DEL BARRO AL CIELO - Docx Informativo-Reportaje Grado7

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Docente: María Eugenia Villegas Estudiante: _________________________ Grado: 7_____

Quiz Texto Expositivo Clase: Reportaje Área: Deporte


DEL BARRO AL CIELO
Juan Guillermo dio sus primeras gambetas descalzo y con los zapatos del colegio. En su familia ninguno salió jugador de fútbol.
Esta es su increíble historia. Juan Guillermo Cuadrado nació en 1988 en el seno de una familia pobre de Necoclí y cuando era
pequeño no tenía crespos definidos, lo motilaban al rape. Tampoco se podía dar el lujo de tener un uniforme de fútbol: jugaba
descalzo porque solo tenía los zapatos del colegio.  El Urabá nunca ha sido un refugio de paz, y en 1988 las Farc, el EPL y el ELN
ejercían la hegemonía rebelde en la región. Pero todo empeoró cuando empezaron los años noventa y con ellos nacieron las
Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) bajo el mando de Carlos Castaño, quien se trazó el objetivo de acabar con
la insurrección. Así, esa zona de Antioquia se convirtió en un campo de batalla en el que muchos perdieron la vida. A Juan
Guillermo Cuadrado sus padres –Guillermo Cuadrado y María Bello– le enseñaron que siempre que oyera una balacera saliera
corriendo a meterse debajo de alguna cama. Un día de 1992, cuando terminó lo que a veces parecía un juego, se encontró con
su madre que lloraba sobre el cadáver de su padre. Después del asesinato, Juan Guillermo Cuadrado llegó a vivir con sus
abuelos. Tenía 3 años y allí vivió hasta los 8, lejos del cuidado de su mamá, que entró a trabajar en las bananeras del Urabá
donde le pagaban un salario mínimo por embalar plátano de exportación.
“Lo trajimos porque su mamá se fue a trabajar a Apartadó para sacarlo adelante cuando el papá murió. Mientras lo teníamos
aquí, Juan Guillermo era muy inquieto, lo mandábamos al colegio y se quedaba en la cancha jugando, no entraba a clase por
jugar”, dice su abuela Marcela Guerrero. Cuando salía de clase, se iba directo a jugar: no almorzaba, no descansaba, no hacía
tareas. Muchas veces los abuelos se angustiaban porque sabían que los paramilitares andaban sueltos mirando a quién asesinar.
Y cuando salían a buscarlo, lo encontraban en la playa o en la cancha. Era apenas comprensible: Juan Guillermo aprendió a
caminar detrás de un balón. Se lo lanzaban adelante para que lo persiguiera. El balón fue su único juguete y ahora su abuelo se
pregunta cómo lo iban a regañar por perseguirlo siempre si era su amigo, su placer. Pasados unos años su madre empezó a
administrar una heladería en Apartadó y le enviaba dinero para que entrenara, pero no alcanzaba para comprar guayos. Juan
Guillermo, entonces, jugaba descalzo o con los zapatos del colegio, que siempre terminaban maltrechos, con la suela despegada,
con un hueco por el que se filtraba el agua. En Apartadó lo entrenó Gabriel Murillo, un hombre fuerte a quien la poliomielitis le
molió las piernas y dirige a los jugadores desde un triciclo. “Yo recuerdo cuando vi a Cuadrado por primera vez, me impresionó
mucho. Empezamos a viajar para jugar torneos en otros pueblos y empezó a hacerse famoso. Después de estar conmigo,
Cuadrado pasó a la escuela Manchester”. El entrenador de esta, Luis Ayala, amigo de Marcela Bello –la madre–, prometió hacer
de Cuadrado un profesional. La historia adquiere tintes de mito: en un partido de la Manchester contra un equipo de San Juan
de Urabá, el muchacho anotó 12 goles.
Pasados los años, y luego de jugar en torneos en Sincelejo y en el Bajo Cauca, siempre como la estrella, debutó en 2008 con el
Deportivo Independiente Medellín. Allí solo estuvo dos años para saltar a Italia donde jugó con el Udinese, el Lecce y la
Fiorentina. Luego lo compró Chelsea y finalmente lo cedió a la Juventus, donde ha ganado seis títulos en tres años. Allí la
hinchada lo llama Cuadradiño, por su gambeta y alegría. 
Cuando salía del cole-gio, Yerry debía irse para la casa y esperar una hora y media para el entrenamiento en el polideportivo. Así
se lo exigía Eulises, su papá. Pero Yerry no obedecía. El gigante se quedaba jugando fútbol aun sabiendo que luego tenía que ir a
entrenar. Porque solo jugar a toda hora permite salir de allá hacia las grandes ligas del mundo. Seifar Aponzá, el entrenador que
tuvo Yerry cuando era niño, intenta parafrasear ese viejo comercial que decía “dormir fútbol, comer fútbol”. De cuando en
cuando, a Seifar se le alborota la indignación: dice que el imperio del fútbol quiere aprovecharse de los chicos de los pueblitos de
los lugares más pobres del mundo, para volverlos potencias, para ganar dinero porque es una inversión. Como diría Martín
Caparrós, es “el deporte más clasista del mundo”. Seifar continúa con la indignación a toda máquina: “El dinero astronómico que
promete el fútbol convence a miles de jóvenes que juegan en vereditas olvidadas y les prometen que pueden llegar a los
grandes clubes”, critica. Este hombre flaco, de cara dura y seria, dice que desafortunadamente tiene que entrar en ese juego.
Acto seguido forma un círculo con los chicos de 15 años que entrena y les dice: “Aquí hay plata, no sé de quién, pero aquí hay
plata, pero para que se vea hay que pensar solo en fútbol”. Pero no se detiene ahí porque tiene la experiencia de Yerry viva,
porque hace nueve años vio partir a su hijo adoptivo, su gran obra de arte. “Y es tan clasista el fútbol que de todo ese dinero que
se mueve en el mundo poco se ve en las regiones. Mire esta cancha, vuelta nada”. Y para ponerle una cereza, a Seifar se le sale
un discurso antisistema. “¿Ha visto las finales de la Champions? Dese cuenta de que siempre los rivales son los mismos: Adidas
contra Nike. Y no es mentira, revise el historial a ver si estoy mintiendo, ¿el año pasado cómo fue? Adidas versus Adidas”, dice.
Seifar se tranquiliza, y prefiere pensar en otra cosa, como cuando Yerry fue tan intenso que lo convenció de entrenar el día de
Navidad.
–Profe, hagamos entreno mañana –dijo Yerry.
–Pero mañana es 25 de diciembre, Yerry, no creo que se pueda, mañana los chicos quieren destapar regalos.
–Profe, hagámosle, convoque a entrenar.
Y como si fuera un padre que se conmueve ante la insistencia de su hijo, aceptó. Les dijo a todos que el 25 de diciembre había
entrenamiento. Que alistaran camiseta y guayos. Pero solo llegaron dos. Yerry y un amigo. Aunque con poco o nada de dinero,
Yerry siempre se las arreglaba para llegar a sus entrenos. Se colgaba en el transporte y se iba gratis, vendía papas de su abuela
para conseguir para los pasajes y viajar afuera de Guachené, en Cauca. Y en un viaje a Cali se quedó sin plata, pero un conductor
lo reconoció como hijo de Eulises Mina y lo llevó gratis a él y a su mejor amigo, Manuel. Ahora Yerry dio un salto de gigante y
juega en el Barcelona FC. El mundo del fútbol no habló por unos minutos de otra cosa que de los pies descalzos de Mina, del
simbolismo que eso cargaba de pisar primero y sentir el césped con cada nervio antes de ponerse medias y guayos. “Con los pies
en la tierra y los ojos en el cielo”, decía el profesor Aponzá a la hora de reunir a sus chicos de todas las edades, la mayoría
encantados por jugar con los pies desnudos. Ya tiene dos goles en el Mundial de Rusia 2018 y el muchacho descalzo quiere más.
Fragmento de Del barro al cielo. En: revista Semana. (2018) págs.. 22 y 23
1. Une las palabras extraídas del fragmento con la categoría gramatical a la que pertenece.
“Cuando era pequeño no tenía crespos definidos, lo motilaban al rape.”
a. Era Sustantivo
b. Pequeño adjetivo
c. No verbo
d. Crespos adverbio
e. Definidos
f. motilaban
2. De acuerdo al contexto de lectura, descifra el sentido de las palabras subrayadas en cada caso y completa la tabla con
sinónimos.
Las FARC, el EPL y el ELN ejercían la hegemonía rebelde en la región.

Le enseñaron que siempre que oyera una balacera saliera corriendo a meterse debajo de
alguna cama.
Juan Guillermo, entonces, jugaba descalzo o con los zapatos del colegio, que siempre
terminaban maltrechos.
Pasados los años y luego de jugar en torneos en Sincelejo y en el Bajo Cauca, siempre como la
estrella, debutó en 2008 con el Deportivo Independiente Medellín.
3. A partir del fragmento explica qué es la poliomielitis: “En Apartadó lo entrenó Gabriel Murillo, un hombre fuerte a
quien la poliomielitis le molió las piernas y dirige a los jugadores desde el triciclo”
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4. Escribe una palabra que permita completar acertadamente cada analogía.
a. Necocli es a Cuadrado como____________es a Mina.
b. Gabriel Murillo es a _______________como Seifar Aponzá es a Yerry.
c. ____________es a Apartadó como caña es al Cauca.
d. Eulises es a Mina como Guillermo es a _________________.
5. Une cada personaje con su testimonio y con el papel que cumple en el reportaje.

Personaje Testimonio Función


a. Abuelo de Juan “…me impresionó mucho. Empezamos a Expresar que solo teniendo el fútbol
Guillermo Cuadrado. viajar para jugar torneos en otros pueblos y presente en todo momento el
empezó a hacerse famoso”. jugador llegó al éxito.
b. Seifar Aponzá “Dormir futbol, comer fútbol”. Hacer un comentario de cómo
fueron los inicios del jugador en los
campeonatos de fútbol.
c. Gabriel Murillo El balón fue su único juguete y ahora su Explicar por qué al jugador le gusta
abuelo se pregunta cómo iban a regañarlo tanto el fútbol.
por perseguirlo siempre si era su amigo, su
placer.
6. Explica cómo la pobreza y la violencia, como realidades de las zonas vulnerables de Colombia, incidieron en el futuro de
las dos estrellas de fútbol presentadas en la lectura._______________________________________________________
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7. ¿Por qué se dice que la historia de Juan Guillermo Cuadrado adquirió tintes de mito cuando jugó con la escuela
Manchester?
a. Porque, por fin, el jugador pasó de una escuela de barrio a una de municipio.
b. Porque en ella el jugador convenció al entrenador de jugar un 25 de diciembre.
c. Porque allí fue donde adquirió el apelativo de “Cuadradiño”.
d. Porque jugando en ese equipo anotó 12 goles en un solo partido.
8. ¿Cuál es la función del párrafo inicial que se encuentra en cursiva?
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9. ¿Qué diferencia observas en la intención de los testimonios correspondientes a los entrenadores de Cuadrado y Mina?

10. ¿Cómo se relacionan las palabras del profesor Aponzá,”con los pies en la tierra y los ojos en el cielo”, con el título del
reportaje?.

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