Don Álvaro
Don Álvaro
Don Álvaro
MARQUÉS: Aparta; sacadme de aquí…, donde muera sin que esta vil me contamine con tal
nombre…
DOÑA LEONOR: (Corriendo detrás de DON ÁLVARO.) ¡Dios mío! ¿Es don Álvaro?...
Conozco su voz... Él es... ¡Don Álvaro!
DON ALFONSO: ¡Oh furia!... Ella es... ¡Estaba aquí con su seductor!... ¡Hipócritas!...
¡¡Leonor!!
DOÑA LEONOR: ¡Cielos! ¡Otra voz conocida!... Mas ¿qué veo? (Se precipita hacia donde
ve a DON ALFONSO.)
DON ALFONSO: (Hace un esfuerzo, saca un puñal y hiere de muerte a LEONOR.) Toma,
causa de tantos desastres, recibe el premio de tu deshonra... Muero vengado. (Muere.)
DON ÁLVARO: ¡Desdichado!... ¿Qué hiciste?... ¡Leonor! ¿Eras tú?... ¿Tan cerca de mí
estabas?... ¡Ay! (Se inclina hacia el cadáver de ella.) Aún respira… aún palpita aquel
corazón todo mío… Ángel de mi vida…, vive, vive; yo te adoro… ¡Te hallé, por
fin… sí, te hallé… muerta! (Queda inmóvil.)
(DON ÁLVARO vuelve en sí y luego huye hacia la montaña. Sale el PADRE GUARDIÁN
con la comunidad, que queda asombrada.)
DON ÁLVARO: (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice) Busca,
imbécil, al Padre Rafael... Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio
exterminador... Huid, miserables.
DON ÁLVARO: ¡Infierno, abre tu boca y trágame! ¡Húndase el cielo, perezca la raza
humana; exterminio, destrucción...! (Sube a lo más alto del monte y se precipita.)