Comunicacioninclusva

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GUÍA PARA LA

comunicación
inclusiva

GIDA
inklusiborako
Komunikazio
Inprimaketa: Tinta inprimategia. Nagusia 31. 20150 Villabona • L.G.: SS xxx-2016
Ilustrazioak, diseinua eta maketazioa: Concetta Probanza •
Edizioa: 2016ko maiatzaren 31a • Koordinatzailea: STEILAS •

www.steilas.eus
steilas

ÍNDICE
Presentación 3

1. Introducción 4
2
2. Usos androcéntricos y posibles alternativas

steilas • Komunikazio inklusiborako gida


para superarlos 6
steilas • Guía para la comunicación inclusiva

3. Usos sexistas y alternativas 10 Bibliografia 21


4. Superando el binarismo en el lenguaje 14
18 5. Irudi-bidezko komunikazioa
5. Otros elementos de la comunicación 15
15 4. Komunikatzeko bestelako aldagaiak
6. Comunicación visual 18
gomendioak 10
Bibliografía 20 3. Erabilera sexistak eta horiek sahiesteko
6 hori saihesteko gomendioak
2. Erabilpen androzentrikoak eta
2
1. Sarrera 4

Hitzaurrea 3

AURKIBIDEA

steilas
www.steilas.eus

Edición: 31 de mayo de 2016 • Coordinación: STEILAS •


Ilustraciones, diseño y maqueta: Concetta Probanza •
Impresión: Tinta inprimategia. Nagusia 31. 20150 Villabona • D.L.: SS xxx-2016
PRESENTACIÓN
Esta guía no pretende ser un material original sino presentar de una
manera sucinta, ordenada y clara algunas estrategias y un repertorio
de posibles alternativas para superar el sexismo en el uso del lenguaje
y avanzar en una comunicación inclusiva.
3
Se ha recopilado material de la bibliografía citada y ejemplos de otras
muchas guías de lenguaje no sexista o de múltiples artículos y ma-
teriales encontrados en la red que sería imposible mencionar en su

steilas • Guía para la comunicación inclusiva


totalidad.

Este guía se basa, en parte, en un trabajo de nuestra compañera,


Amaia Zubieta Garciandía «Claves para una Comunicación no
sexista en un marco plurilingüe» que pudo ser realizado gracias a
una licencia por estudios financiada por el Departamento de Educa-
ción del Gobierno de Navarra.
1.
INTRODUCCIÓN
El lenguaje es una construcción social que varía de una cultura a
otra, que se aprende y se enseña, que organiza la manera de pensar y
percibir el mundo que nos rodea. A través del lenguaje aprendemos
a nombrar; las palabras nos sirven para denominar los objetos, las
personas, los sentimientos, las diferencias…
4
Hay dos fenómenos en el uso del lenguaje que jerarquizan a las per-
sonas y que colocan a las mujeres en posición de inferioridad: el an-
drocentrismo y el sexismo. El androcentrismo consiste en considerar
steilas • Guía para la comunicación inclusiva

al hombre el centro y modelo cultural de referencia, los varones ocu-


pan el lugar preponderante mientras que las mujeres son invisibi-
lizadas. El sexismo se manifiesta por medio de diversas estrategias
lingüísticas, desde las más sutiles hasta las más evidentes, que tienen
como fin minusvalorar a las mujeres y colocarlas en una posición de
inferioridad.

Desde una postura políticamente correcta se critica el sexismo explí-


cito, pero podemos encontrar cientos de formas de «sexismo sutil»
que nos agreden cotidianamente. El androcentrismo es todavía más
difícil de erradicar porque, en aras a una falsa economía del lenguaje,
hay una actitud de resistencia activa al uso de un lenguaje inclusivo,
a que las mujeres sean nombradas.

También queremos abordar brevemente un fenómeno emergente


desde la perspectiva de género: la superación del binarismo. Las per-
sonas que no se adscriben ni a uno ni a otro género están también
construyendo sus propias formas de ser nombradas y creemos nece-
sario tenerlas en cuenta.

El lenguaje no es inamovible se puede cambiar y de hecho está en


continua transformación. Por ello, en esta guía vamos a describir
brevemente algunas de las formas más habituales de sexismo y an-
drocentrismo presentes en la lengua castellana y/o en su uso y ha-
remos algunas propuestas para cambiarlas, para lograr un uso del
lenguaje inclusivo y no discriminatorio.
Pero no nos queremos limitar al análisis del lenguaje y de su uso
sino que queremos también poner el foco en otros elementos de la
comunicación en los que hay diferencias entre hombres y mujeres
(tono de voz, prosodia, interacción comunicativa…) y que también
son objeto de conductas discriminatorias.
5
Por último, incluimos algunas reflexiones sobre la comunicación
visual que nos puedan servir para un identificar el sexismo en las

steilas • Guía para la comunicación inclusiva


imágenes y para evitar el uso de los estereotipos en las imágenes que
proponemos en las actividades didácticas.
2.
USOS ANDROCÉNTRICOS Y
POSIBLES ALTERNATIVAS
PARA SUPERARLOS
6
Mención de las mujeres exclusivamente por su condición de
esposas o madres de…
Vinieron a cenar Jon y su mujer. 8
steilas • Guía para la comunicación inclusiva

Vinieron a cenar Miren y Jon.


Este paquete es para los señores Goñi. 8
Este paquete es para la señora Oloriz y el señor Goñi.

Resistencia a la denominación de ciertas profesiones en femenino.


Se denominan en femenino las ocupaciones que tradicionalmen-
te han realizado las mujeres: maestra, enfermera, peluquera…
pero hay una resistencia a utilizar en femenino algunas profesio-
nes a las que las mujeres se han incorporado más recientemente
y que tienen mayor prestigio: arquitecto, médico, ingeniero en
lugar de arquitecta, médica o ingeniera.
Incluso cuando su uso es aceptado y se ha incorporado al diccio-
nario: jueza o presidenta se cuestiona su corrección lingüística
para evitar su uso.
Aunque hoy en día todavía algunas denominaciones nos suenen
extrañas, su uso reiterado permitirá su aceptación, así como ha
venido sucediendo con tantas otras mejoras que es su momento
parecían impensables.

Utilización de la palabra hombre para referirse a toda la hu-


manidad.
Siguen siendo habituales expresiones como: el hombre de la ca-
lle, los derechos del hombre en lugar de usar: ser humano, perso-
nas, derechos humanos o de la humanidad.
Invisibilización de las mujeres por el uso reiterado
del masculino genérico.
Se usa para denominar a los dos sexos el masculino plural:
los vascos, los profesores, los alumnos, los niños…
Este es el fenómeno más extendido, polémico y difícil de
erradicar ya que tanto la academia como los medios de
comunicación o la literatura, incluso escritoras de presti-
gio, abogan por su uso. Sin tener que recurrir siempre al 7
uso de ambos géneros, objeto de tantas críticas, muchas
veces infundadas, se pueden utilizar múltiples estrate-

steilas • Guía para la comunicación inclusiva


gias. Denominar utilizando:
◗◗ Categorías: el alumnado, el profesorado, la infancia…
◗◗ Nombres de cargos o funciones: la dirección, la
redacción, (en lugar de la directora o director o
redactoras y redactores).
◗◗ Lugares: bufete, por abogados, cámara en lugar de
diputados.
◗◗ Fórmulas administrativas: la parte contratante, en lugar de
los contratantes.
◗◗ Eliminar el gentilicio: sustituir el «entrañable» las vascas y
los vascos por el pueblo, las personas, individuos de Euskal
Herria o del País Vasco.
◗◗ Cambiar la frase utilizando relativos: los participantes 8
quienes participan.
◗◗ Utilizar el término personas seguidos de una preposición:
personas con celiaquía, con diabetes en lugar de usar los
celíacos, los diabéticos…
◗◗ Suprimir pronombres masculinos utilizados
genéricamente al inicio de las frases: nosotros hemos
pensado 8 hemos pensado, cuando vosotros fuisteis 8
cuando fuisteis. La flexión verbal lleva incluido una morfema
que es incluyente.
◗◗ Sustituir los relativos masculinos: el que, los que por quien,
quienes que sirven para ambos géneros. Quienes hablan en
lugar de los que hablan.
◗◗ Evitar los pronombres indefinidos y otras expresiones
«falsamente genéricas».
• Sustituir «uno» por alguien, una persona, un individuo,
cualquiera o bien por una forma impersonal: cuando uno
vaya a… Cuando se vaya…
• Sustituir expresiones como del mismo, de los mismos por
el posesivo su: asistieron a la ceremonia los familiares del
mismo 8 asistieron sus familiares.
• Sustituir «los demás» por el resto o añadir personas: las
8 demás personas.
• Sustituir ambos por: el uno, la otra o la otra el uno.
• Sustituir todos por todo el mundo. Vinieron todos 8 Vino
steilas • Guía para la comunicación inclusiva

todo el mundo.
◗◗ Usar los determinantes masculino y femenino plural y
hacerlos concordar con el último el sustantivo: las y los
vecinos de Elorrio, los y las vendedoras de pescado.
◗◗ Usar las dobles formas femenino-masculino cuando
se considere necesario omitiendo o sin omitir el
determinante: las niñas y niños, los alumnos y las alumnas…
◗◗ Alternativas usadas frecuentemente.
Se ha extendido el uso de recursos que incluyen, de alguna
manera, el femenino en los encabezamientos o saludos de
mensajes escritos. Nos referimos al uso de barras as/os o guio-
nes y de la arroba @ o la x. Desde nuestro punto de vista su
uso es aconsejable tan solo en formularios, contratos, cartas o
documentos oficiales o en mensajes muy breves e informales
(SMS, correo electrónico, anuncios…), es más conveniente el
uso de nombres abstractos o colectivos o nombrar a los dos
géneros.

La concordancia en el uso de la denominación en masculino y


femenino.
Cuando conviene utilizar ambas formas hay que tener en cuenta
algunos aspectos:
◗◗ La concordancia de los determinantes y sustantivos
• Eliminarlos: alumnos y alumnas rindieron al máximo.
•E
 n palabras sin marca de género hay diferentes posibilidades:
– Uso de los artículos femenino y masculino: las y los
demandantes.
– Sustitución del artículo por un indefinido: cada, cual-
quier solicitante.
– Eliminación del determinante: estudiantes llenaron la
sala.
– Mencionar los cargos, oficios, detrás de los nombres:
Ainara Makirriain y Aitor Goikoetxea, estudiantes de
medicina.
◗◗ Concordancia de adjetivos y participios
9
Con el fin de evitar el uso de dos sustantivos y dos adjetivos se
pueden utilizar diversas estrategias:

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• Sustituir por una preposición seguida de sustantivo:
los hombres cualificados y las mujeres cualificados 8
los hombres y mujeres con adecuada cualificación.
Dispuestos a viajar 8 en disposición de viajar.
• Sustituir el adjetivo por doble determinante más un verbo
impersonal: los aspirantes rechazados 8 las y los aspiran-
tes que se rechazan.
• Utilizar adjetivos invariables equivalentes a los que tienen
variación de género: rápido/rápida 8 veloz, lista/listo
8 inteligente.
• Utilizar la concordancia de proximidad: las meticulosas
chicas y chicos; las diputadas y diputados, cansados de…
3.
USOS SEXISTAS Y
ALTERNATIVAS
Jerarquización
10 Al usar las dobles formas, si se nombra siempre el masculino en pri-
mer lugar se crea un orden jerárquico: padres y madres, alumnos y
alumnas, niños y niñas, hombres y mujeres. Se debería alternar el
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orden de manera que no se refleje una jerarquía estática. Si se ha


utilizado una vez niñas y niños en la siguiente el orden debería ser
niños y niñas.

Redundancia del femenino


Junto con el masculino genérico, supuestamente utilizado por eco-
nomía de lenguaje, se puede encontrar frecuentemente la aposición
mujeres cuando no es necesario: las mujeres escritoras, las mujeres
deportistas. Parece que se quiere invisibilizar su carácter profesio-
nal e incidir en su condición de ser sexuado. Estas redundancias son
perfectamente evitables.

El lenguaje como transmisor de estereotipos


En la vida cotidiana escuchamos múltiples mensajes en los que se
habla de las mujeres aludiendo a cualidades estéticas, y a los hom-
bres refiriéndose a cualidades relacionadas con la fuerza o con lo
intelectual.
Además de encontrarlos en los refranes, expresiones, piropos, can-
ciones, etc también se pueden encontrar con frecuencia en la prensa.
He aquí algunos ejemplos aparecidos en los últimos meses referidos
a las mujeres dedicadas a la política:
◗◗ Antonio Burgos en ABC en el artículo «las Flequis»
refiriéndose a las líderes de la CUP y Bildu: «No es que
quieran separarse de España: es que quieren que las echemos.
Por horrorosas y antiestéticas».
11

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◗◗ En el blog de Miss Forty podemos encontrar estas perlas:
«Cristina Seguí, es un auténtico pibonazo. La más cañón de
cuantas políticas se pasean por el revuelto escenario patrio»,
«Arantza Quiroga ideologías aparte, es un bellezón clásico
del 10», «Otra musa para Albert Rivera, su número cuatro:
Inés Arrimadas».

Equiparar a la mujer con la infancia


Se da por sentado que tienen cualidades, o más bien defectos, entre
otras la debilidad, que las lleva a necesitar ser protegidas. Así con
frecuencia podemos encontrar este tipo de ejemplos: Las mujeres y
los niños primero; mataron a 200 personas; entre ellas 70 mujeres y
niños.
Esta visión de la mujer como un ser dependiente y con necesidad de
protección es obsoleta en una sociedad que pretende ser igualitaria.

Pares duales o duales aparentes


La misma palabra en masculino o femenino adquiere distinto sig-
nificado o matiz, habitualmente la acepción femenina corresponde
a una cualidad considerada negativa, a un grado de subordinación
respecto al hombre o contiene un matiz sexual o moral. He aquí unos
ejemplos: pariente 8 parienta, fulano 8 fulana, hombre público
8 mujer pública, golfo 8 golfa, zorro 8 zorra.
Hay que evitar el uso de los términos femeninos de estos duales ya
que en todos ellos se manifiesta un menosprecio hacia las mujeres.
Vacío léxico
El vacío léxico es el fenómeno que aparece cuando una palabra solo
puede utilizarse aplicada a uno de los sexos, es decir, no tiene co-
rrespondiente en el otro. Si aplicamos el masculino tiene un valor
positivo, si aplicamos el femenino, en cambio, es algo desvalorizado
o negativo. Por ejemplo:
◗◗ Aplicados a hombres: caballerosidad, hidalguía.
◗◗ Aplicados a mujeres: arpía, marisabidilla, ninfomanía,
12 misoginia (pensamiento o conducta masculina pero dirigida
contra las mujeres).
Como en otros elementos mencionados en otros apartados habría
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que evitar el uso de términos que tienen una connotación negativa


para el colectivo de mujeres.

Chistes, refranes, expresiones


Podemos encontrar en muchos ejemplos un estereotipo negativo de
las características o comportamientos de las mujeres asociándolas
con ideas de debilidad, pasividad, falta de inteligencia o charlatane-
ría. He aquí ejemplos de refranes:
◗◗ Mujer hermosa y con talento, parece cosa de cuento.
◗◗ La mujer tiene largo el cabello y corto el entendimiento.
◗◗ Lo que una mujer no consigue hablando lo consigue llorando.
◗◗ Mujer callada «avis rara».

También hay ejemplos de estereotipos masculinos, aunque con mucha


mayor frecuencia, en especial su obsesión por el sexo y su vacuidad:
◗◗ Los hombres son como una botella, del cuello para arriba no
tienen nada.
◗◗ Los hombres son como los músicos, entran, tocan y se van.

Desafortunadamente, en nombre de una mal entendida igualdad,


están surgiendo un sexismo que encasilla a los hombres en estereo-
tipos negativos.
Mensajes cotidianos supuestamente neutros
◗◗ ¡Qué pena te has manchado la camiseta! No te preocupes que
tu mamá la lava para mañana.
◗◗ ¿Tienes la bici rota? Tu padre te ayudará a arreglarla.

Puede ser que sea así, que la madre le lave la camiseta y su padre
le ayude a arreglar la bici, pero al nombrarlo de esta manera le da-
mos un carácter de referencia inexcusable, sin posibilidad de otras
alternativas. En ambos casos una formulación neutra como. «No te 13
preocupes, te la lavarán, o te ayudarán a arreglarla en casa» deja sin
encasillar de manera estereotipada las distintas actividades y puede
servir para avanzar en la idea de que las tareas de cuidados son de

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todas y todos o que no hay trabajos o aficiones masculinas y feme-
ninas.
El lenguaje de la violencia y la violencia del lenguaje
Esta es la forma más extrema de sexismo lingüístico. Hasta épocas
muy recientes se ha considerado completamente normal la posesión
el dominio e incluso el maltrato a las mujeres y así se refleja en mu-
chos proverbios y refranes:
◗◗ La mula y la mujer a palos se ha de vencer.
◗◗ La mujer con la pata quebrada y en casa.

Afortunadamente, va aumentando el rechazo social hacia la violen-


cia contra las mujeres. No obstante muchas siguen sufriendo la vio-
lencia de las palabras, o de los silencios, que pueden producir heridas
más profundas y más indelebles que las producidas por agresiones
físicas.
4.
SUPERANDO
EL BINARISMO
EN EL LENGUAJE
14 Desde hace años, se viene cuestionando la categorización binaria
hombre-mujer y se habla de un continuo no sólo en el género sino
también en el sexo. Aunque el fenómeno sea todavía incipiente, hay
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personas que no se identifican con uno o otro sexo biológico y para


dar respuesta a sus requerimientos van apareciendo instrumentos
que visibilizan esta realidad.

En algunos ámbitos informales, e incluso institucionales, se posibili-


ta la identificación en la categoría sexo como: hombre, mujer u otro.
¿Cuál sería entonces la forma adecuada de dirigirnos a esa tercera ca-
tegoría? En principio, lo lógico sería que cada persona eligiera la forma
de ser nombrada. No obstante, hay alguna propuesta colectiva:

El uso de la X
Ya que es la propuesta más adecuada en detrimento del uso de las @,
cuya lectura provocaba confusión e impedía la fluidez del discurso.
El uso de la «X» como sustituto de los morfemas o/a al final del tér-
mino constituye una estrategia efectiva para evitar el binarismo de
género en la lengua. La «x» se leería como /e/ y puede preceder sin
problema a los morfemas de numero «-s» correspondientes.
Por ejemplo: «Buenos días guapxs!» se leería «Buenos días guapes».
5.
OTROS ELEMENTOS
DE LA COMUNICACIÓN
Aunque las variaciones interpersonales son enormes, muchas in-
vestigaciones han constatado que, generalmente, las mujeres y los
hombres utilizan el lenguaje de manera diferente. Estas diferencias
15
pueden ser de diversa índole: morfosintácticas, léxicas o prosódicas,
pero además en los intercambios conversacionales sus intereses y los
temas de los que hablan tampoco son los mismos. Estas son algunas

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de las diferencias más notorias:

Diferencias en la prosodia y en los elementos paralingüísticos


◗◗ Las mujeres tienen una entonación más enfática, con
más cambios de tono de voz, con más finales ascendentes
de las frases como si fueran preguntas y con frecuentes
vocalizaciones para indicar contacto comunicativo.
◗◗ Los varones tienen un ritmo con menos modulaciones, pocos
cambios de tono, finales descendentes y pocas vocalizaciones
para manifestar acuerdo o desacuerdo.

Diferencias morfonsintácticas
◗◗ Los varones utilizan más la primera y tercera persona
del singular y formas impersonales. Usan más oraciones
enunciativas y menos modalizadores.
◗◗ Las mujeres usan más frecuentemente la segunda persona
y la primera del plural para incluir a las persona o personas
con quienes se habla. Utilizan con mayor frecuencia
oraciones interrogativas y exclamativas y más preguntas eco
(¿De verdad? ¿No? ¿ No te parece?), más formas indirectas,
oraciones inacabadas y modalizadores (expresiones como: no
sé, me parece, creo que…).
Diferencias léxicas
◗◗ Las mujeres utilizan más vocabulario referido a ámbitos
privados. Usan palabras que designan matices (colores,
sentimientos…) y diminutivos y palabras que manifiestan
afectos.
◗◗ Los varones usan más vocabulario referido a ámbitos
públicos (política, trabajo, deporte). Tienen un léxico más
procaz (palabrotas) y usan más aumentativos o apelativos
negativos para mostrar aprecio (cabronazo).
16
Diferencias en la organización temática y la mecánica
conversacional
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◗◗ Estilo informativo y competitivo. Los varones tienen tendencia


a resumir y reformular lo que se está diciendo. No suelen
realizar cambios temáticos y analizan los temas desde un
punto de vista externo. Con frecuencia hay solapamientos
e interrupciones para conseguir espacio para hablar, para
desautorizar o manifestar desacuerdo y no hacen menos
trabajo para mantener la conversación.
◗◗ Estilo cooperativo. Las mujeres suelen tener tendencia a
construir el discurso de forma compartida, a variar de
temática y tratar los temas desde la propia experiencia.
Su estilo es más personalizado. En las conversaciones hay
también solapamientos, hablan al mismo tiempo, o se
interrumpen. Estas interrupciones suelen ser cooperativas
(completar el discurso o manifestar comprensión).
Así mismo, las mujeres tienden a mantener la
interacción para reforzar el discurso de quién
habla, habitualmente asintiendo mediante
estrategias tanto verbales como no verbales.
Diferencias en la comunicación no verbal
◗◗ La mujeres mantienen un contacto físico suave (besos, mayor
proximidad al hablar). Los movimientos gestuales de brazos
y manos se realizan en un espacio cercano al cuerpo y al
estar sentadas suelen mantener las piernas juntas o cruzadas
por las rodillas. El espacio físico que ocupan es por tanto
reducido, y podríamos decir que la predisposición corporal
es cerrada al mundo.
◗◗ Los varones tienen un contacto físico esporádico y más
agresivo (choques de manos, palmadas en la espalda) y 17
mantienen mayor distancia al hablar. Cuando permanecen
sentados tienen las piernas abiertas o con un pié sobre la

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rodilla. En comparación con las mujeres su ocupación del
espacio es mucho más grande y la predisposición corporal es
de liderazgo, abierta a la intervención.

En éste, como en otros temas relacionados con las diferencias exis-


tentes entre niñas y niños, entre hombres y mujeres o entre personas
que provengan de diferentes culturas habría que huir de la jerar-
quización de conductas que supuestamente son patrimonio de una
u otra comunidad de hablantes. Se deberían enseñar todo tipo de
claves y estrategias comunicativas e impulsar que cada persona elija
su propia manera de expresarse, sin caer en el determinismo esen-
cialista de que la identidad es inamovible. Las conductas, entre ellas
las verbales y gestuales, son fruto de la socialización, de los modelos
recibidos, pero también son susceptibles de cambio. No hay por qué
expresarse según un estereotipo de género, ni se nos debe obligar a
adoptar otro patrón conductual ni comunicativo.
6.
COMUNICACIÓN VISUAL
Nos comunicamos mediante palabras pero también mediante imá-
genes. La expresión «más vale una imagen que 100 palabras» tiene
en la actualidad más vigencia que nunca en una sociedad donde la
imagen tiene una influencia extraordinaria. Las imágenes difunden
modelos de comportamiento e influyen en la realidad social. Por
18 ello, aprender y enseñar a «leer» al alumnado las imágenes e identi-
ficar los contenidos sexistas que puedan tener constituyen una tarea
prioritaria.
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Algunas imágenes atacan a la dignidad femenina dando importancia


esencialmente a los atributos corporales o mostrándolas exclusiva-
mente en roles estereotipados. Alguno de los fenómenos que se pue-
den observar son:
◗◗ Fragmentación: se presenta solo partes del cuerpo,
especialmente en el caso de la mujer, lo que conduce a su
objetivación, a ser tratada como un objeto.
◗◗ Estereotipación de características supuestamente masculinas
(agresividad, aventura, confianza en sí mismo, fortaleza…) y
femeninas (debilidad, dulzura, envidia, sensibilidad…).
◗◗ Especificación: se presenta como específico de un sexo lo
que debía ser de ambos: deporte para los hombres y tareas
domésticas para las mujeres.
◗◗ Ámbitos diferenciados: Las imágenes de mujeres están
especialmente ligadas al ámbito privado: tareas del hogar,
moda y las de los hombres están relacionadas generalmente
con el ámbito público.
◗◗ Relación de sumisión-dominación: los hombres suelen
aparecer en los primeros planos, siempre más altos, en un
ángulo que los resalta por la posición de la cámara. Los
cuerpos de las mujeres aparecen inclinados curvados, en
actitudes pasivas, y en algunas ocasiones, como objeto de
violencia.
ciones
Algunas recomenda
o en las imágenes
para evitar el sexism

◗◗ Valorar la presencia de personas con distintas


características físicas, étnicas, socioeconómicas o de edad
y construir otros modelos de referencia.
◗◗ Representar o buscar representaciones que:
19
• Presenten a las mujeres en el ámbito público en pues-
tos de responsabilidad pero sobre todo compartiendo
una tarea.

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• Presenten a las mujeres en actividades deportivas y en
actividades estereotipadamente masculinas.
• Representen a las mujeres en la ciudad pero no solo
en el mercado o en el parque en su rol de cuidadora
sino que asocien a la mujer a la aventura, a la iniciati-
va, al éxito (pero no travestida de hombre).
• Presenten al hombre en tareas de cuidado y de asun-
ción de responsabilidades en el ámbito privado.
• Presenten al hombre también en profesiones estereo-
tipadamente femeninas.
e
xssi t
a Lenagu
e
j
BIBLIOGRAFÍA

Estilos comunicativos
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VILLASEÑA ROCA, Leticia (1992): «El género gramatical en español,


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Autónoma Metropolitana, México.
Álava
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