Compusta
Compusta
Compusta
1) se conoce como palabras compuestas a aquellas que son producto del proceso morfológico
de la composición, esto es, que surgen a partir de la unión o coordinación de dos raíces o
lexemas, para formar así una nueva unidad sintáctica y semántica. Son palabras que se forman
por la unión de dos o más palabras simples, es decir, por la unión de dos o más lexemas. Por
ejemplo: «abrebotellas», «puntapié», «baloncesto». Excepcionalmente las palabras
compuestas se forman por la unión de dos morfemas. Por ejemplo: «conque», «porque». 2)
Los adverbios son palabras invariables que nombran circunstancias de lugar, tiempo, modo o
cantidad, o expresan negación, afirmación o duda. Los adverbios suelen funcionar como
complementos o modificadores de un verbo de un adjetivo o de un adverbio: come mucho /
muy bonito / demasiado cerca. Los adverbios son una clase de palabra que actúa como núcleo
del sintagma adverbial. 3) Las palabras terminadas en -mente son adverbios. Estas palabras
compuestas se forman al añadir la terminación (
Ejemplos:
gentil+mente gentilmente
sagaz+mente sagazmente
ágil+mente ágilmente
cortés+mente cortésmente
Ejemplo:
sencillo + mente sencillamente
¿Cuándo se acentúan?
Ejemplos:
4) Los pronombres enclíticos son aquellos que van unidos como sufijo (al final) a un verbo (me,
te, se, lo, los, la, las, le, les, os), para que este pueda desempeñar una función.
En otros casos, en cambio, no solo se deforma la pronunciación, sino también, la forma en que
se los escribe. Por ejemplo, la palabra máster, que en español se le agrega la tilde, aplicándole
las reglas de acentuación local.
Los extranjerismos generalmente surgen porque no existe ninguna palabra en el idioma local
que tenga ese significado, como ocurre por ejemplo en informática con palabras como
software o hardware.
En otros casos, en cambio, tiene que ver con una cuestión cultural o de marketing. Por
ejemplo, es muy común ver en tiendas de ropa que ponen carteles con palabras como sale y
off, para señalar que tienen ofertas. Esto lo hacen cuando aún en castellano existen palabras
como “descuento” o “rebajas”, que tienen el mismo significado.
6)
. Numerales ordinales: Son ordinales simples los correspondientes a los números 1 al 10 (para
11 y 12, → c): primero, segundo, tercero, etc.; los correspondientes a todas las decenas (del 20
al 90): vigésimo, trigésimo, cuadragésimo, etc.; y los correspondientes a todas las centenas (del
100 al 900): centésimo, ducentésimo, tricentésimo
El acento diacrítico: o tilde diacrítica es el que se emplea para distinguir los significados de
palabras,1 frecuentemente monosílabas, de las cuales unas son regularmente tónicas (las que
se resaltan en la pronunciación), mientras que las otras son átonas en el habla.2 Estas palabras
pueden tener el mismo origen etimológico (por ejemplo más y mas, ambas del latín MAGIS) o
no (por ejemplo mi —apócope de mío —del latín MEUS y mí, del latín MIHI o MĪ). Los
diacríticos se usan ampliamente en diversas lenguas romances, entre ellas el español, el
gallego, el asturiano y el catalán.
Sin embargo, la tilde diacrítica no sirve para distinguir cada uno de los pares mínimos,
opuestos por la tonicidad, que existan en español: por ejemplo, la preposición átona para y la
forma verbal para (de parar) o el sustantivo masculino tónico don y el tratamiento átono don,
así como la preposición de y el pronombre te átonos frente los nombres tónicos de las letras t
y d, ya que estos últimos aparecen solo en contextos muy restringidos e imposibles de haber
caso de ambigüedad. Asimismo, tampoco se usa el acento diacrítico cuando palabras con la
misma escritura son tónicas y no tienen una o más correspondientes átonas.