perspectiva científica.

Para revalorizar la importancia del folklore como expresión y


conocimiento de nuestra identidad, de su trascendencia en la definición
de nuestra dominicanidad, por iniciativa de Dagoberto Tejeda Ortiz y el
poeta Tony Raful, entonces Ministro de Cultura, el 10 de febrero de cada
año, por Decreto Presidencial, el Presidente Hipólito Mejía, lo consagro
como “Día Nacional del Folklore”.

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