Teoremas de La Resistencia A Los Tiempos Que Corren
Teoremas de La Resistencia A Los Tiempos Que Corren
Teoremas de La Resistencia A Los Tiempos Que Corren
Daniel Bensaïd Luxemburgo, Lenin, Trotsky). Estas controver- nuidades y a veces de sus excesos juveniles, los
sias son tan constitutivas de nuestra historia debates de la extrema izquierda de los años
como las de la dinámica conflictiva entre revo- setenta eran mucho más enriquecedores.
Teoremas de la resistencia lución y contrarrevolución inaugurada por la Hemos iniciado entonces el peligroso trán-
a los tiempos que corren Guerra Mundial y la Revolución Rusa. sito de una época a la otra y nos encontramos
Más allá de las diferencias de orientación y en el medio del río, con el doble imperativo de
Nos encontramos con una doble de las opciones a menudo intensas, el movi- no permitir la pérdida de la herencia y de estar
responsabilidad: la transmisión de una miento obrero de esta época presentaba una dispuestos a recibir lo nuevo a inventar. Nos
tradición amenazada por el conformismo, unidad relativa y compartía una cultura común. encontramos entonces comprometidos y con
y la exploración de los contornos inciertos Se trata, hoy en día, de saber qué queda de esta una doble responsabilidad: de transmisión de
del futuro. herencia, sin dueños ni manual de uso. En un una tradición amenazada por el conformismo,
editorial muy poco claro de la New Left Review, y de exploración de los contornos inciertos del
En el transcurso de la última década (desde la Perry Anderson estima que desde la Reforma futuro. A riesgo de parecer chocante, me gusta-
desintegración de la Unión Soviética y la uni- el mundo nunca estuvo tan desprovisto de alter- ría encarar esta terrible prueba con un espí-
ficación alemana), algo se terminó. Pero ¿qué? nativas de cara al orden dominante. Charles- ritu que calificaría como de “dogmatismo
¿El “siglo corto” del que hablan los historiado- André Udry, con mayor precisión, constata que abierto”. “Dogmatismo”, porque, aun si esa
res, iniciado con la Primera Guerra Mundial una de las características de la situación actual palabra tiene mala prensa (según el sentido
y terminado con la caída del Muro de Berlín? es la desaparición de un movimiento obrero común mediático, siempre vale más ser abierto
¿El corto período que siguió a la Segunda Gue- internacional independiente. Estamos entonces que cerrado, light que pesado, flexible que
rra Mundial, marcado por la bipolaridad de en medio de una transición incierta, donde lo rígido), en toda teoría, la resistencia a las ideas
la Guerra Fría e ilustrado, en los centros impe- viejo agoniza sin ser abolido, y donde lo nuevo en boga tiene sus virtudes: el desafio a las
rialistas, por la acumulación y la regulación se esfuerza en surgir, atrapado entre un pasado impresiones versátiles y los efectos de modas
fordista? ¿O también un gran ciclo dentro de no superado, por un lado, y por la necesidad exige plantar serias refutaciones antes de cam-
la historia del capitalismo y del movimiento cada vez más acuciante de un programa de tra- biar de paradigma. “Abierto”, porque no se trata
obrero, abierto con el desarrollo capitalista de bajo autónomo, que permita orientarse en el de conservar religiosamente un discurso doc-
los años 1880, la expansión colonial, y el sur- mundo que emerge frente a nuestros ojos, por el trinario, sino de enriquecer y de transformar
gimiento del movimiento obrero moderno sim- otro. Debido al debilitamiento de las tradicio- una visión del mundo ensayando prácticas nece-
bolizado por la formación de la IIe Internacio- nes del antiguo movimiento obrero es, en efecto, sariamente renovadas.
nal? grande el peligro de resignarnos ante la medio- Propondría entonces, a modo de ejercicio,
Los grandes enunciados estratégicos de los cridad de nuestros interlocutores y contentar- cinco teoremas de la resistencia a las ideas en
que aún somos hacedores datan en gran parte nos con algunas conquistas de eficacia compro- boga cuya forma subraya deliberadamente el
de este período de formación, anterior a la Pri- badamente polémica. Por cierto, la teoría vive de necesario trabajo por la negativa.
mera Guerra Mundial: se trata del análisis del los debates y confrontaciones: siempre somos
imperialismo (Hilferding, Bauer, Rosa Luxem- tributarios de sus defensores y sus adversarios. 1. El imperialismo no se disuelve en la mun-
burgo, Lenin, Parvus, Trotsky, Bujarin), de la Pero esta dependencia es relativa. dialización mercantil.
cuestión nacional (Rosa Luxemburgo de nuevo, Es fácil constatar que las grandes fuerzas 2. El comunismo no se disuelve en la caída
Lenin, Bauer, Ber Borokov, Pannekoek, Stras- políticas de la izquierda plural, el Partido del stalinismo.
ser), de las relaciones partidos-sindicatos y del Socialista, el Partido Comunista, los Verdes, 3. La lucha de clases no se disuelve en a las
parlamentarismo (Rosa Luxemburgo, Sorel, Jau- son bastante poco estimulantes cuando se trata identidades comunitarias.
rés, Nieuwenhuis, Lenin), de la estrategia y los de abordar los problemas de fondo. Pero tam- 4. La diferencia conflictiva no se disuelve en
caminos del poder (Bernstein, Kautsky, Rosa bién hay que recordar que, a pesar de sus inge- la diversidad ambivalente.
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5. La política no se disuelve en la ética ni en tiples modos: por la dominación financiera y nunca, como el patio trasero del “coloso del
la estética. monetaria (que permite controlar los mecanis- Norte”.
Frente a postulados indemostrables que mos del crédito), por la dominación científica La metamorfosis de las relaciones de domi-
requieren la aprobación del interlocutor, o de y técnica (casi monopolio sobre las patentes), nación y de dependencia se traduce especial-
axiomas que apelan a la fuerza de la eviden- por el control de los recursos naturales (apro- mente a través de la transformación geoestra-
cia, los teoremas son proposiciones demostra- visionamiento energético, control de las vías tégica y tecnológica de las guerras. En la época
bles. Los escolios subrayan ciertas consecuen- comerciales, patentado de los orga nismos de la Segunda Guerra Mundial, ya no era posi-
cias de las mismas. vivos), por el ejercicio de una hegemonía cul- ble hablar de guerra en singular y de una sola
tural (reforzada por el desarrollo mediático línea de frentes, sino de varias guerras imbri-
Teorema 1 desigual) y, en última instancia, por el ejerci- cadas unas con otras 3/. Con mayor razón,
El imperialismo no se disuelve en la mundia- cio de la supremacía militar (ostensiblemente desde el fin de la Guerra Fría, las apuestas
lización mercantil. puesta en escena en las guerras del Golfo o mezcladas de los conflictos impiden cualquier
El imperialismo es la forma política de la de los Balcanes) 2/. aproximación maniquea en términos de bue-
dominación que corresponde al desarrollo des- Dentro de esta nueva configuración del nos y malos.
igual y combinado de la acumulación capita- imperialismo mundializado, la subordinación El “bibloquismo” implicaba una nefasta
lista. Este capitalismo moderno cambia de apa- directa de los territorios se muestra secunda- sumatoria simplificadora para delimitar el
riencia. No desaparece. Pasó, en el transcurso ria con respecto al control de los mercados. De propio dominio, siguiendo una pobre lógica
de los siglos pasados, por tres grandes etapas: eso resulta un desarrollo muy desigual y muy bina ria de la guerra. Todos los conflictos
la de las conquistas coloniales y de las ocu- mal combinado, nuevas relaciones de sobera- recientes, abordados dentro de la combinación
paciones territoriales (imperios coloniales nía (mecanismo disciplinario de la deuda, singular de sus apuestas y de sus contradiccio-
francés y británico); la de la dominación del dependencia energética, alimentaria, sanita- nes múltiples, nos ilustran acerca de la impo-
capital financiero o “estadio supremo del capi- ria, pactos militares), y una nueva división sibilidad de ir más allá de una respuesta única
talismo” analizado por Hilferding y Lenin internacional del trabajo. Países que podían que expresaría el punto de vista de un dios
(fusión del capital industrial y bancario, expor- parecer, hacía veinte o treinta años, los menos que todo lo ve (o de una Internacional conce-
tación de capitales, importación de materias mal iniciados en el camino del desarrollo anun- bida como su encarnación laicizada). Si la
primas); después de la Segunda Guerra Mun- ciado, se encuentran de vuelta atrapados por lógica de guerra depende de una comprensión
dial, la de la dominación compartida del la espiral del subdesarrollo. La Argentina vol- común, de uno y otro lado de las líneas de
mundo, de las independencias formales y del vió a ser un país principalmente exportador de fuego, esta comprensión cae a causa de orien-
desarrollo dominado 1/. materias primas (la soja se convirtió en su pri- taciones prácticas diferenciadas, según la
La secuencia abierta por la Revolución Rusa mer producto de exportación). Egipto, que se situación concreta de cada protagonista.
finalizó. Una nueva fase de la mundialización vanagloriaba en la época de Nasser de su sobe- En el momento de la Guerra de las Malvi-
imperial, que se reenlaza con las lógicas de la ranía recuperada (simbolizada por el canal de nas, la oposición a la expedición imperial de la
dominación financiera aparecidas antes de Suez), de sus éxitos en la alfabetización (pro- Inglaterra de Thatcher no obligaba de nin-
1914, está a la orden del día. La hegemonía veyendo ingenieros y médicos para los países guna manera a los revolucionarios argentinos
imperial se ejerce de ahora en delante de múl- del Medio Oriente) y de comienzos de una a apoyar la fuga hacia delante de sus dictado-
industrialización industrializante (como Arge- res militares. En el conflicto entre Irán e Irak,
1/ Véase Alex Callinicos, “Imperialism Today”, en Marxism and the
New Imperialism, Bookmarks, Londres 1994. lia bajo Boumedienne), se está convirtiendo el derrotismo revolucionario se imponía frente
2/ Véase Gilbert Achcar, La Nouvelle guerre froide, PUF, collection en un paraíso para los operadores turísticos. a esas dos formas de despotismo. En la Guerra
Actuel Mane, París 1999. De Argelia mejor ni hablar… Después de las del Golfo, la oposición internacional a la ope-
3/ Véase Ernest Mandel, The Meaning of the Second World War, Ver-
so, Londres 1986. Versión en castellano El significado de la Segun- dos crisis de la deuda (1982 y 1994) y la inte- ración “Tormenta del Desierto” no implicaba
da Guerra Mundial, Ed. Fontamara, México 1991. (N. del T.) gración al NAFTA, México aparece, más que sostén alguno al régimen despótico de Sad-
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dam Hussein. Mucho más claro todavía, frente Corolario 1.1: la soberanía democrática surgir más de diez nuevos estados formal-
a la intervención de la OTAN en los Balcanes, no se disuelve en la humanidad mente soberanos y trazarse más de quince mil
una comprensión común de la situación debía con mayúscula kilómetros de fronteras nuevas. La reivindi-
conducir a la vez a París, Londres, Nueva York Hubo un tiempo cuando algunos pretendían cación del derecho a la autodeterminación
o Roma a oponerse a los bombardeos, a apo- administrar la Justicia en nombre de la His- para los bosnios, los kosovares o los cheche-
yar a los jóvenes desertores serbios y a la resis- toria con mayúscula. Otros (a veces los mis- nos, queda a todas luces, como una reivindi-
tencia armada de los kosovares en su derecho mos) pretenden hoy administrarla en nombre cación de soberanía. Es esta contradicción la
a la autodeterminación. de la Humanidad con mayúscula. ¿De dónde que tiende a hacer olvidar la noción peyora-
La mundialización provoca también conse- se arrogan el derecho de hablar y de juzgar tiva de “soberanismo” bajo la cual se confun-
cuencias en la estructura de los conflictos. No en su nombre? La humanidad no es una sus- den nacionalismos y chauvinismos nausea-
estamos más en la era de las guerras de libe- tancia de la que podamos apropiarnos, sino bundos con la aspiración democrática legítima
ración y de oposiciones relativamente simples un devenir, una construcción, un proceso de a tener una soberanía política que ofrezca
entre dominadores y dominados. De ello humanización que se desarrolla a través del resistencia a la pura competencia de todos con-
resulta un entrecruzamiento de los intereses derecho, las costumbres, las instituciones, en tra todos.
y una rápida reversibilidad de las posiciones. una larga tarea de unificación de las multipli- El derecho internacional todavía está lla-
Es una razón evidente para hacer un balance cidades humanas. Entre tanto, invocar una mado a encaminarse en forma duradera sobre
pormenorizado y extraer algunas lecciones de legitimidad humanitaria sirve a veces de más- sus dos pilares o a conjugar dos legitimidades:
las dudas, de los errores (a veces), y de las difi- cara a los intereses del poder imperial. En ese aquella, emergente, de los derechos universa-
cultades que pudimos encontrar para situar- sentido, Alain Madelin pudo proclamar con les del hombre y del ciudadano (de los cuales,
nos dentro de los conflictos de los últimos años. franqueza que la operación Fuerza Aliada ciertas instituciones como la Corte Penal Inter-
Tanto más puesto que el nuevo discurso de la “marca el ocaso de una concepción determi- nacional constituyen cristalizaciones parcia-
guerra imperial tiende a reemplazar la retórica nada de la política, del Estado y del Derecho”: les); y la de las relaciones interestatales (cuyo
de la “guerra justa” por el imperativo categórico “A partir de ahora, el único soberano absoluto, principio se remonta al discurso kantiano
de una guerra santa, donde el veredicto del Jui- es el hombre.” acerca de la “paz perpetua”), sobre los cuales
cio final sería sustituido por el de una Humani- Pero, ¿de qué hombre se trata? ¿De un hom- reposan instituciones tales como la Orga -
dad con mayúscula ventrílocua. Es la lógica bre abstracto, sin atributos, sin historia, sin nización de las Naciones Unidas. Sin atribuir
misma de la cruzada “ética” predicada por Tony pertenencias sociales? El derecho del más débil a la ONU virtudes que no tiene (y sin olvidar
Blair, Bernard Henri Lévy, o Daniel Cohn Ben- así reivindicado aparece extremadamente idén- el balance desastroso de su actuación en Bos-
dit: la confusión de la moral con el derecho, como tico a la moral del más fuerte. Dentro del pro- nia, Somalia o Ruanda), hay que constatar
la desaparición de la política entre las fatalida- ceso de mundialización desigual, justifica la que uno de los fines perseguidos por las poten-
des de un mercado autómata y las “obligacio- injerencia del fuerte en el débil y la negación cias comprometidas en la operación Fuerza
nes ilimitadas” de una ética de la dominación unilateral de las soberanías democráticas. Aliada era modificar la arquitectura del nuevo
imperial. Si es cierto que “el arma es la esencia orden imperial en beneficio de nuevos pilares
de los combatientes”, esta guerra nueva, donde Corolario 1.2: el derecho internacional que son la OTAN (cuya misión ha sido redefi-
el riesgo de morir no es recíproco, tan abruma- no se disuelve en la ética humanitaria nida y ampliada durante la cumbre por su cin-
dora es la supremacía de la tecnología, donde la Aún cuando la función de los Estados Nación cuentenario en Washington) y la Organización
diferencia entre combatientes y civiles se borra tal como se constituyó en el siglo XIX está sin Mundial del Comercio.
bajo los rayos del castigo aéreo, anuncia barba- lugar a dudas transformada y debilitada, la Heredera de las relaciones de fuerzas surgi-
ridades inéditas. Todavía no poseemos las claves era del derecho internacional interestatal no das de la Segunda Guerra Mundial, sin nin-
de la morfogénesis del universo político estraté- está sin embargo permitida. Paradójicamente, guna duda, la ONU debe ser reformada y
gico que ha comenzado. Europa ha visto, en estos diez últimos años, democratizada (el antiparlamentarismo no
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impide proponer a escala nacional reformas doméstica ordenada y anarquía internacional, mercantil, pretende disolver el comunismo en
democráticas del modo de escrutinio como la se acabó con la Guerra Fría.” Habríamos el stalinismo. El despotismo burocrático sería
proporcionalidad y la feminización), en bene- entrado, a partir de ahora, en una era de “pro- entonces el simple desarrollo lógico de la aven-
ficio de la Asamblea General y contra el club greso regular hacia un régimen legal global”. tura revolucionaria, y Stalin el hijo legítimo de
cerrado del Consejo Permanente de Seguri- Es lo que algunos llaman, sin temor a la con- Lenin o Marx. Según esta genealogía del con-
dad. No para pretender conferirle una legiti- tradicción en los términos, un “imperialismo cepto, la idea conduce al mundo. El desarro-
midad legislativa internacional, sino para ético” y la misma Mary Kaldor, “un imperia- llo histórico y el desastre oscuro del stalinismo
actuar de manera que una representación por lismo benigno”. Al denunciar “el antiimperia- se encontrarían ya en potencia en las nocio-
cierto imperfecta de la “comunidad interna- lismo pavloviano” de los opositores de la inter- nes de la dictadura del proletariado o del par-
cional” refleje la diversidad de los intereses y vención de la OTAN en los Balcanes, Alain tido de vanguardia.
de los puntos de vista (como lo ilustró, en abril, Brossat está en la misma línea. Más general- Una teoría social nunca es más que una
la toma de posición de los 77 contra el uso uni- mente, la campaña mediática orquestada en interpretación crítica de una época. Si se
lateral del “derecho de injerencia”). De la esta ocasión se nutrió de un efecto zoom, de deben buscar las lagunas y las debilidades
misma manera, es urgente desarrollar una focalización de lo minúsculo, respecto del sufri- que la hicieron perder fuerza frente a las evi-
reflexión acerca, de las instituciones políticas miento inmediato (real e intolerable) de los dencias, por cierto aleatorias, de la historia, no
europeas y acerca de las instituciones judicia- kosovares para eclipsar la profundidad de se podría juzgar esa teoría según los criterios
les internacionales como el Tribunal de La perspectiva histórica y el contexto internacio- anacrónicos de otra época. De esta manera,
Haya, los tribunales penales de excepción y nal, reduciendo de esa manera el aconteci- las contradicciones de la democracia, hereda-
la futura Corte Penal Internacional. miento a un presente sin raíces y el discurso das de la Revolución Francesa, lo impensado
a una interpelación ética despolitizada. del pluralismo organizado, su confusión del
Escolio La negación de la relación de dominación pueblo, del partido del Estado, la fusión decre-
Actualizar la noción de imperialismo no sola- imperial es, en efecto, la condición ideológica tada de lo social y lo político, la ceguera frente
mente desde el punto de vista de las relaciones que permite modificar los enunciados del con- al peligro burocrático (subestimado en rela-
de dominación económica (evidentes), sino flicto y de reorganizar la visión del mundo ción con el peligro principal de la restaura-
como sistema global de dominación (tecnoló- alrededor de una oposición entre el Bien (Occi- ción capitalista), habrán sido propicias a la
gica, ecológica, militar, geoestratégica, insti- dente, las democracias, la civilización) y el Mal contrarrevolución burocrática en la Rusia de
tucional) es de capital importancia, precisa- (el totalitarismo, los “estados delincuentes” los treinta.
mente cuando cabezas que parecían bien tan caros a la retórica norteamericana, la bar- Hay en este proceso termidoriano, elemen-
amuebladas consideran que esta categoría se barie). Toda intervención militar está entonces tos de continuidad y de discontinuidad. Sujeta
volvió obsoleta con el derrumbe de su doble justificada de entrada como defensa de la civi- a un número indeterminado de controversias,
burocrático en el Este, y que el mundo se orga- lización y expedición puramente punitiva con- la dificultad para fechar con precisión el
niza, de ahora en adelante, en torno a una opo- tra los delincuentes internacionales o los terro- triunfo de la reacción burocrática remite a la
sición entre democracias sin adjetivos (dicho ristas (anteayer Panamá, ayer el Golfo, asimetría entre revolución y contrarrevolu-
de otra manera, occidentales) y barbarie. mañana ¿Colombia?). ción. La contrarrevolución no es en efecto el
Mary Kaldor, quien fue, al comienzo de los hecho inverso o la imagen invertida de la revo-
años ochenta, conjuntamente con E. P. Thomp- Teorema 2: el comunismo (cualquiera lución, una especie de revolución al revés.
son, una de las impulsoras de la campaña por sea la palabra con la que se lo defina) Como muy bien lo dice Joseph de Maistre
el desarme nuclear contra el “exterminismo” y no se disuelve en la caída del stalinismo (quien sabía de eso) a propósito del Termidor
el despliegue de los pershing, afirma hoy que La ideología de la contrarreforma liberal, así de la Revolución Francesa, la contrarrevolu-
“la distinción característica de la era westfa- como se esfuerza en disolver el imperialismo ción no es una revolución en sentido contrario,
liana entre paz interior y guerra exterior, ley a la competencia leal de la mundialización sino lo contrario de una revolución. Ella
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depende de una temporalidad propia donde pecto del presente: las consecuencias en cadena del proletariado liberado) y la abolición rápida
las rupturas se acumulan y se complemen- de la contrarrevolución stalinista contamina- del Estado; si, finalmente, se sacan todas con-
tan. ron toda una época y pervirtieron por largo secuencias de “la discordancia de los tiempos”
Si Trotsky remonta a la muerte de Lenin tiempo al movimiento obrero internacional. (las elecciones económicas, ecológicas, jurídicas,
el comienzo de la reacción termidoriana, él Muchas paradojas y callejones sin salida del las costumbres, las mentalidades, el arte iden-
mismo estima que la contrarrevolución no se presente (comenzando por las crisis recurren- tifican temporalidades distintas; las contradic-
consumó sino al comienzo de los años treinta, tes de los Balcanes) no son entendibles sin la ciones de género y de generación no se resuel-
con la victoria del nazismo en Alemania, el comprensión histórica del stalinismo. Final- ven de la misma manera y al mismo ritmo que
proceso de Moscú, las grandes purgas y el año mente, respecto del futuro: las consecuencias las contradicciones de clase), entonces se debe
terrible de 1937. En su análisis de Los Oríge- de esta contrarrevolución, donde el peligro concluir que la hipótesis del debilitamiento del
nes del Totalitarismo, Hannah Arendt esta- burocrático se revela en su dimensión inédita, Estado y del derecho, en tanto esferas separa-
blece una cronología parecida, que fecha en pesarán todavía durante un largo tiempo sobre das, no significa su abolición decretada, so pena
1933 o 1934 el advenimiento del totalitarismo los hombres de las nuevas generaciones. Como de ver estatizarse la sociedad y no socializarse
burocrático propiamente dicho. Trabajos histo- lo escribe Eric Hobsbawm, “no se podría com- el poder.
riográficos más recientes, como los de Mikhail prender la historia del corto siglo veinte sin la Pues la burocracia no es la consecuencia
Gueíter, basados en la experiencia personal y Revolución Rusa y sus efectos directos e indi- molesta de una idea falsa, sino un fenómeno
la apertura de los archivos soviéticos llegan, rectos”. social. Por cierto revistió una forma particu-
aunque con otras categorías, a conclusiones lar dentro de la acumulación primitiva en
en el mismo sentido. En Russia, URSS, Russia, Corolario 2.1: La democracia socialista Rusia o en China, pero tiene raíces en la esca-
Moshe Lewin saca a la luz la explosión cuan- no puede ser subsumida al estatismo sez y en la división del trabajo. Se manifiesta
titativa del aparato burocrático del Estado a democrático en diversas formas y en distintos grados de
partir del fin de los años veinte. En los años Hacer aparecer a la contrarrevolución stali- manera universal.
treinta, la represión contra el movimiento nista como consecuencia de los vicios origina- Esta terrible lección histórica debe conducir
popular cambia de escala. No es la simple pro- les de “leninismo” (noción forjada por Zinoviev a la profundización de las consecuencias pro-
longación de lo que prefiguraban las prácti- en el Ve Congreso de la Internacional Comu- gramáticas extraídas a partir de 1979 con el
cas de la Tcheka o la cárcel política de las nista, después de la muerte de Lenin, para documento de la IVe Internacional, Democra-
Solovki, sino un salto cualitativo por el cual la legitimar la nueva ortodoxia de la razón de cia socialista y dictadura del proletariado, que
burocracia de Estado destruye y devora al par- Estado) no es solo históricamente errado, es se refieren específicamente al pluralismo polí-
tido que había creído poder controlarla. también peligroso para el futuro. Sería enton- tico de principio, la independencia y la auto-
La discontinuidad demostrada por esta con- ces suficiente haber comprendido y corregido nomía de los movimientos sociales con respecto
trarrevolución burocrática es capital desde un los errores para prevenir los “vicios profesiona- al Estado y a los partidos, la cultura del derecho
triple punto de vista. En cuanto al pasado: la les del poder” y garantizar una sociedad trans- y la separación de poderes. La noción de “dic-
inteligibilidad de la historia que no es un parente. tadura del proletariado”, evoca, dentro del voca-
relato delirante contado por un loco, sino el Si se renuncia al espejismo de la abundancia bulario político del siglo XIX, una institución
resultado de fenómenos sociales, de conflictos esa es la lección necesaria de esta desastrosa legal: el poder de excepción temporal desi-
de intereses de salida incierta, de aconteci- experiencia que dispensaría a la sociedad de gnado por el Senado romano antinómico de la
mientos decisivos donde no solamente lo con- las elecciones y los arbitrajes (si las necesidades tiranía, que es entonces el nombre del poder
ceptual, sino las masas están en juego. Res- son históricas, la noción de abundancia es fuer- arbitrario 4/. Está sin embargo demasiado car-
temente relativa); si se abandona la hipótesis gada de ambigüedades iniciales y asociada en
4/ Véase Garonne, Les révolutionnaires du XI-Xe siècle, Champ Libre, de una transparencia democrática absoluta, adelante a experiencias históricas demasiado
París. fundada sobre la homogeneidad del pueblo (o urticantes como para ser usada todavía. Esta
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constatación no podría sin embargo dispen- Lucien Séve, él estima que la etapa “socialista”, menudo teñida de alivio, sin embargo corre el
sarnos de replantear la cuestión de la democra- concebida como etapa previa a la sociedad riesgo de dejar sin aclarar la parte sumamente
cia mayoritaria, de la relación entre lo social comunista se apartaba de ella en lugar de acer- problemática de Historia del Siglo XX. Hobs-
y lo político, de las condiciones de debilita- carse, bajo las formas de estado gemelas, bawm no niega, por cierto, la responsabilidad
miento de la dominación a la que la dictadura socialdemócrata y stalinista. Esta última con- de los sepultureros termidorianos, pero la
del proletariado, bajo la forma “finalmente sideración podría proveer material para un minimiza, como si lo que sucedió hubiera
encontrada” de la Comuna de París, parecía debate profundo a condición de articular esta tenido que suceder en virtud de las leyes obje-
haber dado una respuesta. crítica, formal y abstracta en Commencer par tivas de la historia. Apenas vislumbra lo que
les fins, a los debates históricos y estratégicos se hubiera podido hacer de diferente.
Escolio 2.1. del período de entreguerras acerca de la revo- Y así llega Hobsbawm a lo que él considera
La idea de que el stalinismo es algo así como lución permanente y el socialismo en un solo como la paradoja de este extraño siglo: “El
una contrarrevolución burocrática, y no una país, no solamente a partir de Trotsky sino resultado más perdurable de la Revolución de
simple evolución más o menos irreversible del también de Gramsci o de Mariátegui 5/. Una Octubre fue salvar a su adversario en la
régimen surgido de Octubre, está lejos de con- vez más, el acento puesto sobre un “error” teó- guerra como en la paz, incitándolo a refor-
tar con el consenso general. Todo lo contrario: rico, desligado de los procesos históricos y marse 7/. Como si se tratara allí de un desarro-
contra reformadores liberales y stalinistas sociales de burocratización, sugiere que sería llo natural de la revolución y no del resultado
arrepentidos se oponen, coinciden en ver en suficiente corregir dicho error para conjurar el no fatal de formidables conflictos sociales y
la reacción stalinista la prolongación legítima peligro burocrático. políticos, de los cuales ¡la contrarrevolución
de la revolución bolchevique. Es en efecto la El método de la “desviación teórica”, al per- stalinista no es el menor! La objetivación de la
conclusión a la que llegan los “renovadores” petuar el paréntesis en el análisis político de historia que sobrevino llega a la lógica conclu-
post stalinistas cuando se obstinan en pensar la contrarrevolución burocrática, se compro- sión de considerar que, en 1920, “los bolchevi-
al stalinismo principalmente como una “des- mete en una búsqueda del pecado teórico ori- ques cometieron un error, que al mirarlo
viación teórica” y no como una formidable reac- ginal y trae como consecuencia una liquida- retrospectivamente, parece capital: la división
ción social. Ya era el caso de Althusser, en su ción recurrente no solamente del “leninismo”, del movimiento obrero internacional” 8/. Si las
Respuesta a John Lewis que hacía del stali- sino, en gran medida, del marxismo revolucio- circunstancias en las cuales fueron adoptadas
nismo una desviación economicista. A causa de nario o de la herencia del iluminismo: de cul- y aplicadas las veintiuna condiciones de adhe-
su formalismo en fidelidad al hecho comunista par a Lenin, se pasa rápidamente a culpar a sión a la Internacional Comunista exigen un
inicial, Alain Badiou sigue siendo incapaz de Marx… ¡o de culpar a Rousseau! Si, como examen crítico, no pudiésemos sin embargo
producir un análisis histórico del porqué y del escribe Martelli, el stalinismo es primero el imputar lo divino del movimiento obrero inter-
cómo las “secuencias” inauguradas por Octubre fruto de un “desconocimiento”, bastaría con nacional a una voluntad ideológica o a un error
o por la revolución china pudieron interrum- una mejor lucidez teórica para prevenir los doctrinario, sino al choque fundacional de la
pirse. Roger Martelli ve por lo pronto en el sta- vicios profesionales del poder burocrático 6/. revolución y a la línea divisoria de aguas entre
linismo una mutación de la forma partido. Por Sería demasiado, excesivamente simple. los que asumieron su defensa (crítica como
no dimensionar su rol contrarrevolucionario, Rosa Luxemburgo) y los que se asociaron poco
Alain Badiou termina situando el “apogeo del Escolio 2.2. o nada a la santa alianza imperialista. El his-
comunismo”… ¡después de 1945! En cuanto a La publicación francesa de Historia del Siglo toricismo de Hobsbawm surge de la misma
XX de Eric Hobsbawm fue bienvenida por la problemática que lleva a algunos, en Francia
5/ Lucien Séve, Commencer par les fins, La Dispute, París l999. izquierda como una obra con salud intelectual, a proyectar, convencidos, “un congreso de
6/ Roger Martelli, Le communisme autrement, Syllepse, París 1998. como réplica a la historiografía furetista y a la Tours al revés”.
7/ Eric Hobsbawm, L’Age des extremes, Editíons Complexe-Le Mon-
de Diplomatique, París 1999. judicialización histórica al estilo de Stephane Si el período de entreguerras significa para
8/ Ibid., pág. 103. Courtois. Esta bien merecida recepción, a él una “guerra civil ideológica a escala inter-
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nacional”, no enfrenta las clases fundamenta- bles en las grandes bifurcaciones de los hechos. sión a su status teórico. El concepto podría
les, el capital y la revolución social, sino En Trotsky vivant, Fierre Naville subraya considerarse muy útil para pensar a la vez
valores: progreso y reacción, antifascismo y muy fuertemente el alcance de este sesgo ciertas tendencias contemporáneas (pulveri-
fascismo. Se trata en consecuencia de reagru- metodológico: “Los defensores del hecho consu- zación de las clases en masas, etnización y
par “un extraordinario abanico de fuerzas”. mado, quienesquiera que fuesen, tienen una deterioro tendencial de la política) analizadas
Dentro de esta perspectiva queda poco espa- visión más corta que los hombres políticos. El por Hannah Arendt en su trilogía sobre los
cio para un balance crítico de la revolución marxismo activo y militante predispone a una orígenes del totalitarismo, y la forma particu-
alemana, de la revolución china de 1926-1927, óptica a menudo contraria a la de la historia.” lar que ellas pudieron mostrar en el caso del
de la guerra civil española y de los frentes Lo que Trotsky llamaba “prognosis”, recuerda totalitarismo burocrático.
populares. Naville, se parece más a la anticipación profé- Esto permitiría también que un uso vulgar
Al no analizar desde lo social la contrarre- tica que a la predicción o al pronóstico. Los y demasiado flexible de esta noción útil sir-
volución stalinista, Hobsbawm se contenta mismos historiadores, que encuentran natu- viera para legitimar ideológicamente la opo-
con constatar que, a partir de los años veinte, ral el sentido del hecho cuando el movimiento sición entre democracia (sin calificativos ni
“cuando se asentó la polvareda de las batallas, revolucionario va viento en popa, le buscan adjetivos, en consecuencia burguesa, real-
el antiguo imperio ortodoxo de los zares resur- inconvenientes cuando las cosas se complican mente existente) y totalitarismo como la única
gió intacto, en lo esencial, pero bajo la autori- y se hace necesario saber remar contra la causa pertinente de nuestro tiempo.
dad de los bocheviques.” Por el contrario, no es corriente. Les cuesta muchísimo concebir el
sino en 1956, con el aplastamiento de la revo- imperativo político de “esbozar la historia a Escolio 2.4.
lución húngara, que “la tradición de la revo- contrapelo” (según la fórmula de Walter Ben- Insistir en la noción de contrarrevolución buro-
lución social se agotó” y que “la desintegración jamín). “Esto da a la historia, comenta Navi- crática no implica de ninguna manera cerrarse
del movimiento internacional que le era fiel” lle, la posibilidad de desplegar su sabiduría a un debate más pormenorizado sobre el
constituye la prueba de la “extinción de la revo- retrospectiva, enumerando y catalogando los balance de las revoluciones en el siglo. Se trata,
lución mundial” como la de un fuego que se hechos, las omisiones, los desaciertos. Pero, al contrario, de retomarlo desde una perspec-
apaga solo. En resumidas cuentas ¡”es sobre- lamentablemente, estos historiadores se abs- tiva renovada gracias a un replanteamiento
todo por la organización que el bolchevismo de tienen de indicar la vía correcta que habría crítico mejorado 9/.
Lenin habrá cambiado el mundo”. Con esta permitido conducir a un moderado a la victo- Los diferentes intentos de elucidación teó-
frase fúnebre se sustrae otra vez una crítica ria revolucionaria, o, al contrario, indicar una rica (teoría del capitalismo de Estado, de Mat-
seria de la burocracia, simplemente conside- política revolucionaria razonable y victoriosa tick a Tony Cliff, de la nueva clase explota-
rada de paso, como un “inconveniente” de la dentro de un período termidoriano. dora, de Rizzi a Burnham o Castoriadis, o del
economía planificada fundada en la propiedad Estado obrero degenerado de Trotsky a Man-
social ¡como si esta propiedad fuera realmente Escolio 2.3. del), si pudieron tener consecuencias impor-
social y como si la burocracia fuera un gasto Sería útil algo que poco hizo nuestro movi- tantes en términos de orientaciones prácticas,
pequeño y lamentable en lugar de considerarlo miento: llevar una discusión más profunda son todas compatibles, mediante correcciones,
un peligro político contrarrevolucionario! acerca de la noción de totalitarismo en gene- con el diagnóstico de una contrarrevolución
El trabajo de Hobsbawm se sitúa de esta ral (de sus relaciones con la época del impe- stalinista. Si Catherine Samary nos propone
manera en la perspectiva de una “historia his- rialismo moderno), y sobre la del totalitarismo hoy la idea de que la lucha contra la nomen-
toriadora”, más que de una historia crítica o burocrático en particular. Nos sorprendemos, clatura en el poder exigía una nueva revolu-
estratégica capaz de descubrir las opciones posi- en efecto, cuando releemos las obras de Trotsky, ción social y no solamente una revolución
por el uso frecuente de esta categoría, con la política, no se trata, sin embargo, de una sim-
9/ Véanse las contribuciones de Catherine Samary, Michel Lequenne, cual, en Stalin, acuña magistralmente la ple modificación terminológica.
Antoine Antous en Critique communiste, n° 157, invierno 2000. máxima (“¡la sociedad soy yo!”) sin dar preci- Según la tesis de Trotsky, enriquecida por
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Mandel, la contradicción principal de la socie- Teorema 3: la lucha de clases no se bajo que aparece notoriamente en el Libro II
dad de transición se situaba entre la forma disuelve en las identidades comunitarias del Capital, con respecto al proceso de circula-
socializada de la economía planificada y las Durante un tiempo demasiado largo, el ción. En sus aspectos centrales, estas cuestiones
normas burguesas de distribución en el ori- marxismo llamado “ortodoxo” atribuyó al pro- fueron tratadas y discutidas ampliamente en
gen de los privilegios y del parasitismo buro- letariado una misión según la cual su concien- los años setenta, en clara oposición a las tesis
crático. La “revolución política” consistía enton- cia al reunirse con su esencia, volviéndose en entonces defendidas tanto por el Partido Comu-
ces en ubicar la superestructura política suma lo que él es, sería el redentor de la nista en su tratado sobre El capitalismo mono-
conforme con la infraestructura social adqui- humanidad entera. Las desilusiones del día polista de Estado, como inversamente por Pou-
rida. Es olvidar, subraya Antoine Artous, que siguiente son, para muchos, proporcionales a lantzas o por Baudelot y Establer 10/.
“en las sociedades post capitalistas [no sola- las ilusiones de la víspera: por no haberse Marx habla generalmente de los proleta-
mente en esas sociedades que más valdría no transformado en un “todo”, este proletariado rios. En general, en el siglo XIX, se hablaba
calificar de “post”, como si ellas vinieran cro- sería, a partir de ese momento, reducido a de las clases trabajadoras en plural. Los tér-
nológicamente después del capitalismo, menos que nada. minos en alemán, Arbeiterklasse, e inglés, wor-
cuando, en realidad, están determinadas por Conviene comenzar recordando que la con- king class, se mantenían bastante generales,
las contradicciones de la acumulación capita- cepción de la lucha de clases en Marx no tiene mientras que el término classe ouvriere,
lista mundial. [D.B.], el Estado es parte inte- mucho que ver con la sociología universitaria. corriente en el vocabulario político francés,
gral en el sentido en que juega un rol determi- Si prácticamente no se encuentra en él un conlleva una connotación sociológica restric-
nante en la estructuración de las relaciones enfoque estadístico de la cuestión, no es princi- tiva propicia a los equívocos: remite al prole-
de producción; y es por este sesgo que, más palmente en razón del estado embrionario de tariado industrial moderno, excluyendo al asa-
allá de la forma salarial común, la burocracia, la disciplina en ese momento (el primer Con- lariado de los servicios y del comercio, aunque
grupo social del Estado, puede encontrarse al greso Internacional de Estadística data de éste sufre condiciones de explotación análo-
interior de las relaciones de explotación con 1854), sino por una razón teórica más funda- gas, desde el punto de vista de su relación con
los productores directos”. mental: la lucha de clases es un conflicto inhe- la propiedad privada de los medios de produc-
La continuación de este debate debería lla- rente a la relación de explotación capital/ tra- ción, de su ubicación en de la división del tra-
mar la atención sobre las confusiones teóricas bajo que rige la acumulación capitalista y bajo, o más aún de la condición asalariada y
ligadas a la caracterización de fenómenos polí- resulta de la separación entre productores y del monto de su remuneración.
ticos en términos directamente sociológicos, medios de producción. No se encuentra enton- Michel Cahen opina con razón que, a pesar
en detrimento de la especificidad del campo ces en Marx ninguna definición clasificatoria, de haber aparentemente perdido actualidad, el
y de las categorías políticas. Muchos equívocos normativa y reductora de las clases, sino una término proletariado sea quizás teóricamente
atribuidos a la categoría “de Estado obrero”, concepción dinámica de su antagonismo estruc- preferible al de clase obrera. En las sociedades
aunque fuera espurio, surgen de allí. Es pro- tural, a nivel de la producción, de la circulación desarrolladas representa efectivamente entre
bablemente también el caso de la noción de como de la reproducción del capital: en efecto, dos tercios y cuatro quintos de la población
“partido obrero”, que tiende a referir la fun- las clases jamás son definidas solamente a nivel activa. La cuestión interesante no es la de su
ción de una fuerza política en un juego de opo- del proceso de producción (del cara a cara entre desaparición anunciada, sino la de sus meta-
siciones y de alianzas, a una “naturaleza” trabajador y patronal en la empresa), sino deter- morfosis sociales y de sus representaciones
social profunda. minadas por la reproducción del conjunto donde políticas, dando por entendido que su vertiente
10/ Nicos Poulantzas, Poder político y clases sociales en el Estado entran en juego la lucha por el salario, la divi- industrial propiamente dicha, aun cuando
Capitalista, Siglo XXI, México 1969 y Las clases sociales en el capi- sión del trabajo, las relaciones con los apara- conoció un descenso efectivo en el transcurso
talismo actual, Siglo XXI, Madrid 1977; Baudelot y Establet, La Petite tos del Estado y con el mercado mundial. De de los últimos veinte años (de 35% a 26% más
bourgeoisie en France, Máspero, París 1970. Véase también la colec-
ción de revistas Critique de I’économie politique, Critique communiste, eso resulta claramente que el proletariado no o menos de la población activa), todavía está
Cahiers de la Taupe. está definido por el carácter productivo del tra- lejos de la extinción. Así lo remarcan Beaud y
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Pialoux en su estudio sobre Montbéliard 11/. cursos de la posmodernidad su expresión ide- res en marcha en los Balcanes se inscriben
Más bien “se había vuelto invisible”, y las cien- ológica? En otras palabras, si la efectividad dentro de una tendencia planetaria mucho
cias sociales universitarias no dejan de tener de la lucha de clases está ampliamente verifi- más general e inquietante pero de un forma
responsabilidad en este ocultamiento. cada en lo cotidiano, ¿la fragmentación y el diferente a la que imaginan las inteligencias
Por el contrario, es significativo que Bol- individualismo posmodernos permiten toda- serviles de la OTAN cuando se contentan con
tanski y Chiapello retornen hoy a un análisis vía concebir el renacimiento de colectividades verlos como los últimos sobresaltos del totali-
crítico del capitalismo contemporáneo, recolo- solidarias? tarismo “comunista”.
cando en el corazón de sus contradicciones el La generalización del fetichismo mercan- Una de las tareas teóricas prioritarias debe-
lazo orgánico entre explotación y exclusión. til y de la alineación consumista, el frenesí ría relacionarse entonces no solamente con
Además, el endurecimiento de las relaciones por lo efímero e inmediato, ¿permiten que las metamorfosis sociológicas del asalariado,
de clase hay que encararlas desde una perspec- renazcan proyectos duraderos, más allá de sino con las transformaciones en curso de la
tiva internacional. Entonces se hace evidente momentos de fusión intensa sin porvenir? relación salarial en términos de régimen de
lo que Michel Cohén llama “la proletarización Diversas corrientes de la sociología crítica acumulación, tanto desde la perspectiva de la
del mundo”. Mientras que en 1900, sumaban insisten, dentro de este contexto, en la dimen- organización del trabajo como de las regula-
alrededor de 50 millones los trabajadores asa- sión constructivista de la noción de clase. Pero ciones político jurídicas y de lo que Frederic
lariados de una población global de 1000 millo- el constructivismo es una denominación Jameson llama “la lógica cultural del capita-
nes, hoy en día son alrededor de 2000 sobre amplia. Si se trata de decir que toda noción lismo tardío”. La crítica del ultraliberalismo,
6000 millones. teórica es una elaboración (ningún concepto, en reacción a la contrareforma de los años
La cuestión es entonces de orden teórico, comenzando por el de perro, es el puro reflejo Thatcher Reagan corre, en efecto, el riesgo de
cultural y específicamente político más que de una sustancia), es una banalidad. Si se equivocarse de meta si, obsesionada por la
estrictamente sociológico. La noción de clases trata de decir que todo concepto es una pura imagen de una selva mercantil en pos de una
es en sí misma el resultado de un proceso de convención de lenguaje y el efecto de relacio- desregulación salvaje, no mide las reorgani-
formación (cf. E.P. Thompson. La formación nes de fuerzas dentro del campo teórico, sin zaciones y los intentos de re regulación en
de la clase obrera inglesa), de luchas y de tener que rendir cuentas a la realidad, es lisa curso. La dominación del capital, como lo
organización, en el curso del cual se consti- y llanamente una recaída en el idealismo mal recuerden acertadamente Boltanski y Chia-
tuye la conciencia de un concepto teórico y de concebido. En ese caso extremo, habría una pello no podría durar bajo la forma desnuda de
una auto-determinación nacida de la lucha: el paradoja constructivista: si la lucha de clases una explotación opresión sin legitimidad ni
sentimiento de pertenencia de clase es tanto fuera antes que nada un efecto de lenguaje, eso justificación (no hay imposición duradera sin
el resultado de un proceso político de forma- sería una razón más para estructurar la repre- hegemonía, decía de otra manera Gramsci…).
ción como de una determinación sociológica. sentación del mundo en términos de clase con-
El debilitamiento de esta conciencia, ¿signi- tra sus representaciones en términos de Escolio 3.1.
fica entonces recíprocamente la desaparición enfrentamientos raciales, étnicos o confesio- Lo que está a la orden del día, es entonces la
de las clases y de sus luchas? Este debilita- nales. En efecto, desdibujar la lucha de clases redefinición de una estructura global, de una
miento, ¿es coyuntural (vinculado a los flujos (especialmente en su dimensión internaciona- organización territorial, de relaciones jurídi-
y reflujos de la lucha) o estructural (como lista) y la crisis de las legitimidades naciona- cas, que renueven en función de las fuerzas
resultado de los nuevos procedimientos de les alimentan en los tumultos de la mundiali- productivas actuales (nuevas tecnologías) las
dominación, no solo sociales sino también cul- zación mercantil, una reformulación racial o condiciones generales de acumulación del
turales e ideológicos, de lo que Michel Surya religiosa de los conflictos comunitarios. Lejos capital y de la reproducción social. Es en este
llama “el capitalismo absoluto”), siendo los dis- de reducirse a un cambio tardío propio del marco donde se inscriben las crisis de transfor-
11/ Stéphane Beaud y Michel Pialoux, Retour sur la condition ouvrí- totalitarismo burocrático disociado de sus ele- mación de las fuerzas políticas tradicionales,
ère, Fayard, París 1999. mentos constitutivos, los impulsos purificado- la democracia cristiana, los conservadores bri-
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tánicos, la derecha francesa, y el cuestiona- jurídica del contrato individual (a menudo sinó- vadurismo” 12/. Nuestros dos partidos, precisa,
miento de la función que ellas cumplían desde nimo de subordinación personal en sociedades “quieren escapar a las rigideces del Estado
la guerra en el marco del compromiso del fuertemente desiguales) por encima de la rela- benefactor sin crear injusticia social”. Los dos
Estado nacional; y es también en ese marco, ción impersonal con la ley, todo eso perfila, en quieren “la ley y el orden”. Los que conside-
donde se inscriben las transformaciones de efecto, una nueva asociación corporativa capi- ran que los que están en condiciones de tra-
los partidos socialdemócratas, cuyas élites, a tal-trabajo, en la cual una pequeña franja de bajar no deben ser incentivados para la inac-
través de la privatización del sector público y ganadores podría salvarse en perjuicio de la tividad por medio de las formas de asistencia
la fusión de las élites privadas con la nobleza masa de víctimas de la mundialización. En cier- (lo mismo que dice la Medef [la patronal] fran-
de Estado, están cada vez más integradas orgá- tas situaciones, esta tendencia es perfectamente cesa para justificar el Care). Los dos estiman
nicamente a los estratos dirigentes de la bur- compatible con formas convulsivas de nacional- que “la economía de mercado, a condición de
guesía. Alimentados por las debilidades de las liberalismo a la manera de Putin o de Haider. ser flexibilizada, puede crear nuevas oportuni-
formaciones burguesas tradicionales en plena Por otra parte, es por eso que es perfecta- dades para los asalariados y las empresas.” El
reconversión, esos partidos están llamados a mente inoperante y posiblemente engañoso, Partido Laborista así como el FPÓ tienen
menudo a asumir transitoriamente el protago- tratar el caso Haider por analogía con los años entonces un acercamiento “no dogmático a
nismo del aggiornamiento del capital, arras- treinta, en lugar de vincularlo con las formas aquel mundo en plena transformación en el
trado hacia su órbita, los restos de los partidos contemporáneas y probablemente inéditas del que vivimos”, mientras que “las viejas catego-
post stalinistas sin proyecto y la mayor parte peligro, legitimando en nombre de antifas- rías de izquierda y derecha se vuelven cadu-
de los partidos verdes sin resistencia doctri- cismo reflejo de la unión sagrada basada en la cas”: “Blair y el Laborismo, ¿son de derecha
naria a la institucionalización acelerada. conciencia limpia consensuada. Si es justo par- so pretexto de aceptar los acuerdos de Scben-
Lo que se perfila entonces, tanto en el mani- ticipar en las movilizaciones contra Haider gen y de ser favorables a una legislación
fiesto por una tercera vía de Blair-Schroder, (sin olvidar, sin embargo, las complacencias estricta acerca de la inmigración?”, pregunta
como por a través de proyectos de una Europa de una parte de sus detractores bien pensan- Haider. Y responde, “si Blair no es un extre-
social de mínimos, debatidos durante la cumbre tes con Berlusconi, Fini, Millon, Blanc y otros) mista, entonces Haider no lo es tampoco”.
europea de Lisboa, o más aún por medio de y, sobre todo apoyar aquéllas de la de la juven- A buen entendedor… Hay que agregar que
maniobras de la patronal francesa sobre el tud austríaca en lugar de aislarla con un estú- el regional populista Haider es tan partidario
tema de la “refundación social”, no es un libera- pido boicot, lo cual podría contribuir a no olvi- de la OTAN como lo es Blair, ¡y aun más par-
lismo sin reglas, sino una nueva relación sala- dar que Haider es primeramente también un tidario que él del euro!
rial inscrita en una forma inédita de liberal- producto de trece años de coalición entre con-
corporativismo o liberal-populismo. En efecto, servadores y socialdemócratas, de una deter- Escolio 3.2.
habría que ser peligrosamente miope para ima- minada opción de construcción de la unidad La reciente aparición de un texto inédito de
ginar al populismo de mañana solamente bajo europea y de políticas de austeridad que le Lukács, de 1926, en defensa de Historia y con-
la forma tan particularmente francesa de un permitieron llegar adonde está. ciencia de clase, aporta una aclaración intere-
soberanismo a la manera de Pasqua-Villiers. Más que representar farsas de las tragedias sante que invalida hasta cierto punto las
La cruzada a favor del accionariado asalariado, de ayer o de anteayer, sería entonces impe- interpretaciones ultrahegelianas de Lukács
los fondos de pensión (en detrimento de la soli- rante pensar las formas singulares que pue- según las cuales el Partido sería finalmente
daridad), y la “refeudalización” del lazo social den asumir las amenazas en el mundo de hoy, la forma encontrada del Espíritu absoluto 13/.
(denunciada por Alain Supiot) por la primacía el rol de los regionalismos en la reconfigura- Atacado por “subjetivismo” por Rudas y Débo-
ción europea, los matrimonios entre naciona- rine durante el Ve Congreso de la Internacio-
12/ Daily Telegraph, 22 de febrero de 2000. lismo y liberalismo. A su manera, a Haider no nal Comunista el de la bolchevización zinovie-
13/ Reencontrado recientemente en Hungría, el texto de Lukács ha
sido publicado en inglés bajo el título Tailism and Dialectic, seguido le falta por cierto humor negro cuando pro- vista, Lukács rechaza el argumento de Rudas,
de un epílogo de Slavoj Zizek, Verso 2000. clama “Blair y yo contra las fuerzas del conser- según el cual el proletariado está condenado
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a actuar conforme a su ser y la tarea del par- cia y a su individualismo sin individualidad, prendente que este discurso haya tenido una
tido se reduce a “anticipar ese desarrollo”. las reivindicaciones identitarias tienden al buena acogida por parte de la industria cul-
Para Lukács, el rol específico (político) del par- contrario a hipostasiar y naturalizar la dife- tural norteamericana, puesto que la fluidez
tido surge del hecho de que la formación de la rencia de género o de raza. No es la noción de reivindicada por el sujeto está perfectamente
conciencia de clase choca constantemente con diferencia la que es problemática (ella permite adaptada al flujo incesante de los intercam-
el fenómeno del fetichismo y de la cosificación. construir oposiciones estructurantes), sino su bios y de las modas. Al mismo tiempo, la trans-
Como lo señala Slavo Zizek en su epílogo, el naturalización biológica o su absolutización gresión que representaba un desafío a las nor-
partido juega en él el papel de término medio identitaria. Así, mientras que la diferencia es mas y anunciaba la conquista de nuevos
en el silogismo entre la historia (lo universal) una mediación en la construcción de lo uni- derechos democráticos se banaliza como
y el proletariado (lo particular), en tanto que versal, la extrema dispersión por sí misma lleva momento lúdico constitutivo de la subjetividad
para la socialdemocracia, el proletariado es el a la renuncia de esta construcción. Cuando se consumista.
término medio entre la historia y la ciencia renuncia a lo universal, afirma acertadamente Paralelamente, ciertas corrientes oponen a
(encarnada por el partido educador) y en el Alain Badiou, lo que triunfa es el horror uni- la categoría social de género, la “más concreta,
stalinismo, el partido se vale del sentido de la versal. específica y corporal” de sexo. Pretenden sobre-
historia para legitimar su dominación sobre el Esta dialéctica de la diferencia y de la uni- pasar el “feminismo del género” en beneficio de
proletariado. versalidad está en el corazón de las dificulta- un “pluralismo sexual”. No es sorprendente
des que frecuentemente nos cuesta resolver, que un movimiento tal implique un rechazo
Teorema 4: la diferencia conflictual no como lo ilustran las discusiones y las incom- simultáneo del marxismo y del feminismo crí-
se disuelve en la diversidad ambivalente prensiones acerca de la igualdad o del rol del tico. Las categorías marxistas habrían, en efecto,
Como reacción contra una representación movimiento homosexual. A diferencia del proporcionado una herramienta eficaz para
reduccionista del conflicto social al conflicto movimiento que proclama la abolición de las pensar las cuestiones de género directamente
de clase, es la hora de la pluralidad de los espa- diferencias de género en beneficio de prácti- ligadas a las relaciones de clase y a la división
cios y de las contradicciones. En su singu - cas sexuales no exclusivas, hasta rechazar social del trabajo, pero para comprender “el
laridad concreta e irreductible, cada individuo toda afirmación colectiva duradera lógica- poder sexual” y fundar una economía de los
es en efecto una combinación original de per- mente reduccionista, Jacques Fortín, en su deseos distinta de la de las necesidades, sería
tenencias múltiples. La mayor parte de los dis- Adieu aux normes, esboza una dialéctica de necesario inventar una teoría autónoma (ins-
cursos de la postmodernidad, como ciertas ten- la diferencia afirmada por constituir una rela- pirada en la biopolítica “foucaltiana”).
dencias del marxismo analítico, llevaron esta ción de fuerza frente a la opresión y de su debi- Al mismo tiempo, la nueva tolerancia mer-
crítica antidogmática hasta la disolución de litamiento deseado en un horizonte de univer- cantil del capital hacia el mercado gay conduce
las relaciones de clase en las aguas turbias salidad concreta. a atenuar la idea de su hostilidad orgánica
del individualismo metodológico. No son sola- El discurso proclama, al contrario, la elimi- hacia orientaciones sexuales improductivas.
mente las oposiciones de clase, sino más gene- nación inmediata de las diferencias. Su retó- Esta idea de un antagonismo irreductible entre
ralmente las diferencias conflictivas, que se rica del deseo, en la que se pierde la lógica de el orden moral del capital y la homosexuali-
diluyen entonces en lo que ya Hegel llamaba las necesidades sociales, es el adelantado de dad permitía creer en una subversión espontá-
“una diversidad sin diferencia”: una constela- un deseo de consumación compulsivo. El nea del orden social por medio de la simple
ción de singularidades indiferentes. sujeto, viviendo en el momento una sucesión afirmación de la diferencia: era suficiente que
Es cierto que lo que pasa por ser una de identidades sin historia, no es más el (la) los homosexuales se proclamaran como tales
defensa de la diferencia se reduce a menudo homosexual militante, sino el individuo cam- para estar en contra de él. La crítica de la domi-
a una tolerancia liberal permisiva que es el biante, no específicamente sexuado o definido nación homofóbica puede entonces terminar
reverso consumista de la homogeneización por su raza, sino simple espejo roto de sus sen- en el desafío de la autoafirmación y en la natu-
mercantil. Frente a ese simulacro de diferen- saciones y sus deseos. No es para nada sor- ralización estéril de la identidad. Si, al contra-
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rio, las características de hetero y homo - mientos decisivos (de Alemania a Portugal pero la unificación subjetiva de las luchas sur-
sexualidad son categorías históricas y sociales, pasando por España, Chile o Indonesia, este giría de una voluntad arbitraria (dicho de otro
su relación conflictiva con la norma implica la “consentimiento mayoritario” sin embargo modo, de un voluntarismo ético) si ella no repo-
dialéctica de la diferencia y de su superación, ¡hasta el día de hoy nunca se ha verificado! sara sobre una unificación tendencial de las
reivindicada por Jacques Fortín. Encontramos el mismo tenor en Roger Mar- cuales el capital, comprendido allí bajo las for-
Esta problemática, evidentemente fecunda telli, para quien “lo esencial ya no es prepa- mas perversas de la mundialización mercan-
cuando se trata de las relaciones de género o rar el traspaso de poder de un grupo a otro, til, es el agente impersonal.
de comunidades lingüísticas y culturales, no sino comenzar a dar a cada individuo la posi-
deja de tener consecuencias en lo que con- bilidad de apropiarse de las condiciones indivi- Teorema 5: la política no se disuelve
cierne a la representación misma de los conflic- duales y sociales de su vida”. La temática anti- ni en la ética, ni en la estética
tos de clase. Ulrich Beck ve en el capitalismo totalitaria muy legítima de la liberación Hannah Arendt temía que la política termi-
contemporáneo la paradoja de un “capitalismo individual desemboca entonces en un placer nara por desaparecer completamente del
sin clase”. Lucien Séve no teme afirmar que, solitario en el que viene a diluirse la emanci- mundo, no solamente por la abolición totali-
“si hay por cierto una clase en un polo de la pación social. taria de la pluralidad, sino también por la diso-
constricción, el hecho desconcertante es que Si hay por cierto interacción entre las for- lución mercantil que es su cara oculta. Este
no hay clase en el otro”. El proletariado se mas de opresión y de dominación, y no un temor está confirmado por el hecho de haber
habría disuelto en la alineación generalizada; efecto mecánico directo de una forma particu- entrado en una era de despolitización, donde
se trataría entonces, a partir de ahora, “de lar (la dominación de clase) sobre las otras, el espacio público está recortado por las fuer-
librar una batalla de clase no ya en nombre de queda por determinar con más precisión el zas violentas que acompañan el horror econó-
una clase sino de la humanidad”. poder de esas interacciones en una época dada mico y por un moralismo abstracto. Este debi-
O bien se trata allí, en la tradición marxista, y al interior de una relación social determi- litamiento de la política y de sus atributos (el
de una banalidad que consiste en recordar que nada. ¿Se trata solamente de una yuxtaposi- proyecto, la voluntad, la acción colectiva)
la lucha por la emancipación del proletariado ción de espacios y de contradicciones que pue- impregna la jerga de la posmodernidad. Más
constituye, bajo el capitalismo, la mediación den dar lugar a coaliciones coyunturales y allá de los efectos de la coyuntura, esta ten-
concreta de la lucha por la emancipación uni- variables de intereses? En cuyo caso la única dencia traduce una crisis de las condiciones
versal de la humanidad. O bien, se trata de unificación concebible procedería de un puro de la acción política bajo el impacto de la com-
una innovación teórica colmada de consecuen- voluntarismo moral. O bien, ¿la lógica univer- presión espacio temporal. El culto moderno
cias estratégicas, por lo demás presentes en sal del capital y del fetichismo mercantil afecta del progreso significaba una cultura del
el libro de Lucien Séve: la cuestión de la apro- a todas las esferas de la vida social, hasta el tiempo y del devenir en detrimento del espa-
piación social no es más esencial a sus ojos (es punto de crear las condiciones de una unifica- cio, reducido a un rol accesorio y contingente.
lógico, en consecuencia, que la explotación se ción relativa de las luchas (sin implicar, sin Como lo señalaba Foucault, el espacio se había
vuelva secundaria con respecto a la alienación embargo, por ser tan discordantes los tiempos convertido en el equivalente de lo muerto, lo
universal); la transformación social se reduce sociales, la reducción de las contradicciones a fijo, de la inmovilidad, al oponerlo a la riqueza
a “transformaciones [¿de “desalienación”?], no una contradicción dominante)? y la fecundidad dialéctica del tiempo viviente.
más súbitas, sino permanentes y graduales”; No se trata de oponer a la inquietud posmo- Las rotaciones endiabladas del capital y el
la cuestión del Estado desaparece en la de la derna una totalidad abstracta fetichizada, sino ensanchamiento planetario de su reproduc-
conquista de los poderes (título, en otro tiempo, admitir que la de-stotalización (o de-construc- ción trastocan las condiciones de su valoriza-
de un libro de Gilles Martinet), “la formación ción) es indisociable de la totalización concreta, ción. Es este fenómeno el que expresa el sen-
progresiva de una hegemonía conduce tarde o que no es una totalidad a priori sino un deve- timiento, tan intenso desde hace dos décadas,
temprano al poder en las condiciones de un nir de la totalidad. Esta totalización en pro- de reducción de la duración al instante y de
consentimiento mayoritario”, sin enfrenta- ceso pasa por la articulación de la experiencia, desaparición del lugar en el espacio.
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Si la estetización de la política es una ten- dad política es precisamente la del mediano de un posible determinado por un dominio,
dencia recurrente inherente a las crisis de la plazo, entre el instante fugitivo y la eternidad donde surge el instante propicio para la deci-
democracia, la admiración por lo local, la bús- inalcanzable. Exige de ahora en más una sión ajustada a un proyecto, a un objetivo por
queda de los orígenes, la sobrecarga ornamen- escala móvil de la duración y de la decisión. alcanzar. Es, a fin de cuentas, sentido de la
tal y el simulacro de la autenticidad revelan coyuntura, de la respuesta adecuada a una
sin ninguna duda un vértigo angustiado al Corolario 5.2: el lugar y el sitio situación concreta.
comprobar la impotencia de la política puesta no se disuelven en el silencio temible
frente a condiciones que se han tornado de los espacios infinitos Corolario 5.4: el objetivo no se disuelve
inciertas. El desajuste de la movilidad geográfica del en el movimiento, el acontecimiento
Que la política sea, en una primera aproxi- capital (moneda y mercancía) con respecto a en el proceso
mación, concebida como el arte del pastor o la inmovilidad relativa o movilidad muy con- La jerga posmoderna concilia de buen grado
como el del tejedor, implica en efecto una dicional del trabajo aparece como la forma el gusto por el acontecimiento sin historia, por
escala de espacio y de tiempo, de los cuales la actual del desarrollo desigual que permite las el happening sin pasado ni futuro, y el gusto
ciudad (con su plaza pública y el ritmo de los transferencias de plusvalía a la época del impe- por la fluidez sin crisis, por la continuidad sin
mandatos electivos) es la forma. Se habla rialismo absoluto: el desarrollo desigual de las ruptura, por el movimiento sin objetivo. En la
tanto más de ciudadanía que la ciudad y el temporalidades complementa y relega aquel jerga post stalinista de la resignación, el
ciudadano se tornan inhallables en el desor- de los espacios. En consecuencia una escala derrumbe del futuro desemboca lógicamente
den general de las escalas y de los ritmos. Sin móvil de territorios, la importancia adquirida en el grado cero de la estrategia: ¡vivir el
embargo, vivimos siempre “en un período por el control de los flujos, el esbozo de un momento aún sin gozar sin trabas! Los ideólo-
donde hay ciudades y donde el problema de orden mundial muy apoyado en un mosaico gos del mañana desilusionante se conforman,
la política surge porque nosotros pertenece- de Estados débiles, auxiliares subalternos de en consecuencia, con predicar un “comunismo
mos a. este período cósmico durante el cual el la soberanía mercantil. que está ahí no más”, concebido como un “movi-
mundo es librado a su suerte”. La política no Ahora bien, la acción colectiva se organiza en miento gradual, permanente, siempre inaca-
nos libera en cuanto arte profano de la dura- el espacio: la reunión, la asamblea, el encuen- bado, que incluye momentos de sacudidas y de
ción y del espacio, de trazar y de desplazar las tro, la manifestación. Su poder se inscribe en rupturas” 14/, Proponen “un nuevo concepto de
líneas de lo posible en un mundo sin dioses. lugares y el nombre propio del acontecimiento revolución”, “un revolucionamiento sin revolu-
está relacionado con fechas (Octubre, 14 de Julio, ción, una evolución revolucionaria”, o más aún
Corolario 5.1: la historia no se disuelve 26 de Julio) y a lugares (la Comuna, Petrogrado, un “ir más allá sin demora”, hacia una
en un tiempo pulverizado sin mañana Turín, Barcelona, Hamburgo…) como lo subraya inmediatez extratemporal 15/. Afirman que “la
El rechazo posmoderno de los grandes relatos Henri Lefebvre, sólo la lucha de clases tiene la revolución no es más lo que era puesto que no
no implica solamente una crítica legítima a capacidad de producir diferencias espaciales hay más un momento único donde las evolu-
las ilusiones del progreso asociadas al despo- irreductibles a la sola lógica económica. ciones se cristalizan”, “no hay más un gran
tismo de la razón instrumental. Significa tam- salto, un gran ocaso, ni un umbral decisivo” 16/.
bién una de-construcción de la historicidad y Corolario 5.3: la oportunidad estratégica A la luz del social-liberalismo menjunje de
un culto a lo inmediato, lo efímero, lo descar- no se disuelve en la necesidad económica izquierda pluralista, este “comunismo que está
table, donde proyectos de mediano plazo no El sentido político del momento, de la oportuni- ahí nomás” hace una triste figura: comunismo,
tienen más cabida. En la conjugación de los dad, de la bifurcación abierta a la esperanza, ¿estás ahí?
tiempos sociales desajustados, la temporali- constituye un sentido estratégico; el de lo posi- Ciertamente, no hay un momento revolu-
ble, irreductible a la necesidad; no el sentido cionario único, de epifanía milagrosa de la his-
14/ Pierre Zarka, Un communisme á usage immédiat, Plon, París 1999.
15/ Lucien Séve, Commencer par les fins, op. cit. de un posible arbitrario, abstracto, voluntarista, toria, sino momentos de decisión y umbrales
16/ Rober Martelli, Le comunismo autremement, op.cit. de un posible donde todo sería posible; sino el críticos. Pero la disolución de la ruptura en la
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continuidad es la contrapartida lógica de una bién la no transparencia del representante por más que una simple división del trabajo, opera
representación del poder posible de lograr con el representado, “la irreductible autonomía del una dialéctica, una reciprocidad, una comple-
la desalienación individual: “La formación pro- significante con respecto al significado” 17/. Bajo mentariedad. La subordinación de los movi-
gresiva de una hegemonía que conduce tarde el manto de la teoría de la representación se mientos sociales a los partidos significaría una
o temprano al poder dentro de las condiciones esconde, en realidad, una apología de la delega- estatización de lo social.
de un consentimiento mayoritario”, garantiza ción. La representación, por medio de una fuerza Inversamente, la política al servicio de lo
Lucien Sève. Ese “tarde o temprano” que, a social particular y de una totalidad imposible social llevaría rápidamente al lobbying corpo-
fuerza de dejar el tiempo al tiempo, define una conduce, en efecto, a privilegiar la lucha polí- rativo, a la sumatoria de intereses particula-
política fuera del tiempo, parece por lo menos tica por la democracia sin adjetivos, desligada res sin voluntad general. Ya que la dialéctica
imprudente a la luz del siglo y de sus ensayos de la cuestión social y reducida a un consenso de la emancipación no es un río largo y tran-
(España, Chile, Indonesia, Portugal). Ignora negociado: “La única sociedad democrática es quilo: las aspiraciones y las expectativas popu-
sobre todo el círculo vicioso del fetichismo y la que evidencia permanentemente la contin- lares son diversas y contradictorias, a menudo
de la cosificación, las condiciones de reproduc- gencia de sus propios fundamentos y mantiene divididas entre la exigencia de libertad y la
ción de la dominación. la distinción entre el momento ético y el orden demanda de seguridad. La función específica
normativo.” de la política consiste precisamente en articu-
Corolario 5.5: el antagonismo larlas y conjugarlas.
no se disuelve en la hegemonía Corolario 5.6: la lucha política no se
La teoría de la hegemonía según Ernesto disuelve en la lógica del movimiento Escolio 5.6.
Laclau y Chantal Mouffe reposa sobre una social Comentando la desaparición de disyuntivas
noción de universalidad a la vez necesaria e Entre la lucha social y la lucha política, no elecciones políticas auténticas y el hecho de
imposible. Esta universalidad deja siempre hay ni muralla China ni compartimentos que la confusión de las alternativas de clase se
un resto irreductible de particularidad. No estancos. La política surge y se inventa dentro traduce, en los países anglosajones, en la ten-
existe sino encarnada y subvertida por lo par- de lo social, en las resistencias a la opresión, dencia a la elaboración de plataformas arcoi-
ticular. Recíprocamente, la particularidad no en el enunciado de nuevos derechos que trans- ris, concebidas como collages incoherentes de
accede a la política sino produciendo efectos forman a las víctimas en sujetos activos. Sin slogans que buscan captar a todos a la vez y
universalizantes. Siendo imposible una coinci- embargo, la existencia de un Estado como ins- cuyas prioridades son obtenidas de las encues-
dencia perfecta de lo universal y de lo particu- titución separada, a la vez encarnación iluso- tas de opinión. Zygmunt Bauman se interroga
lar, la relación hegemonía implica la produc- ria del interés general y garante de un espa- acerca de las capacidades de los movimientos
ción de significantes tendencialmente vacíos cio público irreductible al apetito privado, sociales para aportar una respuesta a la crisis
que, aún manteniendo la inconmensurabili- estructura un campo político específico, una de las políticas. Subraya la manera en que
dad entre lo universal y lo particular, permi- relación de fuerzas particular, un lenguaje pro- éstas sufren los efectos de la posmodernidad:
ten al segundo representar al primero. pio del conflicto, donde los antagonismos socia- una vida acotada, una débil continuidad, agre-
La hegemonía según Laclau aparece entonces les se manifiestan en un juego de desplaza- gados temporales de individuos reunidos por
como el terreno sobre el que se desarrollan rela- mientos y de condensaciones, de oposiciones y la contingencia de una dificultad única, y dis-
ciones de representación constitutivas del orden de alianzas. En consecuencia, la lucha de cla- persados nuevamente apenas se soluciona el
social, “la representación de lo irrepresentable” ses se expresa allí de manera mediada bajo litigio. No es culpa de los programas y de los
es la condición misma de la emancipación. La la forma de la lucha política entre partidos. líderes, precisa Bauman: esta inconstancia e
hegemonía requiere la generalización de las con- ¿Todo es política? Sin duda, pero en cierta intermitencia reflejan más bien el carácter ni
diciones de representación. Ella implica tam- medida y hasta un cierto punto. En “última acumulativo ni integrador de los sufrimien-
instancia”, si se quiere, y de diversas mane- tos y de las penurias en estos tiempos diso-
17/ Laclau, op.cit, pág. 66. ras. Entre partidos y movimientos sociales, nantes. Estos movimientos tienen entonces
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una pobre capacidad para exigir grandes derrumbe de las representaciones del futuro, ducción social, multiplicación de espacios de
transformaciones en grandes cuestiones. Son bajo la forma de la quiebra del comunismo resistencia, afirmación de su autonomía rela-
pobres sustitutos de sus predecesores. Esta burocrático y de la bancarrota del reformismo tiva y de su temporalidad propia. Todo esto
fragmentación impotente es el fiel reflejo (el keynesiano. Si un renacimiento eventual no es negativo si se va más allá de la simple
fenómeno isomorfo) de la pérdida de sobera- implica la “reconstrucción de un imaginario fragmentación y se piensa en la articulación.
nía del Estado reducido a una comisaría de la social nuevo”, la fórmula permanece muy vaga Si no es así, no hay otra salida más que el
policía de seguridad en medio del laissez faire ya que Laclau no encara ninguna alternativa lobbying disperso (imagen misma de lo subal-
mercantil 18/. radical. terno como efecto de la dominación sobre los
Zizek ve en la dispersión de los nuevos movi- En la controversia que los opone, Zizek dominados cf. Kouvelakis) o la unificación auto-
mientos sociales la proliferación de nuevas insiste, frente a la nueva domesticidad del cen- ritaria por medio de la palabra del amo, ya se
subjetividades sobre el trasfondo de la renun- tro izquierda, en “conservar abierto el espacio trate de una vanguardia científica, que
cia, consecuencia de las derrotas del siglo. Este utópico de alternativa global, aún si este espa- reduciría la universalización política a la uni-
retorno a los estados, a los estatus y a los cuer- cio debe quedar vacío mientras espera su con- versalización científica (un nuevo avatar del
pos sería la consecuencia lógica de la destota- tenido”. En efecto, la izquierda debe elegir “socialismo científico”) o de una vanguardia
lización y del oscurecimiento de la conciencia entre la resignación y el rechazo del chantaje ética que la reduciría a la universalidad del
de clase. Mediante el rechazo a la política res- liberal según el cual toda perspectiva de cam- imperativo categórico. Sin llegar a conseguir
ponde a la limitación política de lo social lle- bio radical debería conducir a un nuevo desas- sin embargo, tanto en un caso como en el otro,
vada a cabo por las “filosofías políticas” de la tre totalitario. a pensar el proceso de universalización con-
última década. Ahora bien, el gesto mismo que El mismo Laclau no renuncia al horizonte creta por medio de la extensión del dominio de
pretende trazar el límite entre política y no de unificación. Ve, al contrario, en la disper- la lucha y por su unificación política. No hay
política, para sustraer ciertos dominios sión radical de los movimientos, que vuelve otra salida en esta perspectiva sino volver a
(comenzando por la economía) a la política es impensable su articulación, el fracaso mismo partir del tema universalizante, el capital
“el gesto político por excelencia” 19/. de la posmodernidad. ¿Movimientos acéfalos, mismo, y de los múltiples efectos de domina-
Para Laclau, la emancipación estará indefi- reticulares, rizomáticos, obligados por las ción producidos por la cosificación mercantil.
nidamente contaminada por el poder, de modo derrotas a quedar acorralados en una interio- El texto que adjuntamos de forma integra,
que la completa realización significaría la rización subalterna del discurso dominante? fue tomado del sitio web de Viento Sur
extinción total de la libertad. La crisis de la Pero también redespliegue del movimiento revista de la izquierda alternativa del
izquierda sería el resultado de un doble social en los diferentes ámbitos de la repro- Estado español: <www.vientosur.info>