El fragmento describe un encuentro sexual apasionado entre dos personas. Al tocarse, sienten cómo hierve su sangre y caen en un frenesí de besos y caricias placenteras. A medida que intensifican sus muestras de afecto, sus cuerpos se contraen y enredan hasta alcanzar el clímax del orgasmo, dejándolos sudorosos y en paz.
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El fragmento describe un encuentro sexual apasionado entre dos personas. Al tocarse, sienten cómo hierve su sangre y caen en un frenesí de besos y caricias placenteras. A medida que intensifican sus muestras de afecto, sus cuerpos se contraen y enredan hasta alcanzar el clímax del orgasmo, dejándolos sudorosos y en paz.
El fragmento describe un encuentro sexual apasionado entre dos personas. Al tocarse, sienten cómo hierve su sangre y caen en un frenesí de besos y caricias placenteras. A medida que intensifican sus muestras de afecto, sus cuerpos se contraen y enredan hasta alcanzar el clímax del orgasmo, dejándolos sudorosos y en paz.
El fragmento describe un encuentro sexual apasionado entre dos personas. Al tocarse, sienten cómo hierve su sangre y caen en un frenesí de besos y caricias placenteras. A medida que intensifican sus muestras de afecto, sus cuerpos se contraen y enredan hasta alcanzar el clímax del orgasmo, dejándolos sudorosos y en paz.
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Rayuela : capitulo 68
[Fragmento -texto completo]
Julio Cortázar
Apenas el le tocaba su piel, a ella le hervía su sangre y caían en una faena de
salvajes besos. Dando caída en gran pasión de caricias placidas y suspiros apasionados. Cada vez que el le rosaba las piernas ella se enredaba en un doloroso gemido y se contenía dando cara a una pasión de dicha ocasión. Sintiendo como poco a poco las rodillas se contraían hasta estar enredados como el árbol marchito al que se le han dejado caer unas gotas de agua del barco. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se encontraría de nuevo ansiosa de amor consistiendo en que el suavemente le acercaba su cuerpo. Apenas se abrazaban se sentía algo que los rodeaba y los conmovía , de pronto era el un ciclón de calentura como un volcán donde se sentían explotar el corazón bullicioso del orgasmo, el esfuerzo del muchacho en una sobrehumana agonía ¡acabe¡ ¡acabe¡ sudorosos en la cima del mundo todo se veía en sus ojos, se sentía la ternura, cariño que se demostraban. Temblaba la tierra y todo se resumía en una verdadera paz, sentimiento de muchísimas horas , en caricias casi crueles que los llevo hasta el limite de sus palabras.
