Libro Completo Las Tres Tazas
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José María Vergara y Vergara
Podría decirse que la pequeña obra maestra del costumbrismo bogotano es Las tres tazas,
cuadro de Vergara que retraza el tránsito de la aldehuela colonial (Santafé) al tráfago de la
urbe cosmopolita (Bogotá). He de hablar de costumbrismo, aun a conciencia de la
inevitable torpeza que se comete al encuadrar cualquier manifestación artística dentro de un
ismo. Profeso, como Voltaire, la creencia de que todos los géneros y escuelas son buenos,
salvo los aburridos. Todas esas clasificaciones arbitrarias han quedado atrás a partir de la
Estética de Croce. Pero son cómodas y se han mostrado eficaces para edificar sobre ellas
una historia que no puede sostenerse sobre un pilar de miles de hechos particulares.
De costumbrismo, pues, podemos hablar a mediados del siglo XIX. Digamos, con Jaime
Posada, que es costumbrista todo encuentro, sin adulteración, con la realidad de una época,
con sus sentimientos y sus pequeños quehaceres. Con esta definición, arbitraria como todas,
estamos aceptando que el cuadro de costumbres no abarca un período determinado, y aún
menos un lugar. Costumbrista es entonces, por ejemplo, la descripción de la Santafé del
siglo XVII que hace Piedrahíta: "Santafé de Bogotá está en las faldas de dos montes por
donde pendientemente extiende su población [...]; sus calles son anchas, derechas y
empedradas de presente todas, con tal disposición que ni en invierno se ven lodos, ni
fastidian polvos en el verano". Tras la minuciosa descripción de sus cuatro plazas, sus
puentes en arco, sus acequias y sus molinos, Piedrahíta describe los usos y formas de vida
de los habitantes. La pura descripción no ahorra el comentario moralizador del escritor ni la
imaginación creadora, pues la precisión histórica no es esencial al ámbito literario... Un
cronista de Indias, para citar un caso, supuso que en Santafé los muchachos andaban
"registrando los caños de las calles en que hallan no pocas veces punticas de finísimo oro
que deben de despedirse de los cerros que dominan la ciudad". Era, claro, la época del
Dorado y de las minas fabulosas de Jauja y del Potosí, que hizo mella en la imaginación
calenturienta de los que jamás visitaron las Indias o que no quisieron ver lo que en verdad
había.
LAS TRES TAZAS
Jose María Vergara y Vergara
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LAS TRES
TAZAS
Vergara
pero no creo que seas ecléctico hasta el punto de tomarte todas tres. Debes
Tu paisano, AREIZIPA
TAZA PRIMERA
SANTAFÉ
cosas será; pero, sea lo que fuere, le confieso con rubor, porque no se
me oculta el ridículo que sigue a estos oficios serviles en nuestra
tierra. Si en lugar de eso fuera revolucionario como don N... que está
dicen algunos que se retiran a la vida privada. Creo que como dicen
visto yo.
Pues iba diciendo que yo soy bibliófilo o cosa parecida; y por esta
usted que asista a las exequias mañana a las once". La fecha es 1853.
tardanza que la necesaria para volver una foja! Así, amigo mío, la
haberlo vendido por el plato solo: darlo como lentejas hubiera sido
un despilfarro horrible.
bautismo y mis barbas negras que peino, soy joven todavía; pero
tierra y nos volvemos a Dios. ¿No hay franceses que salen de París,
viajan, y vuelven a los diez o doce años a París? Pues así sucede al
salen de París,
viajan, y vuelven a los diez o doce años a París? Pues así sucede al
fuerza de estrujones.
hoy don Ruperto Restrepo. Era y es una casa cien veces mejor que lo
del Boquerón, tienen bombas que pujan y brotan por la fuerza una
Pues en uno de sus salones fué donde se reunió la sociedad que iba
observado todas las reglas del arte, tan descuidadas hoy por
cada pastilla
azul, que ya no se ve sino en las casas de una que otra familia que se
venerables
echan a pastilla por barba. ¿Qué digo? ¡Hay casas en que con una
nuestra
gloriosa emancipación política. Si hubiera sido el té su bebida
casa con el nombre de "Marqués de San Jorge", que diez años más
Eran las doce de la noche, dadas en el gran reloj de cuco que sonaba
dos, habían sido fusilados: todas las mujeres, menos tres, habían
sido desterradas.
con ellos, ¡cosa triste! el uso del café, que vino a suplir la taza de
chocolate.
SEGUNDA TAZA
SANTAFÉ DE BOGOTÁ
Esta boleta, en papel azul, de carta, con una viñeta que representa
vez el caso de que un dandy tuviera que colgar sus pantalones sobre
una viga, y meterse en ellos para que el peso del cuerpo hiciera
de setenta y un grados con las piernas del héroe. La corbata era muy
las que usan cuellos parados: uno y otra son engañosos y falaces.
Las blancas paredes no tenían más adorno que el que le ponen a los
Adel. ¡Pobre Malek Adel! ¡Cuánto lloré por tu suerte entonces, que
sobresaliente, porque hasta hace poco fué que supe que habían
que dos trenzas de abundante pelo; veinte doncellas listas para ser
señor, como usted lo oye; los corazones hablaban, que yo los oí. ¡A
sus alegres ojos. El que estaba de segunda pareja aguardaba con los
enlucido
hoyo por las puntas de las mesas, por los palitroques de los
taburetes, por los saltos del perro Medoro a coger la pelota que
mesa en que comía todos los días el señor de las Viñas, rodeado de
sus hijos como una viña de sus vástagos, era a propósito para
mesitas. Las que eran muy bajas se habían alzado sobre ladrillos, y
de todas edades; porque las señoritas convidadas habían ido con sus
padres, éstos con sus hijos chiquitos, y éstos últimos con todas las
hacía tres días, bien hubiera querido sentarse, aunque no fuera sino
tener por significado: mérito sólido. Tras del ajiaco siguieron unos
de los pollos hubo vinos: vino tinto, vino dulce y vino de consagrar.
curiosidad aquel licor negro y espeso que venía entre sus sepulcros
blancos, como las almas de los fariseos. Nos pusieron por delante a
dio el primer sorbo. ¡Oh Silva! ¡oh Silva! ¡qué sorbo! ¡qué sorbo!
—Está requetecargado
yo volví la cara, para escupir con maña y sin que nadie notara, el
uno tragó lo mejor que pudo, y otro tanto sucedía a cada convidado.
creer que aquella bebida que tomaba por primera vez, no le era
Clotilde, que estaba un punto más adelante, decía también: ¡Es tanto
pude contenerme:
—Juan de las Viñas, dije en voz alta, ¿cuánto te abonan por útiles de
escritorio en tu oficina?
hombre.
—Que nos has dado tinta de uvilla con tártaro en este impúdico
Viñas.
—Mi señora, estoy en una casa donde se bate el café: pido chocolate.
pueblo estaba contra él, se echó a reír al fin, y dijo subiéndose sobre
con ellos, y la otra mitad se dividió por mitades: una que se quedó
porque cada media cadena obligada les hacía una borrasca sobre el
voz baja, algo acatarrada, aquella canción que entonces era de moda:
glorias. ¡Ay, qué difícil es que una prima alcance para dos amores!
Dicen que las primas limeñas resisten hasta cuatro; pero las nuestras
Esa otra cosa no podía ser sino volver a bailar, y lo hicimos con gozo
hermosas jóvenes con quienes tomé o iba tomando una taza de café,
once han muerto; una (Juliana) está hace años loca; tres son ricas y
expatriadas.
¡Triste campo es el de los recuerdos! Cada vez que entra uno entre
TAZA TERCERA
BOGOTÁ
duro como los corazones de hoy, frío como las almas de hoy,
y pequeñísimos tipos:
el té en familia.
(Traje de etiqueta.)
encerrado
¿Quiénes son estos marqueses? ¿Qué idioma es éste? ¿Por qué hacen
sudorífico que enantes se usaba? Y gabán (en lugar de decir otra vez
pues no había de ser para que escogiera, como quien escoge plato en
Emperador Napoleón.
divisé éste:
Falta explicar por qué siendo hijo del señor de las Viñas, se llama de
donde se
tenía su dote consistente en dos casas que le dejó su padre ñor Juan
de Dios Almanza. Ella era vana y él vano; ella amaba lo extranjero, y
él se perecía por lo europeo: ella era flaca y él flaco; ella tenía dos
que les era posible, y uno que otro nacional que les sirviera de
intérprete. Siendo tan raras las soirées que daban, y siendo tan
no se abría sino tres veces al año; por este motivo sus convites eran
recibidos con gratitud. Tal sistema de vida, además de hacerlos
desprende de su
—¿A cómo?
—¿No da menos?
dirige a su escritorio.
mostrador.
—Moneda fuerte.
—Moneda fuerte.
real.
A las cinco de la tarde en que los mortales nos dirigimos a pasear los
que ese no es alimento vulgar como las papas cocidas que comemos
¡Of-Not!
condecoración del Aguila Coja, que consiste en una cinta negra con
al saber
Tal era el hombre de quien decía una tía suya, cuando le vio recién
debía extinguirse. Nació un angelito bello como todos los niños, hijo
interior, en los brazos de su bona, que era una india a quien aquella
pero
Vigne, que era muy amigo de los marqueses; y algo había visto yo
Llegó por fin el 30 del mes entrante. A medio día me hice afeitar y
refrescar, puesto que iba a tomar té y en familia nada menos, que así
sombrero
Cada hora decía por turno una palabra algún convidado, y todos
que se decía y que hacía reír era ésta u otra semejante: esta noche
modelo conocido. Una vez que la dama está peinada, hacen caminar
última moda,
bizcochuelos
aquella
animación; y yo
diletanti alemán. El espectáculo que pasó entonces por mis ojos era
autor ilustre que se oculta bajo el velo del anónimo, calculaba que
francés.
pepitos bailarines. Las señoritas habían ido solas con sus hermanitos
Bonímadam - Bonímosie.
llegaron hasta desear que no me salvara para ver cómo estaban mis
convida entonces.
tono.