Parte 3 Leantad
Parte 3 Leantad
Parte 3 Leantad
Recordemos… DEFINCION de LEALTAD:
La lealtad es una virtud, un compromiso con lo que creemos, con nuestros
ideales y con las personas que nos rodean. La lealtad está íntimamente
ligada al carácter de una persona, a su valor y honor.
Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor. La
lealtad es la cualidad de aquellas personas que acatan las leyes o cumplen
los acuerdos, tácitos o explícitos.
Jonathan Lealtad
La vida de este mismo David dependió de otro amigo famoso leal, el hijo y
presunto heredero al trono del rey Saúl. Los dos hombres se amaban y
juraron protegerse el uno al otro. David ya había sido escogido en privado
como el próximo rey por el profeta poderoso, Samuel y él estaba sirviendo
como un juglar en la corte de aquél. Las victorias de David en distintas
batallas y la popularidad con el pueblo provocaron tal en el rey Saúl, que
decidió matarlo. Cuando Jonathan se enteró de esto, ayudó a David a
escapar. Esto fue una verdadera prueba de lealtad a su amigo, porque con
esas acciones Jonathan se aseguraba de que el trono nunca pasaría a sus
manos. Puedes leer acerca de esto en 1 Samuel 18:1-4 1 y Samuel 20:1-42.
El otro discípulo cuya deslealtad a Jesús puede ser tan famosa como la de
Pedro es Judas Iscariote. Él era el tesorero de la banda de Jesús cuando
decidió traicionar a los líderes religiosos judíos que estaban desesperados
por encontrar una manera de matarlo. A cambio de 30 monedas de plata,
Judas Iscariote acordó identificar a Jesús ante los soldados del sumo
sacerdote en la noche antes de la Pascua, el día antes de que Jesús
muriera. La señal era un beso. Esta deslealtad fue finalmente tan
contraproducente que Judas, incapaz de encontrar la esperanza del perdón,
se suicidó. Tal vez si su deslealtad hubiera sido, como la de Pedro (un acto
basado simplemente en el miedo y la defensa propia en lugar de en la
codicia y el progreso propio) él también habría sido repuesto a un lugar de
gracia después de la resurrección de Jesús.
Día 4: Algunos ejemplo de deslealtad
Pedro
33
Pedro declaró:
—Aunque todos te abandonen, yo jamás te abandonaré.
34
Jesús respondió:
—Te digo la verdad, Pedro: esta misma noche, antes de que cante el gallo,
negarás tres veces que me conoces.
35
—¡No! —insistió Pedro—. Aunque tenga que morir contigo, ¡jamás te
negaré!
Y los demás discípulos juraron lo mismo. Mateo 26:33-35
Prácticas ocultas
Los efesios evangelizados por el apóstol Pablo y sus compañeros
pasaron de las tinieblas del paganismo a la luz de la verdad divina.
Rápidamente comprendieron que debían abandonar esas «prácticas
ocultas» que prosperaban en su ciudad... ¡dándoles mucho dinero!
El diablo sabe muy bien que en los hombres que no conocen a Dios o que
rehúsan conocerlo existe una inmensa laguna, un vacío, necesidades
interiores, espirituales, que se esfuerzan en llenar. Así nació la idolatría bajo
diferentes formas (Romanos 1:21-23). Esto lo comprobamos desde hace
mucho tiempo en nuestros países evangelizados: el abandono de la fe
cristiana da paso a todo tipo de creencias y supersticiones.
En nuestra sociedad, que en ciertos puntos quiere ser muy racional y
científica, un número impresionante de personas trata de colmar su
necesidad de seguridad o de explicación del mundo. Basta con abrir un
periódico para darse cuenta qué ofrece Satanás: horóscopos, astrología,
magia africana o asiática, tarot, curanderos, etc. Cada vez son más
numerosos los que buscan en esas «prácticas ocultas», que en el fondo son
satánicas, remedios a su profunda inquietud con respecto al futuro.
Recordemos que Dios condena rotundamente esas prácticas.
Depositemos verdaderamente nuestra confianza en Jesucristo para todo lo
que nos concierne. “Diré yo al Señor: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios,
en quien confiaré” (Salmo 91:2).
Prólogo
“Diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de
su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y
el mar y las fuentes de las aguas.”
(Apocalipsis 14:7)
“Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora a la
bestia y a su imagen, y toma la señal en su frente, o en su mano, este
también beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado puro en
el cáliz de su ira…”
(Apocalipsis 14:9-10)
Como ya hemos analizado en el estudio acerca de La Adoración, el
mensaje de los tres ángeles nos indica claramente que el conflicto
final, al cual nos estamos dirigiendo aceleradamente, va a girar en
torno a la palabra ADORAR.
Los Estados Unidos de América fue fundada como nación bajo dos
principios muy importantes:
económicos.
religiosos.
1. Rechazado.
2. Bajo Condenación.
3. Separado de Dios.
Es por esto que las Escrituras hablan de los creyentes como santos
EN CRISTO, hijos de Dios EN CRISTO, justos EN CRISTO, pero NO
EN NOSOTROS MISMOS (1 Corintios 1:2; Efesios 1:1; Filipenses
4:21).
En nosotros mismos somos hijos del Diablo (Juan 8:44) y somos todo
lo que dice Dios en Romanos 1:29-31, más otros versículos que
muchas veces hemos mencionado, los cuales se resumen en la
Amonestación del Testigo Fiel de Apocalipsis 3:17.
El hombre que se quiere presentar ante Dios Padre y ante la ley con
su propia “justicia”, con su propia “excelencia”, con su propio “amor” y
con su propio vestido de boda, ya tiene la sentencia escrita:
La Lealtad
El apóstol Santiago habla de la ley de Dios como una ley de libertad
(Santiago 2:12; 1:25). Pero para el ser humano, la ley de Dios es una
esclavitud, es una carga pesada, es una serie de restricciones
malvadas por un Juez Severo; pues el ser humano no quiere libertad,
sino que quiere libertinaje, que es algo completamente distinto. El
hombre sueña con salvarse en la práctica del pecado. El hombre
sueña con la corona del mundo y la corona del cielo al mismo tiempo;
no quiere despertarse a la realidad que es totalmente imposible
obtener las dos coronas. Sólo se puede obtener una.
Las agencias del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran
crisis final. Grandes cambios están a punto de producirse en el
mundo, y los movimientos finales serán rápidos.”
Hoy es el tiempo de las pruebas pequeñas que Dios nos otorga para
poder estar preparados a la prueba final. El mañana no existe.
Lucas 16:10-11 – “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es
fiel: y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
Pues sin en las malas riquezas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo
verdadero?”
Hoy tenemos la oportunidad de ser fiel en lo poco—en las pruebas
pequeñas, que son pequeñas a nuestros ojos, pero en los ojos de
Dios son de suma importancia, pues son las que nos preparan para
ser fieles en lo mucho—en la ley dominical.
“en lo poco.”
La planta debe crecer o morir. Es posible que Dios nos haya otorgado
la lealtad. Pero esa lealtad es dada sin desarrollar, es tan sólo una
semilla. Dios nos brinda entonces las pruebas necesarias para que
esa lealtad sea probada, y la semilla dará fruto y crecerá, o
simplemente morirá. Depende de nosotros si la planta crece o muerte.
Pero nunca hay un estancamiento, no hay un estado neutro en
nuestras vidas. O diariamente estamos avanzando en el camino de la
santificación, o estamos retrocediendo.
La Crisis Final
2JT pg. 373.1 – “Hermanos y hermanas, ¡ojalá pudiese decir algo que
os despertase y os hiciese ver la importancia de este tiempo, el
significado de los acontecimientos que se están realizando ahora! Os
señalo los movimientos agresivos que se están haciendo ahora para
restringir la libertad religiosa. La institución recordativa santificada por
Dios ha sido derribada, y en su lugar se destaca ante el mundo un día
de reposo falso que no tiene santidad.
En la crisis final solo habrá dos clases de personas: los leales y los
desleales a Dios.
Cuando llegue la crisis final, será muy difícil renunciar a todos esos
tesoros terrenales por los cuales gastamos tanto tiempo y dinero.
Tomamos la mayordomía cristiana como un fábula, cuando en
realidad, todos nuestros bienes son castillos de arena que
desaparecerán en un abrir y cerrar de ojos.
Nos interesa más lo que la gente dice… “son muy fanáticos… son
extremistas… cómo no van a comer carne, que exagerados!… cómo
no van a querer progresar en la vida!… cómo no van a disfrutar de la
vida… si diosito quiere que disfrutemos del mundo!”… eso nos
interesa más que lo que Dios dice en su Palabra.
Esta es la gran prueba que deberán enfrentar los hijos de Dios antes
de ser sellados. Todos los que demuestren su lealtad a Dios
observando su ley y negándose a aceptar un día de reposo falso, se
alistarán bajo la bandera del Señor Dios Jehová y recibirán el sello del
Dios viviente. Los que renuncien a la verdad de origen celestial y
acepten el domingo como día de reposo, recibirán la marca de la
bestia.”
La lección de Pedro
El apóstol Pedro había recibido la lluvia temprana en ocasión del
Pentecostés (Hechos 2:1, 14) y había llegado a entender que la ley
ceremonial, con todos sus ritos y ceremonias (incluida la
circuncisión), habían llegado a su fin (Colosenses 2:14), pues había
entrado en vigencia el verdadero templo: el Santuario Celestial
(Hebreos 9:24).
(1 Timoteo 1:7)
Estos doctores de la ley ceremonial no entienden que esta ley era
temporal, tuvo principio y tuvo un final. También tuvo un propósito que
era ilustrar el trabajo de Cristo en sus tres facetas: obra en la tierra,
obra en el cielo, y obra después de salir del Santuario. Mientras que
los Diez Mandamientos son eternos, sin principio y sin final, y cuyo
propósito no es ser símbolo, ni sombra, ni figura, sino de enseñarnos
qué es pecado (1 Juan 3:4) estableciendo una ley moral eterna y única
que se encuentra en la Corte Suprema de Justicia del Universo: el
Santuario Celestial (Apocalipsis 11:19).
Ese miedo y ese farisaísmo que todos tenemos, y que Pedro tenía, fue
subyugado en Pedro, pero bajo una prueba ante los doctores de la ley,
Pedro falló la prueba y se dejó llevar por el error.
Es por eso que Dios nos manda a “perseverar hasta el fin”, nos manda
a “velar y a orar” y nos manda a recibir el bautismo diario del Espíritu
Santo, pues diariamente debemos luchar contra nuestra maldad
inherente, contra nuestra deslealtad y contra nuestra desobediencia.