TP Historia 2 Iluminismo
TP Historia 2 Iluminismo
TP Historia 2 Iluminismo
Método Científico:
Como se va constituyendo a partir de ese momento, la razón occidental y como los
lineamientos que va a tener la razón son aquellos con los que sigue progresando y
evolucionando hasta la actualidad. Esto es de gran importancia para el surgimiento de las
llamadas teorías antropológicas (teorías hechas por el hombre, sin concepción de lo mágico
ni divino). Por un lado, es la idea de la razón y por el otro lado, lo irracional. El dualismo se
aplica para lo bueno-malo, lo moral-inmoral, la magia y lo irracional-lo racional. La idea
del iluminismo se podría sintetizar como el contiguo progreso del pensamiento a través del
avance indefinido de la razón. La divulgación del pensamiento o de las ideas se logró a
través de la imprenta, la modificación de las técnicas de la guerra con el cañón, las grandes
travesías marítimas con la brújula, etc. La otra cuestión, es que el hombre no duda de que es
superior, no por ser creado por Dios, sino simplemente porque ya no duda. Esta
superioridad se localiza fundamentalmente en Europa donde se justifica el liberalismo en el
plano económico y despotismo (tirano) en el plano político. La ciencia se vuelve hacia la
técnica siendo lo importante el procedimiento técnico porque mediante ese procedimiento
se puede dominar a la naturaleza y obviamente, dominar a otros hombres. Lo importante es
el “como” y no tanto el “porque”. Esto se basa en todo el desarrollo del método científico,
cuyo modelo son las ciencias naturales que resultan eficaces, es decir, aptas como
instrumento para operar sobre lo real. Este movimiento (el iluminismo) se basa en la teoría
de la lógica formal, ya que aun no existía la lógica dialéctica con su gran sistema de
oposición y contradicciones. Se deja de lado lo que no sirve para nada, es decir, lo que no
puede dominar la materia, como por ejemplo, la metafísica, la especulación, lo mítico, lo
religioso y lo supersticioso. Todo lo que no puede ser calculado matemáticamente hay que
suprimirlo, ya que no se lo considera ciencia. La otra idea básica es la reducción a la
unidad, tomando como modelo, la formulación matemática y todo aquello que no pueda ser
reducido, queda fuera del esquema. El iluminismo deja de lado las artes por su
conceptualización abstracta y el ámbito de los significados se deja al mito ya que la
máxima aspiración de la ciencia en ese momento es poder llegar a ser un mero cálculo
matemático, es decir, poder formalizarse.
La característica de este pensamiento del Iluminismo es que es un pensamiento que va a
tener como objetivo el número y el cálculo. Si el modelo es la abstracción de la formula
matemática, cuyo modelo es la ecuación, una ecuación falsa, pues la incógnita ya se sabe,
convierte al pensamiento en tautológico, por que lo único que hace es representar esta
misma formula.
Las matemáticas son el modelo que toma la ciencia a partir de Newton y Descartes, donde
todo es exacto y objetivo, donde nada se discute.
Con el modelo de las ciencias físico – matemático, toda ciencia es igual.
A partir de los desarrollos de las ciencias físicas y fundamentalmente de la matemática, que
se convierte en el modelo ideal que todas las ciencias tratan de reproducir, se da una mate
matización de la naturaleza y una mate matización del pensamiento. Es ciencia todo lo que
se pueda transmitir sin ninguna modificación: las formulas matemáticas.
Cunado la ciencia se vuelve hacia la técnica, lo importante es el procedimiento técnico,
porque mediante este se puede dominar a la naturaleza y a los hombres. Lo importante de
este proceso técnico es el como: el proceso eficaz, que debe servir para dominar la materia.
Lo que no se adapta a esta técnica de dominación debe ser suprimido. Todo lo que no puede
ser calculado matemáticamente, debe ser suprimido, no es ciencia. Lo que no es posible de
reducir a la unidad queda fuera del esquema. De esta manera se garantiza que sea objetivo.
Estos son los efectos de todo proceso de mate matización de la naturaleza y de mate
matización del pensamiento. Las matemáticas se habían constituido en el modelo ideal a ser
seguido por todas las demás ciencias sean sociales o sea de otro tipo.
Aspecto político
En el terreno político consecuentemente existirá una separación de poderes que originará
posteriormente el parlamentismo (despotismo ilustrado).
Otra característica del siglo XVIII es que el absolutismo monárquico alcanza en toda
Europa su mayor fuerza y esplendor. Es en este siglo, donde la burguesía se opone ya a la
monarquía absoluta, pues aquella, que ya tenía el poder económico, aspira a alcanzar el
poder político monopolizado por la nobleza.
Será la burguesía la que asuma el protagonismo en este siglo, que se enfrenta al sistema
político-social establecido, aspiran a destruir el denominado “Antiguo Régimen”
sintetizado en el absolutismo y los privilegios de la nobleza y clero, elabora una cultura
nueva: la Ilustración.
En lo concerniente a las relaciones internacionales europeas, apareció un sistema político
llamado a tener un gran predicamento: el equilibrio europeo . Esta fórmula, propugnada
por Inglaterra, representaba el instrumento político del naciente imperialismo británico. A
través de este sistema, Inglaterra lograba eliminar cualquier rival peligroso en el
continente, enfrentándolo con otra potencia o con una coalición, mientras que su flota se
imponía en el Océano y sus tropas conquistaban la supremacía en el mundo colonial. En
este sentido, no hay duda de que el siglo XVIII inició la preponderancia política inglesa,
como el siglo XVII había sido de predominio francés y el XVI, de auge español.
En el nuevo orden internacional europeo desaparecieron por completo las influencias
religiosas que tanta importancia habían ejercido hasta mediados del siglo XVII. Los
conflictos europeos del siglo XVIII nacieron de oposiciones dinásticas y económicas. Por
tal motivo, esta centuria es la época de las guerras de Sucesión y de las luchas coloniales
de gran vuelo. A finales del siglo XVII asistiremos a la guerra de Sucesión a la corona
española.
En esta centuria asistiremos al progreso de las ciencias, de vital trascendencia y básico
para entender la situación del progreso actual. Contemplaremos la evolución artística
propia. se impuso la necesidad de un Estado con poderes
independientes: ejecutivo, legislativo, judicial.
Además, la Iglesia perdió su control sobre el ejercicio político, que se hizo laico y secular,
comprometido con las necesidades del ser humano y no con el “orden divino”.
Durante este período tendrá fin el llamado “Antiguo Régimen”.
ASPECTOS EDUCATIVO:
Por otro lado y según señala S. Vilodre (2003) el culto a la razón trae como
consecuencia el perfeccionamiento de la técnica y la práctica de observar la
naturaleza que además implica una nueva forma de entender el cuerpo, esta vez desde el
interés y preocupación hacia la salud y la cultura corporal en general mediante la práctica
de actividad física y el cuidado de la alimentación, el vestido, los hábitos y las
costumbres.
4 Locke, J. (1986). Pensamientos sobre la educación [versión electrónica]. Madrid: Akal. Recuperado de:
http://books.google.es/books?
id=H7chN8eCQfAC&printsec=frontcove
r&hl=es&cd=1&source=gbs_ViewAPI&redir_esc=y#v=onepag e&q&f=false, p.12-17.
aprender a leer. Una vez terminado este período, las niñas abandonaban la escuela para
dedicarse a materias que les servirían en un futuro para desempeñar su función de esposas
y madres. Por eso, en el área de lectura no hay grandes diferencias entre los distintos
sexos, como en la de escritura.
El proceso de alfabetización es distinto en las zonas urbanas y rurales. En las primeras
zonas hay una mejor infraestructura educativa, facilidad de acceso a las escuelas y libros y
unos patrones didácticos asociados con la lectura y escritura. También hay profesionales y
comerciantes, como son los abogados y educadores. Por todo ello, las ciudades gozaban
de un mayor porcentaje de población instruida, ya que era más fácil acceder a la ''cultura
escrita'' gracias a las escuelas y a la imprenta. (Nava, 1992, p. 157). En las zonas rurales,
por contra, había un menor número de profesionales y comerciantes y se desarrollaban
trabajos menos especializados.
Al mismo tiempo, se daban diferencias regionales dentro de un mismo país, debido a las
categorías sociales, las infraestructuras, el nivel socio-económico, así como a
consecuencia de las lenguas oficiales, factor relevante que hay que tener en cuenta. Y es
que la mayoría de los países tenían una lengua oficial y otras en las distintas regiones.
Así, en España, el castellano es la lengua oficial, pero existen, además, lenguas propias en
diversas regiones: Cataluña, Galicia, Vascongadas… En las zonas lingüísticas
diferenciadas, la enseñanza se impartía en la lengua oficial, pero seguían manteniendo sus
lenguas locales. La diferencia es que los niños de estas zonas aprendían otra lengua antes
de adquirir los conocimientos básicos de la lectura y escritura. Por todo ello, la
unificación lingüística tuvo repercusiones en el desarrollo de la alfabetización.
Finalmente, añadir que la escuela es el vehículo más idóneo para difundir y potenciar la
lectura e interpretación de la religión. Hay que indicar que el protestantismo se suele
asociar a la alfabetización y se reconocen altos niveles de instrucción en las áreas donde
arraigó la reforma, a diferencia de aquellas de confesión católica. Sin embargo, la
ideología religiosa es distinta entre los diversos estratos de la sociedad (Nava, 1992, pp.
149-158).
Para comprender la reforma pedagógica del siglo XVIII hay que tener en cuenta dos
conceptos: ilustración y secularización. Este último término tiene múltiples acepciones.
Etimológicamente, secularización procede de la palabra latina saeculum, vinculada a las
ideas de temporalidad y ubicuidad, que significa ''siglo'' pero también ''mundo'', por lo que
secular se refiere a todo aquello que es material y terrenal, por oposición a lo espiritual y
divino. Así pues, la secularización es el proceso que experimentan las sociedades a partir
del momento en que la religión y sus instituciones pierden influencia sobre ellas.
En general, este término se ha ido extendiendo por diversos campos, que van desde el
plano histórico-político hasta el sociológico, pasando por el terreno de la ética. De manera
que este vocablo fue empleado en el sentido jurídico-canónico en los ámbitos eclesiástico
y social. En este sentido, con las palabras secular y secularización se distingue entre
clérigos y laicos y entre religiosos y seglares. También está presente la acepción
sociológica que alude al desamparo de las prácticas religiosas.
En el Tratado de Westfalia (1648) fue empleada por primera vez la palabra
secularización, con la finalidad de expresar la liquidación de los señoríos religiosos,
episcopales o conventuales. Bajo las Actas de este Tratado se ocultaba la liquidación de
los dominios religiosos, por eso los negociadores católicos declararon ilegítima la acción
secularizadora.
Sin embargo, en el Tratado de Paz de Westfalia, que supone el fin de la Guerra de los
Treinta Años, algunos historiadores han visto un aspecto ideológico en el que se enfrentan
dos concepciones distintas: la tradicional católica y la racionalista. La primera concepción
propugnaba una imagen cristiana del mundo y la segunda propiciaba un reconocimiento
oficial de la pluralidad religiosa, ideológica y nacional. Ambas concepciones contenían
proyectos de modelación de la sociedad moderna: uno de carácter teocéntrico, en el que
sus principios se consideraban como objetivos permanentes y universalmente válidos, y
en el que el mundo y el hombre se entienden como imagen de Dios, y el otro
antropocéntrico, donde toda fundamentación y justificación estaba basada en criterios
racionalistas e individualistas. La segunda concepción fue la triunfadora en Westfalia.
Así pues, el término secularización presenta varias acepciones, todas ellas unificadas por
un principio dual: el desequilibrio de fuerzas entre religión y Estado o entre religión y
sociedad. En definitiva, la secularización alude a la decadencia de las prácticas y
creencias religiosas que se perciben en las sociedades modernas y que se manifiestan en
un amplio espectro, a nivel interno, en las propias manifestaciones eclesiásticas, y en el
externo, en la organización socio-política y cultural.
En cuanto a la historia de la enseñanza, y en base a todos los sucesos importantes de los
tres últimos siglos, hay que subrayar que está presente el proceso de secularización. Este
fenómeno produjo una serie de transformaciones en las estructuras tanto religiosas como
político-sociales y culturales. Asimismo, es universal a nivel geográfico, es decir, se
manifiesta en todos los países europeos y americanos. También es universal en su
contenido, afectando a las manifestaciones más importantes de la civilización occidental
(religiosas, políticas, sociales, etc.) La educación es el último ámbito donde se aplica el
proceso de secularización.
El Estado y la sociedad civil someten a revisión la misión e intervención de la Iglesia
católica. Critican a la Iglesia por ocuparse de funciones que no le competen y de frenar el
progreso de la civilización y de la cultura. En esencia, con la operación secularizadora el
Estado se convierte en el representante de la sociedad civil y se encarga de una serie de
funciones y responsabilidades que habían sido propias de la Iglesia (Redondo, 2001, pp.
486-489).
En la práctica de la enseñanza hay que tener en cuenta la función de los docentes,
calígrafos, los escolapios, el método de Pestalozzi y la educación de sordomudos y la
educación de la mujer.
En lo que se refiere a los maestros y calígrafos, se trata de profesiones inseparables, cuyas
figuras continúan con la tradición caligráfica y pendolista. Entre ellos destaca Aznar de
Polanco, que fue maestro, matemático y arquitecto. Su obra ''Arte nuevo de escribir por
preceptos geométricos'' (1719), tuvo un gran apogeo en su época. También escribió
''Crisol cristiano en las dos edades primeras: infancia y puericia'' (1721) y ''Aritmética
inferior y Geometría práctica y especulativa'' (1727). En la segunda obra nos propone
criterios para la enseñanza de la lectura.
En el ámbito de la educación especial destacan los trabajos destinados a los sordomudos.
Jacobo Rodríguez Pereira fue el primer maestro de sordomudistas en Francia y, por su
excelente trabajo, fue elogiado por la Academia de Ciencias de París.
También se debe mencionar a L'Epée, por la fundación de una escuela para sordos en
1771. En España destaca la obra de Hervás y Panduro, ''Escuela española de sordomudos
o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma español'', que consta de contenidos
históricos y educativos.
En lo que concierne a la educación femenina, existen críticas y testimonios que expresan
la deficiente formación de la mujer, como en el teatro de Moratín. Autores como Fenelón,
Rousseau, Olavide, Hervás, Jovellanos, Moratín y Josefa Amar defienden la educación de
la mujer por varias razones. Fenelón y Rousseau coincidían en la idea de instruir a la
mujer según los intereses de los hombres. En cambio, Olavide expresa la necesidad de
introducirlas en diversos talleres de artesanía y telar. El deseo de buscar la felicidad de la
sociedad permitió la posposición de los planteamientos místicos y ascéticos de siglos
anteriores. Hervás justifica la instrucción de la mujer por ser la primera educadora de sus
hijos y por convivir en una sociedad en la que existen hombres. Jovellanos defiende las
escuelas gratuitas y considera importante enseñar a las niñas contenidos religiosos,
primeras letras y tareas domésticas. Según Benito Feijoo, existen diferencias en cuanto a
la educación que reciben los hombres y las mujeres. Defiende el derecho de la mujer para
recibir una educación histórica y sociológica, ya que su capacidad intelectual beneficia a
la nación. Como podemos ver, el Estado empezó a preocuparse por la educación de la
mujer para adquirir madurez y conocimiento a nivel matrimonial, alarmado por el
descenso del número de matrimonios, y como consecuencia del número de hijos, lo cual
podría acarrear problemas económicos.
Además, existen disposiciones que favorecen la educación de las niñas. A nivel elemental,
en la Provisión de 1771 se establecen las condiciones que permiten a las maestras acceder
a la profesión. Esto permitió también la fundación de numerosas escuelas.
Los niños se dedicaban al estudio de la lectura, escritura, contabilidad y gramática,
mientras que los contenidos de las niñas estaban basados en principios religiosos
tradicionales, morales, de higiene y labores domésticas. En definitiva, una educación
basada en los problemas matrimoniales, el cuidado de la educación física y psíquica del
marido y de los hijos. Aquellas niñas que querían aprender a leer y escribir, también
podían ser instruidas por su maestra. No obstante, al aproximarnos a 1797, ya se empieza
a considerar la necesidad de instruir a las niñas al igual que a los niños. Para ello, en las
pruebas se exige a las maestras mostrar sus competencias y habilidades. De esta manera la
educación de la niña se amplía con el aprendizaje de la lectura, aparte de aprender la
religión y un oficio (Fernández, 1968, pp. 27-30; Llopis y Carrasco, 1983, pp. 68-70;
Ortega, 1988, pp. 310-325).
Fuente: https://www.caracteristicas.co/iluminismo/#ixzz6ZCLrMGJl
Rousseau, J.J. (1973). Emilio o de la Educación. Introducción de Henry Wallon,
traducción de Antonio G. Valiente, Barcelona: Fontanela.