Caso de Etica Medica
Caso de Etica Medica
Caso de Etica Medica
abdominal. El cuadro diarreico fue superado pero el dolor abdominal se volvió persistente por lo
cual solicité a eso de las siete de la mañana una atención por parte de Asistencia médica
Inmediata La atención no fue oportuna, como en otras ocasiones, tocó llamar varias veces y el
tiempo que esperé fue más del requerido para mi caso.
Al llegar la doctora NNNNNN, R.M. 90KJ2 hizo unas preguntas sobre la sintomatología a la
cual di respuesta y me informó que me aplicaría por vía intramuscular una ampolla de dipirona
con hioscina o buscapina simple. En el momento de la aplicación sentí un gran dolor, nunca
antes experimentado, y grite. Mi hija.
Descansé casi todo el día pero el dolor era más intenso que el que padecía (el abdominal) lo
cual me inquietó en horas de la noche y decidí buscar un espejo y observarme la zona. La
sorpresa fue la fuerte inflamación que había en mi glúteo derecho y que la región donde fue
aplicada no era la más indicada en mis pocos conocimientos de primeros auxilios. Llamé a un
profesional de la salud, ´que es familiar, que no vive en la ciudad, e informé la situación. Este
me recomendó aplicarme hielo y eso hice por largos periodos de tiempo, evitando una celulitis.
La inflamación disminuyó un poco. Esperé que amaneciera y pensando que eso requería de
tiempo para la desinflamación esperé el día siguiente y la zona amaneció roja algo parecida a
cuando uno le golpean fuertemente y sale como un moretón y me inquieté mucho porque el
dolor se estaba agudizando el cual no desaparecía. Posteriormente decidí informar por vía
telefónica a AMI, pero como era fin de semana no podía hablar con la persona indicada (eso
me manifestó la que me respondió por teléfono). Decidí comentarle a la funcionaria que me
contestó de manera clara, veraz y completa; las circunstancias relacionadas con mi estado de
salud y los hechos ó situaciones causantes de mi condición clínica del momento; para que
informara oportunamente a quien correspondiera. Solo con el ánimo de que me proporcionaran
los medios adecuados y disponibles para evitar que continuara el daño en mi integridad física y
que estas situaciones no continúen sucediendo, que errar era de humanos pero solucionar
también. Le solicite el servicio por el dolor y el médico, de turno que me valoró, manifestó solo
que siguiera aplicando hielo local.
Dejé pasar unos días aplicándome diclofenaco gel y el hielo local, que compré para ayudar al
proceso, por recomendación médica y esperando que pasaran más días para ver si el proceso
natural de desinflamación mejoraba. El 9 de junio/16, al sentir más dolor en el glúteo y que no
mejoraba; decidí nuevamente llamar a atención al cliente y me respondió una funcionaria que
dijo llamarse
qu para que verificara lo sucedido y mi estado de salud. (Ver copia de historia clínica. Anexo
Nº3). Luego informara al coordinador médico. Ésta, luego de valorarme afirmó a mi esposo y a
mí que la ampolla había sido aplicada en un cuadrante no correcto, la formación de un absceso
y en vista de no tolerar medicamentos por vía oral, llamó al coordinador médico, expresándole
la necesidad de aplicar por vía I.V. antibióticos como era la ciprofloxacilina junto a protectores
gástrico (ya que por el dolor abdominal, diarrea e infección respiratoria había sido sometida a
medicamentos que inflamaron mi mucosa gástrica, generando intolerancia a la vía oral de
medicamentos). La respuesta que obtuvo la doctora por vía telefónica, de parte del coordinador
médico (según no los manifestó), fue que no se podía porque el plan que yo pagaba no incluía
administración de ese tipo de medicamentos. Pienso que en ese momento, y así lo expresé, no
se trataba de un plan sino de un error médico que requería ser subsanado como se contempla
en los derechos del paciente y no con argumento como esos sabiendo que ellos deben manejar
una póliza para subsanar casos como el mío y no dejar de brindarme una atención eficaz,
eficiente y oportuna, no con un médico general sino con Cirujano, especialista para estos como
lo hizo la EPS e igual en los derechos del paciente lo tienen contemplado. ien me envió a una
doctora apellido
No me parece ni lo considero justo, esta forma tan deshumana de tratarme, esperar a una junta
médica que solo piensa en el gasto que AMI pueda tener y no subsanar en forma amable un
problema causado. En ese momento, lo prioritario era mi mejoría. .No se me estaba
garantizado uno de mis derechos como paciente ami de “garantizar al paciente una atención
amable, discreta, digna, respetuosa, en un ambiente tranquilo, limpio y confortable (Como está
escrito en los derechos del paciente AMI); y la realidad fue muy diferente como a continuación
continúo relatando. Pasado unos días sentía más dolor y note que en el área afectada se me
sentía, a la palpación, como una bola que dolía más y se sentía endurecida; a pesar que por
fuera solo había quedado una sombra como verde oliva.
Llamé, nuevamente, a atención al cliente quien envió a un nuevo médico llamado Jesús Cerpa
quien muy asertivamente manifestó que antes de mandar un antibiótico, consideraba que debía
hacerme una ecografía de tejido blando en el glúteo para luego revisarla y si consideraba se
mandaba los antibióticos. Antes de mandarme al doctor Jesús Cerpa, la funcionaria Roxana
Salazar manifestó que el auditor médico estaba al tanto y apenas éste llegara a mi casa y me
valorara que se comunicara con él. Eso me pareció un poco macondiano e hice el ejercicio
(antes de que llegara el medico), llamé a AMI simulando que el doctor había llegado y pregunté
por el auditor y me dijeron que no podía atenderme, de inmediato llamé de otro celular a la
funcionaria Roxana Salazar quien había manifestado que estaría atento y coloque el celular en
altavoz para que escuchara a su funcionaria y se diera cuenta que eso no iba hacer tan fácil
como ella decía. ¿Será que estaban siendo sinceros conmigo? Esto Conllevó a desmejorar mi
estado de ánimo al no tener dinero para la ecografía, el dolor, la humillación, la insensibilidad y
sin saber qué hacer. ¿Será que estos funcionarios desconocen los derechos del paciente ? Al
día siguiente (21 de junio/16) decidí ir a AMI para hablar con el auditor. Ni como cliente antigua,
ni como persona merecía ser tratada como a continuación describo: Pregunté por Roxana
Salazar quien amablemente me atendió en un cubículo que parece ser su oficina. Ésta,
obviamente como funcionaria cumple órdenes de su superior, se dirigió e informó al auditor
quien manifestó que no me podía atender porque estaba en una reunión. Le respondí que lo
esperaría porque necesitaba que me resolvieran lo de la ecografía y nuevamente me
recordaban que el plan no lo cubría… En vista que necesitaba la realizaran oportuna de la
ecografía, mandada por el mismo Dr. Jesús Serpa, funcionario de ellos mismos mandaron para
que nuevamente verificara (por segunda vez); decidí esperar el tiempo requerido para ser
escuchada por el auditor.
Datos positivos a considerar como etipatogenicos dentro de mi caso: A partir del concepto
emitido por la junta médica científica, para definir la conducta del caso, del cual no toman
responsabilidad, la junta médica dispone que deba realizarse un drenaje quirúrgico de la
colección. Como hallazgo quirúrgico se encontró una capsula fibrotica con material purulento
que al cultivo demostró presencia de pseudomonas y hongos, se deja el cierre de la herida por
segunda intención. Continua con dolor glúteo que se extiende a la extremidad, determinan
realización de electromiografía que demuestra un daño netamente sensitivo del nervio ciático
ipsilateral al sitio de puncion. Persiste el dolor en glúteo y extremidad, esta secuela ha influido
en mi vida persona, laboral, en el ámbito psicológico, emocional e incluso sexual. En el
contexto del caso se aprecia que por parte de la entidad que presta el servicio inicialmente, hay
violaciones en el componente ético con respecto a que además de que se viola el principio de
la no maleficencia sin discutir si fue con intención o no, al hacer un daño en mí, antes de aliviar
mi aqueja miento, se pasan por alto valores como el respeto por la persona, al ignorar todas las
peticiones y solicitudes de ayuda por parte de la empresa que presto el servicio inicialmente y
al nunca reconocer que de verdad el daño, la patología posterior y las secuelas presentadas en
mi humanidad fueron secundarias a su actuar. Considero que la actitud médica que inicia la
atención fue desinteresada debido a que no siguió el caso a la cual se le presento la
complicación con la colocación del medicamento intramuscular. Además la falta de
colaboración y atención que debiere haber prestado la empresa AMI a cargo de su cabeza
principal la parte administrativa las cuales hicieron caso omiso en un principio a la complicación
que se presentó luego que uno de su personal causo una complicación. Así mismo, atendiendo
los múltiples aspectos que se encuentran involucrados en el caso anteriormente expuesto,
encontramos que en el campo deontológico no se respetó el principio de primer no hacer daño,
evidenciado en la mala práctica médica ejecutada por la profesional en medicina que efectuó la
primera atención, dado que no tuvo en cuenta aspectos técnicos importantes al momento de
efectuar la aplicación de la ampolla intramuscular, que posteriormente derivó en serios daños
físicos y psicológicos a mi humanidad. Así mismo, en el campo deontológico de los deberes de
la médico que atendió el caso en primera instancia debió encontrarse el realizar un adecuado
seguimiento de la patología de mi persona en calidad de paciente, el cual, si se hubiese
efectuado verazmente, se habrían identificado las complicaciones que a posteriori
desencadenaron todos los problemas de salud que conllevaron al proceso que actualmente
está en curso. El caso en mención que nos ocupa incluye otros múltiples factores que inciden
de manera negativa en mi vida, dentro de lo cual encontramos el aspecto bioético, en el cual
encontramos que durante la relación médico-paciente se violaron unos principios
fundamentales de la bioética, los cuales son la no maleficiencia, la cual no se conservó dado
que la médico que efectuó la atención inicial, por su mala práctica al momento de la aplicación
de la ampolla intramuscular, me causaron daños físicos y psicológicos; otro de los principios de
la bioética que se vieron afectados durante el caso en mención fue el de justicia, ya que al
momento de reclamar lo que por derecho me correspondía, tanto la empresa como la
profesional en medicina no atendieron de manera oportuna los múltiples llamados de atención
e insistencias de mí, ni de mis familiares, permitiendo indirectamente que los daños físicos
progresaran hasta el punto de ocasionar dolor crónico y afectación psicológica.
Tradicionalmente en la cultura médica y en enfermería, las inyecciones intramusculares en la
zona dorsal glútea se han colocado en el cuadrante superior externo, la razón científica se basa
en que esta zona se encuentra con mayor concentración de tejido muscular lo que facilitaría la
absorción medicamentosa y menor paso de estructura nerviosa, razón que no se tuvo en
cuenta por parte de la médico referida en la descripción del caso al momento de colocar la
inyección en el cuadrante inferior externo, siendo causal del daño neurológico en el nervio
ciático en su porción sensitiva expresada por la electromiografía reportada en la historia clínica.
Por otra parte, se evidencia una vulneración a derechos fundamentales, descritos en la
Constitución Política de Colombia entre los Art. 10- 44, refiriéndome como tal a la afectación de
la calidad de vida que ha presentado, representado por exacerbación de patologías
psiquiátricas previas como aumento de crisis de ansiedad, un nuevo trastorno psiquiátrico
como el resultante estrés postraumático documentado por la psiquiatra tratante, se vulnera el
derecho a la familia e intimidad, la cual he presentado dificultad en su relaciones íntimas
maritales con mi pareja e incluso compartir actividades familiares con mis hijos que antes del
evento realizaba cotidianamente. Se presenta agresión a mi derecho al trabajo, secundario al
daño estructural ocasionado por la mala colocación de la inyección, la cual no me permite estar
largo tiempo de pie o realizar movimientos que usualmente requiere mi labor.